1844 Hecho simple - Clifford Goldstein - E-Book

1844 Hecho simple E-Book

Clifford Goldstein

0,0

Beschreibung

¿Qué significado tiene para nosotros hoy la profecía de los 2.300 días y los eventos señalados por el año 1844? ¿Habrá alguna manera de orientarnos dentro del confuso laberinto de bestias, fechas y reinos en el libro de Daniel? Este libro está destinado a ser uno de los más importantes que, como cristiano que aguardas el inminente regreso de Cristo, podrás leer. Si deseas entender estas profecías, la clave está en tus manos. Este libro te guiará a través del laberinto de 1844 y te conducirá a la luz de la verdad presente.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 144

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



1844 Hecho simple

Un estudio sencillo de la doctrina del Santuario y los 2.300 días

Clifford Goldstein

Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires, Rep. Argentina.

Tabla de contenidos
Tapa
Dedicatoria
Primera parte: 1844: Hecho simple
Capítulo uno
Capítulo dos
Capítulo tres
Capítulo cuatro
Capítulo cinco
Capítulo seis
Segunda parte: Respuestas a objeciones
Capítulo siete
Capítulo ocho
Capítulo nueve
Tercera parte: Investigando el juicio
Capítulo diez
Capítulo once

1844 hecho simple

Clifford Goldstein

Dirección: Claudia Blath

Diseño del interior: Mauro Perasso

Diseño de tapa: Leandro Blasco

IMPRESO EN LA ARGENTINA

Printed in Argentina

Primera edición, e-Book

MMXIX

Es propiedad. © IADPA, 1999. © ACES, 2018.

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

ISBN 978-987-701-964-3

Goldstein, Clifford

1844 hecho simple / Clifford Goldstein / Dirigido por Claudia Blath / Ilustrado por Leandro Blasco. – 1ª ed. – Florida : Asociación Casa Editora Sudamericana, 2019.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: online

Traducción de: Miguel A. Valdivia.

ISBN 978-987-701-964-3

1. Vida cristiana. I. Blath, Claudia, dir. II. Blasco, Leandro, ilus. III. Valdivia, Miguel A., trad. IV. Título.

CDD 248.4

Publicado el 08 de julio de 2019 por la Asociación Casa Editora Sudamericana (Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).

Tel. (54-11) 5544-4848 (Opción 1) / Fax (54) 0800-122-ACES (2237)

E-mail: [email protected]

Web site: editorialaces.com

Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor.

Dedicado a David Mills, dondequiera que esté.

Primera parte: 1844: Hecho simple

Capítulo uno

Nunca olvidaré la emoción que sentí cuando salí de las tinieblas del escepticismo, el agnosticismo e incluso el espiritualismo y entré en la luz del mensaje de los tres ángeles. El Señor me levantó del pecado, la muerte, la alienación y el vacío que cubrían una vida alejada de Dios, y me condujo no solo al conocimiento de Jesús, sino también al adventismo, a la verdad presente, al más importante movimiento desde la Reforma Protestante.

Sin embargo, no todo era bueno en Sion. Me uní al movimiento adventista en medio de rumores, bullicio y rebeliones que agitaban la iglesia; no obstante, en mi inocencia de recién convertido, no llegué a percatarme de la mayor parte de esto. Desapercibido, yo era un bebé sonriente que ignoraba las amargas lecciones de la vida.

Cuando tenía tres meses de adventista, un amigo me contó acerca de un profesor de teología de la costa oeste de los Estados Unidos, que negaba el juicio investigador de 1844.

“¿Qué importa?”, respondí.

Yo había visto los diagramas, había leído acerca de 1844, y creía en ello porque Elena de White lo creyó, y yo creía lo que ella había creído. Pero ¿qué importaba? Mi único tema durante mis primeros seis meses de adventista era la marca de la bestia. Había dado docenas de estudios bíblicos sobre la marca de la bestia. Incluso llegué a escribir en paredes de baños acerca de la marca de la bestia. ¿1844? Parecía poco importante.

Al comienzo de 1981, llegué a mi primera comunidad adventista. Allí, los rumores acerca de 1844 y la controversia sobre el santuario eran más que bullicio, ¡eran rugidos! Era la conversación del desayuno, el almuerzo, la cena y entre las comidas. Aunque no entendía a qué se debía todo el alboroto, una cosa sabía: Nada me iba a hacer tambalear.

Pero entonces empezaron a confrontarme con estas preguntas:

¿Cómo se demuestra que hay un juicio investigador desde 1844 en base a Daniel 8:14? ¿Cómo se sabe que el principio de día por año es válido? Y si es válido, ¿por qué aplicarlo a los 2.300 días?

¿Cómo se vincula Daniel 8 con Daniel 9? ¿Por qué no hay conexión verbal entre la palabra purificado de Daniel 8:14 con la de Levítico 16:16? Las dos tienen diferentes raíces en el hebreo. ¿Cómo se sabe que las 2.300 tardes y mañanas de Daniel 8 no son 1.150 días, como algunos lo sugieren? (Ver la nota aclaratoria de Daniel 8:14 en la Biblia de Jerusalén.) ¿No ves cómo el libro de Hebreos coloca a Cristo en el segundo departamento del santuario mucho antes de 1844? ¿No es Antíoco Epífanes el cuerno pequeño de Daniel 8? Y de paso, ¿sabes cuánto copió Elena de White de otros autores?

Yo no tenía las respuestas, y aquellos de quienes esperaba obtener alguna, ¡tampoco! Por todos lados, la gente atacaba la doctrina o por lo menos expresaba escepticismo hacia ella. No sabía en quién confiar, ni adonde ir.

Como resultado de todo esto, ya no creía en el juicio investigador de 1844. Simplemente no podía encontrarlo en la Biblia, y las implicaciones de tal conclusión ¡me hacían tambalear! Nunca me había percatado hasta ese momento de hasta qué medida nuestro mensaje dependía de 1844. Instantáneamente, mi fe en el mensaje adventista se desmoronó.

Lo primero que definidamente debía salir del camino era Elena de White. Si 1844 no era bíblico, Elena de White entraba en la categoría de Mary Baker Eddy, fundadora de la Iglesia Científica Cristiana, y José Smith, fundador del mormonismo.

Comencé a dudar de la idea del adventismo como la iglesia remanente. Si 1844 no era bíblico, la iglesia tampoco.

Empecé a preguntarme cuán importante en realidad era la ley y en particular el sábado.

¡Incluso comencé a dudar de la marca de la bestia!

¿Había sido toda mi experiencia con Dios una pura casualidad?

Derramé mi alma en oración, rogando por la verdad. Si este mensaje no era verdadero, yo lo abandonaría. No había sido adventista por tanto tiempo, la iglesia no significaba mucho para mí. Además, no me gustaba la idea de ser vegetariano. Mi agresiva búsqueda de la verdad me había llevado al adventismo, pero si esa búsqueda me estaba llevando a otra parte, yo estaba listo.

Regresé adonde el problema había comenzado; si no podía encontrar en la Biblia este asunto de 1844, sin la ayuda de Elena de White (en ese tiempo ella representaba muy poca autoridad para mí), yo empacaría mis cosas y volvería a Israel, donde estaba viviendo cuando comencé a creer en Jesús. La simple lógica me decía que si 1844 no era bíblico, el adventismo era una secta pseudocristiana.

Así que oré y estudié profundamente la Biblia. Busqué una comprensión de la verdad, porque sabía que el destino de mi vida, y posiblemente incluso el de mi vida eterna, estaban en juego. Y no usé a Elena de White.

Terminé unas pocas semanas después. Mi conclusión: ¡Si usas solo el Antiguo Testamento, tendrás tanta evidencia para un juicio investigador desde 1844 como para probar que Jesús de Nazaret es el Mesías!

Antes, cuando leía Daniel 8, no podía imaginar cómo alguien podía encontrar allí el juicio. ¡Pero ahora, después de mis estudios, cuando leo Daniel 8, no imagino cómo algunos pueden ignorarlo!

De pronto nací de nuevo, ¡otra vez! La duda, la inseguridad y el desánimo se fueron. Sentí como si hubiera sido curado de una enfermedad. Estaba más convencido del adventismo que cuando llegué a la comunidad adventista por primera vez, y ahora me daba cuenta de cuan frágil había sido mi fundamento.

Instantáneamente, todas las dudas sobre Elena de White desaparecieron. Pensé: ¡ciertamente aquella anciana conocía exactamente de qué estaba hablando! Desde ese momento, nunca he dudado de Elena de White como una profetisa; más aún, mi confianza en la verdad de 1844 me ha permitido verla como una de las más grandes entre los profetas.

Mi comprensión de 1844 me dio una nueva experiencia con Jesús, con el adventismo y con el espíritu de profecía. Cuando descubrí cuan bíblico era 1844, supe que esta iglesia es todo lo que pretende ser, y las dudas acerca de la ley y el sábado se desvanecieron.

A pesar de las apostasías, a pesar de nuestra tibieza laodicense, a pesar de los escándalos, a pesar de cualquier cosa y de todas las cosas que le suceden a esta iglesia, la enseñanza de 1844 prueba más allá de cualquier duda que la Iglesia Adventista del Séptimo Día es la iglesia remanente de la profecía bíblica y que nuestro mensaje es verdad presente. El juicio desde 1844, más que el estado de los muertos, el sábado y la segunda venida, establece la validez del adventismo. Todas esas otras doctrinas son aceptadas por algunas otras denominaciones, pero los adventistas son los únicos que predican que desde 1844 hay un juicio investigador. Mientras usted no conozca la verdad de 1844 y no advierta que los adventistas son los únicos que la enseñan, nunca comprenderá totalmente nuestro llamado, nuestro propósito o nuestra misión.

Fui obligado a aprender o a dejar este mensaje. Para mí, no había término medio. Y cuan agradecido estoy de que el mismo Dios que me llevó a creer en él, me llevó de entre todas las religiones del mundo al cristianismo; y de entre todas las denominaciones que hay en el cristianismo, al adventismo. ¡Cuan agradecido estoy de que también me haya salvado de la apostasía!

Con todo, pronto noté que casi cada adventista que conocía, joven o anciano, convertido o nacido en la iglesia, hombre o mujer, blanco o negro, en el Este o el Oeste, liberal o conservador, casi ninguno podía extraer 1844 de la Biblia. ¡Y a la mayoría tampoco le interesaba! No creían que fuese importante.

He estado de pie frente a iglesias de 300 personas y preguntado: ¿Cuántos de ustedes, sin usar a Elena de White, pueden dar un estudio bíblico sobre 1844 y el juicio investigador? Vez tras vez, solo dos o tres manos se levantaban. La mayoría de los adventistas no podrían dar un estudio inteligente sobre esta doctrina, aun si su destino eterno dependiera de ello. Está la posibilidad de que tú, que lees este libro, de la misma manera no puedas ofrecer una explicación satisfactoria sobre el significado de 1844, o dar una respuesta clara a los argumentos presentados en contra de esta doctrina. Probablemente no hayas oído una predicación sobre esto o leído algo acerca de esto en años.

Puedes estar convertido. Puede ser que diezmes fielmente y practiques el vegetarianismo. Puedes dar estudios bíblicos, ganar almas, ser un cristiano que ama y que es amado. Pero si no estás fundamentado en la doctrina de 1844, si no tienes por lo menos una comprensión rudimentaria de esta enseñanza, entonces no estás preparado para las pruebas y el zarandeo. Si yo hubiese tenido que enfrentar el tiempo de prueba final, con mi comprensión superficial de 1844, hubiera sido barrido como una hoja en un tornado.

No estoy hablando de salvación por medio de teología. La fecha de 1844 o la comprensión de ella, no nos salva. Pero si 1844 no es bíblico, nuestro mensaje es falso, somos una iglesia falsa, enseñando un mensaje falso y guiando a la gente con engaños por un camino cuesta abajo. Una de dos, o 1844 es verdad y tenemos la verdad, o es falso y hemos heredado y enseñado mentiras.

Quizás nunca hayas sido confrontado con este asunto o nunca pensaste acerca de ello. Algún día lo harás. Hemos sido apercibidos de que todo lo que pueda ser zarandeado será zarandeado y, como pueblo, nosotros aún no hemos comenzado a comprender lo que el zarandeo significa. Tarde o temprano nuestra fe será probada hasta lo sumo.

El diablo vendrá contra nosotros desde todas las direcciones, buscando cualquier brecha o área débil, en un esfuerzo por apartarnos de la verdad. Y puedes estar seguro de que 1844 será un blanco primordial. Si crees en el mensaje, dé todas maneras te será muy difícil mantenerte fiel cuando pierdas tu trabajo, tu casa y cuando no puedas comprar alimentos. ¡Pero imagina todas estas presiones externas, incluyendo amenazas contra tu vida, cuando para empezar dudas seriamente del adventismo y su verdad! Si alguien puede sacudir tu fe con respecto a 1844, dudarás de todo el mensaje, y si dudas del mensaje, ¿cómo podrás mantenerte en pie?

¿Quién moriría por un mensaje del que duda? ¿Quién dejaría que sus hijos pasen hambre por una creencia de la cual no está convencido? ¿O quién podría ver que le quiten a sus hijos por una doctrina que no puede probar con la Biblia? No necesitas ser un teólogo, pero el pueblo sí perecerá por falta de conocimiento, y con toda esta verdad a nuestro alcance, no tendremos excusas por no entenderla.

El juicio investigador de 1844, el pilar teológico de nuestro movimiento, descansa como una reliquia empolvada en el armario de la familia adventista. Sabemos que está allí, todos lo conocemos, pero nadie se preocupa por ello. No estamos seguros de qué hacer con 1844. No estamos seguros de qué significa o si realmente lo necesitamos. Incluso no estamos seguros si después de todo es tan importante (como lo revelan la escasez de sermones, artículos y libros acerca del tema). Con todo, cuando se descarta 1844, también se descarta el adventismo. Qué habilidad la del diablo al hacernos poner a un lado nuestra doctrina más básica. Él sabe que, cuando nos arrebata este fundamento, nos desmoronamos y caemos. Solo espera el momento exacto para hacer caer a tantos adventistas como pueda.

No estoy hablando de una teoría o especulación, sino de una experiencia. Sé lo que le pasará a aquellos que no están fundamentados en este mensaje, porque me ocurrió a mí bajo circunstancias que fueron patéticamente fáciles, comparadas con las que la iglesia pronto enfrentará.

Pero ahora veo cuánta confianza, fuerza y seguridad me ha dado el entendimiento de esta verdad. La enseñanza de 1844 da irrefutable solidez al hecho de que el adventismo es la verdad para este tiempo; es por ello que el enemigo se ha esforzado grandemente para minimizarla, y yo me espanto ante su tremendo éxito.

En 1986, hice una serie de grabaciones para el American Cassette Ministries (Ministerio americano de casetes), titulada “1844 Hecho Simple”. Usé las investigaciones de los mejores teólogos del adventismo, los hombres que han demolido casi todos, si no todos los argumentos contra 1844. A pesar de esto, la mayoría de los adventistas nunca han escuchado de sus investigaciones o libros, menos aún los han leído. Además, el material es profundo y teológico, y muchos de nosotros preferiríamos sentarnos frente al televisor antes que estudiar nuestro mensaje. He tomado estas publicaciones (mayormente de los tomos 1, 2 y 3 de la serie del Comité de Daniel y Apocalipsis) y las simplifiqué para dar seminarios en iglesias y reuniones campestres.

Este libro está basado en esas cintas, y fue escrito para presentar la doctrina del juicio investigador desde 1844 en la manera más simple y clara que me es posible, creyendo que la comprensión de esta doctrina es crucial no solo para entender el adventismo, sino también para la preparación de nuestro pueblo para el encuentro con la crisis que se avecina.

El libro está dividido en tres secciones. La primera es el estudio de cómo se llega a la fecha en la Biblia. La segunda contesta muchos de los argumentos usados contra el juicio investigador. Y la tercera sección responde a la pregunta: ¿Cuál es el significado del juicio investigador?

Un comentario final. No uso a Elena de White. Algunos argumentan que ella no fue una teóloga y por lo tanto no es buena para la teología. Supongo que, en el sentido clásico de la palabra, ella no fue una teóloga, ¡fue una profetisa! Y yo siempre tomaría la palabra de un profeta por encima de cualquier teólogo. Con todo, nosotros no tenemos que basar nuestra comprensión de 1844 en ella. No uses a Elena de White para adquirir solidez en la Biblia. Consigue solidez en la Biblia y estarás sólido en ella. Basa 1844 en la Biblia y permanecerás inamovible en cuanto a Elena de White. Úsala como la base para 1844 y tanto ella como 1844 se derrumbarán.

Yo lo sé.

Capítulo dos

¿Ocurrió el juicio investigador: en el año 31 d.C., o después? La respuesta hace o deshace al adventismo. Si como algunos entre nosotros han afirmado, el juicio ocurrió en el 31 d.C. con la ascensión de Cristo a la “diestra de Dios” en el cielo, entonces la doctrina del juicio investigador de 1844 no es otra cosa sino una artimaña fraguada por milleritas frustrados, quienes debían buscar una forma de librarse de la vergüenza del gran chasco.

Entonces, ¿ocurrió el juicio en el 31 d.C.? Lee los siguientes textos:

“Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos” (Hech. 17:31).

“Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó” (Hech. 24:25).

“Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio” (Rom. 2:16).

“Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí” (Rom. 14:10-12).

“El Señor juzgará a su pueblo” (Heb. 10:30).