Actitud de amor - Wanderley Oliveira - E-Book

Actitud de amor E-Book

Wanderley Oliveira

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Beschreibung

La mejor campaña para la instauración de un nuevo tiempo en la seara pasa por la necesidad de mejora de las condiciones del ciento espirita, que es la célula que realiza el objetivo del espiritismo. Allá sí se cumplen no solamente lo conocimiento y lo trabajo, pero la absorción de las verdades en el campo individual consentidas en diálogos íntimos y permanentes, que reproducen los momentos de Jesús con su colegio apostólico. Por eso, tenemos que promover las Casas, de puestos de ayuda y alivio a núcleo de renovación social y humana, por medio de lo incentivo al desenvolvimiento de los valores éticos y nobles capaces de generar la transformación. Para esto solo hay un camino: la educación.

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Seitenzahl: 125

Veröffentlichungsjahr: 2007

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ACTITUD DE AMOR

Copyright © 2005 by Wanderley Soares de Oliveira

Proyecto Editorial y Grafico: Departamento Editorial de la Sociedad Espírita Ermance Dufaux

Producción do e-Pub: Schäffer Editorial

Datos Internacionales de Catalogación en la Publicación (CIP) Cámara Brasilera del Libro, SP, Brasil

Dufaux, Ermance de la Jonchére (Espíritu) y Pereira, Cícero do Santos

Actitud de Amor / por los espíritus Ermance de la Jonchére Dufaux y Cícero do Santos Pereira: (Psicografía de) Wanderley Soares de Oliveira – Belo Horizonte: Editorial Dufaux 2005

ISBN 85-98080-30-6

1. Espiritismo. 2. Psicografia. I. Oliveira, Wanderley Soares de. II. Título.

CDU. 139.9

Editora Dufaux

R. Oscar Trompowski, 810

Bairro Gutierrez

Belo Horizonte | MG | Brasil

CEP - 30441-123

Tel.:(31) 3347-1531

[email protected]

www.editoradufaux.com.br

El producto de esta edición es destinado a la manutención de las actividades de la Sociedad Espírita Ermance Dufaux.

Todos los derechos de reproducción, copia, comunicación al público y explotación económica de esta obra están reservados, única y exclusivamente, para la SED (Sociedad Espírita Ermance Dufaux). Está prohibida su reproducción parcial o total a través de cualquier forma, medio o proceso electrónico, digital, fotocopias, microfilme, internet, CD-ROM, DVD, entre otros, sin la previa y expresa autorización de la editora en los términos de la ley 9610/89, que reglamentan los derechos de autor y conexos.

Sumário

1ª PARTE

Prefacio - Ildefonso de Espíritu Santo

Actitud de Amor – Conferencia de Bezerra de Menezes por el Espíritu de Cícero Pereira

2ª PARTE

Prefacio – En los Rumbos de la Esperanza

Debate con Euripedes Barsanulfo – Ermance Dufaux

3ª PARTE

Prefacio – Los Tiempos son Llegados

La Agenda 21 Espírita – Movimiento Actitud de Amor

1ª PARTECONFERENCIA DE BEZERRA DE MEMEZES Por el espíritu de Cícero Pereira

Prefacio

Amarnos unos a otros es el destino de los Espíritus, creados por Dios para desarrollar una trayectoria evolutiva en la búsqueda perenne y progresiva de la perfección.

Jesús, el Maestro, en su peregrinación, terrena, demostró con hechos, de forma convincente el emprender esa conquista para alcanzar la felicidad a que todos aspiran.

Ahora, transcurridos más de dos mil años de su venida, a pesar de los esfuerzos realizados, se nota todavía una gran carencia de amor, dando la impresión de que nos estamos distanciando de aquel momento en que habrá Paz en la Tierra entre los hombres. Paz, independientemente de cultos, creencias y lugares. Paz, que es un estadio a ser alcanzado a través de la práctica del amor.

No obstante parece haber llegado el momento de las grandes transformaciones con la realización de las premoniciones formuladas por los profetas y confirmadas por el propio Cristo.

En relación al Movimiento Espírita, basado en una Doctrina que explica las razones de los cambios, es necesario evaluar el nivel de actuación para definir nuevos rumbos y nuevas estrategias, de modo que, cada uno en particular y todos en conjunto, puedan contribuir para la mejoría de un mundo que es de todos y no de algunos.

Estos mensajes proveen una enseñanza de las ideas y propósitos de Espíritus bondadosos y comprometidos en descubrir nuevas alternativas, a fin de que la excelsitud del pensamiento espírita traspase las tribunas, concientizándose a través de actitudes éticas más coincidentes con el programa de transformación: El ejercicio del amor uniendo a los hombres.

Ildefonso del Espíritu Santo Para el Libreto

El compañero Ildefonso es un referente del Movimiento Espírita de Bahía y del Brasil.

Organizador de los Congresos Espíritas de Bahía, participó de la fundación de ABRAJEE, Asociación Brasilera de Periodistas y Escritores Espíritas en 1976. Miembro del Consejo Administrativo de la FEEB – Federación Espírita de Bahía desde 1973, habiendo ejercido el cargo de presidente directivo ejecutivo de 1982 a 1988. Fundó en 1994 la Asociación de Medicina y Espiritismo de Bahía, AME-Bahía entidad que presidió hasta hoy. Electo presidente de la FEEB en la gestión 1997/2000.

Ildefonso es un vibrante luchador de la causa y guarda la calidad de tener tránsito libre en todas las vertientes del Movimiento Espírita.

Nuestro compañero fue el primer incentivador de la obra “Siembra Bendita”, divulgándola intensamente durante sus valerosos caminos de difusión doctrinarias.

ACTITUD DE AMOR

CÍCERO PEREIRA

“¿Pues, si amareis a los que os aman, que recompensa tendréis? ¿No hacen lo mismo los publicanos?

Mt. 5: 46

LA PALABRA DE BEZERRA: El PERÍODO DE LA MADUREZ

En la primera noche luego del memorable Congreso Espírita Brasilero (1), fuimos convocados para oír la palabra sobria y franca del paladín de la unificación, Bezerra de Menezes, en activo núcleo de nuestro plano destinado a los emprendimientos volcados hacia el consolador.

No obstante invadidos por los sentimientos sublimes despertados por el inolvidable cónclave enclaustrados en la ciudad de Goiania, traíamos nuestra mente inmersa en profundas meditaciones acerca de los hechos y las perspectivas equivocadas.

En el momento propicio, nos dirigimos hacia el salón donde se realizaría el cónclave. Llegamos unos minutos antes con la finalidad de volver a ver a nuestros queridos compañeros que trabajaban en regiones distantes y que ante la invitación de Bezerra, nos mantuvimos allí después del congreso para escuchar exclusivamente su palabra.

La capacidad era para cinco mil participantes y no había lugares desocupados. Eran los trabajadores del evento realizado ahora, militantes de la siembra en otros continentes, poetas, educadores, sembradores de los primeros tiempos, personajes de la historia de Brasil, en fin, un inmenso grupo; todos comprometidos con los destinos del Espiritismo. Representaciones de guías de caravanas de todos los estados de Brasil y de los países participantes del magno evento también estaban presentes, más halla de los servidores anónimos que se prestaran a los más variados servicios de amparo y defensa por el bien de la tarea concluida en el plano físico.

Sería imposible relacionar a todos, pero con la finalidad de atender nuestros elogios del momento, destacamos la presencia de Robert Owen (el hijo), Cesar Lombroso, Humberto Mariotti, Milton O´Relley, Anita Garibaldi, Helena Antipoff, Edgard Armond, Torteroli, Juan Baptiste Roustaing, Benedita Fernández, Deolindo Amorim, Herculano Pires, Carlos Imbassahy, Freitas Nobre, Tolouse Lautrec, Tarsila do Amaral, Frederico Figner, Casimiro de Abreu, Olavo Bilac, Castro Alves, Antonio Wantuil de Freitas, Aziro Zarur, Rui Barbosa, Antonio Luiz Sayao, Luis Olimpio Teles de Menezes, Caibar Schutel.

Hemos aguardado el instante de ser llamados. Una pequeña y sencilla mesa, con un bellísimo ornamento de flores embellecía el escenario al lado de un potente aparato de sonido dirigido al gran público presente. Todo guardaba extrema simplicidad. Sin formalidades y demoras, luego de una oración conmovedora por parte de nuestro conductor, es cedida la oportunidad al imbatible “médico de los pobres”.

Hermanos, Jesús sea nuestra inspiración y Kardec la luz de nuestro raciocinio.

El cincuentenario del acuerdo de unificación, del Pacto Áureo, enaltecido aún ahora por la comunidad espírita mundial, es victoria de inconmensurable superioridad espiritual para la gloria del Espiritismo. Los esfuerzos no fueron en vano.

Pasado el cónclave nuestra mirada se vuelve, más que nunca, hacia el futuro.

Sin desmerecimiento de cualquier especie a corazones que han realizado lo mejor que pudieron, los que aquí se encuentran presentes conocen de cerca la extensión de las necesidades con las cuales estamos lidiando.

Es aún ahora, cuando muchos se encuentran extasiados con la noble conmemoración de las conquistas logradas en medio siglo de servicio austero, estemos atentos para lo que nos falta caminar, a fin de merecer con justicia el título de Cristianos de la Nueva Era.

Desde las primeras ideas para la formación de las bases organizativas del movimiento, han pasado casi cien años. El progreso es evidente.

Mientras tanto, no está de más ni en exceso afirmar que, a despecho de las conquistas, nos encontramos en la infancia de nuestro movimiento libertador ante la envergadura de la misión confiada a nosotros en la humanidad.

El progreso del ideal espírita está en buenas manos y la falange verdadera continúa el programa con éxito, no obstante los obstáculos que son variados.

Informémonos con certeza sobre lo que el momento espera de todos y hagamos lo que fuera preciso, a fin de impedir se extiendan los intereses que perjudican el avance del Plano Mayor.

Los primeros setenta años de Espiritismo constituirán el período de la consagración de los fundamentos y de la bases en que se asienta la Doctrina, que le confieran legitimidad. Héroes de la tenacidad y de fibra moral, dispuestos a inmolarse por la causa, vencerán el preconcepto de la época y la presión de la inferioridad humana en resguardo y defensa del trabajo productivo de Allan Kardec. El último lanzamiento que delimitó ese período fue el Congreso Internacional de Espiritismo realizado en París (3), donde el heraldo del bien, León Denis, soportó la trama sutil de las mentiras y consolidó el perfil definitivo del Espiritismo como la Doctrina de los Espíritus, eximiéndola de desfiguraciones que la perjudicarían en mucho en su aspecto educativo y concientizador.

El segundo período de más de setenta años, que coincide con el cierre del siglo y del milenio, fue el tiempo de la proliferación. Una idea universal jamás podría quedar confiada a grupos de estudio o de experimentos de la fenomenología mediúmnica de materialización; se hacía necesario la intensificación de los conocimientos, dentro de un crecimiento ordenado y defensivo en la elaboración de un perfil filosófico. Es el mérito de las entidades promotoras de la unificación y de la multiplicación de Centros Espíritas. Bajo el régimen de control y cuidados fueron predicados sus objetivos superiores. La literatura subsidiaria provocó el cuestionamiento, la discusión, el estudio y con eso el aprendizaje se dilató.

La primera etapa consagró al Espiritismo como ideario del bien, atrayendo la simpatía y superando los preconceptos, la segunda esperó la oportunidad para la difusión. Ingresamos ahora al tercer portal de más de setenta años, etapa en la cual se pretende la mayoría de edad de las ideas espíritas.

Es necesario certificar la vitalidad de los postulados espíritas como palanca de transformaciones sociales y humanas. Su influencia en la cultura, en las artes, en la ciencia, en las leyes, en la filosofía y en la religión conducirán a las comunidades, que absorbieren sus principios, a nuevos rumbos para el bien del hombre a través del cambio del propio hombre.

Ese nuevo tiempo deberá, igualmente conducir a efectos saludables a nuestra colectividad espírita creando entre nosotros, sus adeptos, el período de la actitud. El viejo discurso sin práctica deberá ser sustituido por efectiva renovación por la educación moral. Es la etapa de la fraternidad en la cual la ética del amor será elegida como meta esencial, y la educación como paso seguro en la dirección de nuestras finalidades.

Jesús puntualizó a sus discípulos que se amen mucho, el Espíritu de verdad señaló el “Amaos e Instruios” como plataforma del verdadero espírita, en esas enseñanzas deberán construir la base del programa transformador para nuestras metas ante la Nueva Era.

Así como en las demás fases fueron programadas reencarnaciones misioneras, ha ejemplo de lo que sucedió al inicio de los siglos XIX y XX, igualmente se aporta una generación nueva para los nobles oficios de la causa, dentro de los cuales muchos de vosotros aquí presentes están esclarecidos sobre su auspicioso retorno a las filas del Consolador, en misión de solidaridad y renovación, mientras que los que guardan mayores compromisos en la vida extra física son concientes de los desafíos que a todos nos esperan.

Describamos algo esencial acerca de esas batallas que enfrentaremos, para no ubicarnos en la “cizaña” donde está el “trigo” y definir mejor las estrategias de acción.

LA PALABRA DE BEZERRA: NUESTRO MAYOR ENEMIGO

Hemos afirmado antaño que el servicio de la unificación es urgente, pero no apresurado (4). Verificamos con el tiempo que algunos corazones sinceros y leales, sin larga vivencia espiritual, inspirados en nuestras palabras, eligieron la lentitud en nombre de la prudencia y la comodidad pasó a llamarse celo, regulando el ritmo de las realizaciones necesarias, al deseo de propósitos personalistas en la esfera de las responsabilidades comunitarias. El recelo de la delegación bajo pretexto de orden y vigilancia, escondió propósitos hegemónicos en corazones ignorantes, aunque amantes del Espiritismo. En verdad, la tarea es urgente, no apresurada, pero exige osadía, dinamismo y sacrificio para iniciar los cambios imperiosos atendiendo los reclamos de la hora presente, y el hábito de esperar la hora ideal se convierte muchas veces, en mesura paralizante.

Ninguno puede cerrar los ojos con el pretexto de caridad, porque deliberadamente el apego institucional marcó ese segundo período de nuestras luchas, en muchas ocasiones, con enfermizas actitudes de desamor como fuerte influencia atávica de milenarias vivencias. Eso era previsible y, finalmente, repetimos viejos errores religiosos...

Honrar y respetar a los antepasados y la historia no significa abalarla del todo, sin embargo nuestros sentimientos deberán ser ennoblecidos en el perdón, en el entendimiento, en la oración y en el trabajo. Fue lo mejor que hemos conseguido considerando las imperfecciones que nos son propias.

En la siembra espírita, que declara inspirar su acción en Jesús, el Maestro laborioso, y en Kardec, el infatigable trabajador, no debe haber un pacto insensato con los privilegios y la representatividad improductiva. Si el Señor dejó definido que el mayor sería quien se hiciese siervo de todos (5), de igual forma la función de las entidades doctrinarias, de cualquier ámbito, es servir y servir siempre, más y más, en la atención de las extensas necesidades a vencer en las labores doctrinarias, cumpliendo el derrotero de los deberes de orientación y apoyo, sin jamás avocar para sí derechos ilusorios en el campo del poder.

Se ha de tener en cuenta que nos referimos al institucionalismo como grilletes relativos a todos nosotros, sin vincularlo jamás a esa o aquella entidad organizativa en particular, por que semejante marca de nuestro psiquismo, aún y por mucho tiempo creará reflejos indeseables en la obra del bien.

El institucionalismo es fruto de la acción de los hombres; ello en sí no es nuestro mayor adversario y sí los excesos que lo vuelven nocivo.

Nuestro mayor enemigo, de hecho, es el orgullo en sus expresiones inferiores de arrogancia, inflexibilidad, perfeccionismo, autoritarismo, intolerancia, preconcepto y vanidad, sus frutos infelices que, sin duda insuflan a la institucionalización perniciosa e incentivan el dogmatismo y la fe ciega, abonando la jerarquización y el sectarismo.

Sus frutos generan semillas, y necesitamos interrumpir esa siembra de cizaña que sustenta la ilusión de trabajadores desprevenidos e invigilantes.

Cuando los hombres sean buenos formarán buenas instituciones (6), afirmó el insigne póstol de Lyón, Allan Kardec.

Nuestra lucha debe ser íntima y no externa, no contra organizaciones, pero sí contra nosotros mismos cuando en actitudes practicadas bajo el manto de la mentira que acostumbramos a venerar en favor de ventajas personales.

Esos desvíos cometidos rememoran los primeros momentos del Evangelio sobre la Tierra, cuando estaba circunscrito su radio de acción al Judaísmo dominante. Tal realidad llevó al Plano Superior a llamar al espíritu intrépido y noble de Paulo de Tarso en la enorme misión de servir más allá de los muros institucionales de la Capital de la religiosidad, y tornar universal el mensaje del Sabio Pastor.

Clamamos nuevos apóstoles para la “gentilidad” en este momento delicado de nuestra siembra, por que el orgullo humano reeditó ampliamente, los ambientes estériles a la propagación de las enseñanzas del Señor. Tenemos un nuevo centro de convergencia estipulado por la egolatría humana, buscando fijar estacas demarcatorias injustas y dispensables para el futuro glorioso de la religión cósmica de la verdad y del amor.