Por una estrella - María Luisa Cachagua de Castro - E-Book

Por una estrella E-Book

María Luisa Cachagua de Castro

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Beschreibung

Estamos rodeados de belleza que el niño capta espontáneamente. Quienes han atravesado ya la infancia la contemplan si conservan o recuperan esa forma de mirar. La autora, con sus ojos de niña, quiso dirigirse a los niños en su lenguaje de niño, para despertar su imaginación. En una de sus poesías se quejaba: "Por qué nos han cambiado las horas, por qué no volver al ala y al libro". En este mundo ahora tecnificado, creyó que les haría bien a los niños despertar su imaginación y arrimarles un poco de fantasía acompañada de belleza. Esta antología pretende cumplir con ese noble fin.

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Producción editorial: Tinta Libre Ediciones

Córdoba, Argentina

Coordinación editorial: Gastón Barrionuevo

Diseño de tapa: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones.

Diseño de interior: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones.

Cachagua, María Luisa

Por una estrella / María Luisa Cachagua. - 1a ed. - Córdoba : Tinta Libre, 2022.

206 p. ; 21 x 15 cm.

ISBN 978-987-817-880-6

1. Antología Literaria. 2. Poesía. 3. Adivinanzas. I. Título.

CDD A861

Prohibida su reproducción, almacenamiento, y distribución por cualquier medio,total o parcial sin el permiso previo y por escrito de los autores y/o editor.

Está también totalmente prohibido su tratamiento informático y distribución por internet o por cualquier otra red.

La recopilación de fotografías y los contenidos son de absoluta responsabilidadde/l los autor/es. La Editorial no se responsabiliza por la información de este libro.

Hecho el depósito que marca la Ley 11.723

Impreso en Argentina - Printed in Argentina

Tinta Libre no se responsabiliza por la corrección textual de la obra ni por los errores ortotipográficos y gramaticales que pudieran leerse. El presente libro se publica fiel al manuscrito original entregado por el autor, bajo su pedido explícito de respetar la obra textualmente como fue escrita. El autor se responsabiliza por la corrección del texto de manera independiente y ajena a la editorial.

© 2022. Cachagua, María Luisa

© 2022. Tinta Libre Ediciones

Por una estrella

María Luisa C. de Castro

Presentación

Publicamos este libro de poesías dirigido a un público infantil. Fue elaborado por nuestra madre cuando contaba alrededor de los 80 años. Decía que era para sus nietos, pero luego pensó más allá y hablaba de publicarlo. Partió antes de cumplir ese deseo. Sus hijos dejamos pasar el tiempo enfrascados en la lucha diaria, tal vez sin darle la importancia debida.

La pandemia hizo que rescatáramos papeles y, con sorpresa, despertó nuestra admiración: a la edad en que todos se paralizan, ella seguía creyendo y disfrutando de la vida y queriendo transmitir ese gozo a los pequeños.

Un autor dijo: “Los poetas son hombres que conservan sus ojos de niño” (León Daudet).

Nuestra madre conservaba sus ojos de niña. Seguramente intuía la era tecnológica que se avecinaba, viendo a los niños acaparados por la televisión. Ya había desaparecido el tilín campana, las rondas, el Gran Bonete…

Y con sus ojos de niña quiso dirigirse a los niños en su lenguaje de niño, despertando su imaginación.

En una de sus poesías se quejaba:

Por qué nos han cambiado las horas,

por qué no volver al ala y al libro.

En este mundo ahora tecnificado, creemos que les haría bien a los niños despertar su imaginación, arrimarles un poco de fantasía acompañada de belleza.

En esta época en que solo se piensa en lo económico y en el placer corporal, es importante derramar en los niños y adolescentes unas gotas de fantasía, de admiración por lo ordinario, que a los ojos del poeta destella luces que destierran las sombras que ocultan lo extraordinario y bello de lo existente, y que aparecía ante nuestras miradas como simple objeto. Así nos acercamos a un mundo distinto, ignorado por el ajetreo de una vida que se queda en lo superficial, sin penetrar en la belleza de lo creado, desde el ignoto insecto, la brizna que hoy está y mañana desaparece, hasta la imponente montaña que vence al tiempo.

Con este mismo objetivo, hemos agregado acá, de la misma autora, poesías y relatos en prosa para adolescentes y mayores.

Sus hijos y nietos

Cuentos de verdad y fantasía

No será el cuento de las tres princesas que bordando suspiraban, ni de esas adormecidas flores en el raso, que han despertado y hablan… No es del caso esperarse primores de un intento que de poetas es… Tan solo un cuento.Este cuento es de una preciosa niña, el cálido racimo de esta viña. Tan imperiosa aunque pequeña, y nada cambiaríale el rumbo a la mimada… ¡Chiquita!, disciplina no tolera… y no ha de ir a la escuela “en primavera, igual en vacaciones, ni en verano,” si su esfuerzo es en vano… ¡Cinco años!, ya en Primero…Y que otras, dúdase, con tanto esmerohagan así el 100 y sin ensuciar, corregir y borrar si hay que borrar.Y en dibujo, el manejo de colores.Lo que pinta: las flores, ¡muchas flores!… Ordenada, todo dobla y envuelve¡y con igualdad de grande resuelve!:Toma el trapito viejo, lo sacude, y con cuidado parejo lo pliega como al nuevo, y extendiendo sin distingos fina mano que siendo tan pequeña como ala lo protege… Mientras, las voces de un amor que teje de triunfos predicciones no dejan de encumbrar sus opiniones por esta o aquella condición,sin ponerse de acuerdo en la elección: —Ha de ser por los números… —En el arte se puede predecir. Y cuando en nuevas formas de decir se enlazan del hogar tan lindos sueños… que inventan con tanto empeño, interrumpe la abuela y su pasión: —Es solo una verdad: Será poeta. Adiós números, color… flor violeta… —¿Terminado? Yo padre así no pienso. ¿La vieron?, ¿en suspenso, entendiendo las lenguas de Babel?... ¡Se acerca!, nota falsa y cascabel,

la niña: aguda como una saeta preséntales, ni rápida ni inquieta de su fantasía un alma verdadera: “Quiero ser verdulera”.

La escuela

Aún no hablábamos claro. Juntos todos en el patio… Y la escuela, con sus bancos, ¡era cual nido de pájaros!

De pequeños tan unidos: confianza, manos de amigos. ¡Y juegos amados tan niños!... claros trinos en el nido.

La maestra, “señorita”, era tan buena y bonita: a todos atendíalo mismo que mamita.

Así pasaban las horas entre el reír y el cantar… Por el canto, fresca alondra, por alegre, fuente en rondas.

Y la sonora campana cortaba risas del alma…; si un pequeño lloraba, enjugábamos sus lágrimas.

¡Por qué han cambiado las horas! Sin maravillas ni rosas... ¡Por qué la vida nos toma tan alejados ahora!

Regresen los sueños idos… Recordar los tiempos niños. ¿No puede el hombre rendido volver al cantar y al libro?

El libro

Habla, gentil María:de tu libro. Piensa, y di. —Mamita suele decir…—. Yo lo voy a repetir:

Es… ¡paloma de marfil! Sus hojas son plumas mil con cintas de carmesí perfumadas de jazmín.

Eso es tu libro, pequeña: de una blancura sin par, paloma, lirio, azucena… ¡Todo eso es, y mucho más!

El libro, amable presencia para el largo caminar, de la mano te llevay no se cansa jamás.

Entre sus hojas pequeñas nacen rosas de verdad y artista con alas crea obras de amor y de paz.

A veces te habla de cerros, o de jardines amenos; de ositos de terciopelo y conejos de algodón.

Y de la luna también... —blanca reina de la noche—. Del sol, la vida y del hombre, del rosa amanecer.

El libro es avión de gracia que hasta los cielos alcanza. Barco azul de aguas mansas te pasea por el mar.

Él te enseña amores santos, llena tu alma de ilusión;dulzura, besos y halagos en la más pura expresión.

Contigo si estás alegre; si triste, será el que siempre con su ternura se acerque si has buscado alivio en él.

¡Cuánta belleza en su seno! Cabe toda la creación. Sabe mucho, y si es tan bueno, debe ser palabra de Dios.

Maravillas de San Bernardo (Salta)

¡Estrellitas! Estrellitas de las breñas, tan pequeñas… ¡Cuántas flores y colores!: cual piquitosjaspeaditos; maravillas amarillas, rojas, blancas, en barrancas de la falda de esmeralda prisioneras. ¡Mis primeras maravillas en puntillas suspendidas!, de tejidas suavidades… Suavidades de mis flores, ¡dulces flores! O pintadas perfumadas coronitas en pajitas ensartadaslas combadas armaduras…Siempre purasmaravillas, ¡mostacillas florecidas!ya perdidas ¡Oh!, benditas coronitas en mis manos, de mis manos... tejedoras. ¡Tejedoras de primores! Tilín… Tilín… flores campanitas… ¡Tan bonitas! ¡De las horas de colores! ¡Oh! Las blancas, las tan blancas y espumosas…,las graciosas, y sencillas maravillas de espumillas, canastillas de los gnomos, de los gnomos de los mitos, tan chiquitos… y como ellas las más bellas maravillas amarillas con golosas mariposas confundidas… ¡Oh!, encendidas maravillas: sedas, granas¡Oh!, las vanas, inocentes,inconscientes,que temblaban y entregaban sus frescuras. ¡Y pinturas! —los antojos—para rojos maravilla en mejilla de arrebol. —¡Puesto el sol! —¿Y mañana? —Y mañana, ¡vuelvan todas con las modas! ¡Maravillas mostacillas! ¡Maravillas en mejillas!... Maravillas en espumillas.

Perilí

Mi muñeco Perilí corre, salta... Tra… la… lara… por un rojo chupetín.

¡Tiene alitas en los pies! Tra... la... la... la... lara… ¡Cayó! ¡Un sustito! Nada fue.

¡Perilito de papel!... ¡Salta! ¡Corre! Tra... la… lara… Chupa miel, llora después.

Alas

Pañuelito de alas de festones suaves... Amable en la tarde, saludas y pasas...

¡Como un barriletede papel de seda!,tu blancura lleva un marco celeste.

Ranita

“Croac…” “Croac… ”¡Ranita! ¡Hojita de parra! ¿Por qué te has bebido el verde esmeralda?

Por la luna saltas,¡que solo por verte se vino hasta el agua!... —¡Ranita! “Croac…” “Croac…”

Una planta

Eran como hebras pequeñas que en la tierra se escondían,y una agujita muy tierna que iba creciendo hacia arriba.

Tan pequeña al sol del cielo, como si fuera un niñito, dos hojitas la cubrieron a modo de sombrerito.

Su cuerpo, ya protegido, siguió creciendo, ¡y creciendo! Tuvo ramas para todos, verdes hojas la vistieron…

Y después, ¡flores tan bellas!, y frutos de una esperanza... para que en ellos nacieran semillas para otra planta.

Los pollitos

Siete presumidos…—bolitas de cisne—.¿Dónde habrán dejado su blanco sin tintes?... —Es que se empolvaron con polvo amarillo.

Ovillos de lana

Rojos, verde, gris y azul. Son seis colores que duermen en cajita a media luz —puede que alguno sueñe—.

Son ovillos de lana quietecitos y en silencio. Para que empiece la danza, los tomo de sus extremos:

¡Trompos que bailan veloces en giros de remolinos!, parecen tejer colores mientras se alargan los hilos…

Cordaje de arpa pintado los seis hilos extendidos… Se necesita una mano para arrancarle sonidos…

Acertijo

(El dedal)

Vaso volcado lleno de hoyitos por barrenitos acribillado.

Enanitos

I

Boca de lobo: Entró el primero.Saltaron dos. ¡Saltaban todos! Saltaba yo. Siete enanitos con tanto brillo, ¡Como en los cuentos de Blanca Flor!... Ya adentro, a tientas entre las piedras,uno brincó, y resbaló… Otro, asustado y hablando bajo,se adelantó. Mi largo paso los alcanzó. Inquietos todos. Buscaban algo. Hicieron alto, y espiando en torno… ¡Envuelta en lodo se la encontró!¡Como una sombra, tras ellos yo!... ¡Nido de lobos! Húmeda, toda musgo y choros, era una cueva tan honda y negra que no sé cómo se pudo ver: ¡era gran caja!,casi enterrada, ¡llena de herrumbre!,por la humedad. Vimos de pronto…, que entre su lodo, tal vez cansada de reposar, como saliendo de un largo sueño, ¡toda su altura se iluminó! Pica en mano catorce brazos:golpean todos sin descanso. ¡Y era una tapa tan bien tallada! Y era tan negra como la pez. Cuando al trabajo duro y pesado sobre sus goznes, por fin cedió, cien pajaritos trajes de lino se levantaron como un ciclón. ¡Y a las muñecas!,llenas de perlas en torbellino se vio danzar. ¡Música y cantos!, ¡risas y aplausos! Rubios ositos junto a conejosde terciopelos… Y vi, lo mismo que abrirse flores, como si fueran pinturas nuevas por sus colores… que todo estaba fresco y cambiado, iluminadopor finas valvas que daban luces… ¡cual irisadas flores, brotadas en bello túnel de claridad!... Mil avecillas, creyendo el día,abandonaban nidos y ramas. ¡Vuelos arriba! Cual pantallita movían las alas. Y por las sendas, cómo lucieron los niños viejos: ¡pinturas frescas de una postal!Iluminados sus finos rasos, ellos estaban… como una flor. ¡Toda silencio!... y un zapatito me delató. Muy sorprendidos los enanitos, brazos en alto gritaron: ¡Oh! Pude decir: “Estoy aquí”. Luego, en silencio, retrocedí. Cambiando modos dijeron todos:—¿Y cómo aquí? “¿Cuándo llegó?” —Me trajo un hada, la buena Malva. Sonrieron todos al contestar: —Señora, entonces, nos sigue Ud. Muy complacida,riendo acepté. ¡Vi tantas cosas! ¡Y todas hermosas! Les contaré.

II

Siete enanitos. Siete faroles, siete colores,su resplandor. ¡Cómo brillabanlas vestiduras! Y sus pelucas como cristal. Eran muñecos todos en fila, barbas postizas, blanco bastón,con sus bonetes de raso verde con lindo adorno de alto plumón… Seguí encantada por senda blanca… Dulce camino todo de azúcar de Tucumán. Hojas preciosas doradas frutas… vi por doquier. Y con las formas de bellas rosas que con las lucesbrillaban más… ¡Entre jazmines los alfeñiques!,ricos de Salta… Como una alfombra…recuerdo el césped, fresco papel, y entre sus hojas, alas ligeras de mariposas,¡como corolas! que abren y cierran. Pilares, arcos y siete arañas de filigrana… —¡Qué bellos ramos!,¿de dónde son?Y un enanito con voz de niño:—Oro jujeño me respondió. De Catamarcamantas bordadas y en canastitos rico patay. Comiendo alegres patay y mieles y rica azúcar.Formando un toldo con bella manta,techo de gala nos cobijó. Sin mucha prisa, siempre a saltitos mis amiguitos, siguió la fila de dos en dos. Ellos brillantes con sus ropajes, y yo tras ellos… siempre después. Los enanitos jamás rendidos, y molinetescon su bastón. Cual pajarita, haciendo alitas con mis dos brazos, saltaba yo… ¡Y me aprendieron! Brazos abiertos, los bastoncitos como una flor. Solo hacían alto cual Reyes Magos…, felices ellos con sus regalos: los dulces ricos, y a los niñitos algún tambor. Mis pasos lentos, ya muy cansada