Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Yamil Dora pone a funcionar una máquina pequeña y turbulenta. Al protagonista de esta historia lo persigue una tragedia que él mismo hace vibrar a cada instante, en cada línea. De la infancia feliz, al accidente fatal hasta el sexo de ocasión... Momentos que se entrecruzan para hacer de Por la vereda con sombra una novela con espíritu de caleidoscopio: una novela para moverse, como hace el narrador, sin mapa y sin prejuicios.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 65
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Yamil Dora
Dora, Yamil
Por la vereda con sombra / Yamil Dora. - 1a ed . - Santa Fe : Palabrava, 2020.
Archivo Digital: descarga ISBN 978-987-4156-15-0
1. Narrativa Argentina. 2. Desintegración de la Familia. 3. Relaciones de Pareja. I. Título.
CDD A863
Por la vereda con sombra
Yamil Dora
Editorial Palabrava
Diagonal Maturo 786
Santa Fe
www.editorialpalabrava.blogspot.com
Colección Rosa de los vientos
Directora de colección: Patricia Severín
Coeditora: Viviana Rosenzwit
Diagramación: Álvaro Dorigo y Noelia Mellit
Diseño de Colección y Tapa: Álvaro Dorigo y Noelia Mellit
Santa Fe – www.sugoilab.com
Digitalización: Proyecto451
Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del “Copyright”, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático.
Inscripción ley 11.723 en trámite
ISBN edición digital (ePub): 978-987-4156-15-0
como pienso
que lo real
no es en nada real
cómo podría creer
que los sueños son sueños
Jacques Roubaud y el monje Saigyō
a Beatriz Vignoli
por contarme sus sueños
a Silvia Castro
por hacer que todo sea más lindo
Mi mamá quiso verme antes de morir. Cuando entré a la casa sentí que mi mamá me miraba. Sentí un vientito en la espalda y supe que era mi mamá. Esa noche no estaba con ellos. Estaba borracho pero en otro lado. El auto se la puso contra un árbol. De frente. Cuando entré a la casa mi mamá me miraba. Me seguía. Yo quería estar solo y sentir a mi mamá. Me estoy bañando. El agua. El jabón. Mi mamá me mira. El gato mira a mi mamá porque sabe que es la última vez que la va a mirar. Escucho jazz. El restaurante está vacío. Puedo escuchar jazz y tomar champagne. Mi mamá y mi papá. Mi hermano y yo. Hace calor. Me baño. Vamos a la playa.
Voy caminado. Once cuadras de mi casa a la sala velatoria. Me miran. La vereda de mi casa es gris. En el canasto de la basura hay dos botellas de vino. Dos cajas de pizza. Entra mi tío al bar. Hubo un accidente. Se mataron los tres. Llego al almacén de la esquina. Me miran. Soy el único vivo. No soy un sobreviviente porque no estaba ahí. Vamos. Comemos en la parrilla y nos venimos. No. Me quedo. Vienen los chicos a comer unas pizzas. No hay nadie en el restaurante. Estoy solo. Estoy en una pileta corriendo una carrera en un torneo de natación. Nado todo lo fuerte que puedo. Hago todas las brazadas que puedo sin respirar. Me gritan. Nueve cuadras. Me están esperando.
Salgo del agua. Miro la sombrilla. Tengo que correr para no quemarme los pies. Mi mamá tiene una malla negra. Un pañuelo celeste en la cabeza. Mi papá no está. Nueve cuadras. Paro en un árbol. Vomito. Estoy sin dormir. Nado. Cuando respiro veo los pies de la gente. Estoy solo. Lloro. Estoy sentado en la mesa uno. Sentado en la que era nuestra pieza. Tomo champagne. Mi mamá es hermosa. Tiene el pelo corto. Toma sol. Debajo de la sombrilla está mi papá leyendo. Escucho jazz. Se fueron todos.
Paro. Veo a mi mamá. Veo a la profesora de natación. Salí segundo. Hace calor. Veo mucha gente. Es un velorio de tres. Es el velorio de una familia. Veo a mis amigos. A los amigos de mi hermano. Veo a mis primos. A los amigos de mi papá. Voy por la vereda con sombra. Mi tío dijo que había que velarlos. Me quemo los pies. Mi hermano sigue en el agua. Estoy muerto de sed. El gato sabe que no va a ver más a mi mamá. Yo la sentí. Se despidió de los dos. Mi papá me mira. Se ríe. Te quemaste las patas.
Llego. Llega mi hermano. Tenemos hambre. Todos me miran. Voy a la cocina. Corto un pedazo de queso. La cocina está donde estaba la cocina. Mi mamá nos mira. Mi papá nos hace masitas con picadillo. Nadie se acerca. Abro otro champagne. Hay tres ataúdes cerrados. No sé dónde está mi mamá. Dónde está mi papá. Dónde está mi hermano. Todos lloran. Se acerca mi tío. Me abraza. El olor es insoportable. El calor es insoportable. Vamos al agua. Corremos carreras debajo del agua. Arriba están los andariveles. Terminó el torneo. Voy al baño. Vomito en un inodoro con olor a flores podridas. Mi mamá nos mira.
Me abrazan mis amigos. Los amigos de mis hermanos. Voy a la vereda. La gente pasa en auto y nos mira. Tres nombres. Mi mamá. Mi papá. Mi hermano. Escucho un disco de Jim Hall. Tomo champagne. Tengo una malla verde con un pez azul. Corro. Jugamos a la mancha al borde de la pileta. Mi mamá tiene colgada la medalla de mi segundo puesto. Toma cerveza y nos mira. Mi papá abre el termo del jugo. Son las dos de la mañana. Miro la que era mi casa. El piso de madera. Las aberturas que mi mamá hizo lustrar. El techo que no sé por qué carajo es tan alto. El patio que ahora son los baños y que tienen las puertas de mi pieza.