Amores de ida - Ana Margarita Ciereszko - E-Book

Amores de ida E-Book

Ana Margarita Ciereszko

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Beschreibung

Los Amores de ida son aquellos que nos llenan de placer por ese instante; esos amores que hacen que se desborde de ilusión el alma, nos hacen creer que todo es posible, por ese momento que dura esa mirada incontenible de deseo en donde encontramos eso que está tan anclado en nuestra alma; por ese segundo, tenemos todo y nos sentimos dueños del mundo y la vida nos sonríe. Pero luego, cuando la magia desaparece y otra vez ponemos los pies sobre la tierra, tan solo descubrimos que otra vez es la soledad la que nos hace compañía y volvemos a esa búsqueda mítica para aquellos que todavía creemos que el amor existe.

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Ana Margarita Ciereszko

Amores de ida

Ciereszko, Ana MargaritaAmores de ida / Ana Margarita Ciereszko. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4097-3

1. Poesía. I. Título.CDD A861

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Índice

PRÓLOGO

UN AMOR DE IDA

UN LOCO AMOR

EL PUENTE DE LOS DESEOS

APOSTAMOS AL AMOR

ESTOY ESCRITA EN TU ALMA

UN CORAZÓN QUE SEPA AMARTE

TODO LO QUE SOS PARA MI

PARA RECORDARTE SIEMPRE

UN AMOR DE IDA

DE QUE SIRVE AMARTE

ME DESPIDO

SI CON MIS OJOS TE VIERAS

SOLTAR

ESO QUE NO SOMOS

CUERPO Y ALMA

LA RESIGNACIÓN:EL QUE NO ME AMES

NO

PARA QUE NO ME OLVIDES

ESTAMOS TODOS UN POQUITO ROTOS

LA SOLEDAD

SOLA CON MI CORAZÓN

QUÉ SOMOS

SENTIRNOS VIVOS

LA VIDA ES UN VIAJE

EL MILAGRO

OLVIDARTE

LA ESPERANZA

POR UN MOMENTO

LA VIDA ES TAN SOLO UN INSTANTE

ESE HOMBRE

PRÓLOGO

Hay tantas clases de Amor como personas hay en el mundo, será por eso que pensamos que cada uno de ellos pueden hacerte feliz, pero no siempre es así, muchas veces, el sentimiento es tan efímero, que dura lo que dura una polilla ante la llama del fuego, otras en cambio dura lo que dura el deseo en el aire, pero a veces, solo a veces, trasciende y se hacen parte de la vida y otras lo ves pasar como en cámara lenta que hace vuelvas a buscar esa alma que en algún momento amaste, solo que ese amor no siempre te hace feliz y muchas veces, ese amor tan solo duele, porque aquello que se busca no siempre se encuentra en aquella persona elegida por nuestra alma.

En todas las épocas de la vida, el amor siempre lo vemos como eso que queremos y que es difícil de alcanzar; pero por esos milagros del universo, nos encontramos con eso que sentimos de frente y sin excusas, entonces no hay barrera en el mundo que lo detenga; otras solo pasa de costado y lo vemos pasar de largo, como un tren en el que nadie se sube y la mayoría de las veces, ni siquiera nos damos cuenta que estaba a nuestro lado. Así es la vida vamos saltando los años y siempre buscando eso que sabemos que es increíblemente hermoso, pero tan difícil de encontrar.

UN AMOR DE IDA

Quién no se enamoró locamente alguna vez, quién no recuerda la primer mirada, cuando nos tomaron de la mano pero con ganas de un abrazo, o esas mariposas en la panza con el primer beso apurado y a escondidas. Así comienzan casi todas las historias; pero la mía, fue un amor de ida desde el principio, con esa sensación de que el amor bonito no estaba destinado para mi; porque a pesar de que estuve casada mucho tiempo, aunque no con mi primer amor, no tuve un amor bonito, tan solo un amor en donde lo único que querés es convencer al otro de que te ame.

UN LOCO AMOR

Era una noche de verano, un 28 de enero, fresco para ser enero pero lindo para un baile afuera en el patio de la casa de la cumpleañera.

Pero tener 14, esa edad que es el límite entre la niñez y la adolescencia en donde la inocencia es la vedette; el porque es simple, el alma esta llena de sueños por cumplir, sensaciones nuevas como las alas que salen de a poquito y no nos damos cuenta.

El verano trae esas cosas inesperadas, llega mi amiga de la infancia y me dice: – Tenemos un cumpleaños.

—¿Cómo que tenemos un cumpleaños? En tal caso tenés un cumpleaños.

—No, tenemos un cumpleaños, porque me invitaron y les dije si podía llevar a mi mejor amiga y me dijeron que si.

—¡¡Pero no conozco ni siquiera quien cumpleaños!!

—No importa faltan chicas y hay muchos chicos que necesitan bailar, y para que sea un éxito ese cumple se necesitan chicas.

—Noo, no voy.

—Sii, si vas.

Así estuvimos un largo rato y había otro problema, pedir permiso a mis viejos.

Lo cierto es que nunca me hacían problemas, ellos querían que saliera, querían que tuviera amigos y yo no era muy sociable por ese entonces.

Mi amiga mientras tanto revolvía el placard para encontrarme algo bonito que ponerme y yo le dije nada de eso, me voy a poner mi remera favorita; por supuesto era enorme y entraban dos como yo, sin embargo amaba esa remera y era justo 28 de enero y tenía impreso ese número adelante y atrás gigante en la remera.

Mi amiga me decía: – ponete algo más ajustado, algo más lindo y yo le decía:– ¡Noo! o voy con mi remera o no voy.

Lo cierto es que fui con mi remera amarilla gigante con el número 28 en azul, una remera que parecía la de los jugadores de rugby y un jean.

Mi amiga me miraba y me decía: – no te van a sacar a bailar vestida así.

Yo le contestaba:– no importa.

Llegamos a la fiesta, me presentaron a todos los que estaban presentes y curiosamente a todos les había llamado la atención mi remerón gigante y colorido.

Mi amiga conocía a la mayoría de las personas que ahí estaban y yo que me sentía una rana de otro pozo. La música salía como el viento y yo que me movía sola hasta que se acerco un chico y me llevó de la mano a bailar, todo era nuevo para mi, mi primer baile, la primera vez que alguien me tomaba de la mano y las primeras sonrisas que tenían intenciones tan solo de agradar.

Yo bailaba y me daban charla, contestaba a veces o me hacía la que no escuchaba por la música, pero el que me saco a bailar, no era mi tipo, no era aquel con quien soñaba el primer beso, así que cuando empezaron los lentos, le dije que estaba cansada y que iba a tomar algo, él, me quiso traer un vaso con gaseosa y yo le dije que no hacía falta que iba yo hasta la mesa y ahí apareció mi amiga y me dijo: – ese chico gusta de vos.

A lo que yo contesté: – pero no es mi tipo.

—¿Porqué no te gusta?.

—¿Porqué tiene que gustarme?

—Porque es lindo.

—Lindo para vos, no para mi.

—Ok, me voy a bailar entonces con ese chico.

—Dale, así no me sigue.

Mi amiga fue a sacarlo a bailar y el por no ser descortés bailo con ella pero me miraba y hacía caras como diciendo, no me queda otra.

Pero al otro lado del patio había un chico, que estaba mirándome fijamente, como estudiándome. Tenía un cigarrillo en la mano y parecía mas grande, solo un par de años pero en esa época hacía a diferencia.

Se acerco mientras yo estaba de espalda casi me atraganto con la gaseosa y la deje en la mesa, justo cuando me dijo vení esta música me gusta, bailemos.

No me dio opción a preguntar y estaban los lentos, la canción estaba de moda y era hermosamente triste, no entendía ni j lo que decía, porque estaba en ingles, pero fue mi canción favorita hasta que la olvidé entre otros muchos recuerdos.

Lo cierto que yo tenía mi cabello largo oscuro y ni siquiera sabía que era bonita, nunca había pensado en eso, pero ese chico me lo dijo y me tomó por sorpresa, ya que era él, quien me veía bonita.

Me lo dijo al oído mientras bailábamos lentos y me corría el cabello de la cara, colocándolo detrás de mi oreja; todo era nuevo para mi, él tenía ojos negros como una noche sin luna y su cabello al contrario del mio, era un manojo de rulos al viento y el humo que subía del cigarrillo que me hacía toser y que hizo que le dijera que lo apagara.

Él me hizo caso, piso el cigarrillo en el piso y seguimos bailando mientras tomó mi mano entre las suyas colocándola a la altura de su corazón, mis manos frías y las de el que estaban tibias, hacían el contraste de lo que éramos por esa época.

Su voz medio ronca por fumar y creo que demasiado para esa corta edad de 16 y yo que lo miraba atentamente, para encontrar en su rostro eso que no entendía.

De pronto me miró, con ojos que hoy entendí que eran por primera vez de deseo y me beso; me dio el primer beso, un beso tierno, amoroso, un beso en donde las lenguas bailaban al compás de la música y nosotros pegaditos descubriendo aquello que los sentidos encendían.

El no se separó de mi en toda la noche, bailamos luego música movida, nos reímos mucho, me contó que vivía cerca, me dijo que tenía un hermano más grande que él y que su nombre era Gustavo René, con cuyo segundo nombre, luego bauticé a mi gato, un gato enorme y gris que vivía en el patio de mi casa.

Cuando mi Papá nos vino a buscar, él salió hasta afuera pero no se atrevió a darme otro beso de despedida y yo subí al auto mirándolo a contra luz y el ya había encendido otro cigarrillo.

Mi amiga que quería quedarse un rato más en casa y mi Papá que me dijo bueno un ratito y después la acompañas antes que sea muy tarde.

Lo cierto fue que ella que había visto el beso, quería saber todo sobre lo que había sentido y yo que le decía, fue solo un beso.

Por supuesto que mi amiga me decía:– estas de novio ahora y yo que le contestaba: – no se si estoy de novio.

Lo cierto que ese verano fue divertido, diferente, eramos inocentes en eso del amor, nuestras salidas eran estar en la vereda de mi casa o en la plaza charlando y juntando tréboles hasta hacerse de noche, las noches de calor eran aún más divertida, el porque muy simple, eran noches de viajes de patineta y patines de 4 ruedas.