Lo inevitable - María Belén Cura - E-Book

Lo inevitable E-Book

María Belén Cura

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Beschreibung

Mucho más allá de ser fantástico o no, Lo Inevitable te invita a conocer un mundo donde las diferentes realidades de inocentes y culpables se juntan en un solo lugar, a poca distancia entre ellos, la vida y la muerte cobran sentidos diferentes. ¿En qué creer? ¿En quién confiar? ¿Hasta dónde podría llegar tu lado más oscuro?

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Seitenzahl: 101

Veröffentlichungsjahr: 2021

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MARÍA BELÉN CURA

Lo inevitable

 

Cura, María BelénLo inevitable / María Belén Cura. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-1976-4

1. Narrativa Argentina. 2. Novelas. I. Título.CDD A863

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723Impreso en Argentina – Printed in Argentina

Para vos,

(quiero contarte que pude salir)

Día 1

Ya sabía que esa semana no sería muy fácil, desde que me despedí de las chicas en la puerta. Son casi las ocho de la mañana y este frío de principios de otoño que no me da ganas ni de bañarme, siento esa carga pesada de la responsabilidad, esa palabra que es tan larga como incómoda...

¿Qué le digo cuando llame? “Demasiada joda, ¿por qué?”, juro que ésta es la última vez… Cuando termino de pensar la frase castigo del mes, me miro en el espejo del ascensor aun sabiendo que me miento.

Llego a la puerta de casa, no quiero hacer ruido, siento que los vecinos ya no tienen una buena impresión de mí... y menos la que nunca sale de casa, parece que tiene un grillete de esos electrónicos, hasta ella vive mejor que yo...

Tengo cinco horas para entrar al servicio... hay que revisar las cosas que tienen relevancia, una ducha, ropa, maquillaje... eso siempre sirve, un buen maquillaje hace que la ausencia de lo relevante no provoque dudas...

“¡Soy normal!”, me repito mientras acaricio a Trueno, mi gato, que me viene a saludar mientras me desvisto... Trueno, ¿quién le puso ese nombre? ¿A quién se le ocurrió la magnífica idea de un gato llamado Trueno?, bueno, por lo menos no se llama Ramón... no me gusta ese nombre.

Quiero ser un gato, de esos que están en la casa 24/7, a los que les cambian piedras, les dejan comida y agua, esos que duermen cuando quieren, que hablan y nadie los entiende, que rasguñan cuando quieren, que se portan mal y no les dicen nada porque entienden por qué lo hicieron, que se distancian y que vuelven cuando quieren, de esos que no sabés si quieren que los acaricies o solo que los rasques. Pero aún no defino si macho o hembra...

Quiero desvestirme y sacarme este olor a humedad de encima, este olor a alcohol, el olor a joda, ese olor a fiesta de despedida a la parte consciente por unas horas, y aunque odio ese mal olor en la ropa, sé que lo necesito, sé que necesito borrar mi conciencia, aunque parece que me estuve revolcando en algún hotel barato… solo quiero verme desnuda frente al espejo y pensar que tengo que ir al gimnasio, ¿para qué lo pago? Ya van más de tres meses que no voy, pero de boluda tengo una membresía anual... ya recordé por qué... para cuando la gente pregunta, un disfraz más para este cuerpo, algo aceptado por la sociedad... membresía anual para el gimnasio aunque no vayas…

Éste es el momento que esperaba, cuando el agua me toca en forma de lluvia, y pensar en mi maquillaje, que se corre, mientras me cae agua en la cara, ese momento perfecto, donde nada me importa, solo sentirme, no quiero escuchar ruidos, solo el agua y yo, que siento que me acaricia y cae por entre medio de mis piernas, ese calor que me limpia, los perfumes que voy sintiendo mientras me enjabono, mientras me lavo el pelo, y sin embargo ese calor sigue ahí...

No quiero ir al servicio de hoy, no quiero, pero es mi servicio, qué más puedo hacer. Yo elegí esto, este momento, este lugar, ¡trabajé para estar acá! Para llegar a esto... ¡Mierda! Otra vez me corté depilándome con la máquina de afeitar.

Quiero quedarme en la ducha... ojalá el tiempo se detenga, como en los dibujos animados que veía cuando era una nena, esos donde les quedaba la pelota girando en el aire tres capítulos...

Pero eso a mí no me pasa, nunca me pasa, la vida no se detiene, tendría que apagar el celular y fingir una enfermedad, pienso mientras me seco el cuerpo fuera de la ducha...

Ok ya terminamos con el baño, le digo al gato mientras ensayo mi cara de recién levantada... hace tres días que no duermo en mi cama, ¿cuándo le cambié las sábanas?, ¿qué importa?, ¿a quién le importa?

Bueno nena, no hay más, 8.50 AM, maldito reloj, a vestirnos, una hora para salir.

Mientras discuto qué ponerme mi celular ya sonó tres veces, es la señal del enojo, sé que me quiere hablar, no sé de qué... seguramente quiere preguntar por qué no le respondí anoche, él sabe la respuesta, ¿yo la sé?... ¡Vamos! Me grito mirándome al espejo, siempre pienso en que jamás el rímel en las pestañas queda bien, mientras suena el celular por cuarta vez, mi voz mejoró por el café, ¿qué hago? ¿Atiendo? Las dudas de lo correcto y la obligación me invaden mientras me doy cuenta de que es el café más feo del mundo. Miro el celular sabiendo que no quiero, pero ya prácticamente el hábito de atenderlo se hace inconsciente...

—Hola..., hoy no quiero... ¡tenés que entender!... ¡Ok!... ¿Y de dónde saco una tarta de ricota? Ok salgo en 20.

¿Por qué no apagué el teléfono?, creo que en el fondo lo quiero, quiero esta situación forzada... la ironía fue siempre el ritmo de mi vida.

Bueno, ¿y ahora? ¿qué dirección tengo que tomar? Mapa inteligente, la solución, caminando tengo 1 hora 15 minutos, sería genial ¿y si camino?, llego cansada, estoy 20 minutos, dejo la tarta y me voy... ¡la puta tarta! ¡Me olvidé! Mejor me quito el enojo con la mina de la panadería.

No sirvió, estaba de muy buen humor la mina... siempre está de buen humor, seguro durmió, yo no.

Ya está, repasemos, ¿tarta? listo... ¿energética para el camino? Listo... ¿plata? Listo, siento que me olvido de algo... pero aún no sé de qué... ¡Sí! ¡dormir!... maldita conciencia... encima irónica... y a ella solo me respondió, “es que vas lento”... acto seguido la imagen del chofer del taxi queriendo bajarme, “¿lo dije en voz alta?”, le contesté a mi conciencia, ahora fijate vos cómo hacés para decir que no era para el chofer lo que dije... aunque pensándolo bien, tampoco era tan rápido, día domingo, no hay mucho tráfico... ¡seguro éste quiere cobrarme el doble!

En ese momento, lo único que pude pensar fue “¡quiero que te apagues!”. Al fin llego al circo, listos, preparados, ¡disparen! 

Me recibe como que hace mucho no nos veíamos, abrazos, besos y el clásico “¡te ves bien!”, no puedo parar de reírme de ese comentario… ¿De verdad cree que me veo bien? Mi belleza se basa en el desvelo principalmente, ¿y cree que me veo bien? En ese mismo momento me atrevo a mirarla a los ojos y decirle sin gritar.

—Sos una mierda... si no te bancás que tu marido tenga familia ¡buscate un huérfano! Y si vos no querés tener familia da en adopción a tus hijos... soy la única hermana de tu marido, si te gusta bien y si no también, al fin y al cabo si ustedes se separan ¡soy yo la que lo va a consolar!

Juro que quise decirle todo eso, pero no pude, solo la miré, pensando que no puedo robarle la ilusión de que algún día yo desaparezca de la vida de mi hermano, y solo pude demostrarle el mismo afecto a la siempre tan condescendiente, mi cuñada... qué amor de persona, dulce pero fuerte, por no decir que abusa de su carácter de mierda.

De verdad necesito que te apagues... 

Más atrás, las razones principales de mi desvelo, un grupo de alborotadores niños que sacuden mis sueños, en eso recuerdo que yo llegué con mi hija, y mi mamá... ok, ya reté muchas veces a mi inconsciente por hacer esto, por decidir poner mi mente en off para no escucharlas por todo el trayecto. ¿Culpa? No, de verdad, hoy culpa no tengo, solo sueño...

Una hora y me voy, un par de mates y comienza el interrogatorio, tres respuestas positivas, dos negativas, ya está todo ensayado, nada puede salir mal... solo tengo que evitar que cualquiera de estos seres que dicen llamarse adultos se acerquen a mi zona de confort.

Todo esto ya es pensar demasiado... Mejor voy a jugar con los nenes... cuando escucho el timbre y al perro ladrar... Llega él, el último invitado... detrás su familia, por sus caras se ve que no les causa mucho gusto la llegada, o la relación, o la vida... no sé, tal vez no les gustó el viaje, es lejos, el auto, el movimiento, les dolió la cabeza, seguro fue eso, el auto les produjo dolor de cabeza, pasa eso en algunos autos, dan náuseas y no llegás muy bien, o tal vez él a ella no le haga bien, o ella a él... pero en fin, esos rostros de felicidad me recuerdan a mis padres, una sola vez los vi felices, solo 15 segundos en 23 años y ellos juraban que se amaban, hablaban tan mal del otro que ni sé cómo me concibieron, y menos mal que mi mamá tenía un solo ovario y fuimos cuatro, me imagino con los dos ovarios, ¡y con lo bien que se llevaban! 

Bueno, somos tan parecidos mis hermanos y yo que seguro que en algún punto de la relación se llevaban muy bien... es más, las relaciones que pudimos encarar en la vida, mis hermanos y yo, no distan mucho de lo que fue la relación de mis viejos, vidas tristes, vidas conflictivas, vidas que no son vidas, parejas que no son parejas... quiero dormir...

Lo bueno de esas caras de felicidad es que me provocan mirar el reloj, solo una hora más y esto termina, la vida es incómoda, pienso mientras peleo por el control remoto con un nene de 7 años...

Como no me uní a la manada, ellos vienen hacia mí, están cerca, ya veo que me miran buscando en sus mentes hacerme una pregunta y esperando que la respuesta me incomode...

—¿Cómo está el trabajo?

Uff, solo tenía previsto tres positivas, dos negativas, ya solo me quedaba una positiva... no quería usarla, ¡esa era la respuesta para los nenes!

Miro el reloj, 20 minutos y me voy aunque falten 35... ¡ya sé!, pido un auto, ah no... no tengo la app, tardaré mucho con la instalación, ¿piden número de tarjeta de crédito?... qué divague, un mate más, ya recibí los 3 mensajes subliminales sobre que estoy más gorda, y mientras pasa por mi mente “pasame la segunda factura porque te muerdo!”… 

Animales, manada, humanos histéricos angustiados, nerviosos, tratando de sobrevivir una tarde al mes juntos, ¿costumbre? ¿Cariño? No sé, yo los veo a ellos crecer, eso es lo que me hace llegar con una tarta que jamás probarán.

Terminó el show de la tía, mamá, hija, hermana, cuñada desvelada, ¡vamos!, me repito una y otra vez... ¡vamos! Tengo que llegar, sé que de tiempo estoy bien, ¿pero de ganas? 5 puchos, 3 bailes, 2 facturas y 2 speed son suficientes para olvidarme del sueño. ¿Para qué mierda traje la tarta?

Mejor me despido de estas imágenes casi desbordantes que tengo que apreciar, mejor vamos con los niños, pensemos en los niños, solo los niños…

Y así, camino por este barrio lleno de casas bajas, es lindo, el único problema es que no puedo conseguir un puto quiosco que me dé mi felicidad, necesito otra energética, si tomo otra seguro que me desmayo, pero de igual manera no creo aguantar mucho tiempo despierta... no hay quiosco, el chino está lejos, malditos chinos, cuando uno los necesita nunca están... ¡qué lindas casas! Parecen esos barrios en los que yo nunca voy a vivir, todo lejos, no, eso no me provoca, quiero un quiosco, antes de llegar al trabajo... tengo que llegar, hoy es un día especial… siento que me duermo.

El trabajo, mi turno, quiero llegar porque estoy cómoda, porque ya no tendría que moverme, porque no quiero viajar, pero no quiero llegar porque tengo que pensar...

¿Hoy estoy para pensar? Ni idea… las cuadras parecen interminables, y solo son dos... crucé sin mirar... pero no me pasó nada... pensándolo bien eso solo hizo que sienta las cuadras más largas, obligo a mi mente a tratar de despertar pero cuando quiero responder despierto en la parada del bondi, resultado de las energéticas... dura poco pero por lo menos sé para dónde voy, ¿no?