Hollow Code - Ariel Demaestri L. - E-Book

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Ariel Demaestri L.

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Beschreibung

Agosto del 2016, una guerra mundial, por un acontecimiento que hoy en día se desconoce. Siete meses pasaron desde que inició aquel desastre y el mundo se encuentra al borde de la destrucción, la gente se une a "grupos" sin saber que morirán después, algunos intentan sobrevivir, y los más débiles se suicidan antes de enfrentarse a un cruel destino. Nos encontramos en Japón; en este lugar Derek Festung tiene la misión de encontrar a su padre y escapar del país, junto a su grupo. Durante su misión se encuentra con un viejo amigo que lo ayudará a cambio de que Derek preste sus servicios en la guerra…

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Seitenzahl: 397

Veröffentlichungsjahr: 2021

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 ARIEL DEMAESTRI L.

Hollow Code

Ariel Demaestri L.Hollow Code / Ariel Demaestri L.. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.300 p. ; 21 x 15 cm.ISBN 978-987-87-1357-11. Conflictos Bélicos. I. Título.CDD A863

EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINAwww.autoresdeargentina.cominfo@autoresdeargentina.comQueda hecho el depósito que establece la LEY 11.723Impreso en Argentina – Printed in Argentina

CAPÍTULO 1Y un día inició todo

Es 2016 en la Prefectura de Saitama, Japón, y han pasado más de siete meses desde que se inició una guerra en el mundo. Fue tal el impacto de los primeros combates que causó una gran pérdida de territorios y gran parte de la población en el planeta. Esto provocó un colapso en la economía debido al apoyo militar, a tal grado que la comida y el agua empezaron a escasear, llevando a un conflicto entre los ciudadanos y los militares en todo Japón; se crearon comunidades en varias partes del país con los suministros restantes y asesinaron a todo aquel que intentaba atacarlos; otros vinieron de forma externa para conquistarlos.

Grupos en todo el mundo, con distintas ideologías y reglas, pero con un único objetivo; “sobrevivir”.

“Los Black bird”: de origen estadounidense, se encargaban de conquistar territorios para dar más terreno al ejército americano durante la guerra, manifestar su ley ante los demás grupos a los cuales los refieren como débiles; de vez en cuando salen a realizar enfrentamientos para obtener territorios enemigos, que terminan ganando tarde o temprano. En el pasado eran una rama del ejército estadounidense que hasta ahora sigue siendo una de las más fuertes del mundo. La forma que hay para distinguirlos es que llevan una marca de un cuervo con las alas extendidas negras en la parte de atrás de la espalda y se visten con ropas militares de color gris, las armas que siempre llevan son muy peligrosas como los M14 o M16 y demás armas similares o mejores.

“Los saqueadores”: de origen francés, como su nombre lo indica, son ladrones que roban para sobrevivir y de vez en cuando raptan a cualquier persona sin importarles la edad y los utilizan como rehenes para recibir objetos de valor o territorios. En el pasado eran parte del ejército francés, pero cayeron en la miseria y fueron derrotados por otros ejércitos, como Los Black bird, perdiendo territorios y soldados. Ahora quieren volver a como era antes a toda costa, aun si eso significa realizar actos atroces para conseguirlo. La forma que hay para distinguirlos es que suelen llevar bolsas de lona con dos agujeros en la cabeza y llevan armaduras hechas de lo que encuentren entre los escombros, las armas que utilizan son variadas, pero utilizan más el combate cuerpo a cuerpo con estrategia, suelen usar ballestas o arcos con una precisión increíble.

“Los conquistadores”: de origen japonés, lo que hacen es conquistar territorios y ayudar a los suyos, la forma que hay para distinguirlos es que llevan una marca de un puntero de pistola en la parte de la espalda y en la parte del corazón, además de tener ropas militares completamente negras. 

“Unidad 496”: de origen internacional, en el pasado eran un grupo de científicos normales, pero cuando el mundo decayó, ellos empezaron a experimentar con personas, además de robar a soldados o guerreros de otros grupos que los favorecieran, como “Los Black bird”.

“Las Fuerzas de autodefensa”: de origen japonés, no se sabe casi nada de ellos, nada más que solo son los militares que participaron en la guerra, pero en un enfrentamiento contra China los dejaron en la ruina, por lo que la única fuerza defensiva la tienen “Los conquistadores”.

“La Orden de Makoto”: de origen internacional, lo único que se sabe es que son rivales de las Fuerzas de autodefensa.

“… La sangre brotaba por todas partes, la venganza, el dolor, y la muerte, pero aun así con todas las desventajas, nada de eso nos podrá parar, ni a mí, ni a mi grupo”.

Derek Festung, de dieciocho años, mide 1,75 cm, de una mentalidad centrada en el cuidado de su grupo, de personalidad seria y tranquila, hará lo que sea para mantener a su grupo a salvo. Lo que lo mantiene vivo es la necesidad de proteger a su hermana, es de tez blanca, su ropa favorita es una chaqueta de cuero de color negro, siempre tiene la chaqueta abierta, botas militares color negro, guantes de cuero negros apretados, y unos pantalones militares completamente negros, tiene pelo corto negro peinado hacia atrás con puntas que sobresalen en toda su cabeza hacia la nuca, con los ojos color marrón.

Erika Festung, es la hermana de Derek Festung, de dieciocho años, mide 1,70 cm, con una mentalidad fuerte, de personalidad gentil y amable, es de tez blanca, su ropa favorita es un sombrero fedora beige de cinta rosa, una camisa blanca de mangas largas hasta el codo remangadas, pantalones jeans negros, y unas botas marrones, lleva una mochila de alpinismo donde guarda sus cosas y algunas cosas que tiene Derek, de pelo negro corto hasta las orejas liso, con ojos de color verde, confía mucho en Derek y se preocupa mucho por él y siempre quiere ayudarlo.

Alexander Silamozhet, de dieciocho años, con una mentalidad de acero, mide 1,75 cm, de personalidad seria en cualquier situación y algo arrogante y agrandado, nada lo detiene si quiere matar a alguien indeseable, aunque es bueno y preocupado en el fondo, especialmente por Akemi, es de tez blanca, su ropa favorita es una sudadera blanca, pantalones jeans negros, y zapatos negros, tiene pelo corto negro liso con un mechones que le cortan la frente y algunos más en su cabeza y con ojos color negro.

Harry Strength, de dieciocho años, con una mentalidad algo fuerte, mide 1,75 cm, de personalidad optimista y activa, siempre trata de ver el lado bueno de las cosas, es muy atento a su grupo, quienes lo salvaron muchas veces y quiere hacer algo para compensarlo, es de tez blanca, su ropa favorita son unas gafas de vidrio transparentes de color negro, un chaqueta de cuero negro, una camisa de mangas largas blanca, pantalones azules y zapatillas deportivas rojas, tiene pelo rubio lacio, y ojos negros.

Melissa Illinois, de dieciocho años, con una mentalidad muy fuerte, mide 1,75 cm, de personalidad seria y tranquila, es la más valiente de las chicas del grupo y siempre trata de dar lo mejor, es de tez blanca y su ropa favorita es una chaqueta negra, una remera blanca, unos pantalones jeans ajustados negros, unos tenis blancos, y unos guantes de cuero de color negro sin dedos, tiene el pelo de color café claro, que a menudo lleva atado a una cola de caballo y con varios mechones resaltantes en su frente, tiene ojos de color azul.

Akemi Shai, de dieciocho años, con una mentalidad fuerte, mide 1,72 cm, con una personalidad, tranquila, y decidida, quiere y puede ser una gran ayuda y también es muy centrada en hacer muchas cosas por su grupo, es de tez blanca, su ropa favorita es un gorro de lana rojo, un saco abierto de color violeta, una camisa deportiva blanca, unos pantalones deportivos negros con líneas blancas de forma vertical, zapatos deportivos rojos con suela blanca, tiene pelo largo atado a dos coletas en la parte de adelante, tiene ojos azules. “Mi grupo y yo sobreviviremos a todo esto”.

En una tarde al salir corriendo de un supermercado, Derek y los demás huyen de cinco miembros de Los saqueadores.

—¡No se queden atrás, tenemos que huir! —exclama Derek mientras llevaba los suministros y corría de forma agitada.

Los saqueadores disparan flechas con sus ballestas. Pero las flechas no le dan a nadie del grupo.

—¡No voy a morir hoy, ni mañana! —exclama Harry agitado.

—No moriré por esos malnacidos —afirma Alexander con mucho enojo.

—¡Vamos, chicos, no se dejen vencer ni por ellos, ni por nadie! —exclama Akemi muy agitada.

Derek y los demás llegan hasta un callejón al mismo tiempo esquivan cada flechazo.

—Erika, ¿tienes munición para pistola? —pregunta Derek, quien aun con una respiración un poco agitada veía para otro lado.

—Sí, las tengo —responde Erika con una respiración igual de agitada.

—Pásame algunos —dice Derek serio para después extender su mano hacia Erika.

—Sí, espera un momento —dice Erika revisando en su mochila.

Erika le da munición de pistola a Derek y recarga sus dos pistolas.

—¡Aquí están! —exclaman los miembros de Los saqueadores apuntando con susballestas preparándose para disparar.

—Nos encontraron —dice Melissa enojada y sorprendida.

—Si nos dan los suministros, no les haremos ningún daño —dice uno de los cinco saqueadores en un tono serio a la vez que apuntaba al grupo.

Derek se levanta rápidamente y apunta con sus dos pistolas.

—¡Atrás todos! —exclama Derek al apuntar a los cinco miembros de Los saqueadores, los demás del grupo se ocultaban detrás de unos botes de basura.

Antes de que Los saqueadores dispararan, Derek les da en la cabeza, matándolos al instante. 

—Bien, ya está —dice Derek un poco aliviado.

Derek guarda sus dos pistolas dentro de su chaqueta.

—Ahora vámonos —dice Derek serio al grupo.

—Sí —Dice Erika en tono tranquilo.

—Okey —dice Harry con tranquilidad.

—Vámonos al hotel donde están los demás —dice Alexander.

—Sí, sería una buena idea, después de todo nos han interrumpido nuestra misión —dice Melissa.

—Melissa tiene razón, debemos volver a la misión que teníamos planeada —dice Derek.

—Muy bien, vamos, chicos —dice Akemi.

—Bien, entonces, vámonos, no hay tiempo que perder —dice Derek al grupo. 

Derek y los demás se van a la base de “Los conquistadores”, que tenía un aspecto deplorable y destruido, donde había varios edificios, hoteles y tiendas destruidas, y el hotel donde se acomodarían los demás estaba en medio de dos edificios, el de la derecha es un hospital en donde van los soldados a recuperarse después de un combate y el del lado izquierdo otro hotel, pero vacío de cinco pisos, además al otro lado de la calle donde se encontraba los tres hoteles, y en el edificio de la derecha corta una calle, al lado hay un estacionamiento donde guardan muchos vehículos y camiones militares, entre tanto, las entradas de la base se diferenciaban de las demás, porque tenían portones de hierro y paredes de concreto. Una vez llegados se fueron para terminar con el trabajo que les encargaron.

—Vaya han vuelto, y pensaba que todos ustedes estarían muertos —opina Kenzo algo preocupado.

Narra Derek:

Él es Kenzo Touhei, el general absoluto de “Los conquistadores”, todos los soldados loconocen como el mejor líder de todos, tiene veintisiete años, tiene 1,76 m, de mentalidad muy fuerte, de personalidad seria, y enérgica, nunca deja su postura de líder excepto cuando está cerca de sus amigos, es de tez blanca, su ropa es una gabardina de teniente militar de color gris, teniendo en la espalda el símbolo de “Los conquistadores”, una camisa de color blanco a botones con corbata negra, unos pantalones elegantes negros, unas botas negras, siempre porta una gorra de capitán de color negro, llevando en la frente el emblema de ellos, tiene pelo negro y largo con una cola de caballo, y ojos negros.

—Sí, pero nos terminaron por acorralar en un callejón y tuvimos que utilizar varias municiones, tuvimos suerte de escapar —dice Derek igual de serio.

—Bueno, ¿tienen los suministros? —pregunta uno de los miembros de Los conquistadores que llevaba una máscara puesta.

—Sí —responde Derek serio.

—Entonces, denos todos los suministros —dicen los miembros de Los conquistadores.

—Como ustedes digan, chicos, entréguenles los suministros a los miembros —dice Derek mientras miraba a su grupo.

Derek y los demás dan las bolsas de suministros a Los conquistadores.

—Entonces, ¿nos van a dejar quedarnos? —pregunta Alexander algo enojadomanteniendo la compostura.

—Sí —dice Kenzo serio.

—¿En serio? —pregunta Derek algo sorprendido.

—Claro, se lo han ganado —responde Kenzo calmado, y sin levantar la voz, miraba para otro lado.

—¡Qué bien! —exclama Erika llena de felicidad.

—Mejor, no queríamos vivir más en la calle o en edificios abandonados —opina Melissa muy seria mientras tenía los brazos cruzados.

—Pues tienen suerte de que yo sea de este grupo y que sea uno de los líderes para poder aceptarlos, porque en otros lugares no hubieran tenido tanta suerte —dice Kenzo.

—Te debo una muy grande, gracias, Kenzo —dice Derek algo serio.

—No es nada, solo ayudaba a mis amigos —dice Kenzo igual de serio mientras los miraba—. Y los respeto —termina con una sonrisa.

Derek y Kenzo se dan un fuerte apretón de manos con la mano derecha. 

—Bien, acomódense y prepárense para lo que se viene —dice Kenzo en tono de liderazgo.

—Okey, vámonos —dice Derek en un tono tranquilo a su grupo.

Derek y los demás entran al hotel que tenía las puertas completamente destruidas, tanto que podían entrar seis personas sin problemas, además de tener cinco pisos de altura.

—Disculpe, jefe, pero ¿por qué tiene tanto respeto a ese chico y su grupo? —pregunta uno de los soldados algo confuso por la situación.

—Sí, jefe, pero, además, ¿por qué tuvo que invitar a unos niños en cosas de vida o muerte? —pregunta otro soldado muy enojado.

—No me malinterpreten, yo tengo una deuda con ellos, esto es lo único que puedo hacer para agradecerles, por lo que a partir de ahora los tratarán como a todos los demás. ¿Quedó claro? Pregunta Kenzo muy firme y con el ceño fruncido mirando a sus hombres.

—Entiendo, ahora ya veo porque le das tanta importancia a ese chico —dice el soldado.

—Sí, señor —dice el otro soldado con bronca reprimida.

Buscan una habitación en el hotel, pero la mayoría está completamente destruida, habitación por habitación.

—¡Joder, cada habitación es lo mismo! —exclama Alexander muy molesto mientras tenía sus manos en sus bolsillos.

—Y qué esperabas, ¿un cinco estrellas? —pregunta Derek a Alexander muy molesto sin mirarlo.

—Pues no me vendría mal —responde Alexander, muy engreído, a la vez que miraba para otro lado y tenía las manos en los bolsillos de los pantalones.

Derek para de caminar y el grupo también, pero se da vuelta para verlo a Alexander, estando él mismo algo enojado. 

—¡Estamos en el infierno, idiota, agradece que tengamos esto en vez de las noches anteriores, estando en alerta y sufriendo insomnio todos los días, además que por poco casi nos matan! —exclama Derek algo enojado.

—¿¡Quieres pelear, como en el pasado!? —pregunta Alexander muy enojado.

Derek inhala y exhala hondo y luego responde:

—No, paso de hacerlo porque no merece la pena, sigamos buscando —dice Derek calmando al grupo.

La caminata se retoma y empiezan a buscar, en el siguiente piso encuentran una habitación muy separada del resto de las habitaciones, la única sin daños.

—Bien, por aquí, la habitación diecinueve —dice Derek estando calmado.

Derek abre la puerta y todos pasan, al pasar todos ven sorprendidos cómo una habitación así está tan bien después del accidente.

—Parece que por fin las cosas van a mi favor —dice Alexander apoyando su brazo derecho en el hombro de Derek.

Derek agarra la mano de Alexander, para después agarrar su codo mientras aun sostenía su mano, ejerciendo presión sobre su codo y tirándolo al piso consecuentemente.

—No tienes remedio… —dice Derek serio mientras sostenía su mano derecha con la izquierda.

—Mierda… —dice Alexander muy enojado.

—¿Cómo en los viejos tiempos, no? Levántate —ordena Derek de forma seria mientras mantenía la calma. 

Alexander se levanta y cierra la puerta.

—Miren, chicos, aquí tenemos todo —dice Harry muy alegre.

—Sí, por fin descansaremos a gusto —dice Melissa muy relajada. 

—Bueno, preparen sus camas, hay seis en total, así que no habrá problemas —dice Derek.

—Me parece bien —dice Erika muy alegre.

El grupo de Derek se va a la habitación y se acomodan en sus camas, las camas estaban divididas en tres paredes con dos camas a cada lado, Derek y Erika se acomodan en el centro de la habitación, Alexander y Akemi se van por el lado derecho de la habitación, y Harry y Melissa por el lado izquierdo.

—Bien, ahora. ¿Qué quieren hacer? —pregunta Derek desempacando.

—¡Mejor vamos a ver a Kenzo! —responde Harry mientras levantaba la mano izquierda con una sonrisa.

—Buena idea —dice Derek terminando de desempacar.

—Vamos, chicos —dice Harry muy alegre.

—Pero, esperen, aún no desempacamos —dice Alexander mirando a Akemi desempacando.

—Okey, lo entendemos —dice Derek con una media sonrisa.

—Sí, te entendemos —dice Harry con una sonrisa.

Un rato después de desempacar todos empezaron a ordenar.

—Bien, vámonos —dice Alexander a todos los chicos presentes de forma seria.

—Vamos —dice Harry calmado.

—Bueno, chicas, ¡nos vamos! —exclama Derek a las chicas.

—Okey, como gusten —dice Erika con los ojos cerrados y una sonrisa de oreja a oreja sin mostrar los dientes.

—Bueno, pero no se metan en problemas —dice Akemi ordenando la habitación con un tono calmado.

—Oye, Derek… cuídate —dice Melissa con una sonrisa.

—Bien, no pasa nada —dice Derek muy calmado.

Derek cierra la puerta de la habitación.

—Venga, vamos a ver al general —dice Harry de forma alegre.

—Yo tengo varias preguntas —dice Derek algo serio.

—Cómo que “preguntas”, ¿nos estás ocultando algo? —pregunta Alexander estando serio y con intriga.

—Solo decía, nada más —responde Derek calmado.

—Bueno, vamos —dice Harry de forma alegre.

Derek, Alexander y Harry se van al piso de abajo y a la entrada del hotel se encuentran con uno de los soldados de Kenzo, que tenía de ropa un casco que le cubría la cara completa y un traje militar completamente negro, y los tres se acercan hacia él.

—¿Dónde está Kenzo, lo has visto? —pregunta Derek en un tono amable hacia el soldado.

—Sí, está arriba, se fue a pensar o no sé lo que está haciendo —responde uno de los soldados agarrando una M16.

—Okey, muchas gracias —dice Derek en un tono amable.

Los tres suben hacia el tercer piso en un balcón y se encuentran con Kenzo junto a unas bolsas, fumando un cigarrillo, y mirando al cielo.

—Disculpa, ¿estás bien? —pregunta Derek acercándose poco a poco con Alexander y Harry atrás.

—Sí, estoy bien, solo que desde que esta guerra de supervivencia empezó, no dejo de pensar en cuántas vidas tendremos que quitar para alcanzar nuestro objetivo —responde Kenzo mirando al cielo.

—¿Cuál es exactamente tu objetivo? —pregunta Alexander serio.

—La liberación de Japón y formar un nuevo imperio lejos de las malas manos y ser lo más equitativo posible ante esta situación tan desfavorable —responde Kenzo mirando al cielo con una sonrisa.

—Es una idea muy noble —opina Harry bastante sorprendido.

—Ahora ya veo por qué eres tan amigable con Derek, son igual de nobles e imbéciles, nos vemos —dice Alexander mientras se va para la habitación.

—¡Alexander! —exclama Harry algo enojado al mismo tiempo que Alexander se aleja.

Derek intenta ir hacia él, pero Harry lo detiene.

—Déjalo, estará bien —dice Harry en un tono serio mientras le agarra el hombro a Derek.

—Okey, entiendo —dice Derek un poco más calmado.

Harry suelta el hombro de Derek.

—Bueno, a lo que veníamos, primero tú, Harry —opina Derek.

—Okey, primero, ¿qué sabes de Los saqueadores? —pregunta Harry algo serio.

Derek y Kenzo se sorprenden por lo que Harry había preguntado.

—No sé nada —dice Kenzo luego de fijarse un momento en lo que dice Harry, para posteriormente mirar a otro lado.

—¿Cómo que no sabes nada? —pregunta Derek sorprendido.

—Lo único que sé es que son peligrosos y letales —dice Kenzo con las manos apretadas llenas de rabia.

—Tranquilo, seguro los venceremos —dice Harry tratando de calmar a Kenzo.

—¡Por su culpa asesinaron a mi familia, mi maestro, y secuestraron a mi pareja, me lo quitaron todo! —exclama Kenzo con mucha bronca retenida apretando las manos.

—No te preocupes, estarás bien —dice Derek de forma tranquila después de agarrarlo del hombro tratando de calmarlo.

—Bien, pero no podré olvidarlo, juré vengarme de ellos y mataré a cualquiera que me lo impida, es mi principal objetivo —dice Kenzo mientras se calma y deja ir el estrés.

—Qué bueno que te calmaste, pero ahora dinos algo más al respecto sobre la Orden de Makoto —dice Derek en un tono serio.

—Pues les diré algo: ¿saben lo peligrosos que son en la Orden de Makoto? —pregunta Kenzo algo asustado.

—No, pero conocemos lo peligrosos que son los otros bandos —dice Harry con seriedad.

—Bueno, imagínense a Los Black bird, pero diez veces peor y no sé si llegan a más —dice Kenzo muy serio.

—¿En serio? —pregunta Derek muy sorprendido.

—Son los que iniciaron todo, así que ya se deben imaginar hasta dónde pueden llegar si van en serio —responde Kenzo fumando su cigarro.

—Es verdad, pero no creo que con nuestra fuerza actual podamos siquiera tocarlos —dice Derek de forma seria.

—Descuida, ya encontraremos la forma de hacerles frente, pero por ahora debemos obtener territorios enemigos para hacernos más fuertes —dice Kenzo de forma seria para posteriormente mirar el exterior.

—Comprendo —dice Derek al igual de serio.

—Por cierto, Derek, ¿cuál es tu objetivo con exactitud? Así estamos a mano —dice Kenzo con cierta curiosidad.

—Mi objetivo actualmente es seguir la pista de una carta que hablaba de que mi padre se encontraba por aquí, por eso estoy aquí, para que me des información de él —explica Derek.

Hubo un breve momento de tensión entre ambas personas, tanto que el ambiente se volvía cada vez más tirante, pero al final, habló Kenzo.

—Comprendo, pero te recuerdo que te daré información de él siempre y cuando me demuestres lo que vales junto con tu grupo, porque no estamos acostumbrados a dejar entrar a niños, pero como eres su hijo puedo darte el beneficio de la duda, pueden irse cuando quieran, pero no lo recomiendo. Bueno, me tengo que ir a vigilar la base por si nos tienden un asalto nocturno. Por cierto, tomen esto —dice Kenzo antes de entregarles las bolsas que contenían ropas de reclutas, que estaban compuestas por una camisa a botones marrones, unos pantalones del mismo color y botas negras.

—Está bien —dice Derek recibiendo dichos objetos.

—Lo necesitarán más tarde, bueno, adiós —diceKenzo mientras se va caminando hacia afuera.

—Nos vemos más tarde —dice Harry de forma alegre alzando su brazo y lo saluda con la mano derecha.

—Vámonos, Harry, antes de que se duerman o si no se dormirán más temprano que tarde, y no tendremos lugares —dice Derek algo calmado con las manos llenas.

—Sí, es mejor —dice Harry de forma calmada y con una sonrisa.

Derek y Harry se van a su habitación en el segundo piso.

—¡Llegamos! —exclaman los dos, después, Derek cierra la puerta de la habitación.

—¿Qué dice Kenzo? —pregunta Erika a su hermano con curiosidad.

—Nada en particular, más que solo lo que ya se sabe, no obstante, él me contó cuáles eran sus ideales con respecto a lo que quería hacer en esta situación. Él quiere liberar a Japón de las malas manos y unir a los grupos para que se unan a su causa, además, nos dio ropas de reclutas, algo necesario —dice Derek.

—Me parece un ideal perfecto, de hecho, hasta nos podríamos unir a su causa —dice Erika.

—Lo sé, lo sé, pero no es lo que tenía planeado —opina Derek de forma seria.

—¿Por qué lo dices? —pregunta Melissa mientras lee un libro estando sentada con las piernas cruzadas.

—Digo que nosotros todavía tenemos que encontrar a mi padre, me pone nervioso saber que algo le pasó —opina Derek.

—Otra vez, ¿no? —pregunta Harry algo exhausto.

—Derek, sé cómo te sientes, también extraño a papá, pero tienes que calmarte. ¡Mira! Tenemos que aprovechar que estamos aquí, en un solo lugar, en vez de vivir como nómadas en peligro, aparte tenemos que ayudar a Kenzo, ya que él fue quien dio luz verde para quedarnos aquí —opina Erika muy calmada.

—Lo sé, pero no confío mucho en los grandes grupos armados, y qué tal si en realidad nos utilizan para hacer algo que no queremos, o qué tal si nos traicionan después, o qué tal si en este grupo hay alguien que no soporta nuestra presencia. Además él nos dijo a mí y a Harry que nos dará información si le demostramos lo que valemos, recuerda la frase, “por cada 10 personas, hay un loco”, ya sabes lo que pasó cuando vimos a esos soldados americanos cuando le masacraron al hermanito de Alexander —explica Derek.

—A ver, ¿por qué tienes que recordar eso ahora? Se supone que lo olvidarías, “capitán” —dice Alexander muy frío mientras habla entre dientes.

—Mira, lo sé, y también sé que todavía tienes remordimiento por eso, pero es un ejemplo innegable de lo que pueden ser capaces —responde Derek.

—¿Justo con eso? ¿Y no con las diferentes masacres más importantes en la historia de la humanidad, no? —pregunta Alexander muy enojado, para después empujarlo levemente de los hombros.

—Bueno, bueno, paren ya —exclama Akemi muy seria.

—Lo pudiste haber evitado, pero te quedaste estático, eres un mal líder, Derek, justo como lo fue tu amiguito Ryuko Takage —dice Alexander muy frío mientras le toca el pecho con su dedo índice de su mano izquierda.

Derek le encesta un golpe tan fuerte que lo hace retroceder.

—¡No hables así de él! —ordena Derek mientras se acerca, hasta que Melissa para a los dos.

—¡Ya cálmense, Derek, Alexander, ustedes tienen la culpa de este conflicto, así que discúlpense y que no ocurra otra vez! —grita Melissa muy enojada con la mano en el pecho de los dos.

Alexander se sujeta el cachete derecho y le dice:

—No te volveré a dirigir la palabra nunca más —dice Alexander muy serio.

—Hermano, sé que tus experiencias recientes te chocaron bastante,eso sumado a tu cargo de líder te hicieron desconfiar de todo, pero piensa en nosotros en estos momentos, somos un grupo pequeño de adolescentes contra milicias; mínimo tenemos que unirnos a una facción para estar seguros —opina Erika.

—Está bien, pero con una condición, nos quedaremos aquí, hasta saber algo sobre mi padre y después nos marchamos o, si no, nos quedamos —dice Derek.

—Vas a olvidarlo todo, y te centrarás en otras cosas —opina Erika muy seria. 

—Bueno, sea lo que sea estamos cansados, lo mejor será sacar las malas vibras y dormir, ya que mañana tenemos un día muy largo y debemos aprovecharlo al máximo —dice Harry bostezando.

Derek poco a poco muestra una sonrisa y a continuación le dice en un tono calmado al grupo:

—También pensé lo mismo, yo también tengo sueño —dice Derek con una sonrisa.

—Alex, vamos —dice Akemi al jalarlo del brazo.

Erika sonríe, luego le agarra el brazo de Derek mientras le dice:

—Vamos, Derek —dice Erika estando feliz.

Todos van a acostarse.

—Qué bien por fin un momento de descanso —dice Derek relajándose mientras se hunde en la cama.

—No quiero salir nunca más de aquí —dice Erika igual de relajada.

—Después de tanto —dice Alexander después de soltar un suspiro con su cara en las almohadas.

—Si esto es un sueño, ¿puede alguien despertarme, por favor? —pregunta Akemi hundiéndose en la cama.

—¡Qué cómodo! —exclama Harry abrazando las sábanas.

—Opino lo mismo que Harry y Derek, además después de tanto tiempo no creía volver a sentir la misma sensación como esto —dice Melissa muy cómoda.

—Bueno, pues ahora a dormir —dice Derek al grupo de forma relajada.

—Es cierto, mañana tendremos un día muy duro —dice Erika muy relajada.

—Tienes razón, ¡a dormir! —exclama Derek muy relajado.

Todos poco a poco cierran los ojos hasta caer en un largo y profundo sueño. Sin embargo, en otro lugar lejano, el general, y el comandante estaban discutiendo sobre un asunto trivial, alrededor de una mesa circular.

—General, ¿cómo se le ocurre contratar a niños para entrar a esta facción? ¿Está seguro de lo está haciendo en verdad? ¿Qué diablos pasó por su cabeza en ese momento? —pregunta el comandante muy nervioso.

—¿Puedes calmarte un poco? —pregunta Kenzo están muy calmado.

—No, a ver, todavía no puedo creer que contrataras a niños. ¡Esto no es un juego! Tienes que estar bromeando para hacer una estupidez como esa —responde el comandante muy alterado, tanto que está al borde del paro cardíaco.

—Toma —dice Kenzo pasándole una pipa de marihuana.

—Oh, sí… gracias, lo necesitaba —dice el comandante antes de sentarse y colocar los pies sobre la mesa, sacar una pipa, ponerla en la boca, y encenderla en la parte blanca. Para posteriormente soltar todo el aire ennegrecido.

—Ahora que ya te relajaste… háblame despacio —opina Kenzo mientras se toma una pastilla.

—Nada, simplemente no puedo creer que hayas hecho lo que hiciste —dice el comandante más calmado con el cigarro entre los dedos.

—Verás, ellos nos pueden ayudar, son amigos míos y simplemente no podía dejarlos allí —explica Kenzo también bastante relajado.

—Okey, entiendo, pero ¿y si ellos son agentes infiltrados de otra facción? Recuerda que la gran mayoría de grupos quieren nuestra cabeza y tenemos pocas facciones de nuestro lado, por no decir ninguna —explica el comandante antes de sacar un soplido de humo de cigarro.

—Lo sé, ten mi palabra de que los mantendré vigilados por las dudas, si eso te hace tranquilizarte y ocuparte de otros asuntos —explica Kenzo muy serio.

—Kenzo, confío en ti, pero si llegas a fallar, entonces los torturaremos y más tarde, los mataremos —dice el comandante muy firme.

—Escúchame bien; ¡que ni se te ocurra hacerles daño! porque estos chicos no son normales y créeme cuando te digo que la persona de donde vienen puede llevarnos a la ruina, así que guárdate tus comentarios luego. Se acabó la reunión —dice Kenzo igual de firme.

CAPÍTULO 2La emboscada 

Por la mañana el sol resplandece por la ventana mientras los demás se empiezan a despertar poco a poco sin mucho esfuerzo.

—Qué buen sueño —dice Derek muy relajado estirando los brazos.

—Opino lo mismo —dice Erika igual de relajado refregándose los ojos.

Justo cuando Derek y Erika dicen eso los demás despertaron.

—Oigan, chicos. ¿Cómo durmieron? —pregunta Derek.

—Bien —responde Akemi con los ojos medio entre abiertos.

—No podría despertar mejor —opina Melissa. 

Alexander y Harry se empiezan a levantar poco a poco.

—Quiero… seguir… durmiendo —dice Harry entre bostezos y sollozos.

—Yo igual —dice Alexander tratado de levantarse muy perezoso.

—Bueno, chicos, ahora solo intenten comer algo de lo que conseguimos individualmente ayer, así que coman. Yo por mi parte iré a explorar la zona del hotel —ordena Derek de forma seria al mismo tiempo que poco a poco se levanta.

—Está bien —dicen todos menos Alexander de forma relajada.

Erika agarra su mochila y saca todos los suministros que tiene cada uno de los demás, entre ellos bebidas en botellas y comidas enlatadas, y después empiezan a comer. Mientras tanto Derek sale de la habitación del hotel, dirigiéndose al balcón de la noche anterior.

—Okey, quiero ver cómo va el grupo —opina Derek caminando hacia el balcón de la noche anterior—. Al parecer todas las personas de esta zona se están recuperando poco a poco.

—Eso parece, ¿no? Pero déjame mostrarte algo —dice Kenzo detrás de Derek mientras lo agarra por la espalda.

Kenzo gira junto con él al balcón, y miran a un pequeño pueblo de grandes departamentos y edificios mejor que la mayoría de casas alrededor, entrando y saliendo de ellas tanto niños como adultos.

—Esto, Derek, son los refugios, se utilizan para los sobrevivientes, nuestro grupo los tiene por todo nuestro territorio. Además tiene un gran nivel de seguridad en todo el lugar hecho por la policía, pero a pesar de esto, no dejo de estar inquieto. Pero esto, Derek, no es lo que te vengo a mostrar, sino cómo ves a las personas de allí. ¿Cómo lo interpretas? —pregunta Kenzo muy calmado mirando al frente y luego a Derek.

—Lo veo como una jaula de pájaros en libertad, capaces de hacer todo y a la vez nada, encerrados indefinidamente hasta que se cumpla su destino codiciado. ¿No es así? —pregunta Derek a Kenzo muy seriamente teniendo las manos en los bolsillos.

—Exacto, mi interpretación es similar, pero en lo personal a lo que más se asemejaría es a los guetos en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, viviendo muchas necesidades como el hambre, la pobreza, pasando frío y solo administrados por las personas encargadas. Esto es realmente algo horrible, pues a las pocas semanas mujeres, niños, adolescentes y adultos mayores quisieron entrar al ejército y salir de aquellos “guetos” y también con el fin de ganarse el pan, lamentablemente todo fue en vano, porque incontables niños, mujeres y adultos mayores no regresaron a sus casas y el ejército fue disminuyendo en decadencia —dice Kenzo muy serio y pensativo.

—Y no pueden hacer nada ante esta situación, ¿verdad? —pregunta Derek muy seriamente.

—Lamentablemente, no. Las consecuencias de la guerra dejaron un daño irreparable en la sociedad actual, un mundo en guerra no es fácil de manejar y en especial si las personas luchan contra otras con el único objetivo de obtener poder sobre otros. Pero el grupo y yo formamos esto de “los refugiados”, a pesar de que no vivan en las mejores condiciones, por lo menos viven bajo un techo, tienen comida para no pasar hambre y por lo menos pueden descansar en la noche en un cálida cama —dice Kenzo agachando la cabeza en un tono muy triste.

—Por cierto, ¿desde qué hora estás despierto? —pregunta Derek volteándose para ver a Kenzo.

—Como ya dije antes, casi no duermo. Desde que empezó la guerra no dejo de pensar en lo que nos podría ocurrir a nosotros. Pues ya varios países desaparecieron del mapa —explica Kenzo muy serio.

—Entonces, ¿a qué crees que se deba eso? —pregunta Derek de forma seria.

—Eso es por el impacto de las bombas atómicas y nucleares que impactaron en gran cantidad sobre aquellos territorios —responde Alexander apareciendo de repente detrás de Kenzo y Derek mientras se acerca a paso lento.

—¡Alexander! —exclama Derek algo sorprendido volteando a verlo.

—Y ¿sabes por qué lo hicieron? —pregunta Kenzo un poco serio.

Alexander se detiene mirando al frente del balcón.

—Me sorprende que no lo sepas, después de todo eres el líder de grupo de “Los conquistadores”, un grupo con mucho poderío, tú deberías saber de qué trata todo esto o ¿puede que no lo sepas? —pregunta Alexander un poco enojado y de forma desafiante.

Derek solo se le queda mirando a Alexander durante ese corto lapso, Alexander parece que estar intimidando a Kenzo.

—Mira, te lo diré en simples palabras. Todo lo que ocurrió fue gracias a la debilidad yestupidez humanas por tener poder sobre otros —explica Alexander en un tono muy enojado.

—Eso ya lo sabíamos, lo que buscamos es el porqué del asunto —dice Kenzo algo serio, pero no tanto como Alexander.

—La única respuesta es que la ONU se disolvió —dice Alexander de forma muy seria.

—¿Por qué piensas que la ONU se disolvió? —pregunta Kenzo.

—No lo sé, pero puede ser que la ONU se disolviera porque ellos son los que mantienen la paz en el mundo, así que, sin ellos, el mundo estaría como a inicios de la Segunda Guerra Mundial o tal vez peor, por lo menos desde mi punto de vista —dice Alexander de forma seria con las manos en los bolsillos mientras mira por el balcón.

—Vaya, nunca creí que tuvieras esa faceta tan humana —opina Kenzo muy sorprendido por la actitud de Alexander.

—El resultado es esto, un mundo envuelto en llamas, peleándose por sobrevivir, formándose grupos, desconociéndose unos a otros ¿Acaso estamos regresando a la Edad de Piedra? Parece que será una pregunta que no tendrá respuesta —explica Alexander mientras pone sus manos en sus bolsillos.

—Te equivocas, Alexander, la ONU, extinta o no, no creo que haga nada ante situaciones como estas, lo único que harían es preocuparse por situaciones menores, tales como el rescate y cuidado de los más jóvenes o sustentar con comida y refugio a las víctimas. Pues saben que los dirigentes políticos de cada país conocen que no pueden hacer algo así por más que en secreto se odian a muerte, porque saben que todos dependen económica y tecnológicamente de todos y no harían semejante negligencia —explica Derek de manera seria.

—Bueno, dejando eso a un lado, les tengo algo preparado —dice Kenzo con algo de seriedad mientras sostiene sus manos.

—¿Algo preparado? —pregunta Derek, pero en duda por lo que dice Kenzo.

—Sí, es un entrenamiento —responde Kenzo manteniendo la seriedad.

—¿Entrenamiento? —pregunta Alexander.

—Sí, verán, desde que empezó la guerra, ya nadie puede estar seguro. Ni siquiera alguno de nosotros, y queremos darles un trato especial, ya que son conocidos nuestros, pero no habrá problema con el entrenamiento, ya que ustedes se acostumbraron a un estilo de vida más fuerte que se basa en sobrevivir y esforzarse —responde Kenzo con seriedad.

—En eso tienes razón, nosotros nos acostumbramos a “cazar nuestro alimento” —dice Derek manteniendo la seriedad.

—Muy bien. Si quieren háblenles a los demás sobre el entrenamiento, les será de gran ayuda —dice Kenzo con algo de seriedad.

—Okey, lo hablaremos —dice Alexander serio.

—Excelente, los veré en unas horas, alístense —dice Kenzo muy cordial.

Kenzo se va de la escena caminando por las escaleras. Mientras Derek y Alexander van a la habitación del hotel en el que se alojan. Y al entrar se dan cuenta de que todos se están alistando.

—¿Pasa algo? —pregunta Derek al grupo.

—Oímos acerca del entrenamiento que les ofrecía Kenzo —responde Erika poniéndose su ropa de cadete.

—¿Quién dio la idea de venir a espiarnos? —pregunta Derek al grupo.

—Yo —responde Harry de forma alegre mientras levanta la mano izquierda. Se pone sus lentes de vidrio trasparente, y el mismo uniforme.

—Sabes que no importa, Akemi —dice Alexander, quien tiene la misma ropa de ayer.

—¿Sí? —pregunta Akemi mientras se pone la misma ropa.

—Si el entrenamiento te resulta complicado, no dudes en dejarlo —responde Alexander agarrando del hombro a Akemi.

—Sí, está bien —dice Akemi agachando la cabeza de forma alegre.

—Capitán, ¿no va a colocarse su uniforme? —pregunta Melissa de forma sarcástica, quien se pone la ropa de cadete.

—Espérenme un momento —dice Derek antes de ir al baño para cambiarse.

Un pequeño rato después, Derek aparece totalmente cambiado.

—¿Pueden acompañarme? —pregunta Derek al grupo.

Los demás sin hablar se van a la sala del comedor y se sientan alrededor de la mesa circular.

—Bueno, ¿están todos listos?, recuerden esto: cualquier cosa que vaya a pasar, recuerden que es un ejercicio muy serio, después de esto, si lo hacemos bien, pasaremos a la fase de las misiones. A partir de ese momento lucharemos para recuperar lo que es nuestro, no se pongan nerviosos, hay que mantenernos tranquilos, esa es la clave de la victoria: mantenerse tranquilo, así que lo preguntaré de vuelta. ¿Están todos listos? —pregunta Derek al grupo de forma directa.

—Sí —dice Erika seria.

—De acuerdo —dice Akemi seria.

—Sin problemas —dice Melissa seria.

—Sí, mi capitán —dice Harry saludando como un militar algo alegre.

—Ja…, lo que digas… —dice Alexander enojado, pero a la vez serio.

Los demás se levantan de sus asientos y siguen a Derek hacia la puerta.

—De acuerdo, adelante —dice Derek serio.

Derek abre la puerta y se van de la habitación del departamento.

—Nos vamos —dice Derek de forma seria.

Todos bajan por las escaleras hasta llegar a la planta baja y allí en la entrada se encuentran con Kenzo.

—Pensaba que nunca vendrían, bueno, ¿están listos? —pregunta Kenzo preparado y serio.

—Sí, mi equipo y yo, ¡estamos listos! —responde exclamando Derek por el grupo con los brazos abiertos.

—Así me gusta. Bueno, vámonos a donde está el campo de entrenamiento —dice Kenzo orgulloso, del grupo de Derek.

Derek y los demás siguen a Kenzo hasta un camión militar blindado enorme de dos metros de altura y cinco metros de ancho, con un compartimiento en la parte de atrás un poco más grande con una puerta para acceder al mismo compartimiento, de color negro azabache.

—¿Esto nos transportará hacia el lugar de entrenamiento? —pregunta Derek con intriga mientras mira el camión en todo su esplendor.

—Sí, así es. Nos vamos con este camión hasta el lugar de entrenamiento, serán exactamente unos tres kilómetros, así que nos queda algo de camino por recorrer —responde Kenzo con las dos manos en la espalda.

Mientras Kenzo les explica a Derek y su equipo, uno de los soldados hace señas para llamarlo.

—Bueno, si me disculpan, debo atender unos asuntos con el equipo, pero mientras arréglense, no es mucho trabajo —dice Kenzo muy rápido para seguidamente irse sin más.

—Bueno, aquí estamos para el entrenamiento, pero recuerden una cosa, todos nos ayudaremos, sin importar la situación. ¿De acuerdo? —dice Derek serio y directo hacia el grupo.

Pero antes de que los demás respondan Derek mira a todos lados como si no lo escuchara nadie, hasta que pregunta.

—¿Trajeron las armas? —pregunta Derek en un tono muy bajo para que nadie lo escuche más que solo el grupo.

—No, ninguno de nosotros las trajo, porque pensamos que era solamente un entrenamiento —responde Erika por el grupo en un tono bajo, mientras que atrás todos responden negativamente con la cabeza girando de lado izquierdo al derecho.

—Bueno, no importa, Harry ve y tráelas, no hay tiempo. ¡Rápido! —exclama Derek a Harry con el mismo tono sigiloso.

—Bien, vuelvo enseguida —dice Harry en un tono sigiloso mientras se va de regreso al hotel.

—Bien, ahora subamos al camión —dice Derek de forma calmada mientras sube.

Todos responden positivamente, menos Alexander, y todos suben al camión: primero subió Erika, luego Akemi, Melissa, Derek y Alexander. Dentro del camión había dos asientos de forma recta en la derecha e izquierda del compartimiento y una ventanilla que conecta con la cabina del conductor. En lo que Derek y Erika se sientan en parte de la izquierda, y Alexander, Akemi y Melissa se sientan en la parte de la derecha.

—Una pregunta, Derek, ¿por qué preguntaste a todos si trajimos nuestras armas? —pregunta Erika en un tono serio y con intriga.

—Porque no se sabe lo que puede pasar, aparte saldremos a territorio enemigo y nospueden atacar, y si no tenemos el armamento necesario lo único que vamos a conseguir será que todos nosotros acabaremos en bolsas de basura —dice Derek en un tono tranquilo y con algo de seriedad.

Todos concuerdan con la opinión de Derek.

—Es verdad, son buenos motivos para que trajéramos las armas. ¡Bien pensado! —exclama Akemi con una sonrisa orgullosa.

—Me alegra que te preocuparas por nosotros —dice Erika mientras sonríe sin mostrar los dientes.

—Es lo que hago, ¿no? —dice Derek mientras mira a Erika con una sonrisa.

De repente, aparecen tres soldados de aparentemente veinticinco años; el primero tenía una gorra roja, el segundo una azul, y el tercero una verde, que tratan de provocar al equipo de Derek.

—¿Son los nuevos? Esperemos que no mueran en la siguiente misión —dice el primer soldado en un tono burlón.

—Maricas —dice el segundo soldado burlándose.

—Ustedes no deberían estar aquí, deberían morirse allá afuera, si son unos debiluchos —dice el tercer soldado burlándose.

—Deberían irse —dice el primer soldado.

—Ojalá el general jamás los hubiera elegido, esto es cosa de adultos, no de niños. Ustedes deberían irse para evitar crear más problemas, a Kenzo seguramente no le hará falta —dice el tercer soldado muy provocador.

Sin previo aviso, Alexander salta enajenado.

—¡Maricas y debiluchos serán ustedes, hijos de perra, tenemos todo el derecho de estar aquí! —exclama Alexander totalmente enojado.

—Uh, la niña se enojó —dice el segundo soldado irónicamente.

—No te metas con mi novio —dice Akemi muy firme.

—¡Cállate, puta, nadie te metió en esta conversación! —grita el segundo soldado antes de reírse a carcajadas.

Alexander sale del camión totalmente enajenado, y le agarra de las solapas al segundo soldado.

—¿Crees que esto es gracioso? —pregunta Alexander antes de darle un golpe con la mano derecha, haciéndolo caer en el piso con sangre entre los dientes.

Los dos soldados faltantes los agarran a cada brazo, al momento de esto, Derek junto con Melissa, Harry y Erika tratan de detener al primero y al tercero, gritándoles que se detengan. Después, el segundo soldado se levanta y le intenta pegar a Alexander con todas sus fuerzas.

Pero Derek lo agarra en el último instante sosteniendo con la palma de su mano el nudillo del segundo soldado, luego quiso golpear a Derek en la cara, sin embargo, este último lo bloquea con su otro brazo, haciendo que se muevan un rato de lado a lado, en un intento de zafarse del agarre del otro.

—Váyanse, no ganan nada provocándonos de esa manera, de hecho, esto los perjudicará a ustedes —dice Derek de manera fría y amenazante.

El segundo soldado se libra del agarre de Derek con odio, y este último lo deja en paz, al igual que Harry y Erika dejan al primer y al tercer soldado.

—De acuerdo, “señor”, solo hay una cosa por decir y que tienen que saber, si al general le pasa algo, todo será por culpa suya —dice el segundo soldado muy seriamente delante de Derek.

Los soldados se marchan caminando lentamente de burlesca.

—No entiendo qué ganan haciendo eso —dice Melissa con dudas.

—Patético —dice Alexander muy frío.

Ellos regresan al camión. Y justo a tiempo, Harry llega corriendo con dos maletines en sus manos con las armas dentro. 

—Disculpen si llegué tarde —dice Harry algo cansado.

—No te preocupes, llegaste a tiempo —dice Alexander con un tono arrogante.

Harry sube con dos maletines al camión y se sienta en el lado izquierdo.

—Venimos todos, ahora solo falta que Kenzo venga y dé la orden de irnos —dice Melissa mientras se fija en Derek de forma tranquila.

—Es verdad, solo falta esperar —dice Derek muy calmado.

Un rato más tarde aparece Kenzo con una gran sonrisa y les dice a todos:

—Muy bien, ahora partiremos hacia el lugar de entrenamiento programado, tranquilos, no es muy lejos desde donde estamos ahora, solo serán unos treinta kilómetros de aquí, paciencia —dice Kenzo de forma enérgica al grupo de Derek, quienes no se sorprendieron al escuchar la noticia.

—Perfecto, más tiempo que esperar. ¿Qué más se puede pedir? —opina Alexander de forma muy sarcástica y burlona.

—Bueno, no pasa nada —dice Harry con una sonrisa.

El resto del equipo opina de forma afirmativa mientras que Kenzo se alegra bastante.

—Es hora de partir —dice Kenzo igual de enérgico.

Kenzo entra al camión mientras que atrás había otra con otro grupo de soldados especializados. Después de unos veinticinco kilómetros ya se adentraban más en la ciudad que estaba más destruida. Pero al llegar a una zona muy apretada, llena de edificios y tiendas destruidas, se empezaron a escuchar disparos y más disparos. Fue entonces cuando cayó una granada cerca de los dos camiones, haciendo que el grupo de Derek se estremezca, lo que los obligó a parar y ponerse a la defensiva.

Dentro del camión, el grupo se sorprendió de lo que estaba pasando.

—¡Nos están atacando! —exclama Kenzo nervioso antes de parar de conducir —. Abran fuego —lo dice antes de bajar del camión y empezar a correr.

—¡Todos, en los dos maletines, busquen sus armas, rápido! —grita Derek hacia el grupo,quienes tienen agarrados los dos maletines con las armas adentro.

—De acuerdo —dice Alexander muy serio.

Abren los maletines y Derek agarra sus dos pistolas, Alexander, su revólver de cañón corto, Harry, una pistola ametralladora Cobra M11, Melissa, una pistola, y Erika, una pistola como la de Derek.

—Erika, ¿qué haces con esa pistola? Ellos te pueden lastimar, y no quiero que te pase nada —dice Derek muy preocupado mientras le quita la pistola a Erika sin hacer mucho esfuerzo.

—Solo quiero ayudar al grupo, no quiero ser un estorbo al cual tengas que cuidar siempre, solo quiero ayudarte. Por favor, Derek, ¿me dejarás ayudarte? —pregunta Erika con algo de tristeza.

Derek después de pensarlo por un momento. Entonces dejó que Erika usara un arma, aunque no estaba tan de acuerdo.

—¡Gracias, Derek!, te prometo que seré de gran ayuda. Aparte Akemi es quien se encargará de la asistencia médica. —Erika salta y se pone encima de él abrazándolo en el proceso.

—No hay de qué, Erika, pero con una condición —dice Derek mientras se levanta poco a poco después de que Erika se le tirara encima.

—¿Y cuál es esa condición? —pregunta Erika con duda.

—La condición es que te mantengas a mi lado todo el tiempo, simplemente porque noquiero que te hagan daño —dice Derek muy tranquilo y serio mientras tiene el dedo índice de la mano derecha apuntando arriba, sin levantar por completo su brazo.

—Siempre te vas a preocupar por mí, ¿verdad? —dice Erika con una sonrisa.

—Es mi deber como hermano mayor, ¿no? —dice Derek con una sonrisa de igual forma.

—¿En serio, Akemi? —pregunta Alexander sorprendido.

—Sí. Aparte yo no estoy para pelear, no me gusta. Por eso decidí ayudar en medicina —responde Akemi muy segura y orgullosa de sí misma.

—A mí me parece una buena elección, después de todo tú querías ser médica antes de que empezara la guerra. Sin embargo, no nos tienes que curar solo a nosotros, sino también al resto de los soldados —dice Melissa seria mientras recarga su arma.

—No te preocupes, además ellos pueden manejarse solos, no creo que haga falta ayudarlos también —dice Derek en un tono calmado.

—De acuerdo, entonces ya no hay ningún problema —dice Melissa de igual forma con una sonrisa sin mostrar los dientes.

—Bueno, Akemi, te encargo nuestra seguridad médica —dice Alexander mientras se agarra del hombro de Akemi en un tono calmado y directo.

—Bien, ¡vamos a atacar! —exclama Alexander con mucho entusiasmo mientras le suelta el hombro a Akemi.