Repensar la Escatología - Rigoberto Gálvez - E-Book

Repensar la Escatología E-Book

Rigoberto Gálvez

0,0

Beschreibung

 El libro  Repensar la Escatología  te ayudará a cambiar tu manera de pensar y descubrirás que existe un panorama más amplio de los eventos finales y la naturaleza del Reino; mostrando su importancia, su propósito y el por qué es vital conocerla a profundidad. El  Dr. Rigoberto Gálvez  se acerca a uno de los temas más apasionantes y populares, pero también confuso y polémico, del cristianismo evangélico. La escatología es primordial en la teología cristiana, pero paradójicamente es donde más confusión hay desde épocas tempranas y, a semejanza de la torre de Babel, hay una gran diversidad de posturas, enfoques, contradicciones, teorías, e imaginerías. Por eso, allí sobra el sensacionalismo, la curiosidad, la mala interpretación y las modernas aficiones de fijar fechas para el rapto y la segunda venida, por citar algunos ejemplos.  Este libro te ayudará a:  -  Realizar un acercamiento diverso e histórico sobre la exégesis  -  Ver la importancia del estudio hermenéutico  -  Comprobar la revisión crítica de una teología bien fundamentada  -  Ver las distintas ópticas del pensamiento cristiano escatológico. 

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 584

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



REPENSAR

LA ESCATOLOGÍA

REVISIÓN CRÍTICA Y PROPUESTA

Rigoberto Gálvez

Editorial CLIE

C/ Ferrocarril, 8

08232 Viladecavalls

(Barcelona) ESPAÑA

E-mail: [email protected]

http://www.clie.es

© 2023 por Rigoberto M. Gálvez Alvarado

«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 917 021 970 / 932 720 447)».

© 2023 por Editorial CLIE. Todos los derechos reservados.

REPENSAR LA ESCATOLOGÍA

ISBN: 978-84-19055-16-3

eISBN: 978-84-19055-17-0

Escatología

Datos biográficos

El doctor RIGOBERTO M. GÁLVEZ es guatemalteco, casado, pastor y teólogo. Posee los siguientes grados académicos: licenciatura en Teología por la Universidad Mariano Gálvez de Guatemala, maestría en Ciencias de la Comunicación (MSc), doctorado en Teología (ThD, PhD) otorgados por la Universidad Panamericana de Guatemala. Ha sido catedrático en el área de Teología Sistemática e Historia del cristianismo y ha formado parte de ternas examinadoras en las áreas de teología y humanidades en distintas universidades de Guatemala; asesor y revisor de varias tesis de licenciatura, maestría y doctorado. Se desempeña como rector del Seminario Bíblico Teológico de Guatemala –SETEGUA- desde 1992 a la fecha; forma parte del consejo doctoral del Consorcio de Seminarios de Latinoamérica –CONSELA-. En el ministerio pastoral sirve a tiempo completo desde 1987 al presente. Es copastor general de Iglesia de Jesucristo La Familia de Dios desde el año 1990 a la fecha. Es autor de varios libros y artículos publicados en España, Inglaterra, Argentina, México y Guatemala, entre otros: Teología de la comunicación, un acercamiento bíblico a los medios masivos de comunicación, publicado por la Editorial CLIE, Barcelona, 2001; Unidad y diversidad del protestantismo latinoamericano, junto a José Míguez Bonino y Juan Sepúlveda, publicado por la Editorial Kairós, Argentina, 2002; La obediencia de Jesús de Nazaret, modelo para la misión de la Iglesia, Ediciones Fortaleza, Guatemala, 2005; Para entender la teología; una introducción a la teología cristiana, CLIE, Barcelona, 2015; es uno de los varios autores del libro The Reshaping of Mission in Latin American, publicado en inglés por la Editorial Regnum Books International, Oxford, Inglaterra, traducido al portugués, y publicado en español por la Editorial CUPSA, México; Autocrítica a la religiosidad popular evangélica, CLIE, Barcelona, 2018; Cómo preparar y elaborar mejores sermones, CLIE, Barcelona 2020.

ÍNDICE

Dedicatoria

Agradecimientos

Aclaración

Prólogo

Introducción

1.Naturaleza de la escatología

1.1La importancia de la escatología

1.2El propósito de la escatología

1.3¿Por qué conocer la escatología?

1.4Preámbulos paganos de la escatología

1.5¿Qué es la escatología cristiana?

1.6Definiciones de escatología

1.7División de la escatología

1.8El método de la escatología

1.9Características de la escatología

2.Historia de la escatología

2.1Confusión en la escatología desde épocas bíblicas tempranas

2.2El subdesarrollo de la escatología a lo largo de la historia

2.3Incipiente rescate de la centralidad de la escatología en los siglos XIX y XX

2.4Respuestas diversas sobre la escatología de la mitad del siglo XX a principios del siglo XXI

2.5Posturas escatológicas históricas en torno al milenio

2.6Las distintas perspectivas de la escatología en la historia

2.7Los enfoques escatológicos del preterismo

2.8Mi propuesta de escatología en la historia

3.Escatología apocalíptica

3.1Definiciones

3.2Características de la apocalíptica judía como género literario

3.3El aporte de la apocalíptica judía a la escatología apocalíptica cristiana

4.Escatología evangélica apocalíptica dudosa

4.1Las setenta semanas de Daniel

4.2No pasará esta generación hasta que esto acontezca

4.3¿Qué señales se cumplieron en la última generación en el año 70 d.C.?

4.4La abominación desoladora

4.5El gran anticristo con gran poder visible

4.6La trinidad del mal

4.7La fundación del estado de Israel ¿es señal de la segunda venida?

4.8La reconstrucción física del tercer templo antes de la segunda venida

4.9El inminente retorno de Cristo

4.10La Iglesia no pasará la gran tribulación

4.11Los siete años de gran tribulación

4.12Los siete años y el pacto entre el anticristo e Israel

4.13Los siete años de diferencia entre el rapto y la segunda venida

4.14Los últimos tiempos comenzaron en el siglo XX

4.15Babilonia la gran ramera

4.16Israel se salvará independiente de la Iglesia

4.17La Comunidad Económica Europea, el Mercado Común, el anticristo, la bestia.

4.18La guerra fría y la escatología

4.19El rapto secreto

4.20El dispensacionalismo y el origen de la creencia del rapto secreto

4.21Las bodas del cordero

4.22El milenio

4.23Israel y la Iglesia ¿dos pueblos diferentes?

4.24El arrebatamiento

4.25La marca, el nombre o el número 666 de la bestia

4.26Las bestias de Apocalipsis 13

4.27Los 144 mil escogidos son judíos de raza

4.28La batalla del Armagedón

4.29El literalismo en la apocalíptica evangélica

4.30El desenfoque de la escatología apocalíptica evangélica

5.Escatología bíblica cristiana

5.1Los fundamentos de la escatología

5.2Germen de la escatología en el Antiguo Testamento

5.3Los temas que engloba la escatología

5.4La vida y su fragilidad

5.5La muerte

5.6Estado intermedio

5.7El purgatorio

5.8¿Inmortalidad del alma o resurrección de la carne?

5.9¿Qué es lo que sobrevive tras la muerte del creyente?

5.10Acontecimientos previos a la segunda venida

5.11La segunda venida de Cristo

5.12La resurrección

5.13El juicio final

5.14El infierno

5.15El cielo

5.16La vida eterna

5.17El reino de Dios

6.Escatología de la creación

6.1Cielos nuevos y tierra nueva

6.2¿Nueva creación? o ¿restauración de la vieja?

6.3La escatología de la nueva creación de todas las cosas

6.4¿Aniquilación o consumación del mundo?

6.5El fin del tiempo y la eternidad de Dios

6.6El templo espiritual de toda la nueva creación: la Jerusalén celestial

7.Escatología de la gloria divina

7.1La glorificación de Dios, meta suprema

7.2La autosuficiencia de la gloria de Dios

7.3La glorificación de Dios y la glorificación de los creyentes

7.4La plenitud de la gloria de Dios y gozo eterno

8.La escatología, inseparable de la misión de la Iglesia

8.1La escatología precede a la misión

8.2La conciencia escatológica de la Iglesia del principio

8.3La escatología equilibrada impulsa una misión equilibrada

8.4La escatología y la misión integrativa de la Iglesia

8.5La escatología inseparable de la misión de la Iglesia

8.6La esperanza escatológica, la ética y la misión de la Iglesia

8.7El impacto social de la escatología, la misión y la ética

8.8El encargo de la misión escatológica

8.9La singularidad de la misión del Cristo resucitado, frente a las religiones

Bibliografía

DEDICATORIA

A mis nietos Nicolás y Rodrigo, con la fe de que conozcan a Jesucristo como su salvador y aprendan a vivir en justicia, amor e integridad en medio de este mundo convulso, poniendo la mirada en la bienaventurada esperanza de la vida eterna y la nueva creación de todas las cosas.

AGRADECIMIENTOS

A: Pr. Mario Portillo, PhD. Julio César De León, MSc. Rony Arroyave, Mth. Erick Chiapas, ThD. Dimas Jolón por leer el texto, darme sugerencias y observaciones oportunas; MBA Gabriela Torres y Mtra. Azulema García por el apoyo en revisar la redacción y puntuación respectivamente.

ACLARACIÓN

Si deseamos aprender, es necesario que nos acerquemos a los libros con libertad. Y, hagamos a un lado ideas, estructuras intelectuales, doctrinas, prejuicios, teniendo en mente que es posible que estemos equivocados y que los otros tengan razón. Ello se aplica con mayor propiedad al ámbito de la escatología en la que abundan las discrepancias entre confesiones cristianas, denominaciones, iglesias, teólogos, maestros, predicadores y creyentes.

Este libro lo escribo en el espíritu del dicho: “En lo esencial, unidad; en lo dudoso, libertad; en todo, amor”.1 Me motiva el amor y la verdad que se manifiestan en el evangelio de Jesucristo. No me empuja el tener la razón. Si escribimos por la verdad sin amor caemos en el legalismo, si escribimos por amor sin defender la verdad, caemos en la diplomacia. El legalismo y la diplomacia no encajan en el evangelio.

Rigoberto M. Gálvez

1.In necesariis unitas, in dubiis libertas; in ómnibus caritas. Frase atribuida al pastor y teólogo Agustín de Hipona.

PRÓLOGO

Esta obra nace de una preocupación pastoral sobre un tema en el que reina la mayor confusión y arbitrariedad que uno se pueda imaginar. Para atajar ese mal, el autor nos brinda un estudio analítico de lo mucho que se ha escrito sobre escatología, tanto por parte de teólogos académicos como de estudiosos bíblicos de gran popularidad.

Pensando en aquellos que se niegan a prestar atención al estudio de la escatología debido al abuso que se ha hecho de ella, dando lugar más a una teología-ficción que, a una teología propiamente dicha, fundada en la Escritura y articulada con rigor y seriedad intelectual, el Dr. Gálvez defiende que por la culpa de unos cuantos no hay que rechazar el estudio honesto y bíblico de la escatología, al contrario, cual pieza fundamental de la revelación bíblica, hay que “convertirla en el centro de la fe cristiana con una metodología adecuada, con una fuerte estructura, un nutrido contenido, un balance bíblico, teológico, contextual, teniendo en cuenta la escatología cumplida y la que se cumplirá en la nueva creación de todas las cosas”. El pastor y Dr. Gálvez, lamenta que ciertos sectores del mundo evangélico se hayan inclinado más por un tipo de escatología en línea de predicciones sobre el futuro, revelaciones y señales del fin de los tiempos, dando lugar a estrepitosos errores y falsas profecías sobre la fecha del retorno de Cristo, sin tener en cuenta que la enseñanza escatológica tiene que ver con la esperanza firme y segura de la venida de Cristo, no con vanas especulaciones que nos alejan de un testimonio cristiano responsable ante las “señales de los tiempos”, que no precisamente tienen que ver con un futuro más o menos próximo o lejano, sino con las condiciones sociales, políticas y culturales de nuestra sociedad, que reclama nuestra atención y acción consecuente.

El autor nos advierte que la escatología siempre ha estado expuesta a desconcierto, engaño, mala interpretación, durante todas las épocas de la historia de la Iglesia. Desde la época apostólica, pasando por la época medieval, moderna y contemporánea, ha desfilado la confusión al frente de la Iglesia y de la escatología. Esta es una de las razones por la que el estudio de la escatología apenas se desarrolló durante los primeros dieciocho siglos de la Iglesia cristiana; hubo que esperar hasta el siglo XIX para que se produjera un verdadero renacimiento de la doctrina escatológica relacionada con la Segunda Venida de Cristo, que tuvo mucho éxito a nivel popular. Fue el tiempo de John Nelson Darby y su división de la historia bíblica en múltiples dispensaciones o modos de tratar de Dios con los seres humanos. Este sistema, conocido como dispensacionalismo, llegó a convertirse con el paso de los años en el canon o modelo doctrinal ortodoxo aceptado por la mayoría de los evangélicos fundamentalistas y pentecostales. Apartarse de él se consideraba una deserción de la fe y de la sana doctrina, significaba un desvío preocupante de la supuesta enseñanza apostólica.

La certeza de la inmediata venida de Cristo, la “bienaventurada esperanza” (Tito 2:13), era la señal de los verdaderos creyentes. Esta pasó de expectativa gozosa a una obsesión insana sobre las señales de los “tiempos del fin”, que dio lugar a diversas sectas de corte milenarista y a especulaciones de carácter apocalíptico que predecían el pronto retorno de Cristo en base a las noticias del momento, llegándose a proponer fechas para el mismo, evidentemente fallidas.

Los estudiosos bíblicos que se mueven en esta línea tienen a mayor honra practicar la interpretación literal de la Biblia, lo cual para ellos indica la posesión de una fe indubitable en la inspiración divina de la Biblia en todas y cada una de sus afirmaciones y expresiones verbales, por más que los llamados teólogos liberales y modernistas se empeñen en ocultar estas verdades mediante interpretaciones racionalistas, que revelan un claro escepticismo respecto al retorno de Cristo. Como todos los movimientos de reacción, también la defensa de la interpretación bíblica histórico-gramatical ha llevado a extremos indeseables, derivando en un “literalismo” ingenuo y descontextualizado. Por esta razón, el Dr. Gálvez nos alerta en esta obra sobre una interpretación literal que no tenga en cuenta el contexto, el género literario y las figuras de dicción de la Biblia.

Un criterio sano e imprescindible para todo aquel que se acerca al estudio de la escatología es tener en cuenta que esta “se agrupa y se expande en Cristo quien es el basamento principal, por ello, la escatología es cristología. La muerte y especialmente la resurrección de Cristo son las únicas que le dan sentido y razón de ser a la escatología cristiana”. La escatología, nos recuerda el autor, no es para que discurramos solamente sobre los eventos del final de la historia y la gloria futura plena, sino para reforzar la predicación y la evangelización, en un contexto de ética y justicia. Somos llamados a ser hacedores de justicia y del bien. En apoyo de esta afirmación cita al teólogo alemán J. Moltmann cuando dice: “Solo la justicia crea futuro”, pues hoy resulta especialmente oportuno y necesario debido a la tensión mundial, la crisis política, las guerras, la amenaza terrorista. La escatología entendida en sentido cristológico es el arma más potente para la liberación de las fuerzas espirituales y morales que superen la hostilidad y pongan fin al odio entre los pueblos, llamados a ser uno por toda la eternidad.

La escatología, pues, tiene una misión que cumplir: “dar esperanza al hombre, a las naciones, al cielo y la tierra, al universo, basada en la muerte, la resurrección de Cristo y su segunda venida. Esa esperanza conduce a la esperanza gozosa de la nueva creación de todas las cosas y la consumación del reino de Dios en Cristo con su pueblo. Como Iglesia, como creyentes, conocedores de la escatología cristiana, llevamos sobre nosotros esa responsabilidad de comunicar las buenas noticias del futuro prometedor, confiados que se realizarán. Caminamos con justicia y libertad aquí en esta vida terrenal con la mirada puesta en la vida eterna”. De todo esto y mucho más nos habla el autor de este interesante y completo análisis de la doctrina escatológica, pasando revista a las teorías de los teólogos académicos más destacados del siglos XX así como a los conceptos más populares sobre el milenio, el arrebatamiento, etcétera, ejerciendo una sana crítica donde la considera necesaria, a fin de evitar que el bosque escatológico nos impida ver el árbol de la Vida, que es Cristo, situado en el mismísimo centro de nuestra fe, “el que es, el que era y el que ha venir” (Ap. 1:8).

Alfonso Ropero

Director editorial de Editorial CLIE

INTRODUCCIÓN

La escatología es primordial en la teología cristiana; paradójicamente es donde más confusión hay desde épocas tempranas a semejanza de la torre de Babel. Diversidad de posturas, enfoques, contradicciones, teorías, imaginerías, apabullan a muchos. La resistente oposición dentro de los teólogos de las distintas escuelas convierte el estudio de la escatología en un camino tortuoso que converge en desconcierto, en apatía y hasta en crisis de fe.

Se suman los vientos húmedos de las manifestaciones apocalípticas seculares y judaicas que soplan sobre la escatología. El resultado es que en una buena parte del campo de la predicación y la enseñanza de la escatología la irresponsabilidad ha hecho acto de presencia. El ámbito evangélico es el que más ha creído dichas manifestaciones. Por eso, allí sobra el sensacionalismo, la curiosidad, la mala interpretación y las modernas aficiones de fijar fechas para el rapto y la segunda venida. Algunas posturas son temerarias, otras resbalan en la pura especulación, algunas son cuentos de viejas como dice Pablo. En fin, son enseñanzas enfermizas carentes de exégesis, hermenéutica y una teología sana.

La literatura apocalíptica fundamentalista prolifera como hongos y aborda temas de tercera y cuarta categoría. Ello abre la puerta a creencias estrafalarias que despiertan la curiosidad a los sedientos de oír novedades. Hay muchos cristianos dispuestos a leer y escuchar todo lo que se relacione con señales, catástrofes, números, sellos, símbolos, relacionándolos con la apocalíptica cristiana. Son menos los libros que abordan con seriedad, con herramientas de las ciencias bíblicas y una correcta metodología, los temas fundamentales de la auténtica escatología bíblica y teológica. Por eso los cristianos tenemos una escatología evangélica enana y una abultada apocalíptica.

Durante siglos la escatología en sus intentos de avanzar se quedó en puros tanteos. Fue incapaz de cultivar y podar las escasas formulaciones condicionadas por las distintas épocas. Se negó la oportunidad de que floreciera una escatología más afincada en las Sagradas Escrituras con atención al Nuevo Testamento.

La teología medieval, protestante y evangélica que heredamos, postergó la escatología. Asignó el último lugar a los temas de la escatología en las obras de dogmática. Creyó que el contenido de las cosas últimas y la esperanza cristiana resultaban distantes, ajenas a la vida de la Iglesia en el aquí y ahora. La teología miró lejano el futuro escatológico, por tanto, según ella, tenía muy poco que ver con la historia. Se obsesionó con la idea de que el ámbito de la escatología se situaba en un nivel muy distinto del que se vivía en la tierra. El teólogo liberal Troeltsch describió ingeniosamente el estado de aplazamiento en el que estuvo por siglos la escatología: “Las oficinas de la escatología suelen estar cerradas”. Otro teólogo sumó otra metáfora a lo dicho por Troeltsch del despacho cerrado, para indicar que para ponerse al día con las diversas e inacabadas teorías escatológicas, había que trabajar demasiado, hasta en horarios extraordinarios: “… desde ahora se están trabajando allí en horas suplementarias”. Con todo, posteriormente otro teólogo expresó el caos de las distintas posturas escatológicas, así: “Ahora de la oficina de la escatología salen toda clase de tormentas teológicas” (Winling, 1987).

Pese a las complejidades, hay que reconocer que en los últimos años se han realizado esfuerzos loables en la escatología. Observo trabajos serios y bien orientados, que comienzan a abrir campo libre al proceso de crecimiento de una escatología madura. Y, es necesario que demos a conocer esos nuevos aires que nos llegan y que trabajemos en aportar nuestros granos de arena sumándonos a esa importante tarea.

He aquí los grandes retos a los que debemos responder los teólogos, pastores, maestros, predicadores evangélicos y protestantes: superar las creencias heredadas de las épocas anteriores, en cuanto que las escatologías antiguas y medievales enseñaron escasamente algunos temas relacionados con la escatología individual y el milenio. Más adelante, las escatologías protestantes y las escatologías modernas avanzaron poco. Ahora que vivimos en las épocas posmodernas e hipermodernas se nos exige que integremos todas las perspectivas escatológicas en su justa dimensión, en la dirección correcta lo más certera posible. Es tarea nuestra ayudar a reconstruir la escatología frágil que heredamos, convertirla en el centro de la fe cristiana, con una metodología adecuada, con una fuerte estructura, un nutrido contenido, un balance bíblico, teológico y contextual, sobre la escatología cumplida y la que se cumplirá en la nueva creación de todas las cosas. Eso sí, para que la Iglesia desarrolle su misión desde una base sólida con el mensaje coherente que necesita escuchar el hombre hundido en el mar de la confusión, para que tenga esperanza real en esta vida rodeada de sufrimiento.

Animo a los que desempeñan labores teológicas, eclesiales y educativas a que evitemos el error de desvincular la misión de la Iglesia de la escatología, porque inherentemente son inseparables. Me sorprende que casi todas las teologías sistemáticas en el área de la escatología y los libros de escatología no incluyan el tema de la relación intrínseca entre la escatología y la misión de la Iglesia.

En medio de ese maremoto apocalíptico intento en este escrito exponer al lector un panorama lo más claro posible de la escatología; mostrarle la importancia que tiene, su propósito y el por qué conocerla a profundidad. Expongo, además, las razones del origen temprano de la confusión en la escatología; el porqué de la apatía de la escatología de parte de la teología y la Iglesia a lo largo de la historia, el peregrinaje impreciso de la escatología; aclaro la naturaleza de la escatología, su esencia, su metodología, sus temas centrales y su misión. Explico en qué consiste la escatología apocalíptica, señalo con prudencia las doctrinas dudosas de la apocalíptica evangélica y fundamentalista que agravan el estado de la escatología; expongo los temas importantes de la escatología; propongo una escatología ecléctica que regresa a las Escrituras, con una relectura sobre todo del Nuevo Testamento; me apoyo en los escritos de los teólogos destacados de distintas épocas, escuelas y trasfondos, que han elaborado escatología con seriedad, esmero, imparcialidad, valentía y humildad, sin perder de vista lo que sucede en los acontecimientos mundiales y los cuestionamientos modernos. Estoy consciente que las propuestas y los puntos de vista que doy no agotan los temas tratados y que este libro contiene una aproximación abarcadora que intenta ser lo más acertada posible. Finalmente, abordo tres temas importantes olvidados por la escatología tradicional: la escatología de la creación, la escatología de la gloria de Dios, la escatología y la relación intrínseca con la misión de la Iglesia.

Por otra parte, intento reorientar lo que se ha llamado escatología evangélica, que por un tiempo la creí y la enseñé, pero que en realidad es una “escatología apocalíptica”. Abordo los temas apocalípticos del libro de Daniel y el libro de Apocalipsis en su proporción, como argumentos secundarios, además, los pocos y cortos temas legítimos de la apocalíptica que se encuentran en los evangelios y las cartas del Nuevo Testamento.

He procurado que el contenido resulte apasionante para el lector que quiere contemplar el devenir de la historia y el futuro con auténtica esperanza.

CAPÍTULO 1

Naturaleza de la escatología

1.1 La importancia de la escatología

La escatología cristiana no es un suplemento de la doctrina cristiana, es la piedra angular y la estructura que sostiene a todo el cuerpo doctrinal a semejanza de la estructura ósea del cuerpo humano. Grandes teólogos reconocen esa verdad, cito algunos de ellos:

“La escatología no es solo tema de un capítulo particular de la dogmática, sino que determina la perspectiva para la totalidad de la doctrina cristiana” (Pannenberg, 2007).

“El cristianismo que no sea totalmente y en su integridad escatología, no tiene nada que ver en absoluto con Cristo” (Barth, 1984). Expresó esta misma verdad en otro de sus escritos: “El cristianismo que no es plenamente y sin reservas escatología, no tiene con Cristo, plenamente y sin reservas, nada que ver” (Barth, 1998).

“Más, en realidad, escatología significa doctrina acerca de la esperanza cristiana, la cual abarca tanto lo esperado como el mismo esperar vivificado. En su integridad y no solo en un apéndice, el cristianismo es escatología… Lo escatológico no es algo situado al lado del cristianismo, sino que, sencillamente, el centro de la fe cristiana…”; “La escatología debería ser, no el punto final de la teología, sino su comienzo…” (Moltmann, 1981).

“La escatología no es exclusivamente un tratado teológico individual, o un apartado de la revelación y la fe cristianas. Abarca de manera precisa la totalidad que las agrupa. Por ello, todas las doctrinas de la Iglesia presentan una enérgica impregnación escatológica. Gira sobre ellas el vínculo de los misterios y todas ellas se reflejan entre sí,”2 (Alviar, 2017).

“La escatología ha dejado de ser el farolillo rojo de la teología para convertirse en horizonte, en categoría innegable. La escatología comienza a impregnar la esencia de la teología. Difícilmente se encontraría hoy una tendencia teológica que no se autodefina como escatológica” (Tamayo, 2017).

La escatología es importante, porque proporciona una correcta visión de la justicia divina y la justicia humana para los vivos y para los muertos: “¿Qué ocurriría si un día los seres humanos no pudieran defenderse de la desgracia existente en el mundo más que con el arma del olvido? si solo pudieran construir su felicidad sobre el despiadado olvido de las víctimas, sobre una cultura de la amnesia según la cual el tiempo, supuestamente, ¿cura todas las heridas? ¿De qué se alimentaría entonces la rebelión contra el sinsentido del sufrimiento injusto e inmerecido que hay en el mundo? ¿De dónde vendría la inspiración para preocuparse por el sufrimiento ajeno y para la visión de una nueva y mayor justicia?” (Metz, Memoria Passions, p. 221, 2007).

“El único interés que corresponde a la Palabra Dios, porque es un interés universal, es el hambre y sed de justicia, de la justicia estrictamente universal, de justicia para los vivos y para los muertos, y en este sentido ya no hay que separar la cuestión de Dios y la cuestión de la justicia, la afirmación de Dios y la praxis de la justicia” (Metz, Por una cultura de la memoria, p. 105, 1999).

La escatología es significativa porque da esperanza al ser humano que no terminará en la nada. La injusticia, la maldad, el caos, la destrucción y la muerte no permanecerán para siempre; serán aniquiladas. Porque la escatología cumplida y la escatología por cumplirse están ancladas en Jesucristo, sabemos que el bien triunfará definitivamente sobre el mal. La muerte expiatoria de Cristo anunciada con detalles en el Antiguo Testamento cumplió el requisito para otorgar la salvación, fue el desembolso de nuestra redención. La resurrección de Cristo es un anticipo de la verdad anunciada que se cumplirá a cabalidad en el futuro. El Señor Jesucristo es la esperanza del hombre que cree en sus promesas cumplidas en parte y por cumplirse todavía. La muerte anunciada de Cristo en un tiempo apuntaba hacia un futuro, hoy apunta hacia el pasado. En igual condición la resurrección de Cristo en tiempos del Antiguo Testamento apuntaba hacia el futuro, hoy también apunta al momento histórico realizado. Pero la resurrección es el punto de partida de la esperanza hacia la consumación de la segunda venida. Así, el más alto grado de la fe escatológica se resume en que la centralidad de la salvación se encuentra en Jesús el Cristo. Por esa razón la escatología cristiana da sentido a la vida. El ser humano no es el resultado de la casualidad, sino de un plan maestro en el que tiene una razón de ser y una misión que cumplir. Sabe de dónde vino, dónde está y hacia dónde va.

1.2 El propósito de la escatología

El propósito de la escatología es sostener en esperanza al creyente, a la Iglesia y al ser humano, con la promesa de un nuevo comienzo libre de pecado, dolor, vejez, muerte y lastres de todo tipo. Dar al universo expectativa de liberación de todos los males y esperanza de salvación al hombre desorientado e incapaz de redimirse a sí mismo. Incluso, el libro profético y apocalíptico de Daniel, el libro de Apocalipsis, cuales muestras del género apocalíptico, tienen el propósito central de proveer consuelo, esperanza y fortaleza a los que enfrentan oposición y persecución, no estimular la especulación ociosa sobre el fin de los tiempos que conduce al miedo y la confusión por causa de la exacerbación de lo catastrófico y que mina la esperanza inherente en los seres humanos (Kuzmic, p. 73, 1992).

Y es que en la esencia del hombre subyace la intrínseca necesidad de esperanza. El hombre vive en cuanto tiene esperanza en algo o en alguien. Moltmann convenientemente define al hombre como un “ser escatológico”. Toda vez que el hombre tiene el encuentro con Jesucristo, la esperanza de gloria resplandece en él liberándolo del quietismo, incluso del nihilismo.3

Otro propósito de la escatología es develarnos la manifestación gloriosa del reino de Dios y su Cristo en todo su esplendor sellando para siempre su victoria definitiva sobre el mal. Al tener comprensión de esa esperanza gloriosa que tiene nombre propio: Jesucristo “nuestra esperanza de gloria” resulta en que nuestra fe se afirme y se trasforme en acciones concretas en nuestra manera de vivir, de ver el mundo y en proclamar el evangelio.

El propósito de la escatología cristiana no se reduce a descubrir los detalles, el significado de todos los acontecimientos catastróficos apocalípticos, personajes y señales previas a dicha manifestación. Eso es apocalíptica pura, distante de la escatología neotestamentaria que sí trata unos pocos acontecimientos previos al suceso de la segunda venida de Cristo. Estos se encuentran registrados en unos pocos pasajes de unos cuantos capítulos de los evangelios. Es claro que son signos que los cristianos necesitamos discernir, pero no deben constituirse en un fin, sino en medios nada más, pues, son pequeños apocalipsis. La escatología que se entretiene poniendo toda su energía sobre las señales apocalípticas y que desea averiguar exhaustivamente sobre los personajes apocalípticos se fija en los árboles, pero pierde de vista el bosque. Otro problema que suma es que descuida la escatología misma, perdiéndose en el laberinto de la apocalíptica.

Es necesario reorientar la escatología4 en tres categorías:

La primera, la revelación plena de Dios que ha tenido lugar con la irrupción de Jesús en la historia, “lo último” o “el último”.

La segunda, se relaciona con las “cosas últimas”, aquello que espera al hombre al final de la historia, pero en su justa dimensión, evitando colocarlo en el centro, como lo ha hecho la apocalíptica evangélica.

La tercera, mantener la esperanza real en base a la crucifixión y la resurrección de Cristo, con la expectación de la segunda venida de Cristo con la cual se inaugura la nueva creación, se consuma el reino de Dios, la unión eterna de Cristo y la Iglesia en la nueva Jerusalén.

1.3 ¿Por qué conocer la escatología?

Porque en esencia el cristianismo es escatología, esperanza cristiana, mirada y orientación hacia adelante. Por lo tanto, es transformación para el presente. Lo escatológico no es algo adicional a ser cristiano, es el centro para el cristiano.

Moltmann ve en la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo, la esperanza, el centro de la escatología. Declara que la escatología debería ser no el punto final de la teología, sino su comienzo (Moltmann, Teología de la Esperanza, 1981). Tiene razón, porque la escatología es el hilo conductor de la historia, la salvación y la consumación del reino de Dios. Es claro que la profecía del Antiguo Testamento en general tiene pleno cumplimiento en la venida del Mesías y no tanto en el horizonte del final y la consumación plena del reino de Jesús. Pero este cumplimento le da sustento a la escatología de Jesús y a la escatología de Pablo. Esta profecía anunciada, cumplida y por consumarse son la plataforma para comprender el plan de salvación y la instauración del reino de Dios y Cristo.

Es sabido por los que han profundizado en el estudio de la profecía del Antiguo Testamento que esta se convierte en escatológica en el cumplimiento de estas profecías: el nacimiento del Mesías, su vida, su carácter, su enseñanza, su misión, su muerte y su resurrección, la operación del reino con poder y el derramamiento del Espíritu Santo. Los escritores del Nuevo Testamento afirman con puntualidad la realización de lo anunciado por los profetas. Pero es claro que Jesús, los apóstoles y escritores del Nuevo Testamento describen eventos escatológicos que aún no se han llevado a cabo y que esperan un cumplimiento futuro. Veo que no hay lugar para una escatología totalmente realizada, ni para una completamente futurista, sino una escatología justo en el medio que toma en cuenta la escatología cumplida y enseña que hay otra parte escatológica que se cumplirá antes y durante la segunda venida de Cristo.

La escatología permite la comprensión segura y anticipada de los acontecimientos que la humanidad experimentará dentro de los planes de Dios que culminan en la nueva Jerusalén, en la nueva creación en la que ya no habrá muerte, dolor y sufrimientos, sino la fiesta del eterno gozo en Dios y Cristo (Rodríguez-Ferrer, 2010).

La escatología es la expresión del poder divino para la transformación de la creación presente en una plena y eterna nueva creación para dar esperanza al hombre doliente de obtener la realización en el futuro por medio de Jesucristo. La escatología muestra el conocimiento de Dios anticipado sobre todas las cosas. El Señor conoce el principio y el fin de lo creado, de la historia y planeó que su mayor proyecto: el hombre, no fracasará. Esas verdades solo se conocen a través de la escatología.

Así las cosas, la escatología es fuente de esperanza para un mundo convicto por el pecado. Por medio de ella descubrimos a Dios como creador de los tiempos, el que se hace encontradizo frente a nosotros para revelarse a sí mismo con su proyecto de futuro. La escatología produce en el cristiano fe, paz y fortaleza en medio del sufrimiento.

1.4 Preámbulos paganos de la escatología

Las ideas primitivas sobre la vida después de la muerte, las culturas antiguas y sus ideas del más allá, las religiones con sus creencias en lugares de descanso al final de la vida terrenal, son la prueba de que Dios “… ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin” (Ec. 3:11).

Los teólogos cristianos no caemos en escándalo al leer las particulares creencias en torno a la vida después de la muerte, porque todos tienen la noción de eternidad: muertos sobrevolando a los vivos, adoración de antepasados, transmigración de almas, espíritus que visitan a sus parientes, muertos que son enterrados con sus pertenencias “para usarlas” en el más allá. Son ideas que perviven desde los comienzos de la humanidad.

Hoy tenemos más confusión, entre otras causas, porque la escatología ha bebido de fuentes contaminadas: supersticiones egipcias, griegas, apocalípticas judaicas y seculares, interpretaciones bíblicas erróneas. Por ejemplo: la creencia de la inmortalidad del alma migró a los distintos pensamientos. Del antiguo Egipto5 pasó al pensamiento griego y judío. Pero fue el pensamiento griego de Platón de la inmortalidad del alma6 que permeó todo el occidente hasta nuestros días. Otro ejemplo: una leyenda milenaria de Melanesia, enseña que las personas después de la muerte, recobran su juventud, en una existencia dichosa en la que no hay enfermedades, ni espíritus malignos, ni muerte. Se vive en matrimonio y en fecundidad. Las ocupaciones habituales de la vida como construir casas, poner a punto barcas y labrar el campo, continúa igual que antes, pero el mal moral, la enemistad, el robo, han desaparecido junto con los defectos físicos (G. Widengren, 1976).

Por otro lado, abundan las futurologías religiosas. El budismo aspira llegar a su nirvana: su paraíso de bienestar en el que ya no hay sufrimiento. El punto de partida y avance del islam es la promesa de “su cielo sensual”. El hinduismo promete “los placenteros campos de cacería” como símbolo de la liberación. Cree que la muerte es el paso de lo irreal a lo real, de la oscuridad a la luz. Así, los muertos disfrutan de la felicidad en una nueva esfera (Berkhof, 1981).

El marxismo empeñó su palabra afirmando que llegaría el tiempo en el cual el proletariado reinaría implementando paz, justicia y pan para todos: “El triunfo del proletariado acabará de hacerlos desaparecer. La acción conjunta de los proletarios, a lo menos en las naciones civilizadas, es una de las condiciones primordiales de su emancipación. En la medida que vaya desapareciendo la explotación de unos individuos por otros, desaparecerá también la explotación de unas naciones por otras” (Marx, 1848).

Con una perspectiva antropocéntrica todas las concepciones escatológicas paganas reducen el más allá a una repetición del presente, pero sin imperfecciones: “Cuando la realidad es aceptada como orden natural-divino, sea en sentido panteísta, como en las religiones de la India, sea en el sentido dualista, como en las religiones griega e islámica, la escatología no es más que la organización de esta misma realidad” (Tamayo, 2017).

Ese pensamiento permeó la antigua escatología con una expectativa de continuación de la vida terrenal después de la muerte, sin dar lugar a la idea de un futuro nuevo. Por el contrario, el texto sagrado habla de “cielos nuevos y tierra nueva” más que la restauración de estos como una mera prolongación con pequeños retoques.

Así, desde las creencias primitivas, las supersticiones paganas, las mitologías de las religiones, hasta las religiones institucionalizadas poseen “su escatología”. Y, de alguna manera, han influenciado la escatología protestante y evangélica.

En ese contexto diverso de creencias, personas cultas aseveran sin fluctuaciones, que al morir reencarnarán. Otros se encuentran inmersos en la anticuada idea de que el tiempo es circular, por lo que el ser humano después de la muerte no desaparecerá, sino que retornará una y otra vez a este mundo. Es lo que algunos llaman el tedio del eterno retorno.7 También están presentes los que encajan dentro del fatalismo, levantando la bandera de la creencia en la aniquilación total.

En el ámbito humanista: futurólogos, sociólogos, guionistas y escritores, explotan el interés de las personas por el futuro; produciendo películas, escribiendo libros, provocando cierta fascinación morbosa, atizando miedos, tomando como base ciertas creencias populares con cierto tinte bíblico sobre el fin del mundo.

Pero la mayoría hoy es cautiva de las modas apocalípticas que conducen a la ciencia ficción y el apogeo del apocalipticismo exacerbado. Y ello ha contagiado al pensamiento evangélico a tal grado que se cree y se enseña más una apocalíptica desproporcionada que la escatología del Nuevo Testamento. Sus contenidos carecen de la escatología de la creación y la escatología de la gloria de Dios, la escatología y la misión de la Iglesia tan evidentes en la Escritura. Por ello, ciertos sectores de la Iglesia evangélica se han inclinado más por las futurologías, revelaciones y señales, que por la fe de la promesa. Y el riesgo es que sean catalogadas como religiones epifánicas más que la auténtica fe cristiana que se basa en la promesa y la esperanza (Pozo, 1992).

1.5 ¿Qué es la escatología cristiana?

Concepto etimológico de la escatología

La palabra escatología procede de las palabras griegas: Éschaton: “lo último”; Éschatos: “el último”; Éschata: “cosas últimas” (Vine, 1984).

Origen del término escatología

Abraham Calov (1612-1686) fue el primer teólogo que utilizó el término “escatología” en una colección de escritos llamados “sistema teológico local” en el siglo XVII. Le llamó “Escatología Sacra”. Allí trata los temas de la muerte, la resurrección, el juicio y la consumación del mundo (Tamayo, 1993). Aunque Garrido afirma que el término escatología fue creado por K. G. Bretschneider en 1804 (Garrido, 1984).

Como sea, la palabra escatología resulta de la unión de dos palabras griegas: Éschaton y logos y se entendería como el tratado de “lo último” o el estudio “de lo último”.

Hay dos fuentes que vierten perspectivas diferentes del inicio de la evolución de la escatología: la de trasfondo griego y la judeocristiana. La griega centra la atención en las cuestiones últimas: Ta Éschata. Ello conduce a reflexionar sobre los sucesos finales, ubicados más allá de la historia, descuidando los aspectos importantes de la misión de la Iglesia y de la vida cristiana en el más acá. La judeocristiana pone el énfasis en el Éschaton que es Cristo. Este es un punto focal para sobreponer una construcción escatológica equilibrada (Tamayo, 2017).

Así las posturas, lo conveniente es buscar el equilibrio dándole el primer lugar a Jesús el Cristo resucitado, el punto focal de la escatología, luego dar la justa dimensión a los sucesos previos y durante el final de todo lo conocido en esta vida terrenal.

La Escritura provee dos ejemplos respectivamente. En el Salmo 90, Moisés habla del final del hombre en esta vida temporal: “La vida del hombre son 70, los más robustos 80… porque pronto pasan y volamos”, “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría”. En 1Ts. 5:1-11, Pablo se refiere al final de todo lo que es ahora y vemos incluida la creación, el mundo y la humanidad.

La escatología no es ya un simple discurso «sobre el fin» o sobre la clausura de los tiempos, sino que se convierte ahora en un discurso sobre «la apertura de los tiempos»: incluso en Mr. 13, el énfasis no se pone en la catástrofe cósmica, sino en la venida del Hijo del hombre llamada “el día del Señor”. Esta no habla sobre el futuro en general, parte de la realidad histórica de Jesús de Nazaret que ha traído la irrupción del reino de Dios y manifiesta el futuro de esta realidad que apunta a la nueva creación de todas las cosas, a la glorificación de Dios y su pueblo entrando en la vida eterna y el gozo sin fin. Comienza con Jesucristo y el futuro de este: “… el fundar en la persona y en la historia de Jesucristo todos sus enunciados acerca del futuro representan la piedra de toque de los espíritus escatológicos y utópicos” (Moltmann, p. 22, 1981).

A diferencia del escenario escatológico judío que sitúa la resurrección de los justos o la de todos los hombres solamente al fin de los tiempos, el resucitado inaugura hoy el tiempo del mañana. Pablo olvidará casi por completo el escenario-catástrofe del fin de los tiempos8 para proclamar hoy la cruz del resucitado y la resurrección futura de los que creen en Cristo.

Es bueno tener claro que la escatología no es un tratado futurista: “Justamente por eso, además, la escatología no es una futurología”. Mientras las futurologías versan exclusivamente sobre el todavía no (el caso arquetípico sería Bloch), la escatología habla del ya y del todavía no. Y no tiene más remedio que hacerlo porque, en última instancia, el suyo es un mensaje Cristocéntrico: hay un ya escatológico (el reino está ya presente) porque Cristo ha venido; habrá un todavía no (el reino será consumado) porque Cristo vendrá (Ruiz de la Peña, 1996).

1.6 Definiciones de escatología

La mayoría de las definiciones de escatología están elaboradas sobre el fundamento de la apocalíptica. Ponen el énfasis en “el fin de las últimas cosas”. Entre otras cosas porque arrancan de la etimología de la palabra. La consideran como la doctrina de las últimas cosas. Y la escatología cristiana claro que tiene sus pocas y cortas doctrinas apocalípticas en los capítulos 24 de Mt., 21 de Lc., 13 de Mr., en unos pasajes del libro de Hechos, en una de las cartas de Pedro y en el libro de Apocalipsis, pero son periféricas. Esas definiciones se apartan de lo que es la escatología cristiana como afirma oportunamente Moltmann:

“La escatología cristiana no tiene nada que ver con tales soluciones finales apocalípticas, porque su tema no es en absoluto “el final”, sino —muy lejos de eso— la nueva creación de todas las cosas. La escatología cristiana es la esperanza que recuerda la resurrección del Cristo crucificado y por eso habla del nuevo comienzo en medio del final de muerte, el final de Cristo siempre fue su verdadero comienzo” (Moltmann, 2004). De ahí la definición distintiva de escatología cristiana de Moltmann:

“La escatología cristiana habla de Jesucristo y el futuro de este. Conoce la realidad de la resurrección de Jesús y predica el futuro del resucitado. Significa la doctrina acerca de la esperanza, lo cual abarca lo esperado como el mismo esperar vivificado por ella… es esperanza, perspectiva y orientación hacia adelante en el Cristo resucitado no es el logos griego, sino la promesa” (Moltmann, 1981). Esta es una de las mejores definiciones de escatología.

Una vez aclarado el sentido de lo que es la escatología cristiana, veamos otras definiciones:

“Por tal hay que entender aquel sector de la teología al que incumbe reflexionar sobre el futuro de la promesa aguardado por la esperanza cristiana. Su lugar teológico se ubica en la intersección de la antropología, la doctrina de la creación y la cristología” (Ruiz de la Peña, 1996). A mi parecer es una definición equilibrada.

“La escatología es la interpretación de la enseñanza bíblica concerniente a lo que sucederá al final de la historia del mundo” (Layman, 1995). Se queda corta y es más apocalíptica que escatológica.

“Escatología es un término griego que significa tratado de las últimas cosas” (Lacueva, 1990). Es una definición etimológica.

“Escatología: logos o discurso sobre las cosas finales, con signos apocalípticos y/o razonamientos de tipo existencial y moralizante”. Pikassa, afirma que es un término más teológico, de uso moderno, que alude al despliegue y sentido de las realidades últimas o novísimos (muerte, juicio, infierno y gloria), es decir, de la culminación de la vida humana y/o de la historia (Pikassa, 1999). Según mi punto de vista es una definición etimológica, apocalíptica y filosófica.

“Es el estudio sistemático de lo que la Biblia nos ha revelado respecto a nuestro futuro individual, respecto al futuro del mundo y respecto a la humanidad en general” (Hendriksen, 1987). Es una definición con tinte bíblico, pero limitada a la escatología individual y escatología general tradicionales.

“La escatología es la exposición metodológicamente fundamentada de la esperanza cristiana en el futuro definitivo, en el reino de Dios, de nuestra historia (personal, eclesial y universal) y de toda la creación” (Kehl, 1986). Es una definición aceptable con más orientación escatológica que apocalíptica.

“La escatología es el estudio sistemático de los eventos futuros. La palabra se deriva del adjetivo griego éschatos, que significa el último. La palabra éschatos puede ser usada para referirse a la última cosa en una serie, pero la implicación de la palabra escatología no está limitada a una sola cosa, sino que se refiere a todos los eventos futuros que significan el fin del cosmos” (Buswell, 2005). Es una definición etimológica y apocalíptica.

La escatología viene de dos vocablos griegos: éschatos (“lo último”, “lo final”) y logia (de logos, “palabra”, “discurso”, “tratado”). Luego, “escatología” significa el discurso teológico que trata de las cosas últimas o finales de la historia del hombre y el mundo (Roldán, 2002). Es otra definición etimológica y apocalíptica.

Como se lee, la mayoría de las definiciones parten de lo etimológico y brotan del concepto apocalíptico más que del escatológico.

Mi propuesta de definición de escatología

“La escatología es el estudio ordenado de las profecías que convergen en la crucifixión y la resurrección de Cristo, se expanden hacia la esperanza del comienzo de una vida nueva individual, un pueblo nuevo y la nueva creación de todas las cosas a partir de la segunda venida de Cristo que inaugura la consumación final del reino de Dios” (Gálvez, 2021).

1.7 División de la escatología

La escatología se ha dividido tradicionalmente en escatología individual y escatología general, estas se definen así:

Escatología individual

“… es el nombre que se le da a todo cuanto la Escritura revela concerniente a la condición del individuo entre la muerte y la resurrección general al final de los tiempos” (Hendriksen, 1987).

Escatología general

“Es la que hace referencia a todos los hombres que, aunque mueren individual y separadamente, pero todos resucitarán y juntos serán juzgados... unos irán a condenación eterna y otros entrarán al gozo eterno” (Hendriksen, 1987).

Al leer los temas que tratan en estas dos divisiones los libros de escatología y las teologías sistemáticas, se observa que no abordan los temas de las señales y acontecimientos previos al retorno del Señor. En algunos casos, es por su concepción preterista de dichos eventos. Es raro que, libros, tratados y teologías sistemáticas aborden el tema de la nueva creación, la gloria de Dios y la relación intrínseca de la escatología con la misión de la Iglesia.

Mi propuesta de división de la escatología según sus contenidos

Según sus contenidos

Escatología propia

Escatología en la historia

Escatología apocalíptica

Escatología cristiana

Escatología de la creación

Escatología de la gloria divina

Escatología y la misión de la Iglesia

Según sus fuentes

Escatología bíblica

Escatología sistemática

Escatología bíblica teológica

1.8 El método de la escatología

Como en todas las áreas de la teología protestante evangélica, la escatología utiliza varios métodos en la investigación, tales como:

El método histórico crítico

Este método para obtener conocimiento va en busca del documento. Luego pasa el filtro de la crítica de erudición, con atención a la escritura, la lengua, las formas y las fuentes. Con ello se adentra en el documento para encontrar el contenido original y la procedencia del mismo. Después utiliza la crítica histórica con herramientas de la psicología y trata de comprender el comportamiento del autor. Este método procura hallar lo que realmente se ha querido decir de parte del autor y si tiene fundamento para creer lo que ha creído. Finalmente, elabora una síntesis explicativa como lo hacen las ciencias de la naturaleza.

El método histórico crítico tiene muchos opositores. Uno de ellos manifiesta que ese método es perjudicial en la escatología teológica; pues aplicar el método que se usa en las ciencias de la naturaleza, es como tratar de pasar electricidad por un cable uniéndose con madera. Es imposible. De allí el fracaso de la escuela liberal (Cullmann, 1966).

El método teológico

Destacado por Karl Barth en su epístola a los Romanos y en su dogmática de la Iglesia. Conduce a la realidad espiritual que encontramos en las Escrituras. Propone restaurar la fe en la actualidad permanente de la palabra de Dios y actúa en oposición a la acción corrosiva de la escuela liberal.

En su proceso de investigación pone la atención sobre los textos para captar la intención espiritual, la fe y la intención del autor, con el propósito de corroborar si la idea del escritor es verdad en el sentido pleno. El método teológico valora al sujeto y sus virtudes propias, contrario al método histórico crítico que descarta por completo al sujeto de la investigación, yéndose a los aspectos fríos del documento (Cullmann, 1966).

El método histórico cultural contextual

Este nos aproxima a la interpretación correcta entendiendo los relatos proféticos, apocalípticos, escatológicos en el contexto de su historia, su lenguaje, sus costumbres y su cultura (Fanning, 2018).

El método antropológico

Su punto de partida son las situaciones problemáticas y cuestionamientos sobre las realidades últimas, las realidades sociales, políticas y económicas, dando respuestas bíblicas y teológicas al presente y al futuro del hombre (Tamayo, 2017).

El método trascendental9

Se conforma de los siguientes pasos: la investigación, la interpretación, la historia e historiadores, la dialéctica, la explicitación de los fundamentos, el establecimiento de las doctrinas, la sistematización y la comunicación (Lonergan, 1988). Este método es válido en todas las partes de la teología sistemática.

El método de extrapolación

Es un método científico lógico que consiste en suponer que el curso de los acontecimientos continuará en el futuro, convirtiéndose en las reglas que se utilizarán para llegar a una nueva conclusión… La base para una extrapolación será el conocimiento sobre el reciente desarrollo del fenómeno.

(https://www.google.com/search?q=el+metodo+de+la+extrapolaci%C3%B3n+teol%C3%B3gica&rlz.14365j1j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8).

El método de la trasposición

Es el método en el que se habla de una trasposición salvífica del modo inicial a modo consumado. Se trata del paso de un inicio en cuanto a la salvación, a un paso de una nueva cualidad. Inicio y consumación no se saturan al mismo nivel, sino que se trata de dos modalidades diferentes (Izquierdo, Art., 1982).

El método de la anticipación o proléptico

Los griegos ya lo conocían como los preconceptos y las imágenes anticipadoras con las que buscaban las ideas verdaderas. En la doctrina de los estoicos lo concebían como la capacidad de una mente anticipada. En el campo filosófico, Kant, Husserl y Heidegger, lo relacionaron con el conocimiento anticipado de algo (Moltmann, El Futuro, p. 67, 1979).

La perspectiva metodológica en la escatología J. Moltmann

Moltmann asevera que no usa un método en particular en la escatología. Es más, no le interesa mucho la cuestión metodológica. Le importa los contenidos teológicos, renovarlos, repensarlos. Si ha de mencionar abiertamente alguno podría ser lo que no se considera como método todavía: la curiosidad, que lo motiva hacia el viaje del descubrimiento. Podría decirse que la forma de elaborar su pensamiento escatológico es experimental, ni más, ni menos, como una aventura fascinante de las ideas que traslada como propuestas (Moltmann, 2004).

Así la cuestión, considero importante el planteamiento que realiza Moltmann sobre el método escatológico, por eso, lo incluyo con más extensión que los anteriores (Moltmann, 1979).

De entrada, Moltmann rechaza el método de la extrapolación. Una de las razones de peso es que ese método entiende el futuro como el presente extrapolado y prolongado, por lo cual destroza el futuro en su condición de tal. Ese dominio del presente sobre el futuro solo interesa a los que poseen y dominan el presente. En cambio, los desposeídos, los que sufren y los endeudados preguntan por un futuro distinto, por el cambio y la liberación. Hendrik Berkhof sugiere el uso del método de extrapolación en la escatología, pero Moltmann lo rechaza, da la siguiente razón: “En el fondo la extrapolación no es en absoluto un conocimiento del futuro, sino la continuación y confirmación del presente dentro del futuro; entiende el futuro como el presente extrapolado y prolongado, con lo cual destroza al futuro en su condición de tal”. Moltmann también cuestiona el método de la trasposición porque encuentra una contradicción por el hecho de que el inicio de la salvación es totalmente diferente al de la consumación. Así, el acontecimiento salvífico presente no tiene sustento en cuanto no se promete un inicio y un anticipo del futuro (Moltmann, 1979).

Moltmann deja entrever que, parte del presente salvífico en el que se promete, se inicia y se anticipa este futuro, en cuanto que el futuro escatológico ha penetrado en nuestro presente histórico en Jesús de Nazaret, el Cristo. Así, el presente se convierte en fundamento gnoseológico de este futuro que se concretará en Cristo resucitado. La afirmación Ein sage: desde su futuro al interior de nuestro presente, es el fundamento de posibilidad de nuestras afirmaciones Aus- sage (Moltmann, El Futuro, 1979), este pensamiento metodológico está conectado con el método proléptico.

Moltmann avala el método proléptico en la escatología. Afirma que se identifica claramente desde el Antiguo Testamento. Cita la historia como la historia de la promesa y cumplimiento y la promesa anticipa el cumplimiento. Este cumplimiento confirma la fidelidad del Dios promitente y, a la vez, se autotrasciende apuntando hacia el futuro superior, el del cumplimiento prometido, “ello es una prolepsis real”. Moltmann ve en el Nuevo Testamento esa relación proléptica divina y humana: “Hay que arrepentirse y convertirse al futuro de Dios; la razón de ello está en la historia de Cristo: así como su predicación tiene un carácter proléptico real. Él ha resucitado de entre los muertos y esa resurrección es una prolepsis de la resurrección universal de los muertos por Dios” (Moltmann, El Futuro, 1979).

En uno de sus libros recientes, Moltmann afirma que le interesan tres aspectos en la cuestión metodológica. Primero, que el método se fragua en la dimensión pública, abarca la Iglesia y la totalidad de la realidad. Segundo, que el método tiene una dimensión práctica que incluye, el gozo, la fiesta, el juego y la contemplación. El tercero es la apertura y el diálogo, la teología no puede encerrarse en un sistema porque se abre y dialoga con las distintas teologías y posturas escatológicas. Por ese motivo, le llama experimental, empujado por la curiosidad. Moltmann subraya la provisionalidad de todo trabajo teológico en cuanto que la teología siempre está marcada por la dialéctica de la esperanza escatológica (Moltmann, La Venida, 2004).

Reflexiono que el teólogo que realiza una investigación con análisis crítico, está obligado moral y académicamente a dar propuestas. La razón es que es fácil criticar, pero es difícil proponer.

Mi propuesta del método integrativo

Por mi parte, propongo el método integrativo.10 Se estructura en los cinco pasos siguientes:

a. El encuentro con Dios. Es necesario que el escatólogo tenga un encuentro real, espiritual, con Cristo el Señor para que reciba un conocimiento revelado en misterio y produzca en él una sabiduría desde Dios y un degustar espiritual de las señales de la llegada del reino de Dios, del “ya pero todavía”. Me refiero al nuevo nacimiento que ocurre cuando Dios se revela en Jesucristo al hombre perdido y este da una respuesta de fe recibiendo la justificación y la salvación que lo transforman en una nueva criatura. Ello lo capacita para iniciar el camino del conocimiento espiritual. Así, la escatología cobra gran importancia para aquel que ha tenido un encuentro con Jesucristo, experimentando paz, gozo en el Espíritu Santo, como un saboreo anticipado del deguste definitivo que disfrutará en el reino de Dios.

Dicho encuentro con Dios acontece por:

Iniciativa divina: Dios busca al hombre por medio de Jesucristo; el Espíritu ilumina la Escritura y por la respuesta humana: oír – creer - invocar – confesar.

b. Conocimiento revelado no normativo. Este conocimiento está en la Escritura. Es posible recibirlo por la iluminación del Espíritu en respuesta a nuestra fe, oración, meditación y estudio devocional. Este viene de manera dialéctica11 por medio de paradojas. Dios está oculto a los sabios de este mundo, pero se hace visible a los ignorantes; Dios viene a buscarnos en forma de hombre; Dios es santo, pero viene a buscar a los pecadores; nos da vida por medio de la muerte de cruz; somos libres, pero esclavos por amor; somos santos, pero todavía pecadores. Este conocimiento resulta en degustar en medio del sufrimiento, una sabiduría divina oculta para los modos de conocer humanos. Ello nos da la certeza del cumplimiento pleno de la promesa en el futuro prometido.

Este conocimiento paradójico revelado en misterio acontece más o menos en este orden: preámbulo de la fe - Escritura - Cristo crucificado - Espíritu – iluminación – fe – oración – meditación – sufrimiento - conocimiento espiritual – sabiduría – saboreo. Con ello es posible tener una mejor perspectiva de la escatología por cumplirse en cuanto que ya hemos saboreado aquí y ahora, en el presente, lo que ocurrirá en el futuro a plenitud.

c. Conocimiento investigado.12 Toda vez que alguien nace de nuevo, adquiere un conocimiento fundamental que viene por iluminación a través de la vida devocional y el estudio personal, puede pasar a la etapa de la investigación en fondos bibliográficos. En esta etapa se usa el método científico de investigación. Este capacita al creyente, al estudiante y al teólogo para que profundicen de manera sistemática sobre el conocimiento de la escatología.

d. Conocimiento anticipado. La Iglesia posee ya la vida eterna, ha probado las bendiciones espirituales. Ello se convierte en un conocimiento anticipado certero que impulsa con fuerza a la Iglesia para que realice la misión aquí, en el individuo, la familia, la comunidad, la sociedad, la nación y el mundo habitado, con la esperanza de la recompensa y vida eterna que obtendrá en la consumación del reino de Dios.

e. Conocimiento proyectado. Se transforma en una situación vital e impacto social, es el método vivencial que acontece por medio de:

Compromiso: de la proclamación, evangelización y enseñanza-discipulado.

Testimonio: que se relaciona con la integridad ante Dios, ante sí mismo, ante la Iglesia, ante el mundo. Incluye el servicio en la Iglesia local y a la comunidad de acuerdo a los dones recibidos.

Amor: consideración, valoración, justicia y respeto al prójimo.

Misericordia: ayuda social a los pobres, a los huérfanos, a las viudas, con apoyo a programas de seguridad alimentaria, de alfabetización y de educación. Asistencia, acompañamiento y orientación a las víctimas de violencia intrafamiliar; a los privados de libertad y en su reinserción a la sociedad; a los que sufren desintegración familiar por diversas causas: alcoholismo, drogadicción, infidelidad y otros; a los niños, los adolescentes y a los jóvenes atrapados en la problemática de las pandillas y la inmigración (Gálvez, 2001).

Este método lleva al convencimiento de que la escatología tiene revelación en la historia, se apropia por la fe y el conocimiento espiritual. También posee implicaciones éticas, morales y de misericordia; porque se espera en el futuro una evolución de la conducta del cristiano con una consciente expectativa de que todo lo que haga tendrá recompensa o pérdida. El pasaje de Mt. 25:42-46 es contundente: “… porque tuve hambre y no me disteis de comer; tuve sed y no me disteis de beber, 43 fui forastero y no me recogisteis; estuve desnudo y no me cubristeis; enfermo y en la cárcel y no me visitasteis. 44 entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel y no te servimos? 45 entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 46 E irán estos al castigo eterno y los justos a la vida eterna” (Gálvez, 2015).

1.9 Características de la escatología

Características que debiera agrupar la escatología evangélica:

Teológica