Más bien el tiempo - Carlos Martí Brenes - E-Book

Más bien el tiempo E-Book

Carlos Martí Brenes

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Beschreibung

"Mas bien el tiempo", del poeta cubano Carlos Martí se presenta como una incisiva excitación del no, la negación del tiempo, de su transcurso en una aventura lirica que clama por el urgente pase de revista a la existencia humana. El templo a la intimidad de su obra anterior se ahonda y el poeta se adentra en ella hasta encontrar la epifanía, esa luminosidad del pasado que es fuerza para el presente y aviso para el futuro. "Mas bien el tiempo", del poeta cubano Carlos Martí se presenta como una incisiva excitación del no, la negación del tiempo, de su transcurso en una aventura lírica que clama por el urgente pase de revista a la existencia humana. El templo a la intimidad de su obra anterior se ahonda y el poeta se adentra en ella hasta encontrar la epifanía, esa luminosidad del pasado que es fuerza para el presente y aviso para el futuro.

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Seitenzahl: 56

Veröffentlichungsjahr: 2023

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edición auspiciada por

el festival internacional de poesía de la habana 

y el movimiento poético mundial

Diseño de cubierta: Elisa Vera Grillo

Diseño interior y diagramación: Onelia Silva Martínez

Coordinación editorial: Yaritza Díaz / Katy D’Alfonso / Marlene Alfonso

© Carlos Martí Brenes, 2021

© Colección Sureditores, 2021Versión digital, 2021

ISBN: 9789593022859

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.

Centro Cultural CubaPoesía

Casa del Alba Cultural

Línea No. 556 esq. a D

El Vedado, 10400 La Habana, Cuba

   

La poesía, una sutil estrategia para vencer al tiempo

Hace ya muchos años el poeta cubano José Lezama Lima definió el tiempo poético como un coágulo, algo tan denso y escurridizo en su consistencia, aunque cargado de estelaridad, que podía encerrar a la vez el pasado el presente y el futuro. El tiempo poético alcanzaba con él una definición de totalidad, un magma, una amalgama, que se movía hacia cualquier dirección, a voluntad del sujeto lírico. Contra esa certidumbre se lanza ahora el poeta Carlos Martí en su poemario más reciente, Mas bien el tiempo, 2021, después de probar sus armas en libros de su suma importancia para la lírica cubana como Te llamaré Logor, Premio de la crítica 1995, y Pífano del rey, Ediciones Unión, La Habana, 2010.

En verdad, el sujeto el sujeto lírico de Más bien el tiempo explora la intimidad del no, la negación del tiempo, o más bien de su transcurso, en poemas que claman por una urgente revisión de la existencia. Si antes en su poética, Carlos Martí establecía un templo para la intimidad, ahora se refugia en ella, se adentra en ella, para encontrar la luminosidad del pasado, su fuerza en el presente, su aviso de futuro, ese engarce que asegura la memoria, el amor y los afectos como único refugio seguro contra la fugacidad de las horas.

En esa estela de persecución, en la que el tiempo se persigue así mismo, el poeta asume de nuevo instrumentos elaborados por la vanguardia y el periodo final de la poesía postmodernista en Cuba, vale decir se acerca a una ruptura deliberada de la sintaxis, a las búsquedas sonoras de los arquetipos, al encuentro de un discurso sesgado, pleno de interpolaciones, por momentos hermético, que disemina y crea un espacio personal, a veces pictórico, a veces metafórico, a veces prosaísta, espacio poético al fin similar al que supo construir en su Libro de los Fabelos, 2007, uno de sus poemarios más intensos.

En esa manera de decir, Carlos Martí puede conciliar la armonía con el caos, el equilibrio estructural del poema con las desinencias más audaces, lo pautado con aquello que no cabe en la cárcel del verso. Por este camino se recupera zonas olvidadas de la lírica cubana y continental, un camino que asume la asimetría de Vallejo y Vicente Huidobro, que adopta en ciertas imágenes la ritmática de Eugenio Florit o Mariano Brull, que se retuerce a veces buscándose así mismo, las palabras saltan y se asocian de otro modo, más violento, más intempestivo, de modo que pueden crear puentes novedosísimos, no habituales en la poesía actual, más cercana entonces del tropo modernista en su tránsito a la poesía pura. Ahora la imagen discurre por el caleidoscopio, o como afirma el poeta, mordiendo el vientre de las anticipaciones, mientras la sombra lo persigue, dentro y fuera del poema. De este modo el sujeto lírico viaja hacia lo hondo para revelar su discrepancia con el tiempo, su angustioso clamor, hasta encontrar la soga del viejo ahorcado que nos dice por qué dejó de resistir.

Con esta certeza, y este agudo dolor, viaja Carlos Martí por la memoria, y el agridulce pasado. En esta nueva intimidad, donde puede violar algunos de los códigos tradicionales del discurso poético, este contacto con el tiempo nos libera de la pesada carga de las horas íntimas, nos muestra su disenso contra el áspero destino de la especie, contra la muerte, contra el olvido, contra el sedimento de ansiedad que va quedando a medida que pasan los años, en un tipo de concilio con la la imagen que produce un discurso descentrado, alígero, y a la vez muy emotivo , que tiene fuerza e intensidad en poemas como Elogio de la sangre, donde el poeta consigue una extraña perfección dentro de las pulsaciones de un estilo que mucho le debe a las rupturas vanguardistas . En estos poemas que reciclan parte de su vida privada, Carlos Martí vuelve a poner en circulación modismos, adjetivos, alternancias y símiles diseñados antaño por los maestros de la jitanjáfora o los cultores del creacionismo. Aquí le ocurre como a los genios del rock, Jimi Hendrix y Eric Clapton, que fueron hacia el lejano artificio del blues para alcanzar una sonoridad inaccesible por otros medios.

Sin embargo, lo que resalta en el poemario, lo más audaz y lo más explosivo es su precepción del No, su aparente negatividad para afirmar la duración de la vida, la existencia y el pacto del amor. Su poema No es casi un grito, un aullido, un llamado de atención al yo profundo fuera de los propósitos de lo que significan los demás. El otro aparece muy distante y no es materia de discusión en estos poemas. Es el sujeto lírico, el personaje interpuesto entre el autor y sus lectores potenciales, quien desarrolla una sucesión de vivencias, un espectro de tantas caídas y alegrías alternas, una sonda para investigar la naturaleza furtiva del tiempo y su corrosivo impacto en nuestras vidas. Piezas como Song body, o Espejo cóncavo, ofrecen una mirada alternativa a la figuración, al espacio iluminado y fijo donde podemos mirar al trasluz, mientras que en El mapa y En el espejo del no, dedicado a la memoria de su padre, se detalla una suerte de parábola de aquel que ve a su semejante a través de sí mismo. Al final de esta primera sección hay chispazos sumamente elocuentes que concluyen muy bien la línea de sentido insinuada al comienzo, me refiero al recuento a la larga descripción que nos recuerda que somos mortales, somos las víctimas favoritas de Cronos, como revela La fiesta del muerto, un paneo magnifico sobre las losas de un cementerio.

El libro discurre ahora por los caminos de la nostalgia, por la vida curvándose en la orilla de la eterni