2,99 €
Forma parte de ediciones colectivas de obras espirituales, junto con otras de San Agustín, San Bernardo, San Anselmo, etc. Es un breve tratado ascético, sacado, según se dice en el prólogo, de la doctrina de los Santos Padres. No aspira a ser obra doctrinal, sino simplemente de edificación. En gracia a la brevedad no hace citas de autoridades de la Sagrada Escritura ni de autores eclesiásticos. Está dividido en varios capítulos, cuyos temas son: la pobreza, el silencio, la obediencia y la pureza.
Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:
Veröffentlichungsjahr: 2023
Copyright 2023
Cervantes Digital
All rights reserved
Tratado de la Vida Espiritual
San Vicente Ferrer
Prólogo
De la pobreza
Del silencio
De la pureza de corazón y mortificación de pasiones y sentidos
Mortificación de la propia voluntad
Mortificación del amor propio
El alma, purificada, se une a Dios por la contemplación
Síntesis
Del director espiritual
De la obediencia en la observancia regular
Modo de regular el cuerpo en la comida y bebida
De la bebida
De la compostura interior y exterior en la mesa
Modo de perseverar en la sobriedad y en la abstinencia
Orden del sueño y en las vigilias, en el estudio y la oración
Del estudio
La celda, los Maitines y demás Horas
Del modo de predicar
Algunos remedios contra las tentaciones que provienen por sugerencia del diablo63
Algunos remedios contra quienes siembran dichas tentaciones con su doctrina
Razones por las que se mueve el corazón a mayor perfección65
Eficacia de estas razones
Consejos para evadir los lazos del diablo
Siete afectos para con Dios, para uno mismo y para con el prójimo
Quince perfecciones necesarias para el que sirve a Dios en la vida espiritual
Cinco ternarios en los que tiene que ejercitarse
APENDICE76
NOTAS
Prólogo
En este tratado pondré solamente documentos saludables, sacados de las sentencias de los doctores. No aduciré testimonio alguno de la Sagrada Escritura o de algún doctor para probar lo que diga o para persuadirlo, ya porque intento la brevedad, ya porque dirijo1 mi palabra exclusivamente a quien desea cumplir con gran afecto lo que entiende debe cumplirse según Dios. Por eso tampoco pruebo lo que digo, pues intento instruir al humilde, no discutir con arrogantes ni servir a las controversias.
Quienquiera, pues, que desee ser útil a las almas de sus prójimos2 y edificarlos con palabras, procure primero tener en sí mismo lo que ha de enseñar a los demás3, pues de lo contrario aprovechará poco. Porque su palabra será ineficaz si antes los hombres no descubren en él lo que enseña, y aun cosas mayores.
De la pobreza
Conviene, primeramente, que desprecie todo lo terreno y lo repute como estiércol4, sirviéndose de ello estrictamente para la necesidad. Esta necesidad ha de reducirla a pocas cosas, aun sufriendo alguna incomodidad por amor de la pobreza, como alguien dijo: "Sé que no es laudable ser pobre, sino en la pobreza amar la pobreza, y aguantar con gozo y alegría la escasez de la misma, por Cristo. Pero, ¡qué pena!, muchos se glorían solo del nombre de la pobreza. Pero ¿en qué sentido? Con tal que nada les falte. Se llaman amigos de la señora pobreza, pero huyen, en cuanto pueden, de los amigos y compañeros de la pobreza, esto es, del hambre, el frío, la sed, el desprecio y la abyección"5. No fue así nuestro beatísimo Padre Domingo, ni tampoco Aquel que, siendo rico, se hizo pobre por nosotros6, ni todos los Apóstoles que, como sabes, nos enseñaron con la palabra y con el ejemplo.
Nada pidas a otro, a no ser por necesidad, ni condesciendas con quien quiera darte algo, aunque sea con muchos ruegos, incluso con el pretexto de que lo repartas a los pobres. Porque, créeme, en esto el donante y todos los que lo sepan se edificarán mucho, y por ello los podrás inducir más fácilmente al menosprecio del mundo e inclinarlos al socorro de otros pobres.
Entiendo por necesidad para ti un alimento frugal y un vestido vil, así como el calzado, según la necesidad del momento presente. No llamo necesidad la carencia de libros, bajo cuyo velo frecuentemente se cubre una gran avaricia. En la Orden se encuentran bastantes libros comunes y acomodados.
Y quien quiera conocer claramente el efecto de lo antedicho, procure antes que nada cumplirlo con corazón humilde; de lo contrario, si quisiera contradecir con hinchado corazón, quedará fuera. Porque a los humildes Cristo, Maestro de humildad, les manifiesta la verdad, que permanece oculta a los soberbios7.
Tausende von E-Books und Hörbücher
Ihre Zahl wächst ständig und Sie haben eine Fixpreisgarantie.
Sie haben über uns geschrieben: