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El lector podrá apreciar con placer las emociones el compromiso del autor con su tiempo. Conocedor del difícil arte de expresar en décimas sus vivencias, tradiciones y figuras históricas; la atadura a los padres y a la pareja, permitirán dejar una huella de cubanía en quienes decidan acercarse a Son décimas encendidas de patriotismo y amor, y coincidirá con el prologuista de que: «Sus ojos ven más allá, su pluma cruza fronteras».
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Veröffentlichungsjahr: 2023
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.
Edición:Hildelisa Díaz Gil
Diseño de cubierta:Bárbara Valdés Carballido
Diseño interior y realización:Bárbara Valdés Carballido
Corrección:Catalina Díaz Martínez
Ilustraciones:Evelio Toledo Quesada
Cuidado de la edición: Tte. cor.Ana Dayamín Montero Díaz
Conversión a ebook:Madeline Martí del Sol
© Dionisio Álvarez Álvarez, 2022
© Sobre la presente edición:
Casa Editorial Verde Olivo, 2023
ISBN 9789592245990
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, en ningún soporte sin la autorización por escrito de la editorial.
Casa Editorial Verde Olivo
Avenida de Independencia y San Pedro
Apartado 6916. CP 10600
Plaza de la Revolución, La Habana
www.verdeolivo.co.cu
Musa ponle con tu escuela
Seudónimo a este quehacer;
Que un día me dio a beber
Las mieles de la espinela,
Soy un poeta que anhela
Transmitirle al ser humano
El verso lírico y sano
Y por esa razón voy,
A decirles quién yo soy,
Yo soy El Espineliano.
A todo el que ama y lucha diariamente por ser mejor persona y tenga sentido de pertenencia.
A mi padre, por llevar a mis oídos el ritmo de la décima, mientras silbaba en busca de una taza de café.
A mi madre, por estimular mi permanente quehacer.
A Jesús Rodríguez y Héctor Gutiérrez, por la hermandad y la rigurosidad en la revisión de esta obra.
Mi gratitud a todos los que han aportado al feliz
término de este proyecto.
Desde la intensidad del alma, vuelve esta magia movilizadora a llamarnos. Magia movilizadora le llamo a la estrofa que desde los «poetas de la guerra», como los nombró Martí en la manigua mambisa, es incalculable inyección en el espíritu y en la voluntad del cubano.
En mi caso, viene desde la sangre hasta la cuna, desde el placer de sentirla hasta el compromiso extremo de trabajar profesionalmente para ella. Incontables emociones como poeta improvisador me han dejado vivir, desde el escenario más humilde de uno de nuestros barrios hasta representando en disímiles eventos internacionales a nuestra querida y respetada Isla.
Esta importante y definitoria tarea no es menos emocionante, diría que es más comprometedora. Un prólogo supera la fugacidad de la improvisación, vuela con alas de eternidad en un cielo de grafito y no tiene retroceso, permanece para siempre plasmado en páginas que recorrerán las pupilas de incontables lectores, incluso, cuando no estemos.
Dionisio llegó a mi puerta.
Dos estrellas en los hombros,
hojas repletas de asombros,
versos de tinta despierta…
Mi mano también abierta
se le apretó en la armonía:
y él, en las suyas traía
aún con apuro de horario,
un proyecto literario
del que yo el prólogo haría…
Fraterna conversación
del militar y el civil,
como todo lo sutil
sinceridad y pasión.
Naciendo la petición
el «Sí» del civil se escucha:
«No tengo experiencia mucha
para prologar renglones,
pero sí tengo intenciones
de acompañarte en la lucha».
Ya ven, la musa aparece así de hechicera e inesperada. Desde la emoción, Dionisio Álvarez Álvarez, güinero de pura cepa (tan de pura cepa, que nació un 4 de diciembre como para cumplir con la Santa Bárbara, diosa del barrio de Leguina, cuna de Tata Güines y que por cierto tantos veneramos), me conmovió.
Con todas mis ganas me entregué a estas décimas encendidas de patriotismo y amor, a leerlas y releerlas, en aras de buscarles los requisitos imprescindibles para acercarlas al proceso de publicación.
Descubrí, letra por letra, que el autor es un apasionado centinela de la historia, tan importante donde la era digital, tal vez por encima de la voluntad de sus gestores, quiere opacar desde la escritura sucesos que marcaron para siempre la evolución humana, y el destino de países y generaciones. Creo profundamente que él está claro del compromiso con su tiempo y el camino escogido donde dejar sus huellas.
De igual manera, siento que es un reto enorme al ser él un «cronista en versos», que constituye un riesgo como el del improvisador a la historia, a la musicalidad de la poesía y mucho más a la décima, pues exige especificidades, las cuales se ven a simple vista y no hay que consumir tiempo en explicar.