Montar bien y elegir bien a tu caballo - Felipe Andrés Alonso - E-Book

Montar bien y elegir bien a tu caballo E-Book

Felipe Andrés Alonso

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Montar bien y elegir bien a tu caballo proporciona a futuros y actuales aficionados a los caballos, incluido veterinarios, nociones esenciales sobre equitación. Viene así a llenar la laguna que existe entre el conocimiento teórico y el práctico sobre la actividad principal a la que son destinados la mayoría de los caballos. La instrucción del veterinario Felipe Andrés Alonso en equitación de la mano de grandes maestros actuales y de la lectura de las obras de los autores clásicos, le ha proporcionado una mezcla de conocimientos profundamente interrelacionados que ahora sintetiza en esta obra. Este libro parte de la filosofía desarrollada por la Federación Ecuestre Alemana, que comprende la formación gimnástica y la cuidadosa educación del caballo para potenciar completamente sus cualidades naturales y su rendimiento, así como conservar su salud para alcanzar la armonía entre el jinete y su caballo. Su finalidades crear un físico cadencioso, capacitándolo hasta obtener un equilibrio perfecto que permita al jinete la absoluta disposición de las fuerzas del caballo, así como controlar su voluntad, siempre empleando una metodología respetuosa con su naturaleza, basada en la confianza mutua.

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Título original: Montar bien y elegir bien a tu caballo

Primera edición: Noviembre 2023

© 2023 Editorial Kolima, Madrid

www.editorialkolima.com

Autor: Felipe Andrés Alonso

Dirección editorial: Marta Prieto Asirón

Maquetación de cubierta: Blanca Gómez Calvo

Maquetación: Carolina Hernández Alarcón

Foto de portada: Sofía Muñoz Cuervo

Fotografías de interior: fotografías del autor, Shutterstock y fuentes citadas.

ISBN: 978-84-19495-90-7

Producción del ePub: booqlab

 

No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares de propiedad intelectual.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 45).

 

 

 

A mi abuelo

A Pablo, que me animó a plasmar por escrito lo que le contaba de viva voz, allá por el año 2013. Y a mis padres, por su apoyo continuo que me permitió formarme como veterinario.

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

EL EXAMEN DE COMPRA A LA ANTIGUA USANZA

¿CÓMO DEBE SER UN BUEN CABALLO DESTINADO A OCIO O DEPORTE?

EL CABALLO EN ESTACIÓN

Regiones corporales y su correspondencia anatómica

Índice genético global y variables morfológicas

El protocolo de limpieza como herramienta para la exploración física del caballo

Problemas de comportamiento asociado a dolor corporal

Patrones corporales. La asimetría natural del caballo. Caballos zurdos y diestros

VALORACIÓN DEL CABALLO A LA CUERDA

Los aires naturales del caballo: paso, trote y galope

Dar cuerda

La Escala de Entrenamiento Alemana aplicada al trabajo a la cuerda

Rendajes auxiliares

¿Cómo se adapta el cuerpo del caballo al trazado de líneas curvas?

EL CABALLO MONTADO

Características deseables del caballo de silla

El equipo de monta: sillas y embocaduras

Equilibrio y tensiones dinámicas durante la monta

La influencia del jinete sobre el cuerpo del caballo

Fundamentos básicos de equitación

LA EQUITACIÓN COMO HERRAMIENTA DIAGNÓSTICA Y TERAPÉUTICA

LA EQUITACIÓN COMO HERRAMIENTA DIAGNÓSTICA

LA EQUITACIÓN COMO HERRAMIENTA TERAPÉUTICA

Metodología

El cajón de herramientas de la equitación clásica

ABORDAJE DE UN CASO CLÍNICO

Problemas físicos más frecuentes en caballos destinados a ocio o deporte

La anamnesis

Casos prácticos

CONCLUSIONES

GLOSARIO DE TÉRMINOS ECUESTRES

BIBLIOGRAFÍA

INTRODUCCIÓN

El objeto de este libro es dar a los futuros y actuales aficionados a los caballos, incluido veterinarios, unas nociones básicas, pero a la vez esenciales, sobre equitación. Pretendo llenar por tanto la laguna que existe entre el conocimiento teórico y el práctico sobre la actividad principal a la que son destinados la mayoría de los caballos. Porque, ¿cómo puede un aficionado o un veterinario desarrollar su práctica si carece de muchos fundamentos esenciales que no se enseñan en ninguna escuela?

En lo que respecta a los veterinarios, la falta de conocimientos en esta área nos pone en clara desventaja a la hora de abordar un caso clínico. Y, sinceramente, haber estudiado una carrera tan complicada para mandar reposo, duchas de agua fría y antiinflamatorios no es muy coherente. Quiero decir con todo esto que a la hora de abordar un caso clínico hemos de ser capaces de centrar el esfuerzo en resolver la causa que origina el problema y no conformarnos con «poner un parche» y cobrar. Y esta causa puede estar en lugares tan dispares como la pista de trabajo, el equipo de monta o el propio jinete. Por lo tanto, no debemos perder la visión de conjunto.

Por otro lado, un jinete se encuentra muchas veces en una situación de compra de un nuevo caballo. Para ello, no solo debería ser capaz de encargar o realizar la batería de placas pertinente y la correspondiente analítica en busca de piroplasmosis, sino también tener los conocimientos suficientes que le permitan sacar las conclusiones más adecuadas que lo ayuden a tomar la mejor decisión sobre la adquisición o no de ese caballo. Estos conocimientos supondrán un plus de calidad en una decisión tan importante como es la adquisición de un nuevo caballo. Asimismo, le permitirán mejorar su equitación y anticiparse y resolver mejor los problemas que se le puedan ir planteando a lo largo de los años.

Vamos pues a ir viendo todo lo necesario sobre equitación, empezando y poniendo como hilo conductor un examen de compra.

Montar y elegir bien a tu caballo es un proyecto personal que vengo desarrollando durante los últimos 10 años. Mi instrucción en equitación, de la mano de grandes maestros actuales1, la lectura de las obras de los autores clásicos2 y mis estudios de Veterinaria, finalizados en el año 2005, han dado como resultado una mezcla de conocimientos profundamente interrelacionados que ahora sintetizo en la obra que aquí presento.

La equitación para mí es la ciencia de montar a caballo. La Federación Ecuestre Alemana la define como la disciplina deportiva que comprende la formación gimnástica y la cuidadosa educación del caballo para desarrollar completamente sus cualidades naturales, potenciar su rendimiento, conservar su salud y alcanzar finalmente la armonía entre el jinete y su caballo. Su finalidad es, por tanto, desarrollar un físico armonioso, capacitándolo hasta obtener un equilibrio perfecto que permita al jinete la absoluta disposición de las fuerzas del caballo, así como disponer de su voluntad, siempre empleando una metodología respetuosa con su naturaleza, basada en la confianza mutua. Y es que el término «equitación clásica» tiene un componente ético que no se da en otras disciplinas ecuestres. Pero este es otro tema. Los practicantes de la «equitación clásica» tienen claro que los caballos no están para exaltar egos ni para quemar adrenalina. El bienestar del caballo es un requisito obligatorio para poder desarrollar sus capacidades físicas y mentales.

Aficionados de todos los niveles y veterinarios se beneficiarán de este enfoque, no solo para entender mejor qué sucede en un caballo desde el punto de vista biomecánico cuando es montado, sino también para poder desarrollar programas de recuperación física en caballos lesionados y, por supuesto, como herramienta de ayuda al diagnóstico de determinadas patologías traumatológicas. Es igualmente útil en los exámenes de compra, pudiendo ayudar a detectar asimetrías funcionales que oculten patologías del sistema músculo-esquelético y comprender mejor el uso, tanto de sillas de montar como de embocaduras, con sus caballos.

Gustav Steinbrecht, jinete y veterinario, en piaffé en plena vía pública. Fuente: Jinetes, caballos y horsemanship.

________________

1   Augusto Colastra, Ignacio Rambla, J. L. Valdés, J.J. Verdugo, Ignacio López Porras, con los que he tenido el honor de montar.

2   Ver bibliografía.

EL EXAMEN DE COMPRA A LA ANTIGUA USANZA

¿CÓMO DEBE SER UN BUEN CABALLO DESTINADO A OCIO O DEPORTE?

Los caballos con buen carácter son una garantía de seguridad.

 

Empezaremos por el principio, por conocer cómo debe ser un buen caballo de silla, y no solamente nos fijaremos en sus orígenes o su físico. También se han de valorar sus cualidades morales, su fiabilidad, temperamento y capacidad de trabajo. Los caballos, al igual que los seres humanos, tienen preferencias y gustos, buena o mala disposición para trabajar. Temperamentos dispares, que van desde la pasividad absoluta (caballos linfáticos) a la irritabilidad más indeseable (caballos coléricos). Por eso hablamos de cualidades morales, que serán asimismo una característica a valorar.

Para que un caballo destinado a ser montado sea agradable ha de tener ciertas características que le harán funcional. Para ser funcional, su anatomía tendrá ciertos ángulos y palancas que le darán «montabilidad», es decir, facilidad para trabajar bajo el peso de un jinete.

Como sucede con las razas de perros, existen razas de caballos con una mejor disposición para según qué actividad. Podemos dividirlos en dos grandes bloques: los caballos de pura raza española (PRE) y los cruzados.

Caballo de pura raza española.

Los PRE son, por su buen carácter (en la mayoría de los casos) y conformación, los más polivalentes, y sin duda los más recomendables para usuarios de nivel medio, como norma general. Y digo «usuario de nivel medio» porque entiendo que nunca debería comprar un caballo una persona sin los conocimientos suficientes sobre la materia, siendo mi recomendación en estos casos invertir en formación, o dicho de otro modo, «sacarnos el carnet de conducir antes de invertir en la compra de un coche».

En el otro bloque, el de los cruzados, encontramos los cruces tradicionales que hay en nuestro país: angloárabes, anglohispanos, hispanoárabes, anglo-hispano-árabes y, en los últimos años, los caballos de deporte español (CDE). Los CDE engloban una cantidad enorme de razas europeas cruzadas con caballos españoles en algunos casos y puras en otros, que cuentan con documentación tramitada en España y nada más. Todos ellos están más enfocados al deporte y a la competición. En general son caballos que requieren jinetes con un mayor nivel de equitación por dos motivos fundamentales: sus movimientos, que al ser más amplios necesitan un mejor equilibrio del jinete, y su mayor sensibilidad, o mejor dicho, susceptibilidad. Son caballos más irritables que deben ser tratados con delicadeza y disciplina.

Yegua CDE del hierro de Yeguada Militar.

Mismo ejemplar de patrulla, montada por el autor.

No quiere esto decir que un caballo cruzado no sea adecuado para ocio o que un caballo español no sea bueno para la competición. De hecho, cada día se encuentran mejores ejemplares PRE en los circuitos de doma clásica. Pero en términos generales es lo que hay. Y, volviendo a la analogía con las razas caninas, los caballos cruzados vendrían a ser los malinois1 equinos. Y, como todos sabréis, no todo el mundo puede ser propietario de un perro de estas características.

En cualquier caso, sea de la raza que sea, un caballo destinado a ocio o a deporte debe ser agradable montado. Y agradable es aquel que «no pesa en la mano». Esto es posible cuando, fruto de la conformación del caballo, del buen entrenamiento, o de ambas cosas, el jinete traslada la mayor parte del peso del binomio jinete-caballo sobre los posteriores. Es decir, retrasa el centro de gravedad, invirtiendo la tendencia natural del caballo a llevar las espaldas sobrecargadas. Pero para que los posteriores sean capaces de soportar ese exceso de peso han de poder flexionarse y remeterse bajo la masa del binomio, implicando en este proceso a la musculatura abdominal y la musculatura profunda de las caderas como los psoas ilíacos.

Este dibujo ilustra lo que intento explicaros:

«Podio», CDE de Yeguada Militar.

Como vemos, aunque algo exagerado, en el dibujo 2, la grupa ha descendido y las extremidades posteriores (pies) se han flexionado más. El aspecto del segundo dibujo es lo que en el argot ecuestre denominamos «caballo cuesta arriba».

En 2, la nuca es el punto más alto. El dorso encarpado, la prensa abdominal contraída, los posteriores remetidos proporcionan una minoración del peso en todo el tercio anterior. Es decir, libertad a las espaldas. En esta posición, que se alcanza tras años de entrenamiento inteligente (metódico y sensible), los caballos son capaces de desarrollar todos los ejercicios del nivel superior de doma y de la denominada «alta escuela», además de mostrar espectacularidad en los ejercicios de niveles inferiores de adiestramiento.

El dibujo 2 es el objetivo de la equitación clásica. El caballo de la foto se muestra con cierto grado de «remetimiento» de los posteriores, fruto de un entrenamiento metódico.

Debemos seleccionar físicos que por naturaleza tengan mayores facilidades para alcanzar este objetivo, que presenten una cruz más alta que las caderas. Sirva de ejemplo el programa de selección y cría que llevan a cabo en Alemania con sus distintas razas de deporte: hannoverianos, trackeners, oldemburgueses2, etc. De unos años a esta parte se han ido seleccionando ejemplares PRE con mayores capacidades funcionales, líneas más deportivas y movimientos más hacia delante. Una cría más enfocada a obtener ejemplares competitivos.

Si establecemos analogías con nuestra propia especie, todos recordamos a compañeros del colegio o instituto con condiciones físicas que destacaban por encima del resto. Con los caballos ocurre lo mismo.

Un caballo con un buen físico –ya sea este fruto del entrenamiento o de una buena genética– tendrá mayor desarrollo muscular en cuádriceps, glúteos, trapecios, tríceps y esplenio cervical.

Los caballos con atrofias musculares o hipertrofias de la musculatura ventral del cuello deben descartarse o ser valorados negativamente. También es cierto que un entrenamiento meticuloso y concienzudo puede conseguir invertir esta tendencia.

La compra de un caballo debe considerarse un negocio; por lo tanto, hay que hacer números y elegir al vendedor convenientemente. A la larga es más barato un caballo caro que posea unas buenas condiciones físicas y tenga antepasados contrastados que otro de menor coste con un mal físico.

Pasemos ahora a dar respuesta a la pregunta que implica el propio título de este capítulo: ¿qué debemos observar en un examen de compra? Es muy recomendable, aparte de los típicos análisis de sangre y las placas de rigor (muy necesario todo ello, por otra parte), que se observen otros aspectos.

En primer lugar pediremos una pequeña anamnesis3 al vendedor del caballo y, por supuesto, se debe observar al animal detalladamente: suelto en la cuadra, atado en una zona soleada y en movimiento, tanto a la cuerda como montado por su jinete habitual. Cuando el animal sea sacado de la cuadra podremos verificar el interior de la misma, la consistencia y el color de las deposiciones, el material de la cama, comprobar el fondo del comedero y el bebedero, y las paredes de la propia cuadra. Si en el fondo del comedero encontramos pienso molido es muy probable que necesite una revisión odontológica. A veces los caballos estercolan dentro del comedero o del bebedero. Este extremo también habrá de ser comprobado, por tratarse de un vicio bastante fastidioso. Si las paredes o la cara interior de la puerta de la cuadra tienen desconchones o raspones se nos puede plantear la duda de si el caballo cocea o manotea y con ocasión de qué: ¿a la hora del pienso?, ¿por la presencia cercana de otros caballos? A veces también nos encontramos con hoyos en el suelo de las cuadras, que hacen los caballos al escarbar. Igualmente es un vicio difícilmente solucionable que puede ocasionar la lesión de la mano con la que lo realiza y, como poco, el desgaste anormal de la herradura de esa mano.

Obsérvense las paredes de la cuadra y los restos de pienso semi triturado en el fondo del comedero.

La anamnesis debe incluir al menos los siguientes aspectos:

•    Orígenes del caballo: ver la carta y las líneas genéticas de las que desciende. Si el ejemplar es PRE, debería estar inscrito en la Asociación Nacional de Criadores de Caballo Español (ANCCE), y podremos realizar la correspondiente consulta en la aplicación LGANCCE4.

•    Edad, propietarios anteriores, uso que se le ha dado (saber si además de montado ha estado enganchado, por ejemplo)

•    Carácter y temperamento: si es dominante o sumiso, agresivo o amable, valiente, asustadizo, querencioso, si sale al campo solo sin problemas, si está acostumbrado al tráfico rodado.

•    Si el caballo fue castrado, y e tal caso, motivo.

•    Alimentación: tipo de pienso y forraje que se le suministra.

•    Material de la cama de la cuadra. Saber si puede estar en paja o solo en viruta.

•    Herraje que necesita, si se hierra en frío o en caliente o requiere de algún tipo de herraje ortopédico. Si es necesario sedarlo para herrarlo o no.

•    Vicios de cualquier tipo, como tragar aire5. Si no se deja tocar ciertas partes del cuerpo, traga aire, cocea o da manotazos, si entra o sale atropelladamente de la cuadra, etc.

•    Equipo de monta: tipo de montura y embocadura que se utilizan.

•    Trabajo a la cuerda: con qué frecuencia se realiza y si se emplean rendajes auxiliares.

•    Historial clínico: lesiones que ha tenido a lo largo de la vida, tratamientos, enfermedades infecciosas, operaciones por cólico o de otro tipo. Saber si está al día en vacunaciones y desparasitaciones. Presencia de cicatrices en cualquier localización, inflamaciones, etc. Tiempo transcurrido entre revisiones odontológicas.

Al final son cosas que parecen muy obvias pero sorprendería saber cuántas irregularidades se producen en lo relativo a esta cuestión.

Obsérvese la falta de alineación de la extremidad anterior derecha. Valgus de la rodilla derecha.

Toda esta información será recabada de forma oral y a continuación pasaremos a examinar el caballo. Para ello pediremos verlo fuera de la cuadra, en un espacio seguro, bien iluminado, a ser posible con luz solar directa, y nos alejaremos unos metros para poder observarlo en su conjunto: conformación general, aplomos, proporciones y estado de carnes, grado de musculación, poniendo especial atención en los aplomos, así como en las posibles asimetrías musculares que pudieran presentarse, más dadas a nivel de los grandes grupos musculares.

Y lo mismo en lo que respecta a posibles atrofias musculares. Es bastante común en caballos que trabajan muchas horas, o con sillas inadecuadas o entrenamientos deficientes, la «atrofia en silla de montar». Esta atrofia se presenta en la musculatura del dorso del caballo sobre la que se coloca la montura. La presión ejercida por la misma favorece la atrofia de los músculos paravertebrales y del trapecio en su porción torácica.

Atrofia en «silla de montar».

Dorso correctamente musculado.

Una vez realizada esta primera observación pasaremos a comprobar las regiones corporales del caballo de manera más detenida y siguiendo un orden, de craneal a caudal y por ambos flancos, para evitar dejarnos ninguna zona sin revisar.

EL CABALLO EN ESTACIÓN

Regiones corporales y su correspondencia anatómica

Partes del caballo. Fuente: Wikipedia.

Las regiones corporales de los caballos están designadas por una serie de nombres que todo buen aficionado debe conocer perfectamente. Son las siguientes:

En la cabeza tenemos la nuca, las orejas o velas, el tupé, la frente, los ojos, la cara, los ollares, los belfos, los bigotes, la barbilla, el canal de la barbada, las quijadas y la garganta.

En la región retro mandibular encontramos unos bultos longitudinales que se corresponden con las glándulas salivales llamad0s parótidas.

En el cuello, crinera, crines, tablas y canal de la yugular.

En el tronco, cruz, dorso, riñones, espaldas, pecho, encuentros, paso de cincha, costillares, barriga, ijares o flancos.

En la extremidad anterior o mano, espalda, brazo, antebrazo, espejuelo, codo, rodilla, caña, menudillo, espolón, cernejas, cuartilla y casco.

En la extremidad posterior o pie, grupa, punta de anca, punta de nalga, maslo y cola, babilla, pierna, espejuelo, corvejón, punta del corvejón, caña, menudillo, espolón, cernejas, cuartilla y casco.

En algunos ejemplares se destacarán más que en otros los espolones, situados en la cara posterior de los menudillos y recubiertos por unos flecos de pelo que son los denominados cernejas.

En la cara medial de las extremidades anteriores y posteriores se hallan los espejuelos. Son unas zonas callosas reminiscencia del dedo perdido a lo largo del desarrollo evolutivo del caballo. Otros autores sostienen la hipótesis de que están relacionados con la circulación fetal.

Respecto al casco tenemos los siguientes nombres específicos: rodete coronario, muralla o tapa del casco, dividida a su vez en cuatro regiones: lumbres, hombros, cuartas partes y talones. En la cara plantar del casco tenemos la ranilla o golondrina, con su laguna central y acotada por las lagunas laterales, las barras o candados y la línea blanca. En la cara posterior del casco, sobre los talones, se encuentran los pulpejos.

Partes del casco del caballo. Fuente: fao.org

A continuación indicaré, de cada una de estas regiones corporales, su referencia anatómica.

Cabeza

En la cabeza encontramos las siguientes regiones corporales:

•    Nuca: la región nucal o nuca se corresponde anatómicamente con la articulación atlanto-occipital, es decir, la formada por el hueso occipital del cráneo y la primera vértebra cervical, el atlas. Las lesiones sufridas en esta zona pueden ponerse de manifiesto por la presencia de pelos blancos, lo que nos puede hacer pensar que en algún momento la cabezada de trabajo le causó una rozadura o pegó un tirón al caballo estando atado. Por la nuca pasará la testera de la cabezada de trabajo. A los caballos con nucas abultadas, por tener una mayor cantidad de grasa subcutánea en dicha región, les resulta más fácil quitarse la cabezada, tanto de cuadra como de trabajo, pudiendo llegar a hacerlo incluso durante la monta. En la nuca se encuentra la separación entre la crin y el flequillo, también denominada tupé, de longitud variable de unos individuos a otros y entre razas. El flequillo cae sobre la frente del caballo, pudiendo taparle los ojos, lo que ocurre sobre todo en los caballos españoles.

•    Frente: es el espacio situado entre el nacimiento del flequillo y por encima de los ojos. Tiene su correspondencia con el hueso frontal.

•    Ollares: son los orificios nasales. Tienen forma de coma invertida y carecen de pelos, son suaves y muy elásticos, pudiendo doblar su tamaño cuando el caballo resopla o realiza ejercicio de alta intensidad. En condiciones normales estarán secos y no presentarán secreción alguna.

•    Belfos: son los labios del caballo. Cuentan con gran movilidad, sobre todo el superior, pues presenta una protuberancia o probóscide, con el que son capaces de apartar y seleccionar el pasto e incluso manipular objetos. No es raro encontrarse con caballos capaces de abrir cerrojos y mosquetones. La longitud de la comisura labial es también un factor a tener en cuenta, ya que las bocas cortas son más difíciles de embocar.

•    Bigotes: son pelos con función sensorial y táctil. Están situados de manera que suplen la deficiencia visual que tienen los caballos justo delante de la cara y hasta unos 30-40 cm. A partir de esa distancia los equinos poseen con cierto grado de visión binocular. Por tanto, esos pelos no deben ser recortados de manera excesiva. También reciben este nombre los pelos situados sobre el labio superior de los caballos de raza Shire6.

•    Barbilla: justo debajo del labio inferior se encuentra esta masa muscular y, a continuación de la misma, el «canal de la barbada», que recibe este nombre por ser el alojamiento de la cadenilla del bocado. Debemos observar que esta zona esté sana, sin heridas. El ajuste correcto de la cabezada es esencial, siendo este uno de los detalles de mayor relevancia a tener en cuenta y que será explicados en capítulo aparte

•    Quijadas: están compuestas por las ramas mandibulares y los músculos maseteros. La separación entre ellas condiciona la capacidad de flexión nucal del caballo (plegar la cara durante la monta), ya que, si es muy estrecha, no podrá albergar la garganta y las presionarán.

•    Garganta: si fuera demasiado gruesa dificultará la flexión de la nuca del caballo, impidiendo la colocación adecuada del conjunto cabeza-cuello, y por tanto el correcto funcionamiento de la sinergia entre las cadenas flexoras y extensoras del cuerpo del animal.

Entre el arco mandibular y el cuello encontramos las glándulas salivales parotídeas o parótidas, que cobran cierta importancia a la hora de montar, ya que la flexión nucal estará condicionada por su tamaño. Si son muy gruesas se pinzarán entre el cuello y las mandíbulas, causando dolor.

Parótida de tamaño normal.

Parótida excesivamente grande.

Conviene hacer una mención especial a la odontología equina y la arquitectura de la cavidad oral. Al separar los labios de un caballo veremos los incisivos, de leche o permanentes, en función de la edad del animal; los colmillos inferiores (salen a partir de los cuatro años y medio) y los superiores (en este caso lo hacen a partir de los cinco).

En el supuesto de tratarse de un caballo adulto observaremos 6 incisivos superiores y 6 inferiores, 3 premolares y 3 molares en cada arcada dentaria.

Los cuatro incisivos centrales reciben el nombre de «pinzas», los 2 siguientes son los «medios» y los que les siguen los «extremos». Los colmillos inferiores se encuentran separados de los incisivos por un espacio de longitud variable. El espacio de encía que queda libre entre los colmillos inferiores y los premolares se denomina «barra». Sobre las barras irá alojada la embocadura a la distancia exacta y precisa para que su efecto sea óptimo y lo menos molesto posible para el caballo.