Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Nova sigue en busca de los dos hombres que atracaron la joyería y la metieron en la cárcel por un crimen que no cometió. Repasa las cintas de las cámaras de seguridad día tras día, convencida de que algo se le escapa, en busca de algún pequeño detalle que le pueda dar una pista. La nueva dependienta en su viejo trabajo, la bella Elvira, le ayuda a intentar llegar a la solución del caso. ¿Quizás ella sabe algo que Nova desconoce? Resulta que Elvira le enseñará una o dos cosas, y no solo en relación al caso... ¿Descubrirá Nova la verdad? ¿Qué tendrá que hacer para lograrlo? Este es el segundo episodio de la serie sobre Nova. Jugo es un relato breve del genero erótico negro —un thriller de ficción con destellos de erotismo.-
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 28
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Ähnliche
Emma Silver
Nova 2: Jugo
LUST
Nova 2: Jugo
Original title:
Nova 2: Saft
Translated by Cymbeline Núñez
Copyright © 2019 Emma Silver, 2020 LUST
All rights reserved ISBN 9788726313673
1st ebook edition, 2020. Format: Epub 2.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrieval system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
LUST
Nova 2: Jugo
Nova se preguntó qué es lo que acababa de suceder. Había tenido sexo por primera vez en tres años; había tenido sexo por primera vez desde que salió de la cárcel. Fue fantástico, mucho mejor de lo que ella recordaba. Y aun así, Gio le dejó mal sabor de boca. Le dio justo lo que ella necesitaba. Quería más y bien podría haberle pedido a su Latin lover que se lo diese. Pero necesitaba analizar lo que acababa de pasar. Tenía que volver a mirar el video de seguridad otra vez, el que mostraba el robo en la tienda.
Nova se levantó y preparó una gran cafetera. En el tiempo que se preparaba el café, se dio una ducha, que le hacía mucha falta. Dejó que el agua caliente le masajeara el cuerpo y disipara un poco el malestar que sentía. Al fin, decidió empezar su jornada.
Con un tazón enorme de café al lado, Nova encendió su computadora y clicó en el enlace del vídeo de seguridad. Los dos ladrones entraron, la amenazaron con una pistola cada uno, la obligaron a entrar en la habitación trasera donde estaba la caja de caudales, la obligaron a abrirla, la ataron y desaparecieron. Todo se había terminado en cuestión de minutos. Nova sintió cómo una oleada de pánico la invadía, igual que las últimas doscientas o trescientas veces que había visto el vídeo, una sensación que de alguna manera no estaba presente durante el robo.
Cierto, uno de los hombres se movía como lo hacía Gio. Hacía algo con los hombros mientras avanzaba, algo que ella nunca había visto que hiciese nadie más. Pero, ¿podía estar segura de que era él? Claro que no, razonó, pero esta era la primera vez que tenía algo real con lo que trabajar. Necesitaba hacer algo con esta información, investigar y averiguar si era cierta.
¿Era demasiado temprano para llamar a Gio sin dar la sensación de ser apremiante? Él se fue creyendo que seguía dormida y no le dejó una nota. Quizás no tenía interés en volver a verla. Le asaltó un pensamiento: ¿y si la reconocía a pesar de su cuerpo nuevo, en forma, y su pelo cobrizo, corto y estilo chico? Si realmente era culpable o si sabía quién era ella, quizás sólo quería investigarla. Hizo mucho más que eso, desde luego, pero se preguntaba qué conseguía él a cambio. Nunca lo mencionó y no le hizo una sola pregunta. En realidad, ninguno de los dos dijo mucho. Tuvieron sexo, se quedaron dormidos y luego Gio se despertó y se marchó.
Deseó poder ir a trabajar. Era un sábado y tenía el día libre en la librería donde trabajaba actualmente. El tiempo se habría pasado mucho más deprisa si tuviera alguna cosa en la cabeza. Cuando dieron las tres de la tarde, no se pudo contener más y le mandó un mensaje de texto a Gio.
«¿Has dormido bien?».
