Poemas de Sixto - Sixto Rolando Esquivel - E-Book

Poemas de Sixto E-Book

Sixto Rolando Esquivel

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Beschreibung

Esta narrativa poética abarca situaciones varias. Algunas son vivencias que hablan del hombre y su realidad, otras imaginarias también incluyen motivaciones validas según su encuadramiento, dejando en su trazo volar como mariposas los pensamientos desde lo más recóndito del corazón. Sufrimiento y alegría, paisajes, recuerdos, todos se hacen eco al pasar de un pensar a otro. La familia esta junto a Dios entre las cosas mas amadas y no es para menos, para mi Dios me ha dado todo. Ha dirigido mis pasos, me ha aconsejado, me ha dado el margen de error mas soportable imaginado y librado de la muerte más de una vez. Si he sido vulnerable en algún escrito, mis intenciones tienen algo de inocencia y pureza. Por eso, estos escritos podrían también llamarse poemas del alma. Quisiera llegar a tu mundo, en medio de esta pandemia, aunque solo sea para distraerte un poco de tanta mentira. Se feliz, se bueno, acude al silencio, piensa en el futuro que hay esperanza… volveremos a vernos. Perdona mis errores, este es mi verso.

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Seitenzahl: 102

Veröffentlichungsjahr: 2022

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SIXTO ROLANDO ESQUIVEL

Poemas de Sixto

Esquivel, Sixto RolandoPoemas de Sixto / Sixto Rolando Esquivel. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-2002-9

1. Poesía Argentina. I. Título. CDD A861

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Índice

Poemas del alma

1. La música del alma

2. Tiempo pasado

3. Yo soy tu padre

4. Buscando a Dios en el dolor

5. Lágrimas

6. Viejo artesano

7. Como el viento

8. Relato gaucho

9. Tu palabra

10. Mi barrio

11. Extrañas sensaciones

12. Mi amor Inolvidable recuerdo

13. Hija mía

14. Sin olvido

15. Gotas de amor

16. Sentimientos del vivir

17. Pobre esperanza de un ciego

18. El colibrí experiencias transcurridas

19. Valorando lo perdido

20. Que habré sido

21. La rosa

22. Soy poeta

23. Escribir yo quiero

24. La rosa y el jardinero

25. Un verso para vos

26. Recuerdos de niño

27. Quiero saber dónde estás

28. Racimos y retoños

29. Hijo del pecado

30. Regreso en el avión

31. Mamita y yo muy solas

32. Un último adiós

33. Amándote por siempre

34. Sueño perdido

35. Hoy te fuiste de mi lado

36. Esclavo de un sueño

37. Náufrago soy

38. Paso por el amor

39. Un día

40. Te fuiste

41. Un pobre soñador

42. Regalo a mi Dios

43. Los ojos del supremo

44. La plaza

45. Letras

46. El tren

47. Reflexiones

48. Inmigrante

49. Mi último verso

50. A la espera

51. Gracias, señor todopoderoso

52. Sin razones

53. Pensamientos de hoy y de ayer

54. Miradas

55. Pintor que pintó en septiembre

56. Lejano ayer

57. La alegría

58. Los ojos del silencio

59. El pasado y el presente

60. Cuando el sol ilumine esta tierra

61. Una vez más besar el cielo

62. Así eras mi amor

63. Abrazado a la muerte

64. Mi oración

65. Quiero

66. Yo quisiera

67. Asombro

68. Así te quiero

69. Atardecer

70. La vida es bella

71. Querida mía

72. Quiero morir

73. Tesoro de tapas negras

74. Sin recuerdos, sin olvidos

75. Una flor en el camino

76. Tinta azul

77. Camino del amor

78. La noche

79. Las tumbas abren su boca

80. Nunca pensaste…

81. Sin adiós

82. Extrañezas

83. Rocío de un amanecer

84. Amor sin olvido

85. Noha

86. Anochecer

87. Un instante nada más

88. Volverás un día

89. Un momento, no más

90. Palabras

Landmarks

Table of Contents

A mi Dios y Padre Jehova Familiares, amigos y conocidos

Poemas del alma

Aunque este relato pueda emparentarlo con alguna experiencia propia, le diré que en principio son recuerdos que a posterior incluyen unas cuantas poesías…

Tal vez algún nieto diga “este era mi abuelo”, sí, y no trascien­da. Tal vez opine del sentido de lo escrito; tan solo me confor­maría con que mis palabras sean un bálsamo a su pensamiento y al saber que en esta vida y en cada casa se vive diferente, se vive apegado a una cultura diferente.

Hallará alguna simple historia; recordará alguna vivencia propia, evaluará principios, cualidades inherentes o no al subsis­tir. Tan solo si lograran mis palabras llegar al corazón, suficiente; son 75 años, desde los brazos de mis padres hasta este momen­to. Ya un poco adolorido recorro calles y algunos polvorientos caminos que se han erigido como soles de un pensar profundo. Nací en Belgrano, poco tiempo después residí en provincia.

Los años de la adolescencia transcurren, no así como los de la infancia. Siempre al ver un niño vuelven a mí los recuerdos, pasados de años y alegría.

Si algo no olvido son las higueras, las ciruelas a campo abier­to. La aventura de una siesta comiendo brevas; y una pileta her­mosa o revolcándose en los tréboles del campo donde el color incitaba ya el deleite.

Mis padres pasaron las penurias de los años 30 viviendo en Entre Ríos, quien de chico ayudaba en un frigorífico y el pago eran monedas más alguna cabeza de ganado que la madre sabiamente faenaba; mi padre hombre de poco hablar.

A mi abuelo le gustaba el juego de naipes y a veces perdía sus ganancias, tanto que no alcanzaba para los propios hijos que lo ayudaban a comprar un par de alpargatas.

Al seguir la rutina, recibí un regalo de un tío, una valijita de viaje justo a la medida. ¿Qué resolví? ¡Vender!

Iba a Once, allí compraba aritos, hilos, moños, medias y algo que me encargaban, así siempre 2 pesos tenía para gastar y si no cuando no tenía era manguear al viejo que rezongón te los daba.

A los 15 años trabaje en un almacén por unos 2 años, 1 año en la feria, a su vez estudiaba y jugaba al fútbol, mi deporte favorito, sin trascendencia, pero corría rápido.

Con mucho esfuerzo terminé el secundario y después de una grave enfermedad (meningitis) a los 21 trabajaba como soporte técnico en INTA, de allí pasé por varias empresas a la vez que llevaba otro emprendimiento.

Me casé a los 25 años y era conocedor por algunos años de principios que marcarían a fuego mi vivir.

La religión cobró vida en mi existencia y la vida adulta con­llevó nuevas responsabilidades.

Terminé mis estudios terciarios y paralelamente compartía mis ideas religiosas con un representante de los testigos de Jehová, la decisión más acertada de mi vida.

Todos no recorremos un mismo camino, es cierto, pero estamos sujetos a decisiones que pueden afectar nuestro futuro.

Como todo joven de 25 años surge la ansiedad de formar una familia, me casé a esa edad y con cuatro hijas a mi cargo surge una separación inesperada.

Todos estos desaciertos lo registran las páginas de algún pa­pel que como hojas de otoño se las llevó el viento, otros escritos taladraron la frescura de mi piel.

Así nacieron mis versos y ellos van a tu encuentro.

Algunas heridas sangran todavía, pero nunca olvidemos que estamos ante un inminente naufragio y la desesperación y atur­dimiento toman dimensiones inusitadas y no creo ser la excepción, pues a veces el tesón y el esfuerzo por hacer lo bueno es terminar con los brazos cansados, sin que por esto señale que no está bien hacer lo bueno.

Hay algo maravilloso que podés dar sin costo, contales, inventales, recordales historias y cuentos a tus hijos… no los olvidarán jamás, especialmente los que les dejen una enseñanza.

Nada ha cambiado, más bien se han acentuado los hechos calamitosos, por lo que hago el intento en estos recordatorios de acariciar un poco el sueño de los muchos sufrimientos del hombre y la desigualdad.

Verás que mis versos te unirán a Dios, él observa profundo tu corazón, entiende y te da valor; falta que te acerques y él te concederá tus pedidos

Leamos algunos relatos…

1.La música del alma

La música del alma

Es la esperanza

Amasada en el sudor

De aquellos que aman

Desde el corazón

Que pueden mirarse

En el espejo de otros ojos

Como a sí mismos

Sentir sus tristezas y alegrías

Que sin temor ven la pérdida

Para volver a empezar

Que dejan caer sus lágrimas

Sobre las manos del trabajo

Y que desde la soledad

Pueden construir un mundo

Y en el complejo laberinto de la vida

Saben soñar.

2.Tiempo pasado

Hoy que la lluvia ha traído

La paz de una noche tranquila

Y que el alma adormece

El cansancio de los años perdidos

El espíritu busca

En los ecos del tiempo

La respuesta

No sé a qué pregunta escondida

El silencio se acerca

Sin temor distendido

Invitado eterno, borrador de olvidos

Amigo de historias y seres queridos

Corazón de un amante

Desangrado de heridas

He dejado en la almohada

Luminarias de tiempo

Alegrías y perlas, cristalinas de ausencias

Invocando al amor ya descansa mi alma

Abrazado a un paisaje de soles y vientos

Amanezco en la historia

Cotidiana de días

En que siembro ilusiones

De poeta grotesco

Sin saber yo le he escrito

Al amor tantos versos

Y el amor sin querer

Ha vivido en mis cuentos.

3.Yo soy tu padre

El origen de tu vida

El que por sentir la alegría de amar

Inició en el microscópico mundo

De tu primer existir, el latido de tu ser

Este héroe que aún no terminas de conocer

Es feliz por tu existencia

Trabaja, sueña, ríe, goza y se sacrifica

Y en sus desvelos pinta un cuadro de tu porvenir

Pinta tu cuarto, tus cabellos, tu almohada

La que habrías de dormir

Tomó su vino y le puso una mortaja a su cansancio

El que junto a tu madre

Vio entretejer desde tu infancia

Los gestos, las pasiones, la geografía de tu ser

Yo soy tu padre y lo que soy

Es todo lo que pude ser

Soy todo lo que he podido darte

Un nombre, un apellido, este instante

El paso por la vida, la esperanza

Cuentos, sueños realizados, otros no

Más que todo un amor inagotable

Caricias, besos, aun retos

Y hoy que me visitas y puedes expresarte

Y que te sientes madre

Y que estoy algo más viejo

Siempre te recuerdo, ¡yo soy tu padre!

Y tú, la luz de mi vivir.

4.Buscando a Dios en el dolor

Perdón, Señor

Porque siento el dolor

A flor de sensitiva piel

Porque tanto odio e impotencia?

Porque me has llenado de amor

Y a la vez me alejas de él?

También del azar, las flores, la alegría

Ese mirar curioso de las tumbas

¡Adiós irremediable

Oh, dolor, que turbulento!

Insensibilizaste mi alma

Y en lo agitado

De mi sangre

Cuando a la noche gritaba un reto

Y era una delicia el mirar el cielo

Tú que tienes el poder de la sentencia

Dictamina el fallo y cuenta mis pecados

Libre al fin de tu condena

Si a veces con la muerte se presiente

Que le hicieras una ofrenda a esta vida

Tal vez así broten las semillas

Que no vieron mis ojos concebidos

Darte al fin una alabanza

Pareciera ser al fin algo injusto

Porque toda mi vida se ha perdido

Tras los pasos de tu amor y no he podido

Más que hallar soledad, pena y castigo

Quiero, Dios, decirte que estoy vacío

Ya sin odios ni rencores quiere mi alma

Ser caricia aun al que me odie

Y entrar en un jardín cubierto de magnolias

Impregnarme de su azar para tu gloria

Dejando en este adiós una sonrisa

E inocente perderme en tu memoria.

5.Lágrimas

Lágrimas que silenciosas

Se dejan caer, se abandonan

Tenues, amargas

Perlas cristalinas

Collar de sueños

Trabajadas, que unieron

A una mis mañanas

Las estrellas de un atardecer

Las lunas de esas noches

Que se fueron perdidas

Sin un dejo de esperanza

Hoy vuelven a escondidas

Se abandonan, se dejan caer

Tenues, amargas

Sembradoras de silencio

Copos de nieve buscando su descanso

En la planicie blanca

De todo lo que fue

Y el amor, maravilloso amor

Espejismo, frágil flor

Pasaje de un desierto

Lágrimas que silenciosas

Se abandonan, se dejan caer

Tenues amargas

Que dicen te quiero

Y un saber que eternas

Llenas de resignación

Muertas en la espera

Lágrimas que, en silencio, buscan morir.

6.Viejo artesano

Soy el artesano

De esta página en blanco

La musa triste de un romeo

Los ojos límpidos de un recién nacido

Soy el artesano de esta página en blanco

Espejo de limitadas dimensiones

Donde escondo partes de mi vida

Abres tu boca y saboreas expresiones

Donde dejo muertos retazos de ilusiones

Soy el artesano que sintió el amor

Dibujado en trazos de su tinta azul

Que sigue explorando en su universo vacío

Mirando de a poco el pasado volver