Proyecto Argentina Verde - Daniel Tossen - E-Book

Proyecto Argentina Verde E-Book

Daniel Tossen

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Beschreibung

En el ensayo Proyecto Argentina Verde, Daniel Tossen propone una mirada novedosa e integral del problema ambiental. Dividido en dos partes y un anexo, hace un recorrido histórico que, sin caer en la mera enumeración de acontecimientos o en un tecnicismo vacío de sentido, da cuenta de cómo llegamos a donde llegamos. La segunda parte del libro es una propuesta visionaria acerca de los beneficios de la economía verde o circular aplicada al mundo de los negocios ambientales, entendidos estos en el desarrollo de emprendimientos sociales y ambientales. Es que, a partir de políticas públicas bien dirigidas, es posible concebir una articulación entre los diversos niveles del Estado y el mundo de los emprendedores para alcanzar la tan ansiada sostenibilidad. La economía verde posibilita un tipo de negocio sustentable que proyecte sobre las comunidades una mejor y mayor calidad de vida. Daniel Tossen inaugura con su visión algunos debates necesarios y adecuados para la idiosincrasia argentina, debates que nos debemos pero que además se afianzan en la naturaleza visionaria de la gente de este país. Un cambio de paradigma sostenido en valores fundamentales. Eso es Proyecto Argentina Verde: una mirada esperanzadora para el mundo de los negocios y el ambiente. Como mentor, Daniel Tossen se propone acercar herramientas efectivas a la hora de potenciar emprendimientos sociales y ambientales, ya sean estos del mundo de los negocios o pertenezcan a ONG y fundaciones de temática ambiental.

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Autor: Daniel Santiago Tossen

Producción editorial: Tinta Libre Ediciones

Córdoba, Argentina

Coordinación editorial: Gastón Barrionuevo

Corrección de estilo: Silvia Lanza

Diseño de tapa: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones. María Belén Mondati.

Diseño de interior: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones.

Tossen , Daniel Santiago del Valle

Proyecto Argentina Verde / Daniel Santiago del Valle Tossen . - 1a ed . - Córdona : Tinta Libre, 2018.

186 p. ; 21 x 15 cm.

ISBN 978-987-708-361-3

1. Ecología. I. Título.

CDD 577

Prohibida su reproducción, almacenamiento, y distribución por cualquier medio,

total o parcial sin el permiso previo y por escrito de los autores y/o editor. Está tam-

bién totalmente prohibido su tratamiento informático y distribución por internet

o por cualquier otra red.

La recopilación de fotografías y los contenidos son de absoluta responsabilidad

de/l los autor/es. La Editorial no se responsabiliza por la información de este libro.

Hecho el depósito que marca la Ley 11.723

Impreso en Argentina - Printed in Argentina

© 2018. Daniel Santiago del Valle Tossen

© 2018. Tinta Libre Ediciones

Para Mary, el amor que colma mis ansias.

Testigo de mis sueños,

que fueron los de ella también.

De mis fracasos,

los que hizo propios sin ser de su responsabilidad.

Juntos construimos el éxito más anhelado:

nuestra familia.

Agradecimientos

La palabra política proviene del griego polis, ciudad. Para los griegos no había vida fuera de la polis, es decir, no había vida posible sin política. La concepción de la vida política del ciudadano griego estaba profundamente anclada en la ética y la filosofía, porque era un estilo de vida.

¿Podemos pensar la vida moderna por fuera de la política? Un estilo de vida hedonista e individualista nos invita a pensarnos como seres aislados, independientes unos de otros. Sin embargo, toda nuestra vida se basa en relaciones: la familia primero, la escuela después y finalmente el mundo laboral, empresarial o profesional.

Reconocernos en medio de las redes sociales nos permite tomar conciencia del verdadero sentido de integrar una sociedad. Estar en las redes nos pone en evidencia. Y aunque nuestras acciones conduzcan al individualismo, definitivamente necesitamos encontrar el camino de regreso a la vida en comunidad. No se explicaría, sino el porqué de esa búsqueda de reconocimiento social; si quisiéramos estar aislados, cuanto menos resultaría una contradicción. Ser ciudadano significa mucho más que tributar a un Estado. Hay una conciencia de deber cívico que como sociedad nos urge despertar.

No vamos solos por la vida. Desarrollarnos individualmente nos lleva siempre a otros, a tejer alianzas, a sostener vínculos, a crear redes de contención más o menos amplias, más o menos sólidas.

La cuestión ambiental que ha sido la convocante en la escritura de este libro no queda ajena al entramado de relaciones que se dan en la vida en comunidad. Soy un emprendedor nato, por naturaleza, de la misma manera que soy un hombre de profunda convicción política. Ese modo de entender la vida en general y el mundo de los negocios en particular es lo que intento transmitir.

Política y poder sostenidos desde la firme convicción de que las cosas pueden hacerse de la mejor manera posible. Cuando inicié el camino que me llevaría a Ecología del Sudeste, también ansiaba un lugar en la vida política de la comunidad, un espacio de poder, si se quiere, para sumar mi visión para el bien común.

Armar la ruta para el tratamiento de los patógenos implicó sumar a la mesa a personas que luego serían socios o aliados estratégicos. Requirió de hacer concesiones, dar tiempos y espacios y sobre todo no perder de vista mi objetivo. La paciencia para conseguir los medios y el fin al servicio de la legislación vigente marcaban el rumbo a paso sostenido.

De los inicios, en la hora más temprana cuando el proyecto no era más que un anhelo, una idea, un sueño, recupero al Dr. Luis E. Margarit. Fueron las intensas e interminables charlas con buena gastronomía y trasnoche, en familia y como amigos, las que me dieron el impulso necesario. No solo comprendió el proyecto, sino que, además, por su profesión de médico, supo apreciar los alcances que tendría, cuando yo apenas sostenía la teoría con la que anhelaba concretar la idea.

De la misma manera, nada de todo este recorrido hubiese sido posible, si en mi andadura no hubiese contado con el trabajo sostenido, mancomunado y responsable de todos quienes integraron primero Ecología del Sudeste S.R.L. y después Fundación Ecosud. El proceso de crecimiento de todos estos años se dio a partir de un recurso humano valiosísimo que desde diferentes lugares sumó aportes, creatividad, compromiso y empeño.

El primer desafío de erradicar un basural a cielo abierto me puso en contacto con el comisario mayor (r), bombero, Juan José Nievas, quien entonces se desempeñaba como secretario de obras y servicios públicos en Jesús María. El camino se hizo ameno y se enriqueció con su compañía. Hemos sostenido nuestra amistad desde que me iniciara en los temas ambientales.

Me aguardaban privilegios impensados para el novísimo emprendedor y ambientalista que era: en 1996 recibí la invitación de Sancor Sunchales para trabajar con el cuadro técnico ambiental de la empresa para resolver la generación y tratamientos de desechos de sus plantas en toda Argentina. Incluso, la convocatoria de los municipios preocupados por los basurales a cielo abierto que entregaron la confianza para avanzar sobre una solución.

Reconozco el privilegio de contar con la colaboración, siempre dispuesta, de la ingeniera ambiental Adriana Giménez. De la misma manera, el Dr. Mauricio Pestchanker, integrante de Ecochem S.A, confió y supo ver en toda su dimensión el proyecto Ecosud, y asumió, desde lo personal, el desafío inmenso de poner en marcha en San Luis lo que habíamos conquistado en Córdoba con Ecología del Sudeste.

El encuentro con el arquitecto Reinaldo Calvente fue inspirador desde lo personal. Reinaldo se hizo tiempo para acompañar el relanzamiento de FundaciónEcosud. Un hombre público y defensor de las políticas públicas, conoce también acerca de la entrega generosa y humilde al servicio de la comunidad. Agradezco siempre que me distinguiera con su confianza y los elogios desmedidos que más de una vez me ha dedicado.

El joven dirigente Dr. Jorge Germán Villarroel interpretó los objetivos de Ecosud y entendió como pocos la transversalidad de la problemática ambiental.

He contado con el apoyo incondicional del periodista y amigo Juan Francisco Sierra quién me ha honrado además con el prólogo del libro.

El trabajo siempre dedicado de Julio Caballero, gran talento puesto al servicio del bien común, coordinador de actividades entre distintas ONG de la ciudad de Bell Ville, incansable militante de la vida en comunidad.

La Dra. María Luisa Altinger ha sido desde el primer día de su incorporación una embajadora del espíritu que anima a la Fundación Ecosud. María Luisa es reconocida en todo el país por su trabajo y entrega a la ciencia. Generosa con nuestra querida ciudad, no duda en poner en manos de la institución algún trabajo científico del equipo de profesionales que lidera, como muestra de ello dejo aquí el título de su último trabajo: “Estimación del riesgo de tornados y corrientes descendentes sobre la zona urbana y suburbana de la ciudad de Bell Ville”. Un gran aporte para la mejor calidad de vida de los Bellvillenses y un estímulo permanente para levantar la vara de nuestras pretensiones.

Jorge Mosquera, el amigo entrañable, en quien encontré una mirada muy fina sobre la gestión del Estado municipal. Mirada que, por cierto, ha sido de gran utilidad para afianzar algunos conceptos que vierto a lo largo de este trabajo.

Son tantas personas las que se suman a este balcón de observación sobre el trayecto recorrido, en coincidencia con la transversalidad de la cuestión ambiental. En ese sentido, la ecopoesía nos llama la atención y nos convoca a pensar el ambiente desde el arte y las emociones. Por ello, acompañan este libro dos poemas: uno, de la autoría de Marta Toro, perteneciente al grupo de escritura Sentir en Palabras y el otro, de Denise Lisette Mombelly, alumna de 6° año del Centro Superior Polivalente de Arte Martín Malharro, ganadora del concurso organizado por UBES (Unión Belvillense de Estudiantes Secundarios) en el rubro literatura, año 2018.

Finalmente, esta exposición se nutre de la colaboración de dos profesionales y emprendedores ambientales el Arq. Juan Cane y el Prof. Jorge Bardiz quienes ensayan una mirada personal sobre la planificación urbana y la Reserva Francisco Tau, respectivamente. Agradezco a ellos sus aportes, la mirada siempre atenta y ocupada en el bienestar de la comunidad.

Por último, guardo un reconocimiento especial, de profunda gratitud, para mi familia. Al poner por escrito estas vivencias les quito la carga de soportar una y otra vez las anécdotas en las que podrían haber terminado mis experiencias. Entiendo que he exorcizado mis ideas, las he puesto en palabras y al plasmarlas en un libro, como una forma de descargar el disco duro, doy inicio a un nuevo camino.

PRÓLOGO

META Y CAMINOS

En distintos órdenes de la vida, las acciones que apliquemos en el presente configurarán los resultados en el futuro. Estos resultados podrán ser positivos o negativos y seguramente se moldearán de acuerdo con los auspicios y resistencias del entorno. Hasta la búsqueda orientada a lograr resultados positivos, aun con todos los vientos a favor, puede concluir en el fracaso, porque en gran medida los resultados no dependen solamente de la dirección de nuestros deseos, sino del camino que elegimos. Y esta es una respuesta posible a tantos desaciertos, a pesar de las mejores intenciones.

En el libro de Daniel Santiago Tossen se avisa, se advierte y se devela por qué, a pesar de numerosos esfuerzos colectivos, la humanidad todavía no logró encontrar un camino que permita comulgar el desarrollo económico con el proteccionismo ambiental. A pesar de los enormes esfuerzos institucionales desplegados desde los años 70 a la fecha hay un problema ambiental. PROYECTO ARGENTINA VERDE plantea de qué manera, ante el advenimiento de nuevos y necesarios paradigmas, estamos a tiempo de revertir tal tendencia. Es que Daniel, por su condición de empresario y ambientalista, enfoca la pasión y la racionalidad en objetos de estudio impensados y de ahí surge una síntesis novedosa y útil.

En tal sentido, su aporte radica en una mirada realista que propone superar la clásica fraseología del ecologismo de barricada para exponer claramente que, más allá de las palabras bienintencionadas, existe una compleja red de intereses económicos y productivos que no se van a detener ante la mera denuncia de los impactos medioambientales. Todo lo contrario, para evitar una eventual crisis civilizatoria, es preciso reconducir esos intereses económicos en su funcionamiento mediante estrategias de reconversión e innovación que, además, también pueden resultar en negocios.

Tossen recomienda y aboga por la presencia de un Estado que cumple la función de arbitraje, pero también ofrece las herramientas legales necesarias para transitar ese camino. No se trata solo de la misión policíaca de un Estado controlador, sino de una organización activa que logre amalgamar los fines productivos con un ambiente saludable. En este marco rescata esfuerzos locales y regionales a partir de su experiencia como habitante y empresario de la provincia de Córdoba, cuyo Estado promueve políticas ambientales saludables en cooperación con municipios, ante problemas sanitarios puntuales.

En su afán de demostrar que este camino es posible y necesario, relata la historia de las distintas propuestas asociativas que han conducido a plantear racionalmente la respuesta político organizacional frente a las agresiones al planeta, particularmente registradas estas en el siglo XX y por efecto preponderante de las dos guerras mundiales. La creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), pasando por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) o la Cumbre de la Tierra de 1992, hasta el Acuerdo de París, son hitos en tal sentido que le dan el contexto macro a esta intención.

En lo procedimental, propone revisitar el paradigma del desarrollo sostenible a la luz de los importantes avances tecnológicos. Impulsados por nuevas metas consumistas, los avances tecnológicos deberían ponerse al servicio del ser humano y no al revés, consolidando de esta forma una visión conciliatoria de concreción probable, siempre y cuando la dirigencia toda, y en todos los órdenes, esté a la altura de las circunstancias. En tal sentido, recuerda la aparición de las tecnologías del medio ambiente y las ecoindustrias, antecedentes de lo que posteriormente se conocería conceptualmente como “economía verde”, en esta incansable búsqueda de herramientas que logren “el mantenimiento de un ambiente sano y el uso adecuado de los recursos que nos provee la naturaleza”.

En este correlato adquieren significativa importancia las energías limpias, pero también la “industria de las soluciones ambientales” que se propone como “un modelo de negocios que ayudará en la remediación y mitigación de los problemas actuales, con vistas a prevenir los futuros”.

Atado a la prédica y a la acción, al mismo tiempo, Tossen también destaca el rol de empuje hacia los nuevos paradigmas que tienen las organizaciones nacidas al calor de los nuevos desafíos proteccionistas, que no buscan eludir las problemáticas de la producción. En tal sentido, rescata la creación de la Fundación Ecosud, como resultado de la alianza estratégica entre Ecología del Sudeste SRL y ECOCHEM SA. Agrega así un panegírico al emprendedurismo, al entenderlo como factor de creación de riqueza que no debe ser desalentado sino, en todo caso, recalificado y resignificado ante una dinámica social y cultural que no se detiene. En este camino, propone el emprendimiento ambiental como nueva resultante de la aspiración en un tiempo histórico, como el actual, en su fase inicial y esperanzadora.

Dejo para el final de este Prólogo lo que el autor propone para el inicio de su libro a modo de declaración de principios: “Las conductas destructivas nos han llevado a un circuito ininterrumpido y pernicioso del que es necesario salir. La mala praxis en la gestión ambiental (ya sea por parte del Estado como por parte de la sociedad) impacta negativamente y alcanza de manera transversal a los seres humanos”. Este es el diagnóstico y los seres humanos estamos ante la encrucijada de tratar de resolver problemas ambientales con herramientas perimidas, o resolverlos con nuevas reglas de juego con base en la experiencia empírica y realista.

De nuestra decisión dependerá el bienestar de las futuras generaciones.

Juan Francisco Sierra

Periodista

MADRE TIERRA

-Marta Toro-

Claman tus entrañas

por el dolor que te causa

el hombre impiadoso

que habita tu suelo.

Tu oxígeno impuro,

tus ríos violentos,

tus montañas heridas

a cielo abierto.

Raíces que mueren

sin dar su simiente,

hacen estéril

tu generoso vientre.

Tu lamento se escucha

en los confines

furioso y doliente.

Alerta a los pueblos

el feroz maltrato

de su gente indolente.

Lloran tus ojos

lágrimas potentes,

imploras reseca,

anuncias tu muerte.

Grupo Sentir en Palabras

Bell Ville, Córdoba, 2018

Cuestiones de política ambiental

INTRODUCCIÓN

Sin dudas, la actividad humana ha modificado el mundo, a la vez que ha generado inconvenientes, en apariencia, insalvables. Y digo en apariencia insalvables, porque la matriz aún vigente de utilizar recursos no renovables en las industrias y el consecuente consumo irresponsable muta inexorablemente hacia otro modelo de producción y adquisición de bienes más amigable con el planeta. Aunque no sin resistencia.

La ONU define el medio ambiente como el conjunto de todas las cosas vivas que nos rodean. Del ambiente obtenemos agua, comida, combustibles y materias primas que sirven para fabricar las cosas que se utilizan a diario. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente Estocolmo 1972 definió el medio ambiente como “el conjunto de componentes físicos, químicos, biológicos y sociales capaces de causar impactos directos o indirectos en un plazo corto o largo sobre los seres vivos y las actividades humanas”.

Guardo la impresión de que hemos tomado esta definición de manera egoísta, para justificar el vínculo histórico que mantenemos como sociedad con el medio ambiente: una propiedad de la que podemos disponer a conveniencia y placer.

Las conductas destructivas nos han llevado a un circuito ininterrumpido y pernicioso del que es necesario salir. La mala praxis en la gestión ambiental (ya sea por parte del Estado como por parte de la sociedad) impacta negativamente y alcanza de manera transversal a los seres humanos. La alteración del ambiente modifica la calidad de vida de las personas en al menos tres dimensiones: los vínculos, las ideologías y los medios para buscar el sustento.

Vale como ejemplo el relato de habitantes de las periferias de pequeñas urbes, quienes pueden contar sus peripecias ante la falta de infraestructura sanitaria. Cuando a un barrio no llegan el agua, el cordón cuneta y las cloacas, cuando proliferan los micro basurales, cuando se habita viviendas sin baños instalados, los ciudadanos han sido vulnerados en su calidad de vida. La primera consecuencia es el deterioro de la salud, y con ello disminuyen las oportunidades educativas y laborales, que se degradan en igual medida.

El medio ambiente es nuestro patrimonio y debemos velar por él, no solo para satisfacer necesidades de consumo o de hedonismo, sino también como responsabilidad para las generaciones futuras.

Desafortunadamente nuestra huella en el mundo ya ha quedado marcada por la utilización de recursos no renovables, el consumo desmedido, la generación de desechos dispuestos en basurales a cielo abierto, los excesos tecnológicos. Y hay más: los rellenos sanitarios hoy son discutidos en cuanto a su eficacia al utilizar tierras valiosas para la disposición de residuos sin clasificar. Así, se propicia la degradación de los suelos, cuando convendría aplicar un modelo combinado de técnicas varias para lograr una mejor perfomance en los tratamientos.

Debemos, como obligación contraída con nosotros mismos y las generaciones futuras, utilizar una herramienta tecnológica adecuada al desafío que plantea la industria actual. Una industria que nos entrega productos cada vez más complejos y sofisticados para el consumo. No se trata ya solo de la generación de basura, sino de qué basura. Cuando estos nuevos productos se desechan y mal disponen en basurales a cielo abierto, el cambio climático juega un papel determinante para agravar la situación, con la aparición de focos de incendios en épocas de sequías agudas, por ejemplo.

La problemática ambiental tiene, hasta ahora, demasiados diagnósticos. Mucho se ha escrito y dicho al respecto de los inconvenientes que todos conocemos, pero muy pocos han hablado desde la puesta en práctica de las soluciones que necesitamos.

Una mirada personal

La ciencia ha denominado a esta era que atravesamos holoceno. Siento inquietud y curiosidad por saber cómo denominarán los geólogos y otros estudiosos de la conformación de los suelos a este momento de la historia de la humanidad que deja esparcidos sus desechos, tal que una huella indeleble, sobre el planeta.

Frente a este problema, la experiencia que he adquirido en más de veinte años debería resultar anacrónica; es lo normal, lo lógico. Pero la cuestión ambiental no ha seguido ese destino. Entonces, la vigencia del problema de los basurales a cielo abierto y su agravamiento son un disparador para ocuparme del tema.

Aquí es donde tomo certeza acerca de que mi pericia es útil para recorrer el camino de una manera menos complicada. Me pongo al servicio de la comunidad para favorecer la toma de decisiones de los Gobiernos y de los emprendedores del rubro ambiental. Porque estoy convencido de que hay otra manera de hacer las cosas: más amigable con el ambiente y sostenible para beneficio de las personas.

Sin pretensión revisionista, es necesario un recorrido histórico general de la problemática. El objetivo es dejar en claro el punto de inicio del problema y las principales causas que lo generaron.

No es fin de este trabajo detenerse en la cuenta de todos los problemas ambientales. No ha sido esa la pretensión, y si lo fuera, seguro que habría perdido el rumbo, porque entonces sería uno más de la lista de relatores de problemas, que por cierto los hay y muy buenos.

Este documento está especialmente dirigido a quienes hacen política y a los emprendedores que ven en el medio ambiente un desafío empresarial. Hay un problema que requiere inminente solución: la generación de desechos y sus consecuencias.

He concebido mi propuesta a partir de lo que entiendo como el corazón del problema mismo:

El consumo indiscriminado.La falta de estrategias novedosas y altamente tecnificadas para la disposición final de residuos.La falta de alianzas con emprendedores ambientales que acerquen otros formatos de negocios y gestión del rubro.La falta de aplicación de nuevas herramientas en las políticas educativas.

Propongo una mirada política del problema para lograr la solución al intríngulis. Entiendo que se requiere de una política pública ambiental, con el liderazgo estratégico de la empresa privada. En suma, se trata de entender la circunstancia adversa como oportunidad para emprender en un rubro no explorado ni explotado en su total dimensión, lo que permitirá alcanzar el desarrollo económico sostenible.

Hay un reclamo de acciones dirigidas alGobierno y a la sociedad a partir de tres premisas:

pensar el ambiente;reflexionar sobre las conductas sociales;proponer y aplicar soluciones.

En estas líneas se entretejen el fruto de dos décadas de investigación y desarrollo de negocios en el rubro ambiental. Con ello, emprendo el desafío de proponer soluciones amigables con el ambiente a los problemas vigentes. Aquí entrego un PROYECTO para una ARGENTINA VERDE, con la atención puesta en la sostenibilidad y la mirada, en el desarrollo de toda una comunidad.

CAPÍTULO I

PROBLEMÁTICA AMBIENTAL A TRAVÉS DE LA HISTORIA

BREVE RECORRIDO POR EL SIGLO XXHASTA LA ACTUALIDAD

Las actividades económicas, políticas y sociales impactan de forma positiva y negativa en el medio ambiente.

Tomando como punto de partida las dos guerras mundiales, vemos cómo los conflictos bélicos han sido causantes indiscutidos de desastres ambientales, sumados a ellos otras conductas sociales negativas y catástrofes naturales.

La Primera Guerra Mundial se inició formalmente el 28 de julio de 1914 y culminó el 11 de noviembre de 1918. En la Conferencia de París los países aliados firman el Tratado de Versalles (28 de junio de 1919) con Alemania. Durante el siguiente año, se firmarían acuerdos con todas y cada una de las potencias derrotadas.

La guerra había movilizado 70 millones de militares, de los cuales 60 millones fueron europeos. Nueve millones de combatientes y siete millones de civiles perdieron la vida (1% de la población mundial total). La sofisticación tecnológica e industrial de los contendientes dejó tales consecuencias en vidas perdidas.

La Gran Guerra modificó el mapa europeo, independizó naciones y propicio la Revolución rusa, con la que tomó vida la primera nación socialista de la historia: la Unión Soviética.

Aunque la fundación de la Sociedad de Naciones (luego, reconvertida en la ONU/ Organización de Naciones Unidas) tuvo el objetivo de evitar que un conflicto de esa magnitud se repitiese, a dos décadas de su creación estalla la Segunda Guerra Mundial.

Este segundo conflicto global se desarrolló entre el 1 de setiembre de 1939 y el 15 de agosto de 1945. Involucró a la mayor parte de las naciones del mundo, incluso a las que ya se perfilaban como potencias.

Fue la mayor contienda bélica de la historia: 100 millones de militares movilizados en un estado de guerra total. Los países destinaron toda su capacidad económica, militar y científica al esfuerzo bélico. Se borró la distinción entre recursos civiles y militares.

La muerte masiva de civiles, el holocausto, los bombardeos intensivos sobre las ciudades, las armas químicas (pese a la prohibición de uso que se había acordado en 1907, en la Convención de La Haya) y el uso de armas nucleares dejaron como saldo 70 millones de víctimas (2,5% de la población mundial). La Segunda Guerra Mundial alteró las relaciones políticas y la estructura social del mundo.

Pero mucho antes de que la Guerra terminase, algunas de las naciones involucradas ya habían comenzado a diseñar un camino de salida (o de retorno, según se lo mire). Inspirados en la Sociedad de Naciones y el Tratado de Versalles, el 1 de enero de 1942 aparece en la escena internacional el nombre de Naciones Unidas, propuesto y utilizado por primera vez por el presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt.