No puede olvidarse de la hija del embajador, Anna. La chica noruega de la sonrisa brillante fue su primer amor y juntos compartieron una pasión que sobrepasa todas las fronteras. Cuando Anna deja Barcelona, se siente como si su vida se terminara, pero quizá la distancia no sea un obstáculo...Este relato corto se publica en colaboración con la productora fílmica sueca, Erika Lust. Su intención es representar la naturaleza y diversidad humana a través de historias de pasión, intimidad, seducción y amor, en una fusión de historias poderosas con erótica.-
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La primera vez
La primera vez
Original title:
Den første gang Copyright © 2019, 2019 Lea Lind and LUST, an imprint of SAGA, Copenhagen All rights reserved ISBN: 9788726204865
E-book edition, 2019 Format: EPUB 2.0
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La primera vez
En el parque veo a Anna en todos lados. En el reflejo de los charcos, entre las nubes y asomando en las copas de los árboles. Es la extraña sensación de tenerla cerca aunque esté tan lejos, al menos geográficamente. Suspiro y paso la mano por mi peinado a lo James Dean, del que ella siempre se burló llamándolo algodón de azúcar grasoso, pero, por otro lado, no podía vivir sin él.
—Dejas marcas en toda mi almohada con tu cera de cabello. —Se burlaba.
Esa fue la primera vez que estuve recostado entre sus sábanas de color coral. Esa fue la primera vez que estuve recostado entre sábanas de color coral de cualquier chica.
—Pero cuantas más manchas queden, mejor —murmuró y hundió la punta de sus dedos en las manchas grasosas—. Porque ahora estarás aquí conmigo cuando no estés...
Presionó con el dedo índice la funda de la almohada, dibujó corazones invisibles y me miró. Mi pene se endureció con su mirada, que cambió de la inocencia a la seducción. Ambos sabíamos dónde iba a terminar esto, aunque ninguno de los dos lo habíamos hecho todavía, y aunque no iba a ocurrir precisamente ese día. Llevó la punta de sus dedos hacia sus labios húmedos y comenzó a chuparlos, sin sacar la vista de mis ojos hambrientos.
—¿Tengo que pedir por la salvación de mi alma? —Rio.
Me lancé sobre ella y la besé con avidez. Puedo sentirlo bajo mi piel como si fuera ayer.
