6,49 €
Nos vemos en Park Güell es un libro de poesía narrativa, que va contando una historia personal, en donde un viaje a Barcelona y una muerte familiar marcaron un momento muy importante de mi vida. Esta historia está narrada en 43 poemas y un plus con sabor a muerte. Nos vemos en Park Güell no solo cuenta con reflexiones sobre los idiomas, las costumbres y los sentimientos de emigrar a nuevas tierras, sino también encontrarán un poema en inglés y uno en italiano. Este libro en cierta manera trata de homenajear la belleza de Gaudí y de mantener viva la memoria de mi padre.
Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:
Seitenzahl: 45
M. SOL GONZÁLEZ
González, M. SolNos vemos en Park Güell : 43 poemas y una muerte / M. Sol González. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-5004-0
1. Poesía. I. Título.CDD A861
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Carta
Control – Ni un espacio de más
Houdini
Ida y Vuelta
Primera parada: Horta
Comtal 9
Prohibido acercarse
Sant Jordi
Identitat
Mercado de la Boquería
Guapa
Night Out
Depende de la suerte
Te pensé en Sitges
Quisiera lo que no puedo
¿Por qué?
Sin S
De Temperley al mundo
Catherine and Stephen
Simona e gli italiani
Palabras en mente y alma
El Trencadís
¿Qué hora es?
La Espera
Y ya me vuelvo
Píntalo de negro
Fue la noche más oscuray la tristeza más triste
La soledad
Me conformo con soñarte
A la deriva
Escapar
Borrón y cuenta nueva
Éxtasis
Recaída
La visita
No hay nada
Corona de adviento
Stan Laurel
El Cricket
La cueva
Yo, mi Dios
Aura
Nos vemos en Park Güell
El arte en cualquiera de sus formas nos salva la vida, amor por Barcelona, Gaudí y mi Trencadís.
Ricardo E. González, siempre en mi corazón.
No voy a olvidar
la dureza de tus palabras
aquella tarde en el parque Rivadavia
cuando solo me faltaban unos meses para viajar.
Fue doloroso
pero directo
una de las pocas veces
que tu voz
sonó sincera.
Recuerdo sentirme ridícula
estar en esa posición
en donde
el tiempo pasaría
y curaría todo el dolor que esto me ocasionaba.
Pero también recuerdo
sentirme indefensa
porque vos eras
y yo en ese preciso momento
no era.
No era nada
ni nadie
y
cargaba con tanto.
Con el tiempo
tu desconsideración logró
que tuviera una relación diferente
con quien quisiese mi compañía.
Permanecimos sentados en el pasto
un largo tiempo
con la mirada al vacío
como si te hubieses quitado un peso de encima
y yo
como si hubiese escuchado
una horrible confesión.
Sobre todo
cuando luego decidiste todo lo contrario
cambiaste tu discurso completamente
y me convertiste en el amor de tu vida
una vez más
el día de las lágrimas
en el aeropuerto.
Entro en contradicción
necesito tener algo bajo control
es en vano
todo se escapa de mis manos
como hielo entre los dedos
siento fuego
nada puedo hacer
más que respirar profundo
y aguantar estas llagas.
Para cerrar los ojos
y no sentir ese sonido ensordecedor
de las propias palabras
del futuro que no sé si habrá
de la dualidad de las acciones que se puedan pensar
todos los escenarios se ven fatales.
Intentaré sentir algo
que me haga tener el control
sé que puede ser destructivo
pero también me hace sentir mejor.
Hoy,
un combustible menos
y así poder aguantar,
sentir en algún momento esa desesperación
cual adicción
pero controlarla
porque debo poder tener algo bajo control.
Si todo sigue así
reduciré aún más mi apuesta
de 3 la llevaré a 2
caminaré hasta el infinito
allí, donde las piernas me ardan
y cuente en mi cabeza todo lo que puedo controlar.
Qué día productivo
cuando siento
que todo está en mi mente
puedo tomarlo o dejarlo.
Entonces,
se comienzan a vislumbrar detalles
comentarios
halagos.
Tener el control trae más beneficios que castigos
lo seguiré haciendo
infinito.
Tampoco tengo que fingir demasiado
tanto sucede a mi alrededor que nadie le presta atención
a esta sombra que crece
que se alegra
cuando llega la noche con estómago crujiente
y siente otra victoria.
Ya en las últimas instancias
de 2 pasé a 1
y 1 a duras penas
pero para esta altura ese control era lo único que pasaba por mi mente
y seguía escuchando comentarios
pero nunca críticas
se suponía que atravesaba un momento triste.
Recuerdo que por momentos era tan fuerte el autocontrol
que lloraba,
caminaba de un lado al otro,
me lavaba los dientes
una y otra vez
para que eso me diera un sabor
un sabor que hacía tiempo había huido de mi boca.
No había nada
era todo gris
pero yo obtenía lo que quería
aunque ya desaparecía
y solo fumaba
para pasar el rato.
Se tornó una nube confusa
borrosa
en donde eso ocupaba todos los instantes del día
¿cómo hacer para engañar al tiempo?
¿en qué cosas ocupar mi cabeza?
¿de qué manera evitar comentarios?
Una sola vez a la semana
y por un momento del día
dejaba esa preocupación a un lado
y daba rienda suelta
a tantos sabores y olores ya olvidados
lo hacía para compartir ese momento
para tener algo que recordar
además, ahí también yo decidía
si era sí o no.
Iba atardeciendo el tiempo
ya pronto partiría a Barcelona
otras serían mis ocupaciones.
Ya que,
apenas llegada,
toda esa destrucción
quedó a un costado
como si nunca hubiese existido
como si tan solo me hubiese ayudado a transitar un momento.
Con el pasar de los años,
muchas veces regresé a ese sistema
nunca lo hice durante tanto tiempo
pero sí
al regresar
caí en el mismo patrón.
Nuevamente,
el autocontrol.
Algo
siempre necesito algo
que controle esta ansiedad.