Medea - Eurípides - E-Book

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Euripides

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Beschreibung

"Medea", que se representó en 431 a.C., es seguramente la obra maestra de Eurípides y uno de los trabajos que mejor representan su concepción de lo trágico.

Jasón, esposo de Medea y padre de sus hijos, se dispone a repudiarla y a casarse con la hija de Creonte, rey de Corinto. Medea, despechada y colérica, se vengará: simula haber sido convencida por Jasón y envía a sus hijos con ricos regalos para la novia al palacio de Creonte; pero esos regalos contienen un conjuro mortal que acaba con Creonte y su hija primero y luego, para agravar la desgracia de Jasón, con los hijos de éste, que son los suyos propios. 

"Medea" muestra hasta qué extremos aberrantes pueden llegar las pasiones desatadas, en ninguna otra creación del teatro griego se han presentado con tanta nitidez las fuerzas oscuras e irracionales que pueden brotar del corazón humano.
 

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Veröffentlichungsjahr: 2024

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Eurípides

Medea

Tabla de contenidos

MEDEA

Personajes

I

II

III

IV

V

VI

VII

VIII

IX

X

XI

XII

MEDEA

Eurípides

Personajes

NODRIZA
PEDAGOGO
MEDEA
CREONTE: rey de Corinto
HIJOS DE MEDEA
JASÓN
EGEO
MENSAJERO.
Coro de MUJERES

I

NODRIZA

Ojalá que en su viaje a la Cólquide

no hubiera volado jamás

la nave Argo atravesando las Simplégades

—esas rocas sombrías—; ojalá que el hacha

no hubiera talado jamás

en los bosques del Pelión

los pinos transformados en remos

en manos de los guerreros

con más bríos; ojalá

que jamás hubieran partido:

no habrían regresado trayendo

para Pelias el vellocino de oro.

Si así fuera, nunca

mi señora, Medea, habría zarpado

hacia las torres de la tierra de Yolco

con el corazón hecho una llaga

en su amor por Jasón;

y no habría instigado a las hijas de Pelias

a matar a su padre.

Y ni habría venido

con su marido y con sus hijos

aquí, a Corinto,

poniendo sus empeños

de fugitiva en agradar

a la gente de esta tierra,

y plegándose en todo a su Jasón:

porque salva su matrimonio

la mujer que no le levanta la voz a su marido.

Ahora todo le es hostil, y la pone enferma

hasta lo que para ella es más querido.

Porque Jasón ha traicionado a sus hijos

y a mi propia señora: en tálamo real

se acaba de acostar con la hija de Creonte,

el rey de esta región. Y, en su desdicha, Medea,

deshonrada, a gritos invoca los juramentos,

apela a la unión de sus manos

en su boda, rito

de la fidelidad suprema.

Que en testigos se erijan, pues, los dioses

del pago recibido de Jasón.

Día tras día consumida en lágrimas,

yace en ayunas, abandonando

su cuerpo a los pesares, pues se siente

ultrajada por su esposo. Con ojos abatidos,

del suelo no despega la cara.

Lo mismo que una roca,

o una ola marina, está sorda

a las palabras de aliento de los amigos.

Y si alguna vez vuelve su blanquísimo cuello,

ensimismada llora por su buen padre,

su tierra, sus palacios —todo lo que

traicionó para irse con un hombre

que ahora la colma de ignominia—.

La desdichada ahora ha aprendido bien

lo que no ignoran los esclavos:

la gran desgracia que es perder

la tierra de los padres.

Siente horror por sus hijos,

ya no disfruta viéndolos y temo

que esté tramando algo funesto.

Tiene un temperamento muy violento

y no soportará ser maltratada.

Yo la conozco y tiemblo:

es terrible. A sus enemigos

no les concede una victoria fácil.

(Entra el pedagogo con los hijos de Medea.)

Pero aquí están sus hijos:

vienen de correr en el gimnasio.

No han percibido nada:

no hay sitio en sus corazoncillos

para las penas de su madre.

PEDAGOGO

Esclava nacida en el palacio de mi señora,

¿por qué te paras a las puertas,

tú misma alimentando los pesares?

¿Qué hace sin ti Medea?

NODRIZA

Anciano acompañante de los hijos de Jasón,

las calamidades de los amos

arrastran a los buenos esclavos; tocan

el fondo de su alma. Me ha destrozado

la desgracia y quiero proclamar

al cielo y a la tierra

el destino cruel de mi señora.

PEDAGOGO

La desdichada, ¿sigue todavía gimiendo?

NODRIZA

Tu ingenuidad envidio. La desgracia

está empezando, falta mucho para el final.

PEDAGOGO

Está loca —si es que de los amos

así se puede hablar—. ¡Qué poco sabe

de sus desgracias más recientes!

NODRIZA

¿Qué ocurre, anciano?

A tu compañera de esclavitud

no ocultes nada. Si es preciso, no temas:

de lo que me digas no diré una palabra.

PEDAGOGO

Le he oído a uno que hablaba

sin que él me viera; escondiéndome

al lado de unos viejos que jugaban a los dados

junto a la augusta fuente de Pirene.

He oído que Creonte, el soberano

de esta tierra, va a expulsar,

junto con su madre, a estos niños de Corinto.

No sé si es esto cierto.

Ojalá no lo fuera.

NODRIZA

¿Y Jasón? ¿Va a consentir que sufran