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Al conticinio llegar. Fundirse en una oda al anhelo. De cuando el silencio es tan absoluto que se puede escuchar. Y el silencio dice más que cualquier palabra. Y escucharte duele tanto que sana. Pero necesito puntos de sutura si no quiero que haya punto final. Llenos de vacío es un poemario donde cada verso desgrana la esencia del dolor y la búsqueda de luz en las sombras del sufrimiento. Este libro es un viaje emocional a través del amor y el desamor, mostrando cómo los errores y las cicatrices pueden convertirse en lecciones de vida. Lucía nos ofrece una poesía sincera y directa, una ventana a su alma que invita al lector a abrazar sus propias imperfecciones y encontrar belleza en ellas. A través de sus palabras, Lucía nos guía por un camino de reflexión y esperanza, invitándonos a explorar nuestros propios sentimientos y a ver más allá del dolor. Este libro no es solo una colección de poemas, sino un faro que ilumina el camino hacia la aceptación y el crecimiento personal.
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Seitenzahl: 67
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Primera edición digital: enero 2024 Campaña de crowdfunding: equipo de Libros.com Composición de cubierta: Irene E. Jara Maquetación: Eva M. Soria Corrección: Patricia Á. Casal
Versión digital realizada por Libros.com
© 2024 Lucía Fátima Franco Goyena © 2024 Libros.com
ISBN digital: 978-84-19435-91-0
A ti que estás leyendo esto. A los pájaros que seguro que hay en ti. Para que, si aún no lo han hecho, se atrevan a salir de su cesto y se dejen volar y vivir.
Cubierta
Créditos
Portada
Dedicatoria
Introducción
Las raíces
Lo que veo desde aquí
Estado enfermo
Naipes
O pasado o recuerdo
Son muchos «a ti»
De cualidades y capacidades
Entre sentimientos cargantes
Vida y otras reflexiones
A la hora de escribir
Cajón de-sastre
Icemos, tiene que haber algo más
Obsequios no finales
Mecenas
Contraportada
Muchas personas me han preguntado en algún momento por el significado del dibujo de la portada y creo que es el momento de compartirlo, al menos con las personas que han llegado hasta este libro. Un libro escrito con el corazón y cuyo corazón es el sentimiento de vacío. Un vacío que a veces se representa a través de ese círculo sin cerrar. Que la mayoría de veces se ve negro y sombrío, sobre todo si lo sientes y lo vives como algo real. Pero que aunque se trate de alguien que vea todo blanco y negro y sin color, se ve que puede ir evolucionando y aclarándose y teniendo más brillo. Y dentro de ese vacío puede que haya vida, de la que precisamente parece que te priva. Y ahí siento que me encontré yo. Como un pájaro solitario y sintiéndose atrapado en ese círculo vicioso y del que desde ahí solo veía el techo sin salida, aunque me cuestionaba muchas cosas y reflexionaba mucho acerca de la vida. Y hace muchos años que ya pienso y me pregunto de qué sirve realmente tener muchos pájaros en la cabeza si ninguno de ellos sabe volar. Y es que incluso los pájaros que se sienten solos y se quedan en su nido también tienen pájaros que pueden volar, aunque sientan que están en un árbol atrapado dentro de un vacío. Pero a veces hay que mirar más allá, no solo arriba, también estando abajo de la rama, y también estando de bajón y hundido. Y ver qué ese vacío no está cerrado, que tiene una salida, y que, si esas ideas tan brillantes que están en la cabeza de alguien se atreven a salir y se dejan vivir, pueden salir alas para emprender el vuelo y emprender un viaje hasta la que sea su cima.
Alas que para mí simbolizan muchas cosas. Significan libertad, volar, pureza, fuerza. Que merece la pena luchar al máximo y tener y no tener metas. Para alguien perfeccionista, como yo, también simbolizan la bondad, la perfección, la dotación, y la protección. Protección de los ángeles que nos cuidan ahí arriba. Porque siempre he dicho y pensado que cuando alguien muere, para bien o para mal, deja de estar contigo solo cuando lo estaba físicamente y si lo sientes, pasas a sentirlo y tenerlo al lado en cualquier momento de tu vida.
Alas que son blancas, pero no del todo; que tienen un cierto color carne, porque son alas humanas. Alas que invaden gran parte del espacio, que cobran protagonismo y que sirven de guía. Pero que también cuestan y duelen, y sudan, gotas de esfuerzo, de dolor. Gotas que a su vez tampoco tienen color, que también están vacías. Gotas de agonía, que a veces una persona se provoca a sí misma cuando sobre piensa y ella misma se lastima. Gotas que a veces, cuando parece que las emociones están bloqueadas y una misma no sabe expresarse, se convierten en lágrimas que arriman. Cuando se siente lo que siente un poeta cuando no da con la rima. Que ve la copa media o totalmente vacía. Gotas que caen en ella. Gotas y lágrimas que ayudan a llorar y a prender, y a aprender y valorar; a aprenderse y valorarse, y llenarse en la soledad, y en la compañía. Y a convertir la crítica y la falta de amor respectivamente en constructiva y autoestima.
Este es un resumen de ese dibujo que hice en 2018 y que representa parte de la filosofía que inspira mi vida, y que es fruto de un proceso tan bonito como largo y duro. Que aunque yo lo pensaba y esperaba al principio, no ha sido cosa de días. Que no ha pasado porque sí. Que no ha venido con guía. Y que me ha hecho conocerme, sacar de mí un potencial que yo dudaba tener y darme fuerzas cuando ni yo misma pensaba que las tenía.
Hay momentos
en que una persona se llena de sentimientos.
Entre los que se esconde un vacío.
Un vacío
que no se llena
con nada material.
Un vacío
que parece tan poco necesario
y que tampoco necesariamente da una señal.
Un vacío
que no es fácil de compartir y enseñar.
Un vacío
con cuya desaparición poder soñar.
Un vacío
que hay que aceptar.
Y que probablemente no se marche
pero con el que aprender;
aprender a conocerse,
aprender a llorar,
aprender a llenar el vaso de lágrimas,
aprender a expresar,
aprender la virtud de ser sensible,
aprender a hacer descubrir el arte,
aprender a amarse,
y aprender a amar.
Papá.
Í-mpetu.
G-entileza.
N-avarra.
A-mor.
C-onstancia.
I-nteligencia.
O-vación.
O vacío
de un duelo
que recuerdo
y no recuerdo
haber vivido.
Por lo poco
que le viví,
por lo poco
que le vi.
Por los pocos recuerdos
y tantas huellas
que han salido
a raíz de su partir.
Porque él
sé que apostó por mí
desde el día en que nací.
Y lo voy a lograr
con
y por él.
Aunque ya no siga aquí.
Mamá.
El encanto
y la hermosura
que su pochola
espera heredar.
La buganvilla
y la hortensia.
La hiedra de amor
que busca enredar
y arropar.
Superación,
fortaleza
no tirar la toalla jamás.
La sonrisa,
el ánimo
y la fuerza
que a veces nos falta,
aunque por dentro
te falte a ti más.
Y ni siquiera pensar
en no darlo
y en no entregarte a los demás.
La vitamina,
la vitalidad,
las llamadas
y su habitualidad.
El ejemplo,
el optimismo
la mano que nunca suelta,
la que me salvó del abismo.
La vida,
que nos regalaste.
La vida
que das.
El viaje de ida
y refugio de vuelta
al que querer volver
siempre,
como poco una vez más.
Maggie
Como algo mágico
pero en inglés.
Y sin el cómo,
y sin la C
de cesar.
Y con esa fe.
Sin parar de creer.
Sin parar.
Sin parar de querer.
Sin querer parar.
Sin querer correr.
Sin dejar de mirar.
Para socorrer,
repetir y volver.
Para poder hablar.
Para ser serotonina.
Para librar del mal
Para leerlo y cantar;
paralelo circular.
Juan
La inteligencia,
la cultura.
El conocimiento
y la capacidad
de inmensidad
que abruma.
La perfección
sin cura.
La pasión
por (la) naturaleza.
El aprecio
a las raíces,
al regaliz rosa
que perfuma.
No sé ni por qué
he llegado a este papel.
Quizá por inercia
o inocencia.
Puede que incluso
por ignorancia
o indecencia.
No lo sé,
no encuentro las palabras para ubicarme
pero aquí estoy.
O eso decimos siempre
mientras estemos
y haya un mínimo motor.
Han sido años de dolor.
Pero del dolor crecen cosas
maravillosas,
hermosas.
Risas.
Rosas.
Tan bellas
como dolorosas.
Hay calles vacías
y calles con tránsito.
Hay aguas vivas
y aguas en depósitos.
Hay familias unidas
y niños expósitos.
Hay sonrisas forzadas
y risas sin cómico.
Hay colores claros
y dolores implícitos.
Y en un buen título
siempre se esconde
un acróstico
puesto a propósito.
Libertad.
Vuelo.
Perfección.
Pureza.
Fuerza.
Bondad.
Protección.
Lucha.
Metas.
Dotación.
Siempre.
A las siento
en punto.
Alas.
Siento.
Y punto.
Poesía
por si la voz
tiene afonía.
Por si no poder
poner nombre