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Doroteo trabaja en la tienda de sus tíos, que lo desprecian. Es un secreto a voces que él y su prima Adelaida, ambos de veinte años, se encuentran en una especie de noviazgo. Sin embargo, los padres quieren que ella se case con un vizconde de ojos grises. Entre los contratiempos de esas relaciones, algunos pasos de comedia en el negocio y la preparación de una fiesta importante transcurre esta "Lucha de clases". El presente libreto para zarzuela, coescrito con Sinesio Delgado, recupera íntegramente la historia que Abati ya había trabajado en "La enredadera", solo que en esta oportunidad le agrega un fresco desenlace
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Seitenzahl: 38
Veröffentlichungsjahr: 2022
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Joaquín Abati Sinesio Delgado
ZARZUELA EN UN ACTO, DIVIDIDO EN TRES CUADROS, EN PROSA
Saga
Lucha de clases
Copyright © 1910, 2022 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726881813
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
www.sagaegmont.com
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PERSONAJES
ACTORES
Adela
Srta. Pla.
Doña Segismunda
» Alba.
Marcelina
Sra. Salvador.
Teresa
Srta. González.
Don Rufino
Sr. García Valero.
Doroteo
» González.
Celestino
» González Morales.
Roldán
» Mariner.
Un maître d’hôtel
» Ripoll.
Camarero 1.ᵒ
» Angulo.
camareros, criadas, vecinas
__________
La accion en Madrid.—Época actual.
Derecha é izquierda las del actor mirando al público.
Trastienda de una tienda de ultramarinos. Al foro puerta grande, por la cual se ve parte del interior de la tienda, vivamente iluminado. Frente á dicha puerta, por la parte de dentro, un mostrador con un peso, quedando el que despacha de espalda á la misma. Forillo de tienda representando estantería con géneros; dentro de la trastienda dos ó tres sacos de garbanzos arrimados á la pared del foro. A la izquierda mesa grande de escritorio con libros de comercio, papeles, recado de escribir, un bote de tinta, con pincel, etc.. etc. Al foro izquierda puerta con cortina que se supone conducir á las habitaciones superiores. A la derecha, er primer término otra puerta con ventanillo que da al portal de la casa. En primer término izquierdo, otra puerta que conduce á la bodega. Es de noche. Colgado de la pared del centro un cuadro con una medalla y una corona de laurel.
Al levantarse el telón, Doroteo está sentado junto á la mesa de escritorio, y Celestino de espalda á la puerta del foro, despacha á una criada; ambos visten largas blusas de dril.
Doroteo. (Escribiendo .) «Sí; prima, si te casan con ese hombre, me envenenaré. Me tomaré una caja de cerillas de la serie quinta, disuelta en «anís del Mono». Sí, prima; tengo la existencia trastornada...»
Celest. (Asomándose á la puerta. ) Oye, ¿cuánto vale el kilo de pimienta?
Doroteo. (Escribiendo .) «Nada.»
Celest. ¿Cómo que nada?
Doroteo. Seis pesetas, hombre. (Celestino continúa despachando. Doroteo sigue escribiendo. ) «Porque te adoro como el jilguero á la jilguera, como la golondrina al golondrino... Sin ti se han acabado mis ilusiones, se han acabado...»
Celest. (Asomándose. ) Oye, ¿quedan anchoas?
Doroteo. No quedan. (Vase Celestino. ) «Se han acabado las anchoas.» Vaya (Dando un puñetazo en la mesa, borrando y escribiendo de nuevo .) «Las esperanzas de mi vida. Tú verás lo que haces. Recibe una lágrima de tu Doroteo.»
Dichos, D. a Marcelina, Teresa (con una cesta ).
Celest. (Dentro .) Hola, Teresa. Felices, doña Marcelina.
Doroteo. ¡Ahí está la bailarina andaluza!
Celest. (Dentro. ) Sí, señora; los tenemos muy buenos; pasen ustés, que se los voy á enseñar. (Entran los tres por la tienda. ) Miste (señalando los talegos ) Estos, á una cuarenta; éstos, á una setenta y cinco... (Cogiendo un puñado de garbanzos y dejándolos caer luego en el talego. ) Contra más cuecen, contra más duros se ponen, digo, más blandos... Miste qué aparentes.
Marc. Bueno; envuélveme dos kilos de éstos. (Celestino lo hace. ) Hola, Doroteo.
Doroteo. Muy buenas.
Marc. ¿Es verdad lo que me han dicho, que se casa tu prima?
Doroteo. (Con voz alterada. ) Sí, señora.
Marc. Y dicen que con un ingeniero... ¡Qué boda, hijo! Ya estaréis contentos, ¿eh?
Doroteo. Sí, señora. (Rompiendo á llorar. ) Contentísimos. (Se enjuga las lágrimas con la blusa. )
Marc. ¡Cómo! Pero, hijo mío, ;qué te pasa?
Doroteo.