Lecciones prácticas de la vida - John MacArthur - E-Book

Lecciones prácticas de la vida E-Book

John MacArthur

0,0
8,99 €

oder
-100%
Sammeln Sie Punkte in unserem Gutscheinprogramm und kaufen Sie E-Books und Hörbücher mit bis zu 100% Rabatt.
Mehr erfahren.
Beschreibung

A lo largo de este libro, y utilizando su tan característico estilo que aplica en sus predicaciones, John MacArthur nos hace reflexionar sobre los principales temas de nuestras vidas cotidianas: Aprendiendo de la Vida Cristiana Creciendo en tu Fortaleza en Cristo Ejerciendo tu valentía Conociendo la Voluntad de Dios Liberándote del Pecado Buscando Sabiduría Cristiana Evangelizando tu mundo Enfrentando pecados privados Entendiendo tu ambición Usando tu libertad

Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:

EPUB
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



LECCIONES PRÁCTICAS DE LA VIDA

John MacArthur

Editorial CLIE

C/ Ferrocarril, 8

08232 VILADECAVALLS (Barcelona) ESPAÑA

E-mail: [email protected]

http://www.clie.es

© 2018 por Grace To You

«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 917 021 970 / 932 720 447)».

© 2018 por Editorial CLIE, para esta edicion en castellano.

LECCIONES PRÁCTICAS DE LA VIDA

ISBN: 978-84-17131-42-5eISBN 978-84-17131-43-2Depósito Legal: B 23450-2018SermonesSermones completosReferencia: 225075

John F. MacArthur Jr. nacido el 19 de Junio de 1939, hijo de un pastor bautista conservador norteamericano, estudió en el Talbot Theological Seminary (1970) y el Dallas Theological Seminary. Es pastor de Grace Community Church en Sun Valley (California) una de las iglesias de mayor crecimiento en Estados Unidos y cuenta con un programa de radio «Gracia a Vosotros» que se transmite en varios idiomas. Autor de numerosos comentarios y libros basados en sus sermones, también traducidos a diversos idiomas, figura entre los autores evangélicos conservadores más leídos y apreciados de nuestra época.

El Pastor John MacArthur es ampliamente conocido por su enfoque detallado y transparente de enseñanza bíblica. Él es un pastor de quinta generación, un escritor y conferencista conocido, y ha servido como pastor-maestro desde 1969 en Grace Community Church en Sun Valley, California, E.U.A.

El ministerio de púlpito del Pastor MacArthur se ha extendido a nivel mundial mediante su ministerio de radio y publicaciones, Grace to You, contando con oficinas en Australia, Canadá, Europa, India, Nueva Zelanda, Singapur y Sudáfrica. Además de producir programas radiales que se transmiten diariamente para casi 2,000 estaciones de radio por todo el mundo en inglés y en español, Grace to You distribuye libros, software y audio en CDs y formato MP3 con la enseñanza del Pastor MacArthur. En sus cincuenta años de ministerio, Grace to You ha distribuido más de trece millones de CDs y cintas de audio.

El Pastor MacArthur es el presidente de la universidad The Master’s University y el seminario The Master’s Seminary. Él también ha escrito cientos de libros, cada uno de los cuales son profundamente bíblicos y prácticos. Algunos de sus títulos de mayor venta son El evangelio según Jesucristo, La segunda venida, Avergonzados del evangelio, Doce hombres comunes y corrientes y La Biblia de estudio MacArthur.

Junto con su esposa Patricia, tienen cuatro hijos adultos y catorce nietos.

_Índice

_Prólogo

_01Aprendiendo la vida cristiana

_02Creciendo en tu fortaleza en Cristo

_03Ejerciendo tu valentía

_04Conociendo la voluntad de Dios

_05Liberándote del pecado

_06Buscando sabiduría divina

_07Evangelizando tu mundo

_08Enfrentando pecados privados

_09Entendiendo tu ambición

_10Usando tu libertad

_11Índice escritural

_Lecciones de la Vida Prólogo

Editorial Clie ha estado publicando, bajo dos series, las predicaciones de John MacArthur: “Sermones Temáticos” y “Sermones Selectos”. El libro Lecciones de la Vida es parte de una de estas importantes series. En este volumen, están incluidos diez sermones que John MacArthur predicó en diferentes momentos a una audiencia que incluye estudiantes universitarios y de seminario, como también público en general.

Considerando que la Biblia contiene sabiduría e instrucción en sus 66 libros (2 Tim. 3:16-17), Lecciones de la Vida es el resultado del estudio profundo de John MacArthur y la exposición sistemática de la Palabra de Dios, sobre temas vitales para todo verdadero cristiano.

Con el propósito de darle al lector una sinopsis del contenido de este práctico libro, a continuación, hago un esbozo de cada sermón que se incluye en Lecciones de la Vida.

En el primer mensaje, es un reto para pensar sobre los elementos básicos del discipulado y su aplicación individual en cada cristiano. En el pasaje de 2 Corintios 4:14-21 se da respuesta a preguntas como: ¿Qué es lo que realmente abarca discipular a alguien? ¿Qué constituye una relación de discipulado? o ¿Qué es lo que ese proceso involucra? En esta sección de las Escrituras se encuentra un modelo de discipulado implícito, el cual contiene seis elementos que constituyen una relación de discipulado eficaz.

En el próximo sermón, se explica de manera muy específica, tal como lo hace el apóstol Pablo en 2 Timoteo 2, lo que significa ser fuerte en el Señor. Para esto, nos da cuatro retratos que fluyen de este texto y que definen a un cristiano efectivamente fuerte. En otras palabras, si un cristiano va a ser fuerte en el Señor, así es como debe verse.

La siguiente es una lección que estudia la entrada a la tierra prometida del Pueblo escogido por Dios. Presenta un paralelismo entre Josué 1 y 2 Timoteo 3:16-17 en cuanto a lo que la Palabra de Dios es y su utilidad en la vida del hombre. Y en este sermón en Josué 1, encontramos cuatro componentes que motivan a un cristiano a ser fuerte y valiente. El primer componente es fe en la presencia de Dios, el segundo es fe en el propósito de Dios, el tercero es confianza en la providencia soberana de Dios y el cuarto es la obediencia o el deber de ser fuerte y valiente.

Conocer la voluntad de Dios no es un misterio imposible de resolver. En este mensaje, John MacArthur, nos presenta los principios que Dios nos ha dado en Su Palabra que nos guiarán a conocer Su voluntad. Dios quiere que las personas sean salvas, llenas del Espíritu Santo y santificadas. Si esto es una realidad en nuestra vida, podemos simplemente seguir esos deseos del corazón que Dios ha puesto allí. Recorriendo distintas Escrituras Seleccionadas, somos guiados a entender la importancia de una vida controlada por la Palabra de Dios.

El pecado es inevitable, es poderoso, está presente y afecta a todo cristiano. Y, en este sermón, Dios nos manda a mortificarlo y a despojarnos de él. Pero, ¿cómo lo hacemos? Dios nos ha dado algunos principios para llevar esto a cabo: memorizar las Escrituras, y cuando uno peca, arrepentirse inmediatamente exponiendo a Dios el mismo y arrepentirse. Cuidarse de la sutileza del pecado y orar continuamente buscando ayuda divina. Deben ser un patrón en la vida diaria. Mediante el estudio de Escrituras Seleccionadas recibimos el consejo para lidiar con el pecado que nos afecta.

En el libro de Proverbios, el cristiano puede aprender qué es la sabiduría. La sabiduría no es algo esotérico, confuso, místico o conceptual. La sabiduría es la capacidad para vivir y comienza con el temor a Dios. En este mensaje John MacArthur, nos exhorta a guardar la mente, escoger las amistades, controlar el cuerpo, cuidar lo que se dice, controlar los pensamientos y las palabras, y esforzarnos en trabajar. Ser administradores fieles de lo que Dios nos da, como el dinero y todo lo material y una práctica de manera especial por el amor al prójimo es vital. Cuando se hace todo esto, se ha aprendido y practicado la sabiduría de Dios que nos ha dejado en su Palabra.

En Tito 3, encontramos la responsabilidad del cristiano en una sociedad pagana, motivándonos a cumplir el compromiso de llevar a las personas a la verdad de Dios. Pero, ¿cómo vamos a vivir nuestras vidas de tal manera que la Palabra de Dios no sea deshonrada? En primer lugar, debemos recordar nuestra responsabilidad en la sociedad, la cual incluye someternos a la autoridad. En segundo lugar, debemos recordar nuestra condición anterior, que era un patrón de vida pecaminoso. Y, en tercer lugar, debemos tener presente que nuestra salvación es por la gracia de Dios; y esta es la única razón por la que somos diferentes. Un hecho atribuible solo a Dios.

Cuando nos preguntamos, ¿cuál es el deseo de Dios para nosotros, los creyentes? Podemos responder como lo hace y explica John MacArthur con Escrituras Seleccionadas, en este sermón. Es el deseo de Dios que seamos conformados a la imagen de su Hijo. En otras palabras, debemos procurar una santificación práctica en nuestras vidas. ¿Cómo podemos lograrlo? Primero, debemos confesar y abandonar cualquier pecado, incluyendo el pecado secreto. Segundo, no debemos exponernos a atracciones pecaminosas que afecten nuestra santificación. Tercero, debemos alimentarnos de la Palabra de Dios. Y finalmente, debemos cultivar amor por el Señor.

Teniendo como texto 2 Corintios 5 podemos ver que hay dos tipos de ambición, una que es pecaminosa y otra que es noble. Dios desea que poseamos una ambición espiritual como la del apóstol Pablo. Su ambición no estaba fundada en nada de lo que este mundo ofrece. El que posee este tipo de ambición, sabe cómo humillarse, cómo abundar y cómo estar gozoso cuando Cristo es honrado. Es un anhelo de honrar a Dios. Esa, de hecho, es la ambición más noble de todas.

¿Cómo desarrollamos un criterio para tomar ese tipo de decisiones sobre asuntos que no son indicados claramente en las Escrituras? Los que en ocasiones llamamos grises. Y, ¿cómo lo hacemos de una manera que honre a Dios? Hay una serie de principios que podemos seguir para lograrlo. Tenemos el principio de lo que es benéfico, el principio de edificación, el principio del exceso, el principio de la esclavitud, el principio del encubrimiento, el principio de infiltración y el principio de la exaltación.

01_Aprendiendo la vida cristiana

Quiero compartir con ustedes de mi propio corazón un poco esta mañana. Tomen su Biblia y me acompañan a 1 Corintios capítulo 4. Quiero llevarlos a algunos pensamientos en el tema del discipulado. Muchas personas me preguntan, muchos alumnos me hacen preguntas acerca del discipulado. Es algo que me ocurre casi cada semana. Y pensé que podría tomar un poco de tiempo hoy para compartirles algunos de los elementos básicos del discipulado: ¿Qué es lo que realmente está involucrado en discipular a alguien? ¿Qué constituye realmente una relación de discipulado?

Obviamente, desde la administración de la facultad, desde el personal hasta los alumnos, estamos comprometidos con un proceso de discipulado. Pero, ¿qué es lo que ese proceso involucra? Yo creo que en 1 Corintios capítulo 4, versículos 14 hasta el final del capítulo, versículo 21, encontramos un buen modelo. Es lo que yo llamaría un modelo de discipulado implícito en lugar de que sea uno explícito en el sentido de que no dice “esto es discipulado”. Lo implica en el proceso de delinear las verdades en este texto en particular. Hay seis elementos aquí que creo que constituyen una relación de discipulado eficaz.

Y necesitan ver esto de dos maneras, una como un discipulador y otra como un discípulo si es que puedo dividirlo en dos partes. Uno tiene que ver con ser discipulado y otro tiene que ver con discipular a alguien más. Esto es lo que tiene estar involucrado. Esto es los que estamos involucrados al discipular a alguien.

Ahora, Pablo le está escribiendo a los corintios. En todos los sentidos ellos son sus discípulos. Desde el principio ellos han aprendido de él. Ellos continúan aprendiendo de él. Él escribe esta carta a ellos como aquel que es responsable de su discipulado.

Permítanme darles una definición simple de la palabra discípulo. Significa un aprendiz. Mathetes en el griego significa un aprendiz, alguien que aprende. Y eso es todo lo que un discípulo es. Discipular es simplemente enseñarle a alguien. No es simplemente didáctico. Es implantar en su vida un patrón de vida.

De hecho, con frecuencia he dicho que la mejor manera de definir el discipulado es una amistad profunda con un núcleo espiritual. Es una amistad profunda con un núcleo espiritual. Es venir al lado de alguien no para efectos de mera instrucción, sino para transmitir tus patrones de vida a ellos.

Y esto significa que no es solo diseminar información. Es enseñarles cómo vivir una vida piadosa. Es vivir en el mundo con ellos y transmitir información en las luchas y asuntos diarios de la vida. Discipular a alguien es reproducir en ellos el patrón de tu propia vida. Es más que didáctico. Es más que información. Es mucho más profundo que eso.

Pero hay seis ingredientes que Pablo delinea aquí, conforme habla acerca de su relación con los corintios. Y quiero darles estos seis puntos para que los piensen porque creo que le van a ayudar a enmarcar en lo que consiste el discipulado. Y tú puedes esperar que la persona a la que estás discipulando viva a la luz de esto.

Número uno, y veamos el texto, en primer lugar, en los versículos 14 y 15, vamos a leer estos versículos. “No escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos amados. Porque, aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio”.

Ahora, Pablo aquí está diciendo ‘ustedes son mis hijos, son mis discípulos. Ustedes son mis seguidores’. Y la primera razón o el primer elemento de eso es que el discipulador engendra. ¿Muy bien? Engendra. Escriba eso. Él engendra. Aquí es en donde la relación realmente comienza. Pablo dice: ‘Ustedes son mis hijos amados. Me siento responsable por ustedes’. Esa es la razón por la que él les escribió 1 Corintios. Esa es la razón por la que les escribió 2 Corintios. Esa es la razón por la que pasó 18 meses de su vida en la ciudad de Corinto.

Por cierto, esa también es la razón por la que él les escribió 3 Corintios, la cual no es un libro canónico, sino otra carta que Pablo les escribió entre 1 y 2 Corintios. Y ahí expresó su preocupación continua por ellos. Fue un libro escrito por Pablo, no por el Espíritu Santo. Entonces, no aparece en las Escrituras. Pero él le escribió por lo menos tres cartas, dos de ellas inspiradas. Él pasó 18 meses de su vida ahí. Él estuvo involucrado íntimamente en el proceso de nutrirlos como sus discípulos.

Pero todo comenzó cuando él los engendró. Y el versículo 15 a donde vamos para ver eso, él dice: si tuvieran múltiples tutores. Ahora, esa es una palabra interesante, ayos o tutores, paidagogos. Paidagogos, esta palabra significa guardianes morales. No es la idea de un maestro. Es la idea de alguien que fue contratado por una familia para venir al lado de los hijos en la familia y guardar o proteger su desarrollo moral. En la mayoría de los casos, era un esclavo no contratado para enseñarles, sino contratado para protegerlos. Contratado para caminar con ellos. Para pasar su tiempo con ellos, para asegurarse de que sus vidas fueran como debían ser. Casi como una nana. Casi como un guardián. Podríamos traducirlo: podrían tener a diez mil, esa es la palabra griega, podrían tener a diez mil guardianes morales, podrían tener a un número ilimitado de personas que están preocupados por su desarrollo moral. Sin embargo, no tienen muchos padres. ¿Cuántos padres tiene alguien? Uno. Solo tienen a uno que engendra.

Entonces, podrían tener a diez mil personas preocupadas por su desarrollo moral, pero solo tienen a un padre en Cristo Jesús. Y aquí, el uso enfático de ego, yo solo me convertí en su padre a través del Evangelio. El proceso de discipulado comienza cuando engendra a alguien. Cuando los engendra en la fe. Ahí es donde comienza el proceso de discipulado. Y cuando tú has cumplido con tu responsabilidad, le has dado seguimiento de comunicar a Cristo y tienes el privilegio de guiar a alguien al Señor, entonces, te conviertes en su padre espiritual.

Y podrían tener a diez mil guardianes mundiales, pero te van a ver en una relación única. Te van a ver como su padre espiritual. Habiéndolos engendrado a través del Evangelio. Y va a haber un vínculo como ningún otro vínculo.

Puedo decirles eso a partir de la experiencia personal. La gente a la que yo he tenido el privilegio de llevar a Cristo tiene una relación muy diferente conmigo de la que cualquier otra persona, porque me ven como un instrumento muy especial de Dios en su vida y el apego es casi aterrador.

Estuve en Phoenix y en Alburquerque esta semana, en conferencia de pastores toda la semana. Y en algunas ocasiones, durante esos tiempos en los que estaba ahí con varios miles de personas y después, con los seminarios durante el día con pastores, la gente se me acercaba con lágrimas y quería abrazarme y decirme: “Fui salvo al escucharte predicar”. “Fui salvo al escuchar tu programa de radio”. “Fui salvo al leer algo que escribiste”. Hay un vínculo ahí que realmente es sorprendente. Y el tipo de proceso de discipulado más puro y más verdadero fluye de esa relación uno a uno, cuando uno engendra a otro mediante el Evangelio de Jesucristo. Y encontrarás en esa relación tanta satisfacción y tanto gozo porque el vínculo de amor es profundo.

Ahora, usted puede preguntar: “Bueno, ¿estás diciendo que nunca debes discipular a alguien a quien no has llevado a Cristo?” No. Porque tenemos que enfrentarlo, muchas personas han sido llevadas a Cristo que no tienen acceso a la persona que fue el instrumento en llevarlas a Cristo. Quizás, la persona se mudó, quizás es como yo, leen un libro o escuchan una cinta o escucharon un programa de radio o quizás, alguien los llevó a Cristo y no les dio seguimiento. Entonces, con frecuencia he pensado que el mundo ciertamente está lleno de bebés nuevos en Cristo que están ahí acostados dando patadas y gritando, rogando porque alguien los alimente y cambie sus pañales. Entonces, hay muchas personas que no están siendo discipuladas porque quien los discipuló o no los pudo discipular o no les dio seguimiento.

Pero simplemente, recuerde esto: este vínculo en el discipulado es el más puro y el más satisfactorio cuando ha sido el padre espiritual en esa relación. Comienza con evangelismo. Y si vamos a ser un discipulador verdadero, tenemos que ser un evangelista verdadero. Llevar a alguien a Cristo es donde comienza todo. Y obviamente, sería ideal si toda persona que guió a alguien a Cristo fuera responsable de darle seguimiento, pero no siempre eso es posible. Y entonces, de vez en cuando, tenemos que recoger a los hijos de otras personas y convertirnos en sus padrastros en el proceso de discipulado. Pero ahí es donde todo comienza.

Entonces, permítanme tan solo alentarlos, jóvenes, que es esencial que estemos involucrados en el elemento de discipulado de engendrar, de llevar a gente al conocimiento de Jesucristo. Fui tan animado esta mañana en el ministerio de la clase de foro que tengo el lunes por la mañana. Varias de las preguntas en esta mañana vinieron de alumnos que me preguntaron cómo ser más eficaces en el evangelismo. Cómo ser más eficaces a nivel personal. Cómo ser más eficaces al llevar a alguien a Jesucristo. Claro que eso es tremendamente alentador para mí, porque ahí es en donde comienza el proceso de discipulado. Y cuando llevas a alguien a Jesucristo, sientes el vínculo de eso.

Puedo darles una ilustración extraña, pero verdadera. Tuve el privilegio de llevar a una niña a Cristo. Ella salió de una familia no creyente, no salva. Y fue muy difícil para mí, porque ella era una niña de preparatoria y yo era un joven en la preparatoria. En mi último año de la preparatoria y tuve el privilegio de llevar a una niña Cristo. Resulta que ella era una niña hermosa y tuve el privilegio de llevarla a Cristo. Durante varios años, fue una carga tremenda en su corazón, porque ella no podía separar el afecto que sentía hacia mí como su padre espiritual, del tipo de amor que ella sentiría de un hombre con el que querría casarse. Y llegó al punto en el que dos semanas antes de casarse con otro hombre, ella se me acercó y me dijo: “Si te casaras conmigo, yo estoy dispuesta a cancelar la boda”.

Ahora, yo era tan joven que realmente no supe cómo enfrentar esto. Pero he mirado hacia atrás a ese incidente, por cierto no me casé con ella, ella no canceló la boda. Se casó con el hombre, lo cual estuvo bien. No sentía que ese era el propósito para ninguno de los dos en ese momento. Y obviamente, no lo fue. Pero el punto es que el vínculo era tan fuerte que tuve que enseñarle que el vínculo espiritual que sientes hacia alguien, no es necesariamente la indicación de Dios de que ese debe ser tu compañero de por vida. Con frecuencia he pensado en ese vínculo que ocurre cuando tienes el privilegio de llevar a alguien a Jesucristo.

Hablando de un amigo verdadero, ¿estás buscando un amigo verdadero? Lleva a alguien a Cristo y ahora tienes un amigo. Probablemente un amigo que en la mayoría de los casos va a ser más fiel que un hermano.

El segundo elemento en el discipulado después de que has engendrado a alguien. Observe el versículo 14. Pablo les está escribiendo a ellos y él ha estado reprendiéndolos de uno a otro lado. Durante cuatro capítulos, él realmente los ha reprendido. ¿Cuál es la forma más elevada de abuso o crítica? Bueno, normalmente la gente dice sarcasmo. Sarcasmo es la forma más elevada, la forma más volátil de menospreciar verbalmente a alguien. Y él se vuelve muy sarcástico con ellos en el capítulo 4. De hecho, pueden ver el versículo 8, ahí observen el sarcasmo. Él les dice a estos corintios: “Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis”. ¿No son ustedes lo mejor? Ahora, eso es sarcástico. “¡Y ojalá reinaseis, para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros!” Él está tan enojado con ellos que está haciendo sarcástico.

Y en el versículo 10 dice: “Nosotros somos insensatos por amor de Cristo, mas vosotros prudentes en Cristo; nosotros débiles, mas vosotros fuertes; vosotros honorables, mas nosotros despreciados”. Él está goteando de sarcasmo. Él está muy molesto.

Ahora, ¿por qué está hablando así? Y sus oídos están comenzando a arder y después usted llega al versículo 14 y dice: “No escribo esto para avergonzaros”. Escucha, nunca debe ser la meta avergonzar a alguien. Eso es negativo. No debes querer avergonzar a la gente. No debes querer avergonzarlos. No debes menospreciarlos. Él dice no les escribo estas cosas para avergonzarlos, para apenarlos.

Pero aquí viene: “sino para amonestarlos”. Y aquí está el segundo elemento en el proceso de discipulado. Él no solo engendra, sino también amonesta. Ahora, ¿qué significa amonestar? Describe la palabra advertir. Él advierte. Advierte. Eso es lo que realmente significa. Este es un verbo griego, noutheteo, y lo que significa es amonestar o alentar a alguien con miras a un juicio inminente. Eso es advertir. Es decir: “Mira, si continúas por el camino por el que vas, las consecuencias van a ser serias”. Él dice que esa es la razón por la que les está escribiendo a ellos. “Es porque estoy advirtiéndoles del camino al que se dirigen”.

Los corintios estaban en discordia, estaban diciendo, ‘yo soy de Pablo’ y otros estaban diciendo, ‘yo soy de Apolo’. Otros estaban diciendo, ‘yo soy de Cristo,’ y algunos estaban diciendo, como ustedes saben, ‘yo soy de Cefas’. Ahí había discordia. No estaban reconociendo que iban a juzgar al mundo y, por lo tanto, debían juzgar en sus propias disputas. Y estaban acudiendo a las cortes de los hombres y no tenía nada que ver en llevar sus problemas delante de las cortes paganas mundanas. Estaban equivocados en el área de la soltería, estaban equivocados en el área del matrimonio, estaban equivocados en el área del sexo, estaban equivocados en las segundas nupcias, estaban equivocados acerca de la carne ofrecida a los ídolos y la adoración pagana.

Estaban confundidos en muchas, muchas cosas. Estaban confundidos, como ustedes saben, más adelante, acerca de los dones espirituales. Estaban confundidos acerca de la resurrección de los muertos. Había todo tipo de problemas en esa iglesia. Y Pablo les está diciendo: “Tengo que advertirles que, si continúan por este camino, van a enfrentar a algunas consecuencias serias. Van a enfrentarse con consecuencias serias”. Yo creo que eso es parte del proceso del discipulado. Hay un elemento de advertencia aquí: cuando tú amas a alguien, le advierte. Ciertamente, como padre, yo les advierto a mis hijos, motivado por el amor. Nadie dice. ‘¿Por qué advierte continuamente a tus hijos? ¿No los amas?’ Espera un momento. Les advierto porque los amo. No toques eso, está caliente. No te metas ahí, te va a quemar. No camines por la carretera, un coche te podría atropellar… Digo, es una expresión normal de amor que dice más vale que no hagas eso o las consecuencias serán malas.

Un par de semanas atrás, en la iglesia, di una ilustración. Simplemente la repito para aquellos de ustedes que quizás no pudieron estar. Prendí la radio y había un programa cristiano. Una dama llamó a un programa de consejería. Ella dijo: “Soy cristiana y tengo un problema real y quiero preguntarte acerca de mi problema”. Y el consejero ahí dijo: “Muy bien”. Ella dijo: “Yo realmente soy una adicta sexual compulsiva”, lo cual es un término algo torpe, pero así es como ella lo expresó. Ella dijo: “Yo simplemente quiero tener sexo todo el tiempo”. Y él le preguntó qué quería decir, cómo es que se manifiesta así. Y ella dijo: “Bueno, simplemente me acuesto con todo el mundo, con cualquier persona. Conozco a alguien y me quiero acostar con él. Simplemente, me veo motivada a hacer eso”. Y él le dijo: “Esta es una estación de radio cristiana, un programa de consejería cristiana”. Y le dijo más: “Dime, cuéntame de tu padre”.

Ella dijo: “Oh, mi padre era pasivo. Él nunca me dio ningún consejo. Nunca me dijo nada. Él simplemente fue pasivo. Y él dijo: “Ajá, sí, eso tiene sentido”. Y después dijo: “Cuéntame de tu madre”. Ella dijo: “Amor, odio, amor, odio, amor, odio. Amo a mi madre, ella me ama, pero odio el hecho de que ella es controladora y dominante y siempre trata de dominarme”. Él respondió: “Ah, ya veo. Ya veo. ¿No te das cuenta de por qué estás actuando así? Estás tratando de castigar a tu padre y a tu madre. Estás tratando de castigar a tu padre, quien no te dio dirección al decirle ‘no me diste ninguna dirección y ahora soy como soy’. Estás tratando de castigar a tu madre, quien era controladora, quien trató de controlar tu vida al decirle ‘ahora estoy fuera de control, ve cómo estoy viviendo. Recibe esto’. Y no te das cuenta de lo que estás haciendo. Y como puedes ver, estás haciendo esto para vengarte de tus padres por las heridas profundas que han aplicado en tu vida”.

Y después, él dijo: “Lo que necesitas realmente es terapia, va a tomar mucho tiempo”. Y ella dijo: “Oh, ya he estado en terapia un año”. Y él dijo: “Va a tomar más tiempo que eso, es como tomar un pedazo de carne y sacarlo del congelador. No lo puedes comer. Tienes que dejar que se descongele y va a tomar mucho tiempo para que eso ocurra”.

Y después continuó: “Lo que necesitas es encontrar un ambiente de iglesia que te acepte, amoroso, donde la gente realmente esté dispuesta a trabajar contigo conforme luchas por enfrentar este asunto”. Y yo me dije a mí mismo: Eso es lo más ridículo que he escuchado en mi vida. Lo que él debería haberle dicho es: Yo no sé si eres cristiana debido a que los fornicarios no heredarán el Reino de Dios. Pero si fuera verdad que pudiera ser una cristiana viviendo en pecado, quiero decirle a usted que por favor se ponga de rodillas y se arrepienta de su fornicación y clame a Dios por su gracia antes de que la ira de Dios caiga sobre usted y sea disciplinada severamente por la manera en la que está viviendo. Usted no necesita un ambiente que la acepte. Usted necesita un ambiente que la confronte.

Eso es lo que hace el discipulado. No acaricia el pecado, sino que lo confronta en amor. No lo tolera, pero esa es la manera de pensar de la época que dice: “Debido a que de cualquier manera no es tu culpa, ¿por qué debemos hacerte responsable por tu conducta?” Pablo ciertamente no enfrentó las cosas de esa manera.

En 1 Corintios él dice: “Más vale que se mantengan alejados de ese pecado sexual”. Él confrontaba mucho. Eso es parte del discipulado. Eso es amonestar. Eso es rendir cuentas. Te hago responsable por la virtud. Tengo discípulos a mi cargo que me llaman durante la semana en intervalos establecidos para decirme si han cometido cierto pecado. Y hacen de eso durante la semana porque he establecido una rendición de cuentas con ellos, para hacerlos responsables para que no cometan ese pecado. Y algunos de ellos, han caído en patrones de hábitos tales que tienen que llamarme cada dos días para reportarse, porque demando eso de ellos.

Quiero orar por ustedes y quiero ayudarles a superar este pecado. Esto que está en tu vida. Y la única manera en la que yo conozco que se puede hacer de eso, es hacerte responsable por decirme cada vez que lo haces. De tal manera que cada dos días, me hables y me digas si has cometido ese pecado. E invariablemente, no quieren tener que decirme. Y entonces, esa rendición de cuentas se convierte en un freno. Y si puedes seguir con ese patrón por la suficiente cantidad de tiempo, puedes romper algunos hábitos. Eso es rendición de cuentas y eso emana del amor. Amonestas.

Una relación de discipulado confronta el pecado de una manera amorosa. “Oye, ¿cómo lo haces?” Como dice Gálatas 6:1: “Vosotros que sois espirituales, ¿qué?, restaurad en amor, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”. Lo haces con amor. Pero lo haces, amonestas.