¡Absalón, Absalón! - William Faulkner - E-Book

¡Absalón, Absalón! E-Book

William Faulkner

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Beschreibung

Hoy nadie pone en duda que "¡Absalón, Absalón!" es una obra maestra y una novela clave en la literatura universal. Un texto ambiguo en que el lector, siguiendo las voces de distintos personajes, se adentra en el difuso tiempo del recuerdo, y cuyo relato entretejido sirve para exponer la esquiva y elusiva naturaleza de la verdad, siempre a la sombra de una esclavitud a la que el mismo Faulkner se refirió como la «maldición» del Sur de los Estados Unidos.

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Veröffentlichungsjahr: 2020

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WILLIAM FAULKNER

¡Absalón, Absalón!

Edición de Bernardo Santano Moreno

Traducción de Bernardo Santano Moreno

 

Índice

INTRODUCCIÓN

Antecedentes literarios: un bisabuelo escritor

Formación académica

Primeros pasos literarios. «Un poeta frustrado»

La transición hacia la novela

La creación de Yoknapatawpha

¡Absalón, Absalón!

Tiempo y recuerdos difusos impregnados de glicinia

Una obra maestra de la literatura

«Trece maneras diferentes de mirar un mirlo»

La recepción de ¡Absalón, Absalón! en español

CRONOLOGÍA BIOBIBLIOGRÁFICA DE WILLIAM FAULKNER

SINOPSIS DE «¡ABSALÓN, ABSALÓN!»

BIBLIOGRAFÍA

¡ABSALÓN, ABSALÓN!

1

2

3

4

5

6

7

8

9

CRONOLOGÍA

GENEALOGÍA

MAPA DEL CONDADO DE YOKNAPATAWPHA

CRÉDITOS

INTRODUCCIÓN

 

William C. Faulkner

 

EN 1949, William Faulkner (1897-1962) fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura «por su contribución, poderosa y singularmente artística, a la novela moderna norteamericana». La ceremonia de entrega tuvo lugar un año después, el 10 de diciembre de 1950, y durante ese acto, en el discurso de presentación, el escritor y periodista Gustaf Hellström, miembro de la Academia Sueca, hizo un elogio de la obra de Faulkner describiéndola como la de un gran «escritor épico de los Estados del Sur». De un modo sucinto, pero preciso, G. Hellström hizo referencia a temas muy distintivos de la narrativa faulkneriana: el glorioso pasado del Sur, sustentado sobre la mano de obra esclava; la Guerra Civil y la derrota final, como acontecimientos que acabaron tanto con la base económica del Sur como con su anterior estructura social; el periodo de resentimiento que siguió al conflicto y el futuro industrial que resultaría hostil y ajeno para las gentes del Sur1. La obra de Faulkner se halla inmersa en la historia y supone una crónica de los cambios que se operan en la sociedad y en las convenciones de la conducta humana poniendo de relieve la compleja naturaleza del individuo y de la vida social. En su discurso de respuesta, W. Faulkner hizo alusión a su labor de toda una vida «en la agonía y el sudor del espíritu humano». Señaló que, como escritor, su afán había estado dirigido hacia la creación, a partir de los materiales de ese espíritu humano, de «algo que antes no existía»; pero hizo hincapié en que no buscaba «ni la gloria ni mucho menos el beneficio»2. Faulkner era un hombre de carácter discreto, tal vez incluso retraído, como lo demuestra el siguiente comentario:

...ni fotografías, ni documentos gráficos. Como particular, es mi ambición ser eliminado y suprimido de la historia, dejándola sin marcas, sin rastro excepto los libros impresos. Es mi objetivo, y en ese sentido van mis esfuerzos, que la suma y la historia de mi vida, que en la misma frase también supone mi obituario y epitafio, sean ambos: escribió los libros y murió3.

William Cuthbert Faulkner (originalmente escrito Falkner), conocido familiarmente como «Billy», nació el 25 de septiembre de 1897, en New Albany, al este de Oxford, en el estado de Mississippi, en la región suroriental de los Estados Unidos. Fue el primer hijo de Murry Cuthbert Falkner (1870-1932) y Maud Butler (1871-1960), cuyo padre, por cierto, había sido jefe de la policía de Oxford y se fugó tanto con su amante mulata como con los fondos de la ciudad4. El matrimonio tuvo tres hijos más: Murry Charles «Jack» Falkner (1899-1975), que sería autor de un libro de memorias titulado The Falkners of Mississippi5, donde se hallan numerosos datos sobre la familia; John Faulkner (1901-1963), al que llamaban «Johncy», que también resultó un autor de talento, aunque no alcanzó el renombre de su hermano, con obras destacables como Men Working (1941), Dollar Cotton (1942), Chooky (1948), Cabin Road (1951), Uncle Good’s Girls (1952) y My Brother Bill (1963); y Dean Swift Falkner (1907-1935) muerto prematuramente en un accidente de aviación.

Durante la infancia de W. Faulkner, la familia trasladó su residencia, primero a Ripley, lugar donde había residido su bisabuelo, William Clark Falkner (1825-1889), un personaje singular, como se verá, que había fundado en aquella población la compañía ferroviaria Gulf & Chicago Railroad, en la cual, años después, también trabajó durante un tiempo el padre del escritor. Con posterioridad, ya en 1902, se establecieron en Oxford permanentemente. Este sería el entorno en el que W. Faulkner viviría la mayor parte de su vida. Se le puso el nombre William por su bisabuelo, William Clark Falkner, y Cuthbert por su padre. Años más tarde, por circunstancias que nunca han quedado demasiado claras y que, para unos, se explican por razones comerciales y, para otros, como resultado de un involuntario error de impresión que William no quiso corregir, su apellido acabó siendo Faulkner6. Tanto los aspectos biográficos de algunos de sus familiares, como las características del entorno geográfico y social en el que se educó y transcurrió su vida, son elementos de gran relevancia para entender muchos detalles de la obra de W. Faulkner.

ANTECEDENTES LITERARIOS: UN BISABUELO ESCRITOR

Una de las figuras más prominentes en el desarrollo personal y literario de W. Faulkner es la de su bisabuelo, William Clark Falkner. Con una vida llena de acontecimientos, algunos de ellos de carácter violento que desembocaron en muertes, y a pesar de que falleció varios años antes de que naciera W. Faulkner, el bisabuelo ejercería una profunda influencia en su vida y en su carrera como escritor. Merece la pena detenerse someramente en algunos aspectos de su biografía. W. C. Falkner no recibió una educación formal, no obstante, consiguió formarse lo suficiente como para llegar a practicar el derecho y llevó a cabo también actividades políticas. Fue soldado y participó en la guerra entre Estados Unidos y México (1846-1848), tras la cual desarrolló actividades como terrateniente y propietario de esclavos. Al inicio de la Guerra Civil, W. C. Falkner intervino en la organización de una compañía de soldados de la Confederación de la que fue elegido coronel, hecho por el cual, durante el resto de su vida, se le conocería como «the Old Colonel» («el Viejo Coronel»), a pesar de que durante el transcurso de la guerra perdió el favor de sus tropas y, según la costumbre del Ejército Confederado, fue destituido de su mando. Tras la guerra se dedicó a diversos negocios, entre los que destaca su actividad como empresario en el desarrollo de la línea ferroviaria que iba desde Ripley (Mississippi) hacia el norte hasta Middleton (Tennessee), con una longitud de en torno a unas veinticinco millas (unos cuarenta kilómetros). La compañía que creó se llamaba Ripley Railroad Company y el tren inició su andadura el 29 de agosto de 1872. La primera parada de la línea ferroviaria se llamó «Falkner Station» («Estación de Falkner»), alrededor de la cual, con el paso del tiempo, se crearía un pequeño núcleo urbano que daría lugar a la actual población de Falkner, así llamada en honor del «Viejo Coronel», que en nuestros días tiene algo menos de quinientos habitantes. La compañía ferroviaria crecería ampliando su recorrido y convirtiéndose en la Ship Island, Ripley & Kentucky, la cual, a su vez, más tarde se extendería hasta llegar a cubrir una distancia de sesenta y tres millas (aprox., ciento un kilómetros) y se llamaría Gulf & Chicago Railroad.

Aparte de las actividades relacionadas con el ferrocarril y otros negocios, el coronel W. C. Falkner se labró una notable reputación como escritor. Sus inicios en el ámbito literario se produjeron con un panfleto que apareció, en 1845, bajo el título de The Life and Confession of A. J. McCannon, Murderer of the Adcock Family («Vida y confesión de A. J. McCannon, asesino de la familia Adcock»). En esta narración melodramática, el joven W. C. Falkner, de apenas veinte años, relata la confesión de McCannon sobre cómo perpetró el asesinato de una familia con un hacha. Al parecer, según los datos que se poseen sobre el hecho, puso a la venta el libro el día de la ejecución del asesino y vendió varios miles de ejemplares, recaudando más de mil dólares7.

En 1851, publicó, en Cincinnati, un extenso poema de carácter épico, aunque no exento de numerosas notas de humor y también de alusiones personales, bajo el título de The Siege of Monterey: A Poem («El asedio de Monterrey: Poema»). La obra está llena de las convenciones propias del siglo XIX y muestra claras influencias de Lord Byron8. Está dividido en ocho cantos, con estrofas, generalmente octavas, y con estructuras de rima del tipo: aabbccdd, ababcdcd y abababcc, que suman un total de 3.968 versos. Merece la pena citar algunos fragmentos de este texto como ejemplo para hacerse una idea del tono y el estilo de esta composición, escasamente conocida, de aquel joven W. C. Falkner de unos veinticinco años. La siguiente estrofa es la que da inicio a la narración:

Come, ye, tyrants and haughty kings,

Acercaos, vosotros, tiranos y reyes altivos,

Stoop and listen here to little things.

inclinaos y escuchad sobre algunas cosillas.

I seize my pen to write a little story

Tomo mi pluma para escribir una pequeña historia

Of love, war, blood, lust, and glory.

de amor, guerra, sangre, voluptuosidad y gloria.

I will write of Taylor and his thunder—

Escribiré sobre Taylor9 y su estruendo—

How he filled the earth with awe and wonder,

de cómo llenó la tierra de asombro y admiración,

And all his gallant deeds, generally speaking—

y de todos sus actos galantes, en general—

How he became President without his seeking.

de cómo llegó a Presidente sin buscarlo.

(Canto I, i)

En el texto también se da cuenta del lugar y las circunstancias en que se escribió el poema. En la estrofa XLII del Canto I, se revela que el poema fue compuesto en Cincinnati, en la habitación de un hotel donde W. C. Falkner se alojaba:

I write this in the city of Cincinnati,

Escribo esto en la ciudad de Cincinnati,

Among the upper-tens and literati,

entre las clases altas y los intelectuales,

At the Dennison House, room No. twenty.

en la Casa Dennison, habitación número veinte.

They give me eggs and onions plenty,

Me dan huevos y cebollas en abundancia,

They use me right and feed me well.

recibo buen trato y me alimentan bien.

And I’m always there at the ringing of the bell.

Y siempre acudo cuando suena la campana.

I’m now in my room, in the fourth story,

Ahora estoy en mi habitación, en el cuarto piso,

About as near as I often get to glory.

tan cerca como a menudo llego a la gloria.

(Canto I, xlii)

Hay muchos momentos en los que el autor da muestras de un curioso sentido del humor, discutible en ocasiones, y en este mismo tono concluye la obra:

Now, reader, I am about to bring this to a close,

Ahora, lector, estoy a punto de concluir esto,

I hope we shall part on the square and level;

espero que nos separemos en buenos términos;

I hope this has not made us foes;

confío en que esto no nos haya vuelto enemigos;

But if you don’t like it, just go to the devil.

pero si no te agrada, vete al diablo.

I like very well to scribble poetry and prose.

Me encanta garabatear poesía y prosa.

And I am fond of fun, frolic and revel.

Y me gusta divertirme, retozar y disfrutar.

I acknowledge I am at times very unruly,

Reconozco que a veces soy muy rebelde,

But when I do wrong, I regret it truly.

pero si me porto mal, me arrepiento de verdad.

(Canto VIII, cix)

El remate final es un pareado de dudoso gusto literario:

If you dislike to be with my nonsense crammed,

Si te disgusta atestarte de mis tonterías,

Why just throw it down and be damned.

tíralas y que se vayan al diablo.

(Canto VIII, cx)

También en 1851, en la ciudad de Cincinnati, al igual que el poema anterior, W. C. Falkner publicó, a sus propias expensas, su novela de tipo romántico titulada: The Spanish Heroine: A Tale of Love and War («La heroína española: un cuento de amor y guerra»), con una coletilla al título que especificaba scenes laid in Mexico («escenas desarrolladas en México»). De acuerdo con la crítica, la novela presenta un interés mucho mayor que el poema The Siege of Monterey, y la sitúa dentro de un periodo de extraordinaria creatividad dentro de la literatura norteamericana. En efecto, según señala John Wharton Lowe, The Spanish Heroine podría encuadrarse dentro del mismo contexto que Nathaniel Hawthorne, Herman Melville, Harriet Beecher Stowe e incluso Walt Whitman, entre otros grandes autores10. No obstante, para D. P. Duclos, la obra, que se publicó en una edición limitada de quinientos ejemplares, «es tan mala que difícilmente podría haber atraído a un gran público lector»11. Otra novela de W. C. Falkner, de tipo romántico, apareció publicada en Philadelphia, en 1882, con el título de The Little Brick Church («La pequeña iglesia de ladrillo») y, posteriormente, en Nueva York, en 1895, de forma abreviada, saldría al mercado con el título de Lady Olivia: A Novel12. En 1867 publicó The Lost Diamond («El diamante perdido»), una obra dramática sobre la que existen datos acerca de las representaciones que se hicieron13; no obstante, salvo que se haya conservado algún ejemplar en algún archivo o biblioteca privada, la obra se ha perdido. Quedan referencias a que su contenido estaba dividido en ocho actos, y se sabe que en el V acto había una escena bélica que representaba la batalla de Manassas. En el final de la obra, siguiendo las convenciones de la época, se unía a los líderes del Norte y del Sur14. También abordó el tema de los libros de viajes con la publicación en Philadelphia, en 1882, de Rapid Ramblings in Europe («Itinerarios rápidos por Europa»), siguiendo la estela de la famosa obra de Mark Twain, The Innocents Abroad (1869), texto que había alcanzado una enorme popularidad.

El mayor éxito literario que alcanzó W. C. Falkner se produjo con la publicación de TheWhite Rose of Memphis (Nueva York, 1881). Esta novela empezó a aparecer por capítulos en el periódico The Ripley Advertiser a partir del otoño de 1880. Se convirtió en un éxito casi inmediato, hasta el punto de que un editor neoyorkino se ofreció a publicarla en forma de libro. Tan solo en un mes se vendieron más de ocho mil ejemplares y su popularidad fue tal que siguieron publicándose ediciones, en concreto treinta y seis hasta 1953, con un número de ejemplares vendidos que ronda los ciento sesenta mil15. La novela tiene como escenario principal un barco de vapor que navega por el río Mississippi en el que unos personajes, disfrazados para un baile de máscaras, cuentan historias. Este modelo sigue la tradición de Boccaccio en su Decamerón, o de los Cuentos de Canterbury, de Chaucer. El argumento contiene elementos tales como violencia, traición, recompensa del amor sincero; pero fundamentalmente, el tema que subyace en la obra es el de la Reconciliación que, en el periodo posbélico, en el Sur de la Reconstrucción, era el de mayor relevancia. En efecto, W. C. Falkner se posiciona del lado de la Reconciliación, como defendía el Partido Demócrata al que estaba adscrito. En este sentido, la afirmación más reveladora es la siguiente:

...Dejemos que el pasado entierre al pasado; cultivemos un sentimiento de amistad entre el Norte y el Sur. Ambos bandos cometieron errores; que ambos bandos vuelvan al sendero correcto. Tratemos de beneficiarnos de nuestra triste experiencia; enseñemos perdón y patriotismo, y pongamos nuestras miras hacia un tiempo en el que la cruel guerra se haya olvidado. Tenemos una nación grande y gloriosa de la que estamos muy orgullosos y a la que haremos más grande con nuestro amor y nuestro apoyo. Fue una disputa familiar y la familia la ha resuelto, y ¡pobre del forastero que ose interferir!16.

Tras una vida hasta cierto punto aventurera y llena de actividades diversas, el final no podía dejar de estar a la altura del personaje. En sus últimos años, la trayectoria de W. C. Falkner se caracterizó por su interés en la política. Desarrolló actividades con el Partido Demócrata y, en 1889, se presentó a las elecciones como representante de Mississippi. No obstante, su carrera política tuvo un abrupto final, pues el día en que resultó elegido, el 5 de noviembre, Richard Jackson Thurmond (1829-1907), un adversario y anterior socio, lo mató de un disparo muy cerca del lugar en Ripley donde hoy se encuentra la estatua en su honor. R. J. Thurmond fue inmediatamente arrestado, pero en el juicio posterior resultó absuelto. El periódico Vicksburg Evening Post daba la noticia en estos términos:

Muerte del coronel W. C. Falkner. Memphis, 9 noviembre— El coronel W. C. Falkner murió ayer por la mañana en Ripley de las heridas infligidas por R. J. Thurmond, su anterior socio, el jueves pasado. Existía resentimiento entre ambos desde que Falkner compró las participaciones de Thurmond consiguiendo un gran beneficio por la transacción. Thurmond le disparó a Falkner a sangre fría, aunque este último se abrió el abrigo para mostrarle que iba desarmado. El coronel Falkner era uno de los hombres más conocidos de Mississippi y había sido elegido representante del Estado el día en que le dispararon. Fue el diseñador y presidente de la compañía ferroviaria Gulf Railroad y también alcanzó cierto éxito literario. El coronel Falkner estuvo involucrado en unos cuantos episodios de tiroteo durante su vida y había matado a dos hombres, pero en defensa propia17.

Muchos aspectos de la vida y las actividades llevadas a cabo por el bisabuelo forman parte fundamental de las características de uno de los personajes de ficción más notables de W. Faulkner: el Coronel John Sartoris. Esta información procede de los datos proporcionados por el propio escritor en sus cartas. En una de ellas, dirigida al editor Malcolm Cowley, en diciembre de 1945, expresa lo siguiente:

[...] Mi bisabuelo... fue una figura considerable en su tiempo y en su medio provinciano. Fue el prototipo de John Sartoris: reclutó, organizó, pagó los gastos y mandó el 2.º Regimiento de Infantería de Mississippi, 1861-1862... Construyó el primer ferrocarril en nuestro territorio, escribió varios libros, hizo un gran recorrido por Europa en su tiempo, murió en un duelo y el condado le erigió una efigie de mármol que todavía se conserva en el condado de Tippah. El lugar de nuestro origen aparece en los mapas grandes: una pequeña población llamada Falkner, justo debajo de la línea de Tennessee en el trayecto de su ferrocarril18.

Muchos otros aspectos biográficos forman parte de los personajes que aparecerán en sus obras. Por ejemplo, en ¡Absalón, Absalón!, el personaje de Thomas Sutpen, según se señala en los apuntes genealógicos que el autor incluyó al final de la novela, es descendiente «de una familia de blancos pobres, con ascendencia escocesa e inglesa»19. Según la tradición familiar, los antepasados de W. Faulkner partieron de Escocia hacia el Nuevo Mundo en el siglo XVIII y llegaron a Carolina del Sur, a la ciudad de Charleston, antes de la Guerra de la Independencia20. Al igual que el propio W. C. Falkner, como señala André Bleikasten, Thomas Sutpen

...era un hombre hecho a sí mismo, un advenedizo, un nuevo rico, uno de esos ambiciosos «hombres nuevos» [...] que empezaron sin nada y construyeron su fortuna con energía, audacia, perseverancia y sin demasiados escrúpulos21.

Pero el aspecto que más admiraba W. Faulkner de sus antepasados, particularmente de su bisabuelo, y en el que realmente deseaba dejar una huella tenía que ver con el ámbito literario.

FORMACIÓN ACADÉMICA

W. Faulkner comenzó su formación escolar a la edad de ocho años, en 1905, en Oxford, en una escuela solo para blancos y, aunque en un principio sus calificaciones fueron buenas, progresivamente perdió interés en las tareas escolares. De hecho, cada vez que podía, dejaba de asistir a clase y cuando lo hacía apenas prestaba atención y se mostraba ausente. Prefería centrar su atención en la lectura y en el dibujo; también le encantaba escuchar historias sobre la Guerra Civil, sobre las anécdotas de la vida de su bisabuelo y sobre los tiempos de la esclavitud. Muchas de estas historias estimularon su imaginación para crear cuentos, algunos basados en hechos reales, otros totalmente ficticios. Es en este contexto escolar en el que se sitúa una famosa anécdota, quizá apócrifa pero verosímil, según la cual, su maestra, la señorita Laura Eades, le hizo la típica pregunta sobre «qué quería ser de mayor», a lo cual respondió: I want to be a writer like my great-granddaddy («quiero ser escritor como mi bisabuelo»)22.

Es muy probable que, durante su infancia, W. Faulkner tuviera compañeros de juego negros, e incluso algunos biógrafos apuntan que pudo haber tenido familiares negros, pues cabe la posibilidad, aunque nunca se ha demostrado con certeza, de que «el Viejo Coronel» tuviera descendientes con alguna de sus antiguas esclavas23. Este dato es significativo, ya que tanto las relaciones entre blancos y negros, como las cuestiones de identidad racial, son un elemento relevante de numerosas obras de W. Faulkner, pero en ¡Absalón, Absalón!, como se verá, juegan un papel central.

En su época escolar también tuvo sus primeros encuentros con Lida Estelle Oldham (1896-1972), con quien, años más tarde, se casaría el 20 de junio de 1929, en Oxford24, una vez que ella se hubo divorciado de su primer marido, Cornell S. Franklin (1892-1959). W. Faulkner dejaría progresivamente de sentir interés por las materias que se trataban en la escuela, dedicándose más a sus propias historias y dibujos. A medida que fue adquiriendo madurez, estos dibujos revelarían el influjo del famoso artista Aubrey Beardsley (1872-1898), cuya obra, parafraseando a Timothy K. Conley, resultó no estar tan lejos de Oxford y del condado de Yoknapatawpha25. Por su parte, Maud Butler, la madre de W. Faulkner, con sus propios gustos literarios, ejerció en el niño una influencia que sería decisiva en su desarrollo posterior como escritor. Maud había enseñado a sus hijos a leer incluso antes de que empezaran a ir a la escuela y los introdujo en la lectura de sus obras favoritas de autores tales como los hermanos Grimm, Shakespeare, James Fenimore Cooper, Balzac, Charles Dickens, Joseph Conrad y Víctor Hugo, entre otros.

Una persona de gran importancia para W. Faulkner también aparecería durante estos primeros años juveniles. Se trata de Philip A. Stone (1893-1967), un joven estudiante de Derecho que no solo fue su amigo durante toda su vida, sino que también fue capaz de detectar desde un principio el talento literario de Faulkner. Stone a menudo lo animó a profundizar en la lectura, no solo de poetas y eruditos como Keats o Swinburne, ya consagrados en aquel tiempo, sino también de autores como A. E. Housman, Conrad Aiken, T. S. Eliot y, en particular, Sherwood Anderson, con quien trabaría una buena amistad y cuya influencia ha sido considerada especialmente significativa a la hora de dar forma a la carrera literaria de Faulkner. Sherwood Anderson le aconsejó a Faulkner que se concentrara en lo que definió como that little patch of Mississippi («ese pequeño trozo de Mississippi») donde nació y creció, dirigiendo sus esfuerzos creativos hacia una temática de carácter regionalista que resultaría muy fructífera en el futuro. Pero debe hacerse hincapié en el peso de la amistad con Stone sobre la formación de Faulkner hasta el extremo de que algunas personas que los conocieron llegaron a afirmar que It was Phil who educated Bill («fue Phil [Stone] quien educó a Bill [Faulkner]»)26.

En 1915 no solo dejó de asistir definitivamente a la escuela, sino que empezó a frecuentar la compañía de bebedores habituales y él mismo comenzó a beber en exceso. Le gustaban las bebidas alcohólicas fuertes, como el llamado moonshine, un tipo de licor de muy alta graduación (alcanza hasta 95º), e incluso en ocasiones bromeaba sobre ello, como se puede comprobar por una carta al editor Bennett Cerf (1898-1971), uno de los fundadores de Random House, en la que hace el siguiente comentario: «El tiempo aquí es horrible, como de costumbre. Sin embargo, tengo un barril de buen moonshine y cuatro libras de tabaco inglés; así pues, qué rayos importa, como dice el poeta»27.

Con el tiempo llegó a adquirir un alcoholismo crónico, descrito por algunos como «suicida»28, que sería la causa de numerosos internamientos en instituciones y clínicas a lo largo de su vida y estaría estrechamente relacionado con su muerte, el 6 de julio de 196229. Tras dejar la escuela llevó a cabo algunos trabajos de menor importancia y encontró empleo en el banco, The First National Bank of Oxford, que su abuelo, John Wesley Thompson Falkner (1848-1922), conocido por muchos como «el Joven Coronel», había fundado en 1910.

PRIMEROS PASOS LITERARIOS. «UN POETA FRUSTRADO»

Tras dejar la formación académica e iniciar algunos trabajos, W. Faulkner empezó a frecuentar el campus de la Universidad de Mississippi. En este periodo comenzó a escribir poemas a imitación de algunos poetas británicos. Tras su breve estancia en las fuerzas aéreas, hacia finales de la Primera Guerra Mundial30, en 1919 se matriculó en condiciones especiales en la Universidad y, por los datos que se poseen, solo le interesaban los cursos de francés, español y sobre Shakespeare. En agosto de ese año, en la hoy ya centenaria revista The New Republic (fundada en 1914), publicó su primer poema titulado «L’Apres-midi d’un Faune», una composición que realizó inspirada en un texto que, con título similar, había compuesto en 1876 el simbolista francés Stéphane Mallarmé (1842-1898). Faulkner publicó otra versión en octubre en el periódico de la Universidad, The Mississippian (fundado en 1911), y aún se conserva otra más, de enero de 1920, que formaba parte de un pequeño volumen manuscrito que le regaló a su amigo Phil Stone31. W. Faulkner hizo numerosos retoques al texto, pero este que presentamos en traducción métrica en endecasílabos es el que se considera que tiene la forma que Faulkner dio por definitiva:

L’APRES-MIDI D’UN FAUNE

LA SIESTA DE UN FAUNO

I follow through the singing trees

A través de los árboles que cantan

Her streaming clouded hair and face

su melena y su faz nubladas sigo

And lascivious dreaming knees

y lascivas rodillas soñadoras

Like gleaming water from some place

como agua reluciente de un lugar

Of sleeping streams, or autumn leaves

de corrientes dormidas u hojas secas

Slow shed through still, love-wearied air.

que el aire manso, hastiado de amor mueve.

She pauses: and as one who grieves

Ella en pausa: y como alguien que se aflige

Shakes down her blown and vagrant hair

con su cabello errante y suelto envuelve

To veil her face, but not her eyes —

su rostro como un velo, no sus ojos—

A hot quick spark, each sudden glance,

Cual rápido chispazo, cada atisbo,

Or like the wild brown bee that flies

o cual la oscura y brava abeja en vuelo

Sweet winged, a sharp extravagance

con leves alas, gran extravagancia

Of kisses on my limbs and neck.

de besos en los miembros y en el cuello.

She whirls and dances through the trees

Ella danza virando entre los árboles

That lift and sway like arms and fleck

que la elevan y mecen como brazos

Her with quick shadows, and the breeze

y con rápidas sombras la jaspean,

Lies on her short and circled breast.

y reposa la brisa entre sus pechos.

Now hand in hand with her I go,

Ahora, de la mano, voy con ella,

The green night in the silver west

la noche cae en el poniente argénteo

Of virgin stars, pale row on row

de astros vírgenes, pálidos en fila

Like ghostly hands, and ere she sleep

cual manos espectrales, y el crepúsculo

The dusk will take her by some stream

la llevará en un río antes del sueño

In silent meadows, dim and deep —

por silentes praderas, tenues y hondas—

In dreams of stars and dreaming dream.

en sueños de astros, sueños soñadores.

I have a nameless wish to go

Un deseo sin nombre tengo de ir

To some far silent midnight noon

a alguna medianoche silenciosa

Where lonely streams whisper and flow

donde arroyos murmuran y suspiran

And sigh on sands blanched by the moon,

en arenas blanqueadas por la luna,

And blond limbed dancers whirling past,

y saltan bailarinas de albos miembros,

The senile worn moon staring through

la senil luna mira entre los árboles

The sighing trees, until at last,

que emiten sus suspiros y, ya al fin,

Their hair is powdered bright with dew.

destellan sus cabellos con rocío.

And their sad slow limbs and brows

Y sus miembros y frentes tristes, lentos,

Are petals drifting on the breeze

son pétalos llevados por la brisa

Shed from the fingers of the boughs;

lanzados de los dedos de las ramas;

Then suddenly on all of these,

entonces, de repente, en todas estas,

A sound like some great deep bell stroke

un sonido, cual golpe de campana,

Falls, and they dance, unclad and cold—

cae y bailan, desnudas y ateridas—

It was the earth’s great heart that broke

Fue el pecho de la tierra que se abría

For springs before the world grew old.

brotando antes que el mundo se haga viejo.

William Faulkner32

Los inicios literarios de W. Faulkner son, por tanto, en el terreno de la poesía; aunque, como él mismo comentó en alguna ocasión, se consideraba un «poeta frustrado»33. No obstante, entre 1919 y 1925, la mayoría de los textos que publicó, principalmente en el periódico universitario The Mississippian, pero también en el anuario de la Universidad y en la revista The Double Dealer, fueron poemas. A esta época corresponden títulos tales como: «Cathay»; «Sapphics»; «Landing in Luck»; «After Fifty Years»; «Une Ballade des Femmes Perdues»; «Naiad’s Song»; «Fantouches» (reimpreso posteriormente como «Fantoches»); «Clair de Lune»; «Streets», «The Ivory Tower»; «A Poplar»; «A Clymene»; «Study»; «Alma Mater»; «To a Co-ed»; «Co-Education at Ole Miss» y «Nocturne». También en este momento creativo hay que incluir The Marionettes, una obra de teatro de un solo acto en verso y prosa, escrita, en el otoño de 1920, en el contexto de su relación con el grupo de teatro de la Universidad, pero que solo apareció publicada de manera póstuma en 197734. El ciclo de poemas Vision in Spring que recopiló para Estelle en 1921, y posiblemente revisó en 1923, apareció publicado, también tras su muerte, en 1984. Se incluían aquí catorce poemas de amor en los que se aprecia una clara influencia de Keats, Swinburne, Tennyson, Conrad Aiken y T. S. Eliot; pero lo importante es que se percibe el desarrollo de un nuevo rumbo poético. Otras recopilaciones de poemas llevan los siguientes títulos: 1) TheLilacs (enero de 1920), un pequeño volumen, realizado a mano y regalado a su amigo Phil Stone, en el que muchos de los poemas incluidos ya se habían publicado en el periódico universitario. El poema principal, The Lilacs, que da título al volumen, apareció, en junio de 1925, en la revista literaria The Double Dealer. 2) Mississippi Poems (1924), contiene doce poemas mecanografiados con una dedicatoria a Myrtle Ramey, amiga y anterior compañera de clase. 3) Helen: A Courtship (1926), un volumen que contiene dieciséis poemas manuscritos (uno introductorio y quince sonetos más) para otra mujer, Helen Baird, de la que sin duda estuvo enamorado35. Especial atención merecen sus dos libros de poemas publicados comercialmente. En primer lugar, The Marble Faun (Boston, Four Seas Company, 1924), que incluye un prefacio de Phil Stone, es la primera obra publicada de W. Faulkner en formato libro. Esta obra, a pesar de la coincidencia de su título con la novela de Nathaniel Hawthorne (1804-1864), como señalan R. W. Hamblin y C. A. Peek, «no representa ningún tributo de un joven escritor hacia un maestro»36. El volumen consta de diecinueve églogas en las que un fauno de mármol, como motivo de la «estatua parlante», reflexiona sobre la belleza, la naturaleza, la juventud y el arte, revelando el influjo de la poesía romántica y simbolista en W. Faulkner. En segundo lugar, A Green Bough (Nueva York, Smith & Haas, 1933) consta de cuarenta y cuatro poemas de los cuales trece ya habían aparecido con anterioridad. La mayoría de estas composiciones, sin ser una clara imitación, revelan la influencia de otros poetas. En 1957, cuando ya era un escritor premiado con el Nobel, en una conferencia con estudiantes de la Universidad de Virginia, hizo la siguiente afirmación: «...a menudo he pensado que he escrito novelas porque me di cuenta de que no podía escribir poesía, de que quizá quería ser poeta, quizá me considero un poeta, pero fracasé en eso; por tanto, hice lo siguiente que fuera mejor»37.

A pesar de ello, posiblemente las palabras de Agustí Bartra son las que mejor definen el carácter poético de W. Faulkner. En su ensayo sobre la poesía del escritor norteamericano, incluido en un volumen recopilatorio de textos publicado bajo el título de ¿Para qué sirve la poesía?, A. Bartra considera que W. Faulkner es uno de «los más grandes poetas trágicos de nuestro tiempo. Un poeta trágico cuyo espíritu creador ha encontrado su cauce expresivo en la novela»38.

LA TRANSICIÓN HACIA LA NOVELA

El año 1925 es clave en el cambio de rumbo que iba a dar W. Faulkner con respecto a su creatividad. Estuvo en Nueva Orleans desde la primavera de ese año hasta principios de julio, cuando partió para Europa. Lo que estaba ocupando su tiempo en esos meses lo absorbía hasta el extremo de que dejó de mantener contacto con sus amigos y familiares. En la biografía de Joseph Blotner se hace referencia a una anécdota reveladora del cambio de orientación que estaba produciéndose en su trayectoria literaria. Según el biógrafo, ante la ausencia de noticias de Faulkner, su amigo Phil Stone le envió un telegrama en el que, en tono de broma, le decía: «¿Qué pasa? ¿Tienes una querida?». La respuesta de W. Faulkner, siguiendo la misma clave de humor, fue: «Sí, y tiene una extensión de 30 000 palabras»39. En efecto, estaba escribiendo una novela. Había publicado prosa antes, algunas narraciones breves, como por ejemplo «Landing in Luck» («Aterrizaje con suerte»), que apareció por primera vez en The Mississippian (26 de noviembre de 1919), un cuento con elementos autobiográficos por su reciente experiencia en las fuerzas aéreas en el que, no obstante, ya se pueden apreciar rasgos que se desarrollarán posteriormente en su técnica narrativa. En este sentido, por ejemplo, cabe señalar la caracterización de numerosos personajes por su forma de expresarse, por sus rasgos lingüísticos, algo que se podrá apreciar muy claramente en varios personajes de ¡Absalón, Absalón! En «Landing in Luck», la conversación entre un ordenanza, un soldado con habla poco cultivada, y un oficial de las fuerzas aéreas se desarrolla resaltando las peculiaridades lingüísticas del ordenanza, las cuales suponen una sutil nota de humor. W. Faulkner ha sido muy meticuloso en la reproducción de la forma en que se expresa el soldado:

—«Sir», said an orderly, entering the mess where the C. O. and three lesser lights were playing bridge, «sir, the Flight Commander, B Flight, reports that a cadet is abaht to crash».

— «“Crash?”» repeated the C. O.

— «Out ’ere, sir. Yes, sir, ’e ’assn’t got no landing gear».

— «“No landing gear?” What’s this? What’s this?».

— «Yes, sir. ’E wiped it orf a-taking orf, sir. ’E’s abaht out of petrol and the Flight Commander says ’e’ll be a-coming down soon, sir».

— «My word», said the C. O., going to the door and closely followed by the others.

— «There ’e is, sir, that’s ’im in front»40.

Sin embargo, un texto que posiblemente puede considerarse esencial en el proceso evolutivo de W. Faulkner es «The Hill» («La colina»), publicado en The Mississippian en 1922. La crítica lo ha definido como un poema en prosa en el que, a pesar de su brevedad, empieza a definirse el tipo de personaje que va a protagonizar su obra en prosa. Este protagonista no es el individuo sofisticado que aparece en muchos de sus textos poéticos, sino el hombre sencillo, el sujeto errante, una nueva clase de héroe. Este personaje que al atardecer contempla desde la cima de la elevación el mundo que se extiende a sus pies aparece representado en la figura del «tieless casual», concepto de compleja traducción, pero que podría verterse como «descorbatado descuidado», o bien «desaliñado», un sujeto en cuya denominación, como indica Michael Gresset, «uno puede ver una doble definición de la indigencia»41 y, al mismo tiempo, en el contexto en que aparece, como señala François Pitavy, ya se vislumbra en cierta medida la creación de Jefferson y del condado de Yoknapatawpha42. El siguiente párrafo es revelador:

La lenta mediocridad sin rasgos de su rostro viró hacia un impulso interno: el terrible tanteo de su mente. Su sombra monstruosa yacía como un presagio sobre la iglesia, y por un momento casi había captado algo ajeno a él, pero aquello lo eludió; y al no ser consciente de que algo había intentado rebasar las barreras de su mente y comunicarse con él, no era consciente de que lo habían eludido. Tras él había un día de duro trabajo manual, una lucha contra las fuerzas de la naturaleza para ganarse el pan y el vestido y un lugar donde dormir, una victoria obtenida al precio de los tejidos corporales y de los días contados de su existencia; la aldea que era su hogar se extendía ante él, este descorbatado descuidado; y más allá esperaba otro día de esfuerzo para ganarse el pan y el vestido y un lugar donde dormir. De esta manera se dio cuenta de la devastadora insignificancia de su destino, con una mente que hasta ahora no había sido perturbada por objeciones morales ni principios, al fin conmovida por la tenue e irresistible fuerza de la primavera en un valle al atardecer43.

La primera novela que publicó W. Faulkner es Soldiers’ Pay (La paga de los soldados), aparecida en 1926 (Nueva York, Boni & Liveright)44. Como muchas de sus obras posteriores, esta también se basa en narraciones anteriores, en ocasiones incompletas y no relacionadas en principio con la historia en la que se integrarían. Esto se puso de manifiesto especialmente tras el descubrimiento, en 1971, de una serie de documentos inéditos de Faulkner. Como señala Margaret J. Yonce, que analizó estos materiales, lo más significativo es que Soldiers’ Pay «...surgió de dos, posiblemente tres, historias separadas o fragmentos de historias que se expandieron, conectaron e injertaron entre sí para formar la unidad más grande de la novela»45. Esta técnica narrativa se convertiría en una fórmula típicamente faulkneriana de construcción de sus textos. M. J. Yonce señala que se puede apreciar un modelo similar en obras tales como Mosquitoes (Mosquitos, 1927), que incorpora «Don Giovanni» (1925); The Wild Palms (Las Palmeras Salvajes, 1939), construida a partir de otras dos narraciones, «Wild Palms» («Palmeras salvajes») y «Old Man» («Viejo»)46; The Sound and the Fury (El ruido y la furia, 1929), inicialmente concebida por Faulkner como un cuento, además de obras como The Unvanquished (Los invictos, 1938), que surge a partir de una serie de narraciones breves, como también es el caso de Go Down, Moses (Desciende, Moisés, 1942) y de The Hamlet (El villorrio, 1940), que tuvo su origen en una serie de cuentos que Faulkner le dedicó a su amigo Phil Stone en la década de 1920, algunos de ellos publicados separadamente47.

Inicialmente, Soldiers’ Pay iba a llamarse Mayday; pero, a sugerencia del editor, Faulkner aceptó la modificación del título. Se publicaron dos mil quinientos ejemplares y en pocos meses se vendieron unos dos mil, hecho que no deja de ser bastante significativo considerando que se trataba de un autor novel. Muchos críticos encontraron motivos de alabanza en la novela; sin embargo, en Oxford (Mississippi) las opiniones críticas fueron muy negativas e incluso su familia compartió ese punto de vista. Como dato curioso, Phil Stone intentó donar un ejemplar de la primera edición de esta novela a la biblioteca de la Universidad de Mississippi, pero fue rechazado48. Es interesante añadir que, en la actualidad, según una búsqueda en la red, un ejemplar de la primera edición de Soldiers’ Pay, firmado por el propio Faulkner, puede alcanzar un precio de hasta cincuenta y cinco mil dólares. Como a menudo suele suceder, el éxito se haría esperar.

LA CREACIÓN DE YOKNAPATAWPHA

Una de las creaciones más extraordinarias del genio de W. Faulkner es la invención del condado de Yoknapatawpha. Este espacio de ficción en el que se desarrolla un importante número de novelas y de otras obras de menor extensión se corresponde en muchos aspectos con el condado de Lafayette, situado al norte del estado de Mississippi. El nombre está tomado del río que recorre el sur del condado real, el río Yocona o, como aparece en viejos mapas de principios del siglo XX, el río «Yockney-patafa», que daría lugar al nombre del condado ficticio. El significado del término, por otro lado, no parece estar del todo claro. Para Faulkner, el nombre significaba «agua que discurre lenta por tierra llana»49. Esta es la explicación que él mismo dio durante su visita a Nagano (Japón), en agosto de 1955, para participar en un curso de verano en el que el escritor se dirigió a un grupo de unos cincuenta profesores japoneses de literatura norteamericana y respondió a sus numerosas preguntas50. A pesar de ello, esta interpretación no coincide con las definiciones de los elementos que componen el nombre de acuerdo con el diccionario de la lengua choctaw, Dictionary of the Choctaw Language (1915), de Cyrus Byington. Según C. Byington, el vocablo yakni puede traducirse como «tierra», «nación», incluso «mundo», y patafa aparece como un participio de pasado con el significado de «dividido», «arado» e, igualmente, como sustantivo, posee la acepción de «división» o «surco»51. Por tanto, según esto, el significado sería «tierra dividida» o «tierra arada». Esta lectura estaría en línea con otras autoridades en lengua chickasaw o choctaw52. En cualquier caso, el condado de Yoknapatawpha, con su ficticia capital, Jefferson, en el mismo centro53, supone una representación, una especie de microcosmo, del propio Sur de los Estados Unidos. Como Faulkner mismo señaló en una entrevista realizada por Jean Stein Vanden Heuvel, para The Paris Review, en 1956:

...me di cuenta de que merecía la pena escribir sobre mi pequeño sello de correos de tierra natal y de que no viviría lo suficiente para agotarlo, y de que al sublimar lo real en apócrifo tendría completa libertad para utilizar al máximo cualquier talento que poseyese. Abrí una mina de oro de otras gentes, así que creé mi propio cosmos. Puedo mover a esa gente como si fuera Dios, no solo en el espacio, sino también en el tiempo54.

Este sería el escenario en el que se desarrollaría un ciclo de novelas interconectadas. Sartoris (1929) sería la primera y apareció con ese título y con el texto abreviado, pero con posterioridad, en 1973, se publicaría completa y bajo el título original de Flags in the Dust. Continuarían The Sound and the Fury (1929), As I Lay Dying (1930), Light in August (1932), Absalom, Absalom! (1936), The Hamlet (1940), Go Down, Moses (1942), The Town (1957), The Mansion (1959), y The Reivers (1962), esta última publicada apenas un mes antes de la muerte del autor y merecedora, en 1963, del Premio Pulitzer. Este galardón, dicho sea también de paso, era la segunda vez que se le otorgaba; la primera vez lo consiguió en 1955 por A Fable (Una fábula), novela publicada en 1954, que también recibió el prestigioso National Book Award («Premio Nacional del Libro»).

«¡ABSALÓN, ABSALÓN!»

Bajo este título apareció publicada en 1936 la octava novela de W. Faulkner. Como ya se ha dicho, al igual que muchas otras de sus obras, esta novela también tiene su génesis en narraciones anteriores. Algunos críticos apuntan a historias como «The Big Shot», escrita hacia 1929, pero publicada póstumamente en 1973, y «Mistral», que se publicó en 1931, como posibles antecedentes remotos de la novela; pero hay otros dos textos que, de manera más concreta, se integran en ¡Absalón, Absalón! Estas narraciones son «Evangeline», terminada ya para 1931, pero publicada en 1973, y «Wash», que vio la luz en 193455.

En «Evangeline», cuyo título evoca el del poema de Henry Wadsworth Longfellow (1807-1882)56, aparece el personaje de Henry Sutpen, un individuo que ha estado viviendo oculto en la casa de su padre durante cuarenta años. Es el asesino de Charles Bon, marido de su hermana Judith, que mantenía otra esposa con sangre negra. El narrador de la historia, una voz anónima, intenta descubrir el misterio que rodea la casa del Coronel Sutpen y se entrevista con Raby Sutpen, una vieja sirvienta, hija mestiza del coronel y, por tanto, hermanastra de Henry y de Judith. Raby Sutpen es prácticamente idéntica a Clytie en ¡Absalón, Absalón!

Por otro lado, en «Wash», el argumento se centra en la muerte de Thomas Sutpen a manos de Wash Jones, un blanco pobre que vive al amparo de Sutpen. Tras su regreso de la Guerra Civil, Sutpen mantiene una relación con la nieta adolescente de Wash Jones, la cual da a luz a una niña. La indiferencia de Thomas Sutpen causa la desilusión de Wash Jones quien, tras matar a Sutpen con una guadaña, también asesina a su nieta y al bebé, prende fuego a la casa y, cuando el sheriff y sus hombres van a detenerlo, se lanza contra ellos en un ataque suicida.

Estos elementos aparecen fundidos en la narración de ¡Absalón, Absalón! Se sabe que W. Faulkner empezó a escribirla hacia 1934 con el título provisional de Dark House («Casa a oscuras»). En una carta dirigida a Harrison Smith, su editor, en febrero de 1934, durante la primera etapa del proceso de composición de la novela, le dice lo siguiente:

...La que estoy escribiendo ahora se llamará Casa a oscuras o algo por el estilo. Trata más o menos de la violenta ruptura de una casa o de una familia desde 1860 hasta alrededor de 1910. [...] La historia se basa en una anécdota que tuvo lugar durante y justo después de la Guerra Civil; el clímax es otra anécdota que sucede hacia 1910 y que explica la historia. De forma resumida, se trata de un hombre que lleva a cabo una transgresión contra la tierra y entonces la tierra se vuelve contra la familia del hombre y la destruye. Quentin Compson, de El ruido y la furia, la narra, o le da unidad, es el protagonista, para que no resulte completamente apócrifo. Lo utilizo a él porque es justo antes de que se suicide a causa de su hermana, y aprovecho su amargura, la cual proyecta contra el Sur en forma de odio hacia este y hacia su gente para explotar la propia historia más de lo que se podría con una novela histórica...57.

No obstante, tuvo que interrumpir el trabajo debido a que encontró dificultades en el proceso de composición. Entre tanto escribió Pylon (Pilón), una novela publicada en marzo de 1935 sobre el tema de la aviación que, curiosamente, se anticipa a la muerte de su hermano Dean, en noviembre de 1935, y que no se enmarca en el ciclo de obras de Yoknapatawpha. En este periodo también se dedicó a escribir guiones para producciones de Hollywood con el fin de poder hacer frente a dificultades económicas. Con posterioridad, cuando Faulkner retomó la redacción de la novela, cambió el título por el actual que, de forma bastante evidente, sugiere una conexión con la trágica historia bíblica que se relata en el Segundo Libro de Samuel (capítulo 13) sobre la muerte de Ammón por orden de Absalón. Según el texto del Antiguo Testamento, entre los numerosos hijos de David, Ammón y Absalón eran hermanos exclusivamente de padre. David también tuvo una hija, Tamar, que era hermana de Absalón, pero hermanastra, solo por parte de padre, de Ammón. Este último se enamoró de su hermanastra Tamar y la violó al no poder lograr sus atenciones. Para vengar la afrenta contra su hermana, Absalón ordena matar a su hermanastro Ammón. Finalmente, Absalón también morirá en rebelión contra su padre58. En estos trazos básicos de la historia bíblica se pueden apreciar algunos de los pilares temáticos sobre los que se sustenta la novela de W. Faulkner, fundamentalmente, el tema del incesto y la rebelión de los hijos contra el padre con sus destructivas consecuencias.

Hay numerosos temas más que forman parte de la compleja trama de esta novela. Podemos señalar, entre los más prominentes, los asuntos relativos a la identidad racial y las relaciones interraciales. En el Sur, el contacto entre blancos y negros formaba parte del modo de vida tradicional. Estas relaciones no solían plantear problemas en la convivencia cotidiana siempre que los negros no se atreviesen a cruzar ciertos límites. Pero también el tema de la Guerra Civil aparece en el contexto de los aspectos raciales como marco y como motivo central en el desarrollo de parte de la narración. Se trata de lo que W. Faulkner describe como «la fiebre», esa fiebre que había curado la «enfermedad», es decir, la esclavitud, algo que formaba parte integral del «viejo Sur». La desaparición del Sur tradicional y el proceso de Reconstrucción, tras la guerra, plantea situaciones en las que aquellos personajes del Sur

...miraban hacia el pasado, que aún se estaban recobrando, incluso después de cuarenta y tres años, de la fiebre que había curado la enfermedad, que estaban despertando aún de la fiebre sin siquiera saber que había sido la fiebre misma contra lo que habían luchado y no contra la enfermedad, que volvían la mirada atrás con tozuda obstinación, más allá de la fiebre y dentro de la enfermedad, con auténtica desazón, debilitados por la fiebre, pero libres de la enfermedad, y sin apenas ser conscientes de que aquella libertad era la de la impotencia (pág. 95).

En la novela, W. Faulkner también presta una destacada atención al desarrollo del tema que podríamos denominar del «niño rechazado». El acontecimiento clave se produce cuando el niño Thomas Sutpen va a la casa del dueño de la plantación en la que trabaja su padre y, al acercarse por la puerta principal, un sirviente negro vestido de librea le dice que vaya por la parte de atrás, pues, evidentemente, no es digno de ser recibido por la zona noble de la casa. Este hecho es el motivo que genera el proceso de pérdida de la inocencia de Thomas Sutpen y, progresivamente, es el detonante de lo que denomina «el plan que tenía en mente», el «plan al que se había entregado», un plan que consistía en «...hacerse más y más rico». Cuando lo logra, una vez que se establece en su plantación y construye su casa, a Thomas Sutpen

...debió de parecerle todo claro y maravilloso a la vista: la casa terminada, e incluso más grande y más blanca que aquella a cuya puerta tuvo que acercarse aquel día en que el negro salió vestido con ropas como un mono y le dijo que fuese por la trasera... (pág. 384).

La historia es compleja en el modo en que se van tejiendo los elementos que la construyen. La técnica narrativa de Faulkner consiste en utilizar a diversos individuos para presentar los hechos haciendo que se revele la esquiva y elusiva naturaleza de la verdad. La historia se va construyendo a partir del relato de Quentin Compson, el mismo personaje que en El ruido y la furia acaba suicidándose; también con la narración de la señorita Rosa Coldfield, «la vieja carne femenina solitaria y frustrada», que decide confiarle a Quentin la razón de su desencanto, es decir, el asedio sufrido «durante cuarenta y tres años por el viejo agravio, el viejo rencor, indignada y traicionada por aquella afrenta última», pues Sutpen, una vez viudo y a su regreso de la guerra, le propone un compromiso matrimonial que rompió poco después al sugerirle «que se aparearan como un par de perros», algo que ella no podía tolerar y por lo cual, como resultado de tal hecho, quedó solterona y amargada. Otros narradores que intervienen son el señor Compson (Jason Richmond Compson), padre de Quentin, quien incluso incorpora al relato acontecimientos que conoce a través de anécdotas que le había oído contar a su padre, el General Compson (Jason Lycurgus Compson II), tal vez el único amigo que tuvo Thomas Sutpen, y, finalmente, Shrevlin McCannon, Shreve, amigo y compañero de cuarto de Quentin en Harvard, quien trata de reconstruir otros aspectos de la historia y a menudo muestra su sorpresa y fascinación por lo que va advirtiendo sobre el Sur, aunque sin comprenderlo bien: «Cielo santo, el Sur es tremendo, ya lo creo. Es mejor que el teatro, vaya que sí. Mucho mejor que Ben Hur, ¿a que sí? No me extraña que tengas que salir de allí de vez en cuando, ¿verdad?» (pág. 336-337).

TIEMPO Y RECUERDOS DIFUSOS IMPREGNADOS DE GLICINIA

En este proceso narrativo, la evolución temporal no se produce siguiendo una trayectoria lineal; el tiempo y los recuerdos son difusos y Faulkner aprovecha para introducir otro tipo de sensaciones, incluso olfativas. Este es el caso de la fragancia de la glicinia, símbolo de pesar y de tragedia, que, de manera recurrente, aparece a lo largo de la novela impregnando la atmósfera donde se desenvuelven ciertos personajes o evocada por medio de una carta. Esta fórmula narrativa en la que abundan las reviviscencias, las visiones retrospectivas, sin que exista garantía de que lo que se recuerda se atiene a la realidad, es donde se halla uno de los grandes méritos de ¡Absalón, Absalón! El propio Faulkner, por medio del personaje de Rosa Coldfield, lo expresa magistralmente al hablar de los recuerdos:

Esa es la sustancia de la remembranza: sentido, vista, olfato; los músculos con los que vemos, oímos y sentimos, no es la mente, no es el pensamiento; no existe la memoria, el cerebro evoca solo lo que los músculos buscan a tientas, ni más ni menos; y la suma que da como resultado es generalmente incorrecta y falsa, y solo se merece el nombre de sueño (pág. 246).

UNA OBRA MAESTRA DE LA LITERATURA

Hoy nadie pone en duda que ¡Absalón, Absalón! es una obra maestra de la literatura norteamericana del siglo XX y que, desde luego, es una novela clave en la literatura universal. Sin embargo, en el momento de su publicación no tuvo una acogida excesivamente cálida. Muchos críticos literarios de la época vertieron sarcásticos comentarios acerca de las ciertamente complejas fórmulas narrativas de la novela y, en bastantes ocasiones, no alcanzaron a ver el valor de su innovadora forma de presentar el drama psicológico y la profundidad con que consigue plasmar las emociones. En algunos casos, su característica forma de narrar, con frases extraordinariamente largas, laberínticas, con paréntesis que se prolongan durante páginas y páginas, con incisos y divagaciones dentro de los incisos, y con sus largas secuencias de adjetivos, un rasgo singularmente faulkneriano, se utilizó como motivo de reprobación. Para el crítico Oswell Blakeston, en su reseña sobre la novela que tratamos, estos rasgos estilísticos pueden suponer el mayor demérito de la obra y signo de la falta de inspiración de Faulkner:

...el Sr. Faulkner se merece la mejor nota de rechazo del mes. Ha elaborado frases larguísimas en esta larguísima novela. A medida que su inspiración ha ido mermando, su forma de escribir se ha hecho más espesa. [...] Todo es más bien como meter la cabeza en una telaraña en un granero oscuro...59.

Lo que algunos críticos consideraban un logro innovador otros lo tildaban de forma absurda de escribir. El crítico William Plomer, en su reseña de la novela publicada en The Spectator, resume perfectamente el panorama de aquel momento con respecto a la recepción de ¡Absalón, Absalón!:

Entiendo que en América el último libro del Sr. Faulkner ha tenido lo que se puede calificar de recepción mixta, algunos lo consideran un triunfo de su peculiar talento y otros una reducción casi al absurdo de sus peculiares manierismos. Puede que uno lo encuentre fascinante o exasperante, o ambas cosas. Aquí está el viejo y original saco de mañas faulkneriano: «el profundo Sur, muerto desde 1865 y poblado de espectros deslenguados, indignados y perplejos». Los lectores algo desconcertados, si no indignados, por la sintaxis del Sr. Faulkner y sus tremendas maniobras en busca de un significado, reconocerán en todo caso su vigor y podrán encontrarse fácilmente atrapados en el mundo del horror romántico que ha creado...60.

Años después, cuando su reputación como escritor estaba bien consolidada y ya había recibido el Premio Nobel, W. Faulkner mantuvo una serie de entrevistas con estudiantes universitarios en la Universidad de Virginia, en abril de 1957, y en la Universidad de Lee (Tennessee), en 1958. Estos testimonios poseen en sí mismos un valor inestimable y, a partir de las respuestas de Faulkner en el debate que mantuvo con los estudiantes, es posible formarse una idea de lo que el propio autor pensaba sobre diversos aspectos de su obra61.

Ante las preguntas de los estudiantes con respecto al hecho de que Faulkner «raramente elaboraba el argumento de sus novelas antes de escribir, sino que estas sencillamente se desarrollaban a partir de un personaje o incidente», su contestación es que el germen de ¡Absalón, Absalón! es claramente Thomas Sutpen62. En efecto, para Faulkner, el personaje central de la novela es Sutpen, y trata de «la historia de un hombre que deseaba un hijo y tuvo tantos que lo destruyeron». Sutpen es un individuo «amoral, implacable, egocéntrico, que no se cree parte de la familia humana, [...] tomaba lo que quería porque era lo bastante grande y lo bastante fuerte [...] La gente así acaba destruida tarde o temprano»63. Pero al mismo tiempo ¡Absalón, Absalón! es también la historia de Quentin Compson y de «su odio hacia las características negativas del país que ama»64. Un país que había sido asolado por la Guerra Civil, pero en el que, a pesar de la devastación y la miseria en la que habían quedado sumidas las familias aristocráticas sureñas, cuya economía se basaba en las plantaciones y en la mano de obra esclava, Thomas Sutpen no desistió en su deseo de «establecer una dinastía»65. Según Faulkner, «para [Sutpen] lo importante era establecer un linaje de duques... iba a crear un ducado. Necesitaba un descendiente varón... el ducado sería su venganza contra el negro de Virginia que le dijo que fuera por la puerta trasera»66.

W. Faulkner habla en la novela de la «maldición» que sufre el Sur; esa «maldición», la esclavitud, que en su opinión es «una condición intolerable —nadie debería ser esclavo— y el Sur tiene que salir de esa maldición y lo hará si se le deja»67. La esclavitud y las consecuencias que esta conlleva en las relaciones interraciales suponen elementos que forman parte del drama que también afecta a Charles Bon. Thomas Sutpen descubre que su primera esposa, Eulalia Bon, madre de Charles, posee esa «gota de sangre negra» y, como consecuencia, la abandona, pues no puede formar parte de su «plan». Por instigación de ella, Bon fue en busca de su padre, Sutpen, «no para buscar justicia para sí mismo, sino para vengar a su madre repudiada»68. Esta sangre negra de la que huye Sutpen, junto con su búsqueda del heredero para su ducado, será también su propia maldición. Su muerte se producirá dramáticamente a causa de una decepción: la que sufre Wash Jones, un blanco pobre, humilde como los orígenes del propio Sutpen. Wash Jones mata violentamente a Thomas Sutpen, a quien ha calificado como «la elegante figura de hombre» y al que había admirado teniéndolo por «...un excelente hombre orgulloso. Si Dios mismo descendiese a la tierra para cabalgar por ella, trataría de parecerse a él» (pág. 408)69.

Al final, Sutpen no puede eludir la tragedia que lo ha perseguido y lo que queda de su descendencia es precisamente lo que consuma su maldición: un muchacho en parte negro y perturbado.

«TRECE MANERAS DIFERENTES DE MIRAR UN MIRLO»

Con respecto a la técnica de presentar los hechos desde el punto de vista de diversos personajes, la pregunta que se desprende sigue siendo la misma; igual que aquella que formuló Pilato a Jesucristo: quid est veritas? (Juan, 18:38) y para la que lamentablemente no hubo respuesta. En ¡Absalón, Absalón! cabe preguntarse: ¿qué es la verdad después de todo? Faulkner parece como si entrase en una contradicción a la hora de intentar expresar la verdad, pues considera que las palabras no pueden contenerla. Como señala Eric Larsen, la lengua supone una barrera para la verdad. A pesar de ello, es posible trascender las palabras: «...una analogía se encuentra en la escultura. El mármol es inmóvil, una barrera para el movimiento; sin embargo, una estatua culminada con éxito “se mueve”, lleva al espectador a sentir el movimiento»70. En este sentido se puede entender que Quentin haya sido capaz de sobrepasar las palabras hablando «en el largo silencio de las nopersonas en el nolenguaje» (pág. 91). Faulkner entiende que el lenguaje no puede presentar las cosas fijas con certeza en el tiempo, el espacio, la ideología o la memoria. Para él, la verdad es algo que produce ceguera:

creo que nadie puede mirar a una verdad. Lo deja a uno ciego. Uno la puede mirar y ve una faceta de ella. Alguien más la mira y ve un aspecto ligeramente oblicuo. Pero en conjunto, la verdad es lo que han visto, aunque nadie vio la verdad intacta...71.

Las versiones de los hechos que presentan la señorita Rosa, el padre de Quentin, el propio Quentin y Shreve, y, en especial, el modo en que estos dos últimos intentan articular los hechos dentro de una lógica, suponen lo que uno de los estudiantes que conversaba con Faulkner denominó, haciendo alusión al poema de Wallace Stevens, «...trece maneras de mirar un mirlo»72. Faulkner estuvo de acuerdo, pero añadió que cada lector todavía aportará su visión personal y «es que cuando el lector ha leído todas estas trece maneras diferentes de mirar al mirlo, ...tiene su propia decimocuarta imagen de ese mirlo, que me gustaría pensar que es la verdad»73.

LA RECEPCIÓN DE «¡ABSALÓN, ABSALÓN!»EN ESPAÑOL

Las primeras noticias sobre W. Faulkner en España se deben al escritor cubano, de origen español, Lino Novás Calvo (1903-1983) quien, en enero de 1933, publicó, en la Revista de Occidente, un artículo titulado: «Dos escritores norteamericanos», en el que fundamentalmente trataba sobre Hemingway y Faulkner74