Antología de la literatura armenia - Ani Khachatryan - E-Book

Antología de la literatura armenia E-Book

Ani Khachatryan

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Beschreibung

La Antología de la literatura armenia, traducida por Ani Khachatryan, nos ofrece la historia de Armenia desde los inicios hasta la situación actual. Se trata de un recorrido por las letras armenias desde sus primeros momentos hasta los autores más leídos del siglo XX. En esta antología encontrará la prosa de los cuatro grandes relatos que corresponden a los autores más apreciados de este país.

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Breve Historia de Armenia

Prehistoria

El altiplano armenio muestra huellas de asentamiento de la época neolítica. Los arqueólogos se refieren a la cultura Shulaveri-Shomu de la región de Transcaucasia central como la primera cultura conocida en la zona, fechada aproximadamente entre el 6000 y el 4000 a. C.

Edad de Bronce

Otra cultura primitiva ha sido llamada la cultura Kura-Araxes, asignada al periodo correspondiente entre el 4000 a. C.-2200 a. C.

Entre los años 1500 y 1200 a. C. existió la cultura Hayasa. Entre el 1200 a. C. y el año 800 a. C., la mayor parte de Armenia fue unida bajo una confederación de reinos, que las fuentes asirias llamaron Nairi (“tierra de los ríos”, en asirio).

Edad de Hierro

El Reino de urartu floreció en el Cáucaso y la parte oriental de Asia Menor entre el siglo IX a. C. y el 585 a. C. en el Altiplano Armenio. El fundador del Reino de Urartu, Aramé, unió todos los principados del altiplano armenio y se entregó a sí mismo el título de «Rey de Reyes». Los urartios establecieron su soberanía sobre Taron y Vaspurakan.

El principal rival de Urartu fue el Imperio neo-asirio, que acabó invadiéndolo, en el año 612 a. C., y se hizo cargo de la capital, la ciudad de Tushpa (la moderna Van), hasta 585 a. C., hecho que terminó de manera efectiva con la soberanía del Reino de Urartu.

Antigüedad. La dinastía Oróntida

Después de la caída de Urartu, el Reino de Armenia fue gobernado por la dinastía Oróntida, que gobierna el Estado entre el 585 a. C. y el 190 a. C. Bajo esta dinastía, Armenia fue unas veces un reino independiente, y otras una provincia del Imperio Persa.

Dinastía Artáxida

Después de la destrucción del Imperio seléucida, cuyo territorio comprendía Babilonia, Siria y gran parte de Asia Menor, fue fundado un estado armenio de corte helenístico en 190 a. C. Los primeros reyes fueron artáxidas, dinastía fun-dada por Artashes I (190 a. C. -159 a. C.). Al mismo tiempo, se creó un reino independiente en Occidente, conocido como Armenia Inferior, mientras que el principal reino adquirió el nombre de la Gran Armenia.

Con los nuevos reyes se inició un programa de expansión que iba a llegar a su cénit un siglo más tarde. Tigrán II el Grande fue rey de Armenia, entre el 95 a. C. y el 55 a. C., de esta misma dinastía que llevó Armenia a la cúspide de su poder. Durante esta época la Gran Armenia extendió su imperio sobre partes de la región del Cáucaso y la zona que ahora es Turquía oriental y central, además del noroeste de Irán, Palestina, Siria y el Líbano, que forman el llamado Segundo Imperio Armenio. Por un tiempo, Armenia fue uno de los estados más poderosos en el Oriente romano.

El enfrentamiento con la república romana era inevitable. Los armenios perdieron la guerra en el 66 a. C., pero conservando su soberanía. El rey Tigrán II el Grande siguió gobernando Armenia como aliado de Roma, hasta su muerte en el 55 a. C. Más tarde, en el año 1 d. C., Armenia permanece bajo el control romano hasta el establecimiento de la dinastía arsácida. Durante la alianza con Roma, el pueblo armenio adoptó ideas políticas, filosóficas y religiosas occidentales.

Dinastía Arsácida

Armenia, por su posición geográfica, es a menudo un foco de la discordia entre Roma y Partia. El Imperio sasánida persa ocupó Armenia en el 252 y lo mantuvo en su poder hasta la reconquista romana del 287. Un siglo después, en el año 387, el reino se dividió entre el Imperio Romano Oriental y el persa. La Armenia occidental se convirtió rápidamente en una provincia del Imperio Romano, bajo el nombre de Armenia Menor. La Armenia oriental seguirá siendo un reino de Persia hasta el 428, cuando la nobleza local derrocó al rey, y los sasánidas instalaron un gobernador en su lugar.

Según la tradición, la Iglesia Apostólica Armenia fue creado por dos de los doce apóstoles de Jesús, Tadeo y Bartolomé, que predicaron el cristianismo en Armenia entre los años 40 y 60 a. C. Entre el siglo I y el IV, la Iglesia armenia fue dirigida por los llamados patriarcas.

Cristianización bajo la dinastía Arsácida

En 301, Armenia se convirtió en la primera nación que adoptó el cristianismo como religión de Estado.

El primer Catholicos de la iglesia armenia fue San Gregorio el Iluminador que, tras ser perseguido a causa de sus creencias por el rey pagano de Armenia, y exiliado en el pozo de Khor Virap, obtuvo el título de «Iluminador», al evangelizar toda Armenia, comenzando por el rey Trdat III, quien le había condenado.

Según cuenta la leyenda, Trdat cayó enfermo, padeciendo un síndrome similar a la licantropía, por lo que nadie podía acercársele. Los médicos y curanderos no supieron encontrar el origen del mal. La hermana del rey tuvo una visión, en la cual Dios le revela que solamente Gregorio, que ha sido exiliado por el mismo rey 14 años atrás en la mazmorra de Khor Virap, en la ciudad de Artashat, puede curar a su hermano. Gregorio fue requerido para restaurar la razón del rey. Una vez en la corte, predica la religión cristiana y hace oración a Dios para curar al monarca. Cuando éste sana, pide el bautismo y en 301, Armenia se convirtió en el primer país que adoptó el cristianismo como religión del estado.

En los años 405-406, el futuro político de Armenia parece ser incierto. Con la ayuda del rey de Armenia, Mesrop Mashtots inventó un alfabeto único en el año 406. Este paso fundamental, por un lado, determinó el comienzo de la literatura Armenia y, por el otro, sirvió para el fortalecimiento de la Iglesia Apostólica Armenia, el gobierno del Reino de Armenia, y, en última instancia, la unión entre armenios del Reino de Armenia, el Imperio Bizantino y el Imperio Persa. Al hacerlo, se inició una nueva Edad de Oro de fortalecimiento de la identidad y pertenencia nacional armenia.

Batalla de Avarayr

También conocida como Batalla de Vardanantz, del año 451 d. C. Es recordada por los armenios como una de las más grandes batallas de su historia.

El Sha sasánida Yazdegerd II de Persia trató de vincular a la cristiana Armenia al resto del imperio mediante la imposición de la religión zoroástrica. Por ello, mandó cerca de 700 magos y sacerdotes para convertir a la población armenia. Pero algunos arzobispos armenios incitaron a la población para que hostilizaran a los sacerdotes persas. Irritados con esa actitud y resistencia, el Sha envió 200.000 soldados para imponer su decisión por la fuerza.

Los armenios, con un ejército de aproximadamente 66.000 rebeldes, lucharon guiados por Vardan Mamikonyan.

En la Planicie de Avarayr, los dos ejércitos combatían, pero la superioridad militar de los persas otorgó finalmente la victoria a su ejército.

A pesar de ser una derrota militar, la batalla de Avarayr y la posterior guerra de guerrillas en Armenia finalmente desembocaron en el Tratado de Nvarsak, que garantiza la libertad religiosa a los armenios.

Edad Media

En 591 los bizantinos derrotaron a los persas y recuperaron gran parte del territorio de Armenia para el imperio.

En 645, los ejércitos árabes del Califato atacaron el país, que cayó ante la supremacía militar musulmana. Armenia, que en otros momentos se encontraba bajo control persa y bizantino, pasó en gran medida sometido a los califas.

Evolucionando hacia un reino feudal en el siglo IX, la dinastía Bagrátida llevó Armenia a una breve renovación cultural, política y económica. La Armenia bagrátida fue reconocida como un reino soberano por las dos grandes potencias de la región: Bagdad, en el 885, y Constantinopla, en el 886.

La nueva capital de Armenia, Ani, fue construida en el apogeo del reino, y finalizada en el año 964. Tenía una población aproximada de 200.000 habitantes y se le conocía como la «ciudad de las 1001 iglesias». Con la construcción de Ani, Armenia se convirtió en una nación próspera y poblada, que ejerce influencia política y económica sobre los estados y las naciones circundantes.

Aunque la dinastía de los nativos bagrátidas fue fundada bajo circunstancias favorables, el sistema feudal debilitó el país al erosionar la lealtad del pueblo y de los nobles. Debilitada internamente, Armenia demostró ser una víctima fácil para los bizantinos, que en 1045 capturaron Ani. Los turcos selyúcidas, a su vez, tomaron la ciudad en 1064.

En 1071, después de la derrota de las fuerzas bizantinas, los turcos selyúcidas tomaron el resto de la Gran Armenia y gran parte de Anatolia. Había terminado la supremacía cristiana de Armenia para el nuevo milenio.

Reino armenio de Kilikia

Para escapar de la muerte o de la servidumbre a manos de quienes habían asesinado a su pariente, Gagik II, rey de Ani, un armenio llamado Ruben con algunos de sus paisanos entraron en Tarso de Kilikia. El gobernador bizantino del lugar les dio refugio. Seguidamente, Ruben funda un pequeño principado, que se expandió gradualmente hasta convertirse en el reino de Armenia Menor. Así, desde alrededor del 1080 hasta el 1375, el foco del nacionalismo armenio se trasladó al sur, formando el Reino Armenio de Kilikia.

Después de que los miembros de la primera Cruzada aparecieran en Asia Menor, los armenios mantuvieron una estrecha cooperación con los estados cristianos para que la Cruzada europea triunfase en el sureste de Asia Menor, hasta que fue conquistada por los estados musulmanes.

La fallida tercera cruzada y otros eventos dejaron a Kilikia como la única presencia cristiana importante en Oriente medio. Los grandes poderes, como Bizancio, el Sacro Imperio Romano, e incluso el Papado, competieron por ganar influencia en el estado y se apresuraron por ser los primeros en reconocer a Leo II, príncipe de Armenia menor, como el legítimo rey. Como resultado de ello, se le otorgó una corona tanto por parte del Sacro Imperio como de Bizancio. Los representantes de toda la cristiandad y una serie de estados musulmanes asistieron a la coronación, lo que subraya la importancia que el estado de Kilikia había ganado con el tiempo.

La autoridad armenia permaneció en contacto con los cruzados. Kilikia prosperó significativamente bajo mandato armenio y mantuvo siempre una identidad claramente armenia, empezando por los reyes de los reyes, que se coronoban con el nombre de «Rey de Kilikia de los armenios».

En la Armenia menor, la cultura armenia estaba en íntimo contacto con la cultura europea de los cruzados y con la cultura helénica de Kilikia. Como las familias católicas extendieron su influencia sobre Kilikia, el Papa se propuso unir a los armenios al catolicismo. Esta situación dividió el reino entre sus habitantes, unos a favor de los católicos y otros pro Iglesia apostólica.

La soberanía de Armenia duró hasta el año 1375, cuando los mamelucos de Egipto, beneficiándose de la inestabilidad política en la Armenia Menor, la invadieron y destruyeron.

Período Moderno

Debido a su importancia estratégica, el territorio de Armenia fue muy disputado y pasó constantemente entre el dominio persa y otomano. Durante las guerras turco-persas, entre 1513 y 1737, Yerevan cambió de manos 14 veces.

A raíz de la guerra ruso-persa (1826-1828), territorios de la Armenia histórica bajo control persa, centrados en Yerevan y el lago Sevan, se incorporaron a Rusia. En virtud de la ley de Rusia, el área que corresponde aproximadamente al territorio armenio de los tiempos modernos se llamó “provincia de Yerevan”. Los súbditos armenios del Imperio ruso vivieron en una relativa seguridad, en comparación con sus parientes otomanos, aunque los enfrentamientos con los tártaros y los kurdos eran frecuentes hasta principios del siglo XX.

Durante el siglo XIX y principios del XX, los rusos idearon un ambicioso plan para continuar su expansión en la tierra de Armenia, a fin de llegar a las cálidas aguas del Mediterráneo. Esto causó un nuevo conflicto entre los imperios ruso y otomano, que finalmente culminaron en la guerra ruso-turca (1828-1829). Como secuelas de la guerra, el Imperio otomano cedió una pequeña parte de la tradicional patria armenia al imperio ruso. A esta zona se la conoció como Armenia oriental, mientras que la Armenia occidental permaneció bajo soberanía otomana.

El movimiento de liberación nacional armenio

El “movimiento de liberación nacional armenio”, conocido también como “Movimiento revolucionario armenio”, fue el esfuerzo para restablecer un Estado armenio en la histórica patria armenia del este de Asia Menor y el Transcáucaso, lo cual significaba liberar a la patria histórica de los rusos y otomanos y restablecer un estado independiente.

Dicho movimiento, además de sus héroes individuales, fue una actividad organizada en torno a tres partes representadas del pueblo armenio que se establecieron a finales del siglo XIX, y que son: el Partido Social Demócrata Hncha-kyan, Armenakan y la Federación Revolucionaria Armenia (FRA), de los cuales FRA fue el mayor y el más influyente de entre los tres.

La situación en Armenia Occidental a finales del siglo XIX

Dos millones de personas vivían en Armenia Occidental bajo el dominio del Imperio Otomano antes de la Primera Guerra Mundial. A pesar de ser un pueblo conquistado, durante 600 años no hubo enfrentamientos armados entre ambos. Hasta que a finales del siglo XIX, como ya se ha hecho referencia en el apartado anterior, algunos grupos de armenios comenzaron a dar muestras de querer modificar sus condiciones de vida.

Los armenios en el Imperio Otomano eran tradicionalmente conocidos como “nación leal” por los turcos, puesto que vivían en armonía con los otros grupos étnicos, sin conflictos de importancia con la autoridad central, a pesar de las diferencias étnicas y religiosas -en comparación con los súbditos musulmanes. El imperio otomano gobernó de acuerdo a la ley islámica. Como tal, los “no creyentes”, como los cristianos y los judíos, tenían que pagar más impuestos para cumplir con su condición de dhimmi. Ese es el nombre con el que se conoce a los no musulmanes