Los deshollinadores - Ricardo Alcántara - E-Book

Los deshollinadores E-Book

Ricardo Alcántara

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Beschreibung

El humo de las chimeneas ha invadido el pueblo. ¡No se ve nada! Por suerte, Florencio y su gallina Petronila están decididos a limpiar todas las chimeneas para ayudar. Sin embargo, al ver lo sucios que quedan, nadie quiere jugar con ellos. Tendrán que marcharse con un circo ambulante para que todos sepan apreciar lo mucho que quieren a Florencio y Petronila.-

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Seitenzahl: 15

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Ricardo Alcántara

Los deshollinadores

 

Saga

Los deshollinadores

 

Copyright ©1988, 2023 Ricardo Alcántara and SAGA Egmont

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726648287

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrieval system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

www.sagaegmont.com

Saga is a subsidiary of Egmont. Egmont is Denmark’s largest media company and fully owned by the Egmont Foundation, which donates almost 13,4 million euros annually to children in difficult circumstances.

El humo

Era una mañana tranquila y soleada. En el pueblo reinaba la calma.

Tal como tenía por costumbre, doña Oloretes estaba asomada a la ventana, entretenida viendo pasar a la gente, cuando…

-¡Snif, snif, snif! –aspiró hondo, pues su prodigioso olfato le dio la voz de alarma.

Con el ceño fruncido, apuntó su portentosa nariz hacia la casa de la vecina y dijo:

-A Mercedes se le está quemando el estofado.

Presurosa corrió a echarle una mano.

Pero al llegar a casa de su vecina, con infinito asombro notó que se había equivocado.

-Mi estofado está exquisito, como siempre –aclaró Mercedes, muy seria-. Lo que sucede es que el humo no quiere marcharse.

Y a la vista estaba que Mercedes no mentía, ¡qué va!, todo lo contrario. Un humo negro y espeso flotaba por todas partes: en la cocina, en la sala, en las habitaciones…

En lugar de desaparecer por la chimenea, como era de esperar, se quedaba dentro de la casa.

Decidida a plantar batalla, doña Oloretes se remangó. En un santiamén abrió las puertas y ventanas, pero… ¡nada! El humo no se movía.