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Estos poemas y relatos son el camino de los últimos veinte años de mi vida, en los que las palabras me encontraron y dejaron que las desparrame en alguna hoja en blanco que me pusiera delante. Así es como he escrito con el corazón quebrado, tratando de rearmarlo a través de la mirada nublada por las lágrimas, he escrito agradecida y enamorada de alguna ilusión algunas veces y de la certeza del amor, otras. He persistido en algún sentimiento por mucho tiempo, buscando diferentes imágenes de cómo se podría representar. He escrito reflexionando y en cada punto final, asentaba ese nuevo lugar de aprendizaje donde me encontraba. Las palabras me inflaron el pecho y salieron de su jaula cada vez que las necesité. Hoy están listas para convertirse en una nueva historia, ante los ojos y el sentimiento de quien las lea. Estas palabras salen, se comparten y dejan de ser tan sólo mi poesía. Ahora serán palabras al viento, armando la poesía de alguien más.
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Seitenzahl: 178
Veröffentlichungsjahr: 2016
Vanina Kuszczyc
Palabras
- poemas y relatos breves -
Kuszczyc, Vanina
Palabras / Vanina Kuszczyc. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2015.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-711-466-9
1. Antología de Cuentos. 2. Antología de Textos. I. Título.
CDD A863
Gracias…
a Zaiper, por enseñarme: siempre seré tu discípula poeta
a mis padres y hermana, por confiar y acompañar
a Nik, por cambiarme la vida, por recordarme siempre la sonrisa
a los amigos: los que leen, los que escriben, los que viajan
“Porque ha pasado que historia se convierte en palabras;
ha pasado que el mundo se convierte en palabras;
ha pasado que todo se convierte en palabras,
palabras, palabras, palabras a granel.”
Silvio Rodriguez - Palabras (1970)
Para que aparezca el arte, nosotros debemos desaparecer.
Stephen Nachmanovich – Free play
Lo que niegas te somete. Lo que aceptas, te transforma.
(Dicho popular)
Índice
Buen viaje
Lágrimas en la nieve
Anoche
En el vacío
Para mi amor
Un deseo
En la espera
Descubriemiento
Volver a nacer
No se ve
Alegría
Destiempo
Algo triste
El tiempo
Disfrutar
Ida y vuelta
Ser
Un rincón en el mundo
Por qué se extraña
Construir
Pedacito de cielo
¡Es una varón!
Quédate
De a dos
Llegó el momento
Fotopalabra
Gaviota herida
Una caricia sensual
Desde el medio del desierto
Azul
Perdido
Cambiar algo
Atemporal
Vivir de viaje
Magia
Retrato de utopia
Vagabundo (Rolling Stone)
Abril
Vigilia
Embrumados
Certezas
Arte
Noche
Cartas de amor y locura
Por ella
Dos palabras
La verdad conspira
Sentir la vida de la vida
Regreso
Complemento
Desdicha
Un suicidio
Conclusiones
Hastío
Dulce miel
La esperanza
Para dar
No alcanza la magia
Herido
Dolor
Conmigo a volar
Vivir
Vale la pena
Diez
Potencial
Más lejos que yo
Un constante cambiar
Llover
Sí
Extraño ser
Pienso
(Sin título)
Fragmento
Autorretrato
Con mi voz
Ideas
Salir salir salir
Cada intento
El día que llegará
No más
Sueños
Penumbra
Duelo
Presente
Una buena vista
Centinela
Andando
Tengo que dejarlo
Desde la oscuridad
Arco iris
Miedo
Diez años más
En tus manos
Deseo
Volver
Breve
Bolsas
Lejos de la vida
Todavía
Decir tu nombre
La noche de hoy
Herido
Maravillosos momentos
Tus tiempos
Reencuentro
De ese lado del mundo
El abuelo
Dimensión de la vida
La noche más oscura
Un plan
De mis manos
Cada vez que te pienso
Un camino sin sentido
En una vía de tren
Despojada
La marea
Se vende
Poema para ella
La razón de un encierro
Un lago
Un día
Tu corazón en el mío
Buen viaje
¿Quién se atreve a viajar en soledad?
Quién se anima a encontrar el misterio de sus propios ecos, sus murmuraciones, los sonidos y las huellas de sus pasos. Quién se anima a que nadie lo persiga y lo cuestione. A que nadie lo tome de la cintura o apoye su mano en un hombro. Quién pretende no aburrirse de su propia sombra en el camino. Ser el único en las fotos.
Quién le hace frente con sólo un par de oídos a los sonidos de aventura en cada esquina. A quién le basta sólo con un par de ojos.
Quién pretende frotar sus manos para quitarse el frío, o a calentar el cuerpo nada más que con alguna ropa de abrigo. Quién no le teme a la locura de las charlas en el espejo o a las decisiones consultadas con la propia conciencia.
¿Quién se anima? ¿Quién le hace frente?
El viaje de pronto es la obligación de hacer el viaje. Es una soledad amarga, pero su sabor no molesta. Es cuando se acepta el camino tal y como pareciera que quiera estar.
Y el viajero solitario hace carne su destino y brindará su persona como ejemplo, cuando escuche la pregunta: ¿Quién se atreve a viajar en soledad?
Lágrimas en la nieve
Tenía en los ojos la mirada de una niña.
Llevaba en el alma una revolución de emociones. Tenía bajo la piel todavía, la sangre caliente, revuelta.
Estaba de pie junto a la cama, aunque aún parecía un sueño. Durante la noche había estado acompañada. Ya era de mañana y estaba sola. Pero cargaba sobre el pecho con su transpiración. Y sentía que el pubis no era el mismo que en el día anterior. Y la boca tan sólo tenía otro sabor.
Tenía en los ojos la mirada de una niña.
Sabía que la noche había sido corta, como corto había sido encontrar el placer.
Tenía el alma cargada de emociones, como las que habían ardido en esa cama. No podía pedir más, como tampoco había pedido esa noche. Era increíble ver los sueños hechos realidad.
Tenía en el alma el frío de la piedra y el calor de su cuerpo.
Sabía que allá afuera una ciudad invitaba a vivirla. Una hermosa ciudad.
Con todo ese bagaje sobre los veinte años, sabía que allá afuera había otro sueño por conocer. Uno pequeño.
Corrí las cortinas que cubrían las ventanas, los cristales testigos del cuarto donde se unieron todos los sueños, y al correrlas allí estaba.
La nieve.
Pálida, como esta piel ahora nueva.
La nieve.
Caía sobre la copa de los árboles y los techos de las casas. Esa era la sensación de vivir. Y en ese momento de soledad, mis ojos intentaban verlo todo, pero ya no con la mirada de una niña.
Anoche
Una lágrima que no deja de caer.
La imagen de un cuerpo retorciéndose entre las sábanas y la furia de no poder escapar de ellas sin dolor. Toda una alegría desecha en mil pedazos y un aguijón inyectando más sangre en la herida abierta.
El deseo de un final que no termina.
Caminó la noche, la última, la que acaba de pasar, con la lentitud de la paciencia y la bronca de la ansiedad. Ahora los ojos le arden, una lágrima de fuego le quema la mejilla y el corazón hinchado de dolor, le aplasta las entrañas.
No resiste, sino por el aire que respira.
En el vacío
Julia levanta la vista desorbitada y se toma la cabeza. Entrelaza los dedos entre su cabello y tira con fuerza hacia atrás. Los ojos inyectados en sangre... vena por vena de la órbita de sus ojos le quema, le arde.
Julia ya pensó demasiado y ahora necesita comenzar a entender. Busca en medio de la música que la rodea un hueco para salir. Suelta su cabeza. El cabello está tan seco...
Julia está casi demente, al fin empieza a enloquecer. Hay muchas puertas que no puede abrir. ¡Golpea fuerte Julia! Le tiemblan las manos pero no tiene fuerza para cerrar el puño y golpear. No abren... ¡No abren las puertas! Es como en un sueño.
Julia mira su sombra proyectada en mil direcciones. ¿De dónde viene la luz? Quiere encontrase con su sombra y las persigue a todas. Cae de rodillas, se recuesta sobre el suelo, en posición de feto. Y llora un poco, sin que haga eco. Ahora se reincorpora. Todo es blanco, siempre después del llanto se aclara la verdad. Se enfrenta a su miedo a morir, entra en la pesadilla que le carcome las ganas de seguir viviendo.
Julia respira agitada, quiere volar pero... ¿dónde están las alas? Y desde ese suelo firme que no puede dejar de pisar, pretende entender la locura del vacío, de las puertas, del hueco en la música, de reír, de llorar. Julia dice que está loca y algunos le creen cuando la ven volar.
La puerta que se abrió tiene detrás una guitarra. Siempre los mismos acordes son los que la hacen vibrar. Julia está loca y algunos lo creen, cuando la ven cantar.
Otra puerta se abre y siente el sudor de un cuerpo sin amor que la espera. Cuerpo sin amor para poder amar.
Julia hoy juega a las escondidas con la realidad porque grita ¡piedra libre! a su verdad. Pero... ¿cuál es la ficha que hay que mover ahora?
¡Golpea fuerte Julia! Las puertas se cerraron y tu sombra está partida en mil pedazos y la sangre te quema en los ojos y la música y la guitarra y los versos y los besos y ese cuerpo y las puertas y... caer de rodillas y volver al vientre para no nacer nunca más.
Parece que estás tan loca, Julia, que algún día te escucharán.
Para mi amor
Si supieras cuánto te amo
cuánto quisiera estar contigo
mirarte, acariciarte
sólo tenerte cerca mio.
Eres un amor que nunca tendré
y habrá tantas diciendo lo mismo
que ni te darías cuenta
de lo insignificante que soy.
Pero quizás algún día sea tuya
aunque sea en la imaginación
me dirás “te quiero”
me amarás con todo tu corazón.
Y si llegaras a mirar mis ojos
verías que esto es amor
porque las lágrimas que derraman ellos
por ti tan sólo son
mi amor.
Un deseo
Las agujas se mueven en el reloj
el tiempo pasa
la vida cambia a mi alrededor.
El tiempo eres tú.
Pero no son tus besos
ni el azul de tus ojos
lo que todo cambió.
Si no tus huellas
no las dejadas en mis labios
ni en mis pupilas
no.
Si no aquellas que me dan un rumbo
un camino
que me dan una pauta
un destino.
Son marcas que marcan un tiempo:
mi tiempo
y no el que me queda
si no el que está por venir.
Un cambio
un verdadero cambio
es duro
no puedo.
Llorar
para borrar con lágrimas tus huellas
y tratar, sin tenerlas
de andar sola este camino
que ayer no veía
que siempre estuvo
que hoy está.
Llorar
porque es real esto que pasa
y es tan hermoso.
Es seguir creciendo
seguir este camino
es sentir el tiempo
y sentir tus besos
tu compañía
tus palabras de pupila azul.
Un cambio
un verdadero cambio
es duro
pero no está mal.
La esperanza es un deseo:
que el tiempo transcurra a la par del cambio
que las huellas no se borren
ni las que me dan el camino
ni las que tu boca dejó.
Sentir cómo goza la esperanza renovada
después del dolor de la resignación.
Las agujas se mueven en el reloj
ya me queda menos tiempo
y el deseo se cumplió.
El tiempo pasa
la vida cambia
tus huellas son marcas
el tiempo eres tú.
En la espera
Cruzando esta puerta tal vez encuentre una ardilla. Estará ansiosa corriendo de un lado a otro. Trepará los árboles y me bajará algún fruto. Yo la miraré sonriendo, divertida.
Detrás de esta puerta quizás encuentre cinco rayos de Sol. Y un arco iris perdido colgando de alguna rama. Un bebé llorando porque querrá jugar con alguien. Los bebés no son amigos de las ardillas.
Quizás esté lloviendo del otro lado de la puerta. Hay un poco de agua debajo. Es posible que haya cerca algún río. La puerta está fría; quizá sea de noche. La Luna tal vez esté pegada del otro lado de la puerta, con sus agujeros de queso gruyere. Y habrá algún astronauta allí, encendiéndola.
Detrás de esta puerta tal vez encuentre la vida resuelta. Una larga declaración con palabras sencillas. Palabras de amor.
Escucho el llanto del bebé y los murmullos de la ardilla. Pero no hay picaporte de este lado de la puerta.
Descubriemiento
Ayer fue un buen día
un hermoso día.
Hoy no puedo dejar de llorar
quiero volver a ese lugar
donde se viven las maravillas.
El sitio que me da futuro
la piedra fría que me da calor
junto al placer que descubro
sin importar lo de alrededor.
Ayer fue un día distinto
aprendí a valorar los momentos.
Encontré en un rincón el instinto
que me dio con magia la respuesta
que se confunde entre lágrimas y risas.
Fue allí donde tuve el valor de estar viva.
Ayer, tan sólo ayer
fue un hermoso día.
El día
en el que me cambió la vida.
El día
en el que me propuse empezar algo.
El viaje, que fue un sueño
de esos que pueden dejar de serlo.
El día, el último día
el del viaje
el del sueño.
Ayer fue cuando estuve sintiendo
hoy vuelvo a las lágrimas y a las sonrisas.
Un sueño fue posible
en medio de tanto dolor
la esperanza de cambiar algo es posible.
Todavía hay tiempo
todavía tengo una oportunidad.
Sé que es difícil encontrar seguridad
pero sé que vuelvo
al lugar donde viví un sueño
que es muy posible que sea realidad.
Volver a nacer
“El pasado no existe porque no vuelve.
Y el futuro tampoco existe, porque no llega jamás
de la manera que se lo espera”
(Dicho popular)
Hubo una noche en que la Luna dejó de alumbrar.
Hubo un momento en que se abrieron los suelos y desbordaron ríos
que colmaban los cauces.
Fue ese momento en el cual se derrumbaban los árboles, cuando una inmensa sensación de perder la vida, se adueñó del mundo.
Arrancaban desde las entrañas la sabia que bañaba un cuerpo hundido en el regazo profundo y fértil de la existencia.
Un dolor agudo y desesperante lo tomaba y despojaba del ensueño.
Allá afuera había mucha luz.
Demasiada luminosidad,
que no se asemejaba a la de aquella oculta Luna de su refugio.
¿Cómo hacer para volverse y retornar?
¿Quién lo escucha? ¿Alguien lo escucha?
No es posible que pierda de esta forma la vida.
No es justo que nada sea como lo planeó.
Y así fue…
Así nació una vida.
Ya no pienso en que he llegado a vivirlo todo. Ya no tengo metas a largo plazo y proyectos definitivos. No hay plan, todo cambia al fin y al cabo cuando empiezas a confiar en él. Sólo basta con no tenerle miedo y dominarlo y dominarse.
Algunas veces me parecen que los suelos se vuelven a abrir
y que los árboles se derrumban.
Entonces he llorado amargamente, como un niño recién nacido
que no quiere perder el calor y el placer
del refugio construido.
No se ve
¿Qué es un viaje?
La Luna
alumbrando el camino
el Sol
cuando empieza a amanecer
la ruta
infinita ante mis ojos
la triste soledad
que no se ve.
Mirar por la ventana
descubrir en la noche mi reflejo
ver lágrimas
que no se ven.
Olvidarse del presente
entrar en el limbo del después.
Qué es un viaje
más que la esperanza que algo cambie
aunque más no sea la piel.
Conectarse
soledad
la Luna que me ve.
Qué es un viaje
sino el milagro del minuto infinito
que pende de un hilo
antes de desaparecer.
La Luna
más grande en un viaje.
la lluvia
más húmeda aún
la soledad
me sigue bien de cerca
fiel compañera en este viaje azul.
La Luna
dulce centinela en este viaje
convierte más grande el cielo a su alrededor
la ruta
los persigue hasta el final
en esta carrera que no ves aún.
Yo en medio de tanto azul
feliz de mi soledad
porque con ella es cuando me dejan ver
lo que no se ve.
No se ve mi cielo
no se ve mi azul
que brillan
donde no ves tú.
Alegría
Llovía
era un buen augurio.
El miedo
obstáculo que vibra
se colaba por entre los latidos del corazón.
Y frente al abrazo de la despedida
no hubo más que lágrimas.
Un viaje de ida con regreso programado
pero tan infinito
como sólo el miedo a vivir un sueño lo puede ser.
La puerta del cielo se abrió
subió a traspasarla como ave dejando el nido.
Y en la soledad de la espera de un abrazo
sufrió su alegría por viajar y descubrir.
Llovía
brillaba el Sol
sonriendo junto al mar
bañándose en la Luna
subiendo alguna torre
espiando al mundo
con los ojos de una nube.
Pasaron largos los minutos
que no dejaron de ser cortos en el reloj
y torció al viento con cada despertar.
Los rieles subían
las pistas traqueteaban
en los caminos angostos
la antigüedad de este mundo
los símbolos
las reliquias
la gente.
Llovía
salía el Sol
todo a la vez
todos los días.
Pero vivir la soledad en la espera de un abrazo
no empañó la alegría de cada día que vivió
para viajar y descubrir.
Destiempo
No sé porqué tardamos tanto.
No sé de qué estás hablando.
De vos y de mí.
Sigo sin entender de qué estás hablando.
De que finalmente lo imposible que era tu cercanía, parece que se revirtió, pero así y todo, seguimos separados.
¿Te parece que vos y yo estamos separados?
No es fácil contestar esa pregunta. Tengo que…
No “tenés” nada.
Eso, voy buscando la expresión entre tu vuelo y el mío. Que a veces son tan iguales y a veces son tan distintos. Y así y todo, sé que estamos tardando en encontrarnos.
Vos y yo ya nos encontramos hace rato. Pero ya no uso la palabra “volar”. Ahora no se si vuelo. Seguimos a destiempo, ¿lo ves?
No, aunque a veces sí. Pero a vos te gusta jugar conmigo.
Yo no juego a nada con vos. Ni con vos, ni con nadie.
Todo esto nos demora… Pero así y todo, nos encontramos.
Recién dijiste que estamos tardando en encontrarnos.
Sí, lo dije. Pero me acorde de algo.
¿De qué?
De tu cuerpo.
Algo triste
Tiempo de escribir
para encontrar las palabras
encontrar las palabras para sobrevivir.
Tiempo para olvidarme
que estoy viva
ese tiempo necesito.
Tiempo para volar
por encima de millones de cabezas
y mezclarme entre las nubes y el rocío.
Desafiar las preguntas
encontrar las respuestas
pero aquí está la angustia de no tenerlas.
¿Y cómo sería si desapareciera?
¿Y cómo sería fantasma?
¿Cómo sería tener el coraje para no rendirme?
No es fácil
no
no es fácil pensar con la cabeza vacía.
Tiempo para escuchar el silencio
tiempo para escribir sin sentido
buscando en lo profundo el sentimiento herido
buscando qué lo calla
quién lo reprime.
Dándole alegría
con ilusiones despiertas
y sueños nunca dormidos
buscándole la mirada triste
cansada
sin sentido.
Mirada de niño que de pronto
no ha crecido.
Corazón golpeado
que vomita lágrimas que no secan
son olvido.
Entregado, desnudo
brillante y algo tímido
no escucha ni alumbra
no brilla en el olvido.
Tarde o temprano decepciona
porque cae rendido.
¿Y cómo sería fantasma?
Tiempo para sobrevivir
tiempo de morir en el olvido.
El tiempo
Un camino.
Un camino largo y finito
el cielo me lleva
me lleva el camino.
Con paso lento, perdido, cansado
me dirijo... ¿hacia dónde?
hacia donde me lleva el camino.
¿Pienso? ¿Razono?
camino sin sentido.
Ahora me detengo y miro
pienso, razono
sigo mi camino.
Me tropiezo.
Sólo es un tropiezo
y vuelvo a tropezar
me caigo, me lastimo
lloro y sigo mi camino.
Y sigo mi camino.
¡Siempre sigo mi camino!
¿no hay nadie conmigo?
Abro los ojos
allí está el camino.
¿Qué hay en el final?
no lo distingo.
Tengo que seguir caminando
¿tengo que seguir?
Me da miedo llegar al final del camino.
Yo me pregunto
¿vale la pena seguir este recorrido?
Disfrutar
Hubo un momento en que el sueño dejó de soñarse. Los pasos iban y venían por el piso nuevo de anécdotas. Se estrenaban ruidos, olores, decisiones.
Hubo quien cargara con el peso de lo supuesto. Arrancaba la piel gastada, pero bien adherida en su cuerpo. Hay que imaginarse realmente a un alguien arrancándose la piel. Porque para quien no lo haya visto alguna vez, así fue como ocurrió.
Cuando el mandato es la opción en lugar de lo evitable, se despiertan en el corazón huidizo de dictámenes, las alarmas que reaccionan el circuito sanguíneo que da calor con su torrente, a los más puros sentimientos. Así es como el mandato no le gana a la pulsión. Lo simple se descubre como lo natural. No hay más que decisiones hacia una misma dirección, que es la de quien decide. Se van de a poco los miedos, esos que torturan hasta generar fisuras en las venas. Entonces, la sangre se va de su curso, nos quedamos hambrientos de nuestra propia pulsión.
Y nos detenemos.
Hubo un encuentro, un reflejo. Y en esos ojos encontrados nació el espacio para contemplarlos.
Hubo un paso. EL paso. Hubo lágrimas.
Hubo poesía. Y para las almas que reencuentran su poesía luego de tantos mandatos, las señales de la magia se tornan tan livianas y placenteras, como la vida misma que gira para lucir su cara de luz.
Hubo una mañana, la primera que amanecía en el torrente de su sangre. Hubo una poesía hecha canción. Y estuvo la marca de un ángel y su magia despertando en algún umbral, para llegar con la brisa hasta los acordes de esa mañana.
Hubo un momento que desconectó el reloj sus agujas. Que trajo una imagen de lo simple, de volar.
Hubo un momento que bautizó de magia aquel comienzo.
Hubo un momento que fue poesía.
Y disfrutándolo, sonrió.
Ida y vuelta
“… junto a las cunas infantiles / junto a los tristes moribundos /
cuentan que velan los gentiles / seres con alas de otro mundo…”
Cita con ángeles – Silvio Rodriguez
En la noche vuela tu silueta
con la lluvia y tu olor.
Escondidos tras la luna
creo que los ángeles allí deliberan su misión.
En la noche, en el camino
vi la luna brillando
vi un camino de luz
quería subir, llegar
a donde se esconden los ángeles antes de aterrizar.