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Beschreibung

Insumisas es una antología de poemas críticos de mujeres poetas con un espectro amplio de voces y matices, diversa estéticamente, plural en su composición; siempre beligerante e inconformista. Agrupa poemas de cuestionamiento, de impugnación, de denuncia, que miran de frente los mecanismos, causas y consecuencias de la desigualdad social de un sistema ideológico y económico excluyente, ecocida y heteropatriarcal. Sin pretender acotar ningún terreno, subraya la existencia y el vigor de unas posiciones políticas y poéticas relevantes, que abren e impulsan vías para la reflexión, el debate y la puesta en marcha de prácticas para la emancipación con sus versos. Aspira a ser un punto de partida, un refuerzo y un impulso; una obra que aporte y que refleje la fortaleza de la poesía crítica escrita por mujeres en castellano en el Estado español en la actualidad. Y que pueda servir, si es necesario, como documento de trabajo y como acompañamiento. Que sea, en definitiva, una herramienta más en una lucha con distintos frentes que no podemos eludir. Autoras de la antología: Begoña Abad / Rosana Acquaroni / Pilar Adón / Gracia Aguilar Almendros / Mada AldereteVincent / Maribel Andrés Llamero / Pilar Astray Boadicea / Martha Asunción Alonso /Vanessa Basurto / Carmen Beltrán Falces / Carmen Ruth Boillos / Beatrice Borgia / Paloma Camacho Arístegui / Montserrat Cano / Laura Casielles / Sofía Castañón / María Castrejón / Olalla Castro Hernández / Nieves Chillón / Bibiana Collado Cabrera / Isla Correyero / María Eloy-García / Eva Gallud / Ana Gálvez / Esther Garboni / Ariadna G. García /Txus García / Berta García Faet / Belén García Nieto / María García Zambrano / Diana García-Bujarrabal / Laura Giordani /Alba González Sanz / Sara Herrera Peralta / Milagros López / Laia López Manrique / Inma Luna / María Ángeles Maeso / Juana Marín / Ana Belén MartínVázquez / Alicia Es. Martínez / Erika Martínez / Ángela Martínez Fernández / Marián Martínez-Osorio / Andrea Mazas / Elena Medel / Isabel Miguel / María Monjas Carro / Nares Montero / Ángeles Mora / Cristina Morano / Esther Muntañola / Marta Navarro / Patricia Olascoaga / Leire Olmeda /Arantxa Oteo / Julia Otxoa / Katy Parra / María José Pastor / Ana Pérez Cañamares / María Ángeles Pérez López / Isabel Pérez Montalbán / Inés Ramón / Miriam Reyes / Ana Rosetti / Nuria Ruiz DeViñaspre / Regina Salcedo / Milagros Salvador / Sonia San Román / Marifé Santiago Bolaños / Marta Sanz / Ana Tapia / Ruth Toledano / Julieta Valero / Eva Vaz / Raquel Vázquez / AnaVega / AnaVidal Egea. Selección y edición de Alberto García-Teresa

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Insumisas

Poesía crítica contemporánea de mujeres

Selección y edición de Alberto García-Teresa

 

 

Begoña Abad

(Villanasur del Río Oca, Burgos, 1952)

obra poética:

Begoña en ciernes (4 de agosto, Logroño, 2006); La medida de mi madre (Olifante, Zaragoza, 2008); Cómo aprender a volar (Olifante, Zaragoza, 2012); Musarañas azules en Babilonia (Babilonia, Navarrés, 2012); Palabras de amor para esta guerra (Baile del Sol, Tenerife, 2013); A la izquierda del padre (La Baragaña, Palma de Mallorca, 2014); Estoy poeta (o diferentes maneras de estar sobre la Tierra) (Pregunta, Zaragoza, 2015); El hijo muerto (Babilonia, Navarrés, 2016); Diez años de sol y edad. Antología 2006-2016 (Pregunta, Zaragoza, 2016); El techo de los árboles (Pregunta, Zaragoza, 2018).

Si algún día vienes a mi vida,tendré que explicarte que eres una diosa.Que nadie tiene derecho a olvidarlo.Que nadie tiene permisopara tratarte como otra cosa.Te enseñarán a leer, a escribir.Aprenderás a contar, a manejar los cubiertos,a vestirte, a caminar,pero todo deberás hacerlosin olvidar que eres una diosa única, irrepetible, valiosay que sólo saber eso te hace libre.No necesitas sino de ti, para aprenderlo,pero yo te lo repetiré cada nochepara que no lo olvides,porque quizás un díaun príncipe azul te quiera para ély entonces tendrás que saberque los príncipes azules no existeny que las diosas no tiene dueño.

(De Cómo aprender a volar; 2012)

Bajo qué bandera tendré que esconderme cuando te mire muerto,cuando tenga que sujetar tu cuerpo el resto de los días de mi vida,que sólo serán tu ausencia.Con qué uniforme abrigaré mi pena que me justifiqueel absurdo ciclo de haberte parido,para entregarte luego a una causa perdida. Qué ejército, de qué lugar,defenderá mi miedo a seguir viva, la angustia de mirar a otras madres, la procesión insufrible de ataúdes, la indecente firma de otras pacesque construyan sobre nuestros huesos un futuro en el que no cabemos.

(De La medida de mi madre; 2008)

Escucho a un político explicar cómo cerrará una empresay dejará a mil doscientas personas en la calle.Sus palabras hábiles, elegidas, complicadas y equívocas, me hacen dudar sobre si cerrará la empresao nos está salvando la vida.Pienso si yo seré capaz de decir a mis hijos, con la misma habilidad,que esta noche ya no hay nada que cenar y que mañana se me termina el paro.

(De Palabras de amor para esta guerra; 2013)

En la fila de hormigasel único horizonte posiblees la hormiga que camina delante.

(De Palabras de amor para esta guerra; 2013)

Estudia, estudiao terminarás fregando escaleras. Desde niña la amenaza, el miedo. Ahora, que sí friego escaleras porque lo elegí, parece,miro alrededor y veoa muchos de los que entonces estudiaron en qué vertederos andan metidos.Otros aparecen en la prensa salmón, es cierto, es cierto,pero no sé cuál de las dos cosas me parece más triste.En las escaleras que friego me puedo mirar la cara.

(De Estoy poeta (o diferentes maneras de estar sobre la tierra); 2015)

Rosana Acquaroni

(Madrid, 1964)

obra poética:

Del mar bajo los puentes (Rialp, Madrid, 1988); El jardín navegable (Torremozas, Madrid, 1990; Reed, 2017); Cartografía sin mundo (Ayuntamiento de Cáceres, Cáceres, 1994); Lámparas de arena (Comunidad de Madrid, Madrid, 2000); Discordia de los dóciles (Olifante, Zaragoza, 2011); La casa grande (Bartleby, Madrid, 2018).

LOS MUERTOS PREMATUROS

Vosotrosque vivís sosegados,que regresáis a casasiluminadas y humeantes,que fingís inquietud ante el fracaso,anclados a la duda razonable.

Vosotrosque sois depositarios del ciego bienestary surcáis cada nochelos océanos blancosen barcos de pereza.

Vosotrosvientres acorazados,contemplad este fango que corrompe,el sórdido aleteo que profana.

Hincad el corazón,asomaos a la vida,y veréis todo aquello que se escondebajo esa claridad amontonadaque cubre vuestro mundo.

(De Discordia de los dóciles; 2011)

DESAPARECIDOS, 2

Tras los muros de esta ciudad insomnese ocultan unos cuerposunos nombresque no sobrevivierona alguna despedida.Bajo la piedrase esconde un cauce ocultoun manantial de cal itinerante,un corazón taladoque sangra todavía.

(De Discordia de los dóciles; 2011)

Fue el año en que los dócilesconciliaban el sueño acariciandosus mantas de penuria.

Había mercaderesque expoliaban la ruta de los sueños.Se secaba la lengua de los hombres.

Se inauguraban centros comerciales,fugaces paraísospara la sedación y la codicia.

Escaseaba el encuentro entre los dóciles,esos seres que fueron clausurados,demolidos,que solían apagar sus soledadesgirando para siempreentre franquicias,en grandes delfinarios,o en pequeñas cabinasdonde apenas sí cabe un solo hombre.

(De Discordia de los dóciles; 2011)

CON DISTINTOS COLLARES

Una vez que ha cesado la tormenta,el rebaño se aquietay los perrosreagrupan a los corderos rezagados.Lejos de las cañadas,en las hondas pedrizas,queda un cordero blanco,que come en la maleza.Prefiere magullarseandar sobre los riscos–abriendo nuevas sendas–,antes que diluirse entre el ganado.Sus guardianes vigilan la distancia.Cuando rompa la nochesoltarán a los perros.Hurgarán las heridas.Someterán su cuerpo a los alambres.Su áspero balidorasgará cada cielode la aldea global.Vertedero de ángeles:diréis que no escarmienta todavía.Tropas del exterminiocon distintos collares.

(De Discordia de los dóciles; 2011)

DÓNDE QUEDÓ TU SEXO

desleído derramado en qué cóncavo silencio en qué pozo anegadopor la lluvia sobre qué urna dormido incandescentedónde quedó tu sexo floreciendo en qué bandeja de canapés variadosen qué concilio bajo qué lavatorio en qué bidé sonámbulotapiado por la seda de la consolación.Corsés y limaduras brotando como hímenes.Cautiva y desarmadauna vagina envuelta en un sudario blanco.Doméstica y pequeñaconfinada al fantasma de la aurora.Cancelación de un cuerpolibertario.Todo llega por quétodo se enciende

(De La casa grande; 2018)

Pilar Adón

(Madrid, 1971)

obra poética:

Con nubes y animales y fantasmas (EH Editores, Jerez, 2006); De la mano iremos al bosque (4 de agosto, Logroño, 2010); La hija del cazador (La Bella Varsovia, Madrid, 2011); Mente animal (La Bella Varsovia, Madrid, 2014); Las órdenes (La Bella Varsovia, Madrid, 2018).

Ellos no lo adviertenpero arrastramos un rencor en los genesheredado de cada mujer.Su hacha clavada en el cuerpo,integrada en él. Donde persiste.Observadoras y observadas.Actuando a solas y ante el mundo.Ansiando un descansosin saber descansar.Acusando un odio que no se curapor palabras que no tendrían que existirSin responder tal sin comportarnos cual,aprovechando más.Sin enfrentarnos a.

(De Las órdenes; 2018)

Regalarlo todo. Cada prenda. Cada adorno.Con mentalidad de pobre. Los dedos de harinacalentando el mismo tazóny la sonrisa rota hacia la mesasin frutas ni flores en la fuente.Sin estrenar nada, sin ambición de refugio.Habiendo perdido la energíay el asombro.Queriendo decir: «¿Por qué no vuelves a casa?»Cuando lo sabe. Que volver a casa es el miedo.Que la huida del día es el miedo.La tapia de ladrillo y la llamada al timbre sin preversi podrá entrar.Cada mirada de hembra.Cada preñez. El miedo.El cuerpo que no se acostumbray que, lejos de aumentar,reduce su tamaño y se parte en dos.

(De Las órdenes; 2018)

LIGADURAS

El afán de cuidar. Lo irremediable de cuidar.En el tiempo de cada mujer que se apresura.Que no descansa, que lo hace todo.Ahogándose en sí misma.Que se levanta cuando los otros se agitan en su espacioy enflaquece cuando los otros dejan de comer.Cada paso adiós, cada separación,un desamparo que niega el reposo.Que se aplasta contra el esternón y se sostieneen los años pasados y en la incertidumbre: ¿habrá más?La piel pálida como madera de puertay las manos en asfixiamientras cortan la carne.

(De Las órdenes; 2018)

No descuido la escritura, sino a mí misma

(Ingeborg Bachmann)

¿Quién me va a cuidar cuando sea vieja?¿Quién me va a esperar, feliz de verme?Cabello de nudos. Sin cepillados nocturnos.Peines y espejos de plata.Sola en mi sillón. Harta del cansancio y los sermones.Sin hijos que me bañen,me cocinen asado con puré,me traigan jerséis de talla grande,me laven los pies y las axilascuando queden ya pocos motivos para existir.Vencida por los razonamientossobre aquello de recoger lo que se ha sembrado.Celebraciones, cumpleaños y fiestasen perspectiva de una soledad redonda.¿Quién va a venir a vermelos fines de semana?Si no soy madre.Si vivo sin reconocer la devoción, el auxilio.La ternura. Las visitas a los amigos dolientes.Entre evasivas, papeles y libros,alejada del sentimiento original.Escapando de la llamada primera.Sin saber qué es la entrega.Qué la piedad. Qué la delicadezade los niños fotocopia. Su mente dulce y sencillacomo trozos de manzana asada. Como bolsas de osos Haribo.

¿Quién va a abrazarme cuando sea vieja?Y esté sola. Y no haya quien quiera hablarme. Y las cortinas se prendan fuegoy las llamas asciendan hacia el techo. Y nadie pueda acercarseal teléfono. Para llamar al servicio de extinción de incendios.

(De Las órdenes; 2018)

Gracia Aguilar Almendros

(Albacete, 1982)

obra poética:

Libérame, Domine (Pre-Textos, Valencia, 2018).

Di adiós al sudor por estrés de niveaHace meses que huelo a miedo,ácida, corrosiva.

Nivea puede hacer que cambie,puede ponermeuna máscara asépticade risas rubiasy blancas sábanas.

Nivea sabeque si salgo a la callereconozco por el olor,como los animales,a toda una generación.Somos Hansel y Gretelperdidos en el bosque.

Nivea sabeque el mundo es más real,sucio y oscuro, ahora.Sabe de mi asustado cuerpo.

Pero no sabeque me voy a quedar aquí,muy lejos del decoro,a levantar mi casaen esta tierra negrarepleta de lombrices.

(De Libérame, Domine; 2018)

CAPITALISMO

Masa, relleno, masa,masa, relleno, masa.Ciento ochenta rollitosde primavera.

Un día entero de trabajo,a cuatro con cincuenta euros la hora.Reservas de rollitosartesanalespara semanas.

Masa, relleno, masa,masa, relleno, masa,ritmo, obsesiones.Y los versos salvándome,los poemas que acudena mi cabeza,la palabra árbolpájaro, luz, azul.

Otra cadencia,saber que existe,respirar hondoy pasar al siguiente.

(De Libérame, Domine; 2018)

Mada Alderete Vincent

(Madrid, 1959)

obra poética:

La ciega tiene boca (Crecida, Ayamonte, 1997); La casa de la llave (Poemas de la educadora) (Baile del Sol, Tenerife, 2007); La hembra te da permiso (Baile del Sol, Tenerife, 2010).

en mi primer díadel trabajo nuevome han colgado un puñado de llaves del cuelloy me han dejado solatengo encerradas a seis mujeresa sus hijas y a sus hijosno es una cárcelsolo cuido de que sus amantesno las quieran demasiado

(De La casa de la llave; 2007)

LA MUÑECA RUSA (2) LA LISTA MACABRA (1)

se sienta a mi ladopara hacer la entrevista«en profundidad»que tiene también una largay macabra listade posibilidadespatadasmordiscosempujonesbofetadasestrangulamientospuñaladasviolaciones

...

ella me va diciendo sí o nocon la cabeza agachadadice casi todo sí

(De La casa de la llave; 2007)

cuando algún exhace de las suyaslas demás son una piña«todos son iguales»y una larga lista de adjetivosque se quedan entre estas paredes

pero cuando conocen a un hombreuno nuevoles brilla la miradaenseguida se ilusionanse enseñan los mensajes del móvil«este es diferente»«no me pegaría nunca»

es difícil este trabajo

enseñar a confiarcon la seguridad intacta

a enamorarsesin perder la identidad

a dar otra oportunidad a la vidasin repetir la historia

(De La casa de la llave; 2007)

sólo tiene 10 añospero ha visto muchas cosasle han dicho que es malomalo de naturalezaque es mucho peorque cualquier otro tipo de maloeres imposibleserás un maltratadorcomo tu padrenadie te va a querer

tiene 10 añosse clava los cuchillos de la cocinase esconde durante horasenciende el hornorompe cosasse pinta con témperas el pelo de azulagujerea su oreja con chinchetas oxidadas

a veces le acaricio la cabezay sonríeigual que si tuviera10 años

(De La casa de la llave; 2007)

Maribel Andrés Llamero

(Salamanca, 1984)

obra poética:

La lentitud del liberto (Maclein y Parker, Sevilla, 2018); Autobús de Fermoselle (Hiperión, Madrid, 2019).

PALIMSESTO

No tengáis miedo de mi cuerpo

(Walt Withman)

Fuimos disonantes sin remedioentre tanta pastilla contra la vejez.Miopes, con alopecia y verrugas,piel de esparto y de naranja,enfermos de paperas y viruela,con dientes amarillos de tabaco,arrugas de tanto estornudary mostrar asombro,acervos de grasa sin justificary con más piel que esqueleto           o viceversa.

Todo es bello y correcto,menos nosotros.

Por eso nos señalan,culminación de toda deformidad,y hacen bien.

Deja que crezca sobre tu cuerpo ese otroque habita en ti, y es más real que tú,y más alto también, y más hermoso,vencedor de cualquier concurso de rasgos helénicos—reza el eslogan publicitario—.Por qué habrías de conformarte y aceptartu estúpida imagen de perdedoren un mundo de ganadores—quiere decir en realidad el eslogan publicitario—.Y sus fotografías nos muestran la gloria terrenal,la belleza superior de la flor de artificioque creció en invernadero.

Agradecidos por el consejo, obedecemos.Y así vamos todos por fincamino del palimpsestosiendo,

no siendo.

(De La lentitud del liberto; 2018)

NOS PERTENECE

Usted es nuestro, le grita el sistema al mendigo.Los pobres, como usted,      nos pertenecen.Nos dan miedo.      El miedo a la similitud.El miedo es bueno y necesario.Es justo y necesario.El miedo los hace bajar la cabeza a todos.Su existencia, —la de ustedes                       y la del miedo—,nos ayuda al gobierno a mantener la situación social,a que la clase media esté a gustoen su piel afeitada.

Acérquense, rócenlos, necesitamos que temanel contagio de su pobrezapor la desobediencia.

Sigan por aquí, no los atormentaremos,les ofrecemos nuestros parques comunales,las esquinas resguardadas, las sucursales bancarias,o las cloacaspara que se acomoden.Que sus hijos correteen harapientos y piojososasustando a los niños de nuestra población trabajadoraesterilizados, de sonrisa aséptica, alérgicos todosal alimento natural, al gluten y la lactosa.

Pero ante todo recuerden, no se vayan,ni se mueran:ustedes son nuestros,su miseriaes nuestray nos pertenece.

(De La lentitud del liberto; 2018)

QUÉ MAL HICIMOS

¡Ay, Harlem disfrazada! ¡Ay, Harlem, amenazada por un gentío de trajes sin cabeza!

(Federico García Lorca)

Qué mal hicimos para merecerlos dioses de este siglo,para merecer nichos de luz espuriay de hormigón armado donde tenderen cama doble cuerpos solitarios.

Nadie entiende la ciudad que lo rodeani los residuos enterrados que cercanla ciudad que lo rodea; el laberinto agresteen el que talaron árbolespara mostrarnos que el árbolno hace la selva, porque alejados del mundo naturaltodo en la Civilización es jungla ahora.

Qué mal hicimos para merecer pájaros de alquitrán,aves de madera, ciegas,           qué mal hicimos,que sobrevuelan desorientadas los techos de metal,los arbustos oxidados y las escaleras mecánicasque no llevan a ninguna parte,      sino que arrastran.El agua de los ríos y lagos en que nos bañamoses espesa y está podrida,y los pulpos mueren      en las orillas.

Bajo un cielo naranja enemigose levantan amargos vendavalesde ortigas y punzones y los hombres,qué mal hicimos,amanecemos con los pulmones llenos de grisal asfalto que acuchilla de calorlas plantas de los pies, a las aceras filosasdonde reptar con manos ensangrentadas.

El paisaje del que os hablo,y los dioses lo saben,      es inhóspito,los edificios de tamaño impúdicoimpiden la visión de ojos heridos de acero,y sin tierra ni horizonte el caminares siempre torpe y errático.El lugar del que os hablo es yermo e inhabitable,el mal olor de orina seca se oculta con almizcle y pachulí,los helechos crecen rebeldes y sordosentre el bullicio de coches y monedas.Qué mal hicimos...

Aturdidos, perturbados, sabemos que el ruido de la ciudadapaga las voces levantadas, que nuestro sollozono llega a los cielos           ni al vecino.Latigazos de corbata restallanen los oídos, aullidos de paradosexpulsados del campo y de la fábrica;y las larvas humilladas      no levantamos la cabeza,continuamos atravesando el fangosin huellas dactilares camino           de la oficina.

Honrarás sonámbulo a tus jefes y a tu trabajoporque solo ellosserán tu derecho a la vida.

Sombras de las sombras,seres hechos de un tiempo perdidoen atascos o empleos de ocho a ocho,seréis incinerados para que desaparezca el hueco que ocupáisincluso muertos. Hay otros consumidores por nacer,nuevos clientes por llegar.

Entrega tu energía, —qué mal hicimos—,rinde para la Gran Empresa, y despuésregresa a casa bajo la peste de mataderode cada lunes por la noche,esquivando por los caminos toscos perfileshumanoides, cuerpos de bisturísin alma, notarios, constructores,trabajadores de sucursales bancarias,                         serpientes.Los grotescos animales nocturnos acechana última hora —qué mal hicieron—.Ellos no son como tú. Aléjate.Aléjate de los mundos subterráneos que no dejan de expulsar,boca abierta, de su interior zombies heridos,llegados de lugares lejanosdel extrarradio, allá donde la desigualdad se extiendeen metástasis irremediable sobre la vida.Trepados de enredaderas,cubiertos por telas rígidas, demorados en la existencia,el deambular de la turbaes un solo movimiento único      de marioneta.

De nuevo has atravesado el umbral de tu hogar,has llegado a salvo de contagiosa tus cuartos anegados de vacío,      a tu aislamiento,enfermo de soledad de televisory hotel, de sexo furtivode pago, de caricias irreales.               ¡Libérate de todo!,y de todos, vive solo,      muere solo.Consume y construye una jaula de oro hermosa—qué mal hicimos—,oh pequeña fábrica infinita.Que el funcionario del banco se apiade de tiy de tus créditos.

Descansa al final del día en tu sueño sin reposo,cubierto de polvareda y líquenes,agitado, donde te ves a ti mismocubierto de moscas, colgando de un clavode carnicería. Duerme y prolonga el despertarporque no hay nada para ti allá afuera,mártir del sinsentido,nadaes tuyo:

ya todo vendido está,qué mal hiciste.

(De La lentitud del liberto; 2018)

Martha Asunción Alonso

(Madrid, 1986)

obra poética:

Cronología verde de un otoño (Complutense, Madrid, 2009); Crisálida (Alhulia, Granada, 2010); Detener la primavera (Hiperión, Madrid, 2011); La soledad criolla (Rialp, Madrid, 2013 ); Skinny Cap (Libros de la Herida, Sevilla, 2014); Wendy (Pre-Textos, Valencia, 2015); No tan joven (2005-2015) (4 de agosto, Logroño, 2015); Balkánica (Torremozas, Madrid, 2018).

CENTRO COMERCIAL

Allí nunca estás solo. Tomos somos iguales. Las luces navideñas y el ruido acompasado, como un himno o una canción de cuna, de las cajas. Las vitrinas brillantes: mírate de reojo. Siempre hay alguien andando tras de ti, como un ángel guardián. Probadores donde no tendrás sombra. Las chapas en relieve con los nombres de los reponedores, las dependientas tristes, las novicias. Sus raíces oscuras y la sonrisa gloss y el exceso de rímel y las manos cansadas. Manos niñas. Siempre hay niños perdidos que te dirán Mamá sin darse cuenta. Manos que parten queso sólo para que tú lo pruebes. Amén. Aquí nunca estás solo. La humanidad. Los cines y el aroma a maíz. Café. Las hamburguesas. Felicidad barata, igual que el manillar muy rojo de esos carritos que se tuercen. Conduzca usted su vida por euro. Las ganas de llorar. Aquí nunca estás solo. Pasillos arco-iris para las sopas preparadas y el sushi en bandejitas de cartón. Las frutas españolas. El hambre y la nostalgia. Tus hermanos.

(De Detener la primavera; 2011)

TARDE

Todo lo aprendo tarde.

Todo lo aprendo siempre después de los naufragios.

A no fregar ni un plato por amor–excepto el propio–.

A no gastar ni un verso con quien mancha silencios sin decoro.

A no abrirle mi casa ni a bajás ni a barberos.

No agradecer al lobo que sólo me sonríe por caperucita–menos aún por roja–.

No responder al nombre que nos dan.

Nunca estrechar las manos que pulsarían teclasporque así son las órdenes.

Todo lo aprendo tarde.

Pero bien.

(De Balkánica; 2018)

Nº 34, GREENWICH VILLAGE

En todos los países donde huí,con mi terror a cuestas, con mi terroren cuesta como un feto o un cactus –como la flor del cactus–,las hermanas Hipólitassin miedoeran yorubamentesuicidadas por los hijos de Heraclesdesde el piso número 34 de un edificio en Greenwich.

La escultora cubana Ana Mendieta, cuando cumplió la edadde Wendy, se embarcócon su hermana y otras diez milhuérfanas de islaen la nave del capitán Garfio.En Never Land Miami iban a crecer librescomo el águila. O bien: para las garras de algúnáguila.

En todas las ciudadeslejanas donde huí, con mi centro de perros devorados por perros,con el peso preciosode la vida temible aquí en el vientre,moríansuicidadas, sin miedo, por no vivir huyendo de los hombrescon garras, las preciosashermanas.

Nunca se pudo demostrar que a la Reina Mendietade las amazonas,en 1985,la suicidó su esposo Carlal empujarla por una ventana del piso 34de su jaula en Greenwich Village.

Nunca se pudo demostrar. Falta de pruebas, dijo el juez.

Nosotras, las cobardes, hoy decimos: ¿qué más pruebas? ¿Qué llanto?

Acuérdense de Clonia, Señorías, de la amazona Clonia, muerta por Podarces.

Acuérdense, Señorías, de Derinoe, la amazona Derinoe,muerta por Áyax El Menor.

Acuérdense de Evandra y Termodosa, Señorías, las amazonas Evandray Termodosa, muertas ambas por Meríones.

Acuérdense, Señorías, de Bremusa, la amazona Bremusa, muerta por Idomeneo.