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El nuevo libro de la celebrada autora del gran best seller internacional "Más allá de El Secreto" nos ofrece sus recetas de la felicidad. Acepta el desafío de tu propia existencia, recupera la ilusión y toma el control de tu vida con estas ideas y consejos para alcanzar la felicidad Después de la serie El Secreto, Brenda Barnaby ha estado trabajando e investigando sobre la felicidad y cómo alcanzarla. Meses atrás publicó "Happy Stories", un libro muy bien recibido que presenta historias reales que nos permiten descubrir fórmulas para lograr ese estado de paz interior, alegría y satisfacción que llamamos felicidad y con este libro, un recetario imprescindible, completa su propuesta para ser felices. Decía Benjamin Franklin que la felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días. Este libro ofrece un sinfín de ideas y temas para reflexionar, para ver la vida desde otro ángulo y producir una transformación positiva en el alma de quien lo lea. Un regalo que ofrece maneras alternativas de pensar y de comportarse con el objetivo de alcanzar una vida plena, llena de esperanza y alegría.
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Seitenzahl: 256
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Si usted desea que le mantengamos informado de nuestras publicaciones, sólo tiene que remitirnos sunombre y dirección, indicando qué temas le interesan, y gustosamente complaceremos su petición.Ediciones Robinbookinformación bibliográficaC/. Indústria 11 (Pol. Ind. Buvisa)08329 – Teià (Barcelona)e-mail: [email protected]
© 2013, Ediciones Robinbook, s. l., Barcelona
Diseño cubierta: Regina Richling
Fotografía de cubierta: iStockphoto
Diseño de interior y compaginación: Paco Murcia
ISBN: 978-84-9917-608-6
Producción del ebook: booqlab
«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.»
La felicidad ha adquirido diferentes significados a través de la historia y de acuerdo con cada contexto. Algunos han negado su existencia o la han entendido sólo como una bella utopía. Muchos indagan si se trata de hechos aislados o de un estado permanente.
Aquí no pretendemos ofrecer planteamientos que te ubiquen en un espacio de incertidumbre, angustia o desazón, sino ofrecerte maneras alternativas de pensar, de comportarse, de plantarse frente a la vida; todo con el objetivo de que salgas del lado de la desesperanza, la pesadumbre y la tristeza, y te dirijas hacia una vida plena, esperanzada y alegre.
Nada es simple, es una de las pocas cosas que tenemos en claro. Todo tiene una causa y una consecuencia. La felicidad no puede escapar a esta regla. Por lo cual, no puedes pretender ser feliz si no luchas por ello, si no trabajas conscientemente para tal meta. Tu tarea, si deseas vivir mejor y más plenamente, es emprender un nuevo camino, un sendero en el cual no debe haber inercia, «más de lo mismo», resistencia al cambio, sino ganas de transformar tu ser, de renovarte, de replantearte actitudes, respuestas, creencias, estructuras, de no dejarte estar. Para tal objetivo es que hemos puesto a tu disposición diversos temas que te hagan reflexionar, que te permitan ver desde otros ángulos tu vida, tu comportamiento, para que así puedas producir una transformación positiva. Pero no quisimos quedarnos sólo en el planteamiento, y dimos un paso más: hemos puesto sugerencias y propuestas para que te ayuden en este proceso.
Esperamos humildemente poder ayudarte y que logres la vida plena que ansías.
Están los melancólicos que, asidos fuertemente a sus recuerdos, no dejan de pensar que todo tiempo pasado fue mejor, y están aquellos que viven permanentemente en el futuro, en lo que vendrá, imaginando que lo que está por suceder será mejor que el tiempo presente. En ambos casos, se produce inexorablemente la pérdida del aquí y el ahora. La vivencia pura. Como seres finitos que somos debemos tomar conciencia de lo efímero que es el momento exacto en el que se está. Cada uno debe tomar una posición activa y plena ante la vida y decidirse a experimentar ese presente. Planificar y recordar está bien, pero no podemos permitir que esas dos actividades ocupen toda nuestra vida. Debemos disfrutar cada instante, cada situación, cada tarea como si se fuera a producirse por última vez, porque de eso se trata… esto que está sucediendo en este preciso instante no se volverá a repetir; puede ocurrir algo similar, pero nunca igual. Así que lánzate a la experiencia de vivir el momento, intenta aprovechar cada minuto, aprecia ese café que estás saboreando, valora cada segundo, ama más a tu familia y amigos… podrían no estar contigo. Nada es tan valioso como lo que estás experimentando hoy, ahora.
El futuro nos tortura y el pasado nos encadena.He aquí por qué se nos escapa el presente.
Gustave Flaubert
Sientes con esa piel que te parece pálida o con imperfecciones, miras a través de esos ojos cuyo color no son de tu agrado, besas con esos labios que no te gustan porque son finitos, masticas con esos dientes que aborreces porque no son perfectos como los de la sonrisa de la marca famosa de dentífricos. Sin embargo, son todos ellos los que posibilitan que te alimentes, que camines, que corras, que aprecies la belleza de un paisaje o de una pintura, que percibas caricias y texturas. ¿Cómo despreciar semejantes cosas? Quererse tal y como se es, sin críticas, sin desprecio, amarse a pesar de lo lejos que se pueda estar de aquello que se considera en nuestra sociedad como bello o perfecto, cuidarse y preservarse considerando los propios límites y posibilidades es la actitud más sana y feliz con que se puede encarar la vida. No hay manera de, siquiera, rozar la alegría y la esperanza si no existe el amor hacia uno mismo. Haz ejercicios, lleva una alimentación equilibrada, realiza tratamientos para mejorar tu piel y tu pelo, en fin… haz todo lo que consideres que te pueda ayudar a valorarte más… todo suma. Pero lo fundamental es apreciar la grandiosa obra de ingeniería que es tu cuerpo. Tan grandiosa y genial que te permite saltar, reír, probar bocadillos ricos, tomar un dulce licor, escuchar bellas melodías y recorrer y experimentar el maravilloso mundo en el que te encuentras.
Hace miles de años, los maestros taoístas descubrieron el qi, principio activo que forma parte de todos los seres vivientes y que podría traducirse como flujo vital de energía.
De acuerdo con la medicina tradicional china, cuando en nuestro organismo se interrumpe el recorrido normal de este flujo, enfermamos física y psíquicamente produciéndose así malestares, dolores, estados de ánimo descontrolados y diversos tipos de sensaciones desagradables; la manera de evitar que esto suceda es a través de la práctica de ciertas artes marciales como el aikijutsu, el tàijíquán y el aikido, o mediante medicinas alternativas tales como el reiki, la digitopuntura o la acupuntura. Si bien la ciencia occidental no reconoce la existencia de esta energía vital, cada vez son más los que acuden a los conocimientos orientales para equilibrar su cuerpo y recuperar su salud. La medicina china es milenaria y todos sus conocimientos pueden ser muy útiles cuando se trata de recobrar el normal funcionamiento de nuestros órganos y equilibrar nuestras emociones. Anímate a probar estas opciones, quizá podría ser la respuesta a muchos de tus problemas.
De acuerdo con algunos estudios realizados, el recorrido que hacemos a diario en autobús, tren o metro puede ser bastante perjudicial para nuestra salud si no hallamos algunas soluciones creativas y prácticas que nos ayuden a sobrellevarlo.
Viajar apretujados, pegados a personas que desconocemos, expuestos a tirones, atropellos y malas respuestas; ser rehenes de paros sorpresivos o víctimas de hurtos o frenazos repentinos es toda una pesadilla. Por eso, a la hora de utilizar el trasporte público, deberíamos adoptar ciertas medidas que transformen esa rutina que nos es imposible evadir en algo más confortable, seguro y llevadero. A veces, cuestiones ordinarias pueden tener un papel muy importante en nuestra paz y nuestro bienestar. Tener siempre a mano los títulos de transporte, no llevar bolsos pesadísimos, prepararse para la posibilidad de que ocurran todo tipo de percances y no amargarse inútilmente, llevarse un libro, revista o mp3, o sencillamente dedicarse a estudiar los paisajes urbanos que se van sucediendo, pueden ser alternativas para transformar algo pesado, monótono y fastidioso en un hecho tolerable y hasta divertido.
Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.
Fernando Pessoa
Un presentimiento extraño me dijo, no te subas a ese transporte, algo no está bien, toma el siguiente. Inmediatamente pensé: no pasa nada, no seas miedoso, siempre estás imaginando cosas raras, tómalo ya mismo. A los pocos minutos de iniciado el viaje, chocamos.
La intuición es esa voz interior que nos habla, nos da avisos y nos advierte. Lamentablemente pocos la escuchamos o somos perceptivos ante sus mensajes. Esa voz, a la que tan poca atención solemos prestarle, es el lenguaje a través del cual el Universo, la Naturaleza, se comunica con nosotros. Este vocabulario, que no posee intencionalidad o fines egoístas, nos indica el camino hacia el equilibrio, la paz, la sanidad y el bien común. Desoírlo es atentar contra nosotros mismos, es ignorar esas alertas que preservan nuestra vida, es desaprovechar un conocimiento superior que nos orienta hacia el bienestar y la concordia. Haz este ejercicio: Presta atención a estas advertencias que sientes. Prueba a seguir sus consejos. Observa los resultados. No permitas que tu escepticismo o la lógica con la que siempre te manejas interfieran en este proceso, sigue esa corazonada. Verás que la Naturaleza con su eterna sabiduría es capaz de cuidarte y conducirte a un modo de vivir más pleno y feliz. Inténtalo.
Millones de personas pronuncian sin cesar: «deseo conocer al amor de mi vida» como si fuera una única palabra cargada de múltiples sentidos; con eso desean expresar: quiero conocer a ese ser que me completa, que es perfecto para mí, que me comprende, que me consuela cuando estoy mal y me hace reír cuando lo necesito. Raras veces implica lo que puede hacer y ser para el otro. Ese «amordemivida» es como un ser mitológico, intachable, que sabe exactamente cuáles son los deseos de su bienamada o bienamado, en el momento justo y hasta puede anticiparse a ellos. Y después se quejan de no hallarlo… ¿por qué será? Somos seres humanos, no androides, no dioses, no magos… sencillamente humanos y, como tales, estamos llenos de defectos. «El amor de mi vida», entonces, debe ser pensado de esa forma, sin fantasías espectaculares y sin poderes sobrenaturales, sencillamente como una persona dispuesta a hacer todo lo que esté a su alcance para dar amor, cuidar y acompañar, nada más. Hallar, pues, al compañero o compañera ideal requerirá abandonar la búsqueda en el Olimpo y comenzarla entre seres más terrenales. Al mismo tiempo, habrá que prepararse para dar, brindar afecto, compartir y aceptar al otro tal y como es. No es posible una relación unidireccional. Tampoco existen fórmulas secretas. Sólo se trata de reajustar los parámetros de búsqueda y de adecuarlos más a la realidad.
Durante todo el año, ya sea en cumpleaños o días especiales, organizamos, compramos y damos obsequios materiales: una cartera, unos pendientes, libros, pero perdemos de vista hacer regalos emocionales que, aunque no tienen valor en dinero o cuestan poco, sí poseen una alta carga sentimental. No solo son gratificantes para el receptor sino para quien lo entrega. Dan alegría y fortalecen los afectos. ¿Con qué regalos emocionales, pues, puedes sorprender a aquellos a quienes quieres agasajar? Las tarjetas, por ejemplo, son una bella alternativa porque en ellas se hace posible plasmar todo lo que sientes por esa persona, expresarle lo que significa para ti y desearle un futuro brillante. Una carta también puede convertirse en una hermosa manera de trasmitir anhelos y sentimientos. Ni hablar del poder de un abrazo fuerte y sincero o de una ayuda en el momento justo. Los regalos emocionales, a diferencia de otro tipo de obsequios, no son productos adquiridos y entregados como parte de un compromiso social, sino que son manifestaciones afectivas, amorosas que parten de un sentimiento genuino, y su finalidad es única y especial: dar y recibir amor y cariño.
Mi trabajo no me agrada, pero paga mi hipoteca. No tengo hobbies. Cursé marketing para conseguir mejores empleos, no por vocación. No sé qué quiero ni qué me gusta. Tengo treinta y cinco años y ya no sé qué hacer para ser feliz.
Muchas personas están tan acostumbradas a vivir con el «piloto automático» que, sin darse cuenta, pasan la mayor parte de sus vidas sin saber verdaderamente quiénes son, qué les gusta y qué propósitos tienen. Así, cada día, les resulta igual al siguiente, cada día es una triste imitación del otro, un sinsentido, una inercia carente de gracia y alegría. El mundo y la existencia, de este modo, se tornan insoportables, agotadores. Sin embargo, en el momento mismo en que surgen las preguntas: «¿por qué no soy feliz?», «¿qué estoy haciendo de mi vida?», se abre una alternativa, una posibilidad de cambio. Aparece el deseo de búsqueda de sentido. Es ése el momento propicio para comenzar el recorrido interior… esa exploración e indagación internas que sirven para descubrir un nuevo rumbo.
Si estás en un punto crucial de tu vida, ten en cuenta que el autoconocimiento brinda la posibilidad de establecer metas más acordes con los propios recursos, hallar lo que puede producir placer y satisfacción, generar relaciones más sinceras y duraderas, resolver conflictos de forma más eficaz y, tarde o temprano, te conduce a esa certeza que tanto deseas y necesitas. Comienza a trabajar en ello, sin demoras.
Creo que podría volverme a vivir con los animales.¡Son tan plácidos y tan sufridos!
Me quedo mirándolos días y días sin cansarme.
No preguntan, ni se quejan de su condición;no andan despiertos por la noche,ni lloran por sus pecados.
Y no me molestan discutiendo sus deberes para con Dios...
No hay ninguno descontento,ni ganado por la locura de poseer las cosas.
Ninguno se arrodilla ante los otros,ni ante los muertos de su clase que vivieron miles de siglosantes que él.
En toda la tierra no hay uno solo que sea desdichado ovenerable.
Walt Whitman
Si cada mañana te miras al espejo y piensas que no te ves bien y que, seguramente, tu día será aburrido y tortuoso, te predestinas para el fracaso. No dejas la puerta abierta para la posibilidad de que te sucedan cosas divertidas o fascinantes. Cuando te dices «hoy me veo mal y la pasaré mal», así será, inexorablemente. Si, en cambio, comienzas con una afirmación positiva o, por lo menos, planteando la duda: «¿Me pasará algo bueno hoy?», «¿me llevaré una grata sorpresa?», te estarás encaminando hacia la alegría de vivir. Cuando te exiges y aprendes a ser optimista ya no hay espacio para los pensamientos negativos. Ese lugar, en cambio, es ocupado por la esperanza y las expectativas. Si eliges pensar de manera positiva, la mente trabajará en tu favor para apartarte de gente o situaciones poco favorables y para abrirte a un nuevo abanico de experiencias satisfactorias. Eres un ser creador y, como tal, puedes cultivar nuevas ideas y hábitos. Comienza a modificar tu discurso interno, cree firmemente en ti. Di una y otra vez «yo puedo, hoy será un día hermoso, sé qué es la felicidad e iré en su búsqueda, me lo merezco, soy capaz, puedo gozar de la vida».
Estar nerviosos, tensos y estresados, evadir salidas o descansos, enfermarnos continuamente… todo, porque vivimos pendientes (las veinticuatro horas) de lo que sucede en la oficina. Esto es lo que se toma como normal en la actualidad.
Sin embargo, ¿tiene que ser así? El trabajo debería ser un medio, no un fin en sí mismo, y las exigencias laborales tendrían que tener límites. Paul Lafargue (teórico político y revolucionario francés) decía que era indispensable el poder disfrutar de la vida, y que el vivir tenía que ser una actividad creadora, en la que estuvieran incluidos el conocimiento, la ciencia y el amor, así como también, la actividad física y el placer. Una vida sin todos estos elementos no era vida. Proponte, pues, hoy mismo, sin demoras, darle el lugar que le corresponde al trabajo y a las obligaciones y dejarte espacio para disfrutar del día, para holgazanear, quedarte en tu sillón favorito mirando al techo o viendo una película. Si quieres tener un compromiso, acepta éste… descansa, relájate y diviértete. Nada hay más dañino para tu salud que no disponer de tu tiempo para entretenerte sanamente.
El lenguaje es sublime, y sirve para transmitir infinidad de aspiraciones, sentimientos y emociones. Sin embargo, hay un momento en que se debe dejar de lado la palabra para ir derecho a la acción. Todas esas expresiones como: «mañana conseguiré aquello», «el lunes empezaré la dieta», «la semana que viene me inscribiré en gimnasia», «en unos meses pediré un aumento», «me gustaría poder…», deben, tarde o temprano, transformarse en hechos reales. Es posible que muchos de los problemas que tengas, hoy en día, se deban a que posees una lista interminable de deseos y proyectos que jamás se realizan o se llevan a la práctica. Sólo son una bella enumeración de «cosas que realizarás algún día», nada más. Entonces tu vida es solo deseo, añoranza y postergación. La vida se vive viviéndola, no pensándola o imaginándola. Es cierto que cuando uno se lanza a la aventura de concretar pensamientos se halla más expuesto a errores, decepciones y desengaños, pero también tiene la misma probabilidad de recibir sorpresas, prosperar, evolucionar, conocer gente y lugares nuevos, aprender cosas y vivir situaciones increíbles. ¿No fue el querido escritor Antonio Machado el que dijo Caminante no hay camino, se hace camino al andar? Pues bien, comienza a ser artífice de tu destino, haz lo que quieras, pero hazlo, no dejes que la inercia, la costumbre, la apatía y el miedo te dominen. Acepta el desafío de atreverte a ser y a experimentar.
Quien dijo que la moda no incomoda estaba mintiendo. La moda sí puede ser molesta cuando no responde a las necesidades y características de cada persona. Los medios de comunicación con sus modelos, artistas y gente diversa de la farándula dicta lo que hay que ponerse, cómo y qué colores exhibir. Esta tiranía afecta a millones de personas. Contadas con los dedos de una mano son las veces que explican que los pantalones súper ajustados pueden generar problemas en el sistema circulatorio, que los tacones altos ocasionan inconvenientes en los pies y en la columna, que algunos sujetadores pueden producir problemas en los pechos, o que, sencillamente la paleta de colores de la temporada no es apta para la mayoría de la gente. No todos están en condiciones de costear las terribles sumas de dinero que se deben pagar para adquirir prendas de la marca top. De modo que lo ideal es que analices seriamente qué es lo que a ti te gusta, cuánto dinero puedes emplear en tus compras sin terminar asfixiado por las deudas y qué es lo que te hace sentir atractivo y cómodo. La ropa y el calzado que uses deben permitirte libertad de movimiento, sensación de bienestar. Abre tu armario, obsérvalo bien, ve qué prendas o calzados no son de tu agrado, ya sea por incomodidad o porque sencillamente no coinciden con tu estilo, deshazte de ellos o apártalos. Si deseas lucir diferente puedes darte el gusto… no existe ninguna ley que te sancione por no dejarte llevar por la corriente.
El zapato que va bien a una persona es estrecho para otra: no hay receta de la vida que vaya bien para todos.
Carl Gustav Jung
El hombre primitivo no necesitaba asistir a un gimnasio. Su manera de vivir y sus actividades al aire libre (correr, pescar, cazar, cultivar, nadar, trepar, defenderse de los animales salvajes) eran el mejor ejercicio físico, y, además, requerían de su máxima atención. Su vida dependía de ello.
En la actualidad, en cambio, la actividad física ha quedado bastante limitada y convertida en una práctica artificial.
Se entiende que en la vorágine de la vida moderna los que deben trabajar apenas disponen de tiempo para ejercitarse; llegan tarde a sus casas y lo más cercano al ejercicio es mover el pulgar para cambiar los canales en el control remoto. La máxima actividad es correr hacia el autobús que se escapa, caminar hasta el tren o recorrer algunos centros comerciales. Esta manera de vivir, inevitablemente, reduce la energía vital y produce enfermedades en nuestro organismo y mente. De modo que aunque te cueste alejarte de ese silloncito mullido o apartarte del televisor, debes hacer un esfuerzo para poner en movimiento tu cuerpo. Realiza algún deporte o, por lo menos, toma semanalmente algunas clases de pilates o yoga. Verás cómo cambia tu ánimo, tu vitalidad y tu humor.
Como tan bien lo expresó Bertrand Russell, «con los estados de ánimo no hay discusión posible; pueden cambiar debido a algún suceso afortunado o a un cambio en nuestro estado corporal, pero no se pueden cambiar con argumentos».
Es decir… no es posible salir de la tristeza, del abatimiento, de la melancolía, el nerviosismo, la desesperación a través de lamentaciones o excusas. La acción es la opción correcta para alejarse de estos estados anímicos que tanto nos maltratan y nos hunden.
Si te sientes triste, no mires películas que te depriman aún más, proponte firmemente salir un poco, «dar una vuelta», hacer algo mínimanente divertido o que movilice tu interés. Si estás preocupado y apesadumbrado, trata de definir exactamente qué es lo que estás sintiendo y lo que crees que lo puede estar provocando, ponle nombre a esa sensación y halla sus causas, ya que al hacer esto estarás en condiciones de luchar contra eso que te agobia. No te quedes estancado en la queja, en la depresión, sal de ese espacio negativo y busca algo que te motive, que te haga cambiar de parecer. A veces, con caminar un poco, hablar con algún amigo, realizar algo divertido, puedes ayudarte a salir a flote y a sentirte mejor y más optimista. Inténtalo.
Es necesario aclarar una confusión que existe hoy en día: tener un amigo no es lo mismo que tener un conocido. Estos últimos no demandan ni dan afecto y son relaciones más bien ocasionales. La amistad, en cambio, es un vínculo profundo y que requiere de una especial disposición. Es una relación particular que necesita para alimentarse de ingredientes como dedicación, lealtad, franqueza, cariño y confianza; actitudes egoístas como el olvido y la desatención la destruyen.
De modo que si uno anhela tener amigos, primero tiene que estar dispuesto a brindarse, a cuidar del otro, a velar por su bienestar. No hay forma de entablar una relación de este tipo cuando no se quiere dar nada de sí. Ten en cuenta estas máximas para comprender exactamente lo que implica la amistad:
El buen amigo no prejuzga, no juzga, ni condena.
El buen amigo está dispuesto a ayudar.
El buen amigo no recrimina ni pide nada a cambio.
El buen amigo respeta y escucha.
El buen amigo acompaña en los buenos y malos momentos.
El buen amigo acepta al otro con sus virtudes y defectos.
El buen amigo olvida los agravios.
Finalmente, recordemos las palabras de La Fontaine: «Cosa dulce es un amigo verdadero; bucea en el fondo de nuestro corazón inquiriendo nuestras necesidades y no ahorra el tener que descubrirlas por nosotros mismos».
Para muchas personas es difícil resistirse a la tentación de comprar compulsivamente porque hallan en esta actividad una manera de distraerse, de salir corriendo del hogar, de no pensar, de alejarse momentáneamente de la angustia, de evitar la depresión o de evadir un problema.
El tema es que este «deporte» se torna peligroso cuando se depositan en él falsas expectativas, no se le pone límites y terminan generando una serie de aprietos económicos.
No se trata de no comprar, de no desear, sino de comprender qué es lo que se está buscando en realidad cuando se saca a pasear la tarjeta de crédito.
Antes de endeudarte, de llenarte de cosas obsoletas, respira hondo, piensa si lo que estás por llevarte a casa es necesario, si te sirve o si sólo acrecentará una hermosa cuenta a fin de mes. Acostúmbrate a considerar esto cada vez que vayas a hacer un gasto. Es mejor abstenerse y guardar ese dinero para algo realmente útil. Si puedes, cada mes, estudia tus ingresos y gastos, establece una cifra para éstos y no te desvíes de ese objetivo. Aprende a desconfiar de los avisos publicitarios, ya que generalmente se manejan con estándares poco reales para la mayoría de la gente, y lejos de producir felicidad, nos alejan de ella.
Hacer gimnasia es bueno para el organismo, realizar un curso aporta conocimientos, aprender un nuevo oficio puede abrir tu panorama laboral actual, concretar un proyecto quizá te aporte una mejora económica y una satisfacción personal, pero conseguir un pequeño momento de reposo en ese sofá que tanto te gusta, encerrarte en el baño y tomar un baño de espuma con exquisitas esencias, «tirarte» un ratito en la cama luego de una jornada extenuante de trabajo es celestial. Cuidarse con dietas equilibradas, hacer deporte, asistir al médico son cosas fundamentales para cuidar la salud, pero también lo es hallar esos pequeños sitios donde uno se puede apartar del ruido, del estrés y de los problemas cotidianos. Ubicarse en esos espacios de placer, cerrar los ojos, tener a mano alguna bebida de nuestro agrado, un libro y una bella música de fondo son parte de la búsqueda del bienestar. No hay forma de seguir adelante si no se consiguen pequeños oasis para aislarse y descansar apaciblemente, espacios para bajar la velocidad, despreocuparnos y dirigir nuestros pensamientos hacia cosas bellas y agradables. Cuando la mente y el cuerpo se instalan, aunque más no sea, unos minutos, en ese lugar mágico y placentero, inexorablemente, se produce una bella sensación de bienestar, paz y sosiego imprescindibles para enfrentar el día siguiente.
Si logro salvar un corazón de romperse,
no viviré en vano;
si logro borrar de una vida el dolor,
o enfriar una herida
o ayudar a un esfumado petirrojo
a regresar a su nido de nuevo,
no viviré en vano.
Emily Dickinson
Este término de origen sánscrito se emplea para denominar un plano de conciencia cósmica que actúa como archivo, en el cual se graban todos los acontecimientos, pensamientos y emociones. Allí se encuentra registrada no solo la historia del Universo sino la personal, además del propósito en la Vida, de nuestra vida y el destino.
A esta «conciencia» (que puede revelarnos el porqué de nuestras actitudes, comportamientos y elecciones) se puede acceder por medio de la proyección astral, del sueño lúcido y otras formas de experiencias extracorporales.
Existen personas que poseen dones, tales como médiums o chamanes, que pueden ayudarnos a emprender este camino de conocimiento y crecimiento trascendental. Este aprendizaje apuntaría, también, a sanar el karma y superar procesos negativos, bloqueos y traumas. La sanación, que comienza desde el momento mismo en que se lee el aura y el alma, brinda la posibilidad de encaminarnos hacia lo que debe ser nuestra vida: una existencia gozosa y saludable.
Cómo funciona esta terapia: el Maestro/terapeuta a través de una oración específica se conecta como canal del registro akáshico. Establecido el lazo, el paciente le hace preguntas y el Maestro se las responde. Se puede consultar acerca de vidas pasadas, problemas actuales y sobre el futuro. También se trabaja con mandalas, mantras y meditación.
Acabas de discutir con un amigo, tu jefe o pareja. Te sientes dolido, angustiado o enojado. Cuando llegas a tu casa, lo primero que haces es poner sobre la mesa montones de alimentos y no paras hasta sentirte reventar esperando liberarte de ese mal momento. Esta reacción bastante habitual se repite con frecuencia en millones de personas que buscan desahogarse y tranquilizarse comiendo hasta quedar somnolientos y adormecidos por el exceso de comida.
Cuando comemos descontroladamente, es claro que no lo hacemos porque tenemos hambre, sino porque deseamos acallar esas emociones. Resulta más fácil taparlas que hacerles frente. Todos, en un momento u otro, nos alimentamos de forma emocional. Sin embargo, cuando este modo incorrecto de resolver las cosas se hace habitual termina siendo una verdadera complicación para la salud, tanto física como emocional. Evitarlo no es fácil, porque generalmente no somos conscientes de este mecanismo. Para lograrlo, debemos aprender a identificar las situaciones críticas, es decir, esos momentos en los que, sin darnos cuenta, salimos disparados hacia la nevera. Es necesario prestar atención a esas reacciones y a las emociones que las generan para poder controlar mejor la situación. Este trabajo de autoconocimiento y reconocimiento de procesos de «estímulo/respuesta» será el camino correcto para sustituir ese acto compulsivo por hábitos más sanos.
Un padre, una madre, una pareja, un profesor, un jefe, un colega, un amigo… cualquiera puede ser un agresor.
Ser agresor no implica solamente ejercer violencia física sino que hay cientos de formas sutiles para mortificar a una persona.
Menospreciar, discriminar, disminuir y criticar las capacidades del otro, despreciar, presionar, chantajear emocionalmente, debilitar la autoestima, provocar desconfianza en la gente que lo rodea, manipular a través del miedo para crear inseguridad y aislamiento son algunas de sus artimañas. Como podrás observar, no estamos tratando un tema menor. Para luchar con quien te agrede o trata de someterte deberás emprender las siguientes acciones: estudiar a quien trata de perjudicarte para comprender cómo piensa y por qué trata de herirte, fortalecerte, establecer límites (sin agresividad), tener respuestas amables pero firmes que detengan su avance sobre ti, evitar expresar sentimientos o pensamientos íntimos delante de él o ella porque eso les da información para atacarte mejor; en la medida de lo posible, mantener distancia, no dejar que te avasalle con comentarios hirientes o críticas y trazar una estrategia para alejarlo y protegerte. Que te griten delante de tus colegas, que tu pareja te denigre, que un supuesto amigo te falte el respeto no son cosas que debas soportar. Apóyate en la gente que realmente te estima, acude si es necesario a un terapeuta, pero sobre todo hazte fuerte y no bajes los brazos.
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