Lengua de señas - Enrique Winter - E-Book

Lengua de señas E-Book

Enrique Winter

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Beschreibung

El lenguaje es un cabrón y el poema no lo condensa. Ya no aquí, en Winter. Hace décadas Vallejo, Neruda y Parra acabaron con La Palabra mítico-atómica que concentraba en sí la totalidad de un mundo atemporal y sin cuerpo, aislando, dentro del lenguaje, partículas de inocencia que sobrevivían sin remordimiento a cualquier masacre. Subsistió, empero, este deseo radical de emancipación, este proceso Winter, no estacionario, que elide el yo y la sintaxis para liberar lo que queda de los sentidos –poesía aún– del lenguaje, ese "asesino" manipulado por los poderes. La vanguardia latinoamericana fue la piedra de toque que nunca se convirtió en piedra. Al no voltearse, lega la cabeza, no para repetir sino para ser arrojada a un vacío de amor, completo. Lo implacable de Winter pueden ser señales de un frío venidero, pero sin santos. Señas registradas de modo sobresaliente en el movimiento mismo de la supervivencia.

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ENRIQUE WINTER

LENGUA DE SEÑAS

ISBN: 978-956-9974-07-6
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Lengua de Señas

Lengua de señas

Enrique Winter

Premio nacional de poesía

Pablo de Rokha 2014

Isbn: 978-956-9974-07-6
De esta edición © Alquimia Ediciones, 2015
Colección: Ensayos con la Ceniza
Edición general: Guido Arroyo
Diseño editorial: Estudio Navaja
Imágenes de portada: Constanza Jarpa Luco
N del E: En esta edición digital se han omitido los espacios en blanco dentro de los versos que posee la edición impresa, debido a razones técnicas y gráficas. La sangría colgante alineada a la izquierda indica la continuidad de los versos. Se han respetado los inicios de versos en zonas dispares realizados por el autor, salvo en los poemas: "Tres meses sin la regla como los tres semáforos en rojo tres"; "Adentro de la cámara de fotos"; "Espero y luego espero usar tus piernas como bufanda".

DESPLIEGA ALAS DE SERRUCHO

clavos entre las plumas brinda

a la luz de las velas

luego la roja

hinchazón de la vaina

y del cuchillo

tela rasgada

AQUÍ SE ESCULPE CON LOS OJOS OÍDOS

ojalá las imágenes se basten a sí mismas

pero lo que dicen es y debe ser

otra cosa

del dueño amando hasta el olor de los billetes

se los refriega por la trompa y los párpados como un artista las teorías

en boga nada malo si mantuviera los ojos semiabiertos y la nariz

parcialmente despejada

como este día en el puerto un buque

de carga se agranda conforme pierde definición la tarde

y trae a dos mil asilados

esto se trata de dos amigos que conversan de otra cosa

mientras gozan las imágenes que trafican láminas del álbum

de fútbol o monitos que incluyen la faltante para completarlo

fotos del fin de semana en la playa de un cumpleaños familiar

si no olvidable de exnovias que renuevan su ricura

desde el paso del tiempo y bajo el humo del asado o del cigarro

del catálogo de autos que jamás podrán comprar de pin-ups

u otras bagatelas del recuerdo

y el recuerdo puede ser instantáneo

esto también puede tratarse de una madre y un hijo

o uno solo de los amigos conversándose en voz baja

mientras las imágenes se le traspapelan echado en y de un hotel

de la ciudad donde vivió toda su vida

POR CAPAS EL MAR VA PONIENDO EN EL SOL

el recuerdo del recuerdo de la luz

sábanas que descorren la leche derramada

en el braceo

y una nueva oportunidad para entenderse

en pares trae la noche

que toca a los actores secundarios

adónde miran los protagonistas confluirán sus aguas

servidas de café o té verde

en algo como el mar sal de los ojos

sal de quien mira atrás

las sábanas la leche o por la tarde

por capas la pintura va poniendo en la tela

el recuerdo del recuerdo de la ola

luz derramada de interrogatorio

qué nos quiere decir el retratado

si ahora mira como no podría

una quietud inquieta

le inquieta acaso hueso o solo humus

cuando contempla inapetente

la arena que no está en las córneas de quienes lo indagamos

aprieta el pecho y se parece al hambre

en un idioma que no habla el castellano se refugia

en un castillo y castra

el color es la costra o su accidente

braceando los actores secundarios

una piscina roja con los muros marrones

el nácar raspa un hueso día que al sanar la carne oculta

como su mano sobre el pecho

nada en la tela que respira

mano distinta sin tomarla

entre las nuestras ni juntarnos

en la playa por un café por el té de las cinco

esa mano en el pecho de la tela

que no damos ni nos busca

UNO ELIGE UNA MANO QUE ATRAPA UN PÁJARO

el pájaro es uno

PERFIL ACTIVADO SILENCIO

a olfatear lentamente porfa

con la cautela de quien toca

el primer chanchito de tierra

o paga en moneda extranjera

los ojos ruedan con el bicho

bolita en los billetes chicos

del capital en otro cuerpo

y el propio permanece quieto

es la manzana sin mascada

si no se muerde la manzana

el aire no la pudre espera

la cáscara es la resistencia

HONGOS EN EL BORDE LA TINA Y BAJO LA TAZA

alas de termita por las sábanas y en el piso el aire

no ventila y se respira su clausura

es un telar aglomerado como nata de leche

que un volantín de viento estiraría

pulgas de seguro

polvo contra arañas

en las tablas esquinas de la pieza

que los niños caminan en puntillas

los hoyos hechos para pies más grandes

para subir por la escalera de la mano de extraños

la planta de los pies al piso acumula redondos mundos

en que los pelos son la tierra y la tierra son los mares

y sin que pase la quincena

hongos termitas pulgas polvo arañas

TENÍA BUENA LETRA Y UNA CARA LISA DE PIEDRA

medía diariamente sus ventanas

diciendo no son manchas las del plumaje son las plumas

negras y enteras blancas como las ropas que adoptaron

el difuso color a lluvia

de los dedos pulgares cal y polvo

de sed el agua pronto ahoga las mejillas

coloradas a la manera de

o de la apuesta perdida a los quince

la besaría sin tocar sus labios

cuesta no hacer trampa al principio

y hay un punto de fuga entre el rictus

de esta cara rugosa que mira el techo y la esquina

del mismo techo donde espléndida

la telaraña marca territorio

SABE A LECHE HOSPITAL BAÑO DE HOMBRES

acorralado en una esquina lo mean dos

compañeros lo persiguieron por pasillos

y la camisa se le pega al pecho y abdomen

como yema caliente y luego clara

fría acetato de polivinilo o nieve

adherida a la piel de gallina en las casas

de ladrillo en su abdomen

contra el piso y la pared de baldosas

arrancan los de camisas secas como velas náuticas

nubes banderas de paz o de pan

mientras él huele

las gotas de meado y sudor afuera

de su buhardilla de su axila sobre las escupidas

escarchas y baldosas despabila nevado

a delantales policías en un hotel pero en el piso

del pasillo latía la pieza que buscaba

a los cubrecamas de canas las pisadas de hielo

globo ocular los dientes

HACEMOS TANTOS GUIÑOS QUE YA SE NOS CIERRAN LOS OJOS