La historia de don Quijote de la Mancha - Miguel Cervantes De Saavedra - E-Book

La historia de don Quijote de la Mancha E-Book

Miguel Cervantes de Saavedra

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Beschreibung

Acompaña al caballero don Quijote y a su escudero Sancho Panza en sus divertidas aventuras y descubre a través de ellas la valentía, el amor, la amistad y la importancia de ayudar a los demás. Con un lenguaje sencillo y dividida en cortos capítulos, acompañados de divertidas y coloridas ilustraciones, esta novela, que es una adaptación del gran clásico de la literatura, está pensada para atrapar a los jóvenes lectores en el maravilloso mundo de don Quijote y su fiel escudero, Sancho Panza.

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Este libro pertenece a:

Primera edición,julio de 2017

© 2017 Panamericana Editorial Ltda.

Calle 12 No. 34-30, Tel.: (57 601) 3649000

Fax: (57 1) 2373805

www.panamericanaeditorial.com

Tienda virtual: www.panamericana.com.co

Bogotá D. C., Colombia

Editor

Panamericana Editorial Ltda.

Edición y adaptación

Diana López de Mesa O.

Ilustraciones

Manuel Crespo

Diseño y diagramación

Jonathan Duque / Martha Cadena

ISBN DIGITAL 978-958-30-6602-3

Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio sin permiso del Editor.

Cervantes Saavedra, Miguel de, 1547-1616.

La historia de don Quijote de la Mancha / Miguel de

Cervantes Saavedra ; ilustraciones Manuel Crespo ; adaptación y

edición Diana López de Mesa O. -- Bogotá : Panamericana

Editorial, 2017.

84 páginas : ilustraciones ; 26 cm.

ISBN 978-958-30-5574-4

1. Cervantes Saavedra, Miguel de, 1547-1616. El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha - Adaptaciones literarias

2. Don Quijote (Personaje ficticio) - Historia y crítica 3. Novela española - Historia y crítica 4. Caballeros y caballería - Novela

I. Crespo, Manuel, ilustrador II. López de Mesa O., Diana, adaptadora III. Tít.

863.32 cd 21 ed.

A1572837

CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango

La historia de

don Quijote

de la Mancha

4

Contenido

Parte I7

Don Quijote decide ser caballero8

La aventura fallida con los mercaderes

y la quema de libros 10

Sancho Panza y los molinos de viento12

Una venta encantada 14

El bálsamo de Fierabrás 16

Un gran ejército de ovejas18

El yelmo de Mambrino20

Beltenebros 22

Doncella en peligro24

La batalla de los vinos26

Don Quijote enjaulado 28

Don Quijote regresa a casa30

Parte I33

Don Quijote recibe visitas34

El bachiller Sansón Carrasco 36

El Caballero de los Espejos 38

Los caballeros se enfrentan40

5

Don Quijote y los leones42

Las bodas de Camacho 44

Quiteria y Basilio se casan46

El engaño48

El palacio y los duques50

Sancho consigue su isla52

Sancho gobernador 54

Atacan la isla Barataria56

Sancho renuncia58

Don Quijote y Sancho vuelven al camino60

Un falso Quijote62

Cambio de ruta64

El encuentro con Roque Guinart 66

El Caballero de la Blanca Luna

reta a don Quijote68

La derrota70

La identidad secreta del

Caballero de la Blanca Luna72

Don Quijote regresa a su hogar74

Don Quijote recupera la cordura76

El fin de don Quijote79

Glosario82

El Ingenioso Hidalgo

don Quijote

de la Mancha

Parte I

Don Quijote decide ser caballero

9

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acor-darme, vivía no hace mucho tiempo un caballero que tenía una armadura y un escudo que habían pertenecido a sus antepasados, y un caballo muy flaco. Con él vivían su joven so-brina y su ama.

Alonso Quijano era el nombre del hidalgo, tenía unos cin-cuenta años y era flaco, madrugaba mucho y solía disfrutar de la caza, hasta que empezó a dedicar todo su tiempo libre a leer novelas de caballería. Su afición por los caballeros andantes se convirtió en una obsesión y lo llevó a vender bienes para comprar más libros, e incluso no volvió a ir de cacería ni se volvió a ocu-par de sus finanzas.

Leía día y noche, y como no dormía y solo leía, perdió el jui-cio, creyó que todas las fantasías de los libros eran ciertas: magos que hacían encantamientos, batallas, desafíos, heridas, amores, todo lo que leyó lo creyó. Decidió hacerse caballero andante e irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar aventuras, y a poner en práctica lo que hacían los caballeros andantes de los libros.

Tomó la armadura de su bisabuelo, que estaba llena de moho, fue a ver a su caballo, y aunque estaba realmente flaco, le pare-ció el mejor de todos y decidió cambiarle el nombre por uno más sonoro, lo llamó entonces Rocinante. Pasó varios días pensando en un nombre para sí mismo y decidió llamarse don Quijote, y como era de la Mancha, creyó que lo más conveniente era honrar su patria llamándose don Quijote de la Mancha.

Como en toda historia de caballeros andantes siempre hay una dama por la cual el protagonista suspira y a quien dedica sus victorias, don Quijote quiso darle ese honor a una joven la-bradora del pueblo vecino, Aldonza Lorenzo, de quien estuvo enamorado por un tiempo. Aldonza Lorenzo sería la señora de sus pensamientos y por eso se llamaría desde entonces Dulcinea del Toboso.

10

La aventura fallida con los mercaderes y la quema de libros

Como no quería esperar más, don Quijote salió en busca de aventuras. En el camino se encontró con unos mercaderes que se dirigían a Murcia a comprar seda.

—Deténganse todos y confiesen que no hay en el mundo doncellamás hermosa que la emperatriz de la Mancha, la sin par Dulcinea del Toboso —les dijo don Quijote.

—Señor caballero, nosotros no conocemos a esa buena se-ñora —dijo uno de los mercaderes—. Muéstranos su retrato para que podamos apreciarla. Y aunque viéramos que es tuerta y joro-bada, diremos que es la más bella para complacerte.

11

—¡No es tuerta, canalla! —respondió enfurecido don Quijote—, ni jorobada como dices. Pagarás por este insulto.

Y al decir esto atacó al mercader con su lanza, pero el caballo se cayó con su amo encima. Uno de los criados de los mercade-res se acercó a don Quijote y le dio muchos golpes, dejándolo tendido en el suelo.

Al rato pasó por allí un labrador que conocía a don Quijote, lo llevó a su casa, donde lo esperaban el ama, su sobrina, el cura y el barbero, que eran amigos de don Quijote. Le dieron de comer y lo acostaron en su cama. Mientras dormía, decidieron acabar con los libros de caballería que lo habían vuelto loco. La mayoría de ellos fueron arrojados al patio y después quemados. Solo unos cuantos se salvaron de la hoguera.

Sancho Panza y los molinos de viento

13

Pasaron quince días, don Quijote parecía en un principio no querer volver a salir en busca de aventuras, hasta que trató de convencer al cura y al barbero de que la caballería andante era necesaria. Al final, don Quijote salió en busca de nuevas aventuras y en el camino se encontró con un labrador vecino, Sancho Panza, un hombre de bien, bastante ingenuo, a quien le pidió que trabajara para él. Lo convenció diciéndole que en alguna de sus aventuras seguramente conquistarían una isla, y que él podría ser su gobernador. Con estas promesas Sancho Panza dejó a su mujer y a sus hijos y se convirtió en el escuderode don Quijote.

Ambos iban caminando y hablando sobre las aventuras de los caballeros andantes cuando en el horizonte aparecieron treinta o cuarenta molinos de viento. Don Quijote le dijo a su escudero:

—Muy pronto comienzan las aventuras, pues adelante veo unos gigantes a quienes pienso vencer en batalla. Míralos bien, con brazos largos, algunos llegan a tener diez metros de alto.

—¿De qué gigantes hablas, señor? Yo solo veo molinos —dijo Sancho—. Lo que parecen brazos son las aspas.

Don Quijote no hizo caso a su escudero y picó con las espue-las a Rocinante. Se encomendó a su señora Dulcinea, apretó su lanza y embistióal primer molino. Y fue tan fuerte el golpe que se dio contra el aspa, que la lanza se rompió en dos y don Quijote y Rocinante terminaron en el suelo a cuatro metros de distancia, donde quedaron malheridos.

—¡Válgame Dios! —dijo Sancho al alcanzarlos—. ¿No le dije yo que eran molinos de viento?

—Algún mago o hechicero que me tiene envidia debió cambiar a los gigantes por molinos. Lo que no sabe él es que sus malas artes no podrán nunca contra mi espada.

Después de esto decidieron pasar la noche en un bosque. Don Quijote tomó una rama para hacer una nueva lanza y