Las emociones Conciencia para sanar - María Isabel Fage - E-Book

Las emociones Conciencia para sanar E-Book

María Isabel Fage

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Beschreibung

"Las Emociones. Conciencia para sanar" no pretende ser un libro de autoayuda, tal como se define en general este concepto. Es un libro que llevará al lector a la inquietud por el autoconocimiento, explorando el mundo emocional, de manera responsable y a la vez sencilla. Las emociones, por ser inevitables y universales, nos posicionan frente a los acontecimientos de la vida desde una perspectiva "sintiente", y generalmente no somos conscientes de cuánto y cómo nos determinan. Somos dueños de un mundo emocional único y personal que nos habita y nos habilita para determinados circuitos de comportamientos, que se entrelazan unos a otros, y crean nuestra realidad. Conocer nuestro mapa emocional, nos puede dar la posibilidad de desarmar pensamientos y acciones, que marcarán la diferencia en nuestro modo de percibir esa realidad y accionar a través de ella. Hacer pequeños y a la vez importantes movimientos, tal como en el juego del ajedrez, cambiarán la jugada desde lo cotidiano, y sin darnos cuenta estaremos creando nuevas estrategias en nuestro modo de sentir y proceder. La Educación Emocional es la perspectiva ausente en el Sistema Educativo. Un Sistema Educativo creado en tiempos de la revolución industrial, que puso el énfasis en la adquisición de conocimientos académicos. En la actualidad más que nunca, es urgente tomar consciencia de que antes de aprender "SOMOS", y cómo somos, o cómo expresamos lo que sentimos, tiñe de un determinado color toda nuestra vida. Te invito a involucrarte en este relato breve que puede encender la llama en el inicio del reconocimiento de un mundo tan cercano como desconocido: el mundo de las emociones.

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MARÍA ISABEL FAGE

Las emociones

Conciencia para sanar

Fage, María Isabel Las emociones : conciencia para sanar / María Isabel Fage. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4795-8

1. Ensayo. I. Título. CDD 152.4

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Tabla de contenido

CAP. I

LAS EMOCIONES DE IRINA

CAP. II

UNA MENTE QUE PIENSAY UNA MENTE QUE SIENTE

CAP. III

LA COMIDA DE LA ABUELA

CAP. IV

NACEMOS…Y nadie nos enseñaa “mirarnos”

CAP. V

LAS EMOCIONES BÁSICAS

CAP. VI

“Gestionar las emociones”Un imperativo de moda, pero… ¿cómo se hace?

CAP. VII

Todos podemos hacereste trabajo personal

CAP. VIII

UN TRABAJO INTERESANTE

CAP. IX

¿Qué nos pasa con el MIEDO?

CAP. X

¿QUÉ NOS PASACON LA ALEGRÍA?

CAP. XI

¿CÓMO GESTIONAR LA IRA?

CAP. XII

TRANSITAR LA TRISTEZA

CAP. XIV

LAS EMOCIONES EN LOS NIÑOS (Y EN EL NIÑOQUE FUIMOS)

A mis padres, que siempre creyeron en mí.

A mis hijos, que me enseñaron lo maravillosode la singularidad.

A mi esposo, que me alienta con admiración.

PRESENTACIÓN

Existe un dolor grande en las personas, las heridas emocionales. Un denominador común que hermana al género humano, con sus matices de intensidad y profundidad.

Son heridas que dejan insospechadas huellas, que pueden convertirse en la cuna de los más bellos renaceres, como también, de las más crueles realidades.

Cuanto más hondas son esas heridas, más grande es el pozo que habrá que llenar, y lo haremos, indefectiblemente, de algún modo. Cuando esas heridas son miradas como oportunidades para renacer, podremos ser protagonistas de maravillosas transformaciones, no siempre porque esas transformaciones sean movimientos extraordinarios, pueden ser pequeñas acciones que vayan modificando nuestra vida, consecuencia de un sistema de emociones que se ordena y se pone al servicio de un genuino bienestar.

Si no se lograra esto, o tan siquiera, si no se lo intentara, corremos el riesgo de violentarnos, de victimizarnos, de compensar esos vacíos a través de vicios emocionales de cualquier tipo, que sellan conductas repetitivas. Se enciende un circuito emocional del cual es difícil salir, y lo que es peor, llegamos a justificarlo como modo de supervivencia.

Las guerras, la violencia, el mercado de la droga, la corrupción, los abusos, los trastornos en las conductas, la delincuencia, los sentimientos exacerbados de celos y envidias, los actos de injusticia, de manipulación y sometimiento, el odio, tienen su origen en almas insatisfechas, que llenan sus vacíos existenciales con sentimientos que crecen torcidos, y enferman a las personas, a las sociedades y a los pueblos. Asistimos todos los días a esas consecuencias, con solo echar un vistazo por el mundo.

El Sistema Educativo tiene la invalorable oportunidad y la obligación moral de “escuchar” estos síntomas de la realidad, si no para curarla, sí para prevenir que se sigan gestando cerebros y corazones partidos, en los niños y jóvenes de nuestro siglo, y de los que vendrán.

La educación del presente es, en cierto modo, deshumanizante. Educa para competir, no para compartir y colaborar. Educa en el “poder” de tener: más inteligencia, más astucia, más popularidad, más habilidades para relacionarse de cualquier modo con el mundo, más dinero, más accesorios de moda… Y en sí mismas, ninguna de estas cuestiones es mala. Lo malo es creer que todos estos son atributos que les otorgan a las personas un prestigio singular, que las hacen superiores.

Le damos la bienvenida a la Educación Emocional, aquella que parte de lo esencial: el conocimiento de uno mismo, de nuestro SER EMOCIONAL que es el vehículo a través del cual interpretamos la realidad, sentimos, expresamos, nos vinculamos, elegimos y decidimos.

A través de la EE aprendemos a tomar conciencia de las propias emociones y de las de las otras personas, adquirimos habilidades para autorregularlas, el arte del equilibrio entre la impulsividad y la represión.

Competencias básicas como conciencia y regulación son indispensables para la vida, si lo que se pretende es vivir alcanzando un sano equilibrio que nos conduzca al tan ansiado bienestar.

Los nuevos conocimientos sobre Inteligencia Emocional proponen un cambio de paradigma en el concepto de persona inteligente, destacando la importancia de los aspectos emocionales, y no solo de los académicos, a partir del fuerte impacto que tienen los primeros sobre los aprendizajes y las conductas humanas en general.

Nuestro cerebro, ese organismo maleable, es capaz de liberarnos de muchas ataduras, es una llave a la libertad inclusive, de nuestras herencias genéticas.

Somos seres sociales y cada una de nuestras emociones gravita sobre nuestro entorno. Todo lo que hacemos impacta sobre nuestra realidad y nuestra red de vínculos, lo que hace que todo lo midamos en función de ese impacto. Por eso es tan importante nuestra necesidad de aceptación y aprobación. Y por eso se nos hace tan difícil romper con determinadas situaciones y personas, que nos hacen daño.

Educarnos emocionalmente es la puerta a la libertad interior, la renuncia a patrones de conducta que nos esclavizan y una obligación para quienes creen que vivir mejor, es posible.

¡Anímate!

CAP. II

UNA MENTE QUE PIENSAY UNA MENTE QUE SIENTE

Desde que aprendí sobre el mundo de las emociones, aprendí también a ser un poco más tolerante con las personas.

Antes tendía a pensar que “el cerebro”, ese órgano supremo, pensante, intelectual, reflexivo, del cual provienen las ideas, los pensamientos y los más complejos procesos mentales, estaba en un nivel superior con respecto al corazón. En ese entonces, creía también, que las emociones y los sentimientos se alojaban allí, en el corazón. Y hasta por una cuestión de ubicación geográfica en el cuerpo humano, el cerebro lo supervisaba todo, desde su privilegiada localización en la cima del esqueleto humano. Razón vs Corazón.