Violeta ahora respira con branquias - Allan Fabricio Pérez Elizondo - E-Book

Violeta ahora respira con branquias E-Book

Allan Fabricio Pérez Elizondo

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Beschreibung

Pablo descubre a su pequeña hija Violeta dentro de la bañera. La niña cree firmemente ser un pez. Entre el agua de esta historia se esconden varios silencios, un mar de recuerdos y pensamientos que inundan la cabeza de Pablo.

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Allan Fabricio Pérez Elizondo

Violeta ahora respira con branquias

Obra ganadora del XVIConcurso de Dramaturgia Inéditadel Teatro Nacional de Costa Rica 2020

Personajes

VIOLETA, UNA NIÑA.

SU JOVEN PADRE, PABLO.

LA MEJOR AMIGA DE AMBOS, JULIETA.

ANA, LA PSICÓLOGA; O AL MENOS PENSAREMOS POR AHORA QUE ASÍ ES.

Epígrafe

Cuando Violeta abrió los ojos, vio en el mar una gigantesca ola que arrastraba pequeños caballitos de mar; el mar no es sino un gigante hecho de recuerdos que nos susurra al oído con el ruido de la sal.

Obra

(Una bañera estancada entre arena de mar. En esta casa parece que un tsunami pasó y nunca se fue, entre los muebles hay arena y hasta las ventanas tienen ese color corrosivo que solo produce la humedad marítima).

VOZ DE VIOLETA:

¿Pueden escuchar eso? Son los recuerdos que vienen y van enredados entre la sal. Son pequeños caballitos de mar que nos inundan la cabeza con burbujas de historias. (Pausa). Mi papá siempre ha tenido el corazón como un papel arrugado: con tan solo un poquito de agua se le derrite por completo. Él es la principal razón por la que esta transformación ha tenido que esperar, creo que aún no está listo para todo esto. Y puedo entenderlo… hay cosas que son muy claras, ¿quién, en todo el planeta, estaría listo para aceptar que su hija ahora es un pez?

(En todo el espacio se proyectan animales marinos en el agua, mientras Violeta entra al espacio sumergiendo sus pies en la arena. Lleva un vestido de baño con peces multicolores y en la cabeza algunas algas. Con la mano, se quita las algas y comienza a caminar dejando las huellas marcadas en la arena. Pronto juega con algunos de los peces que observa en las paredes. Da unos pequeños giros alrededor de la bañera y luego se acerca sigilosamente. Observa que no venga nadie a su alrededor y mete un pie para probar si el agua está fría. Se sienta en el borde mientras sumerge ambos pies y salpica con un poquito de agua. Lentamente va metiendo todo el cuerpo en la bañera al mismo tiempo que las proyecciones desaparecen, sumerge la cabeza y luego la saca del agua. Deja que su cabello mojado quede sobre el rostro mientras chorrea agua. (Pausa). Entra Pablo, su papá, con un paño en la mano. Este mira a la niña, le quita el cabello del rostro y le sonríe. En la bañera hay algunos juguetes, entre ellos una pequeña ballena; Pablo toma la ballena y comienza a narrar una historia a la niña).

PABLO:

¿Alguna vez te conté la historia sobre las olas del mar?

VIOLETA:

Nunca.

PABLO:

(Inspirado). Escuchá… Tritón era el hijo de Poseidón y Anfitrite, ambos eran dioses del mar. Cuenta la leyenda que un día el joven Tritón salió de su palacio dorado y comenzó a ahondar en las profundidades del mar. De pronto, mientras estaba nadando y agitando su gran cola de pez, en medio del agua logró ver un destello de color que giraba y se movía de una forma muy divertida.

(Violeta comienza a reír).

PABLO:

Sin poderse resistir a la curiosidad, se acercó lentamente, pero la mancha de color se movía en todas direcciones y era mucho más rápida que él. Así que, usando la astucia, se escondió detrás de un grupo de algas para poder descifrar qué era aquello que veía. Cuando el manchón de color estaba lo suficientemente cerca, Tritón salió de su escondite y sorprendió a un pequeño ballenato que estaba jugando con burbujas. Tritón comenzó a crear más burbujas con su cola de pez hasta hacer remolinos en el agua, donde el ballenato comenzó a nadar dando muchos giros.

VIOLETA:

¡Guau!

(La niña sigue mirando muy atenta y sonriente).

PABLO:

Juntos nadaron a través de intensas corrientes hasta llegar a una misteriosa cueva submarina. Allí las medusas iluminaron un estrecho camino que llevaba hasta una brillante caracola de color cerúleo. ¡Uno! ¡Dos! ¡Tres! Y Tritón sopló la caracola como una trompeta y las olas del mar empezaron a moverse. Desde entonces, el ballenato comenzó a nadar por todas las corrientes de las olas y Tritón sigue sonando su caracola, para que aquella ballena ahora pueda jugar por todos los mares del mundo. Esa es la razón de que en las playas haya olas en el mar.

(Violeta se sumerge en el agua y comienza a hacer burbujas en el agua. Pablo la observa sonriendo e intenta acercarse con el paño).

PABLO:

Bueno, Violeta, es hora de salir del agua...

VIOLETA:

¡Solo un ratito más, papá! Por favor.

PABLO:

Violeta, eso dijimos hace diez minutos.

VIOLETA:

Y ya viste que no ha pasado nada malo. Así que diez minutos más no me harán ningún daño.

(Pablo sonríe de nuevo).

PABLO:

Vamos, ya fue suficiente baño por hoy, Violeta. Mañana nos vamos a la playa y te prometo que vas a pasar mucho rato en el mar con tu mamá. Vas a hacer muchos castillos de arena y bueno… si no te dormís temprano, vas a estar muy cansada cuando te montés en el bote; y dormida no podrás ver ningún animal de mar, ¿verdad?

VIOLETA:

¿Cinco minutos? ¿Solo cinco minutos más?

(Pablo la mira de reojo y luego termina haciendo una mueca, la niña se ríe de verle la cara).

PABLO:

Cinco… solo serán cinco minutos más.

VIOLETA:

Gracias, papá.

(Pablo hace a salir).

VIOLETA:

Papi, ¿no te vas a montar con nosotras en el bote?

P