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Capitalismo o comunismo, durante medio siglo la humanidad camino por una delgada cuerda, al borde de una caída que le provocaría su extinción. ¿Qué tal si hubiera una tercera opción?. ¿Es el capitalismo la solución?. Hoy la humanidad corre feliz a un futuro que según el márketing capitalista, nuestros cuerpos son templos y nuestros sentidos son los dioses que deben ser extasiados, mimados e incitados a experimentarlo todo. Sin embargo un grupo excepcional de personas, vislumbraron en los albores de la revolución industrial, un futuro en el cual, la humanidad no corría a un futuro de placeres infinitos sino que lo hacía a un precipicio apocalíptico, lleno de hambre, polución, sobre-población, tristeza y muerte. Ha llegado la hora de tomar una decisión. Proyectamos como individuos y morimos como especie ó proyectamos como especie y sobrevivimos como individuos. ¿El lector estaría dispuesto a sacrificar su nivel de vida, incluso su vida, si le garantizaran, en un futuro cercano, la supervivencia de sus hijos en un mundo pacifico, limpio y lleno de oportunidades?, ¿Estaríamos dispuesto a eso?. Barend Grostig, se encuentra justamente en esa disyuntiva. Es el creador de una tecnología revolucionaria que promete limpiar la basura el planeta. Pero todo tiene un precio. Sin saberlo, será parte de una guerra oculta que se viene librando desde hace casi un siglo, entre un estatus quo obtuso al cambio por miedo a perderlo todo y un sistema en el que si no cambiamos por nosotros mismos, nos hará cambiar sin preguntar.
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Seitenzahl: 532
Veröffentlichungsjahr: 2018
Juan Carlos Milesi
B210
EL PREsENTE DE UN FUTURO OCULTO
Editorial Autores de Argentina
Milesi, Juan Carlos
B210, el presente de un futuro oculto / Juan Carlos Milesi. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2018.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-761-517-3
1. Novela. I. Título.
CDD A863
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail: [email protected]
Diseño de portada: Justo Echeverría
Diseño de maquetado: Maximiliano Nuttini
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
El futuro puede ser desafiante, terrible o esperanzador. Son todas posibilidades para los segundos que nos acechan y caen sobre nosotros sin advertencia. “Cosecharás lo que siembras”, antiguo refrán que procesa en simples palabras qué será lo que nos depara el mañana. Si proyectamos como individuos moriremos como especie, pero si proyectamos como especie sobreviviremos como individuos. Está en cada uno de nosotros si queremos que esta acechante bestia, a la que llamamos tiempo, nos devore y nos extinga o nos eleve en razón y espíritu hasta las estrellas.
Un ataque inesperado
Sábado 20 de junio de 2025
Una torrencial lluvia arrebataba la frontera franco-suiza, donde acontecía uno de los hechos más trágicos en la historia de la humanidad.
Un grupo fundamentalista religioso indignado por lo que científicos de partículas altamente reconocidos a nivel mundial descubrió, pero no público aún, tomó a fuerza de armas las instalaciones del CERN.
Medios de todo el mundo cubrían la noticia bajo el implacable clima que representaba en forma de lluvia las lágrimas de una sociedad conmocionada y el azote de ráfagas de viento que representaban la bronca e impotencia de que la más absoluta de las barbaries aún latía en el corazón de seres irracionales y corrompidos por el fanatismo.
Bajo el lema de que el hombre no tiene derecho a revelar los secretos de Dios, trece científicos y más de cincuenta técnicos, ingenieros y personal administrativo eran rehenes de al menos 30 terroristas fuertemente armados.
-No lo repetiré, ¿dónde está? -reiteró con violencia un sujeto de túnica negra con una frondosa barba que ocultaba gran parte de su rostro, un turbante ya mal trecho después del agitado día terminaba de esconder gran parte de su cabeza. Un cinturón de explosivos que envolvía su pecho era la característica más prominente que nadie podía dejar de ignorar.
-¡¡¡RESPÓNDEME!!! -volvió a gritar con insistencia mientras parte de estos terroristas, disfrazados algunos de personal de seguridad y otros con overoles de mantenimiento, apuntaban y golpeaban al resto de los rehenes.
Nada salía de sus sellados labios que protegían con honor y convicción uno de los más grandes descubrimientos de cómo funcionaba el universo.
El golpeado hasta rozar la inconsciencia, el doctor Higgens, se negaba a desenfundar el secreto de sus investigaciones, que para su sorpresa, no entendía cómo el terrorista sabía del descubrimiento, ya que aún no había sido publicado.
Pensaba en esa contradicción, mientras palpitaba sus últimos momentos de conciencia.
-Si no me lo dices ahora mataré a uno de tus herejes amigos -seguía insistiendo amenazantemente.
No terminó de decir las palabras que Higgens se desplomó, con su cabeza en el piso, con sus ojos cerrándose lentamente al no poder resistir tanto dolor, lo último que su conciencia terrenal fue capaz de registrar fue un estruendo seguido de una cegadora luz blanca e intermitentes truenos y relámpagos.
Los equipos armados de tierra habían irrumpido al centro de control del CERN.
En solo segundos una lluvia de balas arremetió sobre los sorprendidos rehenes y terroristas neutralizando a estos últimos en solo minutos.
Todo había acabado, anunciaban al unísono todos los medios del mundo.
Mientras el equipo de rescate entre humo, quejidos, gritos y sangre evacuaba a los rehenes sobrevivientes, un terrorista semiconsciente aún tenía fuerza para girar su cuerpo sobre sí mismo en el piso, ponerse boca arriba, levantar su mano derecha y golpear con ayuda de la gravedad y sus últimas fuerzas su pecho envuelto en C4. Una reacción en cadena se generó con el resto de los explosivos.
La explosión que sacudió la tierra dejó helados a todos los medios de comunicación y equipos de fuerzas internacionales que festejaban a gritos y saltos.
Solo la lluvia y los feroces latigazos perpetuados por los fuertes vientos sonaban en esa penumbrosa tarde de primavera.
La duda
Lunes 30 de junio de 2025
Desde que comencé mi entrenamiento hace 20 años, una de las cosas que aprendí es a nunca cuestionar una orden, nunca en mi vida me vi obligado a hacerlo hasta ahora.
Mi intercomunicador vibra en mi oreja alertándome de una llamada. Atiendo y recibo la orden.
-Mata a Barend ahora mismo.
-Pero, señor...
-Obrag, ahora mismo.
Sin razón aparente estaba a punto de depositar una bala en la cabeza del padre de la revolución nanotecnológica.
Soy consciente de que carece de sentido lo que acabo de decir, por favor lean el resto y comenzarán a entender.
Iniciaré mi relato con una breve introducción. Deben entender que la historia está interconectada a través de distintas etapas temporales con protagonistas diferentes.
Introducción
A diferencia del 99.9% de las personas en el mundo, cuando yo nací al igual que otros 10 agentes, nuestros destinos ya estaban escritos. Fuimos entrenados en diferentes disciplinas desde el aprendizaje de 4 idiomas, resistencia extrema a las bajas y altas temperaturas, protección personal configurando diferentes tipos de artes marciales y un estudio universitario a elección.
Nuestro nombre código es “protectores”.
Cada protector a su vez tiene un seudónimo propio de identificación.
El mío es Obrag, en honor al espía español Juan Pujol, que prestó sus servicios como agente doble a los aliados con el nombre de Garbo (Obrag escrito al revés). Cabe aclarar que es una de las pocas cosas que pude elegir en mi vida.
Desde los 6 años pertenezco al servicio de inteligencia de amenazas nazis T. N. I. S., por sus siglas en inglés.
Más tarde a estos nazis los llamaríamos la “ENTIDAD”, ya que al igual que un fantasma es casi imposible detectarlos en el mundo físico.
T. N. I. S. es una agencia creada a partir de la unión de distintos brazos de la CIA, MI6 y el Mossad, bajo la sospecha de que después de la caída del III Reich, un grupo de fanáticos nazis huyó y se reagrupó en algún lugar del mundo, esperando el momento indicado para reaparecer y reclamar nuevamente el planeta.
Este pequeño grupo, lejos de ser una banda de ridículos fanáticos, entabló una red a nivel mundial, financiados por los tesoros robados a diferentes países y familias durante la guerra.
Al final de la guerra, era bien sabido que jerarcas nazis huyeron bajo la ruta de Odessa, y donde diferentes agencias de inteligencia alrededor del mundo les dieron casería. La más conocida y destacada fue el Mossad. Sin embargo, un hecho revelador ocurrió el 10 de agosto de 1987.
Una fortaleza de estilo medieval con altas paredes como montañas verticales de ladrillos rojos y custodiada por torres de seguridad que no dejaban espacio sin escudriñar se ubicaba a las afueras de Berlín occidental, su propósito no era evitar que entre una fuerza invasora, sino para disuadir el escape o intento de rescate de los personajes más siniestros del siglo XX.
La prisión de Spandau albergaba ya para dicha fecha un solo inquilino, su nombre era Rudolf Hess.
Hess había sido condenado a prisión perpetua en los juicios de Núremberg. Ya con 93 años y con 41 de ellos privado de su libertad, Hess estaba cansado de su aislamiento y quería vivir los últimos años de su vida recluido, pero libre en la ciudad egipcia de Alejandría que lo vio nacer.
Sus exigencias no fueron más que una modesta pensión, una identidad nueva y un viaje de ida a Egipto a un departamento con vista al Mediterráneo.
-Pero para exigir tendrás que dar -le expresó el oficial a cargo, y agregó.
-¿Qué podría darnos un hombre como tú?, tus colegas están muertos y si no lo están deben estar a punto de morir, dejaremos que el Mossad gaste energías en su casería.
-Estúpido e ignorante bolchevique, aún no puedo creer que una cultura tan primitiva nos haya podido vencer, ya no quiero hablar contigo, idiota-
El oficial soviético enfurecido por cómo se dirigió hacia él, abandonó la habitación sin dejarlo decir nada.
En aquel entonces las 4 potencias vencedoras turnaban sus guardias, para custodiar y administrar la prisión.
Dos horas más tarde, Hess vuelve a intentar que alguien acceda nuevamente a escucharlo. El oficial americano a cargo accede al pedido de Hess.
Este lo escucha atentamente, el cual, sorprendido por las declaraciones del anciano de gruesas cejas, activa la cadena de mando que lo sucede.
Aunque con tono a imposible, las declaraciones del ex militar solicitando un último deseo llegan a oídos del William Hedgcock Webster en aquel entonces director general de la CIA.
Webster con un poco de incredulidad, pero lejos de arriesgarse a que lo dicho por Hess sea el último suspiro de un hombre desesperado, envía a un joven y prometedor capitán a su encuentro. Su nombre es Era Mc Dommell.
Junto con el capitán Mc Dommell, Webster envía en aquel entonces el comunicado de la reunión que se estaba preparando a sus contrapartes y aliados en el MI6 y el Mossad.
En lo que a mí concierne, Mc Dommell es un hombre tosco de pocas luces, pero de rápidas decisiones, que por alguna razón se encontraba en el momento y lugar adecuados, tal vez por subestimar la situación, por burocracia o simplemente por desidia, aun hoy no entiendo cómo este sujeto comanda una de las agencias secretas más importantes del mundo.
La reunión se llevó acabo el 15 de agosto de 1987. Todos los preparativos se llevaron a cabo de modo tal que la guardia soviética nunca se diera cuenta de lo que ahí había sucedido. Poco después de que los soldados rusos dejaran su puesto a las 19 horas del 15 de agosto, los representantes de las distintas agencias de inteligencia se reunieron con Hess en una habitación preparada apresuradamente con cámaras y micrófonos para que nada se pierda y todo pueda ser analizado y corroborado más tarde.
Lejos de la mirada de los soviéticos, Hess contó todo acerca de la operación “conciencia activa”.
Sinceramente desconozco los detalles de la reunión, pero algo es seguro, la muerte de Hess dos días más tarde abrió los ojos de todos e intensificó las acciones para contrarrestar lo que parecería ser el inicio del IV Reich.
A los ojos del mundo Hess había cometido suicidio cansado y deprimido de su reclusión, pero la realidad es que murió asesinado misteriosamente en su celda. Se cree que por un veneno que no se pudo rastrear en la autopsia, ya que no presentaba marcas de ningún tipo en su cuerpo. ¿Habrán sido los sucesores nazis? De ser así, ¿cómo sabían que Hess había hablado? Todos los hechos indicaban que esta organización tenía más poder y más control de las variables estratégicas en niveles que ni sospechábamos.
La paranoia explotó en las agencias de inteligencia de la CIA el MI6 y el Mossad. Por orden de los directores y a través de fondos cuyo origen no proviene de operaciones legales se fundó en 1988 la agencia T. N. I. S.
La única manera en que esta agencia podía permanecer en el mayor de los secretos es que fuese dirigida y administrada por los oficiales de alto rango que acudieron a la reunión, los fondos serían redireccionados sin la firma de nadie, sin que quede documentación alguna de por medio y a través de sociedades ilícitas con las diferentes mafias alrededor del mundo. Para estas mafias o crimen organizado, no sería más que un peaje a las autoridades locales para operar libremente.
Mi nombre es Iván, apellido no tengo, y mi nombre código es Obrag.
Yo, al igual que 10 agentes más, fuimos tomados de las calles de distintos países del mundo a muy corta edad. Huérfano y mendigo en las calles de Moscú, fui subido una fría noche de enero de 1995 en pleno invierno apenas pasadas las 24 horas. Una camioneta negra como la oscuridad que la envolvía me succionó de la acera sin que nadie lo notara.
Con 6 años y sin nada en mi vida, T. N. I. S., fue y es mi única familia.
El curriculum vitae elemental de los 10 agentes haría palidecer a cualquier espía de ciencia ficción.
Hablamos 4 idiomas y es, aparte de nuestro idioma madre, la lengua alemana nuestra segunda lengua. Luego de los 2 primeros años de mi entrenamiento en Alaska donde recibí entrenamiento físico y enseñanza escolar inicial me enviaron a Alemania durante 2 años, allí en ese período me introdujeron al uso de armas blancas. Al finalizar mi período en Alemania, continué mis estudios en Inglaterra por 2 años más, fue aquí donde comencé el entrenamiento con armas de fuego. Con una gran adaptación al frío, ya sabiendo fluidamente 3 idiomas y con amplio entrenamiento en el uso de armas blancas y de fuego, me dejaron solo durante 4 años en el Irak de Saddam Hussein para que aprendiera a hablar árabe y empezara a sobrevivir por mi cuenta.
Como niño pobre en el Irak de los 90, pero de tez más blanca que la nieve siberiana aprendí mis primeras lecciones en camuflaje de campo, para evitar ser reconocido como un potencial espía extranjero, con desechos de carbón y cenizas de madera quemada pinté las partes de mi cuerpo que se exponían a los elementos para opacar mi piel y ser más amigable a la vista de los nativos. Al principio actuaba como un pobre inválido incapaz de hablar, hasta que aprendí mis primeras palabras en árabe.
Actuando de ciego, cuando la situación lo ameritaba, era la única manera de ocultar mis pálidos ojos de la seguramente sorpresa de quien tuviera al lado.
La actuación fue uno de los mejores atributos que se vieron excepcionalmente mejorados luego de mi experiencia en Irak.
A duras penas pude sobrevivir los primeros meses, robando comida y haciendo amistades a conveniencia, aprovechándome de mi supuesta invalidez, hasta que pudieron emerger de mi boca las primeras palabras en árabe.
A 3 o 4 meses de mi arribo a las tierras de Sadam, estaba pasando por una mala semana donde se me había complicado en exceso conseguir alimentos y agua, estaba sinceramente desesperado, fue entonces cuando una mujer me vio en el comienzo de un pasaje sentado y acurrucado por el frío de la noche, envuelto en su abrigo de oscuridad. Había elegido ese lugar justamente porque era perfecto para emboscar a alguien y robarle lo que fuera para intercambiarlo por agua y comida, sin embargo por algún momento me desvanecí, fue entonces cuando sentí una dulce voz, que a pesar de no entenderla, podía sentir que se dirigía hacia mí. Levanté la mirada y allí estaba una mujer tapada con su velo, de dulces y grandes ojos negros, que extendía su mano en son de ayuda. Cuando mi mirada borrosa ya del hambre pudo acomodar su rostro, la mujer fue atacada por dos borrachos que la empujaron abruptamente adentro del pasaje en el cual me encontraba. Estos infelices ni se dieron cuenta de que yo estoy aquí, pensaba para mí. Fue solo por un instante que pensé en huir antes que se percataran de mi presencia e intentaran eliminar al único testigo de su crimen.
Estos dos hombres consumidos por alcohol barato pensaban terminar su noche de juerga con la violación y seguramente luego asesinato de esta mujer. Algo en mí me decía que no podía permitirlo.
Mi entrenamiento previo me permitía visualizar mi método de ataque, lo repasé 2 o 3 veces en mi cabeza hasta que me erguí para iniciarlo, sin embargo rápidamente me di cuenta de que a pesar de que el instinto heredado de mi entrenamiento me hacía más rápido que la luz en mi cabeza, el hambre y la sed hacían flaquear cada uno de mis músculos.
Tomé mi cuchillo, que junto con una botella de agua y unas latas de comida fueron los únicos elementos con los cuales se me había dejado en Irak.
Uno de los sujetos sostenía los brazos de la mujer contra el piso mirándola fijamente a los ojos y disfrutando lo que estaba haciendo regalándole a la pobre mujer una sonrisa, mientras que el otro movía sus brazos desesperadamente para desproveerla de su ropa.
Con los movimientos aleatorios y violentos del segundo sujeto que pese a que él me daba la espalda decidí ignorarlo, ya que era muy impredecible para emboscarlo, incluso teniéndome él a sus espaldas. Atacar primero al otro sujeto, quien enfocaba todas sus fuerzas en sostener a la mujer, se convirtió en mi primer blanco. Me moví furtivamente bordeando la pared del pasaje hasta que quedé a dos pasos de él y a un suspiro del ataque de mi cuchillo en su garganta.
Apreté la empuñadura de mi arma con fuerza y ataqué directo a la yugular del maldito, un chorro de sangre alertó al otro sujeto de lo que yo había hecho, por lo que esquivó inmediatamente mi ataque.
Elaboré esta simulación en mi cabeza y sabía que esto podía suceder, sin embargo prefería atacar a este sujeto en guardia sabiendo que podía predecir sus movimientos a tener que arriesgarme a atacar un punto que parecía desprotegido, pero que con el azar de alguno de sus bruscos movimientos anulara mi ataque.
El sujeto se irguió como pudo ante el shock de la sangre tibia en su rostro, rápidamente se dio cuenta de que no era de él y se sorprendió al verme a mí con el cuchillo aun chorreando sangre en el cuerpo sin vida de ese mal nacido. Rio al percatarse de lo que había hecho y de qué fácil sería para él acabar con mi vida. Con todo su cuerpo se arrojó hacia mi persona, fue fácil esquivarlo, un simple movimiento de cintura bastó para hacerlo, provocando que el infeliz cayera como un avión sin tren de aterrizaje en el suelo, antes que se pudiera incorporar perforé su cuello atravesando su columna y su tráquea, incidiendo sobre la nuca desprotegida.
La mujer temblorosa se me quedó mirando aun con más susto que el que pudo tenerles a sus atacantes, sin razón alguna comenzó a gritarme como si lo que había hecho hubiera sido desmedido. En aquel entonces no entendía nada de lo que decía, pero me sorprendió al ver que se alejaba furiosa conmigo.
Habiendo gastado mis últimas fuerzas y manchado de sangre, sabía que esto se me complicaría mucho disimularlo durante la luz del día, tenía que pensar y actuar rápido, fue entonces donde la mujer, gracias a Dios, decidió volver y mostrarme su gratitud. Ella seguía hablándome en voz baja mientras nos movíamos como dos fugitivos por la oscuridad de las calles. Su nombre era Hadiya (persona valiosa en árabe), ella fue lo más cercano a una madre que alguna vez tuve en mi vida, donde durante los próximos 8 meses me enseñaría a hablar árabe y cuidaría de mí. Lamentablemente no pudo escapar de su destino y murió finalmente cuando un soldado de Sadam arremetió con su AK 47 contra una muchedumbre que protestaba en contra del régimen. Hadiya pasaba por ahí, cuando fue alcanzada por una bala perdida. Ella dejó dos hijos a los cuales adopté como hermanos, ya que su padre había muerto en la primera guerra del golfo durante un bombardeo de las fuerzas aliadas.
Fue en una cena ya con mi árabe más perfeccionado que le pregunté por qué se había enojado tanto conmigo aquella noche donde le salvé la vida, tan dulcemente me respondió que fue una estúpida y mal agradecida, pero que el miedo a perder, no su vida, sino la de toda su familia, atormentó su mente, solo pensaba que la única manera de escapar de dicha condena sería huyendo lo más rápido posible del lugar y que toda la culpa cayera sobre mí.
Ella me dijo que estaba dispuesta a ser violada, ya que esas personas eran soldados de la guardia republicana de Sadam, eran bien conocidos en la zona por manejarse con total impunidad con sus vecinos.
Hijo de padres ucranianos que escaparon de Chernóbil por la catástrofe y por la pobreza que el comunismo había depositado sobre nuestro pueblo, al igual que el polvo radioactivo de su insegura central se había depositado sobre el suelo. Yo no era más que un huérfano radioactivo para los padres de mis amigos que tan atentamente me ayudaban con lo que podían. Gracias a Dios, al grado de analfabetismo que tenía la población rural iraquí, nunca siguieron la línea de tiempo que no coincidía entre la fecha del trágico accidente, la caída del muro y mi arribo a su país.
De vez en cuando alguna pregunta me podía llegar a incomodar, pero en un principio era fácil evadirla al argumentar no entenderla, ya fuera cierto o no.
Recién en el tercer año de mi estadía en Irak, pude dominar y desenvolverme sin problemas con la lengua árabe y a pesar de mi corta edad llevaba conmigo el asesinato de 6 hombres mayores y 3 adolescentes iraquíes. Ser verdugo es algo que no me enorgullecía, pero tampoco lamentaba. Todas las vidas que quité siempre fueron para preservar la mía.
Finalmente, en mi cuarto año en Irak, a la salida de un mercado de pulgas una camioneta de color negro que tan bien conocía me estaba esperando con una de sus puertas abiertas invitándome a pasar.
En abril de 1998, comencé una de mis últimas fases del entrenamiento. Los últimos años de mi entrenamiento, antes de salir nuevamente a campo abierto, pero esta vez como agente recibido, consistieron en el estudio de técnicas de supervivencia técnica, ya fuera desde el jaqueo de computadoras hasta hacer arrancar un auto sin la llave, sin embargo desde el punto de vista físico, nuestro entrenamiento se basó en una mezcla de entrenamiento de las fuerzas especiales Seal, y boinas verdes.
Por las noches aún siento el frío del Mar del Norte envolviendo mi cuerpo mientras me encontraba boca arriba sobre la playa deseando que cada ola de agua congelada nunca tocase mi cuerpo.
Hasta enero de 2000, estuve en Alemania donde me felicitaron por mi desenvolvimiento en las situaciones extremas que tuve, fue allí, donde por primera vez conocí al resto de los otros agentes.
Hablando y enriqueciéndonos unos a otros de las experiencias vividas, todos tuvimos en los primeros 6 años de entrenamiento las mismas condiciones y exigencias, pero cada uno en un país alterno al que se encontraba el otro, en una palabra, nos iban rotando.
Todos nosotros creíamos que nuestro bautismo de fuego eran esos 4 años viviendo en condiciones totalmente adversas, algunos de ellos las vivieron en las favelas brasileras, otros en el Sudeste Asiático, en Argelia, Kosovo y demás lugares donde solo el diablo apreciaría vivir.
Una característica que nos diferenciaba es que cada uno de nosotros, a pesar de que en ese momento dominábamos fluidamente 3 idiomas ,había un idioma que uno sabía, pero el otro no, en lo que sí coincidíamos todos era en que todos sabíamos perfectamente alemán.
Algunos con dialecto del norte otros con dialecto del sur, pero todos dominábamos el alemán neutro.
Entre todos dominábamos los idiomas más hablados del mundo: alemán, inglés, chino, ruso, español, árabe, hebreo, portugués, francés e italiano.
Hasta ese entonces desconocíamos cuáles eran los motivos por los cuales nos entrenaban de esta manera, todo era revelado lentamente por nuestros instructores.
De los 10 agentes 5 éramos hombres y 5 eran mujeres.
Dependiendo de a quién tendríamos que custodiar se asignaría una mujer o un hombre como protector de dicha persona y otro agente actuaría de backup, en caso que algo le sucediera al primer protector.
Hess advirtió que la nueva era vendría de la mano de una persona influyente en el mundo, podía ser un actor, escritor, empresario, un premio Nobel o tal vez el presidente de algún país, sus palabras eran ambiguas de a momentos, pero certeras en otros, no nos dejaba lugar a volcar recursos a la opción más probable, ya que todas eran opciones probables.
Durante años trabajamos a ciegas con científicos especializados en todas las áreas analizando caso por caso sobre la base de probabilidad, estadística y a veces de la intuición. Los resultados eran inciertos pese a acotar lo máximo posible el área de muestra, las variables simplemente eran demasiadas. Cuando parecía que una anulaba a la otra una nueva aparecía anulando a las otras dos. Era como jugar una partida de ajedrez con un tablero infinito con infinitas piezas e infinitos jugadores, donde en cada turno un jugador distinto toma una pieza con un criterio determinado.
En 1994, T. N. I. S. le encarga a IBM la construcción de una supercomputadora que lo analice todo, el resultando al público de dicho proyecto fue DEEP BLUE, presentada en 1996 como una novedad, la realidad es que fue una pantalla que justificaba la inversión desmedida que el equipo de investigación y desarrollo de IBM estaba llevando a cabo detrás de bambalinas.
El resultado fue S.G. (Sintetic God/ Dios Sintético) si existe un ciberespacio S.G. es el Dios de ese ciberespacio, capaz de acceder, ver, interpretar y si es necesario actuar sobre todo lo que esté conectado a la red. SG se convirtió en nuestros ojos y oídos en todo el mundo. En la actualidad prácticamente cada persona en el mundo está conectada a la red como mínimo con un teléfono celular, con simplemente acceder a cada conversación con el micrófono del celular nos permite tener un control absoluto sobre cada variable en la que intervengan seres humanos.
En 2019, Barend apareció en el escenario mundial con una tecnología milagrosa, que lo catapultó inmediatamente a ser un tentativo blanco de los nazis. En un principio se analizó la posibilidad de que él fuera parte del proyecto conciencia activa, pero su historial, sus conversaciones y su comportamiento en general no lo corroboraban, es por eso por lo que se envió al protector para que lo custodiara y evitara una posible conexión entre Barend y los nazis que seguramente accederían a él disfrazados de ovejas.
En 2000, SG se hizo totalmente operativo en el territorio de EE. UU., no fue casi hasta 2016, con el advenimiento de los primeros procesadores cuánticos, que SG se hizo operativo a nivel mundial. A pesar de verlo y escucharlo todo, cada vez que interceptábamos una conversación o un indicio entre lo que creíamos que eran agentes nazis, estos parecían esfumarse sin dejar rastro, por eso el acceso de los protectores al círculo más íntimo de los protegidos debía ser ante los ojos del destino un hecho fortuito y casual.
24 horas antes de matar a Barend
Domingo 29 de junio de 2025
El actual general Mc Dommell estaba hablando en este momento con Barend acerca de la trágica muerte de su esposa.
Le explicaba toda la situación, y en qué contexto se encontraba, fue entonces cuando le comunicó que el lugar más seguro para él sería en una base militar aliada con una zona acondicionada al caso en cuestión, que se encontraba a solo dos horas de aquí.
Yo estaba terminando de revisar mi equipo cuando sentí el chirrido de una silla moverse, intuí que la conversación había finalizado, el general se dirigió hacia mí y antes que comenzara a hablar tomé la iniciativa.
-¿Cómo se encuentra Barend, señor?
-A decir verdad, está tomando todo esto con extrema calma, se lo ve un poco deprimido, pero aceptó rápidamente que su libertad se vería coartada hasta que todo esto se despeje.
Pobre hombre -pensaba para mí, pero ese pensamiento se desvaneció cuando Barend entró en la habitación y exclamó:
-Abrir cortinas, -las cortinas se corrieron, dejando pasar la luz del sol, que actuó inmediatamente como una daga sobre mis pupilas, transfiriendo el dolor hasta el centro de mi cabeza.
-Demonios, me siento como si me hubiera tomado la producción anual de vodka ruso.
Barend esboza una pequeña sonrisa, y se excusa: -Perdón, ¿les molesta la luz?, -ya mismo puedo cerrar las cortinas.
-No, no, está bien -responde Mc Dommell. Quien parecía sufrir de los mismos dolores que yo.
-Herr Barend, por favor, tome todo lo que usted crea conveniente para pasar unos días fuera de su casa y por favor que le entren en un equipaje de mano.
-Obrag, tú mientras tanto conéctate con SG, y accede a información que pueda ser relevante para el traslado de Barend e inicia un pequeño reconocimiento de la zona visualmente.
-Sí, general-respondo.
Con mi cabeza queriendo explotar, me asomo sigilosamente a cada una de las ventanas, tratando de identificar alguna posible amenaza, sabía muy bien que si Barend era un blanco, La Entidad sabría que estamos en su casa, sabía perfectamente que un estudio de campo sería inútil. Ellos seguramente me estaban viendo a mí en este momento, y esperarían el momento adecuado para actuar.
-Herr Barend, discúlpeme, ¿tiene alguna otra salida esta casa además de la frontal?
-Solo la del patio trasero -me responde.
-Obrag, ¿pasa algo?
-General, yo sé que suena a locura, pero estoy seguro de que nos están observando en este momento, y esperarán el momento adecuado para atacar.
-Tiene razón, ¿qué propone?
-Debemos ordenar a nuestros hombres en la camioneta que la entren dentro del garaje techado, usted solo se subirá en la camioneta y me informará si pasa algo, minutos más tarde saldré con Barend caminando por la puerta trasera.
-Tienes razón, Obrag, no podemos arriesgarnos a nada.
Cinco minutos más tarde Barend abrió el portón con su control a distancia. Mientras Mc Dommell estaba atrincherado en el garaje, yo actuaba de observador en una ventana del piso superior.
Con la camioneta dentro del garaje, el general sube a ella y cargan peso extra en el compartimiento trasero para que simule en la amortiguación que el peso corresponde al de 3 personas.
-Obrag, estamos en contacto. A 10 minutos de aquí, me estaré comunicando contigo para que salgas de aquí.
-Sí, señor.
-¡¡¡Buenas suerte, Obrag!!!-agrega el general mientras cierra la puerta de la camioneta.
Los 10 minutos pasaron, Mc Dommell llama para confirmar que todo está despejado. Tomé el brazo de Barend y con una mirada le dejé bien claro que debíamos partir.
Abrí la puerta del jardín con mi arma en mano, nada inusual a la vista, con mi otra mano invité a Barend a correr hasta unos arbustos cercanos a la puerta de salida, nada ocurría y a continuación lo hice yo.
Agachados junto a la puerta le ordené a Barend que esperara, segundos más tarde, abrí la puerta, me levanté y asomé mi cabeza, nada sospechoso me alertó. Ambos comenzamos a caminar a velocidad media hacia la avenida principal, SG, se comunicó y me alertó de que un Mercedes en marcha fue estacionado a 30 metros en dirección opuesta a la que nosotros llevábamos.
-¿Origen? -pregunté.
-Conocido, y limpio -respondió SG.
Sujeté con fuerza a Barend del brazo y lo hice cambiar abruptamente de dirección.
Barend sin entender subió al auto al que le señalé subir. Con total impunidad me subí como si fuera mi auto, esperé a que Barend lo hiciera también, trabé las puertas y aceleré.
-SG, anula el pedido de captura de este auto en cuanto los dueños radiquen la denuncia, imposibilita que la policía pueda ingresarlo al sistema.
Allí, me encontraba yo, junto a la leyenda de la nanotecnología viajando en dirección sudoeste hasta una base militar ya casi en desuso al finalizar la guerra fría.
Barend, no emitía sonido, no me parecía extraño ya que el pobre hombre estaba devastado y si no había entrado en shock antes, tal vez lo estuviera haciendo ahora.
Ya en pleno centro de Múnich me encontraba rodeando el campo donde cada octubre se festeja el Oktober Fest, fue entonces cuando recibí el anuncio de SG.
-Obrag, 2 autos parecen estar dirigiéndose hacia ti, un Mercedes y un Audi, la probabilidad de riesgo concreto es del 85%.
Antes que SG terminara la frase estos dos vehículos que venían en dirección contraria a la mía se cruzaron en mi carril, por lo que maniobré activando el freno de mano, el auto se desplazaba 90 grados de la posición inicial, y en velocidad casi cero, me dispuse a rebajar el cambio para tomar por el centro del campo que, por suerte, por no ser octubre estaba vacío, aceleré y lejos de ser una falsa alarma estos 2 vehículos me seguían a tal punto que con sus reiterados, pero no intensos, choques me querían hacer perder el control.
Me quedaban 600 metros de campo abierto hasta que la ciudad de Múnich me volviera a abrazar.
-SG, ¿qué me recomiendas?
-Intenta girar y mantenerte dentro del campo, ya llamé al general, un helicóptero acude a tu ayuda, tiempo estimado de arribo: 8 minutos.
Como un niño en una pista de autitos chocadores giro el volante con violencia, acciono el freno de mano y retomo con un giro de 180º en sentido contrario enfrentándome a mis agresores, intuyo por un momento que ellos buscan vivo a Barend, por lo que se verán obligados a desistir y girar antes que nos estrellemos.
La imaginen de mi agresor cada vez se hace más grande, mi velocímetro ya marcaba 120 km/h, siento cómo Barend se toma con fuerza de lo que puede, cuando solo un parpadeo nos separaba de nuestra muerte, milagrosamente el Audi desiste y gira abruptamente para esquivarme, pierde el control estrellándose contra mampostería desarmada.
Sin poder prestar mucha atención, aún quedaba el Mercedes que me acechaba, me había dado cuenta de que buscaban a Barend vivo, si no, no hubieran evadido el inevitable choque frontal, la misma técnica ya no funcionaría, pero podría intentar otra cosa. Intentando desestabilizarme, el Mercedes se colocaba en mi lateral trasero intentando chocarme de lado, para que perdiera el control, aumenté mi velocidad para alejarme, pero sabía que no era la solución, debía mantenerme dentro del campo hasta que helicóptero llegara, pero el campo era un ambiente finito, la velocidad era una opción momentánea, las maniobras marcarían la diferencia.
Ya cerca de los paredones que limitan el lugar disminuyo la velocidad, dejando que comience nuevamente con sus choques en mi lateral posterior a la altura de la rueda trasera, cuando estos comienzan a hacerse más intensos y cada vez me cuesta más mantener el control del vehículo, disminuyo aún más la velocidad haciendo que los autos se encuentren paralelos unos a otros, es entonces cuando freno bruscamente y acciono el freno de mano para colocarme transversalmente y observar su siguiente maniobra antes que choque contra el paredón, sin embargo la maniobra nunca llega y choca de tal manera que el auto se levanta en su parte trasera, permitiéndome ver el múltiple de escape, luego cae al piso e inmediatamente se convierte en una bola de fuego.
Un gran alivio recorrió mi columna, sin embargo mi calma se desvaneció cuando recordé al Audi, inmediatamente me puse en marcha en su dirección, para ver si aún estaba siendo perseguido o los agentes enemigos estaban atrapados y vivos en la mejor de las suertes.
-Barend, espera aquí.
Agachado me bajo del auto y corro en dirección al Audi, caños de acero se habían desprendido de la mampostería y habían caído confeccionando una jaula para quienes estén atrapados ahí.
Finalmente me coloco paralelamente y a unos 2 metros de la puerta del conductor, por los vidrios polarizados, no puedo ver quién está, por lo que disparo al vidrio trasero, corro un par de caños para poder desplazarme hasta el interior del vehículo, pero cuando me asomo por la ventana rota, no haya nadie en su interior.
-La puta madre, cómo es posible que estos mal nacidos siempre se nos escurran de entre los dedos -pensé para mí.
-SG, ¿hay cámaras en este campo?, ¿has podido detectar o identificar quiénes salieron del auto?
-No, no hay cámaras, igualmente estoy visualizando las cámaras de los lugares aledaños al campo, pero todas las personas tienen comportamiento normal, ninguna corre, ni se encuentra herida, además tampoco presentan suciedad por el polvo levantado, no hay rastros de ellos, Obrag.
-¡¡¡Dios mío!!! Dejé solo a Barend-regresé inmediatamente al auto y Barend no se encontraba en el asiento del acompañante, mi corazón se detuvo por un instante hasta que escuché unas arcadas que venían del lado posterior del vehículo.
-Herr Barend, ¿se encuentra bien?-El pobre yacía vomitando por las desmedidas maniobras.
-Creo que sí, solo necesitaré una muda de ropa apenas llegue a la base.
Mientras Barend se recuperaba, no podía entender cómo pudieron estos agentes desaparecer sin dejar rastro, el auto se encontraba totalmente inhabilitado por un pedazo de mampostería que cayó sobre su motor, y a su vez cientos de caños de acero cayeron sobre la totalidad del auto, impidiendo que nadie pueda escapar.
El ruido ensordecedor, el viento agitando y levantando paredes de polvo y tierra anunciaban el arribo de los helicópteros al lugar, un halcón negro aterrizando y un comanche reposando a unos 10 metros de altura habían llegado para trasportarnos a un lugar seguro.
Ya dentro del helicóptero, con Barend sentado, seguro y bebiendo agua me comunico con SG.
-SG, ¿alguna novedad sobre la zona, pudiste relevar más cámaras de seguridad?
-Me temo que no, agente, sé que no le gustará escuchar esto, pero intercepté un comunicado de la policía local, donde anulan el pedido de ambulancias, ya que no hay ni muertos ni heridos.
-Es imposible, vi ese Mercedes arder sin que nadie saliera de adentro , estos malditos son fantasmas.
Barend, por fin emite sonido: -No son fantasmas, agente, seguramente dichos vehículos estaban siendo controlados a distancia, mientras usted se concentraba en el manejo yo intentaba ver dentro de los vehículos, pero nunca pude distinguir a nadie, sé que los vidrios estaban polarizados, pero no pude ver ni siquiera el reflejo de algún movimiento en el interior.-
-Lo que el Herr Grostig dice puede ser cierto, agente, un satélite me mostró la actividad de un dron en la zona, tal vez a través de él estaban redirigiendo la señal desde algún lugar seguro -le comunica SG a Obrag.
-Gracias, Herr Barend, le agradezco su opinión.
-Agente Obrag, mientras le comunico que le están informando a los pilotos que los trasladarán a Asgard.
-Entendido, SG.
Barend escucha la conversación y pregunta: -¿Qué es Asgard?
-El hogar de los dioses.
-No me tome por estúpido, agente, conozco de mitología nórdica, y algo me dice que no iremos a ver los fiordos noruegos.
-Es la central de T. N. I. S., herr Barend, ya la verá, ahora intente descansar.
Un llamado a la clandestinidad
Jueves 31 de agosto de 1939
Era una soleada mañana de verano cuando el teléfono sonó en una hermosa mansión alpina al sur de Alemania.
El mismísimo mariscal del aire, Herr Goering, atiende el teléfono de su despacho.
- Herr Goering, es cierto, ¿no?
- Así es, en unas horas comenzará.
- Se da cuenta de que tendremos que sumirnos en la clandestinidad, ¿no?
- Ejecuten la alternativa conciencia activa, yo sin embargo apoyaré esta causa.
- ¿¿¿Señor??? ¿Se da cuenta de que este maldito cabo ha arruinado nuestros planes? La idea era utilizar su maravilloso poder de oración para cautivar a las masas con nuestra ideología, pero este maldito distorsionó todo… ahora, nos está llevando no solo a la clandestinidad, sino que posiblemente a la destrucción de Alemania. Estas acciones tendrán consecuencias globales. No podremos pasar desapercibidos.
- Tonterías... tenga fe, mi querido. Si en principio esto resulta, finalmente el Führer junto con sus ideales distorsionados morirán con él y a nosotros nos habrá dejado el mundo. Sin embargo, como usted dice, no podemos correr riesgo y debemos comenzar con el plan alterno. Desde mi punto de vista es mejor tener 2 cursos de acción antes que uno, ¿no le parece?
Un silencio recorrió la línea...
- No lo sé, Herr Goering. Lo mantendré informado.
Las horas transcurrieron y las primeras tropas alemanas cruzan la frontera polaca.
La Segunda Guerra Mundial había comenzado.
72 horas antes de matar a Barend
Viernes 27 de junio del 2025. Múnich, Alemania.
El presidente de una importante empresa de nanotecnología reside sobre la calle Mohlstrasse en una pintoresca casa de color amarillo rodeada de una frondosa, pero cuidada vegetación de árboles, arbustos y flores de todo tipo cuidadosamente ordenadas. Son los suburbios de Múnich, una acaudalada zona donde residen varios consulados. El ruso, el italiano y el británico son algunos de los que se puede nombrar. Parecía ser un día como cualquier otro, pero lejos estaba de serlo.
Como todas las mañanas Herr Barend Grostig se disponía a iniciar su rutina.
6:30 a. m.
-Voy a tomar un café, estoy exhausto-le dice Barend a su compañero, el Dr. Kimerman, a través de un intercomunicador, ya que él se encontraba en un área blindada con presión de aire positiva y anaeróbica totalmente aislada por gruesas paredes de concreto, placas de plomo y un vidrio blindado de ocho centímetros de espesor.
-OK-responde él, abstraído en su trabajo.
Con la mirada cansada de estar fija durante toda la noche frente al monitor de su laptop resolviendo el diseño de lo que sería su gran descubrimiento, Barend sin sacar el dedo del botón que activa el intercomunicador se levanta generando un pequeño chirrido de su silla que sobresalta al compenetrado doctor gimiendo de desagrado en represalia.
-Lo siento -esboza suavemente Barend, cerrando ambos ojos y mosqueando la boca en sentido culposo y apenado. Kimerman sin emitir sonido y con su cabeza metida en el microscopio levanta su brazo izquierdo y hace señas a Barend reclamando que se vaya lo más rápido posible para que lo deje de molestar.
Barend obedece apenado, gira, camina unos metros y pone su dedo pulgar sobre el lector de seguridad para abrir la puerta del laboratorio, luego esta se cierra automáticamente una vez que Barend cruza el umbral.
A unos metros de la puerta, a su derecha se encuentra la máquina expendedora de café, gira con el objetivo de tomarse un rico café negro y amargo que lo impulse a trabajar unas horas más. Mientras camina, puede ver a su viejo amigo de estudios trabajando a través de los vidrios que como en una pecera separan el laboratorio del mundo real.
La máquina comienza a preparar el café, y Barend quita la vista del café para posicionarla nuevamente en su amigo, es un movimiento repetitivo que hace con sus ojos hasta que el café está listo. Delicado, Barend toma una servilleta para no quemarse con el vaso de poliestireno caliente, se agacha levemente, toma el café y comienza la rutina opuesta que comenzó unos minutos atrás.
Sin previo aviso con un sorbo de café caliente aún en su boca, Barend ve cómo Kimerman se levanta desconcertado de su silla, buscando a Barend con su cabeza que gira para todos lados.
Rápidamente lo focaliza y levanta los brazos eufórico gritando y sonriendo. Barend no puede escucharlo, pero no es necesario para saber que por su euforia y su rostro Kimerman está expresando una intensa alegría.
-¡¡¡LO LOGRAMOS!!!-parecía decir a través del movimiento de sus labios.
Rápidamente esta euforia se transformó en el más aterrador escenario.
Barend vio cómo lentamente una masa gris como mercurio líquido a temperatura ambiente, pero pixelada trepaba a las espaldas de su amigo devorando el microscopio, la mesa, avanzando y consumiendo las paredes y pisos del recinto donde Kimerman aislado se encontraba trabajando.
El rosto de Barend esboza un pánico desmedido dejando caer su café al piso para abrir nuevamente la puerta de su laboratorio con su pulgar, mientras mira atónito a través del vidrio de la puerta, este presionaba incesantemente el botón, pero la puerta no abre, mira sus dedos y se da cuenta de que una servilleta sucia por el café derramado en las paredes del vaso se pegó a su pulgar y el botón no puede leer su huella digital. Con bronca Barend despedaza la servilleta, ahora sí presiona y abre la puerta, corre para ver a su amigo, que a esta altura comienza a ser devorado por esta masa gris cada vez más voluminosa que ya está fragmentando el vidrio.
Kimerman se desploma a pasos del botón de seguridad que generaría la detención y aniquilación de esta masa gris, por lo que Barend corre a su mesa de trabajo donde se halla su botón para abortar y detener esta pesadilla, rompe con sus manos el acrílico de seguridad que impide el accionamiento accidental de este desmedido botón rojo y nada sucede, en vez de eso comienza a escuchar a los Rolling Stones a través de los parlantes diseminados en el laboratorio.
Sin poder creerlo sigue presionando desesperada y repetitivamente el botón, pero nada sucede.
El despertador suena.
Son los Rolling Stone quienes hoy tienen el honor de despertar al Dr. Barend Grostig.
-Hora de levantarse -resonaban las palabras en su cabeza. -Otra vez esa maldita pesadilla. Vamos… ¡¡¡Arriba!!! -se decía a sí mismo.
Finalmente Barend se despierta con un ojo entreabierto y el otro totalmente cerrado, pero que por culpa de los débiles rayos de luz que se filtran por las hendijas de la ventana golpean su pupila como si fuera un ariete medieval cegándolo por completo por unos instantes, por lo que al incorporarse no tarda en patear sus pantuflas contra la pared y hacer que un gruñido amenazador proveniente de la cama agudice sus sentidos y lo alerte de que no hay nada más perturbador que una mujer recién levantada. Se dirige a la ducha sin olvidarse antes de dar un beso de buenos días a su amada esposa y activar por comando de voz la emisora de radio a una de noticias. De 10 a 15 minutos le toma su rutinario baño mientras escucha a su esposa Frau Bluma levantarse.
El mundo aún seguía estremecido por el atentado al CERN, hace ya una semana atrás, todos los días una noticia se hacía pública respecto al hecho, aunque un gran hermetismo cubría a las principales autoridades.
Radio: -Ayer la OTAN informó que sus principales miembros acordaron la intervención bélica inmediata alrededor del mundo en contra de grupos fanáticos religiosos extremistas y armados, con o sin consentimiento de los países que los albergan. Las críticas llovieron desde Rusia y China. Alertaron de una posible tercera guerra mundial, ya que ellos no permitirían la intervención de la OTAN si eventualmente lo hacen sin consentimiento de ellos en sus territorios soberanos. Además, exigen más información acerca del atentado, ya que los rumores sobre estudios en materia y energía oscuras se están intensificando junto con el posible robo de información relevante al descubrimiento. “Occidente no puede guardarsecretos cuando la seguridad mundial está en juego”, reclamó el primer ministro chino
Cansado de escuchar siempre lo mismo, pero sin dejar de preocuparse, todas estas noticias le recordaban las anécdotas de sus abuelos sobre lo que escuchaban en la radio antes de que comenzara la 2º guerra mundial.
-¡¡¡Lo de siempre, mi amor!!!-grita Barend desde la ducha…
Con un -GGGGRRRR-le responde Bluma…
Él sabe muy bien que es un ¡¡¡YA SÉEEEEEEEEEEEEE!!!
Sin apuro y con el característico mal humor que podría tener cualquier ser humano al levantarse, Bluma baja las escaleras hasta la cocina, toma una taza de la alacena y la llena del café ya programado para hacerse a dicha hora.
Vuelve a subir y sin mediar palabra con Barend, que ya está terminando su matutino baño, toma su café y emprende el característico ritual de toda mujer al levantarse. Con apuro, pero sin descuidar detalle, se maquilla, se peina y se prepara la ropa preseleccionada la noche anterior, la coloca en su mochila y se viste con ropa más suelta y casual. Todas las mañana, si el tiempo era bueno, Bluma va en bicicleta a su trabajo.
Bluma está casi lista.
Lejos de ser el adorno de un exitoso presidente de una exitosa compañía Frau Bluma tiene un doctorado en Química. Todos los días trabaja medio tiempo para una firma farmacéutica.
Mientras se colocaba su bata de baño, Barend reflexionaba sobre ciertos asuntos concernientes a su trabajo, pero aunque parezca mentira esta exitosa persona no podía dejar de pensar en una apuesta que el domingo pasado había perdido. Sabía que si no era hoy, de esta semana no pasaba para saldar su deuda.
Barend sale del baño a medio vestir. Se para frente al espejo, levanta sus pelos castaños con un poco de gel, los acomoda con sus manos y entrelaza los últimos botones de su camisa. Con una mirada reflejada en el espejo, ella señala la taza de café sobre una repisa. Sin decir palabra él se acerca, la toma y comienza a beber.
Barend bien sabe que a su mujer no le gusta hablar por las mañanas, es un código de señas bien armónico el que ellos manejan hasta reencontrarse nuevamente en la cocina.
Ya sentado en la cocina terminando el desayuno que lo preparara para su jornada, toma algo semejante a un rollo de papel aluminio y lo extiende ocupando una sección cuadrada de 6 pulgadas de lado, presiona con fuerza uno de los extremos y este se rigidiza comenzando a proyectar imágenes de noticias sobre su superficie, echa una mirada a los distintos diarios, sin dejar pasar algún artículo sobre tecnología. Abarrotados todos los diarios online sobre el CERN, un artículo que parecía escondido llamo la atención de Barend.
Hace una semana las comunicaciones, los sistemas de GPS e Internet se vieron anulados por una hora a nivel mundial por la pérdida de sincronismo de unos minutos en los relojes internos de los satélites respecto de los de la tierra, los científicos atribuyen este fenómeno desconcertante a un incremento momentáneo en el campo gravitatorio. Los científicos siguen perturbados y desconcertados sobre el tema. Algunos atribuyen este fenómeno a una contracción temporal sobre la superficie terrestre, ya que incluso algunos aviones que se encontraban a gran altura en el momento del suceso escaparon del fenómeno al igual que los satélites. Sus sistemas de navegación se vieron perturbados a tal punto que al momento de aterrizar existía un desfasaje entre el teórico punto de aterrizaje y de donde se encontraban realmente.
Barend desconocía que había ocurrido esto, ya que justo un problema en el suministro de energía eléctrica sucedió en ese período sobre las ciudades de Múnich y Lindau, ni se había percatado de que no había Internet ni teléfono de línea, salvo por la imposibilidad de no poder conectarse ni comunicarse con su celular. En ese momento pensó que tal vez el servicio de telefonía celular había caído por el corte de energía, que tal vez eso había afectado de alguna manera sus sistemas.
Mientras tanto su mujer sentada con la mirada fija sobre la mesa agarrando la taza de café con sus dos manos se pregunta cómo sería su vida con hijos. Cómo serían sus mañanas con niños inquietos esperando que los laven y preparen para ir al colegio, cómo sería darles algo que no les guste y obligarlos a comerlo, cómo sería verlos partir sabiendo que regresarían con toneladas de cosas para entregar mañana en el colegio.
Los hijos eran lamentablemente un lujo que ninguno de los dos pudo aceptar.
Las tapas de los diarios de la época no eran más que hechos repetitivos de miseria y criminalidad en el mundo, ahora también se sumaba la continua amenaza de una tercera guerra a nivel mundial, sin embargo nunca dejaba de faltar el anuncio de una milagrosa tecnología que acabaría con las penas.
Dentro de sí, Barend es un hombre de razón. Bien sabe que no existe tecnología milagrosa que salve al mundo a menos que el compromiso para hacerlo sea de todos.
Dos personas de ciencia concluyeron en términos muy fríos que traer hijos al mundo y darles todo lo que estaba a su alcance haría que a otros que hoy están viviendo les falte.
Un concepto muy altruista que definió prácticamente sus exitosas vidas.
Él y su mujer siempre dieron sus vidas a la ciencia y a la equidad.
Reconocidos públicamente son ejemplos en el mundo entero.
En 2019, Baren y su equipo realizan uno de los descubrimientos más significativos del siglo XXI.
Comparado con la creación de la penicilina, Barend consigue crear la primera nano máquina que emula a una bacteria. Sin fines prácticos en aquel momento se abrió una ventana de infinitas posibilidades convirtiéndolo en una de las personas más ricas y reconocidas del mundo.
Años más tarde esta tecnología evolucionó y se crearon las primeras nano máquinas que ayudaban a las bacterias a descomponer desechos orgánicos e inorgánicos en forma acelerada replicándose al hacerlo. Pese al gran exitismo estas nano máquinas, al igual que las bacterias, se reproducían en forma exponencial sintetizando la materia que consumían.
El primer uso práctico que se asignó fue descomponer la basura de un mundo asqueado de consumir productos útiles e inútiles. Pero no todo fue color de rosas. Esta tecnología tenía un punto débil. Más bien un punto peligroso.
Los centros de reciclajes contenían un blindaje de contención magnético especialmente desarrollado para evitar que estas máquinas avancen. Estas pequeñas maquinas se cargaban de un campo magnético determinado y al campo de contención se le daba una carga opuesta.
Barend vio cómo su gran descubrimiento bien podría ser usado como un arma.
La única forma de detenerlas en caso de que fallara su contención sería con un pulso electromagnético (PEM).
Al igual que el Dr. Oppeheimer (creador de la primer bomba atómica) desconociendo el potencial de su creación, él veía cómo su tecnología era utilizada para destruir ciudades enteras con miles de millones de nanobacs (así las llamaba) devorando materia orgánica e inorgánica a su paso replicándose sin parar. Solo una cadena bien sincronizada de pulsos electromagnéticos podría detenerlos. Era una lástima, ya que solo unos pocos países dominaban la tecnología de pulsos. El resto y los que lo poseyeran tendrían una única manera de generar un pulso electromagnético, que sería con una explosión nuclear y ni hablar de los países sin poder nuclear.
Mientras seguía pasando con su dedo los diferentes diarios, el artículo de un prestigioso diario alemán lo puso particularmente contento, pese a que atentaba contra su negocio. El título decía: LA UNIÓN EUROPEA HACE FERNTE A LA MAREA GRIS. La Unión Europea se había convertido en la primera comunidad de países en restringir el uso de nanobacs solo a desechos de alta toxicidad y peligrosos.
Su momento de dispersión con el “paper-tab” estaba llegando a su fin. Faltaban 20 minutos para que él y Bluma fueran a trabajar.
¿El inicio del regreso o el inicio de la salvación? “Die Hoffnung”´
Sábado 10 de mayo de 1941
A las 17:45 horas, un Messerchmitt Bf 110 modificado inició su vuelo sobre los belicosos cielos europeos en dirección noroeste desde la pista de la Luftwaffe en Augsburgo. Este caza biplaza y bimotor llevaba solo un piloto en una misión ultra secreta, desconocida incluso por el Führer.
El piloto era Rudolf Hess.
El desenlace de este arriesgado viaje finaliza con Hess saltando desde un paracaídas y siendo auxiliado por un campesino escocés, quien inmediatamente lo llevó a la guarnición más cercana.
La historia más tarde diría que su propósito fue negociar una paz con los aliados y de ser posible unir fuerzas contra la Unión Soviética de Stalin.
Este aparente propósito juzgado por los historiadores era cierto. Pero Hess nunca creyó que funcionaría. El objetivo final fue otro.
Una semana antes de que Hess emprendiera su histórico vuelo, un grupo muy selecto de científicos y jerarcas nazis se reunieron en una fastuosa mansión alejados de los agudos sentidos del Führer. Herr Goering, Herr Hess y Herr Mengele encabezaban la reunión conocida en este selecto grupo como “die Hoffnung” (La esperanza). Pese a lo glamoroso del lugar todos los integrantes de la reunión acudieron con una vestimenta disimulada y humilde para que no llamara la atención de nadie.
Fue en dicha reunión que se acordó el vuelo de Hess al Reino Unido y se comenzaron a dictar las directivas para enviar a la clandestinidad el proyecto conciencia activa.
Dar inicio a esta reunión no fue fácil, ya que en plena guerra con toque de queda y fuera del conocimiento de Hitler una reunión donde tan altos jerarcas alemanes se reunieran podía ser considerada un acto de traición por las autoridades del Tercer Reich.
Era una fría noche de otoño la que encapotaba a esta imponente estructura medieval de piedra donde se realiza la reunión. Situada en el medio de un frondoso bosque en el valle bajo de Mosela, este imponente castillo se encuentra en la cima de un peñón rocoso alzándose majestuosamente con sus 8 torres de hasta 30 metros de altura.
El ostentoso comedor de gala, remodelado a fines del siglo XIX con paredes de madera tallada que desembocaban en forma de aparadores, servía de descanso a una fina colección de vajilla de plata, la cual se reflejaba sobre espejos estratégicamente situados a lo largo y ancho de la habitación, sirviendo de sordos testigos de una acalorada e intensa charla entre los distintos integrantes de la reunión.
-¡¡¡Caballeros!!!-exclamó desde un rincón oscuro de la habitación un personaje que hasta el momento no había emitido sonido.
Su nombre era Ronald Richter, un científico austríaco.
Goering, al no poder visualizarlo desde la punta opuesta del comedor, inclinó una de las lámparas para poder visualizar su rostro.
De entre las sombras se levantó y exclamó.
-No discutamos más, caballeros, el fin del Reich es inminente, la operación barba roja comenzará el mes que viene y con dos frentes. Alemania enfrentará la destrucción total. Los aliados desguazarán Alemania y eso lo saben.
-También saben, Herr Goering y Herr Hess, que una vez terminado el conflicto serán perseguidos por crímenes de guerra, en el mejor de los casos tendrán que purgar el resto de su vida en prisión.
-El proyecto conciencia activa debe ser sepultado -concluyó.
¡¡¡¿¿¿CÓMOOOOOO???!!!
¡¡¡ESTÁS LOCO!!! -exclamaron unánimemente los integrantes de la reunión.
-Caballeros, no dije eliminado, dije sepultado. Debemos llevar nuestro proyecto bajo tierra. Y de ser posible a tierras neutrales.
-¿Entonces está hablando de Suiza? -dijo Hess.
-Dígame, mi querido… -agregó Hess-, ¿cómo piensa llevar miles de toneladas de equipo y mano de obra para construir una base subterránea frente a los ojos del gobierno suizo?
Richter caminó hacia la enorme mesa que coronaba el centro del comedor, desplazó una serie de carpetas y copas de vino que impedían la visualización de un mapa, luego apuntó con su dedo y señaló. La mayoría asintió con la cabeza en signo de aprobación y lejos de pasar desapercibido
-¡¡¡PERFECTO!!! -dijo Goering… Una zona neutral lejos de la mirada de todos (desde un punto de vista netamente estratégico) con un sistema ferroviario que permitiría encauzar todos los elementos necesarios para la construcción de dicha base.
-Brillante, Herr Richter… simplemente brillante-exclamó Goering. Y agregó: -Hablare inmediatamente con mis colaboradores y comenzaré a desviar recursos al emplazamiento mencionado para comenzar la construcción. Será una proeza faraónica, señores -finalizó Goering.
La reunión continuó deshuesando los puntos clave que deberían ser completados antes que la guerra finalizara. El proyecto conciencia activa era un proyecto a 150 años.
Fue ideado 50 años atrás por visionarios científicos que veían que la Revolución Industrial iniciada a fines del siglo XVIII conduciría a la humanidad al colapso.