Astrología y Amor - Luciana Calvetti - E-Book

Astrología y Amor E-Book

Luciana Calvetti

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"Descubre un nuevo enfoque que combina astrología y desarrollo personal para conocerte mejor y transformar tus patrones relacionales. Con esta práctica guía, la astróloga Luciana Calvetti te proporciona todas las claves para entender tus relaciones afectivas a través de tu carta astral. Y así iluminar tus patrones relacionales y aprender cómo transformarlos. DESCUBRE: • Lo que tu carta astral revela sobre tus patrones relacionales. • Cómo honrar tus necesidades emocionales y afectivas a través de la Luna. • Cómo asumir tus deseos y cultivar tu placer a través de Venus. • Cómo identificar y transformar tus patrones gracias a los planetas lentos. ¡Aprende a descifrar tu carta astral para mejorar en tus relaciones!"

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Seitenzahl: 207

Veröffentlichungsjahr: 2025

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Descubre un nuevo enfoque que combina astrología y desarrollo personal para conocerte mejor y transformar tus patrones relacionales.

 

Con esta práctica guía, la astróloga Luciana Calvetti te proporciona todas las claves para entender tus relaciones afectivas a través de tu carta astral. Y así iluminar tus patrones relacionales y aprender cómo transformarlos.

 

 

DESCUBRE:

Lo que tu carta astral revela sobre tus patrones relacionales.

Cómo honrar tus necesidades emocionales y afectivas a través de la Luna.

Cómo asumir tus deseos y cultivar tu placer a través de Venus.

Cómo identificar y transformar tus patrones gracias a los planetas lentos.

 

 

¡Aprende a descifrar tu carta astral para mejorar en tus relaciones!

 

 

 

Luciana Calvetti (@bulletindesetoiles) practica la astrología con enfoque en el amor propio. Acompaña a las mujeres y las ayuda a reconectarse con su sabiduría interior y la de los astros para expresar su poder y su potencial, con el fin de construir una vida alineada y llena de sentido.

Para todas mis relaciones

Índice

Introducción1. Cómo tu carta astral puede ayudarte a transformar tus patrones relacionalesEl potencial evolutivo de tu carta astralRecuerda los elementos clave de la carta astralProyección y repetición en las relacionesAdvertencia sobre la responsabilidad individualPerspectivas tradicionales del estudio de las relacionesEnergías masculinas y femeninas en la carta astralLa Luna y Venus en las relaciones afectivas¿Cómo utilizar este libro para evolucionar?Ubica la posición y los aspectos de la Luna y Venus en la carta astral2. La Luna en las relaciones atiende tus necesidades emocionales y afectivasMatriz emocional y relacionalActivación de la Luna durante la gestaciónActivación de la Luna al nacer y durante la primera infanciaAparición del mecanismo lunarDe la madre al hijo, ¿o del hijo a la madre?Luna, amor y repetición en nuestras relacionesSanar la Luna de nacimiento para “ser uno mismo” en el mundoPrecisiones técnicas y advertencia sobre el mecanismo lunarResumen de los significados de la Luna en la carta natal3. Necesidades emocionales y afectivas según el elemento y el signo de tu Luna de nacimientoLunas en signos de fuego (Aries, Leo, Sagitario)Lunas en signos de tierra (Tauro, Virgo, Capricornio)Lunas en signos de aire (Géminis, Libra, Acuario)Lunas en signos de agua (Cáncer, Escorpión, Piscis)Compatibilidad o incompatibilidad de las lunas en las relaciones de pareja4. Venus en las relaciones: asume tus deseos y cultiva tu placerVenus y la experiencia sensorialDe la Luna a Venus: de la relación estática a la eróticaVenus, la belleza del alma y del cuerpoProblemáticas y dificultades venusinasDeseo y soberaníaResumen de los significados de Venus en la carta natalEl trabajo con los arquetipos para activar, despertar y encarnar nuestro Venus5. Deseo y placer a través de Venus, por elemento y por signoVenus en signos de fuego (Aries, Leo, Sagitario)Venus en signos de tierra (Tauro, Virgo, Capricornio)Venus en signos de aire (Géminis, Libra, Acuario)Venus en signos de agua (Cáncer, Escorpión, Piscis)6. La influencia de los planetas lentos: identifica y transforma tus patrones amorososTransforma la sombra en luzSaturno en las relaciones: de la exigencia al amor por uno mismoUrano en las relaciones: del desapego excesivo a la verdadera libertadNeptuno en las relaciones: de la idealización romántica al amor divinoPlutón en las relaciones: del apego a la transformaciónConclusiónBibliografía

Introducción

La astrología es el estudio de las relaciones. La relación entre el ser humano y el cosmos. Entre la Tierra y su estrella principal, el Sol. El vínculo de esos dos astros con la Luna y los otros planetas.

Cuando nos interesamos en los lazos afectivos, en particular los amorosos, no es sorprendente dirigir la mirada al cielo, o más bien a la astrología, para buscar respuestas, ya que las relaciones plantean innumerables preguntas y una carga emocional especialmente intensa en la mayoría de nosotros.

Si bien en otras épocas muchas personas buscaban saber qué les reservaba el futuro mediante actividades “adivinatorias”, en la actualidad observamos una búsqueda que aspira a tener un mejor conocimiento de uno mismo y de los demás para crear vínculos más auténticos y gratificantes.

En nuestra opinión, esta es la mejor manera de utilizar la astrología y este libro, como una herramienta de introspección y exploración personal.

Esta obra se basa en un enfoque moderno, humanista y evolutivo de la astrología que respeta el libre albedrío. No afirmamos que por tener ciertas configuraciones en nuestra carta astral, estamos “destinados” a repetir sin cesar los mismos patrones que nos harán felices o infelices en el amor.

Más bien, intentaremos comprender el sentido de dichos patrones y el camino de transformación que estos nos presentan; es decir, las lecciones que podemos aprender para liberarnos, crecer y avanzar en nuestras aspiraciones.

Nuestro análisis no se basa en las perspectivas astrológicas tradicionales, como la sinastría, la carta compuesta o la compatibilidad solar.1

Abordaremos la compatibilidad interior, que es otra forma de comprender cómo las distintas partes de nosotros mismos (nuestros anhelos, emociones y deseos) interactúan entre ellas y se vinculan con los demás.

Este libro pretende ser una guía de exploración de nosotros mismos a través de nuestras relaciones. Se basa en el principio de que cada vínculo importante en nuestra vida nos permite saber quiénes somos profundamente.

Las relaciones son el reflejo de nuestro ser y estamos aquí para mirarnos con valentía en ese espejo rico y emocionante, aunque a veces también oscuro y doloroso (¡pero siempre esclarecedor!), que nos brindan estos vínculos.

1. Más adelante veremos en qué consisten estas técnicas y por qué no las utilizamos.

1 Cómo tu carta astral puede ayudarte a transformar tus patrones relacionales

Todos ustedes son mis padres, mis semejantes, sin los cuales no viviría. Estamos unidos en el círculo de la vida, coexistimos, somos codependientes, creamos juntos nuestro destino. Uno no es más importante que el otro. Somos una nación que evoluciona a partir del otro y, por tanto, cada uno depende de quien está arriba y de quien está abajo. Todos formamos parte del Gran Misterio.

Aho Mitakuye Oyasin, oración lakota

EL POTENCIAL EVOLUTIVO DE TU CARTA ASTRAL

La carta astral es una herramienta que describe mucho más que nuestra personalidad. Es el mapa que conduce al tesoro de nuestro potencial y nos muestra un camino hacia la realización personal.

Como decía Jung, en este proceso “no se trata de lograr la perfección, sino la totalidad”. La carta astral nos ofrece la representación gráfica de los distintos elementos que habitan en nosotros, conscientes o inconscientes, y que experimentamos en nuestro interior o proyectamos al exterior.

La información que nos brinda constituye nuestra huella energética, una suerte de ADN invisible que nos permite descifrar y comprender su sentido, poco a poco y gracias al estudio de la astrología y su verificación con la realidad.

Todas las configuraciones de nuestra carta astral (la ubicación de los astros y sus aspectos,2 la posición de las casas respecto de los signos, etc.) se pueden experimentar de diferentes maneras. Además de la expresión consciente o inconsciente, interior o exterior, estas huellas energéticas se pueden expresar de forma madura y responsable o, por el contrario, de manera inmadura e irresponsable.

En esto reside la mayor diferencia entre la astrología tradicional y el enfoque moderno que respeta el libre albedrío: en esencia, no hay una configuración positiva o negativa, buena o mala. Sin duda, ciertas energías tenderán a expresarse o a ser vividas de manera armoniosa. Otras, de forma caótica debido a su intensidad o su incompatibilidad con las normas sociales y culturales de la época. Sin embargo, no están destinadas a provocarnos dolor ni dificultades ad vitam aeternam, a durar para siempre.

La intención de la astrología evolutiva consiste en afirmar que podemos aprender a vivir y a expresar nuestras energías, cualesquiera que sean, en su versión más luminosa y con una conciencia lo más abierta posible.

De la misma manera, podemos aprender a integrar y a hacer que cohabiten las distintas partes de nosotros que en ocasiones nos parecen opuestas, paradójicas o contradictorias. El camino evolutivo que presentamos aquí nos invita a reconocerlas y aceptarlas, y a darle a cada una su lugar en el rompecabezas de nuestra existencia.

La experiencia que te proponemos busca ubicarte en el centro de tu carta astral para que aprendas, igual que un director de orquesta, a dirigir los instrumentos de manera armoniosa, de modo que toques una música más melodiosa y afín a la esencia de tu ser.

De esta forma, podremos crear obras maestras de amor con los demás.

RECUERDA LOS ELEMENTOS CLAVE DE LA CARTA ASTRAL

La carta astral se describe tradicionalmente como una fotografía del cielo tomada en el momento en el que llegamos al mundo, desde el lugar exacto donde nacemos. En este sentido, podemos considerarla como la huella energética que recibimos cuando tomamos nuestro primer aliento de vida.

Se trata de una representación simbólica de nuestra energía psíquica (consciente e inconsciente, expresada, reprimida o proyectada), de la energía de nuestro sistema relacional (donde encontramos a la madre, el padre, las hermanas y hermanos, etc.) y del campo energético y vibratorio que nos rodea, que se halla en el origen de las situaciones y los eventos de nuestra vida.

Los cuatro elementos principales de la carta astral son los astros, los signos, las casas y los aspectos. Estos representan la gramática astrológica que es necesario conocer, dominar y articular para interpretar una carta astral.

Cada uno de estos elementos tiene un significado propio que es importante no confundir. Para comprenderlos mejor, podemos utilizar la metáfora de una obra de teatro:

Los

astros

representan las energías-conciencia, las distintas partes de nuestra psique. Son los p

ersonajes

de la obra de teatro.

Los

signos

son los procesos de transformación que cambiarán la expresión de esas energías-conciencia. Constituyen el vestuario que llevan nuestros personajes.

Las

casas

son los campos de experiencia donde se manifiestan esas energías transformadas. Son los libretos y las escenografías en los que actuarán nuestros personajes.

Por último, los

aspectos

representan las relaciones que se crean entre las energías-conciencia, que crearán tensiones o se apoyarán entre ellas. Simbolizan los diálogos entre los planetas.

De acuerdo con los distintos enfoques de la astrología,3 en la carta astral volvemos a encontrar los elementos relacionados con el pasado de nuestra alma, como la Luna, Plutón o el nodo sur. Estos componentes llevan una carga emocional y energética particular, pues crean identificaciones y apegos de los que puede ser difícil liberarse. Actúan como lugares de refugio que nos procuran cierta seguridad, aunque en realidad no nos parezcan espacios muy cómodos.

Otros elementos llamados “puntos de evolución” representan las energías que debemos domesticar y desarrollar con un nivel de conciencia superior: se trata del Sol, del ascendente y del nodo norte. A diferencia de los componentes del pasado, estos son más difíciles de dominar y en ocasiones los rechazamos por instinto o nos resistimos a encarnarlos por completo y en su mejor expresión.

Para entender mejor estos elementos actualizados de la astrología tradicional, te invito a consultar la obra Manual de astrología moderna, de Eloy R. Dumón, ediciones Kier.

Para realizar tu carta astral paso a paso, consulta la guía gratuita del Bulletin des étoiles en la siguiente dirección: https://www.bulletindesetoiles.com/astro-y-amor.

En esta obra no estudiaremos a detalle los puntos del pasado o de la evolución,4 a excepción de la Luna y Plutón en las relaciones, puesto que ese marco de reflexión nos permitirá comprender mejor por qué en ocasiones resulta tan difícil deshacerse de los patrones repetitivos en la esfera de las relaciones.

PROYECCIÓN Y REPETICIÓN EN LAS RELACIONES

Infidelidad, agresividad, parejas emocionalmente ausentes... ¿Tienes la impresión de haber vivido situaciones similares en diferentes relaciones?

Según Helen LaKelly Hunt y Harville Hendrix, investigadores en psicología y creadores de la teoría imago,5 buscamos resolver los conflictos no resueltos de la infancia a través de las parejas que elegimos como adultos.

De acuerdo con esta teoría, cada uno de nosotros desarrolla una “imagen inconsciente” de su pareja ideal durante los primeros años de vida, basándose generalmente en las principales figuras de apego, como los padres o las personas que nos cuidaron. Esta representación se forja a partir de ciertas experiencias, positivas y negativas, que vivimos durante la infancia.

Esa imagen inconsciente influirá en la elección de una pareja romántica en la edad adulta. De ese modo, “por instinto” nos sentimos atraídos por personas que reflejan las características de nuestras figuras de apego, tanto por sus cualidades como por sus defectos.

Sin embargo, si nos basamos en el punto de vista de la astrología, la relación con nuestras principales figuras de apego se verá reflejada en la Luna de nuestra carta astral, no en su carácter intrínseco, sino como la proyección de nuestras propias energías.

Por ejemplo, podemos observar que una madre de dos hijos, cuyas Lunas se encuentran respectivamente en un signo distinto,6 adoptará un comportamiento acorde a las características del signo lunar de cada hijo. Podría mostrarse protectora y posesiva con quien tiene la Luna en Tauro, y ser más independiente y desapegada con el que la tiene en Acuario.

La hipótesis astrológica propone que nuestro campo energético, representado en la carta astral, modifica nuestro entorno y hace que las personas a nuestro alrededor se conduzcan de manera inconsciente para concordar con él. De este modo, nuestra propia energía tendrá un impacto importante en la actitud de la persona que tengamos enfrente.

Otra manera de verlo se relaciona con el concepto psicoanalítico de la proyección, es decir, con el mecanismo mediante el cual una persona rechaza o desconoce los elementos que le pertenecen para ubicarlos fuera de sí misma,7 en general en otra persona. Lo principal no es tanto el comportamiento y la posición del otro, sino nuestra percepción de él.

Si la proyección es un mecanismo de desplazamiento hacia el exterior (por lo tanto en el espacio) de algo que nos pertenece (características reprimidas, aspectos inconscientes, etc.), la repetición, por su parte, es un desplazamiento en el tiempo: tiene que ver con la recuperación o reiteración de una situación del pasado en el momento presente.

La repetición se manifiesta en los conflictos y las adversidades relacionales dolorosas en la edad adulta que, en realidad, pertenecen a nuestra historia infantil. Cuando repetimos, lo hacemos de forma por completo inconsciente, convencidos de la realidad de la situación. Recreamos sin cesar las mismas escenas, pero con diferentes actores, en un intento por cambiar el desenlace.

Ni la proyección ni la repetición son, en ningún sentido, mecanismos patológicos que debamos evitar. Se trata de procesos naturales, aunque a menudo dolorosos, que buscan preservar y mejorar nuestra salud psíquica.

Si los hacemos conscientes, nos pueden ayudar a identificar esas partes de nosotros mismos que son difíciles de reconocer, aceptar y asumir. Si esos componentes siguieran reprimidos en el inconsciente, nos impedirían llegar al estado de completud e integridad que está a la altura de nuestras expectativas.

Sin brindarnos todas las claves (que pertenecen a los misterios del inconsciente), nuestra carta astral nos permite asociar palabras e imágenes a esas dinámicas para comprender mejor lo que proyectamos y repetimos en nuestras relaciones. Por lo tanto, es mejor vernos a nosotros mismos a través del otro.

ADVERTENCIA SOBRE LA RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL

Al hablar de proyección y repetición partimos del principio de que una parte inconsciente de nuestro ser interviene al momento de elegir a nuestras parejas.

Si la gestión de nuestras necesidades emocionales, deseos, heridas y conflictos del pasado es parte fundamental del proceso de conocimiento y sanación de uno mismo, es necesario no negar ni minimizar la responsabilidad del otro en las situaciones que se crean en la pareja, con mayor razón si son dolorosas o traumáticas.

Hay numerosos testimonios de mujeres (como fue mi caso en el pasado) que permanecen en relaciones insatisfactorias, incluso denigrantes o peligrosas, porque están convencidas de que están trabajando en sanar sus heridas, en tanto que la pareja que tienen enfrente no demuestra el mismo compromiso o, sencillamente, no es capaz de hacerlo.

Utilizar la relación de pareja como un espacio de evolución a menudo ha demostrado ser la excusa perfecta del ego espiritual para permanecer en relaciones disfuncionales, bajo el pretexto del crecimiento personal. Es importante entender que, sin importar nuestras heridas y traumas, o los de la otra persona, nuestra seguridad e integridad física y emocional son más importantes que todo lo demás. El comportamiento más sano siempre será protegerse y abandonar las relaciones que atentan contra nuestra dignidad.

PERSPECTIVAS TRADICIONALES DEL ESTUDIO DE LAS RELACIONES

Cuando nos interesamos en las relaciones en astrología, el enfoque clásico consiste en estudiar la dinámica que se crea entre dos personas y sus cartas astrales respectivas.

En general, se empieza con el análisis de la sinastría, es decir, la superposición de dos cartas astrales, con el fin de mostrar las temáticas y ámbitos que activan los puntos de disonancia y afinidad entre ambas personas.

Después, es posible crear lo que se conoce como una carta compuesta. Se trata de un nuevo mapa celeste que se obtiene a partir de las cartas astrales de la pareja, en el que encontramos los puntos que coinciden entre ellos, es decir, las características de la relación consideradas como una nueva y tercera entidad.

Si bien estos métodos sin duda son útiles y pertinentes, en mi opinión se equivocan al atender de inmediato a la entidad “pareja”, ya que cada individuo lleva consigo mecanismos de apego y patrones afectivos, conscientes o inconscientes, que preexisten y subsisten en la relación y, por ende, la determinan.

Al enfocarnos en nosotros mismos, al examinar nuestras proyecciones y repeticiones con la ayuda de nuestra carta astral, podemos reclamar la responsabilidad de nuestra vida relacional y aclarar esas partes de nosotros que reprimimos o que aún no aceptamos.

Al reconocer nuestras heridas y las necesidades insatisfechas de nuestra infancia, podremos relacionarnos con una nueva conciencia, más alerta a todo lo que podemos esperar, exigir o percibir del otro, pero también, y sobre todo, de nosotros mismos.

El tercer enfoque tradicional al momento de examinar las relaciones, que encontramos con frecuencia en internet (sin duda debido a su simplicidad o, mejor dicho, a su simplismo), es el planteamiento de la compatibilidad. Consiste en comparar los signos solares de dos personas que forman una pareja para deducir si la relación es buena o mala.

Si bien esta perspectiva puede darnos señales oportunas sobre el funcionamiento de las individualidades que se unen, va a ser útil sobre todo en lo concerniente a cómo cada uno se comporta en el mundo, aunque es demasiado limitada como para analizar las necesidades de conexión e intimidad, que son el fundamento de nuestras relaciones afectivas. En efecto, el Sol representa nuestra energía vital, es una energía masculina que nos habla más de la individualidad que de la relación. Por ejemplo, la “supuesta” compatibilidad entre dos soles en un signo de tierra nos informa sobre el lugar en el que cada persona en la pareja invertirá su energía de vida. En el caso de ambos soles en un signo de tierra, la vitalidad de cada persona alimentará el proceso para que se concrete y se materialice. No obstante, analizar la compatibilidad de una unión con base únicamente en el Sol significa dar prioridad al aspecto exterior de la relación y dejar de lado todo lo que se encuentra en el plano íntimo.

Conocer el signo solar de nuestra pareja puede ayudarnos a comprender cómo funciona a grandes rasgos, pero no necesariamente sus mecanismos relacionales.

Ahora bien, si no se comprende bien el funcionamiento emocional y relacional de ambas individualidades en la pareja, en particular el inconsciente, y si cada uno desconoce sus propias necesidades, expectativas, inseguridades, miedos y traumas de apego, entonces entender lo que se juega en el vínculo será un ejercicio complejo, incluso inaccesible.

Somos el común denominador de nuestras relaciones. Si observamos una tendencia a repetir patrones, exigencias y necesidades no satisfechas, es mucho más probable que encontremos las respuestas en nuestros propios comportamientos, elecciones y posicionamientos en los vínculos que en la manera de funcionar de nuestra pareja.8

ENERGÍAS MASCULINAS Y FEMENINAS EN LA CARTA ASTRAL

En este libro nos concentraremos en los dos astros femeninos principales9 de la carta astral: la Luna y Venus. Debemos explicar esta elección.

En astrología, para analizar la relación de una mujer con los hombres, en general observamos el planeta Marte y el Sol en la carta astral. Marte representa al varón joven, al compañero o al hijo, y el Sol, al hombre que adquiere el papel paterno, ya sea que se trate de su propio padre o de su pareja, que ahora es padre.

De igual manera, para interpretar la relación de un hombre con las mujeres, es común analizar la posición de Venus y la Luna en la carta astral. Venus representa a la mujer joven, la compañera o la hija, y la Luna simboliza a la mujer que es madre, ya sea la propia o la pareja.

Si bien a menudo este enfoque es adecuado para analizar la relación entre lo masculino y lo femenino (sus manifestaciones exteriores o íntimas), me parece pertinente ir más lejos y considerar otra perspectiva sobre el papel que estos astros juegan en las relaciones.10

Además del carácter muy tradicional de los análisis existentes, también hay que tomar en cuenta su perspectiva heteronormada, heredada de miles de años de sociedad patriarcal. Como afirmó el astrólogo chileno Pablo Flores: “Durante dos siglos las mujeres no estuvieron autorizadas a expresar su Marte, es decir, su guerrera interior, su deseo de conquista, por esa razón se casaban con él. Lo mismo sucede en los hombres con su Venus y su sensualidad”.

Mediante el mecanismo de proyección que vimos antes, es absolutamente concebible que al no sentirnos autorizados a expresar las cualidades femeninas o masculinas según nuestro género, las desplacemos al exterior, hacia los hombres o mujeres por quienes nos sentimos atraídos. En ese caso, el análisis de Marte y el Sol en las mujeres nos indicará las energías masculinas que no están integradas. Con los hombres sucedería a la inversa.

Aun si las energías masculinas están bien integradas o no, Marte y el Sol siguen siendo los astros que se asocian con las funciones psicológicas que no tienen una relación directa con la esfera íntima. Por el contrario, cuentan con una energía de separación porque representan la unificación de nuestras energías o su proyección hacia el exterior.

En astrología, el Sol representa nuestra energía vital, propia y única, que ciertamente puede dirigirse a los vínculos si el astro se encuentra en un signo de agua, por ejemplo, pero que a final de cuentas es una expresión y afirmación de nuestra individualidad.

De la misma manera, Marte representa nuestro deseo de conquista. Este planeta, considerado exterior, se encuentra justo después de la Tierra en el sistema solar. Nos habla de la salida de nuestra zona de confort, del valor y la voluntad necesarios para proteger nuestra individualidad en el mundo.

Si bien esos astros nos permiten comprender la energía con la que queremos posicionarnos en el mundo como individuos únicos, no brindan información sobre nuestras aspiraciones de amor, intimidad, proximidad y vínculo con los demás. No hablan de las partes de nuestra psique que aspiran a tener una relación.

De este modo, ya sea un hombre o una mujer, heterosexual, homosexual o cualquier otra orientación, la Luna y Venus serán los astros más indicados para darnos información sobre nuestras necesidades y deseos de conexión con los demás.

LA LUNA Y VENUS EN LAS RELACIONES AFECTIVAS

La Luna y Venus simbolizan las funciones psicológicas orientadas hacia el vínculo, el amor y el apego que hay tanto en mujeres como en hombres.

La Luna representa nuestro mecanismo emocional predominante, que es una consecuencia directa de la relación con nuestra madre y las figuras de apego que nos cuidaron en la primaria infancia.11

De este modo, al estudiar la Luna bajo la que nacimos podremos aclarar y comprender mejor nuestros mecanismos de apego, nuestra primera definición del amor y las necesidades emocionales que buscamos satisfacer mediante el vínculo con otra persona. Estos serán los temas de los capítulos 2 y 3.