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Muchas familias sufren y luchan para sacar a los suyos del consumo de diversas sustancias. También sufren la frustración de ver fracasar muchos intentos de rehabilitación; lo que produce una gran barrera de desesperanza. En torno del adicto se levanta un sinnúmero de conjeturas, reproches, culpas, miedos, etc. que ponen a este individuo en posición de centro de todas las desgracias. Lo que no se ve es que el adicto está mostrando sólo los síntomas visibles de un proceso que vino gestándose por mucho tiempo dentro suyo; proceso del cuál la familia tiene mucho qué decir, lo que también le brinda la posibilidad de hacer, hacer el camino de salida de la adicción.Este libro incluye sugerencias prácticas, accesibles, para que la familia se de cuenta de qué complejidad social se trata cuando uno de los suyos es adicto y abra la puerta de salida.
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Seitenzahl: 100
Veröffentlichungsjahr: 2017
marino muñoz
LA FAMILIA DEL ADICTO
conozca qué puedehacer ahora
Editorial Autores de Argentina
Muñoz, Marino
La familia del adicto / Marino Muñoz. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2017.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-711-902-2
1. Narrativa Argentina. I. Título.
CDD A863
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail:[email protected]
Diseño de portada: Justo Echeverría
Dibujo de portada: Rodrigo Muñoz
Diseño de maquetado: Helena Maso Baldi
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
índice
PRÓLOGO
Introducción
EL ORIGEN DE LAS ADICCIONES
¿PARA QUÉ SE USAN LAS DROGAS?
Un caso de a-dicción muy cercano
Algunas preguntas
Planteo algunos interrogantes
Observe estos datos
¿Menos socialización?
COMUNICACIÓN SIN PALABRAS
Nuevos modos de comunicación
Observaciones para tener en cuenta
¡MI FAMILIA PUEDE SER ADICTA!
Las conductas compulsivas
UN CASO DE FAMILIA ADICTA
HABLEMOS DE LA DROG-A-DICCIÓN
¿QUÉ HACER CON LA COMUNICACIÓN FAMILIAR?
Ideas para revertir la a-dicción familiar
Observe su familia
¿Qué puedo hacer para mejorar la comunicación familiar si mi familia esta a-dicta?
BIBLIOGRAFÍA
WEBGRAFÍA
COMENTARIO
PRÓLOGO
Buscaba un libro diferente respecto al origen de las adicciones, la mayoría de los que había leído solo me proporcionaban información acerca del consumo y sus riesgos, también las diferentes sustancias y sus efectos sobre el organismo. Todos me brindaban datos útiles en la prevención, pero ninguno me llevaba a la raíz por la cual los seres humanos nos volvemos adictos. El consumo y otras conductas adictivas solo son un camino fallido para atenuar el dolor no-dicho que nos aqueja.
Fue en esta búsqueda de ir a las causas profundas que llegó este libro a mis manos, dónde, descubriendo el sentido etimológico de la palabra adicción, tal como lo expresa el autor, se hace visible el verdadero origen; la causa fundamental con la que se recurre a las sustancias o conductas compulsivas con las que se pretende escapar de la realidad que no se puede expresar.
Observo, como Orientadora Familiar, que el enfoque esta puesto en ayudar a las familias a ser funcionales, es decir ayudarles a desarrollar características que le permita a cada integrante ser resolutivo ante la aparición de conflictos, ser flexibles en la individualidad, establecer reglas claras que les permita comprender el rol de cada uno. En este contexto la comunicación es la base de las relaciones, no solo en qué comunicamos, sino cómo lo comunicamos. Desde una visión sistémica los problemas emocionales son vistos desde una perspectiva de unidad, en otras palabras NO existe un problema emocional que sea propiedad de una persona. Más vale es el entramado familiar el que configura determinados problemas emocionales que emergen en un individuo.“Y una de las causas de esos problemas se centra en cómo las familias se comunican”.
El autor coloca en el centro de la escena a la familia, no al individuo doliente, a quien muchas veces se lo “acusa del problema y de la causa de los problemas” que desestabilizan el orden interno de la misma. No es sólo el individuo quien debe sanarse sino toda la familia, reestructurando la forma en la que interactúan, ya que la responsabilidad no recae en uno sino que nos introduce en un concepto casi revolucionario:
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“La sanidad del individuo, será consecuencia de la sanidad y
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responsabilidad que asuma la familia como parte de un todo”.
Reaprender a oír y a decir de una manera diferente. Es la familia quien coloca en un nuevo lugar al integrante doliente, no en exclusión sino en integración.
Sumergirnos en las páginas del libro nos hará ver el derecho que se nos ha quitado y que probablemente hemos quitado a otros: la posibilidad de expresar, decir, hablar, contar aquello que nos duele, que necesitamos. Que nos escuchen sin censuras nos hace sentir individuos amados y respetados. Comunicar es un derecho, escuchar y ser escuchados son los medios para canalizar lo que tenemos dentro.
Debemos cambiar la idea, no hay individuos “adictos” hay familias “adictas”, es decir aquellas que no se comunican, y asumir la responsabilidad que nos toca como constructores de vínculos en el seno familiar en ser los instrumentos preventivos y mitigadores del dolor.
El libro se transforma en un espejo, en el cual nos vemos, descubriendo el dolor, descubriéndonos a nosotros mismos, descubriendo la forma en que nos comunicamos, en la capacidad y en la ausencia del lenguaje con todos sus simbolismos, pero también en una puerta de sanidad, proporcionándonos los pasos para curar y quitar aquello que nos ha discapacitado para comunicarnos efectivamente.
Sin duda es un libro que revoluciona el concepto de “adicción” permitiendo a las familias asumir un rol protagónico en la sanidad del individuo “adicto”, finalmente termino con una frase del autor que encierra el espíritu del libro: “No existen individuos adictos, existen familias adictas”
Patricia López Puyol
Orientadora Familiar
introducción
Introducirnos al mundo de la adicción hoy es una verdadera necesidad. Por esto propongo cambiar el paradigma de qué cosa es la adicción. No podemos encontrar resultados diferentes si seguimos realizando los mismos ejercicios. Un resultado diferente viene de la mano de una concepción y una práctica diferente. Verdaderamente siento que hoy es inadecuada la manera de abordar esta problemática en general. Escucho que se reproducen conceptos a los que parece nadie quiere revisarlos. Pero no propongo cambiar por cambiar, propongo que ante la escasez de buenos resultados, esa evidencia nos motive a revisar de forma integral el abordaje de esta compleja problemática.
Se multiplican a mis oídos el canto lastimero de las familias que sufren por sus integrantes presos de adicciones diversas. Cuando también se suman a este coro, los relatos de personas que fueron ayudadas, que “salieron” que “mejoraron” pero que recayeron, que reincidieron y que hoy están iguales o en peores condiciones. Escucho mucha queja pero pocas propuestas. Escucho que a las personas que sufren por las adicciones se las considera un problema. Que la familia los ayuda de la forma que pueden, pero son un problema. Son un problema para la familia y terminan siendo una carga. Pero en contadas excepciones mencionan al grupo familiar y las situaciones particulares de ese grupo como condicionantes de las adicciones. En muchas menos oportunidades escucho a los padres decir que ellos son parte de la situación por la que su hijo/a es adicto. Escucho bastantes culpas, culpas del otro, culpa de las amistades, culpa que no hay más control, culpa de cualquiera... Encontrar culpable no nos hace salir de esta problemática. Reprochar y renegar contra extraños no hará avanzar la salida de la dificultad familiar. Ese no es el camino. El camino es una profunda revisión en la trama familiar de nuestro tiempo, de nuestro interés, nuestro amor y nuestra comunicación con el otro. Y en ese camino no encontramos culpables sino responsables. Los adultos en la familia deben asumir la responsabilidad del rol de adultos para guiar y atender a los menores. Y solamente si estamos dispuestos a ser desnudados de nuestras excusas y quejas para pasar a ser parte de la salida de la problemática de la adicción será posible algo diferente. Si no se reiterara el resultado actual. Más adicción, más dolores familiares, más dificultades, más problemas…
Siento que todos los esfuerzos por atajar el avance del comercio y uso de sustancias –droga– no rinde los frutos esperados. Casi a diario podemos tener noticias de incautaciones de sustancias pero es solamente una pequeña cantidad en proporción a cuánta realmente circula. Argentina está viviendo y tocando la realidad de cuánto la droga puede “perforar” el sistema político, las fuerzas de seguridad y la misma Justicia. Podemos decir que estamos azorados –enero 2016- por los recientes hechos de persecuciones de narcos al mejor estilo de las películas de Hollywood, donde la trama de corrupción, sicariato y complicidades del gobierno ponen ribetes de grandes proporciones. El ciudadano común permanece paralizado ante semejante cuadro y cuando esa realidad toca su familia porque alguien consume droga, el cuadro puede ser desolador.
Una de las dificultades radica en cómo se entiende el comercio y uso de diversas sustancias. Da la impresión que se idean muchas y diversas formas de trabar la distribución, pero básicamente se descuida el hecho de que la droga es un gran y fenomenal negocio. Negocio internacional y multimillonario. Y para que funcione un negocio lo que se necesita son compradores. Si no hay mercado dónde ubicar la producción el negocio empieza a no ser redituable. Un fabricante de calzado tiene asegurado un mínimo de venta porque siempre hay compradores. Pero si por alguna extraña razón los seres humanos dejáramos de usar calzado los fabricantes de calzado deberían pensar seriamente dedicarse a otra cosa. La venta de drogas no solo es redituable porque hay que reponer mercancía permanentemente sino porque hay incremento en la demanda por nuevos compradores-consumidores. Esos nuevos consumidores pueden ser los de nuestra familia. Ellos deben ser PREVENIDOS para no participar del gran negocio de la droga. Persona a persona, familia por familia, grupo social por grupo social… creo que es la única forma de sacarle venta y expansión al comercio de la droga. Como familia no tenemos las responsabilidades policiales, judiciales ni políticas. Tenemos sólo la RESPONSABILIDAD de guiar correctamente a nuestros seres queridos PREVINIENDOLOS. Por eso disminuir la cantidad de posible-potenciales consumidores es una manera de tratar con ese negocio. Y los más beneficiados serían nuestros seres queridos, los que se ahorrarían, aparte del dinero, las experiencias traumáticas del consumo. Y cuando hablo de droga-sustancia estoy hablando de todas las drogas, las legales como el cigarrillo, el alcohol y todas las ilegales. Es inútil discriminar entre unas y otras. El consumo tiene de base la adicción en todas ellas. Como veremos en el desarrollo del libro, todas las sustancias que generan dependencias son dañinas y lo llamativo es que en el imaginario social, por su aceptación, se piensa que algunas sustancias pueden ser inofensivas.
¡MEJOR ES PREVENIR QUE CURAR!
Mejor y más barato es prevenir que curar.
Mejor y menos doloroso es prevenir que curar.
¿Qué es una adicción? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es una enfermedad física y psico-emocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación.
Si la adicción es una enfermedad entonces tenemos la posibilidad de encontrar cómo PREVENIR esa enfermedad en nuestra familia. Y particularmente este es el campo en donde se pierde la primer batalla y probablemente la toda la lucha contra la adicción.
Perdemos la primer batalla si no consideramos que la adicción es una enfermedad tanto física como psico-emocial. Es decir la adicción tiene dos lugares de manifestación: por un lado el cuerpo y lo psíquico-emocional por otro, que por supuesto, operan en conjunto y simultáneamente.
Generalmente las familias llegan a la consulta o piden ayuda cuando:
la enfermedad ha tomado control de ambas partes
la persona enferma se ha vuelto incontrolable
se agotaron todos los recursos “caseros” para tratarla
los lazos familiares han sido muy dañados por la adicción.
Bien, todo esto puede evitarse, eso es PREVENCIÓN. Prevenir es anticiparse.
¿Por qué esperar a que suceda lo peor y luego atender la situación? Los padres NO saben que es posible PREVENIR o no saben cuándo empezar a PREVENIR. Prometo que en la lectura del libro usted encontrará cómo se caen los mitos acerca de las maneras de prevención de la adicción. Pensamos erróneamente que la prevención pasa por una cuestión de publicidad, de propaganda o de conocimiento del público de los efectos dañinos de las sustancias.
Lo invito que busque en Google la palabra adicción, prevención de la adicción, etc. lo que encontrará será acerca de las sustancias, de los componentes químicos y nada que sea realmente preventivo. Es por eso que con mi enfoque de la adicción desafío los estándares comunes y los conceptos tradicionales.
No trato a la persona drogadicta como alguien particular a quien la desgracia de una enfermedad lo ataca. No lo aíslo como enfermo particular, mientras pienso que el resto de la familia está sana o libre de la patología. Todo lo contrario. Pongo en escena la FAMILIA y dentro de ella la ADICCION. Se verá que el miembro de la familia que se droga es sólo la muestra que toda la FAMILIA ES ADICTA!. Cuando vea mi definición de adicción entonces todo le cerrará.
Todas las personas adictas
provienen de familias adictas