La voz del estudiante en la educación superior - María Teresa Gómez Lozano - E-Book

La voz del estudiante en la educación superior E-Book

María Teresa Gómez Lozano

0,0

Beschreibung

A partir de las narraciones de estudiantes universitarios, este libro reflexiona acerca del proceso educativo y la experiencia de los jóvenes en la educación superior. Gracias al análisis de estos relatos se logra una obra novedosa, que no solo pretende generar una reflexión sobre el quehacer pedagógico, sino también ofrecer una visión más realista de la labor del docente de pregrado. Las voces de estudiantes de diferentes carreras y que provienen de distintas regiones dan cuenta en buena medida de la situación de la educación en el país, con sus aciertos y errores, sus fortalezas y debilidades. La voz del estudiante en la educación superior es una invitación a que los docentes se atrevan a innovar, a idear estrategias de aprendizaje, a crear ambientes motivadores y a escuchar a los estudiantes.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 519

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



LA VOZ DEL ESTUDIANTE EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR

LA VOZ DEL ESTUDIANTE EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR

UN MUNDO POR DESCUBRIR

María Teresa Gómez Lozano

Cristian Vinasco Castañeda

(Autores compiladores)

Universidad de los Andes

Facultad de Educación

La voz del estudiante en la educación superior: un mundo por descubrir / María Teresa Gómez Lozano, Cristian Vinasco Castañeda (Autores compiladores) -- Bogotá: Universidad de los Andes, Facultad de Educación, Ediciones Uniandes, 2020.

Otros autores: Laura Natalia Reyes Castellanos, Mariana Tafur Arciniegas, Santiago Fernando Vásquez Morales, Emilio Calderón Reyes, Santiago Camacho Castro, Paula Liliana Mantilla Blanco, Sebastián Moncaleano Medina, Juan Camilo Rincón Giraldo, María José Sierra Cueto, Ana María Barón Mendoza, David Andrés Gómez Fajardo, Isabela Venegas Vélez, Jorge Andrés Forero Fajardo, Juanita Duque Rosero, Juanita Tocasuckyl Ramírez, Andrés Felipe Rodríguez Martínez, Lina María Camperos Rodríguez, Mariana Gamba Fadul, Mateo Fierro Peñuela, Fernando Enrique Morales Velandia, Daniel Gutiérrez-Barragán, David Wolfram Bolle Díaz, Hayden Liu Weng.

ISBN 978-958-774-896-3

1. Estudiantes universitarios – Relatos personales 2. Aprendizaje 3. Prácticas de la enseñanza I. Gómez Lozano, María Teresa, autora, compiladora. II. Vinasco Castañeda, Cristian, autor, compilador. III. Universidad de los Andes (Colombia). Facultad de Educación

CDD 378.125        SBUA

 

 

Primera edición: marzo del 2020

© María Teresa Gómez Lozano, Cristian Vinasco Castañeda (autores compiladores)

© Universidad de los Andes, Facultad de Educación

Ediciones Uniandes

Calle 19 n.° 3-10, oficina 1401

Bogotá, D. C., Colombia

Teléfono: 339 49 49, ext. 2133

http://ediciones.uniandes.edu.co

[email protected]

ISBN: 978-958-774-896-3

ISBNe-book: 978-958-774-897-0

ISBN POD: 978-958-774-898-7

Corrección de estilo: Paola Molano

Diagramación de interior: Jazmine Güechá

Diseño de cubierta: Angélica Ramos

Conversión ePub: Lápiz Blanco S.A.S.

Hecho en Colombia

Made in Colombia

Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en su todo ni en sus partes, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electro-óptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial.

Universidad de los Andes | Vigilada Mineducación

Reconocimiento como universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964.

Reconocimiento de personería jurídica: Resolución 28 del 23 de febrero de 1949, Minjusticia.

Acreditación institucional de alta calidad, 10 años: Resolución 582 del 9 de enero del 2015, Mineducación.

Contenido

PRÓLOGO

Nepomuceno Torres Manrique

INTRODUCCIÓN

María Teresa Gómez Lozano y Cristian Vinasco Castañeda

SECCIÓN I

UNA MIRADA A EXPERIENCIAS ÚNICAS

CAPÍTULO 1. NARRATIVAS, UNA MIRADA A EXPERIENCIAS ÚNICAS

Laura Natalia Reyes Castellanos y Mariana Tafur Arciniegas

SECCIÓN II

APRENDIZAJE COMO FACTOR DE CAMBIO

CAPÍTULO 2. FRAGMENTOS DE LA MEMORIA SOBRE EL SENTIDO DE LA EDUCACIÓN

Santiago Fernando Vásquez Morales

CAPÍTULO 3. VOLVER AL AULA COMO LITERATO: EDUCACIÓN LITERARIA Y CONSTRUCTIVISMO

Emilio Calderón Reyes

CAPÍTULO 4. LLEGAR A SER EL MEJOR ICFES DE COLOMBIA

Santiago Camacho Castro

CAPÍTULO 5. LA LIBERTAD DE EDUCAR(SE)

Paula Liliana Mantilla Blanco

CAPÍTULO 6. DE EDUCADO A EDUCADOR

Sebastián Moncaleano Medina

CAPÍTULO 7. UN CAMBIO DE PERSPECTIVA: EDUCACIÓN

Juan Camilo Rincón Giraldo

CAPÍTULO 8. LA EDUCACIÓN COMO FACTOR DE CAMBIO EN MI VIDA

María José Sierra Cueto

SECCIÓN III

¿CÓMO APRENDEMOS?

CAPÍTULO 9. EL APRENDIZAJE: UN PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE CONOCIMIENTO Y DE DESARROLLO DE HABILIDADES Y COMPETENCIAS

Ana María Barón Mendoza

CAPÍTULO 10. ¿QUÉES PARA MÍ APRENDER?

David Andrés Gómez Fajardo

CAPÍTULO 11. TRAYECTORIA DE UN PROCESO DE APRENDIZAJE

Isabela Venegas Vélez

CAPÍTULO 12. ¿QUÉ ES APRENDER?

Jorge Andrés Forero Fajardo

CAPÍTULO 13. EL APRENDIZAJE DESDE UNA EXPERIENCIA PERSONAL

Juanita Duque Rosero

CAPÍTULO 14. EL ÁRBOL

Juanita Tocasuckyl Ramírez

SECCIÓN IV

PROPUESTAS PARA MEJORAR LA EDUCACIÓN

CAPÍTULO 15. DEMOSTRACIONES MATEMÁTICAS EN LA CLASE DE ECONOMETRÍA 2: UN ENFOQUE DE ALINEAMIENTO CONSTRUCTIVO

Andrés Felipe Rodríguez Martínez

CAPÍTULO 16. CON LAS MANOS, UN PROYECTO DE ESTUDIANTES PARA ESTUDIANTES

Lina María Camperos Rodríguez

CAPÍTULO 17. APRENDER SOBRE APRENDIZAJE A TRAVÉS DE LAREFLEXIÓN EN ACCIÓNEN MI EXPERIENCIA COMO MONITORA

Mariana Gamba Fadul

CAPÍTULO 18. REFUERZOS PARA LA INTUICIÓN DOCENTE

Mateo Fierro Peñuela

CAPÍTULO 19. LA EVALUACIÓN EN LA ENSEÑANZA DE LA LITERATURA: UNA PROPUESTA DESDE EL CONSTRUCTIVISMO

Santiago Fernando Vásquez Morales

SECCIÓN V

INVESTIGACIONES SOBRE EDUCACIÓN

CAPÍTULO 20. LAS FUNCIONES DEL MONITOR: UNA DISCUSIÓN VIGENTE EN LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

Ana María Barón Mendoza, David Andrés Gómez Fajardo y Fernando Enrique Morales Velandia

CAPÍTULO 21. ESTUDIO DE LA ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA MATEMÁTICA EN UNA PRÁCTICA PEDAGÓGICA EN UN COLEGIO PRIVADO DE BOGOTÁ

Daniel Gutiérrez-Barragán y David Wolfram Bolle Díaz

CAPÍTULO 22. MECANISMOS DE RETENCIÓN ESTUDIANTIL EN LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES: SU APLICACIÓN EN EL CURSO DE CÁLCULO DIFERENCIAL

Hayden Liu Weng

CONCLUSIONES

SOBRE LOS AUTORES

Prólogo

El texto que usted tiene entre sus manos posee un valor especial: fue escrito a varias manos y recoge no solo las experiencias de vida de los autores, sino que, desde las distintas visiones, profesiones y experiencias humanas, propone estrategias, metodologías o prácticas pedagógicas, para innovar en una de las profesiones que requieren permanente actualización. Cambian las generaciones y se multiplican los avances de la ciencia, pero el hacer del docente no ha tenido desarrollos significativos.

Esta obra adentra al lector en la comprensión de lo que significa aprender desde la mirada de la persona que aprende. Con mucha originalidad, la profesora María Teresa Gómez Lozano y el estudiante Cristian Vinasco Castañeda indagan en las experiencias educativas de un grupo de estudiantes universitarios, en cómo ocurren los aprendizajes en sus mentes y qué efectos producen. Así, aprendizaje y cambio se convierten en el eje de estudio.

Utilizando la técnica de las narraciones, de manera metódica se va construyendo la noción de aprendizaje y a la vez se incluye la conceptualización de elementos relacionados, como son proceso, autoaprendizaje, autonomía, construcción de conocimiento y desaprender, entre otros. Con las narraciones y sus correspondientes análisis y sugerencias, se logra configurar una obra novedosa que pretende no solo generar una reflexión sobre el quehacer pedagógico, sino ofrecer una visión más realista de la labor del docente de pregrado. Además, las narraciones escritas por estudiantes de diferentes carreras y que provienen de distintas regiones del país reflejan en buena medida la situación de la educación, con sus aciertos y errores, sus fortalezas y debilidades, pero siempre sembradora de sueños y esperanza.

Su experiencia en la vida académica, durante más de treinta años, le ha dejado a la profesora María Teresa enormes satisfacciones, por los logros alcanzados mediante la práctica sistemática de escuchar a los estudiantes, tanto en las actividades académicas —paneles, foros, debates, seminarios y demás— como en la interacción personal dentro y fuera del ambiente de aprendizaje. Del análisis de esos diálogos, fundamentado en la experiencia pedagógica y la formación académica, pudo María Teresa concluir que muchas dificultades de aprendizaje no deben atribuirse a falencias del estudiante, sino a una docencia centrada solo en el instruir.

La riqueza de ideas presentes en las narraciones indica, entre otras, que el estudiante universitario está en capacidad de aportar sus conocimientos y su juicio crítico al análisis de temas relacionados con sus carreras. Estas experiencias y reflexiones surgen cuando examinan su propio aprendizaje. Ello significa que la palabra del estudiante puede ser recurso esencial para que el docente alcance la habilidad de enseñar a pensar.

Tener en cuenta la voz del estudiante conlleva el desarrollo de la habilidad de escuchar. Esta, a diferencia del oír, requiere de la persona que escucha el empleo de algunas operaciones de pensamiento (analizar, sintetizar, comparar, evaluar o concluir, entre otras), que son necesarias tanto para interpretar el significado de manera correcta como para identificar elementos que inducen a una compresión errónea de este (opinión, suposición, inferencia, ambigüedad, generalización y otros). El proceso de escuchar de manera inteligente —valga la redundancia— adquiere sentido cuando se contextualiza el mensaje, se identifican las bases de su fundamentación y la lógica de la expresión facilita la crítica constructiva, que son condiciones para llegar a una actitud propositiva.

El mensaje de esta obra no debe quedarse en el terreno de la sola reflexión: debe asumirse como una invitación a los docentes a atreverse a innovar, como lo hizo la autora, a idear estrategias de aprendizaje, a crear ambientes motivadores, a escuchar a los estudiantes y a cambiar actitudes. Todo ello con el propósito de lograr la construcción de conocimientos útiles, tanto para la formación profesional como para la vida. Al final, el docente será recordado no por la cantidad de conocimientos impartidos, sino por haber conseguido que los estudiantes aprendieran a aprender.

Pertenezco a una generación de educadores que está convencida de que la educación es la mejor inversión para quienes la vida les ha negado mucho y su único abrigo es haber contado con una educación de calidad. Por eso, los estudios y recomendaciones que pongan la educación en el centro de atención de directivos, educadores y la sociedad en su conjunto le harán un gran servicio a la educación y al país.

Nepomuceno Torres Manrique

Introducción

Una invitación de un profesor a reflexionar sobre las prácticas pedagógicas desde la voz del estudiante

María Teresa Gómez Lozano

El educador que aliena la ignorancia se mantiene en posiciones fijas, invariables. Será siempre el que sabe, en tanto los educandos serán siempre los que no saben. La rigidez de estas posiciones niega a la educación y al conocimiento como procesos de búsqueda.

Paulo Freire

Desde 1983 he tenido la fortuna de trabajar como docente. Cuando salí de la universidad, no estaba entre mis planes ser profesora, pero diferentes circunstancias me llevaron al que considero el mejor oficio al que he podido dedicar mi vida laboral. En esta trayectoria he tenido el privilegio de trabajar en diferentes niveles, desde preescolar hasta educación superior, y tener durante este proceso maestros y estudiantes maravillosos que me enseñaron y me siguen mostrando el camino, para ser cada vez una mejor profesional. En mi experiencia como docente escuchar al estudiante ha sido escencial: se ha tratado de escuchar para valorar sus experiencias de aprendizaje y, de esta forma, comprender cómo los estudiantes aprenden y cómo puedo con esta información crear mejores experiencias de aprendizaje.

Ser coordinadora y docente de la Opción en Educación que ofrecía el Centro de Investigación y Formación en Educación (CIFE), hoy Facultad de Educación de la Universidad de los Andes, me permitió acercarme a las reflexiones sobre educación que hacían los estudiantes universitarios. Esto me llevó a darle vida a la iniciativa de publicar un libro que mostrara la voz de los estudiantes interesados por construir una mejor educación. Escribo la introducción a este libro con admiración y agradecimiento por los autores de los diferentes capítulos. Cada uno de ellos ha sido mi estudiante en diferentes cursos de la Opción en Educación y, a través de sus escritos, conversaciones y reflexiones, me abrieron nuevas miradas sobre mi quehacer educativo. Este libro, que ha sido construido con ellos, tiene como objetivo primordial contribuir a la reflexión del profesor a partir de la voz del estudiante. Es una invitación a los docentes que quieran acercarse a esa otra mirada sobre la educación, la que tienen nuestros estudiantes.

Este libro presenta las experiencias de estudiantes que escogieron la Opción en Educación en la Universidad, una opción que tenía como objetivo ofrecer la oportunidad de reflexionar, discutir y conocer sobre el aprendizaje y cómo favorecerlo. Era una alternativa muy interesante para quienes deseaban conocer más sobre su propio aprendizaje así como para quienes deseaban apoyar el de otros. Esta opción les permitió apasionarse por la educación, pasión que no tenían cuando iniciaron sus estudios universitarios. Esta opción los llevó a comprender los retos de la formación en sus disciplinas y les permitió pensar alternativas para generar procesos educativos acordes a sus intereses y necesidades. Pudieron, entonces, tener una reflexión constante acerca de su experiencia como aprendices. Y, por último, esta opción ha llevado a algunos de los autores a ser hoy en día profesores.

El libro recoge la lectura que hacen los estudiantes sobre su experiencia de formación en la universidad, expresando sus intereses, preocupaciones y principalmente reflexionando sobre su propio proceso educativo a través de cuatro secciones en las que expresan su voz en la educación superior. En la primera sección, en el primer capítulo, “Narrativas, una mirada a experiencias únicas”, escrito por una docente y una estudiante, se presenta un metaanálisis de los contenidos de los capítulos del libro con un estudio de las narrativas presentadas, para comprender cómo los estudiantes-autores entienden qué es el aprendizaje y cómo este les ha permitido darles un sentido a sus vidas. En la segunda sección, “Aprendizaje como factor de cambio”, se exponen siete testimonios de estudiantes de diferentes programas de la Universidad que expresan, a través de reflexiones sobre sus propios procesos formativos, cómo la enseñanza y el aprendizaje tienen sentido para sus vidas. En la tercera, “¿Cómo aprendemos?”, seis estudiantes presentan sus concepciones sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje, para evidenciar como cobra sentido que las prácticas de estudiantes y profesores deben estar siempre en permanente reflexión. Los productos de este capítulo son reflexiones que realizan los estudiantes en la clase Constructivismo y Aprendizaje de la Opción en Educación. En la cuarta sección, “Propuestas para mejorar la educación”, cinco estudiantes describen sus trabajos de la práctica de la Opción en Educación, en los que hacen una propuesta de mejora de algún componente de un ambiente de aprendizaje desde su propia perspectiva. Finalmente, en “Investigaciones sobre educación”, cinco estudiantes exponen tres investigaciones que realizaron en la práctica de la opción sobre temas de interés educativo.

Una invitación de un estudiante a reflexionar sobre las prácticas pedagógicas desde la voz del estudiante

Cristian Vinasco Castañeda

Cuando entré a estudiar ingeniería en la Universidad de los Andes, no me imaginé que cinco años después me iba graduar como ingeniero civil con opción en educación ni que iba a terminar trabajando en ello. Si bien mi madre fue docente, al igual que muchos de mis familiares, nunca estuvo entre mis planes involucrarme en esa área, pero la vida no siempre resulta como uno la planea. En tercer semestre, inscribí un curso del que dos semestres después, por cosas de la vida, resulté siendo monitor. Desde ese momento, hasta que terminé mi pregrado, no trabajé en otra cosa; todas las labores que desempeñé estaban relacionadas con pedagogía, ninguna con ingeniería. Mientras mis compañeros de pregrado empezaban a trabajar como monitores de los cursos de nuestro pensum, a mí no me provocaba apartarme de los de Educación.

Entonces, empecé a tomar consciencia de la importancia de la pedagogía e igualmente a preocuparme por los asuntos educativos; todo lo pensaba desde la educación. Alguna vez un compañero de clase, mientras hacíamos un trabajo, me dijo que si no me hubiera involucrado tanto en Educación, hubiera sido un estudiante más feliz, porque haría lo que nos pedía el profesor sin reparo alguno, en vez de criticar la metodología de la clase, el diseño de las evaluaciones, el papel del profesor, etc. En ese momento, comprendí la relevancia que tenemos los estudiantes en la calidad de la educación e igualmente vi la necesidad de formar aprendices preocupados por su formación, que sean capaces de involucrarse en el proceso educativo con una actitud más propositiva.

Cuando un estudiante reflexiona sobre su propio aprendizaje, comprende cuáles son los factores que han influido en su proceso e igualmente cómo favorecerlo. En este sentido, una persona que toma consciencia de cómo aprende no solo identifica las dificultades que tiene, sino también las estrategias para hacerlo de una mejor manera. Un aprendiz que desarrolla una actitud crítica frente al aprendizaje tiene la capacidad de proponer soluciones efectivas a los problemas educativos, para así desempeñar un papel fundamental en la calidad de la educación.

Este libro es un ejemplo de ello. Aquí se recopilan una serie de artículos que nos permite explorar los procesos reflexivos de los estudiantes. Nos muestra qué necesitan para aprender, cómo aprenden mejor, qué componentes afectan su aprendizaje, cómo les gustaría aprender y qué problemas enfrentan cuando aprenden. Nos deja ver cómo ese proceso consciente se transforma en una visión crítica frente a la educación. Aquí los estudiantes hablan de la preocupación que tienen por su formación, de sus propuestas para mejorar diferentes aspectos relacionados con la pedagogía y presentan los hallazgos de sus propios ejercicios de investigación producto del interés que tienen por estos temas.

Un proveedor que ofrece un servicio debe saber qué busca el cliente para brindarle un producto que sea acorde a sus necesidades. Sucede exactamente lo mismo en educación; nosotros llegamos al aula con unas necesidades no solo académicas, sino también pedagógicas e incluso personales, que los profesores deben conocer para que el proceso de enseñanza sea eficaz.

Los estudiantes, entonces, nos convertimos en la herramienta más próxima que tiene el profesor para hacer seguimiento a su trabajo. Un profesor que escucha a sus estudiantes, que es consciente de su papel, que los hace partícipes de la construcción de su clase, que los tiene en cuenta para mejorar sus prácticas docentes tiene altas posibilidades de que su curso sea exitoso. En este sentido, este trabajo resulta un valioso insumo para que los profesores aprendan de nosotros, de la misma manera como los estudiantes aprendemos de ellos.

Lo que leerán a continuación es un reflejo no solo del interés de nosotros los estudiantes por participar más activamente en las prácticas educativas, sino también de la capacidad que tenemos para proponer mejoras, implementar estrategias y realizar ajustes. Todo con el objetivo de hacer más efectivos los procesos de aprendizaje-enseñanza.

SECCIÓN I

UNA MIRADA A EXPERIENCIAS ÚNICAS

Capítulo 1. Narrativas, una mirada a experiencias únicas

Laura Natalia Reyes Castellanos

Mariana Tafur Arciniegas

Introducción

El desarrollo de la investigación científica social inició con un enfoque positivista tomado de las ciencias naturales, que limitaba la visión de lo individual y cultural, necesaria desde una perspectiva constructivista de la educación (Flick, 2004; Tovar Pineda, 2000). Las necesidades de identificar métodos y teorías dependiendo del contexto y situación, la importancia de resaltar las perspectivas de los participantes y de los investigadores y la relevancia de los diversos enfoques para la investigación llevaron a reconocer ciertas limitaciones en los enfoques positivistas. Esto generó un cambio de paradigma en la investigación educativa (Flick, 2004). En este sentido, la investigación cualitativa responde cuestionamientos amplios y más generales que la investigación cuantitativa, para comprender las experiencias de los participantes de forma abierta y flexible, de acuerdo con las necesidades y perspectivas de un pequeño número de individuos. Con esto, se busca lo particular y se evita la generalización (Creswell, 2008).

La claridad en el diseño cualitativo es crucial para delimitar la forma en la que la perspectiva y experiencia vivida por el participante, así como el papel del investigador y del medio interactúan. Dependiendo del objetivo y de la pregunta de investigación, una investigación cualitativa necesita una aproximación específica al tema en estudio. Así, una aproximación etnográfica estudia la cultura y las costumbres de un grupo de personas determinado; la teoría fundamentada pretende teorizar procesos, acciones e interacciones; y el estudio de casos críticos busca analizar a profundidad asuntos poco comunes, por ejemplo, ciertas enfermedades, personas superdotadas, personas excepcionalmente exitosas, entre otros (Arthur, 2001; Creswell, 2008).

En particular, la investigación basada en narrativas describe historias, vidas de individuos y la mayoría de veces la historia de un solo individuo. Este tipo de investigación genera un lazo de confianza entre el participante y el investigador que captura la cotidianidad de la vida, al mismo tiempo que empodera al participante, al darle voz ante la comunidad (Creswell, 2008). La investigación basada en narrativas puede llevarse a cabo por medio de la construcción colaborativa entre el participante y el investigador de la historia del individuo, con categorías o temas emergentes desde las historias de uno o más participantes. Este método busca ser flexivo al comunicar la historia y al ubicarla en un contexto y una situación, por medio de una profundización y detalle de la realidad del participante (Creswell, 2008). Este diseño cualitativo es útil para reportar historias que responden a una problemática muy particular, de una forma única que vale la pena explorar. El animar a los participantes a exponer sus historias genera una comunidad de cuidado y conexión por medio de intereses y valores comunes (Connelly y Clandinin, 1990).

La investigación basada en narrativas es tanto un fenómeno como un método de investigación, cuya sistematización ha sido analizada y relacionada en diversos campos de conocimiento desde la década de los ochenta (Connelly y Clandinin, 1990) y aún sigue siendo desarrollado (Creswell, 2008). Esta metodología ha sido trabajada desde años atrás, incluso antes de ser estudiada y categorizada de forma sistemática. Por ejemplo, en 1954 ya se comentaba la importancia de la narrativa para entender el fondo del contexto, las percepciones y perspectivas del individuo, aunque el enfoque era más literario que investigativo (Brooks, 1954). En este capítulo se presenta un análisis de las narrativas presentadas en el libro, para observar cómo los estudiantes-autores entienden qué es el aprendizaje y cómo este les ha permitido darles un sentido a sus vidas.

Marco teórico

Los métodos cualitativos de investigación son parte de un paradigma hermenéutico o interpretativo, lo que los hace subjetivos (Tovar Pineda, 2000). La información se obtiene con formas abiertas de recolección de datos que pueden ser registros visuales o narrativos tomados con técnicas como la observación participante y las entrevistas no estructuradas (Pita Fernández y Pértegas Díaz, 2002). Un método de investigación del análisis cualitativo es la narrativa, que como género literario ha sido utilizado desde hace mucho tiempo; no obstante, su uso como método de investigación se ha consolidado desde los años ochenta (Connelly y Clandinin, 1990; Smith, 2000).

Algunos de los críticos de las metodologías cualitativas argumentan que no cuentan con validez externa, es decir, los resultados obtenidos a partir de ellas no son generalizables y, por tanto, no se pueden extrapolar a otras poblaciones (Pita Fernández y Pértegas Díaz, 2002). En consecuencia, se podría concluir que la narrativa, al igual que otros métodos cualitativos, no es una aproximación fácilmente aplicable a distintos escenarios, debido a su carácter subjetivo. Pese a esto, su naturaleza exploratoria, inductiva y descriptiva la hace una buena herramienta para estudios en el área de las humanidades y de los estudios cualitativos (Smith, 2000). De hecho, autores como Conelly y Clandinin (2000; 1990) son sus defensores abiertos, particularmente en educación, ya que, como lo establece Riessman (2008), la narrativa permite revelar verdades sobre las experiencias humanas. Es decir, un análisis de una narrativa lleva a indagar sobre aspectos no cuantificables del individuo, tales como su percepción sobre una determinada situación, por su carácter holista. Otra ventaja que presenta esta metodología es que permite hacer inferencias sobre los datos a partir de estudios observacionales de los individuos, así como también es posible entender y profundizar sobre un individuo en particular (Clandinin y Connelly, 2000; Connelly y Clandinin, 1990).

Riessman (2008) explica los elementos básicos de la narración, los cuales son de interés para el análisis de la información y, por ende, para los investigadores. En primer lugar, por medio de narrativas es posible comprender elementos explícitos, por ejemplo, el cómo y el porqué, los cuales son puntos relevantes y únicos en cada historia. Además, este método de investigación busca entender diversos aspectos implícitos en el modo de narrar de cada interlocutor, tales como la entonación o la organización de la estructura o la trama. Además de estos elementos básicos, la narrativa como método de investigación debe cumplir con ciertas características, entre estas, se destaca la denominada complicating action, que es la acción que da un giro contundente a toda la situación (Smith, 2000). Cabe resaltar que este giro no tiene una connotación específica, es decir, puede ser buena, mala o neutra. Además, debe existir un espacio tridimensional en el que se involucre lo siguiente: (1) interacción, en la cual se hable de las repercusiones tanto sociales como personales del estudio; (2) continuidad, para que haya distintos tiempos (pasado, presente y futuro) que ayuden al lector a darle un sentido más completo al estudio; y (3) situación, para que se hable del contexto en el que se dio el estudio (Smith, 2000).

Esta metodología de investigación posee numerosas ventajas, entre ellas, que invita a la reflexión no solo del narrador, sino también del oyente. Incluso los autores establecen que el proceso se ve enriquecido, ya que la continua interacción entre narradores y oyentes permite que la experiencia sea doble. Por eso, se dice que la narrativa tiene el atributo de crear una comunicación más horizontal, esto es, la comunicación entre el investigador y los investigados es mucho más natural y, por lo mismo, se da la posibilidad de obtener datos mucho más cercanos a la realidad que en cualquier otra circunstancia (Riessman, 2008).

El papel de la narrativa como método de investigación, y como herramienta en general, está alineado con los paradigmas cualitativos, comúnmente utilizados en educación. En primera instancia, hay que decir que el profesor cumple un papel fundamental en el desarrollo de un proceso de investigación, dado que se desempeña como guía. En segunda instancia, se encuentran los estudiantes, quienes viven el proceso de indagación acerca de un determinado tema y lo tratan desde una experiencia personal. El uso de narrativas en áreas de psicología del desarrollo y en educación permite, pues, centrarse en el estudiante, dándole voz. Esto permite enfocarse en su proceso de construcción cognitiva, a través de la reflexión acerca de eventos pasados, dándoles perspectiva y significado a dichos eventos, construyendo nuevo conocimiento y generando emociones conectadas al evento (Smith, 2000).

Entre los tipos de diseño de investigación basada en narrativas se encuentra la autobiografía y la biografía. Este tipo de narrativa es utilizado cuando se busca capturar, en palabras de Bruner (2004), el tiempo vivido. De acuerdo con el autor, la autobiografía logra captar el sentimiento de lo vivido mejor que cualquier otra forma de información temporal, ya que la narrativa, de alguna forma, imita la vida de la persona. Por otro lado, Bruner (2004) reconoce la inestabilidad de las historias de vida, debido al momento en el que se cuenta. El contexto social y cultural puede cambiar y el temporal definitivamente lo hace. Es por esta razón que este tipo de metodologías de investigación no pretende la generalización, sino el reconocimiento del momento vivido por cada individuo de forma única y temporal.

El análisis de narrativas, al igual que los demás métodos investigativos, propone un manejo riguroso de los datos, para asegurar su calidad y obtener resultados confiables. Es así que en propuestas metodológicas cualitativas, como lo es la narrativa, se llega a la estabilidad de las temáticas o categorías teóricas o emergentes, por medio de la consistencia interna, esto es, la identificación de características propias de la categoría, y de la heterogeneidad entre categorías, para asegurar que cada una sea lo suficientemente diferenciada y haya claridad en la codificación y clasificación de los datos (Braun y Clarke, 2006; Guba, 1981). Adicional a la estabilidad, es preciso asegurar la solidez y la confiabilidad de los resultados, es decir, garantizar un análisis sistemático que permita la confirmación de los resultados y su aplicabilidad a otros contextos similares (Golafshani, 2003; Guba, 1981). En el caso particular del análisis de narrativas, la estabilidad se da en el proceso de representar el fenómeno por medio de una historia, para asegurar una consistencia durante la narrativa y visibilizar la diversidad y la unicidad de las narrativas de individuos diferentes. Así mismo, la confiablidad se consigue a partir de la honestidad del testimonio, que se puede verificar con la conexión entre las experiencias reales vividas por el narrador y sus reflexiones al respecto.

En conclusión, la naturaleza y el carácter cualitativo de la narrativa como método de investigación permite un profundo conocimiento sobre un grupo determinado de individuos, que a su vez se encuentra situado en un contexto sociocultural distinto al que podrían encontrarse otros. Lo anterior implicaría, entonces, que este método es una gran herramienta cuando se trata de grupos de estudio determinados por periodos estables de tiempo, tales como instituciones educativas.

De igual forma, este método de estudio resulta más útil cuando se pretende hacer un análisis a partir de un seguimiento a un grupo de individuos. Pese a que los sujetos del estudio forman parte de un mismo contexto, no se puede desconocer que tanto el primero como el segundo pueden variar, debido al paso del tiempo o a la entrada y salida de individuos de la comunidad. Finalmente, es pertinente decir que la narrativa como método de investigación resulta ser un instrumento clave para estudios comparativos de grupos, ya que constituye un elemento esencial a la hora de definir tendencias generales adoptadas por diferentes grupos o comunidades.

Análisis de narrativas

El análisis de narrativas forma parte de un paradigma interpretativo (Creswell, 2008; Tovar Pineda, 2000). Por esta razón, profundiza en casos particulares para comprender un fenómeno a fondo, en el contexto de los participantes. Busca la particularidad y no la generalización.

Los participantes del metaanálisis presentado en este capítulo son autores del libro, que por medio de sus experiencias y reflexiones ilustran cómo la educación puede desempeñar un papel definitivo en sus vidas (aprendizaje como factor de cambio), puede cambiar la concepción de qué es aprender y enseñar (el proceso de aprendizaje y enseñanza para los estudiantes) y puede generar una visión crítica y proactiva para mejorar los ambientes de aprendizaje (propuestas para mejorar la educación). Se seleccionaron los autores que son estudiantes de pregrado y la razón de ser de este libro. Siete testimonios, cinco reflexiones sobre qué es aprender y cinco propuestas para mejorar la educación fueron incluidas en este análisis de narrativas. Estos escritos son reflexiones individuales, creados desde la experiencia propia y, en algunos casos, conectados con autores estudiados en algunos cursos de la Opción en Educación. En todos los casos, los autores y participantes son estudiantes o egresados de diversos programas de la Universidad (Derecho, Economía, Ingeniería Mecánica, Ingeniería Civil, Ingeniería Electrónica, Ingeniería Industrial, Física, Ciencias Políticas, Matemáticas, Literatura, Medicina, Administración de Empresas, Psicología, Microbiología, Lenguajes y Estudios Socioculturales, Filosofía), con un interés en educación y que, en la mayoría de los casos, se encuentran cursando (o realizaron) la Opción en Educación.

El análisis de las narrativas se llevó a cabo utilizando dos metodologías que luego fueron trianguladas, para lograr una mayor solidez en los resultados encontrados. La primera aproximación fue hecha por medio de una nueva narrativa generada a partir de las reflexiones y conexiones de una de las autoras, también estudiante de pregrado. Este buscaba una consistencia en la metodología de datos y análisis, para resaltar las particularidades de la experiencia de la autora y sus conexiones con las experiencias de otros estudiantes y autores. La segunda aproximación fue realizada por otra autora, por medio de un análisis de temáticas (Braun y Clarke, 2006) que visualizó qué elementos de las reflexiones fueron transversales a cada experiencia, cuáles eran resaltados en cada tipo de escrito (testimonios, reflexiones sobre qué es educación y propuestas de mejora de la educación) y cuáles eran propios de la experiencia de cada individuo. Una vez realizados, se concluyó con una triangulación, en la que se identificaron cómo las experiencias y narrativas ilustran la importancia de la educación en la vida de cada una de estas personas.

La credibilidad del estudio se basa en la triangulación de los dos análisis independientes. Además, los resultados son consistentes, ya que las categorías que emergieron de los datos tienen una frecuencia de por lo menos tres menciones en los textos de los estudiantes-autores. Categorías con más de veinte incidencias fueron divididas en dos diferentes categorías que permitieron dar un mayor detalle al fenómeno mencionado por los autores. Por ejemplo, la alta densidad de la temática aprender a aprender llevó a dividir la categoría en tres subcategorías resaltadas por los estudiantes (autodistanciamiento, autogestión y metacognición).

Este análisis no pretende generalizar sobre qué es o cómo se debe aprender. Por el contrario, busca visibilizar procesos individuales con profundidad y entender cómo se vive el aprender para un grupo reducido de estudiantes y autores del libro. Por esta razón, se limita a presentar datos no generalizables que responden a un contexto particular, algo propio de los estudios situados en un paradigma interpretativo. Este análisis solo presenta una pequeña muestra de las experiencias y reflexiones de los estudiantes de la Opción en Educación. Somos conscientes de que muchas otras experiencias no se conocen y que es necesario darles, en futuras investigaciones, la voz que merecen.

Resultados

Una visión de pares

Laura Natalia Reyes Castellanos

Después de leer las experiencias de mis compañeros con la educación, corroboré que este es el mejor regalo que se le puede dar a una persona, pues de esta forma se le está ayudando a crecer de una manera integral. El aprendizaje es un proceso que empieza desde el momento en el que se nace y termina, naturalmente, en el momento en el que se muere. Los seres humanos pasamos toda nuestra vida aprendiendo a desarrollar habilidades. A unos se les facilitan más unas áreas que a otros. Es por eso que no todos escogemos las mismas profesiones. Sin embargo, para algunas personas el poder aprender y educarse significa más que para otras. Para mí la educación es la raíz de todo lo bueno.

Siempre me he considerado una persona autodidacta: desde pequeña mostré pasión por la lectura. Caso similar al de Santiago Camacho Castro, uno de los testimonios de este libro. Hubo muchas ocasiones en las que mis regalos de Navidad no eran juguetes sino libros. Empecé leyendo cuentos cortos para niños y con el tiempo fui descubriendo la literatura infantil que aún ahora, con veinte años, me encanta. Después, con el paso de los años empecé a adentrarme en el mundo de la literatura universal. Los profesores de español en el colegio siempre me recomendaban libros que sabían que me podrían llegar a gustar. Por suerte nunca se equivocaron, porque me di cuenta de que los libros son como un portal gigante con acceso a todo el mundo, que conservan información valiosa sobre cualquier cantidad de cosas y que quien tiene un libro, en efecto, tiene un tesoro.

Pero la literatura universal no era lo único que me llamaba la atención. También empecé a leer libros sobre plantas, el cuerpo humano y así a enamorarme de la ciencia. Sin lugar a dudas, fue en ese momento en el que mi vida cambió, porque tomé la decisión más importante en la vida de una persona: elegí el rumbo que seguiría después de graduarme del colegio, el de la ciencia. Dicha decisión me permitió trazar un proyecto de vida acorde a mis intereses, ya que al igual que en algunos testimonios, me vi motivada por un futuro laboral y la posibilidad de aportar nuevo conocimiento, en mi caso, a las ciencias.

Así fue como entré a la Universidad de los Andes a cursar un pregrado en Microbiología. Desde entonces mi vida comenzó a cambiar aún más. Al principio fue duro porque realmente la exigencia de la universidad no tiene nada que ver con la del bachillerato, pero, como renunciar nunca ha sido una opción, seguí adelante y hoy me encuentro en sexto semestre de la carrera. Lo mejor de la universidad es que es un espacio interdisciplinario. Aquí he tenido la oportunidad de estudiar sobre los temas que más me apasionan de mi carrera y de seguir cultivando mi amor por la literatura. Además, he tenido la posibilidad de acercarme a nuevos espacios de educación, lo que me ha permitido ampliar mi visión del mundo. Por ejemplo, decidí involucrarme con el cine y ver qué tenía ese mundo para mí. Entonces, me di cuenta de que era una forma totalmente distinta de aprender. Aunque para muchos el cine es una forma de entretenimiento, una actividad de ocio que poco o nada tiene que ver con la educación, solo es cuestión de verlo con el lente correcto. En este mundo hay infinidad de herramientas para aprender, pero muchas veces las ignoramos, porque se salen de lo convencional. Como lo resalta Paula Liliana Mantilla Blanco en su testimonio, la educación es un área enorme donde hay cabida para todo y todo se puede abordar de mil maneras distintas.

Pero ¿qué es lo que hace que una persona adquiera ese gusto por aprender y educarse? Bueno, yo creería que el apoyo de la familia es un factor determinante, ya que es gracias a este que un niño desarrolla la confianza necesaria para alcanzar las metas que se trace. El papel que los padres desempeñan es tal vez más importante que el de un profesor, pues los padres son los encargados de enseñarles funciones básicas a sus hijos, desde vestirse hasta cómo comportarse en determinada situación. Los padres brindan las herramientas necesarias para que uno pueda enfrentarse a la vida diaria, porque son ellos quienes de una u otra forma alimentan el alma y los sueños de una persona. Como el caso de María José Sierra Cueto, a quien el apoyo y la determinación de su padre le han servido no solo de motor, sino también de ejemplo para destacarse en sus estudios.

Los profesores, por su parte, son los que proporcionan esos incentivos que hacen que uno quiera llegar más allá. Son los que motivan a seguir explorando ese camino que a uno tanto le apasiona y que lo hace sentir no solo completo sino un mejor ser humano. De alguna manera cada persona experta en un campo es un pequeño grano de arena que ayuda a que se siga generando conocimiento y, por ende, que el mundo siga ampliando sus horizontes. Como bien lo dice Juan Camilo Rincón Giraldo en su testimonio sobre la educación, la tarea de un profesor se centra en sus estudiantes, ya que son ellos a quienes están tratando de transmitir un mensaje. Es decir, son los padres en un primer momento y los profesores en un segundo quienes llevan a cabo una ardua tarea de inculcar el amor por el aprendizaje y la educación a un niño que algún día se convertirá en una gran persona. Son ellos los que tienen el deber de enseñar a nuevas generaciones que realmente se puede aprender a hacer cualquier cosa siempre y cuando se tenga la disposición de hacerlo. También tienen el compromiso de insistir en que la tarea de la educación no es atormentar a estudiantes universitarios, sino formar gente útil en todo sentido para la sociedad, pues es la madre del cambio.

En conclusión, el aprendizaje es un proceso continuo en el que se ven involucrados muchos actores y en el que la única regla consiste en nunca cerrar la mente a nuevas posibilidades, pues es un área en la que la innovación debe predominar, con el fin de continuar con esa ola expansiva de ideas y conocimiento.

Análisis temático de las experiencias

Mariana Tafur Arciniegas

Después de analizar los testimonios, las reflexiones sobre qué es educación y las propuestas de mejora para la educación, realicé un análisis temático que me permitió revisar las ideas principales de cada escrito, codificar de acuerdo con categorías emergentes los datos de forma inductiva y con un paradigma constructivista. De la revisión de los escritos surgieron 188 códigos que se consolidaron, después de un proceso iterativo, en nueve temas principales y veintiséis subtemas que se presentan en la tabla 1. Todos los temas tienen que ver con el acto de aprender, por lo que las categorías fueron nombradas consistentemente con este tema central.

Los temas emergieron de las ideas principales de cada escrito. Por lo menos dos estudiantes consideraron importante el tema para que se consolidara como subcategoría. Así mismo, cada subcategoría se conformó a partir de por lo menos tres codificaciones del mismo tema. Se obtuvo así un rango de tres a dieciséis codificaciones por subcategoría, con un promedio de seis codificaciones. El subtema con mayor densidad fue autogestión, seguido por construcción y acomodación, construcción social y aplicabilidad. Los subtemas con menor densidad fueron alineación, apoyo familiar y apoyo institucional.

Tabla 1. Temas que emergieron del análisis temático

Tema

Subtema

Relativos al estudiante

Actitud para el aprendizaje

Cuestionamiento constante

Pasión por lo que se hace

Pensamiento crítico

Aprender a aprender

Autodistanciamiento

Autogestión

Metacognición

Motivación para aprender

Interés

Servicio

Visión futura

Apoyo a la educación

Apoyo familiar

Apoyo institucional

Reconocimiento

Papel del profesor

Relativos al aprendizaje

Significado del aprendizaje

Aprendizaje significativo

Aprender para transformar

Aprendizaje como proceso

Construcción y acomodación

Preconcepciones

Proceso dinámico

Aprendizaje como acto social

Relación de confianza

Construcción social

Aprendizaje contextualizado

Aplicabilidad

Contexto

Experiencias en educación

Herramientas para el aprendizaje

Alineación

Profundidad

Retroalimentación

Fuente: elaboración propia

Los temas se pueden dividir en dos dimensiones diferentes, una relacionada con las condiciones de la persona y otra relacionada con las condiciones para que se dé el aprendizaje. Los temas relacionados con las condiciones del estudiante emergieron de la reflexión de las experiencias de los estudiantes y de cómo estas influyeron en la definición de cada individuo como ser que aprende. Los temas vinculados con las condiciones para que haya aprendizaje aparecieron de las conexiones de los estudiantes con sus experiencias personales y de la conexión con autores y ambientes de aprendizaje vividos.

Narrativas de autores sobre sí mismos como seres que aprenden

Uno de los temas relativo al individuo fue la actitud que los autores toman ante el aprendizaje. Muchos de los autores hablan sobre su pasión por aprender o del proceso de identificar las cosas que los apasionan. Por ejemplo, Juan Camilo Rincón Giraldo en su testimonio menciona: “mi pasión por la tecnología y por los videojuegos, así como el ejemplo viviente que representaba mi hermano, me llevaron a elegir la Ingeniería Electrónica” (véase p. 68 de este libro). Esta búsqueda constante por encontrar elementos que les dan sentido a sus vidas es una característica de su actitud abierta a aprender. Algunos consideran importante la educación a partir de una experiencia que los llevó a cuestionar cierto método de aprendizaje, por inconformismo ante el sistema o por la necesidad de responder a inequidades presentes en la sociedad. Este es el caso de Santiago Fernando Vásquez Morales, quien buscaba promover un aprendizaje más profundo: “la evaluación adquiere un papel más complejo que el de simplemente verificar que los estudiantes merecen pasar el curso o no, que es desarrollar habilidades, despertar intereses y formar al estudiante” (véase p. 211 de este libro). Además, muchos de los estudiantes, a partir de sus propias experiencias, destacan la importancia de una formación en pensamiento crítico. Esta habilidad de revisar críticamente lo que se aprende, lo que se vive, permite al individuo tratar temas disciplinarios con una mayor profundidad, como lo menciona David Andrés Gómez Fajardo: “comprendí que los procesos de aprendizaje tienen una finalidad: la construcción de una postura crítica que permita comprender que este no es el único ni el mejor mundo posible y que hay que transformarlo” (véase p. 108 de este libro).

Un segundo tema es el aprender a aprender. Esta habilidad, que ha sido considerada como necesaria en el siglo XXI (Voogt y Pareja Roblin, 2010), aparece en las reflexiones de los autores. Aprender a aprender es una acción de nivel cognitivo alto (Cannon y Feinstein, 2005) que requiere del autodistanciamiento para que el individuo reflexione sobre sí mismo como ser que aprende, para reconocer sus fortalezas y sus limitaciones. Por ejemplo, Mariana Gamba Fadul sostiene: “como estudiante me he dado cuenta que poco se leen los comentarios. Pasamos directamente a la nota sin mirar cómo podríamos mejorar. En este orden de ideas, poco se puede aprender del error en nuestras evaluaciones” (véase p. 194 de este libro). Sin embargo, el poder autodistanciarse no es suficiente para aprender a aprender. El poder verse como un tercero en el proceso de aprendizaje es necesario, pero se requiere el poder identificar y utilizar las herramientas necesarias que lleven a la acción de aprender. En otras palabras, saber cómo gestionar el aprendizaje propio es vital para lograr este metaaprendizaje. De hecho, la mayoría de los autores lo mencionan en sus escritos de forma indirecta, cuando hablan acerca de la necesidad de hacerse cargo de su aprendizaje, de buscar cumplir sus propias metas o de su responsabilidad en el acto de aprender. Juanita Duque Rosero lo expresa así: “debí manejar mi tiempo y autorregularme para generar un conocimiento capaz de transmitir en la praxis pedagógica y que hasta ahora recuerdo. Además, debía asegurarme de expresarme con claridad, lo cual me llevó a efectuar autoevaluación constante” (véase p. 132 de este libro). Además de autodistanciarse y de gestionar el aprendizaje de sí mismo, otro elemento que hace parte del aprender a aprender es hacer una reflexión metacognitiva que permita crear conexiones sobre cómo y por qué se logra el aprendizaje de acuerdo con la propia experiencia y la de otros. Mateo Fierro Peñuela, en un proceso metacognitivo, reconoce: “tiempo después me daría cuenta de otra importantísima razón para estudiar la educación: aprendiendo a enseñar también se aprende a aprender” (véase p. 199 de este libro).

Los autores también resaltan en sus escritos la importancia de la motivación intrínseca a la hora de aprender. Esta motivación puede generarse en los intereses particulares, ya sea por la lectura, el ser competitivo, la facilidad en algunas disciplinas o por aprender algo nuevo. Por ejemplo, Santiago Camacho Castro dice: “me enteré de que los libros donados eran nuevos […]. Quiero resaltar el impacto que esta iniciativa tuvo al menos en mí, porque fue mi primer acercamiento serio e independiente a la lectura de temas que me motivaron. Allí también vi despertar mi pasión por la medicina” (véase p. 44 de este libro). De hecho, un interés particular en los escritos y que se consolidó como subtema por su recurrencia es la actitud de servicio a la comunidad y al prójimo. Algunos autores mencionan la importancia de llevar lo aprendido a la comunidad, al contexto del conflicto y devolver a la sociedad las oportunidades que se les han brindado a ellos. En esto, es importante empoderar a otros. Por ejemplo, Lina María Camperos Rodríguez reflexiona lo siguiente sobre la creación del proyecto Con las Manos: “este grupo de estudiantes decidió que hacer de este proyecto una realidad era un compromiso con los estudiantes y con la sociedad” (véase p. 180 de este libro). Así mismo, la motivación puede basarse en la visión futura de sí mismos, en la búsqueda de metas y en formas para cumplir estos objetivos. Esto es precisamente lo que Juan Camilo Rincón Giraldo menciona en su testimonio: “gracias a estos conocimientos tracé una meta con la que estoy dirigiendo actualmente mi proyecto de vida profesional” (véase p. 72 de este libro).

Otro elemento de la motivación es el apoyo de otros, el sentirse reconocido. Esta motivación extrínseca también fue resaltada por los estudiantes en sus escritos. El subtema en esta categoría con mayor presencia es el papel que desempeña el profesor en el proceso de aprendizaje como mentor y guía. Algunos autores lo consideran un ejemplo, una persona que los inspira en momentos en que la educación le dio un giro a sus vidas. Además, hablan sobre la importancia de que la relación profesor-estudiante sea cercana y de confianza. Algunos autores también mencionan la responsabilidad del profesor en el proceso de aprendizaje como diseñador del ambiente y, por ende, tienen presente su actitud en el proceso, que sea de cooperación con el estudiante, y que investigue sobre su propia práctica de enseñanza-aprendizaje. Incluso estudiantes como Sebastián Moncaleano Medina reconocen al profesor como un héroe: “yo esperaba algún día poder ser el héroe de alguien más y hacer sentir a algún estudiante como mis profesores me hacían sentir” (véase p. 55 de este libro). Además, el apoyo familiar aparece como un tema importante para impulsar el aprendizaje. La familia es ejemplo en algunos casos en lo laboral y en la mayoría de vida. Santiago Camacho Castro encontró el apoyo de su madre: “desescolarizados por falta de pago [...], mis dos hermanos y yo nos ubicábamos a diario en torno a mi madre quien, convaleciente de una reciente cesárea complicada, pretendía poder enseñarnos lo que no veíamos en un colegio al que ya no podíamos asistir” (véase p. 43 de este libro). En algunos casos, se resalta el respaldo institucional que llega por medio de programas de apoyo financiero, como las becas Quiero Estudiar, Ser Pilo Paga y las que ofrecen algunas empresas. Estos programas han llevado a un mayor enganche y sentimiento de retribución de lo recibido. En particular, Santiago Fernando Vásquez Morales comenta: “la educación me ha enseñado a ser agradecido, a apreciar el valor de las enseñanzas y de las oportunidades. Mi vida se ha configurado en un ejercicio diario de retribución por todos los beneficios y bendiciones que he recibido a lo largo de estos años” (véase p. 32 de este libro). Los autores reconocen el refuerzo positivo como un elemento de empuje en sus decisiones por moldear sus vidas a través de la educación.

Narrativas de autores relacionadas con el proceso de aprender

Cinco elementos sobre el acto de aprender se deducen de los textos. El significado de aprender fue un tema que, a pesar de ser el menos mencionado en esta dimensión, es el que engloba a los demás, pues los otros explican sus características. Este tema está presente en los otros, ya que un aprendizaje aplicable, social, dinámico y de largo plazo transforma. María José Sierra Cueto afirma al respecto: “hace ya algunos meses la educación transformó radicalmente mi proyecto de vida” (véase p. 77 de este libro). Se trata de un aprendizaje que le da un significado a la vida misma, como fue el caso de Paula Liliana Mantilla Blanco, quien reflexiona: “mi pasión por la educación es un ejemplo claro de cómo las asignaturas que a veces creemos más insignificantes pueden marcar las decisiones de vida de una persona” (véase p. 52 de este libro).

Para lograr un aprendizaje significativo, los autores creen que es importante contar con ciertos elementos y entender ciertas características. En primer lugar y según el marco constructivista, los estudiantes resaltan que el aprendizaje es un proceso que no puede ser visto como un momento en la vida o como una actividad en la que se es bueno o malo, sino que es un proceso cambiante, dinámico y en el que se involucra el apropiar y el dejar ir. Este proceso, que Juanita Tocasuckyl Ramírez llama el aprender y desaprender, es clave en la construcción de significados. Ella comenta: “aprendí mucho de ellos, como es el sentido de pertenencia, de comunidad y de familia. No obstante, desaprendí aún más observando una concepción diferente de belleza, el papel de la mujer y la concepción de sabiduría” (véase p. 143 de este libro). Así mismo, esta construcción y acomodación, al entenderse como un proceso, permite reconocer las preconcepciones de quien aprende y así utilizar el error como oportunidad y el conocimiento previo como la base del nuevo conocimiento. En este sentido, Mariana Gamba Fadul reflexiona sobre su propio proceso: “el conocimiento nuevo se construye a partir del que ya tenemos. Por ende, así como el conocimiento previo puede facilitar el proceso de aprendizaje, en algunos casos lo puede entorpecer” (véase p. 190 de este libro).

Como segunda característica, el aprendizaje es, para los autores, un acto social. Es decir, se aprende del otro, de la interacción que permite visualizar diversas posiciones, marcos de referencia y complejidades de cada individuo. Al respecto, Emilio Calderón Reyes considera lo siguiente: “las conversaciones eran más que un intercambio de preguntas y respuestas entre dos bandos. Era una dinámica guiada por la intención de construir un conocimiento entre todos” (véase p. 39 de este libro). Por esta razón, algunos autores consideran importantes los lazos de confianza que permiten al aprendiz abrirse a los demás y ser vulnerable para poder aprender del otro. Este fue el caso de Juanita Tocasuckyl cuando aprendió sobre las diferencias culturales de sus compañeras de vivienda a la hora de comer: “esto implicó para mí un riesgo, pues era salirme de mi esquema de solo comer en la mesa del comedor, al igual que confiar en mis compañeras sin tener la certeza de quién era el receptor” (véase p. 149 de este libro).

La tercera característica y la más mencionada por los autores es la importancia de aprender en contexto. La mayoría de los autores mencionan que el poder aplicar los conocimientos fue necesario para moldear su concepción de educación y para darle sentido a lo que se aprendía. Por ejemplo, Andrés Felipe Rodríguez Martínez afirma: “finalizo una etapa de mi vida que me mostró la belleza de la educación a tal punto de hacerme sentir seguro de que quiero ser profesor en un futuro para poder aplicar directamente todo lo que he aprendido” (véase p. 176 de este libro). Así mismo, el encontrar una conexión entre lo teórico y lo real y ver su propio desempeño les permitió reflexionar sobre la utilidad de lo aprendido. En el caso de Paula Liliana Mantilla Blanco, ella consideró valioso conectar la docencia y las matemáticas: “esa actividad me permitió ver el futuro desde una perspectiva menos egoísta. Ya no solo quería encontrar un área de las matemáticas que me apasionara, sino que quería aportar a que otros encontraran en las matemáticas la belleza que yo encuentro” (véase p. 52 de este libro). De hecho, algunos de los autores creen que alcanzaron un sentimiento de realización que los empujó a seguir por ese camino. Con las Manos es un ejemplo de esto. Lina María Camperos Rodríguez reflexiona: “hay proyectos de clase que nos permiten soñar en grande y que nos empoderan de tal modo que llegamos a convertirlos en realidad” (véase p. 179 de este libro).

Por último, emergieron de los textos las principales herramientas que permiten un buen aprendizaje. Según los estudiantes, la alineación curricular, la profundidad del conocimiento y la retroalimentación constante son elementos cruciales para un aprendizaje significativo. El elemento más resaltado fue la retroalimentación, ya sea usada como diagnóstico de preconcepciones o para reflexionar sobre dificultades y fortalezas del aprendiz. Los estudiantes consideran la retroalimentación como una herramienta de aprendizaje en cuanto evaluación formativa más allá del número. Por ejemplo, Isabela Venegas Vélez recuerda la siguiente experiencia: “al ir a corregir la prueba [el profesor] me demostró que los conceptos que yo pensaba que eran correctos tenían algunas fallas. Si no hubiera sido por esta evaluación, lo más probable es que nunca hubiera corregido estos conceptos” (véase p. 117 de este libro). Así mismo, Jorge Andrés Forero Fajardo reflexiona: “pude hacer la interiorización de estas ideas por medio de la práctica o de la retroalimentación de mis profesores. Lo anterior me permitió asumir una postura crítica para proponer cambios y alternativas al mundo que me rodea” (véase p. 128 de este libro).

En ambos casos la retroalimentación es un elemento clave para el aprendizaje. Además, resaltan la importancia del tipo de aprendizaje, debido a que a veces este se limita a conocimientos memorísticos que se olvidan a largo plazo. Algunos estudiantes reflexionan que aprender es ir más allá de recordar: es hacer, comprender y saber cuándo hacerlo. Por ejemplo, Jorge Andrés Forero Fajardo comenta: “tanto en quizzes como en parciales el profesor quiere saber si el alumno entendió conceptos y sabe aplicarlos” (véase pp. 126 y 127 de este libro). Esto debería evaluarse en los exámenes y otro tipo de pruebas. De hecho, algunos autores prefieren un currículo alineado, en el que los objetivos de aprendizaje y las actividades de clase vayan de la mano y sean evaluados apropiadamente. Esto, según Andrés Felipe Rodríguez Martínez, se ve reflejado en el interés hacia las actividades: “al estar pidiéndoles a los estudiantes conocimiento declarativo, el alineamiento constructivo podría explicar por qué muchos estudiantes ven las demostraciones matemáticas como algo poco útil y nada motivador” (véase p. 162 de este libro). Para lograr un aprendizaje profundo, es preciso diseñar con cuidado los objetivos de aprendizaje, las actividades y la evaluación, tres herramientas que los autores y estudiantes resaltan durante sus reflexiones y propuestas.

Después de revisar los textos, las experiencias y las propuestas de los estudiantes y autores de este libro, me puedo ver a través de sus reflexiones. El analizar qué elementos consideran importantes y cuáles los han llevado a cuestionarse sobre su propia experiencia me hace cuestionar la mía. Darles voz a los estudiantes, que son el centro de mi labor, me ha permitido entender un poco más sus necesidades y buscar en mi quehacer docente e investigativo formas de mejorar mi práctica. Creo crucial reconocer al estudiante y guiarlo para que aprenda a aprender. Veo que más allá de enseñar una disciplina —que es muy importante— necesito promover una actitud reflexiva y crítica que le permita al estudiante verse como un ser con cualidades únicas y retos que vencer. También me doy cuenta del valor del apoyo a los estudiantes, porque cuando tienen la pasión por aprender y la actitud de servicio le retribuyen a la comunidad con creces. Ahora que veo hacia atrás mi experiencia como estudiante, ser una niña “inquieta” no fue algo negativo, pues, aunque les dio algunos dolores de cabeza a mis profesores, vi desde la distancia cómo sucedía el aprendizaje, por qué algunos aprendían más rápido o mejor que otros, por qué algunos eran niñosproblema, por qué debíamos aprender lo que aprendíamos y en la forma en la que lo hacíamos. Las reflexiones de los estudiantes, expuestas en este libro, me dan muchas de las respuestas.

Conclusiones

La metanarrativa de Laura Natalia Reyes Castellanos y el análisis temático de Mariana Tafur Arciniegas resaltan elementos, como el interés a modo de movilizador del aprendizaje, la importancia de la pasión por aprender para sobreponerse a dificultades y enfrentar retos, el papel de la familia y del profesor en ese proceso de motivación, para demostrar que el aprendizaje es un acto social y depende de la interacción. Así mismo es un acto de autogestión, en el que es necesaria una actitud abierta al cambio para que el cuestionarse permita verse a sí mismo durante este proceso.

Una aproximación desde la narrativa, como la de Laura Natalia Reyes Castellanos, muestra con detalle al individuo y a su experiencia única, que lo diferencia del otro. Esta aproximación no busca generalizar, sino encontrar conexiones entre experiencias y reflexiones que ilustren el fenómeno; en este caso, el aprendizaje. Por otro lado, un análisis temático deja ver de forma más trasversal y un poco más general (una visión de grupo más que de individuo). Sin embargo, esta segunda aproximación pierde un poco la profundidad a la que llega la primera, en la que se visualiza la experiencia de forma detallada, casi vívida, lo que bien se observa en los testimonios y reflexiones. La triangulación de ambas lleva a un acercamiento particular desde un lente individual, a su vez que da una visión temática de elementos emergentes de experiencias personales.

En conclusión, este espacio de la Opción en Educación, generado para dar voz a los estudiantes preocupados por aprender a aprender, identificó elementos trascendentes para la educación. El libro da la oportunidad de ver elementos claves en las experiencias de los estudiantes, del individuo que aprende. Los estudiantes nos muestran que la actitud y motivación para aprender y el entender el aprendizaje como un proceso social y contextualizado son algunos de los elementos que los llevaron a encontrar un sentido de vida desde su pasión por la educación.

Referencias

Arthur, N. (2001). Using Critical Incidents to Investigate Cross-Cultural Transitions. International Journal of Intercultural Relations, 25(1), 41-53.

Braun, V. y Clarke, V. (2006). Using Thematic Analysis in Psychology. Qualitative Research in Psychology, 3(2), 77-101.

Brooks, P. (1954). Reading for the Plot. Reading for the Plot. Design and Intention in Narrative (pp. 3-36). Cambridge: Harvard University Press.

Bruner, J. (2004). Life as Narrative. Social Research, 71(3), 691-710.

Cannon, H. M. y Feinstein, A. H. (2005). Bloom beyond Bloom: Using the Revised Taxonomy to Develop Experiential Learning Strategies. Developments in Business Simulation and Experiential Learning, 32, 348-356.

Clandinin, D. J. y Connelly, F. M. (2000). What Do Narrative Inquirers Do? Narrative Inquiry. Experience and Story in Qualitative Research. San Francisco: Jossey-Bass Publishers.

Connelly, F. M. y Clandinin, D. J. (1990). Stories of Experience and Narrative Inquiry. American Educational Research Association, 19(5), 2-14.

Creswell, J. W. (2008). Educational Research: Planning, Conducting, and Evaluating Quantitative and Qualitative Research (3.a ed.). Upper Saddle River: Prentice Hall.

Flick, U. (2004). Investigación cualitativa: relevancia, historia y rasgos. En Introducción a la investigación cualitativa. Madrid: Ediciones Morata.

Golafshani, N. (2003). Understanding Reliability and Validity in Qualitative Research. The Qualitative Report, 8(4), 597-607.

Guba, E. G. (1981). Criteria for Assessing the Trustworthiness of Naturalistic Inquiries. ECTJ, 29(2), 75-91.

Pita Fernández, S. y Pértegas Díaz, S. (2002). Investigación cuantitativa y cualitativa. Cad Aten Primaria, (9), 76-78.

Riessman, C. K. (2008). Narrative Methods for the Human Sciences. Thousand Oaks: Sage Publications, Inc.

Smith, C. P. (2000). Content Analysis and Narrative Analysis. En H. T. Reis y C. M. Judd (eds.), Handbook of Research Methods in Social and Personality Psychology: Cambridge University Press.

Tovar Pineda, M. de los A. (2000). La investigación cualitativa en educación: necesidad y retos para los modelos pedagógicos contemporáneos. Revista Cubana de Psicología, 17(2), 158-164.

Voogt, J. y Pareja Roblin, N. (2010). 21st Century Skills. Discussion Paper. University of Twente.