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Diego ha soñado desde niño con volar. Convertirse en piloto fumigador es el objetivo que ha perseguido con pasión, pero al llegar el momento de iniciar su carrera, una sequía y una serie de incendios lo confrontan con una realidad inesperada: el impacto ambiental de su trabajo y la fragilidad del ecosistema. A partir de ahí, inicia un viaje de transformación que lo llevará a recorrer Sudamérica, conocer culturas ancestrales y descubrir la verdadera libertad dentro de sí mismo. En su búsqueda, enfrentará preguntas profundas sobre la existencia, la ambición humana y la necesidad de un cambio de paradigma para la supervivencia del planeta. ¿Podrá Diego encontrar su propósito en un mundo que parece destinado a repetirse en ciclos de destrucción?
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Seitenzahl: 80
Veröffentlichungsjahr: 2025
ELMUNDO TERRANOVA
Cordon, Antonio A. Todo es un sueño / Antonio A. Cordon. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2025.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-6191-6
1. Narrativa. I. Título. CDD A860
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Presentación
Diego
Diego y Luis
Luis, Diego y el grupo
El viaje
Desierto
“La humanidad requiere de una formade pensar, comprender, actuar y concientizarverdaderamente nueva si quiere sobrevivir”.
Albert Einstein
El contenido del presente escrito, convoca a interpretarlo, con una mirada y una comprensión diametralmente opuesta a la que esta humanidad, la sexta, tiene desde el inicio. Esta perspectiva, que es “una verdadera experiencia vivida”, requiere de una apertura que está más allá de los parámetros habituales, es por ello, que lo ideal es releerlo hasta la comprensión del verdadero concepto que se está trasmitiendo, ya que es la posibilidad de corregir el rumbo, para salir de la existencia, que es un sueño, y comenzar a vivir en plenitud.
Diego sale de la oficina donde le entregaron la licencia que lo habilita como piloto aeroaplicador. La toma con las dos manos, la mira, la besa, la levanta con la mano derecha mientras la sigue con la mirada, manifestando una inmensa alegría en su rostro y expresa a viva voz:
—¡Sí! ¡SÍ! ¡LLEGÓ EL DÍA!
—¡A trabajar, a concretar mi sueño!... y de paso, ¿por qué no? ¡Hacer dinero, mucho dinero!
Este fue el primer impulso que le nació del inconsciente. Lo sintió con un entusiasmo como si fuera la misma felicidad, porque estaba iniciando la concreción de su anhelado sueño: ser piloto fumigador, lo que lo motivó a estudiar y recibirse.
Todo comenzó hace tiempo, cuando Diego tenía tan solo siete años. Un día sábado, su papá lo llevó a un aeroclub en las afueras de la ciudad, donde se realizaba un festival aéreo en el cual participaba un piloto amigo del padre, que tenía una avioneta.
Al encontrarse, se saludaron afectuosamente e intercambiaron comentarios sobre sus vidas, haciendo alegoría a los años transcurridos. Cuando se acabaron las anécdotas, el amigo, mirando al padre, le dijo:
—Los invito a dar una vuelta. En una de esas, a tu hijo le gusta tanto volar que se hace piloto.
El amigo ubica a Diego en el asiento de atrás y lo sujeta con el cinturón de seguridad, mientras tanto, el padre se acomoda como acompañante. El piloto comienza los preparativos para poner el motor en marcha.
Despegaron. Ese fue para Diego su primer vuelo de bautismo, que le despertó una percepción muy agradable al asociarlo con un sueño reiterado que tuvo por mucho tiempo. En él, volaba por encima de la ciudad, con la particularidad de sentir liviandad en su cuerpo, en silencio, sin viento en la cara, una sensación que perduró toda su vida.
Cuando aterrizaron y bajaron del avión, el piloto le preguntó a Diego:
—¿Qué te pareció el vuelo?
Con una sonrisa, Diego respondió:
—Sentí la libertad de volar y me fascinó ver la tierra desde arriba.
Y agregó:
—¡Cuando sea grande voy a ser piloto!
Esta motivación continuó con el proyecto que le diera sentido y entusiasmo para estudiar la carrera de piloto comercial.
Con el transcurrir de los años, y desempeñándose como piloto comercial, el impulso de ser aeroaplicador para ganar más dinero surgió con un encuentro que mantuvo con Jorge, un compañero de estudio que tenía una empresa de fumigación aérea heredada, con veinte años de actividad en el rubro.
Llegó el gran día y, con el entusiasmo propio de iniciar una nueva etapa, comienza a embalar sus pocas pertenencias para mudarse al nuevo destino. Dispone de dinero por ahorros y por la venta de una casa quinta que era de la familia, en las afueras de la ciudad.
Para trasladarse, utiliza su camioneta color naranja, que mantiene en óptimas condiciones como una herramienta de trabajo; aunque el avión, sin lugar a dudas, será el más importante, ya que su vida va a depender en gran medida del perfecto funcionamiento del aparato.
La camioneta la utilizará para trasladar gasolina, productos, repuestos y personal que asiste a la aeronave cuando ésta toca pista y se dirige a la base, que por lo general es itinerante.
El piloto desciende tan solo por unos minutos, y el apoyo en tierra reabastece de combustible y de los químicos a aplicar en la parcela a tratar. Simultáneamente, para no perder tiempo, le dan las próximas coordenadas del campo a fumigar. Además de las aplicaciones, se realizan siembras aéreas que se hacen en diferentes épocas del año.
Diego tiene la costumbre de levantarse todos los días antes de que asomen los primeros rayos del sol en el horizonte. Se da una ducha tibia, se viste con ropa cómoda y holgada, y se prepara en dirección al naciente.
Comienza a realizar una técnica sencilla y bien específica, que requiere de ciertos conocimientos para realizarla sin riesgo alguno. La práctica es “sungazing” (mirar al sol), que le transmitió el mismo que la creó, un hindú llamado Hira Ratan Manek. Consiste en captar la energía solar cuando aparece en el horizonte, solo por algunos segundos, vivificando la glándula pineal, el sistema nervioso y los órganos del cuerpo. Finalizada la misma, ejecuta unos asanas denominados Saludo al Sol, que es una serie continua de movimientos del Hatha Yoga.
Después, se relaja en meditación profunda los minutos necesarios, sintiendo afinidad con la energía que emana del sol, intensificando la alegría de vivir. Diego contempla y descubre en cada amanecer la renovación continua de la vida. Energizado internamente por los ejercicios, con actitud positiva y relajado, se prepara un desayuno saludable.
La noche anterior, cargó la camioneta con sus pertenencias para salir temprano a la mañana, con dirección a la ciudad donde está radicada la empresa que lo contrató. Ésta se dedica a sembrar, fumigar y, además, dispone de aviones. Diego imagina, mientras conduce y disfruta contemplando los campos próximos a su destino, que, al lograr concretar su deseado sueño, se sentirá realizado.
Diego se instala en la cabaña que alquiló por internet y, al día siguiente, en las primeras horas de la tarde, se dirige a la empresa. Se presenta con todos los requisitos que le solicitaron y, después de una charla amena con el dueño, se estrechan las manos concretando y firmando el acuerdo. Le comenta que al avión le están realizando una revisión correspondiente a las horas de vuelo.
Después de allí, se dirige a un bar para tomar un jugo natural y empezar a familiarizarse con los lugareños. Mientras tanto, escucha comentarios de un grupo de personas reunidas cerca de su mesa. Una de ellas dice:
—Ayer entrevistaron en el canal de noticias del campo a un especialista en clima.
Pronosticó que, para los próximos meses, no se van a dar las esperadas lluvias de la temporada, debido a la corriente de La Niña, que se caracteriza en esta zona por altas temperaturas, vientos secos constantes y muy cálidos, propiciando un porcentaje muy bajo de humedad relativa en la atmósfera, lo que inhibe la formación de nubes generadoras de las precipitaciones necesarias para la siembra.
Al escuchar esta conversación, la incertidumbre lo dejó con la cabeza en blanco, sin respuesta, porque si las condiciones climáticas no mejoran en corto plazo, la tierra no tendrá la humedad suficiente para que los agricultores decidan sembrar y, por lo tanto, no habrá demanda de siembra aérea ni fumigación.
Salió a caminar en dirección a una colina de poca altura, denominada Cerro del Valle. Cuando llegó a la cima, con los últimos rayos del sol, aprecia una vista panorámica donde el río cristalino serpentea entre los cerros. Se recuesta sobre un manto verde, mira el cielo y, de a poco, comienzan a aparecer las primeras luminarias, como sucede en los lugares lejos de las ciudades.
Es una noche que deslumbra por la intensidad de la alucinante Vía Láctea, que está más resplandeciente que nunca. Contempló el firmamento sin ningún pensamiento y, de repente, sintió una sensación indescriptiblemente bella. En ese instante, agradeció con inmensa alegría por lo que estaba viviendo.
Descendió del Cerro rumbo hacia la camioneta, que dejó estacionada frente al bar. Se dirigió hacia la cabaña donde se hospeda. Cenó frutas y granola en el parque, un lugar colmado de frondosos árboles de distintas especies, y disfrutó del silencio que lo acompañaba. Se acostó después de ducharse y, haciendo respiraciones lentas y completas, se quedó profundamente dormido, habiendo vivido un día importante y reflexivo.
A la madrugada, se despertó después de un sueño reparador, con los primeros cantos de los pájaros. Se desperezó y expresó:
—Hoy es un nuevo y hermoso día, a disfrutarlo a full.
¡ARRIBA CON ALEGRÍA!
Después de desayunar, aprovechando que era temprano, continuó contemplando el paisaje. Reconoció lo importante que es para su vida el paso que iba a dar, aceptando los tiempos de espera para concretar su sueño.
Realizó un recorrido por la ciudad y encontró varias inmobiliarias donde le mostraron distintas opciones de casas para alquilar. Una de ellas captó su atención porque dispone de una ubicación privilegiada. Coordinó con José, corredor inmobiliario, para encontrarse en la propiedad por la tarde y así conocerla.
Unos minutos antes de lo acordado, se dirigió rumbo hacia el norte y, luego de andar 2 km sobre el asfalto, se detuvo para girar a la izquierda e ingresar por un camino de tierra. A pocos metros estaba el inmueble.
José lo estaba esperando. Se saludaron y se desplazaron hacia la puerta principal de la casa. Recorrieron con detenimiento cada espacio, encontrándola en óptimas condiciones. Lo que más le agradó a Diego fue la iluminación natural, gracias a los amplios ventanales que tienen orientación al norte.
Decide alquilarla, y José le sugiere que recorra el parque mientras él regresa a la oficina para preparar el contrato.