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Ibis Delfa Lancibidad Larrauri es oriunda del Departamento de Flores. Nació el 15 de marzo de 1920 y se crio en el campo. Hija de una maestra y un juez de paz, disfrutó del aprendizaje en una escuela rural uruguaya mientras transitaba su niñez durante los años 30. Durante su adolescencia, sus padres decidieron mudarse al departamento de Canelones, en el barrio Colón, donde vivió sus años de soltera junto a sus dos hermanos menores Agustín y Rubén. Una mujer apasionada de la escritura desde su juventud, que se convirtió en profesora de Literatura, profesión que ejerció durante varios años durante su soltería. En el año 1945 conoció a su esposo, el Dr. Antonio Ferrara, padre de sus 4 hijos: Heraldo, Arnoldo, Liana y Ariadna, dejando su vocación para dedicarse a criar a sus hijos y nietos. Luego de toda una vida dedicada a su familia, a sus 96 años mientras transitaba su vejez, decidió que nunca es tarde para comenzar a escribir. Este libro refleja escrituras que son un homenaje a sus seres queridos e historias verídicas que junto con una gran creatividad de cuentos y poemas la consagran con esta publicación como una escritora centenaria. Una escritura de cuentos y poesía, realizada a puño y letra, recordando todo su pasaje por esta vida, sus andanzas y sus añoranzas. Ibis ha creado más de 1500 cuentos, poemas y escrituras de temas variados. La literatura, la lectura y la escritura que ha sabido apreciar, no solo como un pasatiempo sino como un hábito de aprendizaje cultural, se ve reflejado en este libro que ha comenzado a escribir a sus 101 años y finalizado a sus 102 años, convirtiéndose así este en el primer tomo de la primera escritora más longeva de la República Oriental del Uruguay y probablemente de América Latina y el mundo.
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Seitenzahl: 67
Veröffentlichungsjahr: 2023
IBIS LANCIBIDAD
Ibis LancibidadIbis : cuentos y poesía contemporánea / Ibis Lancibidad. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2022.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-3191-9
1. Poesía. I. Título.CDD U860
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Prólogo
Introducción
Empiezo la cuadernola 1 de junio de 2021…
Yo también fui joven
Consejos
Verdad
Césped
Mente
Inundar
Los edificios
Pueblito
Televisión
La naturaleza
El ombú
El rancho
Los montes
Agua
Frutos
Los árboles
Tercera edad
Votar y botar
Nuestros campos
Nuestro cielo, nuestro sol
Los juegos
Un regalo
Cuentas
El espejo
Postres
La luz
Silencio
VTV
Papel
Nubes
La Pandemia
¡Tal vez sí, tal vez no!
Perfume
Política
Nuestros
Gracias
Olga
Los autos blancos
Mirar
Sol
Para el Sol
Papá
El calor y el destino
El número doce
La mentira
Los colores
Caminar
Semilla
Interior
Masoller
Mis tres banderas
El osito Nico y su hermano Lás
El Anciano
Nubosidad
Flores
Cuentas
Mi cielo
Mi césped
Mi viento
Mi lluvia
El clavo
Mis nubes
Es verídico
El trompo
El perfume
El caracol
El índice
La luz
Isabel
A Margarita
¿Por qué cuatro ojos ven más que dos?
¡No insistas!
Pensar
Recuerdos
Caramelo
Los Cuentos
Catalina Cuento
Picaflor
La autoestima
Eunice
Futuro
Nieve
La luz
Emmita
Fui niña rural
La escuela rural
El izar la bandera
Los trompos
Claudio
Las muñecas de trapo
Los Reyes Magos
El Gaucho Che
El carpinchito Pablito
El primus de 3 boquillas
La galletería
Un cumple
Otro cumpleaños
El Parque Rodó de Estefanía
El pollito
Mi amigo el marinero
El señor que fumaba
La ortodoncia
La ambulancia
Un periodista de CNN en español
El libro colibrí
Maestros y maestras
A mi esposo Antonio que siempre estará en mi corazón,
A mis hijos Ariadna, Heraldo, Arnoldo y Liana,
A mis nietos Allison, Stephanie, Romina, Fiorella, Florencia y Mathías,
A mis bisnietos Helena, Guillermo, Emma, Julieta y Federica,
A mis hermanos Rubén y Agustín que ya no están a mi lado,
A mis sobrinos Ofelia, Gustavo, Carina y Agustín,
A mi prima Adelita,
A Mari y sus hijas, Mónica y Natalia, que siempre fueron familia para mí,
A Freddy mi yerno y acompañante por las tardes cuando mi hija Ariadna está trabajando,
A mi Doctora en Geriatría Margarita Bruzzone,
A mis amistades que me han acompañado a lo largo de toda la vida,
A mi querida Sociedad Femenina por todas las hermosas tardes de té que hemos compartido juntas,
A todos los integrantes y miembros de mi Iglesia San Pablo Metodista,
A todos ustedes, gracias por ser parte de mi vida día a día.
Mi nombre es Ibis Delfa Lancibidad Larrauri, nací en el departamento de Flores, cuarta sesión judicial costas del Río San José. Mi cuna fue sencilla, muy culta, muy respetuosa y sobre todo muy cariñosa. Mi papá, era juez de paz de la cuarta y quinta sesión judicial de Flores.
Mi mamá, era maestra rural de la escuela seis o doce no recuerdo el número, pero en los archivos de enseñanza primaria del Departamento de Flores seguro estarán. Lo que sí recuerdo, es que donde trabajaba mi mamá, fue una escuela muy humilde. Mamá usó el S.O.S. Mi enseñanza primaria en la escuela rural número seis o doce, fue ahí también. Mi mamá, se llamó Gabina Larrauri. Mi papá, Gabino Lancibidad. La secundaria y profesorado lo realicé en Montevideo.
Mi libro está escrito con retazos de mi niñez hasta mis ciento tres años. Comencé a escribir cuando era profesora de literatura. Luego, paré mi carrera para poder dedicarme a mi familia, a la crianza de mis hijos. A mis noventa y seis años, comencé a escribir nuevamente para distraerme día a día. Escribo todos los días para mí, a puño y letra para poder tener una actividad que me permita distraerme y tener activa la mente.
Entre carpetas y carpetas, cuadernolas y hojas sueltas que tengo, se ha realizado una recopilación de lo último que he escrito durante mis ciento uno, ciento dos y ciento tres años de vida, comenzando por todas las escrituras que he realizado desde el primero de junio de veinte veintiuno en adelante. Sepan que estas no son todas las escrituras que he realizado. Todavía quedan muchas otras que tengo guardadas de años anteriores por publicar.
En este libro encontrarás un repaso de mi vida. Todos los cuentos y poemas fueron creados durante mi vejez. Como profesora de Literatura que soy, desde mi juventud, siempre me ha apasionado la escritura y la literatura. Al verme escribir, un día, mi nieta menor Allison, me incentivó a publicarlos. Yo escribí toda la vida para mí, para distraer mi mente, para estar y sentirme activa durante mi vejez.
Escribir nos hace mucho bien a todas las personas mayores y también leer, pero debo confesarles que siempre pensaba en qué iban a hacer mis familiares con mis escrituras el día que yo faltase o que ya no estuviese en este mundo. Me quedaba la duda si las iban a publicar o si las iban a prender fuego o quemar.
Le agradezco a mi nieta Allison por haberme incentivado a publicar este libro. Para mí, consagrarme como escritora a mis ciento tres años es muy importante. Irme de este mundo, sabiendo que cumplí un sueño, es un gran deseo para mí que no se puede explicar con palabras. Espero que otras personas mayores también se animen a publicar sus libros, escrituras o a dedicarse a lo que realmente les gusta sin importar la edad que tengan. Mi mensaje para todos ellos es que miren siempre adelante, adelante y siempre adelante.
No usaba lentes, ni miraba al piso como lo hago hoy.
Miré de frente y la ilusión llegó.
Fueron adolescentes o incomprendidos.
Yo los comprendí.
Leímos juntos la Biblia, El Quijote, Los Miserables.
¡Qué autores difíciles hay que comprender!
Un día el Señor me dijo: “Tu camino es otro, tienes que empezar”.
Durante cincuenta y cuatro años enseñamos juntos.
Muchos consejos, sobre todo el de respetar.
Hasta que una noche fría de agosto vino y se lo llevó.
Yo también fui joven.
No usaba lentes, ni miraba el piso como lo hago hoy.
Los consejos son alertas a la vida.
Suelen ser malos y muy malos,
que hasta de la libertad te pueden privar.
Los consejos buenos y muy buenos,
de los verdaderos consejos, los de papá y mamá,
llegan a la mente de cada hijo o hija y allí crecerán.
Fortalecidos son consejos que nunca se borrarán.
La verdad siempre duele, por eso se llama verdad.
Muchas veces se agradece con una sonrisa.
Otras con rostros de desigualdad.
La verdad abre caminos.
Es solo usar el pensar para poder solucionar problemas.
Mirar y mirar a cada alrededor o a la distancia y la verdad, en un pequeño rincón suele estar.
La verdad es amarga y duele,
pero puede ser medicinal.
El césped adorna jardines, canteros y entradas a las casas.
Son verdes, podados y bien cuidados.
Muchas veces, regado por las perlas del rocío,
igualando collares de perlas que brillan con la luz del sol.
El sol las recoge.
Se las lleva a su domicilio.
Allí los cuida, pensando en el próximo jardinero,
si se olvida de regar el jardín.