Imaginar y crear el futuro - Juliana Luisa González Hurtado - E-Book

Imaginar y crear el futuro E-Book

Juliana Luisa González Hurtado

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Beschreibung

Con un lenguaje preciso pero carente de tecnicismos, este libro gira en torno a los problemas políticos, sociales y medioambientales a los que, en estos momentos, se enfrenta la humanidad y señala cómo, a pesar de un estudiado proceso de alienación, se está gestando una nueva sociedad civil que se siente responsable del mundo que dejará a las futuras generaciones, un mundo más humano y solidario. Su autora, de formación científica ajena a la disciplina de la Economía, pone de manifiesto en este libro su deseo de colaborar en la urgente creación de ese nuevo mundo.

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IMAGINAR

Y

CREAR EL FUTURO

SEGUNDA EDICIÓN, CORREGIDA Y AUMENTADA

© Juliana Luisa González Hurtado

© Imaginar y crear el futuro

ISBN papel: 978-84-685-1687-5

ISBN digital: 978-84-685-1692-9

Depósito legal: M-31778-2017

Impreso en España

Editado por Bubok Publishing S.L.

Reservados todos los derechos. Salvo excepción prevista por la ley, no se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos conlleva sanciones legales y puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

 

Índice

 

PRESENTACIÓN

 

1 CRISIS. SIGLO XXI

CRISIS ACTUAL

CONCIENCIA DE ESPECIE

PROCESO DE HUMANIZACIÓN

OPORTUNIDAD PARA CAMBIAR

 

2 SISTEMA ECONÓMICO

FUNDAMENTALISMO DEL LIBRE MERCADO

MERCADOS PERFECTOS Y MERCADOS REALES

ECONOMÍA Y ÉTICA

RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LA EMPRESA (RSE)

CIENCIA DE LA ECONOMÍA

MATEMATIZACIÓN Y FORMALIZACIÓN

CAMBIO DE PARAGIGMA

TEORÍA DE LA ELECCIÓN RACIONAL

INVESTIGACIONES EN PSICOLOGÍA Y NEUROCIENCIA

 

3 MERCANTILIZACIÓN DE LA REALIDAD. BIENES COMUNES

GANGRENA DE LAS SOCIEDADES CONTEMPORÁNEAS

NAVE ESPACIAL “TIERRA”

VACÍO DE INGENIO

RECURSOS RENOVABLES

ALGUNOS BIENES COMUNES DE LA HUMANIDAD

BIENES COMUNES QUE NO SON RECURSOS NATURALES

GESTIÓN CORRECTA DE LOS BIENES COMUNES

EL CONOCIMIENTO COMO MERCANCIA

PATENTES

MEDICAMENTOS

ROBO DE CONOCIMIENTOS

COMPARTIR CONOCIMIENTOS

CONSTRUYENDO CULTURA

RENTA BÁSICA DE LA CIUDADANÍA

 

4 ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO

DERECHOS HUMANOS

FALTA DE DEMOCRACIA

EMPRESAS TRANSNACIONALES

ÓRGANO DE SOLUCIÓN DE DIFERENCIAS (O CONFLICTOS)

INTENSA ACTIVIDAD COMERCIAL

COMPORTAMIENTO DE LOS PAÍSES INDUSTRIALIZADOS

PROPUESTAS DE REFORMA

TEORÍA DE JUEGOS

COMERCIO JUSTO

ACUERDO GENERAL SOBRE EL COMERCIO DE SERVICIOS (AGCS)

NUEVOS TRATADOS COMERCIALES

MÁS SECRETOS

 

5 GLOBALIZACIÓN

MOVIMIENTO DE EMPRESAS. DESLOCALIZACIÓN

MOVIMIENTO DE PERSONAS. EMIGRACIÓN

MOVIMIENTO DE CAPITALES

OPERACIONES ESPECULATIVAS

PARAISOS FISCALES

MOVIMIENTO SOCIAL ALTERNATIVO

IMPUESTO SOBRE TRANSACCIONES FINANCIERAS

 

6 CRISIS FINANCIERA

ORIGEN

EL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL (FMI)

EL FMI EN LOS PAÍSES EN DESARROLLO

EL FMI EN LA UNIÓN EUROPEA

REFORMA LABORAL

EL TRABAJO ASALARIADO Y LAS REVOLUCIONES INDUSTRIALES

EMPRESAS SOCIALES

REFORMAS ESTRUCTURALES

SALUD DE LOS BANCOS

APLICACIÓN DE UN IMPUESTO A LAS TRANSACCIONES FINANCIERAS

¿ES PROBABLE OTRA CRISIS FINANCIERA?

PENSAMIENTO CREATIVO DE LA SOCIEDAD CIVIL

ALTERNATIVAS AL SISTEMA FINANCIERO

CAPITAL SOCIAL

BANCOS DE TIEMPO

 

7 CRECIMIENTO ECONÓMICO Y DESARROLLO HUMANO

PRODUCTO INTERIOR BRUTO (PIB)

CONFLICTOS ARMADOS

CIVILIZACIÓN

IMPORTANCIA DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO

FOMENTO Y EXPANSIÓN DE NECESIDADES

OBSOLESCENCIA PROGRAMADA Y PARADOJA DE JEVONS

PRODUCTIVIDAD

MODO DE VIDA ESCLAVO

COMPETITIVIDAD. CRISIS ECOLÓGICA

JUSTICIA UNIVERSAL

ANTÍTESIS DE LA SABIDURÍA

LÍMITES AL CRECIMIENTO. DESARROLLO SOSTENIBLE

ALIENACIÓN

OBJETORES DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO

COLABORAR Y COMPARTIR

COMUNIDADES DE TRANSICIÓN

FETICHE DEL CRECIMIENTO Y TEORÍA DE LA FILTRACIÓN

DESARROLLO HUMANO

EL PROBLEMA DE LA CULPA

 

8 DESIGUALDADES ECONÓMICAS

CONCEPTO DE JUSTICIA SOCIAL

DESIGUALDAD ECONÓMICA EN UN MISMO PAÍS

POLÍTICA ECONÓMICA

ESCALA DE RETRIBUCIONES

ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA

APOROFOBIA

ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN

DEMOCRACIA

RECUPERACIÓN DE LOS BIENES COMUNES

SABIDURÍA DE LAS MULTITUDES

DESIGUALDAD ECONÓMICA ENTRE PAÍSES

CONFLICTOS CIVILES. TERRORISMO

HUYENDO DE LA GUERRA Y DEL HAMBRE

BANALIDAD DEL MAL

RESPONSABILIDAD SOCIAL

 

9 MUNDIALIZACIÓN, NO GLOBALIZACIÓN

PROBLEMAS MUNDIALES

ESTADOS-NACIÓN

CAMBIO DE MENTALIDAD. CRISIS DE VALORES

MÚLTIPLES CULTURAS

IMMANUEL KANT y LA PAZ PERPETUA

ORGANIZACIÓN DE NACIONES UNIDAS

PARLAMENTO MUNDIAL

CIUDADANOS DEL MUNDO

 

LIBROS CONSULTADOS

presentación

Este libro es la segunda edición, corregida y ampliada, de uno anterior en el que recogía los textos más significativos publicados en mi blog Imaginar y crear el futuro (<http://pildoras-para-pensar.blogspot.com/es>), inaugurado el último día de mayo de 2011. Entonces estábamos empezando a sufrir las consecuencias de las políticas decretadas para hacer frente a la crisis financiera que se originó en 2008. Ahora estamos en una época en la que múltiples y muy diversos acontecimientos se suceden a una velocidad vertiginosa. Necesitaba escribir una segunda edición para hablar y pensar sobre esos nuevos avatares, y, sin duda, para tratar, ampliar y corregir algunos aspectos de aquella última edición. Tanto entonces como ahora, mi objetivo es contribuir a la urgente tarea de crear un futuro mejor.

La expresión “Imaginar y crear el futuro” nació, como indiqué en su momento, de mi convicción de que era necesario construir un mundo nuevo, más justo para todos los seres vivos que habitan el planeta Tierra y de mi creencia de que para su construcción había, primero, que imaginarlo. Imaginar el futuro, ¿por qué? Porque a través de nuestra imaginación innovamos, soñamos e inspiramos a otros a hacer lo mismo, es decir, estamos dando un paso hacia el logro de ese nuevo futuro. Julio Verne dijo que “no hay nada como imaginar para crear el futuro, ya que lo que hoy es utopía será carne y sangre mañana”. Sin embargo, no hay que confundir imaginar el futuro con crear ilusiones acerca de él y hay que ser conscientes de que hacer realidad una utopía nunca es fácil ni rápido. El subtítulo “píldoras para pensar” está relacionado con la idea de que para crear un futuro distinto hay que pensar críticamente el presente.

Debo confesar que no soy especialista en nada, aunque aprendiz en todo. Los textos publicados en el blog, algunos de ellos recogidos en este libro, son producto de detalladas reflexiones y búsqueda de información acerca de los acontecimientos que se iban sucediendo. El lector podrá estar en desacuerdo con determinadas conclusiones, por no decir con la mayoría de ellas, pero me gustaría que, incluso aunque sea así, halle en los argumentos expuestos, materia de reflexión, de pensamiento crítico. Los textos extraídos del blog, obviamente elegidos de forma selectiva, se presentan en este libro, con sangría y letra de menor tamaño, indicando al final la fecha de su publicación en el blog mencionado. Estas “píldoras” aparecen unas veces completas y otras fraccionadas, pero nunca en orden cronológico, sino agrupadas en nueve capítulos.

Para empezar, muestro, como en la primera edición, la opinión de múltiples expertos de que lo que ha empezado a suceder no es una simple crisis financiera, sino una crisis sistémica de la que forman parte una crisis económica, una crisis ecológica y una crisis de valores o de derechos humanos. Termino este primer capítulo con un texto que se atribuye a Einstein en el que este científico señala que toda crisis es, en realidad, una oportunidad para mejorar, para crear un mundo mejor.

Con el objetivo de conocer, en primer lugar, en qué consiste la crisis económica, consideré imprescindible conocer los pilares sobre que se apoya el imperante sistema económico-social. Uno de ellos, fundamental, es el modelo sociológico que supone el sistema. Consideré obligatorio señalar que esa concepción antropológica no está avalada por ninguna de las investigaciones en Psicología y Neurociencia. A la exposición y análisis de estos temas dedico el segundo capítulo.

Este sistema económico-social ha convertido en mercancía, es decir, en objeto de compraventa todo, incluidos los derechos humanos y los bienes comunes de la humanidad. Por ello, el tercer capítulo se centra en analizar las consecuencias de la privatización de algunos de los bienes comunes de la humanidad, a señalar quiénes tienen suficiente dinero para proceder a su compra y, lo que creo más importante, la existencia de un método de gestión de estos bienes que permite su uso actual al mismo tiempo que se dejan en buenas condiciones para que lo usen las generaciones futuras. Especial atención concedo al conocimiento como mercancía y a la existencia de colectivos que defienden la consideración del conocimiento como bien común de la humanidad. Un eslogan popular que traspasa las fronteras nos recuerda que “el mundo no es una mercancía”.

Si todo es objeto de compraventa, es necesario conocer las características de la institución internacional encargada de regular su comercio. Dedico el cuarto capítulo a la Organización Mundial de Comercio, una organización que ignora la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los valores ligados a la dignidad humana. Asimismo, incluyo en este capítulo algunas alternativas, por ejemplo, la del comercio justo. Como complemento, menciono la propuesta de nuevos acuerdos internacionales de comercio y de inversiones.

A continuación, es necesario hacer referencia al fenómeno de la globalización: deslocalización de la actividad productiva, movimiento de personas y consecuencias derivadas del movimiento de capitales. Termino este quinto capítulo hablando de la primera actuación del movimiento social alternativo y de una de sus propuestas estrella: un impuesto a determinadas transacciones financieras.

Todos estos problemas resuenan con particular intensidad en el actual contexto marcado por la crisis financiera de 2008. En el sexto capítulo, menciono el verdadero origen de la crisis, la existencia del FMI, las actuaciones en los países del Tercer Mundo y, con estos antecedentes, describo y comento las consecuencias de las “recetas” decretadas en el caso de la actual crisis. A continuación, describo las discusiones, en la Unión Europa, acerca de la oportunidad de aplicar el impuesto a las transacciones financieras, propuesto por el movimiento social alternativo, y un interesante comentario sobre la probabilidad de que tenga lugar otra crisis financiera. Termino describiendo las nuevas instituciones de crédito creadas por la sociedad civil, como reacción a la indignante decisión de salvar a los bancos con dinero de los ciudadanos.

El séptimo capítulo gira en torno al análisis del que parece objetivo único del sistema: el crecimiento económico. Describo las consecuencias para el medio ambiente y el modo de vida que impone a los ciudadanos la búsqueda de un crecimiento económico ilimitado. Cito aquí algunas propuestas de desarrollo sostenible, hasta ahora nunca tenidas en cuenta por las élites. En este entorno, parece oportuno aludir a las consecuencias de las últimas revoluciones industriales. Tras el análisis del parámetro utilizado para medir el crecimiento económico, comento las consecuencias de incluir en dicho crecimiento actividades como la fabricación de armas. También recuerdo la conexión existente entre la crisis económica, crisis ecológica y crisis de valores, que obliga a hablar de crisis sistémica. A continuación, describo distintos movimientos y propuestas de la sociedad civil opuestos al crecimiento económico como un fin en sí mismo. En el mismo capítulo, incluyo el concepto de desarrollo humano y los parámetros diseñados para su medida, y termino presentando unos ejemplos que ponen de manifiesto hasta qué punto es inapropiado calificar de civilizados a los países ricos.

El octavo capítulo trata de la justicia social, la desigualdad económica y la democracia en los países mal llamados desarrollados y democráticos. Existen propuestas de economías alternativas, no excluyentes entre sí, pero coincidentes en la búsqueda de un mundo en el que no triunfe la economía sobre los valores humanísticos. Puesto que la justicia social no puede restringirse a lo que acaece en el interior de estos países, incluyo, en este capítulo, el tema de la desigualdad económica entre países y los conflictos derivados de una falta de justicia social global, dentro de un mundo sin piedad ni compasión, entregado al interés privado. En este punto, no puedo ignorar el trato que, en ese contexto, están dando todos los países de la Unión Europea a las personas que huyen de la guerra y del hambre.

Reservo el noveno capítulo para señalar el carácter mundial de los principales problemas con los que, en estos momentos, se enfrenta la humanidad y, puesto que no es posible solucionar localmente problemas globales, analizo la existencia de naciones soberanas y múltiples culturas. A este respecto, es muy interesante el libro de Inmanuel Kant La paz perpetua, lo que me lleva a ocuparme de la necesidad de democratizar la globalización mediante un gobierno mundial. Con este objetivo, presento dos alternativas compatibles: una Organización de Naciones Unidas reformada y un Parlamento Mundial. Finalizo este apartado señalando la existencia de personas que se declaran ciudadanos del mundo.

Debo señalar la frecuencia con que he recordado la responsabilidad de los ciudadanos y cómo la historia ha puesto de manifiesto que las grandes transformaciones nunca han tenido lugar por la fuerza de las armas, sino por la fuerza de las ideas, propiciando un cambio de mentalidad. Lo expliqué ya en el primer texto publicado en mi blog:

Sin duda, no se trata de pronosticar el futuro, pero sí de prepararlo: el futuro no hay que profetizarlo, sino construirlo. En algún sitio he leído que cuando en épocas anteriores tuvo lugar un profundo cambio, los hombres y las mujeres que lo vivieron no fueron conscientes de su importancia histórica, pero nosotros tenemos ahora conocimientos suficientes para entender lo que está sucediendo, es decir, de una manera u otra, podemos sentirnos hacedores de nuestro futuro, aunque éste sea impredecible (30-mayo-2011).

No puedo terminar esta presentación sin agradecer la labor de corrección y revisión, desde los primeros borradores hasta el texto final, realizada por mi hija Silvia. Porque, en palabras de Margaret Mazzantini, “Nadie se salva solo”.

1 CRISIS. SIGLO XXI

Según la última edición del Diccionario de la Lengua Española (DLE), una crisis es, entre otras acepciones posibles, un ‘cambio brusco en el curso de una enfermedad, ya sea para mejorarse, ya para agravarse el paciente’, una ‘mutación importante en el desarrollo de otros procesos, ya de orden físico, ya históricos o espirituales’ o una ‘situación dificultosa o complicada’. En el ámbito social, político y económico, se puede decir que una crisis es una situación complicada que, si se trata de forma adecuada, puede conducir a un mundo mejor.

En este capítulo, presento lo que he aprendido sobre las características de la actual crisis, y, para captar mejor la importancia de esas características, lo que se entiende por conciencia de especie y en qué consiste el proceso de humanización. Para terminar, a través de un cuento, indicaré lo que Albert Einstein dijo acerca de la posibilidad de que la crisis nos lleve a un mundo mejor.

CRISIS ACTUAL

Partiendo de un artículo periodístico de Alain Touraine, sociólogo y director del Instituto de Estudios Superiores de París, titulado “Las tres crisis” (El País, 6 de enero de 2010), escribí:

Estudiosos de distintas ramas del saber indican que la crisis financiera no es la única que nos debe preocupar; señalan una crisis ecológica y una crisis de los derechos humanos, todas íntimamente relacionadas entre sí y todas mundiales, no locales.

La crisis ecológica, cada vez de forma más apremiante, obliga a tomar decisiones relacionadas con el hecho de que el crecimiento económico sea el eje sobre el que gira el actual modelo económico-social.

A ello hay que añadir, como he indicado, la crisis de los derechos humanos, derechos universales que son pisoteados, tanto en los países del Sur como en los del Norte.

Son tres crisis que se refuerzan mutuamente y suponen un cambio de mentalidad (30-mayo-2011).

La situación es complicada porque, como dice Touraine, las tres crisis están íntimamente conectadas entre sí y no se pueden solucionar de forma aislada.

Alain Touraine afirma en el artículo mencionado: "En vez de soñar de forma irresponsable con una salida a la crisis que suele definirse, demasiado alegremente, en función de la reanudación de los beneficios de los bancos, debemos tomar conciencia de la necesidad de renovar y transformar la vida política para que sea capaz de movilizar todas las energías posibles contra unas amenazas que son mortales. […] Se trata de defender al conjunto de la humanidad".

A juicio de este autor, no es el actual sistema económico-social el que puede abordar el problema, pues sus instituciones “están apoyadas por legiones de intereses que se oponen a un cambio fundamental", sino la acción de mujeres y hombres que están vislumbrando las enormes posibilidades que tienen por el simple hecho de ser seres humanos, es decir, por tener “conciencia de especie” y que, por ello, se sienten en la obligación de transformar el sistema económico transformando su modo de vivir (10-abril-2012).

Sin duda solo la ciudadanía - esos “mujeres y hombres que están vislumbrando las enormes posibilidades que tienen por el simple hecho de ser seres humanos” – puede hacer algo.

Unos meses más tarde, tras la lectura de un artículo, “Performances” (El País, 8 de agosto de 2012), de Enrique Gil Calvo, sociólogo y profesor en la Universidad Complutense de Madrid, esta fue mi reflexión:

Estamos en una crisis provocada por los mercados financieros, pero que, según muchos estudiosos, ha sacado a la luz dos importantes crisis, más o menos en estado de hibernación: una crisis ecológica y una crisis moral. Tres crisis [financiera, ecológica y moral] consecuencia de un sistema obsesionado, entre otras cosas, por la no regulación y la competitividad (16-septiembre-2012))

La no regulación y la competitividad son, como indicaré en un capítulo posterior, los pilares sobre los que se asienta el actual sistema económico-social.

Según Enrique Gil Calvo, se acepta que la mejor solución, por ahora algo utópica, es "la de convertir la actual crisis de los mercados en una verdadera crisis del sistema, eventualmente capaz de dar a luz un nuevo modelo de sociedad. Una sociedad sostenible y ya no basada en el depredador capitalismo neoliberal que, de ciclo en ciclo y de burbuja en burbuja, está conduciendo al planeta a un inminente colapso como el de la isla de Pascua ahora masivamente amplificado a escala global". Esa solución solo es posible mediante una fuerte movilización que conduzca a un cambio de mentalidad (16-septiembre-2012).

En relación con el concepto de utopía, mencionado por Enrique Gil Calvo, recogí unos párrafos de un ensayo de Claudio Magris, uno de los grandes intelectuales de nuestro tiempo. El ensayo fue escrito en 1996 y se titula Utopía y desencanto. Historias, esperanzas e ilusiones de la modernidad. He aquí algunos de los párrafos (1996: 9-15).

“Las utopías revolucionarias son una levadura, que por sí sola no basta para hacer pan, contrariamente a lo que han creído muchos ideólogos, pero sin el cual no se hace pan. El mundo no puede ser redimido de una vez para siempre y cada generación tiene que empujar, como Sísifo, su propia piedra, para evitar que ésta se le eche encima aplastándole. La conciencia de estas cosas supone la entrada de la humanidad en la madurez espiritual.”

“El final y el principio del milenio necesitan utopía unida al desencanto. El destino de cada hombre, y de la misma Historia, se parece al de Moisés, que no alcanzó la Tierra Prometida, pero no dejó de caminar en dirección a ella. Utopía significa no rendirse a las cosas tal como son y luchar por las cosas tal como deberían ser; saber que al mundo, como dice un verso de Brech, le hace falta que lo cambien y lo rediman.”

“Pero la utopía da sentido a la vida, porque exige, contra toda verosimilitud, que la vida tenga un sentido; don Quijote es grande porque se empeña en creer, negando la evidencia, que la bacía del barbero es el yelmo de Mambrino y que la zafia Aldonza es la encantadora Dulcinea. Pero don Quijote, por sí solo, sería penoso y peligroso, como lo es la utopía cuando violenta la realidad, creyendo que la meta lejana ha sido alcanzada, confundiendo el sueño con la realidad e imponiéndolo con brutalidad a los otros, como en las utopías totalitarias”.

“Utopía y desencanto, antes que contraponerse, tienen que sostenerse y corregirse recíprocamente.”

“El mal radical, la radical insensatez con que se presenta el mundo, exige que lo escrutemos hasta el fondo, para poderlo afrontar con la esperanza de superarlo” (16-junio-2011).

En opinión de Antón Costas, catedrático de Política Económica de la Universidad de Barcelona (“Una rara oportunidad”, El País, 14 de junio de 2009):

Cuantas más vueltas le doy a lo que está ocurriendo, más me convenzo de que lo que tenemos delante es una rara oportunidad histórica, sin que para ello tengan que ocurrir episodios dramáticos como fueron la Gran Depresión de los años treinta o la Segunda Guerra Mundial.

CONCIENCIA DE ESPECIE

Como ya he adelantado, Touraine indica que para solucionar la crisis son necesarios mujeres y hombres que tengan conciencia de especie. Pero ¿qué es tener “conciencia de especie”?

Eudald Carbonell, catedrático de Prehistoria, codirector del yacimiento de Atapuerca (Burgos) y premio Príncipe de Asturias, a lo largo de una conferencia que impartió en la inauguración de unos Cursos Monográficos sobre Patrimonio Histórico que tuvieron lugar en Reinosa (Asturias), reflexionó sobre la necesidad de "generar conciencia de especie" y defendió la estrategia de "convertir el conocimiento en pensamiento". Para este catedrático, el paso a la sociedad del pensamiento supone acelerar el "proceso de humanización": el conocimiento sin pensamiento es patrimonio de los ordenadores.

Tener "conciencia de especie" es ser consciente de las características que diferencian a la especie humana de otras especies animales y potenciar esas características. El ser humano, además de ser capaz de pensar -lo que no hacen otros seres vivos-, es el último eslabón en la cadena de la evolución y, quizás como tal, tiende a ser cada vez más humano, aunque en ese proceso, conocido como "humanización", en ocasiones experimenta importantes retrocesos que requieren un especial esfuerzo para recuperar la senda correcta.

Un periodista y escritor que ha cursado estudios de Teología, Filosofía, Psicología y Filología Comparada, Juan Arias, escribe en uno de sus libros, Proyecto esperanza. Motivos para amar nuestro tiempo (2008: 22), que "ese impulso del ser humano inteligente hacia una mejoría de la especie y, por tanto, hacia una civilización perfeccionada, es asombrosamente poderoso" y surge "cuando la Humanidad se encuentra ante un peligro o una tentación de retroceso".

El hecho de presentar una configuración humana no es suficiente para pertenecer a la especie humana: hay personas, efectivamente, que con sus actos han dejado de formar parte de ella. Los seres humanos estamos legitimados para defendernos de quienes, teniendo nuestra misma configuración, no pertenecen a la especie humana: estamos legitimados para establecer un sistema económico y social verdaderamente humano.

El prusiano Inmanuel Kant, considerado como uno de los filósofos más influyentes de la Europa moderna, decía que vivir éticamente no es conformarse con lo que pasa –el hambre, la pobreza, las promesas incumplidas, la mentira como institución-sino “decretar lo que debería pasar” (22-julio-2011).

En una ocasión, le preguntaron a Eudald Carbonell: ¿De qué depende nuestra supervivencia? "De que tengamos conciencia de especie", fue su contestación.

Tener conciencia de especie es lo único que puede acelerar el proceso de humanización; algo, en estos momentos, realmente urgente. Tanto se ha retrocedido que se están perdiendo características como empatía y solidaridad, que manifestamos al nacer y que en el pasado nos han salvado de muchos peligros (14-enero-2012).

Según Carbonell, "todos los mamíferos tienen inteligencia y conciencia, algunas aves y otros tipos de familias ecológicas también. Ahora bien, conciencia operativa a nuestro nivel, no la tenemos más que nosotros".

¿Cómo activar nuestra «conciencia operativa»? Eudald Carbonell defiende la estrategia de «convertir conocimiento en pensamiento»: pensar de forma crítica y creativa, dialogar y actuar. Carbonell afirma que aún no somos humanos, pues apenas si hemos empezado a tener “conciencia de especie”. Para él, solo se puede avanzar en humanización a través de un «proceso social crítico».

Desde la más temprana edad, todos los niños y niñas deben estar orgullosos de pertenecer a la especie humana y deben saber lo que ello significa; deben aprender a ser hombres y mujeres en el sentido más amplio y profundo (18-noviembre-2012).

PROCESO DE HUMANIZACIÓN

“Tener conciencia de especie es lo único que puede acelerar el proceso de humanización”. Pero … ¿en qué consiste el proceso de humanización?

En relación con la evolución de la especie humana, se distinguen dos procesos: el proceso de "homonización" y el de "humanización".

El primero, el de homonización, se refiere al conjunto de cambios que sufrieron nuestros antepasados, los primeros homínidos, al pasar desde una fisonomía parecida a la de los simios hasta el estado actual: cambios en la cara y los dientes, tamaño del cerebro, caminar con dos pies, adquisición del lenguaje articulado...

Por otra parte, el proceso de humanización está relacionado con la serie de logros fundamentales relacionados con la dignidad del ser humano, es decir, se refiere a la forma como los seres humanos han ido poniendo de manifiesto, claramente, su "humanidad". Es así como se habla de "naturaleza humana" o "esencia humana".

Entre estos dos procesos existe una importante diferencia. Mientras que el ser humano crece orgánicamente hasta cierto punto, tras el cual deja de crecer, puede estar creciendo en humanización sin restricciones hasta su muerte. No existe una especie superior a la especie humana: la evolución se detiene en el ser humano, homo sapiens.

A principios de la segunda mitad del siglo XX, el filósofo, paleontólogo y miembro de la Orden Jesuita, Teilhard de Chardin, autor de El factor humano, al defender la teoría de la humanización del hombre, indicó que era de "lenta y difícil elaboración a través del tiempo".

En esa lenta elaboración a través del tiempo, el proceso de humanización ha experimentado importantes avances e inesperados retrocesos. Numerosas personas, preocupadas por este tema, señalan que la crisis actual, además de económica y ecológica, es una crisis de valores, señalando, con esto último, la pérdida de humanidad que se ha experimentado en los últimos años (5-diciembre-2012).

Los acontecimientos que están teniendo lugar durante estos últimos años me han obligado a insistir en la naturaleza de este proceso.

El proceso de humanización permite la transformación del Hombre en Ser Humano. A través de él se han ido estructurando las manifestaciones intelectuales, afectivas, sociales del ser humano construyendo lo que denominamos conciencia humana, que nos va separando, cada vez más, del resto de las especies animales y vegetales con las cuales compartimos nuestro mundo.

Gracias a ese proceso, el ser humano, a diferencia de los restantes seres vivos, ha logrado desarrollar sentimientos conscientes y manejables, entre los que destacan la solidaridad, el amor al prójimo, la empatía, el compromiso con determinadas causas, etc. Si bien el ser humano también tiene elementos negativos en su esencia, se diferencia del resto de los seres vivos en que solo él puede desarrollarlos consciente y racionalmente (17-enero-2017).

Lo anterior lleva a la necesidad de distinguir entre inteligencia y sabiduría.

Los estudiosos preocupados por el tema no se cansan de señalar que, después de los adelantos científicos y técnicos obtenidos gracias a su inteligencia, el proceso de humanización es necesario para evitar un suicidio colectivo. Es necesario distinguir entre inteligencia y sabiduría, y empezar a actuar sabiamente (15-noviembre-2013).

Luis Alfonso Aranguren Gonzalo, doctor en Filosofía, licenciado en Teología y responsable del Programa de Voluntariado de Cáritas Española, en el seminario El proceso de globalización mundial hacia la ciudadanía global, que tuvo lugar en Barcelona en octubre y noviembre de 1999, realizó estas declaraciones (2000: 52):

Los optimistas dicen que nos encontramos ante una nueva etapa capaz de poner en marcha nuevas capacidades de humanización. Edgar Moreng, filósofo y sociólogo francés, habla del proceso de humanización del ser humano en el sentido de que, al parecer, tenemos un 90% de posibilidades para explotar unas neuronas que tenemos paradas. Personalmente me uno al cantautor Silvio Rodríguez cuando dice que nuestra era está pariendo un corazón; se muere de dolor precisamente porque está pariendo un corazón; asistimos al alumbramiento de una época nueva.

Un niño preguntó a su abuelo: “Abuelo, ¿para qué vivimos?”.

El abuelo contestó: “Para disfrutar de la vida colaborando en la construcción de un mundo mejor”.

OPORTUNIDAD PARA CAMBIAR

A continuación, recojo un cuento, con moraleja incluida, disponible en www.alexdeluna.com, que ilustra la creencia de que una crisis puede y debe ser una oportunidad para mejorar.

En las afueras de un pequeño y pobre pueblo -no importa de qué país- vivía una familia una vida apenas tolerable; las paredes de la casa parecían venirse abajo en cualquier momento, y el improvisado techo permitía que cayera el agua por todas partes. En aquellos diez metros cuadrados vivían ocho personas, sus miradas pobres, sus cabezas bajas, sus ropas sucias eran señal de que la pobreza no solo se había apoderado de sus cuerpos, sino que también se había apoderado de su interior. Como único alimento tenían la leche, no excesiva, de una vaca.

Un día un anciano maestro llevó a su joven discípulo a esa casa para que aprendiera una lección. Pero ¿cuál era la lección? Lo único que había aprendido el discípulo durante su estancia en esa casa eran los resultados del conformismo y la mediocridad, pero ¿era ésa la verdadera lección?

A la mañana siguiente, maestro y discípulo iniciaron su camino de regreso. Pero antes, el anciano maestro fue al lugar donde estaba la vaca, sacó su cuchillo y proporcionó al animal una herida mortal. ¿Qué nueva lección era ésa que exigía dejar a una familia en la ruina total? ¿Qué iba a suceder ahora con esa familia?

Sin preocuparse por la angustia de su joven discípulo y sin hacer caso de sus preguntas, el anciano inició su camino de regreso.

La historia cuenta que un año más tarde el maestro llamó a su discípulo y le sugirió retornar al lugar para ver qué había ocurrido con aquella familia. El lugar parecía el mismo, pero, por más esfuerzos que hicieron, no consiguieron encontrar la humilde vivienda. En su lugar ahora se levantaba una casa grande que parecía haber sido construida recientemente. "La muerte de la vaca había sido un golpe demasiado duro para aquella pobre familia", pensó el joven discípulo. Cuál no sería su sorpresa cuando del interior de la nueva vivienda salió el mismo hombre que un año atrás les había dado posada: ojos brillantes, ropas limpias, aseado, su sonrisa y actitud eran señal de que algo había sucedido.

Les invitó a entrar en casa y les contó cómo el mismo día de su partida algún envidioso había matado lo que era su única posesión: su vaca. Les explicó cómo, después de ese trágico día, se dio cuenta de que, a menos que hiciera algo muy rápidamente, su vida y la de sus hijos estarían en peligro. Así que limpió la parte de atrás de la pobre casucha, consiguió unas pocas semillas y sembró algunas hortalizas y legumbres. Poco después decidió vender algunos vegetales a sus vecinos y con esa ganancia compró más semillas. Y, de repente, sucedió que, por primera vez en su vida, se encontró con dinero suficiente para comprar algunas vestimentas y arreglar la casa. "Es como si la trágica muerte de nuestra vaca nos hubiera abierto las puertas de una nueva vida", dijo el hombre.

Fin del cuento. Creo que no es necesario explicar nada. Nos han obligado a pagar los desperfectos que, en busca de mayores beneficios económicos, ha ocasionado el sector financiero. Ello ha dado origen a paro, pobreza, educación y sanidad (derechos humanos) convertidos en mercancía de la que solo podrán disfrutar quienes tengan dinero, desaparición de la democracia... A no ser que hagamos rápidamente algo, nuestros hijos y nietos vivirán un verdadero infierno (3-febrero-2013).

De todas formas, unos días más tarde, trasladé el cuento al mundo real.

El Gobierno democráticamente elegido ha muerto como murió la vaca en el cuento de Alex de Luna: en ninguno de los dos casos la muerte ha tenido lugar por causas naturales. En nuestro caso, ahora sabemos que la democracia ha muerto a manos de los mercados. Sin embargo, una importante proporción de los ciudadanos piensa que esto pasará y que, después de un cierto tiempo, el gobierno, cualquiera que sea, conseguirá enderezar la situación. Sin duda, la muerte del Gobierno democráticamente elegido ha puesto de manifiesto nuestra pasividad: el techo no era capaz de resguardarnos de la lluvia y las paredes parecían venirse abajo, pero no hacíamos nada. Todo ello a pesar de que nos explicaban, de muy diferentes formas, las consecuencias de "un sistema obsesionado, entre otras cosas, por la no regulación y la competitividad".

Organizamos manifestaciones y protestas callejeras, a las que el sociólogo Enrique Gil Calvo denomina movilizaciones no convencionales, pero nada más. Son como los dolores de estómago que debían de experimentar los protagonistas del cuento los primeros días sin su ración de leche.

Si no queremos que nuestros hijos y nietos pasen penurias, debemos hacer lo que hizo la familia del cuento: debemos recurrir a todas las potencialidades (la parte de atrás de la casa) que tenemos como seres humanos; potencialidades que no hemos utilizado nunca, porque ya teníamos la vaca (7-febrero-2013).

Para describir la situación en la que nos encontramos, María Novo, directora de la Cátedra UNESCO de Educación Ambiental y Desarrollo Sostenible de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, emplea la expresión, acuñada por el economista y ensayista francés, Jacques Attali, “larga y difícil reescritura que separa dos formas provisionales del mundo” (2006: 53).

Termino este primer capítulo con el siguiente texto atribuido a Einstein:

Es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y a los países porque la crisis trae progresos. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar salidas y soluciones. En vez de eso trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer superarla.

 

 

 

 

 

2 SISTEMA ECONÓMICO

 

 

 

Puesto que, de una manera u otra, las tres crisis mencionadas están íntimamente relacionadas entre sí y una de ellas es una crisis económica, dedico este capítulo a exponer las bases sobre las que se apoya el imperante sistema económico-social. Señalo qué se entiende por mercado perfecto y las razones por las que todos los mercados que se dan en la realidad no son perfectos; menciono la incompatibilidad, según la teoría, entre ética y economía y algunas de sus consecuencias; la concepción de la Ciencia de la Economía como una ciencia experimental, como la Física, y el modelo sociológico al que, según el sistema, responden los seres humanos. Termino hablando de las investigaciones en Psicología y Neurociencia que han puesto de manifiesto que los seres humanos distan mucho de responder al modelo sociológico que indican los fundamentalistas del libre mercado.

 

FUNDAMENTALISMO DEL LIBRE MERCADO

 

Para dar a conocer los fundamentos del libre mercado, me pareció muy adecuado un texto del libro de Joseph E. Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001, El malestar en la globalización. A continuación, presento el párrafo que elegí (2002: 62).

 

“Dado que según el fundamentalismo del mercado -en el cual se supone que los mercados funcionan perfectamente y la demanda debe igualar a la oferta, sea de trabajo como de cualquier otro bien o factor- no puede haber desempleo, el problema no puede ser este. Debe provenir de otra parte: de sindicatos codiciosos y políticos que interfieren en la acción de los mercados libres demandando -y consiguiendo- salarios excesivamente altos. El corolario de política es obvio: si hay paro se deben reducir los salarios” (31-mayo-2011).

Según la última edición del DLE, “fundamento” es el ‘principio y cimiento en que estriba y sobre el que se apoya un edificio u otra cosa´’ (acepción 1); y, también, ‘raíz, principio y origen en que estriba y tiene su mayor fuerza una cosa no material´ (acepción 4).

Para los fundamentalistas del libre mercado, todos los mercados, sean de bienes, de servicios o de capitales, funcionan perfectamente con la condición de que no sufran ningún tipo de interferencia.

 

MERCADOS PERFECTOS Y MERCADOS REALES

 

La teoría del mercado perfecto fue expuesta en el siglo XVIII por Adam Smith, profesor de Filosofía Moral en la Universidad de Glasglow (Escocia). Smith pensó que el mejor método para organizar la economía es el que se basa en la regulación espontánea del mercado, en no intervenir y dejar actuar libremente a los ciudadanos bajo el único control de su interés personal: “una intervención del Estado tendería a trastocar la delicada armonía de la sociedad”. Adam Smith denominó mano invisible a ese extraño ajuste que debería redundar en beneficio de la comunidad.

Ahora bien, hay que tener en cuenta el contexto histórico. En los años en que Adam Smith realizó sus estudios, Escocia estaba pasando de un país agrícola miserable a un centro industrial. Este profesor de Filosofía Moral pensó que la prosperidad que empezaba a experimentar su país se debía, en buena parte, a la facilidad de intercambio de productos industriales, pero, al mismo tiempo, se dio cuenta de que este intercambio sufría importantes interferencias gubernamentales. En ese momento, todo el comercio giraba en torno al comercio colonial, siempre en beneficio de unos pocos comerciantes. Desde entonces, han pasado muchas cosas; entre ellas, que el comercio ya no es colonial, sino entre naciones libres.

J. Tallada, prologuista de una de las ediciones (en concreto, la de 1933), del libro en el que Adam Smith expone su teoría, La riqueza de las naciones, apunta:

 

Y es que el mundo olvida que las transformaciones económicas y sociales han de estar en armonía con las características espirituales alcanzadas por los hombres en cada momento de las sociedades, y que, por tanto, una sociedad no puede funcionar normalmente cuando se produce un decalage entre el progreso de los factores materiales y los espirituales que la integran.

 

Según Adam Smith, un mercado funciona perfectamente si los vendedores reciben indicaciones de los consumidores acerca de los bienes que deben producir. José Luis Sampedro, economista y escritor, en su libro El mercado y la globalización (2002: 22, 24 y 25), explica:

 

En ese mercado perfecto el comprador obtiene, además, el mejor precio, pues la competencia entre los vendedores de un mismo producto les forzará a vender lo más barato posible (una vez cubiertos sus costes y cierto beneficio) para vender más que sus competidores. […] En el mundo real nos enfrentamos siempre con un mercado imperfecto en mayor o menor grado. Es muy raro que el comprador pueda elegir sabiendo lo que hace porque no tiene información sobre todos los vendedores presentes y, además, no suele ser experto en conocer bien todas las complejidades de los productos modernos.

 

A las complejidades de los productos modernos desconocidas por el consumidor hay que añadir el fenómeno de la propaganda, incompatible con las características que debe tener el mercado perfecto pensado por Adam Smith.

En los mercados actuales, los productores, con la ayuda de eficaces técnicas publicitarias, pretenden –y consiguen- convencer a los consumidores que necesitan lo que aquellos han considerado conveniente para aumentar sus beneficios económicos. Desde este punto de vista, la propaganda supone una interferencia en el funcionamiento de la mano invisible, es decir, la propaganda es incompatible con la teoría del libre mercado. A pesar de todo, las empresas, con el objetivo de aumentar sus ganancias económicas, dedican mucho dinero a la actividad propagandística. Como ejemplo, en uno de mis textos, copié unos párrafos de un reportaje de Jorge Marirrodriga, “Directos del hambre a la obesidad”, publicado en El País, del 11 de julio de 2008 y que recojo a continuación.

 

Baste como ejemplo indicar que la industria alimenticia gasta al año en torno a los 40.000 millones de dólares en publicidad. Una cifra superior al total de ingresos del 70% de los países del mundo y 500 veces más de la cantidad que todos los Estados juntos gastan en promover programas para convencer a la población de que siga una “dieta sana”, en lugar de la comida ofrecida por la industria: "comidas sobresaturadas de grasas o azúcares con abundante empleo de otras sustancias como hormonas de crecimiento rápido, antibióticos o estabilizantes, colorantes y saborizantes. (2-marzo-2012).

 

En una de sus columnas periodísticas (El País, 16 de febrero de 2008), José Vidal-Beneyto, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, citaba tres ejemplos de propaganda, según él, “perniciosa” para los ciudadanos, pero que había reportado jugosos beneficios económicos a las empresas implicadas.

 

1. La promovida por General Motor, Firestone y Standard Oil para acabar con los tranvías en las ciudades americanas y sustituir su transporte por autobuses y coches particulares. Con un éxito total.

2. La que tuvo como objetivo que las mujeres pudieran fumar en público, instada y pagada por American Tobacco, que en menos de 18 meses duplicó el uso del cigarrillo en EE. UU.

3. La que puso en marcha la Oregonians Food and Shelter Association, oponiéndose a la limitación de los productos químicos en agricultura, que supuso desde el primer año para las sociedades Chevron Chemical, Dupont y Western Agricultural Chemicals un aumento del más del 80% de sus beneficios.

 

Vidal-Beneyto terminaba esta colaboración preguntando: “¿Cómo es posible que un genocidio de tal magnitud haya quedado impune?” (2-marzo-2012).

 

Una de las técnicas de marketing más usadas y efectivas consiste en crear una necesidad en el consumidor para, a renglón seguido, ofrecerle toda una gama de productos que cubren la supuesta carencia. Este efectivo truco de ventas se puede utilizar con diversas variantes y, en lugar de inventar una urgencia concreta, se puede crear un miedo o un temor en la sociedad, y aprovecharlo para vender su correspondiente remedio.

Al margen de esas consideraciones, es importante señalar que dos personas galardonados con el premio Nobel, George Stigler, en 1982, , y Gerard Debreu, en 1983, han demostrado matemáticamente que los mercados, posibles en la realidad, no pueden ser perfectos.

A pesar de todo, las instituciones que dirigen el imperante sistema económico-social, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio (OMC), defienden y dicen creer en las bondades del mercado perfecto diseñado por Adam Smith. Y todas las grandes empresas insisten en su deseo de actuar sin ningún tipo de interferencia, sea del tipo que sea.

 

En cuanto a los mercados, todos ellos, sean de bienes, de servicios o de capitales, pretenden funcionar sin ningún tipo de regulación. Grover Norquist, portavoz de los intereses de las grandes empresas, dijo en una ocasión: “No quiero abolir los gobiernos. Solo quiero reducirles a un tamaño que permita arrastrarlos al cuarto de baño y ahogarlos en la bañera” (9-enero-2012).

 

Lo más significativo es que este deficiente modo de funcionar de los mercados se puede corregir con adecuadas intervenciones estatales.

 

Adam Smith, el profeta de todos los que abrazan el fundamentalismo del mercado, en su libro La teoría de los sentimientos morales, destaca su inquietud por la “posibilidad de que la búsqueda de ganancias privadas provoque pérdidas sociales”; según él, “una violación del juego limpio que no se puede tolerar y que hace necesaria la intervención de los gobiernos”.

Joseph Alois Scumpeter, economista destacado por sus investigaciones sobre el ciclo económico, consideraba que el capitalismo era el mejor sistema para el progreso económico, pero, según él, podía destruirse debido a su propio éxito. En su obra magna, Capitalismo, socialismo y democracia, decía que mediante la intervención del Estado es como el capitalismo se hace más eficaz.

Según Gabriel Jackson, historiador estadounidense, el capitalismo de libre mercado tiene un defecto muy peligroso que puede hacer que se venga abajo todo el edificio: si el mercado no se regula, es completamente amoral (3-junio-2011).

 

Porque estamos en un momento en que la “búsqueda de ganancias privadas” está provocando importantes “pérdidas sociales”, como dice Adam Smith, se hace necesaria la intervención de los gobiernos. Sin embargo, en la actualidad, está sucediendo que son los mercados los que, de múltiples formas, están interfiriendo en el funcionamiento de los gobiernos. Una de ellas es mediante la acción de los lobbies, “grupos de presión”, cuyo objetivo es promover decisiones de la administración pública favorables a sus intereses.

 

Todos los lobbies de grandes empresas multinacionales tienen como objetivo común conseguir una desregulación tan alta como sea posible y, en consecuencia, combaten todo tipo de legislación, social y medioambiental, de obligado cumplimiento: consideran que cualquier legislación de este tipo constituye una barrera al comercio (14-julio-2011).

 

Muy avanzada la crisis financiera pude leer en la prensa un artículo de Joseph E. Stiglitz con el título “Europa y su momentánea sinrazón” (El País, 18 de enero de 2014). En él, Stiglitz afirmaba: “El caos actual viene de la ya desacreditada creencia de que los mercados funcionan bien sin ayuda”.

 

ECONOMÍA Y ÉTICA

 

En la categoría de interferencias, el sistema incluye la ética. Así, uno de los expresidentes de Elf llegó a afirmar categóricamente que “ética y economía son incompatibles”. En relación con esta afirmación, recordé que, unos años antes, el Consejo Social de la Universidad de Valladolid había organizado un ciclo de conferencias bajo el título Ética para la sociedad civil. Uno de los conferenciantes fue el profesor de Filosofía Moral de la Universidad de Valencia, Jesús Conill Sancho, que habló sobre El horizonte ético de la economía (2003: 99-126).

 

En su conferencia, Jesús Conill llevó a cabo un breve recorrido histórico para conocer “las razones que han provocado el cambio desde los orígenes éticos de la economía hasta la actual situación no-ética de la economía”, cómo de la autonomía de la economía con respecto a la moral se ha pasado a su primacía en todos los órdenes de la vida humana, y cómo “el pensamiento económico se ha ido haciendo cada vez más influyente en nuestra vida moderna, hasta transformar el modo de pensar y analizar las cosas”.

Desde su categoría de profesor de Filosofía Moral, Conill recuerda que estos procesos han sido fruto de un haz de decisiones y de acuerdos internacionales y que, por ello, no se hace “ningún favor a la causa de la mejora con sentido ético el remitirnos a un fantasma, sino que sería mucho mejor detectar puntos neurálgicos y proponer alternativas viables, mostrando que la mejora depende de la voluntad político-económica de los que dicen ser nuestros representantes (nacionales e internacionales)”. En definitiva, no es correcto eximirse -ni evadirse- de las correspondientes responsabilidades en cada nivel de la vida personal e institucional.

Según este profesor, cabe esperar que, si se hace el esfuerzo necesario, se conseguirá un cambio en el enfoque económico en el futuro, es decir, es posible otro mundo en el que ética y economía avancen juntas. Como anticipo, señala la actividad de Amartya Sen, Premio Nobel de Economía en 1998 (29-mayo-2012).

 

Es importante no olvidar, como dice el profesor Conill, que la separación entre ética y economía “ha sido fruto de un haz de decisiones y de acuerdos internacionales” y que, por ello, sería mucho mejor, es más, sería necesario “detectar puntos neurálgicos y proponer alternativas viables”. La principal consecuencia de desviar la atención sobre los verdaderos responsables de nuestras dificultades actuales, pensando que “así es la vida”, supone absolver a los verdaderos causantes y eliminar la posibilidad de pensar y actuar para mejorar la situación. Como dice Conill, “hay que responsabilizar a quien corresponde para evitar que hagan más daño en el fututo inmediato”.

 

Ante la insostenible situación a la que nos está llevando el actual sistema económico-social, la única solución posible para el ciudadano responsable, según Jesús Conill Sancho, “consiste en percatarse de las nuevas posibilidades y oportunidades que se ofrecen realmente a las personas y tratar de orientar todos estos procesos en un enfoque responsable y humanizador”, es decir, incorporar el sentido ético a la economía (10-marzo-2012).

 

La incompatibilidad entre ética y economía está presente en todas las normas de funcionamiento de las instituciones internacionales en las que se apoya el actual sistema económico-social, y da lugar a multitud de comportamientos no éticos.

 

El premio Nobel de Economía, Amartya Sen, considerado por sus compañeros como la conciencia de la profesión, en su libro Sobre ética y economía, mantiene que “la naturaleza de la economía moderna se ha visto empobrecida sustancialmente por el distanciamiento que existe entre economía y ética “.

En estos momentos, son los ciudadanos los responsables de obligarles [a nuestros representantes, nacionales e internacionales] a cambiar; en definitiva, los ciudadanos no pueden eximirse, ni evadirse de las correspondientes responsabilidades en la vida personal e institucional. Además de ganadores y perdedores, hay responsables (2-mayo-2013).

 

En el acto de recogida del premio Nacional de Ensayo 2014 por su libro ¿Para qué sirve realmente la ética?, Adela Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política en la Universidad de Valencia y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales, declaró: “He intentado hacer ver que hay algo muy claro en este momento: si nos hubiéramos comportado éticamente, no tendríamos una crisis como la actual”.

 

RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LA EMPRESA (RSE)

 

La incompatibilidad entre ética y economía explica, entre otras cosas, el fracaso de todos los intentos que se han hecho para que las empresas adopten un código o normas de responsabilidad social.

 

Se entiende por Responsabilidad Social de la Empresa (RSE) el conjunto de comportamientos éticos de una empresa relacionados con sus impactos sociales, medioambientales, laborales y de derechos humanos. Por ejemplo, una empresa socialmente responsable debe contar con gestores que, sin descuidar la búsqueda de beneficios económicos, tengan en cuenta el futuro a medio y largo plazo, es decir, que se preocupen por el planeta que van a dejar en herencia a sus hijos y nietos.

Muy importante es la necesidad de que una empresa responsable socialmente tenga en cuenta los derechos humanos, y que, en esa línea, tenga en cuenta que los trabajadores no son una mercancía que conviene comprar al menor precio posible (1-abril-2012).

 

Es fácil apreciar la imposibilidad de que las empresas “tengan en cuenta que los trabajadores no son una mercancía” cuando los fundamentalistas del mercado aplican el principio de oferta y demanda al trabajo y concluyen que, si hay paro, se deben reducir los salarios, es decir, están considerando a los trabajadores, precisamente, como mercancía “que conviene comprar al menor precio posible”.

 

Como otras muchas cosas, la RSE no surgió por generación espontánea. Sus antecedentes se pueden situar en el Pacto Mundial, presentado a las empresas en 1999 por el entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan. Este pacto pretendía que las empresas se sintieran obligadas a:

 

• proteger y no vulnerar los derechos humanos;

• respetar la libertad de afiliación y el derecho a la negociación colectiva;

• eliminar toda forma de trabajo forzoso o bajo coacción, las prácticas de discriminación por razón de sexo, de color de piel ...);

• favorecer el medio ambiente.

 

El sociólogo, Jean Ziegler, ex Relator Especial de Naciones Unidas para la Alimentación, en su libro El imperio de la vergüenza (200: 264), explica que los dirigentes de las empresas firmaron dicho pacto, pero nada más; y lo hicieron porque las empresas que firmasen tendrían derecho a hacer constar su adhesión a él en todos sus folletos, documentos publicitarios... y, en definitiva, apropiarse del logotipo de las Naciones Unidas. J. Ziegler comenta que, en vista de que, después del pacto, todo seguía igual, Kofi Annan, una vez más bajo la presión de las ONG, presentó una propuesta de creación de un mecanismo de control que, en ese momento, fue rechazado.

En general, las empresas piden que la RSE sea algo voluntario; argumentan que no se debe obligar a nadie a un comportamiento ético. Curiosa separación entre ética y economía que no tiene lugar en la vida normal. ¿Acaso la actividad empresarial no es una actividad humana como cualquier otra? (1-abril-2012).

 

Los directivos de las empresas olvidan que la ética, lo mismo que la responsabilidad y la justicia, son conceptos relacionados con las obligaciones del ser humano por ser humano, es decir, por pertenecer a la especie humana. ¿Pertenecen a la especia humana los directivos de las empresas?

Según las autoras del libro La dimensión ética de la responsabilidad social, Begoña Arrieta Heras y Cristina de la Cruz Ayuso (2005: 70):

 

Los directivos de empresa tienen el deber de aumentar su cuenta de resultados, pero no deberían olvidar que es también un deber contribuir al progreso y a la mejora de las condiciones sociales. No en vano su empresa y ellos mismos forman parte de la sociedad y se sirven de ella.

 

Los directivos de las empresas han olvidado que deben contribuir a esa mejora de las condiciones sociales; sin embargo, saben que “la ética vende” y hacen lo posible para aparentar un comportamiento ético.

 

Es interesante observar cómo los principios éticos se utilizan, incluso, para hacer publicidad de una marca de automóviles, de una empresa de construcción o de un tipo de pantalones. “La ética vende, y en vez de declarar objetivos reales como poder o lucro, se la utiliza para lograr estos mismos fines, pero bajo la capa respetable de la moralidad.” (Ética para la sociedad civil, 2003: 17) (26-julio-2012).

 

En la actualidad, la ética ejerce una función cosmética en la vida económica, esto es, las empresas tratan de ofrecer una imagen favorable o atractiva que intentan exhibir con el único objetivo de aumentar la cifra de negocio, es decir, de aumentar el número de compradores. Con frecuencia, imagen y realidad son dos cosas muy distintas. Para evidenciar esta falta de coherencia, después de leer un artículo (El País, 30 de marzo de 2012), titulado “El voluntariado corporativo toma cuerpo en España”, escribí:

 

A una de las empresas que se indican en ese artículo de prensa -no considero conveniente indicar el nombre porque, para ser justa, debería referirme a todas las empresas citadas- se le imputa persecución contra los sindicatos con "escuadrones de la muerte", explotación, trabajo infantil y discriminación racial; además, contaminó grandes superficies agrícolas en el sudoeste indio con productos altamente tóxicos y provocó, con su exagerado consumo de agua, una sequía con consecuencias catastróficas para la agricultura local. En las protestas contra la multinacional fueron detenidas 300 personas.

Estos datos han sido extraídos de la obra El libro negro de las marcas. El lado oscuro de las empresas globales (2004) de Klaus Werner y Hans Weiss. En el prólogo del libro, sus autores indican que, cuando en septiembre de 2001 apareció la primera edición alemana, no imaginaban que fuera a producir tanto revuelo, y recogen la opinión de dos periódicos alemanes. "Es difícil que este libro no consiga los efectos propuestos -escribía el Spiegel-, ya que ataca a las multinacionales en su punto más sensible: su prestigio". El Frankfurter Rundschau opinaba: "La función que cumple este libro debería convertirse en el futuro en una rutina, al menos en las sociedades democráticas" (3-abril-2012).

 

Por otra parte, con objeto de evitar confusiones con la expresión “voluntario corporativo”, empleado en el citado artículo periodístico, me referí a lo que el filósofo Emilio Lledó califica de “manoseos del lenguaje”.

 

La mayor parte de los medios de comunicación, en lugar de hablar de "responsabilidad social de la empresa", hablan de "responsabilidad social corporativa", a pesar de que, según el DEL, una “corporación” es una ‘entidad creada por la ley’, generalmente, de ‘interés público’. Es de destacar el hecho de que los medios de información empleen el término "corporación”; mal puede la sociedad defenderse de esas manipulaciones si quienes conducen el lenguaje del poder se convierten en sus catalizadores. Emilio Lledó habla de "manoseos esterilizadores del lenguaje" que necesitan ser enterrados (3-septiembre-2012).

 

Un ejemplo muy reciente de falta de responsabilidad social fue protagonizado por la empresa Volkwagen, que vendió miles de coches en los que había instalado un software que impedía detectar, de forma correcta, sus emisiones: en el laboratorio daba una cantidad de emisiones menor de las que tenían lugar en carretera.

 

En Estados Unidos (lugar donde no se medían las emisiones en el laboratorio, sino en carretera) un estudio realizado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, con participación de expertos de la Universidad de Harvard, han calculado, entre otras cosas, el número de muertes prematuras debidas a los vehículos diésel vendidos en ese país y el número de personas que, de seguir así, morirán entre diez y veinte años antes de tiempo (31-octubre-2015).

 

¿Cuál fue la reacción de la Unión Europea?

 

En el periódico El País de 29 de febrero se decía: “Bruselas proponía activar un plan con cierta dureza para limitar las emisiones de nitrógeno, las más contaminantes y las que han levantado una polvareda por el caso Volkswagen, tras la denuncia de trucaje en los controles de emisiones por parte de Estados Unidos”, pero “los Estados miembros y Bruselas acordaron finalmente un plan más permisivo, con límites y plazos menos exigentes ante el redoble de tambores de la industria, cuya presión ha tenido eco en los países que albergan fábricas del sector.”

Greenpeace lamentó que la Unión Europea permita que los coches diésel contaminen el aire con el doble de los límites acordados de sustancias tóxicas. “Los Gobiernos europeos están efectivamente recompensando a los tramposos”, dijo el consejero de política energética de la asociación, Jiri Jerabek, quien agregó que “plegarse a la presión de la industria automotriz le está costando a la gente su salud y está dañando el medio ambiente.”

Todo lo acaecido con Volkswagen es un claro ejemplo de que estamos en un mundo al revés, en lugar de humano es inhumano. Las variables económicas no son –no deben ser- más fuertes que el sentido de lo humano (31-octubre-2015).

 

En el libro de Adela Cortina ¿Para qué sirve la ética? se puede leer lo siguiente en la portada y contraportada, respectivamente:

 

Ninguna sociedad puede funcionar si sus miembros no mantienen una actitud ética.

Efectivamente, esta época nos depara demasiados ejemplos de las consecuencias de una falta de ética.

 

CIENCIA DE LA ECONOMÍA.

MATEMATIZACIÓN Y FORMALIZACIÓN

 

Según el DEL, “formalización” es la ‘acción y efecto de formalizar’; y “formalizar” es ‘revestir una cosa de los requisitos legales’ o ‘dar carácter de seriedad a lo que no la tenía’. Para esto –dar carácter de seriedad-, nada más adecuado que hacer uso de las matemáticas, es decir, proceder a la “matematización” de la Economía. Esta matematización ha permitido que se considere la Economía como una ciencia análoga a la Física.

 

La Economía deja de ser una ciencia social e histórica para someterse a un proceso de formalización y matematización, es decir, empieza a usar complejos modelos matemáticos, como si fuera una ciencia experimental tal como lo es la Física (2-mayo-2013).

 

La periodista Soledad Gallego recuerda en “La gran evasión como daño colateral” (El País, 15 de febrero de 2015) el papel de las matemáticas en el imperante sistema económico y señala que “a las matemáticas no se les pide moral y trasmiten a los profanos una rotunda sensación de cosa inapelable”.

La consideración de la Economía como una ciencia experimental ha llevado a que algunos políticos imiten a Margaret Thatcher, primera ministra del Reino Unido desde 1979 a 1990, cuando decía “”There is Not Alternative”.

 

A propósito de las leyes del mercado, es oportuno recordar lo que, en noviembre de 2010, dijo Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, en la inauguración del XX Encuentro Financiero Internacional de Caja Madrid. Según ella los mercados financieros “están gobernados por leyes tan insobornables como las leyes de la física, la química o la biología. Quienes hablan de la dictadura del mercado no se dan cuenta de que cometen el mismo error que los que pretenden abolir por decreto la ley de la gravedad” (13-marzo-2012).

 

Sin duda, lo que se pretende con esa “matematización y formalización” es indicar al ciudadano o que no se puede hacer nada, como dijo Esperanza Aguirre, o que el tema es demasiado difícil para que sea comprendido por los ciudadanos. Todo es mentira; es una torpe táctica de defensa.

Para poner de manifiesto su creencia de que la Economía es una ciencia como la Física, el FMI hace –o dice hacer- un continuo uso de las hojas de cálculo.

 

En la noticia (El País, 2 de agosto de 2013), “El FMI plantea a España una rebaja de sueldos de hasta un 10% para crear empleo” se indica: “Los técnicos del Fondo han metido la rebaja de sueldos del 10 %, junto con otras medidas, en sus hojas de cálculo y el resultado que les da es que se impulsaría el crecimiento, se crearía empleo y se reduciría el déficit”.