5,99 €
"La contemplación" reconstruye los fragmentos del mapa interior de una voz que contempla el eco de su propio silencio. De vuelta de toda grandisonancia, el sujeto poético de estas esquirlas busca alguna forma de reconciliación en la derrota, en la prescindencia de toda esperanza de salvación. En ello cifra su fortaleza y plenitud.
Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:
Seitenzahl: 28
Veröffentlichungsjahr: 2024
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.
edicióndel festival internacional de poesía de la habana,
el instituto cubano del libro y el movimiento poético mundial
Edición 30 Aniversario de Colección Sur
Diseño y realización de cubierta: Gipsy Duque-Estrada
Fotografía de cubierta: Giskly Leyva
Diseño interior y diagramación: Onelia Silva Martínez
Ilustración: Alain Navarro
Coordinación editorial: Katy D’Alfonso
© Rafael Carballosa Batista, 2023
© Colección Sureditores, 2023
ISBN: 9789593023474
Centro Cultural CubaPoesía
Casa del Alba Cultural
Línea No. 556 esq. a D
El Vedado, 10400 La Habana, Cuba
colección sur
dirigida por alex pausides
http//www.cubapoesia.cult.cu
http//www.festivaldepoesiadelahabana.com
El progreso ha poblado la historia de las maravillas
y los monstruos de la técnica pero ha deshabitado
la vida de los hombres. Nos ha dado más cosas,
nomás ser.
Entre el sentido y el sin sentido, entre el decir y el callar,
hay un centelleo: un saber sin saber, un comprender
sin entender, un hablar mientras se calla. Nos queda oír
en lo que decimos, aquello que callamos.
Nos queda la contemplación.
Octavio Paz
Era el patio, la sombra que aliviaba.
Era la casa grande y los abuelos.
Era el pino, la banda de gorriones,
juglares del arroz puntual del mediodía.
Era mi barrio, su quietud reciente,
la ceiba donde duermen los ancestros.
Era el abismo cordial del aljibe,
el diálogo del agua y las canicas.
Eran las ceremonias familiares,
el olor del café, el Dios te bendiga,
la maestra que igual nos enseñaba
a sumar compartiendo la merienda.
Eran las fábulas de aparecidos,
el escándalo al paso de los trenes,
la primera novia, bajo el puente el primer beso.
Era la miel de las frutas, el polvo
a duelo con el sol en los caminos.
Era mi madre regando la tierra,
sin tiempo para holganzas ni fatigas,
la alegría de todos porque padre
había regresado vivo de África.
Era el cachorro, canción de mi infancia,
que un camionero agreste nos mató.
(Con frecuencia descubro que me llama
en los ojos del perro abandonado.)
Era igual la vecina que curaba
el empacho con trifulcas de aceite;
el estadio, versión municipal
del Paraíso, donde soñábamos
con el aplauso de las multitudes,
la gloria universal de la comarca.
Era en las vacaciones la finca de los tíos,
la ternura del monte por las tardes,
el imperio acechante de la noche.
Y era la suerte de que al despertar
fuéramos todavía basuritas de Dios,
en la estación total de los asombros.