Relación de un viaje al Río de la Plata - Acarete de Biscay - E-Book

Relación de un viaje al Río de la Plata E-Book

Acarete de Biscay

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Beschreibung

La Relación de un viaje al Río de la Plata es un relato del viaje de Acarette du Biscay, aparecido en Londres en 1698, y entonces se tradujo con el título de Relación de los viajes de Monsieur Ascárate du Biscay al Río de la Plata. Acarette du Biscay desembarcó en Buenos Aires entre marzo y abril de 1658. Más tarde Biscay viajó hasta Perú. Sus observaciones sobre estos países, se refieren a los habitantes, indígenas y españoles, y a las ciudades, comercio, fertilidad y riquezas.

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Acarette du Biscay

Relación de un viaje al Río de la Plata Edición de Julio César González

Barcelona 2024

Linkgua-ediciones.com

Créditos

Título original: Relación de un viaje al Río de la Plata.

© 2024, Red ediciones S.L.

e-mail: [email protected]

Traducción: Francisco Fernández Wallace.

Diseño de la colección: Michel Mallard.

ISBN rústica ilustrada: 978-84-9007-588-3.

ISBN tapa dura: 978-84-1126-663-5.

ISBN ebook: 978-84-9953-426-8

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

Sumario

Créditos 4

Brevísima presentación 7

La vida 7

Relación de un viaje al Río de la Plata 9

y de allí por tierra al Perú con observaciones sobre los habitantes, sean indios o españoles, las ciudades, el comercio, la fertilidad y las riquezas de esta parte de América 9

Relación del viaje 19

Descripción de Buenos Aires 37

Viaje desde Buenos Aires hasta el Perú 47

Descripción de la ciudad de Potosí y sus minas 61

Libros a la carta 93

Brevísima presentación

La vida

La Relación de un viaje al Río de la Plata es un relato del viaje de Acarette du Biscay, aparecido en Londres en 1698, y entonces se tradujo con el título de Relación de los viajes de Monsieur Ascárate du Biscay al Río de la Plata.

Acarette du Biscay desembarcó en Buenos Aires entre marzo y abril de 1658. Más tarde Biscay viajó hasta Perú. Sus observaciones sobre estos países, se refieren a los habitantes, indígenas y españoles, y a las ciudades, comercio, fertilidad y riquezas.

Relación de un viaje al Río de la Plata

y de allí por tierra al Perú con observaciones sobre los habitantes, sean indios o españoles, las ciudades, el comercio, la fertilidad y las riquezas de esta parte de América

Los viajeros que recorrieron en la época colonial el actual territorio argentino, tienen ganado un puesto en el conocimiento de nuestra historia. No se puede prescindir de sus juicios, apreciaciones, informes o referencias, acerca del estado político, social, militar o religioso en el momento en que visitaron el Río de la Plata. Ofrecen en sus relatos coloridas pinceladas de la vida colonial. Algunos de ellos estuvieron vinculados a las cuestiones comerciales, por donde es posible conocer precisos datos acerca del desenvolvimiento económico; otros, trajinaron sotanas por casi todo el territorio, empeñados en la catequización, pero atentos al movimiento general de la sociedad de entonces, y no son los menos los que deambularon atraídos por yacimientos metalíferos, conquistados por la belleza serrana del norte, los nevados picos del oeste, las frías soledades del sur o la inalterable y serena majestad de la pampa. Ninguno, bueno es recalcarlo, puede ser despreciado por sus informaciones.

El rastreo atento entre la documentación o el cotejo con obras clásicas de nuestra historiografía —los cronistas en primer término—, hace posible confirmar o aclarar numerosas cuestiones. Paul Groussac nos dejó inquieto y erudito comentario en torno de un viajero holandés a bordo del Mundo de Plata;1 Vicente G. Quesada, en su introducción a las cartas de los jesuitas Gervasoni y Cattaneo, realizó igual intento,2 no así José Manuel Estrada en sus comentarios acerca de las dos siguientes cartas de los nombrados religiosos, en que realiza simplemente acotaciones al método histórico de Macaulay;3 Ernesto Quesada volvió a la senda de Groussac, empleando el material proporcionado por los viajeros en su estudio acerca de La Ciudad de Buenos Aires en el siglo XVIII4 y Luis María Torres en la introducción al tomo documental sobre Cuestiones de administración edilicia de la ciudad de Buenos Aires, discrimina el valor histórico de los relatos.5

Tampoco puede esperarse una utilización consciente de todo el material proporcionado por quienes han visitado el Río de la Plata entre los siglos XVI y XIX, faltando —como faltan— colecciones a la manera de las compilaciones europeas de Thevenot, Harris, Churchill, etc., o ediciones en cuya traducción se pueda confiar. Raras son también las relaciones bibliográficas y recién en nuestros días tenemos dos estudios generales acerca de los viajeros, debidos al distinguido investigador José Torre Revello6 y al bibliófilo Alejo González Garaño,7 sin que olvidemos un estudio similar para los viajeros de la época independiente de Carlos J. Cordero.8 Esos trabajos cumplen con eficacia y son de indudable utilidad como instrumento de orientación para los estudiosos. Han abierto una huella en un tema escasamente recorrido y es de desear que inspiren a otros un análisis menudo y circunstanciado de las memorias y relaciones de cada uno de los viajeros, en los cuales se apunten los más variados problemas bio-bibliográficos y se coordinen y anoten críticamente sus relatos conforme con los conocimientos históricos correspondientes. Cumplimentada esta tarea previa de discriminación, devendrán las colecciones críticas, que depararán novedosas conclusiones, ratificando o rectificando cuestiones que son actualmente objeto de polémica o incertidumbre.

Acarette realizó dos viajes al Río de la Plata. El primero, bien determinado, se inicia a fines de diciembre de 1657, finalizándolo en Buenos Aires a los ciento cinco días de navegación, entre los meses de marzo o abril del año siguiente. Recorrió luego la ruta desde el Plata hasta Potosí, y vuelto a Buenos Aires partió de regreso en mayo de 1659, arribando a Santander con algún retraso, a causa de la colaboración que debió prestar en la isla de Fernando de Noronha a la nao holandesa del capitán Isaac de Brac.

El segundo viaje de Acarette, sin licencia real y con el pretexto de perseguir a los lusitanos en las costas brasileñas, se verificó sin fecha precisa, si bien sabemos que tuvo lugar durante el gobierno de Alonso Mercado y Villacorta (1660-1663).

Las alternativas de estos dos viajes de Acarette constituyen «uno de los más fieles reflejos de la realidad en la época en que visitara a Buenos Aires, haciendo descripción amena de la ciudad y su campaña, habitantes y costumbres, aportando a la vez valiosas informaciones sobre el aspecto económico».9 Sin embargo, recayó sobre él un largo silencio, y un olvido completo. Se lo mencionaba como ejemplo de exageración y ausencia de sentido crítico, pues más se leyó como disparatado relato de un visionario o fantástico viajero, que como obra basada en un viaje efectuado con inquietud y espíritu atento a las novedades que como europeo se le ofrecían. Como si ello no fuera bastante, la segunda edición inglesa del relato de Acarette aparece como obra anónima, dedicada al Directorio de la South Sea Company y entre nosotros se mantiene casi totalmente ignorada la edición original que en idioma francés apareció en la Colección de Thevenot, que tan solo hemos podido manejar a través de los comentarios de Camus en su Mémoire sur la collection des grands et petits voyages, et sur la collection des voyages de Melchisedech Thevenot,10 a quien han seguido todos los tratadistas bibliográficos.

Esta rara colección de viajeros se titula Relation de divers voyages curiex qui n’ont pas été publiés, et qu’on a traduits ou tirés des originaux y consta de cuatro partes agrupadas en dos volúmenes. «Les collecctions complètes sont excessivement rares chez l’étranger; elles ne sont pas communes même en France», podía decir Camus en 1802, y Brunet, sesenta años más tarde, también señalaba la rareza de esta «Collection intéressante, dont il est difficile de trouver des exemplaires complets, parce que chaque partie est composée de pièces séparées».11

La primera parte apareció en 1663 —con nuevo título en 1666— la segunda y tercera en 1666 y la segunda y tercera en 1666 y la cuarta en 1672. A la muerte de Thevenot, el librero Thomas Moëtte publicó la colección con nuevos frontispicios datados en 1696, y agregándoles los trabajos que estaban destinados a constituir una quinta parte.

Pues bien, en la cuarta parte y con el número XXXVII apareció, por primera vez, en 1672 la Relation des voyages du S... dans la riviére de la Plate, et de lá par terre au Pérou. Camus expresa que «le nom de Vauteur de cette relation est resté en blanc, tant dans ce titre, que dans le cours de la relation. Il est exprimé dans le frontispice particulier, qui porte: Voyage du S. Acarette à Buenos Ayres, etc.»12 Respecto del autor del relato no aporta Thevenot ningún antecedente, limitándose a decir que «l’auteur ne lui est connu que sous le nom du S. Acarette, qui est peut-être supposé». «C’est apparentement —agrega por su parte Camus— cette raison qui l’a empêche d’exprimer le nom dans le cours de la relation».

Como Camus advierte que «n’en connois pas d’autre édition que celle de Thevenot», debemos estimar que fue el texto utilizado en la primera edición inglesa de 1698 y en donde ya aparece Acarette convertido en Acarette du Biscay; es decir, que al nombre del viajero los editores consideraron conveniente agregarle el lugar de origen. Esta segunda edición corrió bajo el siguiente título: An / account / of a / voyage / up the River de la Plata, / and thence over Land to / Peru. With observations on the inhabi / tants, as well Indians and Spaniards; / the cities, commerce, fertility, and / riches of that part of America / by Mons. Acarette du Biscay / London: / Printed for Samuel Buckley, at the Dolphin / over agait St. Dunstans Church in / Fleetstreet. 1698, integrando un volumen de viajes que se titula Voyages and Discoveries in South America, The First up the River of Amazons to Quito in Peru, and back again to Brazil, perform’d at the Coinmand of the King of Spain by Christopher D’Acvgna. The second up the River of Plata, and thence by Land of the Mines of Potosi. By Mons Acarette. The third from Cayenne into Guiana in search of the Lake of Parima, reputed the richest Place in the World. By M. Grillet and and Bechamel. Done into English from the Originals, being the only accounts of those Parts hitler to extant. The whole illustrated with Notes and Maps. London, 1698.

A consecuencia de los convenios suscritos al término de la guerra de sucesión española, se suscitó en Inglaterra un vivo interés por conocer las colonias americanas en las cuales debía actuar la South Sea Company. Estaba autorizada por el tratado de asiento de negros (marzo 26 de 1713) a introducir 1.200 esclavos anuales por el puerto de Buenos Aires, de los cuáles una tercera parte serían internados hacia los reinos de Chile y Perú. Ello nos explica el por qué se realizara una nueva edición, la tercera, del relato de Acarette. Apareció en Londres, en 1716, en forma anónima, ocultándose su autor en la vaga referencia de Mr. R. M., que aparece dedicando su obra al Honourable the Court of Directors of the South Sea Company. El título de esta tercera edición es el siguiente: A / Relation / of / Mr. R. M’s Voyage to BuenosAyres: / And from thence by Land to Potosi. / Dedicated to the Honourable the / Court of Directors of the South / Sea Company. / London / Printed by John Darby in Bartholornew Close. / M.DCC.XVI.

La que podríamos considerar cuarta edición de Acarette y primera en castellano apareció en dos partes en el tomo XIII de La Revista de Buenos Aires, que dirigían Miguel Navarro Viola y Vicente G. Quesada.13 La traducción corrió al cuidado de Daniel Maxwell, quien dejó constancia de que había utilizado la primera edición inglesa, por cuanto en la de 1716 «se han hecho varias supresiones y alteraciones», bien que son de escasa importancia y en poco modifican el texto de la edición de 1698.

Esta nueva edición castellana ha sido realizada sobre la base de las inglesas, siendo lamentable que no se hubiera podido cotejar con la original francesa que nos ha sido imposible localizar.14 De todos modos era necesario volver nuevamente a este viajero, en la seguridad de que se puede mejorar el concepto de lo que quiso decir acerca de algunas cosas que fueron tildadas de exageradas o fabulosas. Entendemos que cuando Acarette refiere lo que ha visto, es ajustado en su relato y podemos dar fe a sus manifestaciones; no así cuando menciona episodios y acontecimientos que sabe de segunda mano. La exageración en este caso habría que cargarla a cuenta de sus anónimos informantes, siempre malintencionados o burlones. No puede quedar duda alguna acerca de la ingenuidad de Acarette. No le faltó sentido crítico cuando consideró conveniente aplicarse cuidadosamente al comentario, pero no siendo observador de la idiosincrasia de los americanos, se dio de lleno a ellos, no advirtiendo en las ocasiones en que recibía informaciones de personas de escasa seriedad o propensas a las chanzas con las cuales dejaron maravillado al viajero. Acarette parece haber recorrido el país mirando con ojos avizores y entusiastas sus bellezas naturales y los encantos de sus mujeres. Admiró cuanto prodigio de la naturaleza encontró en sus viajes por el interior y creyó posibles otras maravillas que le fueron narradas.

Compruébase el valor informativo de Acarette con la explicación que ofrece sobre el itinerario de la carrera de postas al norte; el Potosí, sus minas y sus fiestas y el sistema comercial de flotas y galeones que se aplicaba en la época. El procedimiento de que se vale para extraer una fuerte partida de oro y plata, burlando la vigilancia de una administración que gustaba dejarse sobornar, por más corrompida que ella fuera, por lo menos vale como demostración de un sistema corriente.

Se ha dicho que los «porteños de entonces le fantasearon bastante para reírse de él».15 Esta opinión resume los resultados a que se puede llegar con el análisis del relato de Acarette. Como es posible discriminar aquello que es aporte extraño a la personal observación de su autor, el relato de este viajero conserva su interés documental acerca del primer siglo de colonización en el Río de la Plata y Alto Perú.

Julio César González

1 Paul Groussac: Introducción al «Viaje de un buque holandés al Río de la Plata», en Anales de la Biblioteca, tomo IV, págs. 272-370, Buenos Aires, 1905. (N. del E.)*

* Las notas del editor pertenecen a la edición original, Buenos Aires, Alfer and Vays.

2 Vicente G. Quesada: Buenos Aires en 1729. Introducción a las cartas de los jesuitas Gervasoni y Cattaneo, en La Revista de Buenos Aires, tomo VIII, págs. 200-213, Buenos Aires, 1865. (N. del E.)

3 José Manuel Estrada: Los padres Gervasoni y Cattaneo, en La Revista de Buenos Aires, tomo VIII, págs. 552-560, Buenos Aires, 1865. (N. del E.)

4 Ernesto Quesada: La ciudad de Buenos Aires en el siglo XVIII según referencias de viajeros, en Revista de la Universidad Nacional de Córdoba, año V, Nos. 4-5, págs. 62-98, octubre-noviembre, Córdoba, 1918. (N. del E.)

5 Luis María Torres: Cuestiones de administración edilicia de la ciudad de Buenos Aires, introducción a Documentos para la historia argentina, tomo IX, Administración edilicia de la ciudad de Buenos Aires (1776-1805), Buenos Aires, 1918. (N. del E.)

6 José Torre Revello: Viajeros, relaciones, cartas y memorias (siglos XVI, XVII, XVIII y primer decenio del XIX), en Academia nacional de la historia, Historia de la Nación Argentina (desde los orígenes hasta la organización definitiva en 1862), dirigida por el doctor Ricardo Levene, tomo IV, primera sección, El momento histórico del virreinato, págs. 545-585, Buenos Aires, 1938. (N. del E.)

7 Alejo González Garaño: Advertencia al viaje al Río de la Plata y Chile (1752-1756), en Sociedad de historia argentina, Anuario de historia argentina, vol. II, 1940, págs. 511-517, Buenos Aires, 1941. (N. del E.)

8 Carlos J. Cordero: Los relatos de los viajeros extranjeros posteriores a la Revolución de Mayo, como fuentes de historia argentina. Ensayo de sistematización bibliográfica, Buenos Aires, 1936. (N. del E.)

9 José Torre Revello: Viajeros, relaciones, etc., pág. 550. (N. del E.)

10 A. G. Camus: Mémoire sur la collection des grands et petits voyages, et sur la collection des voyages de Melchisedech Thevenot, París, 1802. (N. del E.)

11 Jacques-Charles Brunet: Manuel du libraire de l’amateur de livres, tomo V, pág. 810, París, 1864. (N. del E.)

12 A. G. Camus: Mémoire sur la collection, etc., pág. 325. (N. del E.)

13 La Revista de Buenos Aires, tomo 13, págs. 3 y 211. (N. del E.)

14