Organizar la educación desde la concepción del niño - Guillermo E. G. Hassel - E-Book

Organizar la educación desde la concepción del niño E-Book

Guillermo E. G. Hassel

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Beschreibung

Educar es un proceso que requiere una organización que comprenda a todos en el más amplio sentido de la expresión. Nada ni nadie queda excluido de este maravilloso proceso.En esa enseñanza total, plena, iremos educando en valores, y no tendremos necesidad de enviar a niños a las cárceles para que se eduquen en la perversidad, en el delito, a través de la supuesta solución de bajar la edad de imputabilidad.Como indica la física cuántica que el futuro puede impactar en el presente, si dibujamos en el mapa de lo que vendrá los mejores deseos entonces tendremos una sociedad basada en el respeto, en el afecto, en la participación plena e inclusiva de cada uno, cumpliendo nuestros sueños.Este libro es mi proyección, que deseo compartir para iniciar el camino de una educación que se organice de manera diferente iniciándola desde la concepción misma del niño en el vientre de su madre.

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Seitenzahl: 175

Veröffentlichungsjahr: 2017

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dr. guillermo e. g. hassel

Organizar la Educación desde la concepción del niño

Editorial Autores de Argentina

Hassel, Guillermo Eduardo Germán

Organizar la educación desde la concepción del niño / Guillermo Eduardo Germán Hassel. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2017.

130 p. ; 20 x 14 cm.

ISBN xxx-xxx-xxx-xxx-x

1. Contenido de la Educación. 2. Educación en Valores. 3. Capacitación del Personal de Educación. I. Título.

CDD 370.114

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail: [email protected]

Coordinación de producción: Helena Maso Baldi

Diseño de maquetado: Maximiliano Nuttini

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina – Printed in Argentina

DEDICADO A MI ESPOSA ANGÉLICA BEATRÍZ PINTOS

QUIEN, AUN EN MOMENTOS DE SUFRIMIENTO

QUE LA LLEVÓ A PARTIR A LA CASA DEL SEÑOR,

CORRIGIÓ LOS BORRADORES DE ESTE LIBRO

EN EL QUE SE INCLUYEN APORTES SUSTANCIALES

DE SU PENSAMIENTO Y SU TRABAJO DOCENTE.

ÍNDICE

No sé la respuesta, pero sé dónde buscarla…

(ante la pregunta de un alumno, enseñando a utilizar los libros)

Albert Einstein

PRÓLOGO

PROFESIONALIZAR LA EDUCACIÓN

LAS EMPRESAS EDUCATIVAS

LA CALIDAD EDUCATIVA

CONTROL DE CONVENCIONALIDAD

ASPECTOS FILOSÓFICOS

EDUCACIÓN Y FÍSICA CUÁNTICA

UNA NUEVA VISIÓN

BIBLIOGRAFÍA

PRÓLOGO

Con el conocimiento se acrecientan las dudas.

Johann Wolfgang Goethe

Soy un defensor de la libertad individual, pero sabiendo que todos estamos interconectados, que formamos parte de un todo aún cuando seamos unidades únicas e irrepetibles. Defiendo tenazmente a la ciencia ya que ella me enseñó que no existen verdades absolutas, que la duda es el camino, que la vida debe defenderse como valor esencial e ineludible, porque sin vida no existe la ciencia. He aprendido que todo aquello que hagamos tiene influencia en nosotros y en nuestro entorno, ya que no existen decisiones que no tengan impacto en aquello infinitamente pequeño y en lo inconmensurablemente grande. Comprendí que, cuando observo, modifico aquello que estoy observando por cuya razón nunca podremos repetir acciones u oraciones, puesto que aún aquella simple suma que expresamos hoy es diferente en su verbalización a la de mañana.

Todo eso me hizo aceptar que educar es un proceso que requiere una organización que comprenda a todos. Cuando digo todos, incluyo al nasciturus, a su madre, al padre, a sus hermanos, la familia plena, la sociedad, la escuela… es decir, todos en el más amplio sentido de la expresión. Nada ni nadie queda excluido de este maravilloso proceso.

En esa enseñanza total, plena, iremos educando en valores, integrando las individualidades a ese cuerpo general conservando nuestras características. No tendremos necesidad de enviar a niños a las cárceles para que se eduquen en la perversidad, en el delito, a través de la supuesta solución de bajar la edad de imputabilidad, porque los educaremos en el amor, en la vida, en el respeto a la individualidad propia y ajena. Los integraremos al mundo manteniendo su cultura, su forma de ver el universo, sabiendo como indica la física cuántica que el futuro puede impactar en el presente y que si pensamos que serán delincuentes en el mañana esa proyección hará que sean de esa manera, pero que si dibujamos en el mapa de lo que vendrá los mejores deseos entonces tendremos una sociedad basada en el respeto, en el afecto, en la participación plena e inclusiva de cada uno, cumpliendo nuestros sueños.

Este libro es mi proyección, que deseo compartir para iniciar el camino de una educación que se organice de manera diferente, iniciándola desde la concepción misma del niño en el vientre de su madre.

POSADAS, agosto de 2017.

PROFESIONALIZAR LA EDUCACIÓN

“Cada época, cada cultura, cada costumbre y tradición tiene su estilo, sus ternuras y durezas peculiares, pero hay momentos en los que toda una generación se encuentra extraviada entre dos épocas, entre dos estilos de vida; de tal suerte que tiene que perder toda naturalidad, toda seguridad e inocencia”.

Hermann Hesse

Este libro busca fundamentalmente demostrar que uno de los caminos para solucionar los problemas nacionales y provinciales es dejar de suponer que los mismos se resumen en inconvenientes financieros o, en el mejor de los casos, económicos. Es decir, a partir del estudio de las escuelas como fundamento social para la transformación cultural y profundización del conocimiento como base para encontrar las soluciones derivadas del choque de dos épocas, se intenta proporcionar los elementos necesarios para cambiar la mentalidad, acordando en este aspecto que el único peligro, como indicara Sábato, “es paradójicamente una esperanza”, ya que es eso exactamente lo que se busca, mostrar que el cambio resultante a partir de esta propuesta es esperanzador.

Pero esa esperanza se hará realidad en la medida que logremos aplicar los principios de la buena administración, que significan que cada unidad escolar debe manejarse de manera independiente, atendiendo a sus realidades y cumpliendo con los objetivos establecidos. Es decir, no podemos seguir entendiendo a la escuela como un centro de recepción de órdenes masificadas sino una unidad con criterio propio, que responda cabalmente por las tareas realizadas y las metas fijadas. En este punto es pertinente recordar que “cuando se relativizan los valores, y la globalización aplasta con su poder y les impone una uniformidad arrogante, el ser humano, en su desconcierto, pierde el sentido de los valores y de sí mismo y ya no sabe en quien o en que creer” (Sábato).

Los nuevos paradigmas

Vivimos un período de profunda transición, “entre dos épocas”, que en ocasiones desorienta e incluso nos lleva a confundir diagnósticos. Los cambios son más radicales que nunca. Y los desafíos son mayores que los que plantearon la Revolución Industrial y las noticias por la Gran Depresión. Quizás sea por causa de la “sociedad líquida”1 donde las personas tienen crisis de identidad y de valores sin puntos de referencia ciertos, donde “el único modo de conseguir reconocimiento social es hacerse ver a cualquier costo”.2

Estos cambios nos exigen examinar los nuevos paradigmas de la realidad, porque los vigentes hasta el siglo XX están siendo superados, ya que “todavía no tenemos ideas precisas sobre cómo conciliar el bienestar colectivo, el porvenir de los jóvenes, la superpoblación del mundo y la prolongación de la vida”3. En este nuevo siglo, tendremos que preocuparnos por lo que afecta al desenvolvimiento de las instituciones, no exclusivamente desde el punto de vista financiero o económico, sino especialmente desde el punto de vista cultural y administrativo, remarcando que la moral ocupa un lugar preponderante en la organización puesto que los individuos pueden fallar moralmente pero las organizaciones no y dentro de ese contexto es moralmente inaceptable seguir sosteniendo un modelo obsoleto de administración educativa que no considere las singularidades de cada zona o sector social donde se desenvuelve la escuela.

Es que existen muchos planteamientos, en especial a partir de la teoría cuántica, que nos llevan a dudar de todo lo conocido, incluyendo la insólita idea que manejan algunos físicos teóricos, de que las influencias pueden viajar hacia atrás en el tiempo (del futuro al pasado). Ellos están estudiando la “retrocausalidad”, porque permitiría resolver algunos problemas dentro del campo de la física cuántica. Hasta con esta posibilidad debemos enfrentarnos: si ciertos supuestos razonables se cumplen, entonces la teoría cuántica debería ser retrocausal (donde el futuro influye en el pasado) aspecto que podría implicar que la “causación” puede ir tanto hacia atrás como hacia adelante en el tiempo, permitiendo que un efecto preceda a su causa4.

Sin embargo, es dable tener presente que los viejos cánones siguen en pie, pero están dejando de tener validez. “Antes nos interesaba mucho el pasado porque las noticias sobre el presente no abundaban”5, pero actualmente medimos las cuestiones en función de sus proyecciones futuras dejando de lado la trayectoria personal o institucional, como si renunciáramos, lamentablemente, a extraer del pasado una lección para la actualidad, e incluso muchos afirman que el dicho que “la historia es maestra de vida” es una falacia, casi un disparate arcaico. Por lo tanto, deberemos repensarlos y formular nuevos que estén en sintonía con las realidades del siglo XXI y, justamente, este es uno de los objetivos de esta propuesta, la formulación de nuevos cánones para el funcionamiento y la administración de las escuelas en su nuevo rol y en un todo de acuerdo con las pautas fijadas por el recientemente sancionado Código Civil y Comercial de la Argentina.

En primer lugar, en general y en el caso específico de la transformación de las escuelas, las habilidades de organización deberán ser aplicadas a actividades que no eran consideradas empresas en el sentido amplio, como gobierno, salud, las profesiones y la educación y, obviamente, no podrá considerarse siquiera la idea que sólo hay una forma correcta de organización o que las jerarquías han desaparecido.

Los equipos a veces no tienen la capacidad de tomar decisiones y los líderes con gran personalidad necesitan sucesores. Cada organización debe, por lo tanto, encontrar su propia forma en lugar de tomarla de una estantería siguiendo las indicaciones de un ente centralizado que intenta establecer modelos mediante circulares. Esto implica cambios culturales profundos donde los directores o rectores dejan de ser tales para pasar a liderar, inspirando a la organización. En consecuencia, los docentes necesitan ser tratados no como si fueran meros empleados, ya que en su esencia quieren más que un pago a fin de mes; buscan y concretan un trabajo interesante y fundamental, que les debe dar satisfacción vinculadas al crecimiento del conocimiento de manera permanente.

Otro de los nuevos paradigmas que se analizan en esta nota es que las innovaciones de las organizaciones educativas provienen tanto del interior como del exterior de la actividad. En consecuencia, las mismas cada vez más, deberán observar a un grupo más grande y basar sus políticas en lo que ese grupo elige hacer en el marco de una creciente interacción con independencia y atendiendo a las particularidades sectoriales. Es decir, se deberá tener presente que la conducción tiene un alcance que supera los límites de la organización y está sometido, pero no definido por barreras políticas nacionales e internacionales.

Viejos y nuevos

En este extravío entre dos épocas, al decir de Hesse, demostramos que la transformación de las escuelas en empresas de servicios educativos debe tener presente que actualmente los principios de la buena administración son aplicables a todas las organizaciones. Además, se consideraba anteriormente la necesidad de una adecuada estructura organizacional determinada por “las autoridades” cuando actualmente se impone le búsqueda del tipo de organización que se adecue a la tarea y la realidad particular de cada organización educativa, donde a la gente no se la maneja, sino que el rector la lidera y donde el alcance de ese gerenciamiento deja de estar definido legalmente para serlo operacionalmente.

Es en dicho contexto de la tendencia a “un mundo uno” que debemos tener presente al planeamiento estratégico. Esa es la herramienta para enfrentar los desafíos que impone la globalización en sus distintas dimensiones, ofreciendo instrumentos conceptuales y prácticos para la acción, que sigue los acontecimientos y trata comprender lo nuevo.

El planeamiento estratégico persigue pensar sistemáticamente sobre el desarrollo de los acontecimientos, intentando distinguir lo esencial de lo accesorio porque allí es donde se decide el éxito o el fracaso. Esto implica “descubrir lo esencial para marcar la tendencia central de los acontecimientos, en la búsqueda del real sentido de cada época histórica”6.

Estructura del sistema educativo

Si se asume la educación en su dimensión social y permanente, el sistema educativo del país debe comprender los servicios y las ofertas formales y no formales. Debe estar referido a todos y a cada uno de los miembros de la comunidad, cualquiera sea su edad, su condición social, su nivel de aptitud y la capacitación alcanzada. Además, debe incluir las actividades sistemáticas y para-sistemáticas, las de formación general y las de formación profesional, las de grado y las de postgrado, las de reciclaje y las recurrentes, las convencionales y las que no lo son; en suma, el conjunto de la actividad educativa, con todos los agentes y con todos los protagonistas.

El perfeccionamiento docente, la incorporación de nuevas técnicas laborales y la actualización cultural han de integrar los modos de funcionamiento habituales de los sistemas educativos y de los servicios no formales. La educación permanente debe comenzar por ser realidad en los educadores. Esos educadores incluyen necesariamente a los sindicatos de docentes, organizaciones que deben revestir una importancia decisiva para la calidad de la educación y mantener relaciones de trabajo positivas con el gobierno y los empleadores locales del sector de la educación, ya que los países que logran los mejores resultados tienen sindicatos fuertes que participan en la formulación de la agenda, proporcionando información importante sobre las condiciones de la enseñanza y el aprendizaje y pueden promover la innovación7.

La integración de las antinomias

La escuela no puede ni debe eludir la necesidad de superar las contradicciones. Pero no es la única responsable, ni su acción aislada es suficiente. Sus preocupaciones centrales son problemas que debe afrontar la comunidad entera, en particular a través de sus dirigentes. Ha ocurrido con demasiada frecuencia que la incapacidad o el desinterés por resolverlos en el ámbito social, económico y político, han derivado en la asignación a la escuela y al maestro de funciones y deberes que están más allá de su real aptitud de respuesta.

La mayoría de las conducciones políticas, por ejemplo, atribuyeron a la escuela, y solamente a ella, la realización de la “igualdad de oportunidades”; mientras mantenían intactas las estructuras económicas y sociales donde anidan las causas de la “desigualdad de posibilidades”.

Educación y desarrollo

En consecuencia, como resultado de esta propuesta y siguiendo lineamientos generales que van más allá de la propuesta específica de este documento, deberán transformarse radicalmente todos los currículos vigentes, de los diversos niveles y modalidades, para que en sus objetivos y contenidos se incorporen los temas fundamentales y actuales de la realidad nacional y los del avance científico, tecnológico y cultural, para lograr de esta manera una estructuración con la transformación de escuela en empresa educativa.

Se trata, también, de no aspirar a productos terminados en precisas o sucesivas etapas de la vida. Esto significa que la persona educada da paso ahora a la persona constantemente educable.

Deberá aplicarse con eficacia la fórmula de “aprender a aprender” y de ganar instrumentos idóneos para el inexorable tiempo de la educación permanente.

Habrá que posibilitar la progresiva incorporación de nueva tecnología educativa a través de mecanismos de participación y financiamiento comunitario (empresarial, sindical, de los nucleamientos intermedios, entre otros elementos) y con ella, la capacitación y la concientización del nuevo rol de esa tecnología en el proceso educativo. Todo esto sin dejar de considerar la potencial influencia de medios tecnológicos en el incremento de comportamientos agresivos que se suman a otras causas que también deben ser socialmente atendidas como los entornos domésticos abusivos, utilización de sustancias tóxicas y otros temas que solamente pueden resolverse con la participación activa y permanente de todos los actores relacionados con la educación, que van desde la madre y su familia hasta la sociedad en general, pasando por la escuela y demás actores8.

Esto significa estimular un proceso que vaya diferenciando las tareas de administración escolar de las específicamente educativas, aunque siempre complementarias, para que convoquen a los que protagonizan, de un modo u otro, el proceso, para que sirvan mutuamente, se actualicen en el plano profesional y cultural y asuman los desafíos de la innovación permanente.

Es que aquello que distingue a esta nueva etapa ya no es la aplicación del conocimiento científico a la producción. Eso fue siempre, en realidad, una de las características estructurales de la economía capitalista, como señala Jorge Castro. Tampoco es distintivo el dato de la aceleración de los descubrimientos científicos y de las innovaciones tecnológicas. “Lo verdaderamente novedoso es el hecho de que el conocimiento científico y el desarrollo tecnológico se aplican en forma sistemática a sí mismos. O sea que hay un fenómeno de retroalimentación del conocimiento científico y tecnológico sobre el propio conocimiento”9.

El resultado de esta novedad histórica es que hay un acercamiento entre el mundo de la economía y el mundo de la cultura como nunca se había experimentado antes en la historia de las sociedades modernas. Por eso hoy se habla de sociedad del conocimiento.

La educación y la escuela

Actualmente se hace evidente que la educación no se agota en la escuela, ni está limitada a períodos formales y a determinadas etapas en la vida del educando. La educación se liberó de los segmentos de niveles y modalidades del calendario y se desplegó en la vida completa del ser humano y, desde el pequeño escenario del aula, se abrió a la geografía mayor de la vida social y la realidad que, de aquí en más, serán decisivas en las motivaciones, en la formación, en el estímulo y el enriquecimiento de las aptitudes y los conocimientos del hombre contemporáneo.

Por consiguiente, aparecen como nuevos protagonistaslos que están fuera de la escuela, los que viven el proceso económico y social, los que trabajan, los que deciden, los que esperan. El protagonismo pasa de la docencia a la comunidad y a los sectores sociales, y el fenómeno educativo se despliega como tarea, como responsabilidad, como expectativa, como producto, como desafío histórico, a la sociedad entera.

Consecuentemente es inadmisible seguir manteniendo estructuras escolares superadas por la realidad por cuya causa las mismas se deben transformar en unidades escolares siguiendo los parámetros de organizaciones educativas. Se debe tener en especial consideración la responsabilidad social de las empresas educativas y las normas fijadas en ese sentido por las organizaciones internacionales.

Es decir, junto a los docentes, estarán toda la trama interdisciplinaria y todos los sectores sociales, tanto en el nivel de decisión como en la tarea educadora, con calendario escolar y sin él, con semanas de siete días y años de 365. Esto implica una sustancial modificación de la administración escolar basada en 9 meses de actividad en las aulas exclusivamente, con 3 meses de vacaciones, cuando en realidad la vida de una Nación no se detiene porque así lo indique un vetusto calendario escolar. Tampoco se detiene dentro de los muros de la entidad educativa, sino que todo conforma un sistema, donde interactúan docentes, alumnos, familia, proveedores, comunidad, gobierno y, en general, toda la sociedad.

Esos cambios indican el pase de un sistema de información y de decisiones absolutamente centralizadas e intuitivas, donde predominan valores como la confianza y la lealtad, a otro profesionalizado, con diferentes unidades estratégicas y operativas que toman decisiones de manera descentralizada con un sistema central que controla ciertas políticas y prácticas comunes a toda la organización educativa. Ese salto a la profesionalización significa cambios en la estrategia, en los trabajadores de todos los niveles que incluyen los sistemas de reconocimientos y en los sistemas de información y los procesos, avanzando de manera mancomunada hacia las metas organizacionales.

La economía y la ciencia

El fabuloso progreso de la ciencia contemporánea ha provocado una verdadera explosión de conocimientos que obliga a replantear los conceptos básicos de la función educativa y de la tarea docente.

El conocimiento se acumula con tal velocidad y volumen que no puede ser impartido por los recintos pedagógicos, a través de los medios tradicionales.

Esta vigencia exige reformular el verdadero propósito de la educación.

La función de la estructura educativa y del docente no puede seguir siendo sólo la de transmitir conocimientos, sino fundamentalmente la de guiar y ayudar al individuo a que descubra lo esencial de las diversas disciplinas y aprehenda los principios y los métodos que lo habiliten para ampliar por su cuenta los conocimientos al ritmo de los nuevos aportes científicos.

La educación se convierte así en el proceso de aprender a aprender. El cambio consiste en que además de producir una persona educada, y por encima de esto, se forme una persona educable, para que pueda adaptarse, permanentemente y a lo largo de toda su vida a la transformación incesante y actuar en ella como elemento –motor social–, dinámico y creativo.

Pero estos perfiles no completan el panorama. Por un lado, recae sobre ella la tarea de preservar la herencia cultural, las normas existentes y las tradiciones. Por el otro, se la designa agente de innovación, estimuladora de la imaginación creadora de los individuos y vehículo de las motivaciones y los conocimientos necesarios para continuar la producción del cambio.

Todo teniendo en consideración que el crecimiento y el desarrollo requiere poner foco en el futuro, surgiendo de esta manera la imprescindible tarea de planificar y controlar para lo cual se debe contar con información confiable en tiempo real.

El valor económico de la educación

Cuando se habla del valor económico de la educación, se corre el riesgo de que alguien interprete que se trata de valorar la educación exclusivamente en función del rendimiento y el grado de provecho en el área de las fuerzas productivas.

Vincular la educación con los requerimientos del sistema productivo y el desarrollo económico tiene por objeto verter claridad sobre las prioridades educativas y por añadidura, otorgar certeza en la distribución de las partidas presupuestarias. No es un criterio absoluto. Es una orientación que no pretende ser excluyente. Los gobiernos imbuidos de la más firme determinación de poner en marcha una política de desarrollo nacional no descuidan –ni deben hacerlo– los aspectos de la educación y la cultura que constituyen la formación básica.

En un país subdesarrollado, como lo es la Argentina, existe una primera prioridad, que es la de romper los nexos de dominación que atan al factor externo y consolidar un mecanismo nacional de decisiones.

El desarrollo económico redundará en condiciones materiales que estimularán la creación intelectual y la extensión y elevación de la enseñanza, lo cual, a su vez, dinamizará el proceso de construcción de la base material de la nacionalidad y afianzará la condición de nación.

Ambos procesos –desarrollo económico y desarrollo cultural– son complementarios, simultáneos y se influyen recíprocamente.