Las Manos de mi Madre - María Coelho Amado - E-Book

Las Manos de mi Madre E-Book

María Coelho Amado

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Beschreibung

Este relato dedicado a mi madre es un homenaje al coraje de todas las madres inmigrantes que se lanzaron al inmenso Atlántico sin temor a zozobrar, impulsadas por la esperanza de encontrar en la otra orilla del océano, el ansiado porvenir de una vida digna para que sus hijos recogieran la recompensa merecida por sus esfuerzos, por su trabajo, por sus sueños… Ellas abandonaban el refugio de sus padres, la seguridad de su entorno, las caricias de su terruño, las alegrías de sus pueblos, pero también huían de la tierra que les mezquinaba sus frutos, de las tristes secuelas de la odiada guerra, buscando un lugar en el mundo donde se respetaran sus personas, sus familias y sus hogares. Un lugar donde sus hijos y nietos pudieran convivir en paz y saber que aquel esfuerzo no fue en vano, que tanto sacrificio fue valorado, que sus sueños no fueron exagerados, que el trabajo cotidiano rindió sus frutos…que todo valió la pena. Pero nunca olvidarían esa tierra en la que nacieron y soñaron, esa tierra que imprimió en sus espíritus simples, los valores de honradez, hospitalidad, respeto, laboriosidad y solidaridad. Como aves migratorias, buscaron el lugar más seguro para construir el nido. En el relato, procuré emplear palabras simples que reflejaran los sentimientos que brotaban de mi corazón, a medida que evocaba cada instante con ella convivido, o recordado por ella en momentos de confidencias entre madre e hija. Por otra parte, procuré encontrar en las frases, y los poemas de grandes y queridos autores lusitanos, la riqueza literaria que el coraje de estas mujeres merecía, adaptándolos a los momentos relatados.

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Seitenzahl: 94

Veröffentlichungsjahr: 2023

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María Coelho Amado

Las Manos de mi Madre

Coelho Amado, MaríaLas manos de mi madre / María Coelho Amado. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-3793-5

1. Cuentos. I. Título.CDD A863

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Índice

Agradecimiento

Tramas de la vida y creación...

Nació y creció en un valle florido

A la luz del candelabro

Tenía una loca esperanza

Las fiestas populares

Era una joven casadera

Unió sus manos a las del joven Amado

Nació el primogénito

La mañana comenzaba

Como una rosa de Alejandría

Sus manos se separaron

Su paño de lágrimas

Los trabajos de Maria

Las cartas

Medicinas caseras

El coraje de Maria

Lo que más dolió

Olá Lisboa!

Mar sonoro, mar sin fondo, mar sin fin...

El reencuentro

Ciudad y cielos nuevos

A través de la tierra yerma

La ciudad del viento

La difícil adaptación

De compras en el centro

La escuela argentina

La nueva cocina

La magia de la radio

El hijo argentino

La esperada casa propia

Las manos tejedoras

Y los almendros florecieron...

Los hijos profesionales

Los paisanos verduleros

La familia crece

Placer para los ojos y los oídos

El hobby de don José

Descanso. Saudades

Las despedidas más tristes

Nuevas presencias

El mejor regalo: un paseo a Portugal

El regreso a la cotidianeidad

Sus hijos honran sus raíces

La paz ganada

Agradecimiento

Mi especial agradecimiento a la profesora y amiga Susana de los Ángeles Medrano por su concienzudo trabajo de correctora literaria y su conceptuoso prólogo.

Tramas de la vida y creación...

Llegó a mí primeramente de modo virtual, casi a punto del definitivo nacimiento como libro impreso, este texto vibrante de vida que es Las manos de mi madre, escrito por María Coelho Amado.

Ahí comenzó, sin saberlo yo por entonces, mi propia aventura como lectora en varios niveles y luego posterior prologuista…

Debo decir que leerlo inicialmente de modo espontáneo y releerlo más críticamente después, ha significado para mí una verdadera experiencia de emociones, recuerdos, nostalgias… y un insoslayable placer lector.

María escritora teje su texto narrativo poniendo como centro la historia de vida de su madre, María das Dores Coelho, y lo hace, como expresa el título, a través de sus manos.

La trama se estructura a través de cuarenta y un rescates de la memoria, fragmentos de vida que van desde el inaugural “Nació y creció en un valle florido” hasta “La paz ganada” con el que finaliza. Y, en efecto, en todos ellos el hilo conductor son las manos de doña María… La autora las recrea como blancas, pequeñas, regordetas y siempre en movimiento.

Evoca lo escuchado tantas veces de labios maternos y, con ternura en la mirada volcada hacia adentro, la rescata haciendo casi desde niña las tareas de la casa y la huerta a imitación de su mamá Jacinta, la abuela de quien narra, mientras aprendía de ella a acarrear agua, limpiar la casa, lavar la ropa, cosechar los frutos de la tierra y las hierbas apropiadas para cocinar sabrosas comidas, coser y tejer…, porque era lo que correspondía en la época: una mujer debía formarse desde temprana edad para llevar bien una casa y atender a una familia propia más tarde.

Claro que también colaboraba desde niña en las más duras tareas campesinas en las parcelas familiares, sobre todo allá por

el tiempo de las cosechas. Padres e hijos eran unidos y trabajaban juntos, y así, con la acción colaborativa y el ejemplo, también María das Dores se preparaba para la vida.

En los atisbos primeros de aquella entrañable historia materna, la voz narradora se detiene puntuando con detalle algunas de las Fiestas Populares que hacían a su madre vibrar de emoción cuando se recordaba jovencita y soñadora, acompañada por sus amigas, en paseos y ferias, o en festividades religiosas.

Con el devenir del tiempo esas mismas manos sabrán del amor de José Amado, su Zezinho, acariciarán, mimarán… y con el correr de los días seguirán ágiles y laboriosas atendiendo esta vez su propio hogar de casada. En su nueva condición, se volverán entendidas en los cuidados a los hijos, dirán adioses al inquieto padre de familia que partía como emigrante a buscar mejores condiciones de vida para los suyos primero en Brasil y luego en Argentina, trabajarán duro para enriquecer la alimentación de los pequeños con algún aporte pecuniario extra, fruto de su ingenio. Incluso, ya radicados en Comodoro Rivadavia, será lo suyo ampliar un poco más el ingreso que aportaba José a través del lavado de los mamelucos de sus compañeros petroleros…

Aun así, las manos de María das Dores son destacadas por su hija Marizinha por su fina destreza para las labores manuales: costuras y en especial los tejidos, al crochet o dos agujas, con lana o hilo, en punto jersey o en punto inglés, con torzadas, rombos u otros diseños, pero siempre según la ‘manera portuguesa’ aprendida… Y es que de sus manos tejedoras surgían carpetas, puntillas, pulóveres, camperas, saquitos… y, ya siendo abuela, preciosas mantitas, batitas, enteritos y escarpines. Siempre, como escribe su hija:

“…allí estaban las manos de María tejiendo, con su mente enhebrando sueños”.

Manos igualmente hábiles y bien dispuestas en las tareas culinarias, para las que no contaba con la variedad de carnes y sobre todo la de pescados que había en Portugal, pero doña María se acomodaba pues quería que los suyos mantuvieran el hábito de la ingesta de pescado y que la dieta fuera más diversificada. Así, María das Dores se esmeraba en la preparación del pejerrey asado, de la merluza o de las sardinas tan abundantes por entonces en nuestras costas locales, de las frescas verduras proporcionadas por los amigos portugueses quinteros asentados a pocos kilómetros de la ciudad petrolera, de postres como el arroz doce (arroz con leche y canela), de los deliciosos bolos (tortas o pasteles) muchos años después enriquecidos con las almendras propias que daban los tres almendros sembrados, con las semillas que ella trajera consigo y preservara de su Algarve natal, en la huerta de la casa propia en el barrio José Fuchs… , y del artesanal amasado y cocimiento del dorado pan familiar que todavía tanto recuerdan los suyos.

Y manos para las sanaciones más simples, porque mamá María había aprendido de su mamá Jacinta la medicina casera que circulaba de generación en generación: las friegas con aceite tibio, las tisanas o infusiones curativas hechas con cedrón, caléndula y tantas otras plantas… Por supuesto, y para reforzar su eficacia, muchas veces acompañaba los procedimientos con oraciones y ensalmos aprendidos llenos de fe popular… Sin embargo, como escribe su hija, sobre todo eran esas manos de madre limpiando y acariciando las verdaderamente ‘sanadoras’.

Manos que se volvían ásperas y que dolían, pero que no sabían del descanso pues todo el esfuerzo estaba puesto en sacar adelante a su familia, en que sus hijos tuvieran buen estudio y en lo posible siguieran carreras universitarias, manos de constante dadora de sí en el cuidado, la comida, el abrigo, la confortación o el mimo, manos de mujer luchadora, manos de madre, esas fueron las manos de doña María…

Las mismas que unifican los distintos momentos de esta hermosa biografía que conforma no sólo estrictamente ‘su’ historia de vida sino también el conjunto de la historia familiar… Porque en el entramado narrativo no faltan los abuelos maternos, el padre José Amado, los hijos José María, María y Daniel y sus respectivas familias, e incluso asoman los amigos lejanos de Portugal y los nuevos de Argentina… Y al entretejerlos allí, igualmente aparece el motivo de las manos.

En consecuencia y por su significativa incidencia, tampoco falta el registro de las manos grandes, fuertes y de dedos finos de don José, sea en su labor en el lagar de la casita portuguesa, sea construyendo aquel admirable gallinero en la aldea de Boliqueime que replicaba con exactitud la típica casa algarvía de paredes blancas y ventanas azules, o ya luego, en su condición de obrero, aplicadas a la recia faena petrolera del nuevo lugar de vida. Manos paternas tan diestras en variadas tareas de carpintería y aun ebanistería para la nueva casa propia, y por último en su gran hobby de jubilado: los increíbles trabajos artesanales, realizados minuciosamente y a escala, que recrean estampas campesinas del ayer portugués evocado.

Y, por supuesto, hemos de rescatar las manos que escriben esta historia que vamos desbrozando en estas líneas. Porque María Coelho Amado, con modalidad autobiográfica, se nos presenta aprendiendo y dominando tan rápidamente la lengua hispana que pronto podrá redactar en esta segunda lengua bellas composiciones durante su escolaridad primaria en Comodoro. Son desarrollos creativos incipientes que anidarán con fuerza en ella y que con el correr de los años la llevarán a optar por los estudios de Magisterio y luego los del Profesorado en la Universidad de la Patagonia “San Juan Bosco”.

En el libro, y siendo como es María Coelho Profesora en Letras y amante de la lengua, la narración fluye en muy buen español, insertando acá y allá en el texto palabras de su lengua natal, tales como “pirilampos” (luciérnagas o bichitos de luz), “fogueira” (hoguera), o el tan singular y casi intraducible saudades…

E incluso brotan naturalmente los apelativos del cariño: Zesinho, Marizinha…

Es por eso que la literatura y en especial la poesía portuguesa no podían faltar, y ahí están los fragmentos literarios escogidos con los que adorna su personal discurrir narrativo, tan expresivos, elocuentes y perfectamente ensamblados en cada caso, obra de autores lusitanos celebrados como Sophia de Mello Breyner, María Teresa de Horta, Amália Rodrigues, Eugénio de Andrade - seudónimo de José Fontinhas, Antonio Aleixo, Fernando Pessoa y su heterónimo Álvaro de Campos, José Saramago, Antonio Nobre y Raúl Braga Santos. Sin descuidar al chileno Pablo Neruda en su “Oda al pan”, tal vez porque le permite remontarse a la hogaza materna…

E incluso no ha podido dejar de lado el rescate de la literatura oral que le llegara de boca de su progenitora, su primer contacto con los versos tradicionales y anónimos, y por su impronta de vida ha enlazado en la narrativa biográfica los “versos do menino” (villancicos), las janeiras (coplas populares de enero), las canciones con ruegos a la Virgen, la tradicional canción de cuna, la cantiga popular, o las oraciones y ensalmos para acompañar las curas caseras…

Más aún, uniendo ambas lenguas de su querencia, María misma será la traductora de varios de estos versos, tanto de los literarios como de los populares, tradicionales y anónimos que cantaba su madre y que todavía guarda en su memoria.

Esta narración filial fluye con sencillez amena y sin pretensiones lingüísticas ni estilísticas, sin embargo se torna ricamente entrañable pues todo el conjunto está embebido de emoción, con una afectividad que se imprime y va desde la mirada y ángulo de focalización para contar un episodio, un fragmento de vida, una sensación o una emoción, hasta el lenguaje escogido: las palabras, la sintaxis, la cadencia, el énfasis exclamativo o la íntima interrogación en algunas frases…

En nuestra lectura cosechamos expresiones de suave toque lírico como “la sopa que reía en la olla”, “las cristalinas aguas que corrían mansas por el pequeño cauce”, “su pueblo algarvío: sereno, silencioso, aromático, de cielo azul intenso, de casas bajas y blancas”, “momentos con aspecto de oasis que merecen evocarse”, “Las manos de María eran las de un hada, apenas perceptibles, casi etéreas, para no molestar el dulce sueño de su niño…”