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- Herausgeber: Ecos Travel Books
- Kategorie: Lebensstil
- Serie: Pirineos paso a paso
- Sprache: Spanisch
- Veröffentlichungsjahr: 2024
Los valles navarros de Ultzama, Atetz y Basaburua, comparten montañas, praderas y bosques de robles y hayas, con magníficos senderos para recorrerlos. Son excursiones para realizar pausadamente, por senderos decorados por el abrumador paisaje que los envuelve, formado por pastizales ondulados, bosques de ensueño y caseríos plenos de encanto. Ultzama es un idílico valle con infinitos tonos verdes que colorean sus prados y bosques de robles y hayas. Está salpicado de pequeños pueblos de estética muy cuidada, con grandes caseríos de piedra y balconadas repletas de flores. Atetz, por su parte, es un pequeño y bonito valle aledaño, ubicado en la comarca de Ultzamaldea, muy frecuentado por senderistas, gracias a una red de caminos señalizados que une los pueblos. El tercer valle por el que transcurren las rutas de esta guía es Basaburua, salpicado de robledales y hayedos ideales para disfrutar de actividades en la naturaleza.
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SUMARIO
INTRODUCCIÓN
Ultzama es un idílico valle ondulado con infinitos tonos verdes que colorean sus prados y bosques de robles y hayas. Está salpicado de pequeños pueblos de estética muy cuidada, que disponen de grandes caseríos de piedra con balconadas repletas de flores, que bien merecen una visita. Larraintzar es la capital de este tranquilo valle navarro muy cercano a Pamplona, que seduce por sus paisajes y su extraordinaria cocina, donde las carnes y las setas son las protagonistas. Es ideal para realizar senderismo, perderte por sus bosques milenarios, jugar al golf entre robles, montar a caballo o simplemente degustar una típica cuajada. Atetz, por su parte, es un pequeño y bonito valle aledaño, ubicado en la comarca de Ultzamaldea e integrado por cinco concejos y seis lugares habitados. Se trata de una zona muy frecuentada por senderistas, con una red de caminos señalizados que une los pueblos y ofrece al vecindario y a los visitantes paseos saludables y una puesta en valor de su territorio con conexión a los valles vecinos. Muchos de los senderos forman parte del legado histórico y cultural de los habitantes del valle. Son caminos tradicionales por los que se han canalizado las relaciones sociales o las rutas ganaderas.
Los tres valles se codean como buenos vecinos y comparten montañas, praderas inmensas y bosques de robles centenarios.
El tercer valle por el que transcurren las rutas de esta guía, Basaburua, está situado a los pies de los montes que dividen las vertientes cantábrica y mediterránea. Como en los valles vecinos, aquí también los pueblos son pequeños y coquetos, con los típicos caseríos blancos de tejados rojos a dos aguas, y grandes campos verdes que junto a sus extensos bosques forman un paisaje tan tranquilo como hermoso. La gran cantidad de robledales y hayedos hacen de este valle un lugar ideal para disfrutar y realizar actividades en la naturaleza, como el senderismo, bicicleta de montaña o el excursionismo para ascender a sus cimas más altas, como Ireber o Ernaitzu.
Los tres valles se codean como buenos vecinos y comparten montañas, praderas inmensas y bosques de robles centenarios. El viaje de reconocimiento por estos valles hay que realizarlo pausadamente, por unas carreteras estrechas y decoradas por el abrumador paisaje que las envuelve. En el recorrido nuestras miradas quedarán atrapadas por la belleza de sus ondulados y verdes pastizales, por unos bosques de ensueño y unos pueblos encantadores, donde sus casas señoriales, sus enormes caseríos y sus atractivas posadas y ventas, nos invitan a explorar y a degustar su tradicional y deliciosa gastronomía.
1 Analatz y Urkizu desde Belate
DISTANCIA: 18,5 km.DESNIVEL: 585 m.TIEMPO: 4 h 40 min.RECORRIDO: desde el cordal de la divisoria de aguas hay que descender por una pista que nos introduce en el hayedo desde donde ascendemos a dos cimas poco conocidas pero muy interesantes.LLEGAR AL PUNTO DE INICIO: la carretera N-121-A, entre Iruñea-Pamplona y Oronoz-Mugaire, pasa por el puerto de Belate. Sin entrar en los túneles se toma el acceso antiguo hasta el alto de Belate. Gmap
Véase mapa en Internet
Al sur del sendero GR-12, conocido como de la divisoria de aguas cantábrico – mediterránea, accedemos a dos cimas poco conocidas pero que disponen de un importante promontorio. Se encuentran al norte del Valle de Ultzama y nos ha parecido más interesante abordar su ascenso desde el puerto de Belate, un lugar muy concurrido por la familia montañera.
Iniciamos la ruta circular desde Belate (823 m) rebasando la puerta metálica desde donde seguimos el sendero de gran recorrido de la divisoria de aguas conocido como GR-12. Caminamos junto a la alambrada que nos separa de una amplia pradera donde se encuentra la turbera de Belate. A la media hora de recorrido nos topamos con las ruinas de lo que un día fue Odolaga, la Venta de la Sangre. Todavía podemos apreciar el escudo de piedra en su fachada.
El sendero GR-12, que transcurre por la divisoria de aguas cantábrico – mediterráneas, nos sirve de referencia para ascender estas dos cimas poco conocidas.
Continuamos el camino bien definido dejando a nuestra derecha una enorme torreta de comunicaciones en lo alto de la loma. Una vez que dejamos atrás un campo en cuesta atravesamos otra barrera y llegamos a una curva donde deberemos abandonar las marcas rojas y blancas. Por la izquierda descendemos por la pista que más adelante es de hormigón y que se introduce en el hayedo hasta alcanzar una zona de aparcamiento que sube desde Arraitz. Giramos a mano derecha por la pista que se dirige hacia el collado de Zaldazain hasta una bifurcación que tuerce por la izquierda en dirección al monte Urkizu.
Ascendemos por la ladera con fuerte desnivel y entre la hojarasca hasta alcanzar la cima donde solamente encontramos un montón de piedras en la cota más elevada del monte Urkizu (829 m – 1h 25 min). Las vistas son nulas porque las hayas nos impiden la visibilidad hacia el exterior. Regresamos hasta la pista principal que hemos dejado anteriormente y seguimos nuestra ruta por la izquierda en dirección oeste. Un pequeño colladito situado cerca de un pinar nos indica el momento de descender por la pista hasta un nuevo cruce junto al barranco de la regata Ezpeleta.
Giramos por la izquierda y seguimos caminando por el camino paralelo a la regata y que se dirige hacia la base de la montaña. Una vez que la pendiente se acentúa, dejamos la pista y por la derecha nos introducimos en el bosque y comenzamos una subida directamente hasta la cima de la montaña. La sorpresa final es que en la misma cumbre encontramos una zona despejada desde donde obtenemos una espléndida panorámica del Valle de Ultzama. Una gran roca nos indica la cima del monte Analatz (806 m – 2h 20 min).
Volvemos por nuestros pasos hasta el cruce con la pista principal y regresamos nuevamente hasta el colladito junto al pinar. En este cruce de caminos, seguimos a mano izquierda por una pista en dirección norte. En una bifurcación que encontramos junto a la regata de Ezpeleta tomamos el camino de la izquierda y ascendemos por la fuerte pendiente que deberemos afrontar para salir a terreno despejado junto a la borda Bidaxkorriko. En este punto nos incorporamos nuevamente al sendero GR-12 que lo seguimos hacia el este en dirección a Belate.
Atravesamos el collado Bidakorri y más adelante, en la zona conocida como Eteniko Lepoa (1014 m), desistimos de ascender a la cima de Putxotekogaine (1062 m) y decidimos seguir la pista. Dejamos el panorámico monte Txaruta a nuestra izquierda y continuamos por el sendero balizado hasta el punto desde donde anteriormente hemos descendido para realizar la subida a las dos montañas. Por camino ya conocido regresamos por la venta Odolaga y finalmente hasta el punto inicial de la ruta, el alto de Belate.
Fondas y posadas navarras
Tras una buena excursión mañanera por tierras navarras no hay mejor colofón que entrar en un “ostatu”, posada o fonda de cualquier pueblo pequeño situado en la montaña o en la cima de algún puerto de carretera donde encontraremos las mejores delicias culinarias para reponer las energías consumidas durante la ascensión montañera. En estos alojamientos seremos bien recibidos y agasajados con las delicias culinarias que nos regala la gastronomía local que por suerte sigue mayoritariamente reinando en estos lugares de culto para la familia montañera y excursionistas amantes de la naturaleza. Estos alojamientos situados estratégicamente en caseríos y bordas distribuidos por la montaña navarra servían de parada y avituallamiento a los antiguos peregrinos o comerciantes que recorrían los caminos entre valles cercanos o territorios más alejados. Estos pequeños colmados atienden las necesidades de los habitantes en estos pequeños pueblos.
2 Eztunarri y Orbide desde Alkotz
DISTANCIA: 10,6 km.DESNIVEL: 306 m.TIEMPO: 2 h 40 min.RECORRIDO: ruta circular por un bosque que alterna preciosos ejemplares de hayas, robles y castaños.LLEGAR AL PUNTO DE INICIO: desde la autovía A-15 entre Andoain e Irurtzun, tomamos la salida hacia Jauntsarats. Una vez rebasada la localidad de Larraintzar se accede al pueblo de Alkotz. Gmap
Véase mapa en Internet
En esta sencilla y preciosa ruta circular vamos a conocer los importantes bosques situados al norte de Alkotz. Un estrecho sendero nos acercará entre bellos ejemplares de hayas, robles y castaños hasta dos montes no muy conocidos por la comunidad montañera. La zona es bastante más conocida y transitada por las personas que vienen a recoger setas.
Nada más entrar en el pueblo de Alkotz, entre grandes casas blasonadas, nos acercamos hacia la parroquia de San Esteban que conserva los muros perimetrales del siglo XVI con ventanas de medio punto, aunque su cubierta data del año 1.800.
La «Txipiritona» es una original danza que se baila en Alkotz, en la que los mozos se van desprendiendo de sus prendas de acuerdo con unas letras cantadas.
