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Versos de todos los tiempos, es una selección de poemas y poetas que ofrece al lector la posibilidad de conocer una muestra significativa de la poesía escrita en Manzanillo, la Perla del Guacanayabo, desde el siglo XIX hasta la actualidad. Textos que difieren en época y temáticas, pero que expresan, de manera directa, la gloria los conflictos de nuestra vida. La selección la integran sesenta autores nacidos en Manzanillo o que escribieron prácticamente toda su obra en la ciudad que les acogió; y destacan en ellas nombres como Bartolomé Masó Márquez, Manuel Navarro Luna, Julio Girona, Alex Pausides, Juventina Soler Palomino, Alejandro Ponce Ruiz y Felipe Gaspar Calafell.
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Seitenzahl: 103
Veröffentlichungsjahr: 2024
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Título: Versos de todos los tiempos: Selección de poetas manzanilleros
Selección y edición: Ángel Larramendi Mecías
Corrección: Juan Manuel Alsina Milanés
Diseño y composición: José Á. Valdor Illana
Programación: José Á. Valdor Illana
Versión epub: 2.0
Ilustración de cubierta: La dársena de Manzanillo
Yeremi Guerra Reyes
© Ediciones Orto 2024
ISBN: 9789597238515
Plácido 161 esq a Pedro Figueredo
Manzanillo, Granma, Cuba
www.x.com/ediciones_orto
www.facebook.com/ediciones_orto
Manzanillo es, sin dudas, tierra de poetas en un país de profusa lírica. Un gran número de publicaciones periódicas que circularon en la urbe desde la introducción de la imprenta por Francisco Murtra en 1856 recogen textos poéticos firmados por habitantes nacidos en esta ciudad costera y por quienes arribaron a ella y escribieron aquí la mayor parte de su obra.
Esta selección de poemas y poetas ofrece la oportunidad de leer y conocer una muestra significativa de la poesía escrita en la Perla del Guacanayabo desde el siglo XIX hasta la actualidad. Textos que difieren en época y temática, pero que expresan, de manera realista, directa, la gloria y los conflictos de nuestra vida.
Cada época tiene su poesía y sus poetas, eso lo corroboran estas páginas, en las que se reúnen, desde autores ya “canonizados” por el panorama literario cubano, hasta otros que resultan revelaciones dentro de la poesía cubana de todos los tiempos.
Esta es una poesía que permite al lector, valorar el sitio ocupado por Manzanillo dentro del amplio y rico panorama de las letras cubanas.
Poeta: sé rebelde y deja reflejado en tus versos
lo mucho que has soñado y sentido…
MIGUEL GALLIANO CANCIO
Compatriotas, un pueblo oprimido
o que dócil se deja oprimir,
no debió nunca haber existido
o no debe jamás existir.
Ha llegado el momento supremo
que nos llama de nuevo a la lid,
y llegado ese caso ya extremo
es forzoso vencer o morir.
Nada extraño venimos haciendo,
que ya Cuba diez años luchó,
y no hay pueblo que pueda queriendo
no salirse del yugo opresor.
Las antiguas colonias lucharon
y lucharon con tanto fervor,
tan tenaces, que al cabo lograron
desasirse del yugo español.
¿Es luchar sin piedad nuestra suerte?
Pues luchar y luchar sin piedad;
que luchando, si viene la muerte,
es muy dulce por la libertad.
¡Cuántos héroes por ella murieron,
cuántos héroes que hay que imitar;
si no hacemos lo que ellos hicieron
Cuba libre jamás se verá!
Cuba libre es la frase sonora
que resuena en los campos doquier;
Cuba libre será desde ahora,
Cuba libre por fin ha de ser.
Ese grito es el grito de guerra,
ese grito sea el grito de paz;
cuanto en Cuba de noble se encierra
no responda a otro grito jamás.
Ya en el mundo no caben tiranos,
de los pueblos baldón y terror;
mientras haya uno solo, cubanos,
guerra, guerra demanda el honor!
Todo el barrio pobre,
el meandro de callejas, charcas y tablados de repente,
se ha bañado en el cobre
del poniente.
Fulge como una prenda falsa en el barrio bajo,
y son de óxido verde los polveros
que, al volver del trabajo,
alza el tropel de obreros.
El sol alarga este ocaso,
contento de ver las gentes, los perros y los chicos,
saludarle con cariño al paso,
y no con el desdén glacial de los suburbios ricos.
Y así el sátiro en celo
del sol, no ve pasar una chiquilla
sin que, haciendo de jovial abuelo
le abrase a besos la mejilla.
Y así a todos en el barrio deja un mimo:
a las moscas de estiércol, en la escama,
al pantano, sobre el verde limo,
a la freidora, en la sartén que se inflama,
al vertedero, en los retales inmundos;
y acaba culebreando alegre el sol
en los negros torsos de los vagabundos
que juegan al base-ball.
Penetra en la cantina,
buen bebedor, cuando en los vasos arde
la cerveza, y se inclina,
sobre nosotros, a beber la tarde.
Pero entonces comprende
que se ha retrasado,
y en la especie de fuga que emprende
se sube al tejado.
Un minuto, y adivine la hora de esplín,
la oración misteriosa y sin brillo,
y el nocturno, medroso violín
del grillo.
Contra el muro, aplastado en deplorable
marco, casi mugriento, desteñido,
lo enseñan. Así el trapo inolvidable
expía haber triunfado del olvido;
así el signo preclaro que un glorioso
momento del pretérito ilumina,
semeja un buitre cínico y odioso
que exhibe las carroñas de su ruina;
así el pendón, con gesto denigrante
pregona las heridas que ha sangrado,
publica los dolores que ha sufrido;
así el pendón es ya lo vergonzante
y lo trágico de un Crucificado,
para escarnio del pueblo redimido.
I
La casa está solitaria y vacía, y en altas horas, cuando el aire se puebla de rumores misteriosos y vagos, y de la floresta fragante, se eleva hacia el cielo florido de estrellas un dulce concierto de voces diversas, por las puertas ruinosas de la casa vacía, entra sugerente y profunda la voz de la noche, pero como la casa está solitaria, se escapa la voz de la noche, por no encontrar un solo espíritu ni un solo corazón que le haga detenerse.
La noche tiene un alma honda y secreta. Cada cosa también tiene una voz conocida, maligna o cordial, pero la vieja casa, como está solitaria, no tiene ningún alma que haga detener el alma apasionada de la noche. Si en ella pensara algún espíritu comprensivo y atento, ¡ah, cuán elocuente fuera el recuerdo y el canto diverso de la ebria floresta!...
Entonces, se detendría en ella la gran voz de la noche, y la vieja casa solitaria, haríase emotiva y sensible como un gran corazón…
I
Siento que una imagen ingrávida se desliza a través de mi abismo. Paréceme que unos dedos sutiles oprimen mi frente ardorosa. Yo siento el deseo imperioso de proferir el grito no proferido. Pero me contengo, callo y pido reposo al aire nocturno. Para todas las íntimas voces que despierta en mi espíritu el fantasma turbador y terrible.
VI
Pasará el alegre cortejo de los años floridos.
Apagados los últimos círculos que formó la piedra al caer al profundo abismo del agua, las horas que pasan volverán a ser bellas, para aquel que cruce por vez primera el viejo y ahora nuevo camino de la floresta encantada. Y yo solo tendré lágrimas para llorar la tristeza irremediable de haberme contenido, mientras la angustia infinita en señal de duelo desgarrará sus morados ropajes y arrojará como una virgen doliente sobre su loca cabellera, un puñado de polvo.
Como un grito siniestro se ha escuchado en la sombra.
El alma se ha escondido en el refugio fiel del corazón.
El alma tiene miedo, no se atreve a salir!
Tapiemos los resquicios
en las puertas y ventanas
de la casa de nuestro cuerpo!
Serpientes tenebrosas se agitan enconadas.
Y un silencio muy fino ha empezado a caer sobre el jardín!
El alma tiene miedo!
El alma se ha escondido en el refugio fiel del corazón!
En la fuente rumorosa,
fantástica, que embelesa,
yace flotando una rosa
que un rayo de luna besa.
La sonatina doliente
del céfiro en el follaje,
se ha prendido en el ambiente
y palpita en el paisaje.
Tiembla la noche emotiva,
de sensualidad cargada;
y, cual Lenda sensitiva
la rosa parece una
novia que fue violada
por un rayo de la luna…
Te he visto llorar, pequeña maga.
Por primera vez he visto surcado tu rostro por abundantes lágrimas… Tus lindos ojos convirtiéndose en manantiales de amargura. De su fondo misterioso brotó algo celestial y consolador, porque las lágrimas son paliativo eficaz y poderoso para todo el que sufre.
El que llora arroja del alma las penas, los intensos dolores morales, los sufrimientos que mordisquean el yo, como si quisieran abatirlo. El llanto normaliza y revive el ánimo contrito, poniendo en el espíritu una sensación de inefables dulzuras y tras este paréntesis indefinible, una placidez invade el ser.
Te he visto llorar, pequeña maga, y he medito mucho alrededor de tu llanto.
Tú que encarnas la alegría, la eterna alegría de los amaneceres primaverales, tú que simbolizas la jocundia, el optimismo sano que todo lo transforma en bondad y amor, ¿por qué has llorado?