Metodología y técnicas de atletismo - Joan Rius Sant - E-Book

Metodología y técnicas de atletismo E-Book

Joan Rius Sant

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Beschreibung

En este libro, el autor, junto con la colaboración de los más prestigiosos especialistas en cada uno de los temas tratados, presenta una metodología del atletismo que pone particular énfasis en la enseñanza de la técnica y las estrategias de promoción para captar y mantener nuevos adeptos. A través de los trece capítulos que conforman la obra el lector obtendrá una visión completa de la práctica y enseñanza del atletismo. Se comienza con la historia y evolución de este deporte junto con las características de cada una de las especialidades atléticas y su técnica; a continuación se estudia la actividad física y el funcionamiento del cuerpo humano para introducir los principios del entrenamiento; luego, se presentan los fundamentos de biomecánica que se aplican en atletismo para poder así analizar los sistemas de entrenamiento y su adaptación en la infancia y pubertad. Se desarrollan las actividades básicas para el primer nivel de aprendizaje y seguidamente la iniciación específica en las especialidades atléticas. Se expone cómo evaluar el proceso de aprendizaje y la programación de la temporada. Por último, completan el contenido del libro un capítulo de medicina deportiva y otro dedicado a la psicología del deporte. Las explicaciones y ejemplos se acompañan de numerosas series de fotografías y dibujos que ilustran la ejecución correcta de las técnicas y muestran los errores más frecuentes.

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Metodología y técnicas de atletismo

AUTOR

•Joan Rius Sant

COLABORADORES

•Josep Maria Padullés Riu (Biomecánica)

•José Luis López del Amo (Estadística)

•Rafael Sánchez Marín (Marcha)

•Mercè Rosich (Psicología del Deporte)

•Lourdes Sánchez (Medicina del Deporte)

•Miguel Escalona (Mediofondo)

FOTOS

•Josep Mª Padullés

•Joan Rius

DIBUJOS

•Maite Górriz

Diseño de cubierta: David Carretero

© 2018, Joan Rius Sant

Editorial Paidotribo

www.paidotribo.com

E-mail: [email protected]

7a reimpresión de la 1a edición

ISBN: 978-84-8019-829-5

ISBN EPUB: 978-84-9910-809-4

BIC: WSK

Fotocomposición: Editor Service, S.L.

Diagonal, 299 – 08013 Barcelona

Índice

Introducción

Capítulo primero: ¿Qué es el atletismo?

•Las especialidades atléticas

–La pista al aire libre

–El atletismo indoor

–El cross country

–Las carreras populares en ruta

–Especialidades étnicas o folk

•La federación de atletismo

•La pista de atletismo

•Evolución de los sistemas de entrenamiento

•Evolución de los materiales

•Evolución de las especialidades atléticas

–Las carreras

–Los saltos

–Los lanzamientos

–La marcha

–Las pruebas combinadas

•Historia y evolución de los récords mundiales

Capítulo segundo: Las especialidades atléticas y su técnica

•Las carreras

–Generalidades

–La técnica de la carrera circular

–Las carreras lisas

–Las carreras con vallas

•La marcha atlética

•Los saltos

–Generalidades

–El salto de longitud

–El triple salto

–El salto de altura

–El salto con pértiga

•Los lanzamientos

–Generalidades

–Lanzamiento de peso

–Lanzamiento de disco

–Lanzamiento de jabalina

–Lanzamiento de martillo

Capítulo tercero: Actividad física y funcionamiento del cuerpo humano

•El aparato locomotor

–Los huesos

–Las articulaciones

–El músculo

■La estructura del músculo

■Las funciones del músculo

–Manifestaciones de la fuerza muscular

■Conceptos básicos

■Manifestaciones activas

■Manifestaciones reactivas

■Otras manifestaciones de la fuerza

–Desarrollo de la capacidad de fuerza en los niños

•Introducción a la fisiología del esfuerzo

–¿Cómo funciona el cuerpo humano?

–Los procesos de obtención de energía

–Resumen

–El corazón y los glóbulos rojos

–El metabolismo energético en el proceso de crecimiento

•El sistema nervioso

•La velocidad

–Fundamentos de la velocidad

–Factores de incidencia en el rendimiento de la velocidad

–Manifestaciones de la velocidad

•La movilidad articular

–La flexibilidad

–Los estiramientos

–Atletismo y flexibilidad

–Flexibilidad y edad

•Las cualidades psicomotrices

–La percepción sensorial

–El esquema corporal

–La estructuración espaciotemporal

–El equilibrio

–La coordinación

–De la coordinación general a los aprendizajes básicos específicos

–Entrenamiento y aprendizaje durante el proceso de crecimiento

Capítulo cuarto: Los principios del entrenamiento

•Definición y terminología básica

•Los contenidos del entrenamiento

•Los principios del entrenamiento

•Periodización del entrenamiento

–Mateveiev y la periodización clásica

–Las alternativas

–La periodización infantil del entrenamiento

•El entrenamiento en preguntas y respuestas

Capítulo quinto: Fundamentos de biomecánica aplicados al atletismo

•¿Qué es la biomecánica?

•Principios biomecánicos

•Biomecánica de las especialidades atléticas

Capítulo sexto: Los sistemas de entrenamiento y su adaptación en la infancia y pubertad

•El calentamiento

–Efectos del calentamiento sobre el individuo

–Factores a tener en cuenta a la hora de hacer un calentamiento

–Diferentes propuestas de calentamiento

•Los sistemas continuos

–La carrera continua

–El fartlek o los cambios de ritmo

•Los sistemas de carrera fraccionados

–El interval training

–El ritmo resistencia

–El ritmo competición

–La resistencia a la velocidad

■Factores de incidencia

■La progresión del desarrollo de la capacidad anaeróbica láctica

–Máxima velocidad de desplazamiento (trabajo anaeróbico aláctico)

–Velocidad gestual acíclica

–Velocidad gestual cíclica. La frecuencia

–Velocidad de reacción

•Musculación y flexibilidad

–Ejercicios básicos de musculación sin sobrecargas

–Acondicionamiento físico general

–Las tendencias de gimnasia con música

–Los estiramientos

–Fortalecimiento de pies y tobillos

–El entrenamiento en circuito

–Los multisaltos

■Tipos de multisaltos

■Los multisaltos en los niños

–Los multilanzamientos

–Las pesas

■Aprendizaje de los movimientos básicos con pesas

■Metodología para una progresión del trabajo con pesas

–Sobrecargas ligeras

–Gimnasia y acrobacia

•Los sistemas combinados de carrera

–El entrenamiento total

–Los circuitos naturales

–El circuito de Oregón

•Entrenar en la playa

•Efectos del entrenamiento sobre los parámetros fisiológicos

–Mejorar la eficacia metabólica

Capítulo séptimo: Fundamentos metodológicos

•Diferentes formas de iniciacion deportiva

–Diferentes maneras de practicar deporte

–Perfil de la práctica deportiva

•Edad óptima de iniciación en el atletismo

–Modelos técnicos de iniciación en el atletismo

–Diseño de un modelo operativo

•Alternativas al modelo tradicional de competición infantil

–El miniatletismo

–Las nuevas propuestas

•Clasificación de las especialidades atléticas en función de su complejidad

•Diseño de tareas y actividades

–Las bases motrices de las especialidades atléticas

–Características de las tareas

–Diseñar una progresión

•Planificación del entrenamiento infantil a largo plazo

–Objetivos generales entre la infancia y la adolescencia

Capítulo octavo: Actividades básicas. Primer nivel de aprendizaje

•Construir una actividad o juego eficaces

Capítulo noveno: Iniciación específica en las especialidades atléticas. Segundo nivel de aprendizaje

•Didáctica de la carrera

–Técnica de carrera

–Didáctica de la salida

–Didáctica de las vallas

–Didáctica del mediofondo

■Primera parte

■Programación del entrenamiento entre los 14 y 21 años

•Didáctica de la marcha

•Didáctica de los saltos

–Didáctica del salto de longitud

–Didáctica del triple salto

–Didáctica del salto de altura

–Didáctica del salto con pértiga

•Didáctica de los lanzamientos

–Didáctica del lanzamiento de peso

–Didáctica del lanzamiento de disco

–Didáctica del lanzamiento de jabalina

–Didáctica del lanzamiento de martillo

Capítulo décimo: Evaluación del proceso de aprendizaje

•Evaluación del proceso de aprendizaje

•Objetivos y actividades clave por pruebas y por edades

–Objetivos y actividades clave en la técnica de carrera

–Objetivos y actividades clave en la carrera de velocidad y las salidas

–Objetivos y actividades clave en las carreras de mediofondo

–Objetivos y actividades clave en las carreras con vallas

–Objetivos generales en los saltos y en los saltos horizontales

–Objetivos y actividades clave en el salto de altura

–Objetivos y actividades clave en el salto con pértiga

–Objetivos y actividades clave en los lanzamientos

–Pruebas combinadas

Capítulo undécimo: Programación de la temporada

•La infancia

•La prepubertad

•La pubescencia

Capítulo duodécimo: El médico deportivo. Preguntas y respuestas

Capítulo decimotercero: Psicología del deporte y deporte de iniciación

•Introducción

•Características generales del desarrollo infantil: etapas evolutivas

•El triángulo deportivo: la familia, el educador deportivo y el atleta

•Bibliografía específica del capítulo

Epílogo

Bibliografía básica comentada

Bibliografía general consultada

El atletismo en la red

Introducción

Desde la publicación de la primera edición de Metodología del atletismo han pasado quince años. Durante este lapso de tiempo el atletismo español ha experimentado importantes cambios. El más importante, quizás, ha sido los efectos derivados de los JJ.OO., de Barcelona 92. Estos juegos han supuesto un punto de inflexión del proceso ascendente del atletismo español; un atletismo que ha dejado de ser comparsa para convertirse en protagonista de los grandes acontecimientos atléticos mundiales.

Además de los JJ.OO. durante estos 15 años se han producido importantes cambios sociales que han incidido significativamente en el ocio infantil y juvenil. Como notas positivas hay que destacar la esperada normalización de la educación física escolar desde la enseñanza primaria. Otro hecho alentador es el incremento de instalaciones para la práctica del atletismo. Como contrapunto negativo observamos un importante descenso del número de practicantes de deporte extraescolar entre nuestra juventud. Esta pérdida de practicantes entre los 12 y 25 años no está provocada exclusivamente por el descenso de la natalidad; tiene otras causas como es el cambio de actitudes de los jóvenes frente al tiempo de ocio.

Las ofertas de ocio son cada vez mayores. Muchas están promovidas desde colosos económicos que salen al mercado apoyados por campañas publicitarias exquisitamente orquestadas cuya difusión corre a cargo de equipos de publicitarios profesionales. Desde los videojuegos y sus derivados informáticos hasta los deportes macroespectáculos de todo tipo donde el joven vive una emoción intensa y satisfacción inmediata sin apenas esfuerzo.

En el ámbito deportivo, el fútbol y los deportes de gran proyección mediática y social captan el mayor número de practicantes del deporte infantil. Estos deportes encuentran su altavoz y reclamo en las constantes retransmisiones deportivas y en la cultura mediática del éxito social y económico. Cuántos sueñan jugar en la Liga de las Estrellas o ser ganadores de la copa Davies; muchos más que ser finalistas olímpicos de los 100 metros lisos.

El atletismo no está situado en la cúspide de esta vanguardia deportiva del éxito social (fútbol, tenis, golf o motor); tampoco está integrado dentro del grupo de actividades mediáticas que giran en torno al culto al cuerpo (el mundo de los gimnasios y el fitness). El atletismo es ante todo voluntad, esfuerzo, resultados a medio plazo y pocas perspectivas de éxito económico y popularidad. Pero no todo es negativo para el futuro de este deporte. El atletismo es aún el deporte individual más prestigiado (individuo frente al reto, salud, juego limpio) y está cargado de valores positivos y una cierta épica (las finales olímpicas de los 100 metros lisos o de los 1.500 metros lisos gozan de unos índices de audiencia televisiva máximos en todo el mundo) que debemos explotar.

¿Cómo ofertar el atletismo a la sociedad actual? ¿Cómo ser más eficaces con los jóvenes que se acercan a las pistas? Ante todo la oferta de atletismo se debe adaptar a las demandas de la sociedad del siglo XXI, inmersa en una nueva cultura del ocio y del deporte. Pero para ello debemos considerar algunos datos, un tanto alarmantes, que nos aportan los sociólogos: el deporte de competición pierde adeptos frente al deporte recreativo, y la práctica deportiva adolescente desciende mientras que la de los adultos aumenta.

En este texto no se pretende hacer un juicio de valor de las ofertas de ocio ni proponer alternativas utópicas de difusión mediática del atletismo. Es un objetivo tan modesto como plantearse si se puede mejorar la forma de presentar (ofertar) el atletismo y optimizar el trabajo cotidiano. ¿Son los más adecuados los canales de difusión que hacemos de este deporte entre la población escolar? Quizás sea necesario plantear nuevas estrategias de promoción de este deporte que estén más acordes con los tiempos. En segundo lugar, en el eje central del texto, en el apartado técnico, se expone una propuesta integral de iniciación al atletismo con vistas a optimizar el trabajo de promoción entre los niños y niñas que voluntariamente practican atletismo.

No comparto la opinión de que para mejorar el nivel del atletismo sea válido un modelo de promoción basado, fundamentalmente, en la estructura de pirámide: de una gran cantidad sale la calidad. Fundamentalmente porque carecemos de esta gran base y de medios para conseguirla. Este modelo funciona en deportes como el fútbol donde la masa de practicantes es mucho mayor de la que la sociedad puede absorber (¿cuántos niños españoles pelean cada año por integrarse en los cadetes de los equipos de primera y segunda división?). En atletismo se debe cuidar exquisitamente la formación de los niños que se inician, tanto desde el punto de vista técnico como emocional y motivacional. No podemos permitirnos el lujo de perder eficacia con la poca base (comparados con el fútbol o baloncesto) de practicantes que llegan a las pistas.

Los contenidos de esta nueva metodología miran en las dos direcciones: en la forma, es decir, en cómo y dónde presentar el atletismo en un formato más atractivo y acorde con las demandas a la sociedad actual; y en el fondo, esto es, en la manera de intervenir técnica y didácticamente sobre los clientes captados. Saber iniciar en el atletismo y entrenar muy bien a los jóvenes de poco sirve si no disponemos de atletas. Por el contrario, si disponemos de pocos atletas y no trabajamos con precisión, perderemos parte de los escasos recursos que nos llegan.

El modelo del atletismo de promoción no es un modelo jerarquizado ni programado institucionalmente. Cada club, cada escuela de atletismo e incluso cada técnico hace las cosas a su manera. Esto tiene como aspecto positivo la dinámica tan abierta que adquiere la promoción del atletismo; en cualquier rincón del mapa donde coincida un técnico con interés y un talento deportivo puede surgir la figura; pero también tiene su parte negativa, la ausencia de estructura y programa, la imposibilidad de evaluar los programas y los métodos de trabajo, y, finalmente, no hace fácil el trabajo en equipos estables.

Cuando un joven talento de 16 años llega a un centro de tecnificación o a un entrenador experto, los límites ya están muy marcados. Un buen trabajo de base o un trabajo inadecuado en la infancia lo pueden elevar a la cumbre o relegarlo a ser, en términos ciclistas, un gregario más. Debemos intentar que todo niño o niña que se inicie en el atletismo y tenga capacidad para acceder a la elite no se quede en el pelotón. Y quien su genética no le permita grandes gestas, debemos procurar que alcance su máxima capacidad potencial y prolongue muchos años su vida atlética.

En esta metodología me he centrado mucho en la enseñanza de la técnica durante las primeras edades. Uno de los mayores problemas detectados en la enseñanza de la técnica del atletismo está en que los jóvenes atletas repiten muchas veces los ejercicios pero no siempre lo hacen de la forma correcta, con la intensidad adecuada y con la atención debida. Sobre este aspecto coincido totalmente con Jesús Durán, quien, cuando le pedí su opinión y consejo respecto un tema de lanzamientos, insistió mucho en este punto: no es igual repetir mucho que repetir bien un ejercicio. Esta atención hacia los aspectos técnicos se materializa en este libro en el importante número de fotografías y secuencias que se han tomado en competiciones y entrenamientos de atletas, jóvenes y adultos.

En este libro han colaborado otros entrenadores y profesionales que han tratado los aspectos en los que son especialistas. Sin su colaboración este libro habría quedado desequilibrado. Josep Ma Padullés, además de haber realizado gran parte de las fotos, es el autor del capítulo relativo a la biomecánica. Rafael Sánchez ha escrito todo lo referente a la marcha y a los 3000 metros obstáculos. Miguel Escalona expone la importancia de la fuerza y de la técnica de carrera en la formación de los futuros mediofondistas. José Luis López ha hecho un excelente trabajo estadístico que nos permitirá comprender mejor la evolución y el progreso del atletismo a través de los récords mundiales. Mercè Rosich, entrenadora y psicóloga del deporte, aborda la iniciación en el atletismo desde la perspectiva de la psicología. Lourdes Sánchez, médico deportivo, plantea los aspectos médicos que consideramos que debe conocer el entrenador de jóvenes en forma de preguntas y respuestas. Por último, los dibujos y el diseño del “personaje o muñeco” son obra de Maite Górriz, exatleta, pintora y matemática. El criterio de contar con estos colaboradores ha sido triple: profesionalidad, amistad y disposición de tiempo. Son todos los que están pero no están todos los que son.

A lo largo del libro aparecen muchas referencias a otros textos y autores, la mayoría citados y comentados en la bibliografía final. Pero sería injusto si no explicitase que muchas de las informaciones que aparecen en el texto son el resultado de reuniones, tertulias, conferencias, lecturas, observaciones, etc., de muchos profesionales (muchas no publicadas) que han influido en mi conocimiento y puntos de vista sobre el atletismo. Posiblemente haya omitido por olvido alguna referencia explícita y, si así fuera, pido disculpas.

Este texto ha sido posible gracias a los atletas a quienes en las competiciones oficiales hemos podido fotografiar en pleno esfuerzo y a la paciencia de quienes han posado desinteresadamente para el texto, especialmente los alumnos del INEFC de Barcelona, los del IES Calípolis de Tarragona y muy en particular a María Vasco, Cira, Cristian, Marc, Gerard, David, Jorge, Jordi, Ainoa Cabré, Apolo, Pau, Guillem, Asun, María, Joan Anna y Ana. Igualmente, doy las gracias a quienes me han facilitado sus fotografías particulares.

Considero necesario reseñar en esta introducción que el trabajo de campo sobre el que se ha basado este libro tiene tres grupos de personas que considero los “culpables remotos” de que este libro haya visto la luz.

El libro no se habría escrito sin que un grupo de personas, en los años 1970, creyeran en un proyecto. En primer lugar los miembros de la Asociación de Padres de Alumnos (entonces era APA y no AMPA) del colegio Los Ángeles de Tarragona, quienes financiaron un proyecto que incluía la educación física escolar (años en que la educación física en los centros públicos de primaria brillaba por su ausencia) y el atletismo extraescolar.

El segundo grupo de responsables lo ubico en la Federació Catalana d’Atletisme y está personalizado en dos personas, Cloti Valero y Josep Ma Estruch, responsables y dinamizadores durante muchos años del atletismo de menores. Creo que sin su aliento, empuje y eficacia no habrían surgido muchos núcleos atléticos; seguro que el atletismo de menores en Cataluña no habría alcanzado y mantenido el excelente nivel de este último cuarto de siglo.

El tercer grupo lo forman los jóvenes atletas que entrené desde muy pequeños. Con ellos pude aplicar, modificar, probar, equivocarme muchas veces, rectificar y confirmar que muchas de las propuestas que aquí aparecen no son fruto de una especulación teórica. Algunos de estos atletas, hoy entrenadores (Miguel, Santa y Nando) en activo, han conseguido que sus atletas alcancen resultados atléticos mucho mejores de los que consiguieron ellos entrenando conmigo.

Antes de finalizar esta introducción quiero dedicar este libro a la memoria de ocho amigos, algunos íntimos, todos técnicos de atletismo, que nos han dejado durante estos nueve años que ha durado la confección de este libro: Lluís Uribe, Paco Aguila, Pep Vilà, Roberto Cabrejas, Enric Coy, Miquel Consegal, Miguel Larroy, y especialmente Montse Llaveria, mi compañera durante 19 años. En este texto están presentes muchas de sus opiniones, conocimientos, actitudes y sentimientos, que tanto me han aportado en el conocimiento del atletismo y de la vida.

¿Qué es el atletismo?

CAPÍTULO1

Bucear en la historia del atletismo nos lleva a bucear en la historia de la humanidad. Los orígenes del atletismo no institucionalizado ni reglamentado son tan antiguos como el hombre. Correr, saltar y lanzar constituyen actividades motrices básicas del ser humano que van más allá del momento cultural e histórico. Saber cuándo se llevó a cabo la primera carrera en forma de competición entre dos o más personas supone perderse en el pasado, pues en la casi totalidad de culturas y civilizaciones las carreras, los saltos o los lanzamientos han estado presentes en sus modos de producción, en sus juegos o en sus rituales y celebraciones.

Pero, en cuanto al atletismo como deporte moderno, con la estructura con la que hoy lo conocemos, debemos remontarnos a la Inglaterra del siglo XIX (1837), al Eton College, donde se celebra entre los alumnos de la escuela la primera competición de la que se tiene noticia. Pero no es hasta 1838, en Nueva Jersey, cuando un periódico hace una crónica de una competición atlética.

Contemplar el atletismo como un solo deporte es un error. El atletismo es una suma de especialidades que culturalmente se han agrupado bajo este nombre general. Las similitudes entre el maratón y el lanzamiento de martillo son muy pequeñas: ni la instalación, ni la forma de entrenamiento, ni el biotipo del atleta coinciden. Si bien constituyen un solo deporte, su historia, sus técnicas, sus formas de entrenamiento y las características de cada especialidad son sustancialmente diferentes. Su estudio técnico y su historia no pueden ser tratados en conjunto; cada especialidad lo será particularmente.

En bibliografía de los años cincuenta aún se puede contemplar la denominación de atletismo ligero y la de atletismo pesado. Como atletismo ligero se consideraba lo que hoy es el atletismo moderno, y, dentro del atletismo pesado, se incluía, entre otras especialidades, la halterofilia y algunas formas de lucha.

Las especialidades del atletismo moderno son cinco: las carreras, los saltos, los lanzamientos, la marcha atlética y las pruebas combinadas. Cada una de estas especialidades consta de diferentes pruebas oficiales, otras oficiosas y, finalmente, un sinnúmero de especialidades populares y tradicionales propias de países, etnias o poblaciones, cuyas carreras, saltos o lanzamientos no han podido integrarse dentro del atletismo moderno.

LAS ESPECIALIDADES ATLÉTICAS

LA PISTA AL AIRE LIBRE

Las especialidades oficiales

Son las que figuran en el calendario internacional. Se dividen en cinco grandes grupos: las carreras, los saltos, los lanzamientos, la marcha y las pruebas combinadas.

Las carreras

Velocidad: 100 m lisos, 200 m lisos, 400 m lisos.

Vallas: 110 m vallas (en categoría femenina, 100 m vallas), 400 m vallas, 3.000 m obstáculos.

Medio fondo: 800 m lisos, 1.500 m lisos.

Fondo: 5.000 m lisos, 10.000 m lisos.

Gran fondo: maratón

Relevos: 4 × 100 m lisos y 4 × 400 m lisos.

Los saltos

Salto de altura, salto de longitud, salto con pértiga, triple salto.

Los lanzamientos

Lanzamiento de peso, lanzamiento de disco, lanzamiento de martillo, lanzamiento de jabalina.

Las pruebas combinadas

Decatlón: 100 m 400 m l., 1.500 m l., 110 m v., salto de longitud, salto de altura, salto con pértiga, lanzamiento de peso, de disco y de jabalina.

Heptatlón (categoría femenina). Cada atleta realiza las 7 pruebas: 200 m 800 m l., 100 m v., salto de longitud, salto de altura, lanzamiento de peso y lanzamiento de jabalina.

Marcha atlética

50 km marcha (solamente en categoría masculina).

20 km marcha (masculinos y femeninos).

Especialidades oficiosas

Además de estas especialidades, es frecuente celebrar competiciones, en especial de carreras y de marcha, sobre distancias no oficiales, homologando los resultados. La más conocida es la milla; además están los 10.000 m marcha, los 300 m lisos, los 3.000 m lisos, los relevos olímpicos –especialidad no incluida en los Juegos Olímpicos, en la que cada relevista recorre una distancia diferente–, los relevos de 4 × 200 y, finalmente, las carreras de 100 km.

Las competiciones para niños y jóvenes varían de las de los adultos en las distancias a recorrer, el peso de los artefactos, la altura de las vallas y la pluralidad de pruebas, a fin de no lesionarlos ni sobrecargarlos.

EL ATLETISMO INDOOR

Entre los meses de enero y marzo, las especialidades de pista se celebran en recintos cubiertos. La pista tiene una cuerda (perímetro interior de la pista) de 200 m, con peraltes en las curvas. Las vallas y la velocidad se corren en una recta de 50 ó 60 m sita en el interior de la anilla. Las dimensiones de la pista impiden la celebración de los lanzamientos de disco, martillo y jabalina.

La primera reunión indoor se celebró en 1861 en el Young Men’s Gymnastic Club de Cincinnati. Pero hasta 1966 no se celebraron en Dortmund los primeros Juegos Europeos en Pista Cubierta, que en 1970 se convertirían en Campeonatos de Europa. El primer Campeonato Mundial no se celebró hasta 1987 en Indianápolis.

EL CROSS COUNTRY

Entre los meses de noviembre y abril se celebran las carreras campo a través. La distancia a recorrer oscila entre 8 y 13 km en la categoría masculina y entre los 2 y 7 km en la femenina. La primera carrera internacional oficial de cross se celebró en 1903 en Glasgow entre Francia y los diferentes estados de las Islas

Británicas. Se lo denominó Cross de las Naciones.

Inicialmente había una carrera masculina con una distancia que estaba en torno a 10-12 km y una femenina, en torno a 3 km. Posteriormente las distancias de la carrera femenina han ido aumentando hasta 8 km.

En el año 1999 en el Mundial de Belfast se celebra por primera vez la modalidad de cross corto, sobre unas distancias del 50% del cross largo.

Desde la temporada 1993-94 se disputan en diciembre (tres meses antes del Campeonato del Mundo) los Campeonatos de Europa de cross.

LAS CARRERAS POPULARES EN RUTA

En los años 1960 surge un movimiento popular de corredores avalados por las propuestas higienistas de médicos y cardiólogos que promovían la carrera lenta como profilaxis para las cardiopatías. A estas propuestas se suman los efectos del triunfo del estadounidense Shorter en el maratón de los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972 influye en su popularidad en EE.UU. Las masivas carreras populares se convierten en un gran aliciente para empresas comerciales de material deportivo, agencias de viajes y empresas de farmacología, al tiempo que los municipios de diferentes dimensiones (desde Nueva York al pueblo más pequeño) pueden organizar su carrera.

La gran diferencia de las carreras populares urbanas respecto a las de cross es que aquéllas se corren por las calles y se celebra una sola carrera.

Este movimiento de carreras populares crece al margen del atletismo federado, surgen nuevos clubes en todo el mundo como Road Runner's en Gran Bretaña, Canadá y EE.UU., Spiridon en Francia y en otros países como Suiza, Bélgica, Portugal y Países de Europa del este y España. Se publican numerosas revistas y libros especializados, en los que los corredores encuentran las formas de autoentrenarse. Ésta es una peculiaridad nueva respecto al atletismo convencional. La figura del entrenador prácticamente desaparece y cada corredor busca su sistema de preparación. La edad media de los practicantes es superior a la de los practicantes del atletismo federado, su poder adquisitivo es mayor y se convierten en los grandes consumidores de material deportivo de alta calidad.

Esta situación crea cismas entre las federaciones de atletismo y las nuevas asociaciones de corredores que se van formando en todo el mundo. Poco a poco llegan a acuerdos, pero con el tiempo aparecen nuevas modalidades de carreras de larga distancia al margen del modelo federado, como son las carreras de montaña y de alta montaña.

No obstante, las carreras en ruta crean importantes problemas en la familia atlética debido a que muchos corredores de fondo ven en estas modalidades unas fuentes de ingresos muy importantes. La preparación con vistas a las exigencias de calendario de las carreras populares resulta incompatible con los planteamientos de rendimiento en el atletismo federado.

ESPECIALIDADES ÉTNICAS O FOLK

Son muchas las carreras, saltos y lanzamientos estructuralmente similares a los concursos oficiales, pero que por motivos de orden cultural, social o político no se han integrado en el calendario atlético a pesar de que mantengan o se recuperen como actividad de interés etnográfico. Entre las carreras podemos encontrar los pollos o cossos, carreras de apuestas en los pueblos de Aragón, Cataluña y Levante. En Cataluña, en la zona de Tarragona se llevan a cabo carreras transportando sacos de grano o avellanas.

En el campo de los saltos existen saltos de pértiga que tienen como objetivo saltar la mayor longitud posible, saltar ríos o acequias con ayuda de pértigas. Entre los lanzamientos existen formas múltiples: los de barra aragonesa, de barra vasca, de piedras, o los Highlands Games en las Islas Británicas en los que se lanzan, provistos los participantes del atuendo tradicional, troncos de árboles, piedras o martillos con mango.

Estas formas populares que hoy se mantienen vivas guardan celosamente su práctica en un contexto sociocultural sin deseos ni ansias de expansión fuera de este marco. La tendencia existente por parte de estados y regiones del planeta a recuperar las tradiciones como elemento de afirmación nacional, local o regional ha propiciado la recuperación y el redescubrimiento de muchos de estos juegos populares atléticos. De todas estas formas preatléticas algunas sufrieron la correspondiente aculturación (se sacaron del contexto cultural), se universalizaron, y se estandarizaron, dando lugar al actual atletismo.

Este intento por vincular el deporte actual con el pasado ha empujado al CIO a organizar la prueba de lanzamiento de peso de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 en el propio estadio de Olimpia.

LA FEDERACIÓN DE ATLETISMO

La Federación Internacional de Atletismo, la I.A.A.F., se constituye el 17 de julio de 1912 en Estocolmo, siendo sus países fundadores: Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, Chile, Dinamarca, Egipto, EE.UU., Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Hungría, Noruega, Suecia y Rusia. El hecho de que el atletismo constituya la actividad física más natural no supuso que su federación fuera la primera en constituirse; la primera federación internacional fue la de gimnasia, en 1881, y posteriormente las de ciclismo, fútbol, tiro, remo, patinaje, vela, natación y hockey sobre hielo. En 1915 se funda la Federación Catalana de Atletismo y tres años más tarde, en 1918, la Confederación Española de Atletismo, que en 1920 se constituye como la Real Federación Española, siendo su primer presidente Gabriel María Laffite.

En 1914 se crea el primer reglamento internacional, así como la primera lista oficial de récords del mundo.

La vinculación del atletismo al movimiento olímpico provoca, durante muchos años, que las grandes competiciones internacionales se limiten a los Juegos Olímpicos. El primer Campeonato de Europa no se celebra hasta el año 1934 y la primera competición mundial, La Copa del Mundo, en 1977. En 1972 se intenta en Estados Unidos formar un circuito de atletismo profesional, la I.T.A., la denominada Troupe O’Hara, pero en 1976 quiebra.

No es hasta 1983 cuando se celebra el primer Campeonato del Mundo en Helsinki. Todos los grandes campeonatos presentan la limitación de no permitir la participación de más de tres atletas por país, lo que excluye a grandes posibles campeones de países como EE.UU. o Kenya. Los meetings atléticos intentan suplir estas limitaciones por país, procurando reunir a los mejores del mundo en una determinada prueba. Los meetings de Zurich y Oslo son algunos de los históricos. En 1985, la I.A.A.F. intenta, con éxito, agruparlos en forma de circuito mundial bajo el nombre de Gran Prix.

LA PISTA DE ATLETISMO

La competición de atletismo se celebra fundamentalmente en el estadio. El estadio se compone de una pista de atletismo y de una torre y puerta de maratón, si bien son muchas las pistas que no reúnen los requisitos para ser estadios.

La pista de atletismo consta de 8 calles de 1,22 a 1,25 m de anchura. La más interior, denominada cuerda, tiene una longitud de 400 m.

La recta principal se prolongará de forma que se puedan celebrar en línea recta las carreras de 110 m vallas. En una curva, y generalmente en el interior de la pista, se ubica la ría de los 3.000 m obstáculos.

Paralelos a la recta, y generalmente en el interior de la cuerda, se sitúan los pasillos de salto de longitud, triple y ocasionalmente pértiga. Los semicírculos laterales disponen de la zona de salto de altura, los pasillos de salto con pértiga y de lanzamiento de jabalina.

El disco y el martillo se lanzan desde unos círculos de cemento de 2,50 m y 2,135 m, respectivamente, que estarán rodeados por una jaula de malla, abierta por el centro para evitar que los artefactos desviados puedan herir a otros atletas, jueces o espectadores. En algunas instalaciones hay zonas anexas de lanzamientos.

El círculo de lanzamiento de peso tiene unas dimensiones iguales a las del de martillo, pero en su parte frontal existe un contenedor de madera.

EVOLUCIÓN DE LOS SISTEMAS DE ENTRENAMIENTO

Las principales escuelas de entrenamiento modernas aparecen entre los footmen ingleses. Los footmen eran inicialmente los criados que precedían a las diligencias de nobles y señores para apartar los posibles obstáculos que entorpecieran el paso de las caballerías por los caminos. A partir del siglo XVII estos criados competían en nombre de sus señores hasta el punto de liberarlos de sus tareas serviles para que pudiesen dedicar todo el tiempo a entrenar. Pero en un plano más sistemático hay que esperar a las escuelas europeas de gimnasia de los siglos XVIII y más específicamente a finales del siglo XIX. Mike Murphy, atleta primero y entrenador después, puede considerarse uno de los precursores de la búsqueda de alternativas a la carrera continua para mejorar el rendimiento en las carreras de fondo.

En la Europa de los años 1920, destaca la Escuela Finlandesa. El entrenamiento de los fondistas introducía el trabajo de velocidad corta, ritmos intermedios y carrera lenta; Paavo Nurmi fue sin duda su mejor representante. A partir de la década de los años 1930, Suecia revoluciona el entrenamiento de los fondistas de la mano de dos entrenadores, Gosse Olmen y Gosta Olande, padres del entrenamiento de ritmos denominado fartlek. Estos entrenadores preconizan una vuelta a la naturaleza, evitando el trabajo en pista hasta el día de la competición.

El contrapunto a los métodos naturales lo encontramos en los sistemas fraccionados, que aparecen en Centroeuropa a partir de los años 1940, finalizada la Segunda Guerra Mundial. Emile Zatopek, conocido como la locomotora humana, comienza a entrenar mediante un sistema fraccionado que le llevaba a realizar hasta 40 veces 400 m a velocidad muy alta. Este trabajo que posteriormente se conocerá como interval trainning (entrenamiento interválico), será investigado científicamente y sistematizado en Friburgo. Fue uno de los primeros trabajos científicos de conjunto entre un entrenador, Gerschller, y un equipo médico al frente del cual se encontraba el Dr. Reindell. Estos trabajos abren las puertas a la medicalización del entrenamiento. La intuición de entrenadores será contrastada en los laboratorios, los cuales a su vez darán nuevas pautas e informaciones a los técnicos. Este boom del interval training no fue obstáculo para que en los años 1950, y en las antípodas de Friburgo, surgieran dos escuelas que preconizaban la vuelta a la naturaleza. En 1952, Ceruty, un entrenador Australiano, aprovecha los JJ.OO. para visitar a Olander en Suecia y de regreso a su país intenta adaptar los principios del fartlek a las condiciones australianas. Algo similar hace Lydiard en Nueva Zelanda; cambian los bosques fineses por dunas y carreteras, rehuyendo la pista. Finalmente, cabe destacar al profesor Van Aaken con su Wedniel, o sistema opuesto a los métodos fraccionados, que ha sido el punto de partida del entrenamiento de maratón actual.

Desde finales de la Segunda Guerra Mundial no sólo se buscan sistemas concretos, sino que también se elaboran modelos para alcanzar el momento óptimo de forma durante la quincena de los campeonatos importantes. Es lo que se conoce como la periodización del entrenamiento.

En los años 1950, y de la mano del lanzador americano O’Brien, los entrenamientos sistemáticos con pesas comienzan a cobrar importancia, revolucionando los sistemas de entrenamiento de fuerza. Pero es a partir de los años 1960 cuando la revolución en el entrenamiento de atletismo se lleva a cabo por la vía del eclecticismo. Se deja de buscar el sistema ideal para dirigir los programas buscando los medios más adecuados para alcanzar unos resultados concretos. La tarea del entrenador es apoyada por los médicos deportivos que progresivamente van cobrando protagonismo en el control del entrenamiento.

La guerra fría entre los países del telón de acero y el llamado bloque occidental llega al mundo del deporte y en especial del atletismo. La estructura atlética americana se apoyaba fundamentalmente en las universidades, la europea en los clubes tradicionales con mayor o menor apoyo del estado. En los países socialistas el estado entra de lleno en la planificación del deporte de rendimiento. La política de captación precoz de talentos, sometidos a un riguroso trabajo, va acompañada de un despliegue de técnicos y científicos dotados de los más sofisticados medios de control de entrenamiento. En especial se trabaja sobre el desarrollo de la fuerza. Esto, junto con la disponibilidad de los atletas para entrenar muchas horas y el supuesto uso de los anabolizantes, lleva a los países del este a dominar el panorama atlético mundial hasta prácticamente la crisis política de los años 1990.

El caso de Ben Jonson en Seúl abre la veda de caza contra el dopaje. Estos escarceos y tira y afloja decanta la balanza a favor de perseguir el dopaje, un dopaje que va mutando sus estrategias en nuevos productos: nadrolona, EPO y nuevos y sofisticados productos, que cada día tienen menor impunidad. Francia ha encabezado la lucha seria contra el dopaje desde la propia fiscalía pública, tipificando el dopaje deportivo como un delito.

La revolución de las especialidades de mediofondo y fondo a partir de los años 1970 no viene de la mano de los europeos y norteamericanos ni de los científicos sistemas de entrenamiento. Se inicia la imparable irrupción en los estadios de los corredores africanos, extraordinariamente dotados genéticamente para especialidades de resistencia. Destacan Kenya, Etiopía y los países del Magreb.

La aplicación de la tecnología médica y del diseño específico de instrumentos de control y medición cada vez más sofisticados está acercando el entrenamiento atlético a un modelo cada vez más científico en el que el entrenador es el centro de un complejo equipo humano que analiza, interviene y sugiere las modificaciones del proceso de entrenamiento

EVOLUCIÓN DE LOS MATERIALES

Las innovaciones técnicas no sólo vienen de la mano del entrenamiento, sino de los equipamientos y materiales deportivos. Los fosos de caída de gomaespuma permiten que los saltadores de altura y pértiga caigan de espalda y de nuca. En la pértiga, aparece la fibra de vidrio que posibilita en los años 1960 alcanzar los cinco metros con relativa facilidad. Las pistas pasan de la tradicional ceniza, cada vez más escasa a causa de la desaparición de las máquinas de vapor, a los materiales asfálticos, el Rubkor y el Bitumbelox, hasta llegar al popular Tartán de México 1968, padre de los actuales sintéticos.

El cronometraje evoluciona considerablemente: desde 1/5 de segundo, que se reconoce oficialmente en 1880, hasta el actual cronometraje eléctrico, se pasó por diferentes etapas: en 1930 se reconoce la décima de segundo y, gracias a una foto de la llegada, se puede precisar hasta 1/100 de segundo. No obstante, hay que esperar a 1960 para que el cronometraje eléctrico se autorice oficialmente, pero es en 1977 cuando la homologación de un récord de velocidad tiene que ser cronometrado eléctricamente.

Las casas de material deportivo, en especial Adidas, y su director y principal accionista, Adsler, irrumpen a partir de los años 1950 en el mundo del atletismo, esponsorizando a deportistas e investigando considerablemente en el calzado deportivo. Como dato curioso relativo al boom de Adidas en los equipamientos atléticos, tiene su origen en los Juegos de Melbourne de 1956, los primeros que tendrán una cobertura en diferido por la televisión. Adsler sobornó a los estibadores del puerto de Melbourne para que descargasen sus zapatillas Adidas dos días antes que las Puma que fabricaba su primo. Adsler repartió zapatillas a todos los atletas y prácticamente no dio opción a los representantes de Puma para equipar a los atletas.

EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIALIDADES ATLÉTICAS

LAS CARRERAS

El origen de las carreras atléticas es tan antiguo como la propia humanidad. Las primeras referencias escritas de carreras reglamentadas las encontramos en el 786 a.C.; se trata de los primeros juegos olímpicos que registraron los nombres de los vencedores. El dromo era la única carrera, y correspondía a un estadio, lo que equivalía a 192,27 m, resultando vencedor Corebo. Posteriormente, se introdujo el diaulo, que correspondía a dos estadios, y el dólico, que correspondía a 12 vueltas a un estadio en forma de u de 211 m de largo por 23 m de ancho; los corredores, en la parte abierta de la u, giraban en torno a un poste.

Dando un salto en el tiempo, y pasando por alto numerosas formas más o menos locales, nos detenemos en la Inglaterra del siglo XVI, con la figura del footman, el criado especialista en correr delante de los carruajes que apartaba los obstáculos de los caminos. Estos criados comenzaron a participar en competiciones sobre largas distancias y bajo el marco de las apuestas. Entre caballeros y nobles comenzó a despertarse el interés por realizar grandes hazañas pedestres. Esta figura del criado corredor aparece en otros países como en Francia y Austria. Los footmen ingleses van profesionalizándose poco a poco hasta percibir un porcentaje de la apuesta.

La reinvención de las carreras en recintos específicos surge en Inglaterra, en los intermedios de las carreras de caballos en los hipódromos, y los criados corrían a pie entre carrera y carrera de caballos. La competición entre criados se regía por el mismo reglamento que entre caballos.

Con la aparición de cronómetros más precisos se posibilita contabilizar récords en distancias mucho más cortas, pero las hazañas de los grandes footmenprevalecen entre los ingleses. De todos los corredores, cabe destacar al capitán Robert Bacarlay Alardice (1779-1854), en un intento por aristocratizar las carreras que hasta el momento estaban dominadas por criados y ciudadanos de las clases populares. Bacarlay corrió la 440 yardas en 56" y las 2 millas en 9'57". En 1833 Walter Tom publica el primer texto de carreras, un relato entre la crónica periodística y un tratado de entrenamiento.

La profesionalización de los corredores pasa el Atlántico; en América, en el siglo XIX, las carreras de gran fondo proliferan entre profesionales. Un ejemplo de las hazañas de estos corredores la tenemos en Payson Weston, quien a los 70 años tardó 101 días en ir de New York a San Francisco.

En Europa resulta definitiva la aportación de Thomas Arnold (1795-1843), un clérigo de Rugby que veía en el deporte un medio excelente para formar a los jóvenes escolares. El atletismo comienza a tomar un camino hacia el amateurismo, camino consolidado por su vinculación con el movimiento olímpico.

Las pistas de atletismo eran inicialmente campos de césped o tierra que se marcaban con estacas y cuerdas, de ahí que el perímetro interno de la calle uno reciba el nombre de cuerda.

Las salidas de velocidad inicialmente se hacían en pie; después se comienzan a adoptar posiciones agachadas y a hacer agujeros en la ceniza, pues las pistas de atletismo se hacían con los residuos del carbón de las máquinas de vapor. Eran las pistas de ceniza, que tenían una gran capacidad de drenaje cuando llovía. La crisis de las máquinas de tren a vapor agota la posibilidad de utilizar ceniza y se hacen experiencias con tierra batida. Las pistas de los Juegos de Roma 60 y Tokio 64 son de polvo de ladrillo, similar a la tierra batida de las pistas de tenis. Paralelamente se hacen otros inventos con derivados asfálticos mezclando alquitrán con gravilla, pero los resultados son pistas muy duras que castigaban mucho las piernas de los atletas. Hubo que esperar la revolución del reciclaje de los materiales plásticos. Con los restos triturados de los neumáticos de caucho, mezclados con colas sintéticas, se consiguió un material compacto, elástico y con una dureza adecuada para poder correr con clavos, no sufrir alteraciones con la lluvia y permitir una impulsión extraordinaria a los corredores y saltadores. Nacía el tartán, un nuevo material que se presentó en sociedad en los Juegos de México de 1968.

Por lo que a las carreras se refiere, los primeros juegos sobre tartán revolucionaron la velocidad. A partir de este momento se consolida el claro dominio de los atletas negros. Es la primera final olímpica de 100 m en la que los ocho corredores son negros. En los 200 m Tommie Smit y John Carlos, primero y tercero de la carrera, hacen pública su protesta por el trato que la sociedad americana daba a los ciudadanos negros. Escucharon el himno americano con el puño en alto enguantado en negro y declararon que solamente los veían como americanos mientras corrían en la pista. El poder negro continuó arrasando en las vallas altas, los dos relevos y los míticos récords del mundo de Lee Evans en los 400 m lisos y del relevo de 4 × 400. En mediofondo y fondo Keino, Gamoudi, Wolde Biwott fueron la punta de lanza de la avanzadilla africana que ya no dejará de dominar el panorama del mediofondo y fondo mundiales. Solamente dejaron dos medallas de oro para blancos, el australiano Douvell en los 800 m lisos o el mítico inglés Hemery en los 400 m vallas (un caso atípico de corredor de 400 m vallas que posteriormente se pasó a los 110 m vallas). La supremacía negra tuvo que esperar unos años en categoría femenina; el reinado de las atletas del este parecía indiscutible. Quizás el duelo más emocionante e inesperado fue el de las francesas Besson y Duclos, quienes rompieron los 400 m lisos con un dueto francés en el podio.

Volviendo al pasado, las zapatillas de clavos son un invento muy antiguo; las utilizó por primera vez el norteamericano William Curtis en 1868, y los tacos de salida se comienzan a utilizar en 1929, pero no son homologados hasta 1938. En la mítica película Carros de fuego se puede observar el cuidado con que los protagonistas hacían los agujeros en la ceniza.

Las vallas. Tienen su origen en los obstáculos naturales que los corredores encontraban, las cercas del ganado y en los setos de los hipódromos. Inicialmente eran cercas de madera fijas en el suelo, para progresivamente ir transformándose en obstáculos vulnerables en caso de tropiezo. La técnica de superar la valla se va transformando; la valla deja de saltarse para pasarse. Esto significa que en la actualidad el centro de gravedad del cuerpo apenas se eleva respecto a la carrera de velocidad.

Las vallas actuales están diseñadas con un sistema de contrapesos de manera que tocarlas o tirarlas perjudique el tiempo del atleta sin que por ello se provoquen accidentes aparatosos.

LOS SALTOS

En los antiguos Juegos Olímpicos los saltos formaban parte del pentatlón. El salto de longitud consistía en ejecutar cinco saltos seguidos a pies juntos, sin carrera de impulso y ayudados de dos mancuernas, una en cada mano, que se hacían oscilar adelante y atrás. Además del salto de longitud, existía el askooliasmós, cuyo objetivo era saltar sobre un pellejo untado de sebo y relleno de vino sobre el que se debía mantener el equilibrio. El salto de longitud moderno tiene dos nombres: Bob Beamon, que en México bate un récord estratosférico con 8,90 m que permanecerá durante 23 años hasta que su compatriota Powell lo bata en cinco centímetros.

El salto con bastón ya existía en muchas culturas antiguas; se buscaba, contrariamente al actual salto con pértiga, caer lo más lejos posible. Se tienen referencias de saltos con garrocha en los juegos taiteanos que se celebraban en Irlanda entre los años 1829 y 554 a.C.

En los movimientos gimnásticos centroeuropeos, Gus Muths, en 1793, escribe con detalles la forma de saltar con pértiga. Estas pértigas eran de madera, se tomaban carreras de impulso muy cortas y se saltaban alturas algo superiores a los 2 m. En Los British Rural Sports, en 1855, ya se recomendaban las pértigas de bambú.

Es en 1874, en el Ulverston Criket Club, cuando se revolucionó el sistema de salto: se utilizaban pértigas de fresno y nogal con un trípode en la base.

El saltador plantaba el trípode y comenzaba a trepar por la pértiga, estilo prohibido a finales del siglo XIX, sustituyendo el trípode por una puya metálica. A fin de evitar resbalones al clavar la pértiga, en 1922 se diseñan los primeros y rudimentarios cajetines. Posteriormente, las pértigas se construían con acero, para pasar finalmente, en los años 1960, a la fibra de vidrio. El dominio mundial del salto con pértiga fue hasta los juegos de Múnich de EE.UU.; el alemán Norwing rompe esta hegemonía americana.

El salto de altura tiene sus orígenes en los juegos taiteanos, en Irlanda. Posteriormente, y al igual que en el salto con pértiga, Guts Muths, desde Centroeuropa, propone sobrepasar una cuerda elevada, saltando de frente y botando sobre un trampolín. Aunque las primeras competiciones modernas no las encontramos hasta 1800 en los Highland Games escoceses, y en 1866 en el primer campeonato de Inglaterra, su evolución ha ido muy ligada a las necesidades impuestas por el reglamento y por la seguridad en la caída. Al carecer de fosos de caída mullidos, la tijera resultaba ser la forma más eficaz de salto; poco a poco, con la mejora de los fosos, se iban imponiendo formas ancestrales de rodillo, es decir, pasar sobre el listón girando sobre el eje longitudinal del cuerpo que iba lo más paralelo posible al listón.

Esta forma de rodillo va evolucionando hasta llegar al rodillo ventral, siendo el mítico Balery Brumel quien elevó el récord mundial a 2,28 m a principios de los años 1960. Un desgraciado accidente de moto truncaba su carrera deportiva en el momento en que irrumpía el estilo flop. La aparición de la gomaespuma permite ensayar formas diferentes de salto sin preocuparse por la forma de caer, y en 1968, en México, Dick Fosbury pasa el listón de espaldas y con el eje longitudinal casi perpendicular al listón. A pesar de las controversias que esta forma de salto suscita, termina desplazando al rodillo.

En el salto de altura, los saltadores llevan en el pie de batida una zapatilla compensada, con la parte anterior de la suela más gruesa (2 cm es el máximo permitido) y con dos clavos en el talón.

El triple salto tiene su origen remoto en juegos irlandeses, aunque no en la forma actual, en que el reglamento condiciona la forma de ejecutar los tres saltos. Es una especialidad muy polémica por su excesiva rudeza. En EE.UU. ha sido prohibida en algunos períodos del siglo XX. Quizás el nombre mítico del triple salto sea el del ruso Saneiev y en la última década del siglo XX el gran Eduards constituye un ejemplo de tenacidad, educación constancia y deportividad.

En los primeros Juegos Olímpicos se ejecutaban competiciones de saltos con un peculiar estilo. Se debía saltar sin carrera de impulso. El hombre de goma fue el apodo que le dieron al invencible Ray Edwin, el indiscutible rey de estas desaparecidas modalidades.

LOS LANZAMIENTOS

El lanzamiento de martillo tiene su origen remoto en los últimos siglos de los juegos taiteanos, si bien no se popularizó hasta el siglo III de nuestra era de la mano del rey Cormac Mac Art, quien popularizó las competiciones en su residencia de Tara. Estas prácticas se extendieron por la Islas Británicas, en especial en Escocia. Allí lanzaban los martillos de hierro con mangos de madera, práctica que alcanza gran popularidad. En el siglo XIX cambian el bloque de hierro cuadrado por uno esférico. En Irlanda, aún en el siglo XIX, cambian el mango rígido por un cable. Esta prueba no se incorpora a los Juegos Olímpicos hasta la segunda Olimpíada, dominando la especialidad los atletas irlandeses. Desde los años 1960 el lanzamiento de martillo tiene un nombre propio: Anatol Bondarchuk, primero atleta y luego entrenador, que revolucionó la técnica del martillo y la periodización del entrenamiento de los lanzadores con su propuesta de ciclación del entrenamiento.

El lanzamiento de disco tiene un origen muy curioso. Debemos remontarnos a los antiguos juegos helénicos. Si bien las primeras competiciones aparecen en los relatos de la guerra de Troya, la función utilitaria de tal artefacto podía parecer dudosa. La forma lenticular no se debe a un diseño específico, ni a ningún objeto utilitario; los discos, que pesaban unos 7 kg, eran lingotes de metal fundido (tenían la forma del plato que servia para dar forma al molde de arena) a la espera de ser transformados en objetos utilitarios.

Se dice que a los vencedores de los juegos los obsequiaban con lingotes lenticulares de metal. Los atletas poseedores de tales trofeos se los solían apostar en un juego de lanzamiento. De aquí que posteriormente introdujeran esta actividad oficial en los juegos. El lanzamiento de disco aparece en los primeros Juegos Olímpicos modernos, lanzándose con estilo similar al clásico (recordar la posición del discóbolo) desde una plataforma cuadrada e inclinada. Posteriormente se pasó a círculos de 2,13 m de diámetro, hasta el actual círculo de 2,50 m. Un gran lanzador moderno es Al Oerter, vencedor en cuatro Olimpíadas consecutivas: Melbourne, Roma, Tokio y México.

El lanzamiento de jabalina tiene sus orígenes ancestrales en las lanzas de caza y de guerra. En algunas culturas como en la fang (Camerún y Guinea) se mantienen formas de lanzamiento, no en distancia, sino en precisión; hay que clavar la jabalina en una rueda de madera en movimiento. En la Grecia clásica, y al igual que el disco, formaba parte del pentatlón, pero las formas de lanzarse no eran siempre iguales. En 1859, en los juegos panhelénicos se practicó el lanzamiento de jabalina contra dianas, es decir, buscando precisión. No se incluye en el calendario olímpico hasta 1908.

Hasta principios de siglo se siguen dos estilos, uno en el que con una mano se empujaba la jabalina por la cola y con la otra se la sujetaba por el centro, y otro que consistía en empuñarla con una mano por el centro.

La leyenda de la jabalina está directamente relacionada con Finlandia; cuando un lanzador finlandés lanza, el público grita de tal forma, que, según la tradición, las ondas sónicas ayudan a mantenerse la jabalina en el aire. Järvinen, uno de los más míticos lanzadores finlandeses, poseedor del récord del mundo en la década de 1930, fue homenajeado en su patria hasta el punto de construir la torre del estadio olímpico de Helsinki con una altura igual a su récord mundial.

Las jabalinas inicialmente eran de madera y/o caña, con la punta metálica. De hecho, Bud Held, recordman americano y mundial en los años 1950, se dedicó a estudiar la aerodinámica de las jabalinas y diseñó modelos que revolucionaron el lanzamiento.

En los años 1960, en España, Erausquin y Miguel de la Cuadra, batieron los récords del mundo gracias a un estilo similar al de la barra vasca. Este estilo fue prohibido por la I.A.A.F. debido al peligro que comportaba. Las distancias alcanzadas con las jabalinas convertían los estadios en recintos insuficientes. En los años 1980 se cambiaron las normas de construcción de jabalinas, adelantando su centro de gravedad para que planearan menos y no sobrepasasen los cien metros.

Lanzamiento de peso. Las formas precursoras del lanzamiento son los rudimentarios envites de lanzamientos de piedras y posteriormente los juegos que los artilleros practicaban en las treguas de las batallas. Las competiciones con la bola de hierro se generalizan en Inglaterra y en EE.UU. en el siglo XIX, pero no se unifica su peso en las actuales 16 libras hasta 1866. El peso se lanzaba inicialmente desde una plataforma de cemento rectangular, antes de pasar al círculo. En los años 1940 se recubre de cemento y aparece el contenedor circular de madera en la parte frontal.

La técnica inicial de lanzamiento ha experimentado numerosos cambios. Desde el lanzamiento frontal sujetando el peso con ambas manos, hasta los dos estilos actuales, el lineal popularizado por O’Brien en los años 1950 y el rotatorio por Wariksnicoff en los 1970. Han ido sucediéndose diversas formas de aceleración del artefacto en el corto espacio permitido por las cortas dimensiones del círculo.

LA MARCHA

La marcha atlética, pese a considerarse una especialidad natural, no lo es en absoluto; marchar no es andar deprisa, sino desplazarse a la mayor velocidad posible manteniendo siempre un pie en contacto con el suelo. Cuando un individuo tiene prisa, andará rápido o correrá, jamás hará de forma natural y espontánea un desplazamiento similar al de la marcha. Ya en 1670 Digby se dedicó de forma extravagante a marchar sobre distancias de 5 millas descalzo y con un taparrabos de lino. A finales del siglo XVIII tanto en Europa como en los Estados Unidos de América se realizan larguísimas pruebas de marcha con importantes apuestas sobre distancias de más de 1.000 km. Un ejemplo es la prueba Turín-Marsella-Barcelona (1.100 km) que se disputó en 1901.

Como especialidad integrada en el contexto de las pruebas atléticas, no aparece hasta 1876 en el campeonato de Inglaterra sobre la distancia de las 7 millas. No obstante, debe recordarse que inicialmente la marcha se constituye como federación independiente de la de atletismo y que se prefería competir sobre distancias superiores a los 100 km.

La marcha se incorpora a los JJ.OO. en Londres el año 1908 con la distancia de 10 millas. No obstante, va experimentando cambios de distancias, reglamentos e incluso suspensiones (por la dificultad de valorar la técnica) hasta 1956 cuando se instauran los actuales veinte y cincuenta kilómetros marcha masculinos. La incorporación de la marcha femenina a las pruebas olímpicas no sucede hasta los Juegos de Barcelona 92 en una distancia de 10 kilómetros. Actualmente las mujeres marchan ya sobre 20 kilómetros, pero tienen restringida la prueba de los 50 kilómetros.

La marcha, con su estricta reglamentación, es la especialidad que más polémicas suscita. En la reunión del CIO de año 2003 estuvo cuestionada su continuidad. La posibilidad de introducir el vídeo como herramienta de control de la técnica reglamentaria no parece llegar. La gran dificultad de la marcha estriba en la dificultad del ojo humano para percibir si el marchador pierde el contacto con el suelo o flexiona la rodilla.

México, Rusia, Suecia, Italia y España destacan en esta larga especialidad atlética. Daniel Plaza se convierte en el primer campeón olímpico del atletismo Español, entrenado por Moisés y Jordi Llopart (padre e hijo); este último fue asimismo el primer campeón de Europa de atletismo hispano. También destacan Valentí Massana, García Bragado, Josep Marín, Paquillo Fernández o María Vasco, la primera medallista olímpica del atletismo español. Pero sin duda, el nombre propio de la marcha del siglo XXI es el polaco Korzeniowski.

LAS PRUEBAS COMBINADAS

Ya en los juegos griegos aparecía el pentatlón con pruebas de lucha, carrera, salto y lanzamiento.

En el atletismo moderno se celebra el decatlón masculino, que consta de diez pruebas que se efectúan durante dos días consecutivos y siguiendo un orden. El primer día se celebran, y en este orden: 100 m lisos, salto de longitud, lanzamiento de peso, salto de altura y 400 m lisos. Y el segundo día: 110 m vallas, lanzamiento de disco, salto con pértiga, lanzamiento de jabalina y 1.500 m.

Las marcas obtenidas en cada prueba equivalen a una puntuación que figura en las tablas de puntuación de la Federación Internacional de Atletismo. El vencedor del decatlón es el atleta que consigue mayor puntuación.

El decatlón tiene carácter olímpico desde 1912. Las tablas de puntuación han sido objeto de modificaciones desde su origen: los años 1920, 1934, 1985.

En categoría femenina, inicialmente celebraban el pentatlón con 80 m vallas, lanzamiento de peso y salto de altura durante el primer día y la longitud y los 200 m lisos en el segundo.

En 1970 la combinada femenina se celebra en un solo día y se cambian los 200 m por los 800 m lisos

En 1980 el pentatlón se convierte en heptatlón. Durante el primer día se celebran los 100 m vallas, salto de altura, lanzamiento de peso y 200 m lisos. El segundo día se celebra el salto de longitud, el lanzamiento de jabalina y los 800 m lisos.

Entre los jóvenes las pruebas combinadas deberían ser la especialidad más practicada, puesto que la especialización en muchas pruebas es lo más adecuado con vistas al rendimiento en cualquier especialidad atlética a medio y largo plazo y desde el punto de vista formativo.

El decatleta o la heptatleta no son atletas mediocres en muchas especialidades, son asimismo grandes especialistas en pruebas individuales. No es extraño ver medallistas mundiales en heptatlón que suben al podio en vallas, en longitud o en el relevo.

HISTORIA Y EVOLUCIÓN DE LOS RÉCORDS MUNDIALES

(hasta el 1 de enero de 2004) Por José Luis López del Amo

Una forma objetiva para conocer la evolución y el estado del atletismo es observar el progreso o estancamiento de sus récords. Este resumen permite al lector asomarse a la historia del atletismo en cifras.

100 m

Hombres:

Primer sub 11 segundos: 10.8 Cecil Lee (GB) 1892

Primer récord del mundo IAAF: 10.6 Donald Lippincott (USA) 1912

Primer sub 10.5: 10.4 Charles Paddock (USA) 1921

Primer sub 10.0: 9.9 Jim Hines (USA) 1968

Tiempo electrónico:

Primer sub 10.00: 9.95 Jim Hines (USA) 1968

Subsiguiente progresión del récord del mundo:

9.93 Calvin Smith (USA) 1983

9.92 Carl Lewis (USA) 1988

9.90 Leroy Burrell (USA) 1991

9.86 Carl Lewis (USA) 1991

9.85 Leroy Burrell (USA) 1994

9.84 Donovan Bailey (CAN) 1996

9.79 Maurice Green (USA) 1999

9.78 Tim Montgomery (USA) 2002

Récord mundial más duradero: 10.2 Jesse Owens (USA) 1936 (20 años)

Más veces sub 10.00 legales: 43 Maurice Green (USA) (hasta 8/12/2002)

Más títulos olímpicos: 2 Carl Lewis (USA) 1984/1988

Más títulos mundiales: 3 Carl Lewis (USA) 1983/1987/1991 y Maurice Green (USA) 1997/1999/2001.

Mujeres:

Primer récord del mundo IAAF: 11.7 Stanislawa Walasiewicz (POL) 1934

Primer sub 11 segundos: 10.9 Renate Stecher (GDR) 1973

Primer sub 11.00: 10.88 Marlies Oelsner-Göhr (GDR) 1977

Primer sub 10.80: 10.79 Evelyn Ashford (USA) 1983

Subsiguiente progresión del récord del mundo:

10.76 Evelyn Ashford (USA) 1984

10.49 Florence Griffith Joyner (USA) 1988

Récord mundial más duradero: 10.49 Florence Griffith (USA) (desde 1988)

Más veces sub 10.80 legales: Marion Jones (USA) 15 (hasta 8/12/2002)

Más títulos olímpicos: 2 Wyomia Tyus (USA) 1964/1968

Más títulos mundiales: 2 Marion Jones (USA) 1997/1999

200 m

Hombres:

Primer sub 22 segundos: 21.8 Luther Cary (USA) 1891

Primer récord del mundo IAAF: 21.1 Willie Applegarth (GB) 1914

Primer sub 21.0: 20.7 Jesse Owens (USA) 1936

Primer sub 20.5: 20.4 Henry Carr (USA) 1963

Primer sub 20.00: 19.83 Tommie Smith (USA) 1968

Subsiguiente progresión del récord del mundo:

19.72 Pietro Mennea (ITA) 1979

19.66 Michael Johnson (USA) 1996

19.32 Michael Johnson (USA) 1996

Récord mundial más duradero: 19.72 Pietro Mennea (ITA) 1979 (16 años)

Más veces sub 20.00 legales: 25 Frank Fredericks (NAM) (hasta 31/12/2003)

Más títulos olímpicos: 1 por 21 atletas. Oro y plata: Andy Stanfield (USA) 1952/1956 y Carl Lewis (USA) 1984/1988

Más títulos mundiales: 2 Calvin Smith (USA) 1983/1987 y Michael Johnson (USA) 1991/1995.

Mujeres:

Primera sub 24 segundos: 23.6 Stanislawa Walasiewicz (POL) 1935

Primera sub 23.0: 22.9 Wilma Rudolph (USA) 1960

Primera sub 22.5: 22.4 Chi Cheng (TPE) 1970

Tiempo electrónico:

Primera sub 22.00: 21.71 Marita Koch (RDA) 1979

Primera sub 21.70: 21.56 Florence Griffith Joyner (USA) 1988

Subsiguiente progresión del récord del mundo:

21.34 Florence Griffith Joyner (USA) 1988

Récord mundial más duradero: 23.6 Stanislawa Walasiewicz (POL) 1935 (17 años)