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Para regenerar el hígado lo que se debe hacer es comer solamente en los horarios que indica el libro. Es suficiente saltar la cena 3 veces por semana. De ésta manera el hígado se regenera y consigue desintoxicar el organismo en tres meses. Luego de hacerlo, elimina el sobrepeso y tonifica los músculos y la piel. Esta pérdida de peso no es la consecuencia del no darle al cuerpo las substancias necesarias para engordar, sino hacer que el cuerpo las deseche. Por éste motivo es que no es necesario hacer dieta. Es suficiente comer solo en las horas indicadas y dejar que el hígado haga todo el resto. El sobrepeso es en realidad una forma de compensar las disfunciones del organismo, después que el hígado ha resuelto las disfunciones la grasa desaparece por consecuencia directa.
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Veröffentlichungsjahr: 2025
La Causa del Sobrepeso
La Forma de Comer
El paso elegante
Créditos
Este libro es informativo. Ante cualquier duda sobre la idoneidad para realizar lo propuesto, consulte su médico. No me asumo ninguna responsabilidad por los daños causados por sus decisiones al respecto.
El problema se puede generar de dos maneras: la primera es caminar mal, la segunda es comer. Quiero enfatizar “Comer”. Ten en cuenta que escribí caminar mal, pero no escribí comer mal. Sólo escribí “Comer”. Porque comer, lo hagas como lo hagas, siempre es malo para ti.
La estrategia del mercado
Funciona así. El mercado te ofrece cualquier estrategia para solucionar el problema que tienes. En este caso, perder peso. Lo haces y al principio funciona pero el problema es que lo que te ofrecen por una tarifa tiene dos alternativas: la primera no funciona a larga distancia; el segundo, si funciona, necesariamente debe crear otras disfunciones.
Si crea otras disfunciones no hay problemas, porque en cualquier caso, el mercado que depende de los problemas de salud sigue ganando dinero. Pero si esto no crea otras disfunciones, el método propuesto debe proyectarse de modo que no se pueda continuar por demasiado tiempo. Tiene que ser sacrificado.
Todo se estudia antes de ser propuesto para que fracases. Las consecuencias después de fracasar son siempre las mismas. “En miles de casos ha funcionado, si tienes mala suerte o si en tu caso no ha funcionado no es culpa nuestra. En cualquier caso, tenemos otras cosas para ofrecerte.”
Lo que debemos entender es que no tuvimos mala suerte, que no somos únicos. No fuimos la excepción que confirma la regla. Lo que no funciona para nosotros, no ha funcionado para muchos otros.
Un conocido mío fue al médico, quien lo remitió a un nutricionista. El problema eran los triglicéridos. Escuchó lo que le sugirió y luego puso en práctica este método. Tres meses después volvió al médico. Los valores estaban bien. El médico, sin embargo, miraba los análisis con incredulidad. “¿Qué hiciste? Preguntó muy seriamente. Me puse a dieta, dijo él. El médico negó con la cabeza. Siguió mirando los análisis. Comprobó la fecha y el nombre, luego el laboratorio. Miró fijamente a mi cuñado. Dijo: “Habrías perdido peso, habrías podido solucionar el estreñimiento; pero el colesterol y los triglicéridos es imposible.” Añadió: “Debes haber hecho algo diferente”.
Esta sorpresa, la incredulidad, la certeza de los resultados que deben llegar es lo que hay que observar. Porque quien propone cosas nunca se sorprende al ver que las cosas no funcionan. Pero se sorprenden cada vez que funcionan. Lo que buscan es siempre lo mismo. Siempre preguntan: “¿Qué más hiciste para tener éxito?”. Porqué el éxito no es lo que se esperan.
Las soluciones falsas
Tienen que darte una solución que no funciona, pero sobre todo tienen que hacerte vivir cosas que te alejan de la solución. Porque no eres tonto y si por casualidad te acercas a la solución podrías descubrirla por tu cuenta y esto es algo que no debe suceder en absoluto. Es un riesgo que quienes viven gracias a las disfunciones humanas no pueden enfrentar. No me refiero al médico o nutricionista individual, sino a verdaderos imperios económicos.
Están bien las dietas que alteran tu metabolismo, aquellas que no puedes mantener por mucho tiempo e incluso aquellas que crean depresión. Pero una forma de adelgazar que solucione los problemas de colesterol, triglicéridos, hipertensión y estreñimiento no es viable. Cuando las personas hacen dieta, pierden mucho peso. La piel pierde tono. El cuerpo parece invadido por una debilidad generalizada y una especie de envejecimiento prematuro. Porque la vida se vuelve muy deprimente debido a las muchas privaciones y falta de gratificación a las que te obligan.
Descubrir que aunque estés en tu peso ideal, tus valores siguen equivocados es muy desalentador. Porque muchos inician la dieta para ponerse en forma pero también pensando en arreglar problemas de análisis que ya no son normales. Hipertensión, colesterol, problemas de espalda, problemas de circulación.
La medicina ofrece dietas para todas las disfunciones. Cualquiera sea el problema de salud que le lleves al médico, él te sugerirá una dieta a seguir, y visto que la dieta no funciona; es seguro que luego seguirán las pastillas. A medida que pase el tiempo habrá que combinar tanto las pastillas como la dieta. Llegando al punto que ni lo uno ni lo otro serán suficientes.
¿Cuál será la respuesta? En otros casos funcionó, pero no todos somos iguales, en tu caso no funcionó, pero es seguro que tendrán algún que otro consejo que ofrecerte. He probado muchas cosas y he visto gente cerca de mí vivir constantemente a dieta. Dietas que dicen que siguen pero no sabes si lo hacen o no. Personas que dicen que viven sin comer casi nada pero luego cuando están cerca de ti comen 4 veces lo que tú comes.
Lo que propongo es lo siguiente: una estrategia debe conducir a resultados, pero debe ser también factible. Si la estrategia funciona pero requiere 4 horas cocinando al día, si implica caminar 10 km por día o te deprime, es inútil, porque no es practicable.
Un método para perder peso debe funcionar de forma sencilla. No tiene por qué condenarte a convertirte en un antisocial o un marginado. Conozco a una persona que tiene un nivel de colesterol de 400 y que desde hace más de veinte años vive comiendo merluza hervida al vapor, sin condimentos, en el almuerzo y la cena. A pesar de eso, son esos los valores de colesterol y el médico vive diciéndole que vive arriesgando el infarto.
De nada tiene sentido alcanzar tu peso ideal si lo haces con hipertensión o problemas de colesterol. No sirve de nada si la persona se debilita o se deprime. Si termina viviendo en un estado de desesperación, en el que cada vez que come algo fuera de su dieta tiene una obstrucción intestinal.
Conozco un atleta que corrió triatlones. Comía como un atleta, pero aún no estaba satisfecho, por lo que se hizo vegetariano. Después de un tiempo como vegetariano, vio que su vida no mejoraba. Entonces se hizo macrobiótico. Después de un tiempo, viendo que no funcionaban, se convirtió en un crudívoro. Se vio obligado a abandonar una competición porque su cuerpo no podía soportar el agua fría. Desarrolló una especie de cistitis que le impidió continuar con la carrera cuando entró en la fase de natación.
Dijo: “Ya no sé qué hacer... Sólo como verduras crudas y no puedo hacer estas cosas”. Creer en algo significa no tener en cuenta la realidad. Éste es el problema de las creencias que propone el mercado. Hay que creer, porque la realidad, en lugar de demostrar que funcionan, demuestra todo lo contrario. Mientras los haces, funcionan solo hasta la mitad. Cuando dejas de hacerlo, vuelves a ganar más peso que antes. Pero lo que piensas no es que la dieta no funcionó, lo que dices es “¿Qué puedo hacer? Me gusta comer... No soy bueno haciendo dieta, aunque funcione de maravilla.
¿Porqué el hígado se enferma?
En realidad el hígado no se enferma. El problema es que es incapaz de cumplir con las exigencias del cuerpo humano. Las funciones del hígado son digerir y desintoxicar el cuerpo humano. Aunque el hígado es perfectamente capaz de hacer su trabajo, no lo hace por dos motivos. La primera, caminamos mal y la segunda comemos a horas inadecuadas. Éstas son las dos razones. Caminar de forma incorrecta genera problemas de circulación y obliga al corazón a trabajar más de lo debido. Crea problemas en las articulaciones y tensión muscular. El cuerpo crea estreñimiento para ayudar al corazón. Con el estreñimiento, los intestinos crean presión interna. Esta presión ayuda al corazón a intensificar su trabajo, sin esforzarse tanto. Para aumentar la presión lo que hace el cuerpo es cerrar los esfínteres y mantener los alimentos dentro de los intestinos por más tiempo del necesario.
La presión creada ayuda al funcionamiento del corazón, pero con el tiempo hace que la barriga crezca. Porque el cuerpo tiene que contenerlo y una de las formas es ponerle grasa alrededor. Otro problema que se presenta es que al aumentar el tiempo con las heces dentro del intestino, aumenta el nivel de intoxicación del organismo. Esta intoxicación es la que inflama el hígado.
En el futuro llegarán problemas de hemorroides, internas, externas, hipertensión y muchas otras disfunciones más. El problema es que el hígado no está enfermo, simplemente no es capaz de arreglar el desorden en el que se encuentra el organismo. Quiero señalar que a diferencia de lo que la gente pueda pensar, estamos hablando de una persona que vive exactamente como recomienda nuestra sociedad. Se encuentra con estos problemas una persona que no bebe, no fuma, no consume drogas y no es obesa. Como también lo padece una persona de 50 años. Sin embargo, si buscamos un culpable, siempre podremos encontrarlo. Demasiado trabajo, demasiado estrés, demasiado sedentarismo, demasiado esfuerzo, demasiados problemas familiares, demasiados problemas en el trabajo. Mi opinión es diferente. El problema es que hay tanta información errónea en los medios que con solo escuchar lo que propongo se echan a reír.
Una dieta donde solo puedo comer las cosas que me gustan. Embutidos, costillas de cerdo. Filetes, fideos con tucos maravillosos. Dulces, frutos secos. No sólo puedo comer lo que me gusta, sino también en las cantidades que quiero.
Una dieta donde puedo salir a cenar con mis amigos. Dondequiera que tenga un evento, puedo hacerlo porque no hay limitaciones. Lo que como hoy lo puedo digerir mañana o pasado mañana. Entonces, lo más increíble. Cuanto más sigo esta dieta, más fuerte y eficaz se vuelve mi hígado y mayor es la libertad de digerir todo.
Esto significa que si después de 4 meses tengo una cena de bodas, puedo excederme y mi hígado procesará todo sin esfuerzo. Porque ésta forma diferente de vivir ha fortalecido hígado, estómago e intestinos.
¿Porqué se adelgaza?
Porque el hígado es capaz de desintoxicar completamente el cuerpo y por lo tanto no necesita crear presión para ayudar al corazón; la materia fecal sale cuando tiene que salir.
Cuando el cuerpo se desintoxica (se necesitan unos 4 meses), el hígado automáticamente se deshace del “sobrepeso”. Por la sencilla razón de que ya no es necesario. Pero lo hace de forma contraria a lo que ocurre cuando haces dieta. Lo hace tonificando el cuerpo. Comienza con la piel y los músculos. Devolviendo el tono de la piel y los músculos a su estado natural.
Al mismo tiempo necesitamos cambiar la forma en que caminamos. De esta forma solucionamos todos los problemas de espalda, articulaciones, circulación y tensión muscular. Porque es necesario evitarle esfuerzos inútiles al corazón. Sólo así lograremos una victoria completa sobre todas las disfunciones.
De hecho, este libro propone una forma de comer que regenera el hígado y una forma de caminar que regenera los sistemas circulatorio, óseo y articular. Todo esto se aborda de forma paulatina, pero los resultados empiezan a llegar de inmediato. Esto genera mucho optimismo en tu interior, porque te hace comprender que sin el menor sacrificio te vuelves cada día más fuerte y tienes más motivación para seguir adelante. No necesitas hacer ningún esfuerzo, no necesitas sacrificarte. Los resultados siguen llegando y sorprendiéndote cada día.
El cambio mental
Ni siquiera debería mencionarlo. Porque no es necesario. Lo hago porque viene de todos modos. Tu forma de ver el mundo cambia. Después de 6 meses de vivir de esta manera, el miedo abandona tu mente. Te das cuenta de que no necesitas comida para vivir. Que tu energía no depende de los alimentos que comes ni de la cantidad que comes. Tu energía es parte de ti y eso significa independencia de la comida.
Sientes que vives sin hambre. Se come para sentir el placer de saborear la comida. Pero no tienes hambre. Sólo el placer de sentir los sabores en la boca. Por eso, comer ya no es una carrera para saciarte o sentirte satisfecho. Comes por motivos sociales, para estar con los demás. Para gratificarte, pero no para llenarte. Esto genera cambios significativos con respecto a todas las demás adicciones de las que puedas sentir que dependes. Alcohol, cigarrillos, vicios, manías, placeres. Pero estas cosas no son parte de este libro. No quiero desviar tu atención de lo esencial. Si quieres profundizar en este tema hay un libro dedicado: “Inconsciente. Destruye los bloqueos mentales.”
Pasemos ahora a la parte práctica de este libro. Porque si no ves al menos los primeros resultados, creer mis palabras es imposible. Cuando veas los primeros resultados en ti mismo, será imposible no creer lo que lees. También puedo decirte que lo que has leído ni siquiera es la mitad de los beneficios que estás a punto de descubrir. Por esto te digo que es mejor pasar directamente a la parte práctica.
Esto no es una dieta. Sino una manera de comer. De hecho, los resultados son volver a tu peso ideal. Ya sea que tengas 20 kilos más de los que necesitas o te encuentres demasiado delgado. Por eso les digo que no es una dieta. Porque el objetivo es volver a tu peso ideal.
No te asustes
Es un ayuno. Pero nada que ver con lo que el mercado propone como ayuno. En el pasado he hecho ayunos de 4 o 6 días. Varios amigos míos hicieron ayunos de 21 días que no sirvieron. Porque ayunar es un gran sacrificio para el cuerpo que crea un estado de pánico total. El resultado es que después del ayuno la situación del cuerpo era peor que antes, porque el cuerpo ha entrado en pánico y asimila todo lo que comes, haciendo que ganes incluso más kilos de los que tenías antes de empezar el ayuno.
Además de estos desastrosos resultados, lo que creas en tu cuerpo es debilidad, estrés y miedo. Ayunar durante un día, dos días o 6 días es similar a utilizar incorrectamente un coche. Usas mal el coche, aceleras y frenas constantemente. Le haces dar algunos saltos, lo llevas a seis mil rpm y luego lo dejas en el garaje durante dos días. Luego empiezas a usarlo mal otra vez.
No hace falta ser mecánico para entender que aunque lo dejes en el garaje 4 días al mes, no solucionarás los daños que se crean por el mal uso el resto del tiempo. Hay que utilizar el coche de forma correcta, en lugar de dejarlo parado en el garaje una vez por mes.
Modificar el cuando comemos
El cuerpo humano no está hecho para comer 4 veces al día. La forma correcta de comer es hacerlo únicamente de 6 am a 2 pm. Porque a diferencia de los felinos, somos animales diurnos. La forma de vida en la naturaleza para los humanos era levantarse con el sol, conseguir comida, comer lo que encontraban y luego dedicarse a hacer lo necesario para sobrevivir, ropa, calzado, vivienda. El cuerpo humano está hecho para nutrirse de esta manera. Sólo funciona correctamente y sin problemas si lo usas así.
Entonces, lo que hay que hacer para vivir bien no es ayunar sino comer sólo hasta las 2 de la tarde. El resto del tiempo ayunas hasta irte a dormir. De esta manera el hígado tiene la posibilidad de digerir lo que comiste por la mañana y cuando llega la noche, la comida ya está en los intestinos y permite que el hígado desintoxique el cuerpo durante la noche.
Come proceder
Es muy sencillo de realizar. Simplemente sáltate la cena 3 días a la semana. Por ejemplo, comencé saltándome la cena los lunes, martes y miércoles. El principal problema es la hora de cenar. Pero sólo tienes que irte a la cama porque se duerme mucho mejor sin comida en el estómago que con el estómago lleno.
Cuando te despiertas por la mañana, tienes hambre y quieres desayunar. Luego de las primeras semanas, empiezas a notar que te despiertas sin hambre. Pero consideras la hora del almuerzo como un oasis de placer. Disfrutas cada bocado que comes y la tendencia es excederte. No te preocupes, simplemente hazlo. Si quieres, exagera. No tienes que limitarte, no tienes que reprimirte. Tu objetivo es mantener tu mente equilibrada. El miedo es el mayor problema. No subestimes el miedo. Respétalo porque no hay que luchar ni ignorarlo, es necesario apagarlo y poco a poco sucederá.
Mantiene todos los compromisos sociales. Cada vez que tienes un evento cenas y cada vez que puedes saltas. De esta manera, incluso cuando te saltes la cena tu cuerpo sabe que será por poco tiempo, sólo hasta la mañana siguiente.
Dos meses después
El cuerpo ya se ha acostumbrado. Te das cuenta de que muchas veces no recuerdas tomar café, vino o chocolate. Empiezas a olvidarte de comer muchas cosas que antes eran imprescindibles. Básicamente empiezas a sentir la forma de vida sin comida en el estómago.
Es fácil dejar de desayunar. Porque percibes que nada cambia. Que tu cabeza piensa mejor, aumenta tu capacidad de concentrarte y encontrar soluciones en menos tiempo. Te vuelves más capaz mentalmente. Cometes menos errores, porque la velocidad con la que piensas ha aumentado. Eres más rápido que los demás.
Tienes hambre todo el tiempo. Pero estás empezando a ver los beneficios de tener el estómago vacío. No sólo el dolor. Te parece extraño que haber cambiado tu forma de vida no te conduzca a ningún tipo de debilidad. Cada vez que te despiertas después de saltarte la cena, sientes los beneficios en tu cuerpo. Sientes que dormiste mejor, que estás menos cansado y te sientes más ligero, deshinchado y más fuerte que el día anterior.
Seis meses después
El hambre desapareció por completo. Ya no es parte de tu vida. Porque entendiste que para nutrirte basta con comer como se come. Comer se ha convertido para ti en un placer. Cada vez que alguien te invita a desayunar juntos aceptas y lo haces con mucho gusto.
Si estás solo evitas cenar, pero si estás en compañía cenas, pero más que comer lo que haces es saborear la comida. No sientes la necesidad de llenarte. Pruebas un plato, otro y luego otro. Si lo hay, comes postre, fruta. Haz todo con absoluta libertad porque nada de lo que comes se quedará en tu estómago.
Tus intestinos llevan mucho tiempo funcionando de maravilla y con una regularidad increíble. Vas siempre al baño sin el menor esfuerzo. Nunca estás hinchado y nunca te sientes pesado debido a la digestión.
Esta mañana, por ejemplo, comencé a escribir al levantarme. Llamé a un amigo. Quedé en encontrarnos en el bar para desayunar juntos. Habría llegado a almorzar sin comer, pero visto que me encontré con este amigo, desayuné.
A la hora de comer comí arroz con atún y huevos, con dos ají putarió crudos. Tres galletitas con nduia y un poco de muzarela de búfalo. Una mandarina y 3 dátiles. Eso es todo hasta mañana por la mañana.
Obviamente, si me invitan a cenar, ceno. Pero si estoy solo me acuesto sin cenar. Es una forma de comer que puedo llevar adelante fácilmente durante toda mi vida, porque no implica sacrificar nada para hacerlo.
Administrar la cocina
Viviendo solo es inútil cocinar todos los días. Lo que hago es cocinar un día. Divido la comida en 5 o 6 bandejas y como una cada día. De esta manera solo cocino una vez a la semana. En este período entre Navidad y Reyes, que muchas veces invito de buena gana a comer o cenar, me encuentro con sobras de muchas comidas y cenas. Por eso tengo la nevera llena de platos preparados en el congelador. Todos los días elijo y me como alguno de los que tengo.
Al principio tiraba mucha comida, pero ahora he aprendido a gestionarla y prácticamente vivo con la nevera casi vacía. Al comer de esta forma es fácil mantener en orden el sistema digestivo. Cuando el sistema digestivo está a su máxima potencia, se reduce la necesidad de comer dulces, beber alcohol o tomar café. Estas cosas, la mayoría de las veces, se consumen para darle energía al cuerpo para afrontar mejor las funciones digestivas. Al saltarnos la cena es obvio que no necesitamos ayuda para digerir.
Como dije al principio de este libro, existen básicamente dos formas de dañar el organismo. Uno es comer 4 veces al día y el otro caminar mal. Es decir, golpear los talones contra el suelo.
Tus talones nunca deben usarse como punto de apoyo. Este es un mal hábito de los humanos, que comienza después de 1600. Por esta razón existen tantos tipos diferentes de calzado. Porque al apoyar los talones se crean daños continuos a nivel óseo, circulatorio y orgánico.
En el capítulo anterior describí cómo comer sin causar daño al cuerpo. En el siguiente capítulo explico cómo hacer la transición de la forma normal de caminar a la forma correcta de caminar.
La transición dura aproximadamente un año. Para lograrlo se necesita un poco de fuerza de voluntad. Porque te duelen los músculos y al principio te cansas mucho. Pero si lo haces poco a poco lo lograrás. Los beneficios a nivel óseo, muscular y circulatorio son increíbles y junto con la forma de alimentarse equivalen a mejorar todo el organismo, más allá de los límites de la imaginación.
La electricidad es la causa del problema
En particular la luz artificial. Sin luz artificial, los humanos no habrían podido buscar comida ni comer por la noche. Excepto con gran dificultad y empeorando el rendimiento al día siguiente. Sin luz artificial nos habremos visto obligados a vivir y alimentar nuestro cuerpo de otra manera. Es normal que nuestro cuerpo esté proyectado para poder nutrirse y desintoxicarse respetando las horas de luz. Se necesitan miles de años de evolución para llegar a esto.
Luego están los problemas psíquicos y emocionales que surgen con la vida en sociedad, los cuales presentan diferentes tipologías según su historia. Encastres y bloqueos emocionales que generan problemas de salud. Pero lo que hay que entender es que comer después de las 2 de la tarde crea problemas de salud; sin la necesidad de ningún trauma psíquico. Esto es algo seguro y sucede incluso si la persona no tiene problemas mentales. No es normal y no es fisiológico, es solo consecuencia de una mala información.
Resultados diferentes a los de la dieta
Se podría decir que estamos cambiando fundamentalmente la cantidad de alimentos que comemos. Pero no es real, porque podrías comer en la mañana la misma cantidad que otro come durante el día. Lo que marca la diferencia es lo que obtienes. Es la reacción de tu cuerpo. Cuando haces dieta lo que haces es quitarle a tu cuerpo lo que utiliza para compensar un estado de debilidad. El cuerpo crea presión para ayudar al corazón. Utiliza grasa para contener esta presión. Utiliza el cansancio para evitar daños por falta de circulación y potencia renal. Crea impotencia para limitar el consumo de energía. Necesita limitar la energía que utilizas porque se encuentra viviendo de manera incorrecta. Porque está sufriendo por tener que hacer la digestión en situaciones inadecuadas. Situaciones en las que el hígado debería trabajar para regenerar todos los órganos.
El resultado de las dietas es debilitante. Los tejidos blandos. La piel flácida y lo peor de todo: los valores de la sangre no mejoran. Los problemas de presión arterial persisten y los niveles de colesterol siguen siendo altos. El estado de ánimo empeora. Lo más deprimente es que aunque hayamos vivido sin gratificarnos, los valores que debería tener una persona sana no han llegado. Recibiremos todo tipo de excusas, pero el resultado no cambia porque lo que nos propusieron fue diseñado para obtener estos resultados. El fracaso.
Tus nuevas capacidades
Comprende cómo funciona tu cuerpo. Qué puedes hacer y qué no debes hacer. En lugar de vivir luchando a ciegas, limitándote en todas tus necesidades, ahora has tomado las riendas de cómo debes comportarte.
Según la situación en la que te encuentres, actúa de consecuencia. Todo se vuelve sencillo. Si pesas 30 kilos más de lo que deberías, saltas la cena varias veces. Si estás cerca de tu peso ideal, 3 noches a la semana son suficientes. En cualquier caso lo que acaba son los sacrificios inútiles.
No hace falta cocinar sin aceite, renunciar a las grasas, el azúcar, los embutidos o los alimentos procesados. No hay alimentos que no puedas permitirte, solo horarios que debes cumplir. El resto es sólo placer y escuchar tus deseos.
La actitud mental
Sentir que no dependes de comer para mantenerte en equilibrio lleva a una nueva forma de percibirlo todo. Especialmente las relaciones personales. Comer, para nuestro estado de ánimo, se percibe como recibir amor. Somos mamíferos y es normal interpretarlo así. Pero como ves, sientes y tocas tu nuevo potencial, entiendes en cuántas situaciones comes porque sientes la necesidad de recibir amor.
Controlar la necesidad de comer con tanta facilidad te lleva inevitablemente a comprender que controlar la necesidad de recibir amor es igual de sencillo. Se puede hacer sin perder el equilibrio emocional. Sin entrar en pánico y sin desesperarse.
Lo aprendí observando la forma de caminar de los animales y observando los tehuelches y los tarahumaras. Luego me di cuenta que muchos humanos caminaban de esta manera también. Bailarines de danza clásica, atletas y los grandes campeones del futbol se mueven de esta manera. Es la forma de caminar de todos los seres que viven aún en las tribus que viven en forma primitiva.
Constaté gracias al arte: la escultura y la pintura, que la humanidad comenzó a utilizar los talones como punto de apoyo, luego del 1600 con la militarización austríaca y el utilizo de los bolceguíes militares. Los únicos idiotas que apoyan el talón antes de la parte anterior del pie somos los humanos normales; porque los autistas, down, atrazados mentales, caminan correctamente. Gracias a la gente que ha puesto en práctica esto, descubrimos la cantidad de disfunciones y enfermedades que se resuelven y fue entonces que entendí porqué el mercado invierte tanto dinero en mantener esto escondido a los ojos de la gente. Sobre esto se basa casi la totalidad de las ganancias del mercado. La actitud del mundo de la ciencia, la medicina y la salud no basa su resistencia por maldad, es sólo una cuestión de dinero. Ganancias millonarias.
Dejar de apoyar los talones
Como comenzar
Es necesario hacerlo gradualmente. Debemos empezar estando sobre las puntas por espacios de 10 minutos. Podemos repetir esto varias veces durante el día. Es suficiente 3 o 4 veces por día. De esta manera se empiezan a reforzar los gemelos, las articulaciones y todos los tendones y músculos de los pies.
Esta es la forma correcta de utilizar los pies. Tómalo como un objetivo y no como una meta que tienes que obtener lo antes posible. Ten en cuenta que el camino que tu estas siguiendo y que implica un cambio a nivel muscular implica también un cambio a nivel orgánico y por este motivo es que se necesita tiempo.
Se necesita tiempo para los músculos y también tiempo para activar los órganos internos, sobre todo el funcionamiento renal.
Caminar
Es realmente útil caminar 15 minutos por día, porque al hacerlo obligamos a nuestro cuerpo a utilizar las piernas en forma alternada utilizando todos los músculos de las piernas y no sólo algunos. De esta forma se activa la circulación.
La dinámica del paso cambia. Cuando se camina de la forma equivocada los pies se desplazan delante del cuerpo buscando el contacto con el piso con el talón. Se mantiene en este movimiento la rodilla derecha.
Con el paso elegante las cosas son diferentes. La rodilla de la pierna que va adelante se mantiene siempre flexionada y el primer contacto con el suelo se hace con la punta del pie.
La zona de apoyo del pie
El desplazamiento del pie es muy corto y por este motivo se desplaza hacia atrás del cuerpo durante la tracción. Con la misma dinámica de gestión de la fuerza y el peso que se utiliza cuando se empuja un auto.
La forma de caminar equivocada