Los silencios de Abel - Abel Silente - E-Book

Los silencios de Abel E-Book

Abel Silente

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Beschreibung

"Él la había querido querer, y la quería. No sé si mucho o poco, pero más de lo que hubiese querido… …Ellos se querían, pero a destiempo. Se querían sin querer (y cada uno tenía sus razones para eso)" Abel Silente Aléjense de los ruidos, de la rutina, y de la soledad, que ya no queda nada más por decir, que todo lo que Abel jamás pudo…

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Seitenzahl: 32

Veröffentlichungsjahr: 2019

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Abel Silente

Los silencios de Abel / Abel Silente. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2019.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: online

ISBN 978-987-761-770-2

1. Poesía. I. Título.

CDD A861

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail: [email protected]

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina –Printed in Argentina

Prólogo

“Los silencios de Abel” hacen el suficiente ruido como para ser escuchados a través del golpe que generan en este libro. Recogiendo en cada verso los avatares del amor... ¿Quién no fue golpeado por el amor? Si estás leyendo esto, animate y arrojá la primera piedra. Eso sí, puede que yo no sea tan omnipotente como para dar por sentado en mi pregunta algo de lo que alguien se sienta exento; pero lo bueno, amigos lectores, también duele. Y Abel, eso, lo sabe (expresar) muy bien.

Recomiendo darse tiempo de lectura y reflexión entre cada poesía. Porque cada una deja un mensaje con el que puedan sentirse identificados. Como si Abel, al contarnos su propia historia de amor, tocara el alma y los sentimientos de sus lectores.

Si tenés este libro entre tus manos, seguro hiciste la elección literaria que estabas necesitando. En ese momento y lugar adecuados en que el corazón desea una caricia, perdonar y, ¿por qué no?, pedir perdón. Sólo de ese modo se logra continuar en el viaje de la vida livianos de equipaje.

Justamente, mi experiencia de lectura fue en un tren de las 16.10 con destino a casa. Abrumada por lo explotado de gente que trasladaba -mucha menos la que bajaba- me fui hasta el fondo del vagón donde aún se podía sobrellevar el viaje. Más cuando se desocupa un asiento que hará que descomprima el peso de mi mochila, para que sea Abel quien me haga viajar con sus palabras. Fue maravilloso darme cuenta de que lo que sostenía entre mis dedos eran sentimientos puestos al servicio de una lectora que sólo deseaba viajar con la mente y el corazón. Suena cursi, lo sé. Pero soy honesta. Cosa que hoy en día está tan devaluada: la honestidad. Pero, sumergida en sus palabras, me di cuenta de que sólo un hombre honesto puede abrir su corazón, a través de su poesía. Sé que quien lea lo que viene, luego querría tenerlo cerca. Este libro es una gran oportunidad para conocerlo.

ValeryF

“Los silencios de Abel” no es un poemario, porque ni Abel ni yo somos poetas. No es más que un conjunto de silencios hechos tinta. Silencios de esos que deberían haberse evitado, pero sólo encontraron su lugar en algún papel, seguramente, arrugado por el tiempo o la bronca.

Más allá de cómo pueda definirlo yo, Abel, o quien lea esto, lo importante es que esos silencios, finalmente, se atrevieron a expresarse, más tarde que a tiempo, aunque nunca es tarde para liberar todo aquello que escondemos demasiado.

Estos silencios, que Abel “eligió” escribir, tienen sus metas claras…

Una de ellas es la misma que tiene todo aquel que se anima a desafiar a una hoja en blanco. Es la purga de lo vivido, y lo soñado. Es convertir en tangible lo abstracto. Es abrir puertas propias, para salir del encierro y, también, para conocerse interiormente.

La otra, intentar allanar ciertos caminos austeros a quienes los escuchen en propia voz, que hagan suyas las palabras, y los errores de su protagonista, para permitirse nuevos yerros y, por ende, nuevas enseñanzas.

Por eso, le doy mi rostro y, en su nombre, publico estas páginas, las que Abel tenía guardadas, aunque no fuese él quien las compartiera conmigo. Porque creo que merecen llegar más lejos que lo que su autor pretendía.

Aléjense de los ruidos, de la rutina, y de la soledad, que ya no queda nada más por decir, que todo lo que Abel jamás pudo…