Oficios Artísticos. Cestería - Caterina Hernàndez - E-Book

Oficios Artísticos. Cestería E-Book

Caterina Hernàndez

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Beschreibung

Este libro constituye una introducción práctica a la cestería. A partir de fotografías y textos claros y elocuentes se explica cómo se encuentran y preparan algunos materiales, se detallan diversas técnicas de elaboración de piezas con distintos materiales y se presentan algunos cesteros realizando varias piezas, paso a paso, para que cualquiera pueda seguir estos pasos y reproducir las piezas, inspirarse en ellas para crear algo distinto o simplemente comprender cómo están elaboradas. En las últimas páginas, en una galería de imágenes, se ofrece una breve muestra de lo que algunos artesanos y artistas actuales hacen con los materiales y las técnicas de cestería.

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Cestería

proyecto y realización de

Parramón Paidotribo

dirección editorial

Ma Fernanda Canal

ayudante editorial y archivo iconográfico

Ma Carmen Ramos

coordinación y textos

Caterina Hernàndez y Eva Pascual

realización de los ejercicios

Caterina Hernàndez, Roger Chinaud,Joan Farré, Mònica Guilera, Guillem Manetes,Raquel Serres y Rosario Vidiella

diseño de la colección

Josep Guasch

maquetación y compaginación

Estudi Guasch, S.L.

fotografías

Nos & Soto

Tercera edición

© 2016, ParramónPaidotribo

www.parramon.com

E-mail: [email protected]

ISBN: 978-84-342-2889-4

ISBN EPUB: 978-84-342-9979-5

Derechos exclusivos de edición para todo el mundo

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra mediante cualquier medio o procedimiento, comprendidos la impresión, la reprografía, el microfilm, el tratamiento informático o cualquier otro sistema, sin permiso escrito de la editorial.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.

Sumario

MATERIALES Y HERRAMIENTAS

Materiales

El mimbre y la sarga

El castaño

El avellano

La caña

La paja

La anea

El junco

Las hojas de palmera

El esparto

El ratán

El bambú

Otros materiales

Herramientas

Para cortar

Para pinchar, introducir, coser, separar…

Para fijar, sostener, medir, conformar…

Para hender

TÉCNICAS BÁSICAS

Técnicas para varas de madera

Base de cruz redonda

Base de cruz ovalada

Base lisa redonda

Base lisa ovalada

Los montantes

El tejido

El remate

Las asas

Técnicas para materiales más flexibles

El cosido en espiral

Trenzas y pleitas

El rombo

La hélice

PASO A PASO

Una espuerta de pleita de palma

Una caracolera de mimbre

Una cesta de mimbre y caña

Una panera en espiral

Una desca de tiras de castaño

Galería

Glosario

Bibliografía y agradecimientos

presentación

La cestería está despertando en la actualidad de un sueño que se inició con los orígenes de la humanidad y que la mantenía en el lugar más que digno pero siempre sombrío de los objetos utilitarios. Los siglos y el trabajo anónimo de todos los cesteros y cesteras de la historia han ido aportando granitos de arena a este arte, de forma que hoy en día una sola pieza es el compendio de todas sus experiencias: el mejor material vegetal posible entre los que ofrece una tierra, la técnica más apropiada para tejerlo y la forma perfecta para servirnos en cada una de nuestras actividades.

Todo ello, sin embargo, se ve cuestionado y amenazado por los sistemas de vida actuales, por el nuevo valor del tiempo y por mercadeos insensatos. Un mejor conocimiento y una nueva mirada sobre la cestería pueden redescubrir estos objetos utilitarios y hacer que se aprecie su auténtico valor estético y económico, histórico y ambiental, intelectual y humano: una pieza de cestería es un objeto caliente. En el apartado de herramientas y materiales, se relaciona la cestería con la naturaleza que proporciona la materia prima, en este caso con la vegetación propia del país de origen de las autoras, y se explica de manera práctica cómo se encuentran y preparan los distintos materiales. Asimismo, se ofrece una descripción detallada de algunas de las técnicas de elaboración de piezas de cestería. En los paso a paso se presenta a varios cesteros realizando objetos variados, con la finalidad de que sirvan de guía a quien desee reproducirlos o comprenderlos. Y desde la galería de imágenes de las últimas páginas se muestra brevemente cómo trabajan los materiales y aplican las técnicas los artistas y artesanos cesteros actuales.

Materiales y herramientas

Los materiales que se pueden entrelazar para realizar objetos de cestería son muchísimos. Aquí se ha hecho una selección territorial, representativa de las principales plantas útiles, que cada lector puede adaptar a su entorno vegetal a la luz de su tradición cestera. En cuanto a las herramientas necesarias para trabajar, lo indispensable es contar con un cuchillo, si bien algunos de los utensilios aquí presentados pueden facilitar la tarea y mejorar el resultado.

MATERIALES

El mimbre y la sarga

De algunos árboles y arbustos, especialmente si han sido podados, brotan cada año unas varas de longitud y grosor variables, leñosas pero lo bastante flexibles para tejer con ellas. En un paseo invernal cualquiera puede recoger varas de especies distintas: de avellano, rosal silvestre, olivo, olmo, abedul o fresno, entre otras. Cualquier ramita sin subdivisiones que, en verde, nos dé un par de vueltas alrededor de la mano (entre los nudillos y el pulgar), sin romperse, nos sirve. La cestería de varas es rígida y resistente, puede ser de tacto áspero o suave y el tallo puede trabajarse con piel o pelado. Entre estos vegetales, los mejores son algunas salicáceas llamadas comúnmente mimbre y sarga. Por su flexibilidad tras remojarlas y su rigidez una vez tejidas; por la longitud y fineza de las varas; por sus variados colores, variedades y tamaños; por su tradición de uso y el gran conocimiento que se tiene de ellas, constituyen un material central en cestería. Existen más de 300 variedades de Salix o sauce (Salix viminalis, Salix alba, Salix purpurea, Salix caprea…), de características similares pero no idénticas en cuanto a flexibilidad, color, textura, preferencias climáticas, etc. Crecen cerca de los ríos y lugares con agua, que es su única exigencia inexcusable. Reciben el nombre de sarga las variedades silvestres y arbustivas (Salix purpurea y Salix caprea, entre otras) que se encuentran en los cursos fluviales. El mimbre se obtiene de la mimbrera, que se cultiva para este fin (Salix albay Salix viminalis, principalmente, pero también de otras variedades). Es un árbol o arbusto de hoja caduca, lanceolada, que se suele podar radicalmente a pocos centímetros del suelo para obtener el mayor número posible de varas largas.

Mimbrera en verano.

Mimbrera en invierno.

Haces de mimbre y sarga.

Pieza tejida con mimbre y sarga de tres colores.

MIMBRE NEGRO

Es el mimbre cuando se utiliza tal cual, con la piel, sea ésta verdosa, grisácea, negruzca, marrón, rojiza o amarillenta. Se corta en invierno y se puede utilizar de inmediato; sin embargo, si se hace así, y dado que al secarse el mimbre se contrae, la pieza tejida queda poco firme. Es mejor dejarlo secar y remojarlo antes de usarlo. Para remojarlo se sumerge un haz de mimbre en un depósito de agua (sirve para tal fin una bañera que no se use o un pilón grande). El tiempo de remojo varía: una semana en verano y dos en invierno, aunque puede reducirse si se utiliza agua caliente. Excederse en el tiempo de remojo no es conveniente, pues la piel se desprende de forma irregular y el mimbre se vuelve quebradizo. Una vez remojado, se saca el haz del agua y se reserva envuelto en un plástico o una tela. El mimbre negro remojado mantiene la humedad y se puede trabajar durante una semana, si el clima no es muy seco, pero no es posible volver a utilizarlo una vez se ha secado, ya que un segundo remojo provoca el desprendimiento de la piel.

Varas de mimbre.

Sauce.

MIMBRE BLANCO

Es mimbre pelado. Se puede comprar así directamente; si no, para obtenerlo hay que recogerlo en primavera, cuando sube la savia, al brotar las hojas o justo antes. Entonces se toma un mimbre, se aprisiona la punta entre las dos partes de una ramita doblada y, manteniendo la ramita doblada y presionada, con la otra mano se desliza el mimbre, de la punta a la base, dentro del pelador. La piel se desprende completamente. Entonces se deja secar y se conserva hasta su uso. El mimbre blanco precisa un remojo mucho más breve que el negro: con unas cuatro horas (depende de la temperatura del agua y del grosor del mimbre) queda a punto para trabajar (mejor después de unas horas en reposo, envuelto en un plástico, impregnado pero no mojado). En contrapartida, se seca más rápidamente, y es frecuente tener que volver a remojarlo a mitad de la sesión de trabajo porque las puntas empiezan a quebrarse. El mimbre blanco no se estropea con un segundo remojo.

Sonajero de mimbre blanco.

Cestita redonda para huevos de mimbre blanco.

MIMBRE BUFF

Es otra variedad de mimbre sin piel disponible en el mercado. Tiene un color tostado y algo de brillo: se hierve con la piel y se pela después, cuando algunos de los componentes de esta piel han penetrado hasta el corazón de la vara y le han dado ese tono tostado. El mimbre buff precisa sólo dos o tres horas de remojo, más el mismo tiempo envuelto pero no sumergido.

Bandeja de mimbre buff.

Mimbre blanco y mimbre buff.

MIMBRE HENDIDO Y TIRETA

El mimbre también se puede trabajar en forma de tireta, obtenida de forma mecanizada y disponible en almacenes especializados, o bien dividiendo las varas longitudinalmente, en dos o en tres partes. Es lo que se llama hendido. De esta forma, el mimbre se comporta como la madera en tiras. Para hender hay que tomar varas más bien gruesas, recién cortadas de la mimbrera o remojadas (secas, se romperían), cortarles la punta con tijeras de podar y, con un cuchillo, hacer una primera apertura en la punta más fina para iniciar la partición. Se puede hender en dos utilizando sólo las manos y las rodillas: se toman las dos partes de la vara una con cada mano y se aprisiona el mimbre entre las rodillas; al tirar de las dos partes, separándolas, la vara se va dividiendo en dos partes iguales de la punta a la base. Para hender en tres existen los hendedores. Éstos se introducen en un primer corte practicado con un cuchillo y después, al avanzar, van separando la vara en tres tiras. Haciendo girar sobre sí mismos el mimbre y el hendedor o modificando la inclinación de éste, se controla la regularidad de la división. A falta de hendedor, esta operación se puede realizar con las puntas juntas del pulgar, el índice y el dedo medio. La tireta, al ser fina y no tener piel, queda remojada en poco tiempo, y se vuelve a secar también en un momento. El mimbre hendido, con piel, se impregna y se seca rápidamente, como si fuera mimbre blanco, pero no se puede volver a remojar porque perdería la piel.

Hendido en dos.

Tireta de mimbre y mimbre hendido.

Iniciando el hendido con un cuchillo.

Hendido en tres.

El castaño

Los tallos leñosos de algunos árboles, preparados en tiras, pueden tejerse para confeccionar piezas de cestería. El resultado es rígido, resistente y con el tacto de la madera sin tratar. En función de la fineza de la preparación de las tiras el aspecto de la pieza varía mucho, y también varía según se incluya o no la corteza en el trabajo. Se pueden trabajar de esta forma el castaño, el avellano, el roble, la mimosa y el sauce, entre otras maderas. Las tiras de madera se adquieren en tiendas especializadas (o por internet), o bien, aunque no es fácil, las puede preparar uno mismo. El castaño (Castanea sativa) es un árbol caducifolio que crece en climas entre templados y frescos, húmedos, libres de sequías. Para la cestería suelen usarse los brotes que aparecen cerca del tronco principal, que suben largos, rectos y sin ramas, preparados en forma de tiras. Estos brotes se cortan cuando tienen un diámetro entre dos y seis centímetros. Se pueden preparar y trabajar de inmediato, en verde, o bien almacenar para preparar más adelante. Si es así, se conservan sumergidos en agua, los gruesos, o en seco, los más finos. Para convertir las varas conservadas en tiras finas y manejables, se calienta en un horno durante varias horas la madera impregnada de agua; entonces, con un cuchillo, se separan unas láminas que siguen las venas de la madera y luego se alisan, haciendo pasar la tira entre la rodilla y el cuchillo. Las tiras se pueden conservar secas todo el tiempo necesario, pero hay que remojarlas para que adquieran flexibilidad antes de trabajarlas. El tiempo de remojo varía según su grosor.

Castaño.

Separando las venas de la madera con un hacha.

Cesta de castaño.

Cuévano de castaño.

El avellano

El avellano (Corylus avellana) crece en bosques de montaña y se cultiva, en secano o regadío, para la obtención del fruto, la avellana. Normalmente, crece en forma de varas aglutinadas sin un tronco diferenciado. En cestería se utiliza en varas (que no son flexibles como el mimbre y, por lo tanto, sólo hace posibles algunas de las operaciones que permite el mimbre) o, sobre todo, en tiras. La tira de avellano se obtiene de una forma sencilla y sin más utillaje que un cuchillo. Se corta una vara de las que salen directamente de la tierra, recta y sin ramificaciones, de un grosor entre uno y tres centímetros. Recién recogida, en verde, a mitad de la vara se hace un pequeño corte transversal de la profundidad que se desee para el grosor de una tira. Se toma la vara con una mano en cada lado del corte, se apoya en la rodilla por el lado opuesto a éste, y se dobla ligeramente. La curvatura separa hacia fuera un inicio de tira a partir del corte, y si se va desplazando el contacto de la rodilla con la vara hacia uno de los extremos, la tira se va separando longitudinalmente de la vara. Después se alisa, haciéndola correr aprisionada entre la rodilla y el cuchillo. De cada vara pueden salir varias tiras, que se dejan secar y se conservan el tiempo que haga falta, y se remojan cuando conviene tejerlas.

Varas de avellano.

Avellanos en invierno.

Cesta de avellano.

La caña

La caña (Arundo donax