Verónica - David Fuentes Luque - E-Book

Verónica E-Book

David Fuentes Luque

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Beschreibung

“Durante una tarde de sábado
se convirtió el tiempo en un páramo.
Las notas sonaron y ambos cantábamos
como si fuéramos dos pájaros
en medio de un festín de relámpagos.”
Un verano sabático es el punto de partida para un tiempo de reflexión y de reencuentro con una vieja aliada; la poesía. Sumérjase a través de cada uno de los poemas en un viaje interior; un proceso de transformación y evolución personal. Desde las dudas existenciales y la nostalgia del pasado, hasta la aparición de un nuevo amor que lo cambiará todo.
En este tiempo en que lo rápido y lo inmediato lo abarcan todo, la poesía se convierte en un oasis donde saborear con calma y sosiego de la literatura.
Verónica es la primera obra literaria de David Fuentes Luque. Disfrazada detrás de diferentes nombres, emociones y situaciones cotidianas; la presencia femenina es la piedra angular de este poemario.

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David Fuentes Luque

 

 

 

Verónica

 

 

 

 

 

© 2023 Europa Ediciones | Madrid www.grupoeditorialeuropa.es ISBN 979-12-201-3599-3

I edición: Mayo de 2023

Depósito legal: M-10991-2023

Distribuidor para las librerías: CAL Málaga S.L.

Impreso para Italia por Rotomail Italia S.p.A. - Vignate (MI) Stampato in Italia presso Rotomail Italia S.p.A. - Vignate (MI)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Verónica

 

 

 

A Verònica, mi mujer, la Penélope por la cual emprender la odisea de volver a Ítaca.

 

 

 

 

A mis padres y mi hermano por ser los cimientos sobre los cuales he erigido mis valores y convicciones personales.

 

A mi compadre Matías por la portada de este libro.

 

 

 

“Convertirse en un hombre sin mujer es muy sencillo: basta con amar locamente a una mujer y que luego ella se marche a alguna parte”.

 

Murakami, Haruki. Hombres sin mujeres (2014)

 

Prólogo

Dos lunas nuevas vacías en silencio me miran mientras me pregunto:

¿sobre qué azoteas andan tus suspiros? ¿a quién diriges los susurros que pronuncias cuando me hago el dormido?

Es más allá del sueño y de la realidad que se encuentra la Poesía.

Un lugar íntimo y acogedor donde todo es posible, donde la racionalidad y las emociones entran en conflicto, con resultados impredecibles, cambios repentinos.

En su origen está el amor con sus facetas, sus alegrías y sus penas. Instinto, deseo, obsesión, flaqueza humana.

Es un viaje que se desarrolla con elegancia verbal entre los recuerdos y los simbolismos.

Arte y naturaleza se pierden en la sensualidad y pureza de las caras de mujer, para perderla y encontrarla de nuevo.

      

I

Desde la semilla brota verde y erguido frente a la ventisca el trigo que madura dorado bajo el sol.

Ignorando que, en la penumbra, el campesino está afilando la hoz.

II

Antes de soltar mi mano deja que salte solitario desde ese rincón donde el mar, se disfraza de río perezoso.

      

 

III

Cuando crucé el umbral del mundo, ahí estuviste, acechando en un rincón oscuro. Esperando sonriente al llanto que activa la cuenta atrás hacia tus brazos.

En el momento en que el tobogán se convirtió en vuelo espacial. Apareciste ruda y punzante para tras el beso maternal, esfumarte al instante.

Cuando el pasillo se volvió oscuro e infinito susurraste voces desenterradas del olvido.

Durante años me olvidé de ti.

Salvo cuando bajo tu embrujo a mis seres queridos perdí. Mas hoy te sientas vieja y hambrienta en mi lado del sofá; ansiosa por tu buche llenar.

IV

Gertrudis mi amada de beso frío y metálico.

Tal vez sea hoy el extender de tus alas lo que en este mundo me dé más pánico.

Gertrudis añoro el frío de tu lejanía.

Extraño, como un viejo vicio, tu cercanía. Anhelo la pálida tez que alumbra tu rostro y tu curvatura corpórea que ondula el cosmos.

V

Quisiera que la memoria no se esculpiese en la roca. Sino sobre arenisca roja a merced del vaivén de las olas.

      

VI

Durante el atardecer el silencio me viene a ver disfrazado de viejo vagabundo en su afán de vagar por el mundo.

Sus susurros de agrío aliento no llego a comprender. Y sonriendo emprende el vuelo cuando un motor su hechizo logra romper.

      

VII

Cuando la noche es más oscura y el mundo se viste de silenciosa dulzura, salgo al balcón para contemplar a la Luna.

Por si en su serena blancura pudiese ver reflejada tu figura dormitar entre sueños color aceituna.

      

VIII

Diosa imperecedera te di la espalda y al diablo de la moneda encomendé mis esperanzas.

¿Por qué siguen resonando tus pasos en mi cabeza? ¿Eres un monstruo atrapado en mi ser durante el resto de mi existencia?

La sombra que se cosió a tu portal sigue ahí esperando a que tu luz al fin la rescate de la oscuridad.

      

IX

Rasa noche, sueños en cobre. Que el alma ore y el cuerpo repose.

Sin sentido suspiran remilgos a veces vacíos; a veces baldíos.

¿Quién habita en las esquinas antes cosidas a alegres fantasías?

      

X

El vacío lo llenas de luz y el rumor lo colmas de quietud.

Fui un río paralelo al mar que nunca encontraba su final. Un borrador guardado en la mente de un gandul genio en ciernes.

Pero tú le diste meandro a mi cauce y azucaradas lágrimas al bosque de sauces.