Bohemia Poemante - Johan H. Keating - E-Book

Bohemia Poemante E-Book

Johan H. Keating

0,0
4,99 €

-100%
Sammeln Sie Punkte in unserem Gutscheinprogramm und kaufen Sie E-Books und Hörbücher mit bis zu 100% Rabatt.
Mehr erfahren.
Beschreibung

Este primer libro pretende hacer de la palabra un hilo que pueda conectar la vida del poeta, con las vidas y las fibras del alma de los lectores. Desde la mirada del poeta-narrador que va desnudando sus emociones más íntimas y sus miedos para así recorrer la cosmovisión metafísica, que muestra y roza aquello incomprensible y que llevará al lector a la reflexión. El autor muestra, de manera sencilla y directa, la esperanza, la fe, donde todos pueden transitar este viaje sentimental, vehemente, a veces irónico, que registra los mundos de introspección del poeta con plasticidad metafórica y un amor incondicional a las letras. Es nada más, ni nada menos, que una invitación a conocer un alma.

Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:

EPUB
MOBI

Seitenzahl: 107

Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



JOHAN H. KEATING

Bohemia Poemante

Johan H. Keating Bohemia poemante / Johan H. Keating. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4796-5

1. Poesía. I. Título. CDD A861

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Tabla de Contenido

Escribo

El reflejo

Un lunes más

Renacer

El Cristo

Seducción

Esperanza de mejoría

La cordura y mi locura

Retorno

Ser Relativo

Mi Imaginación

Mis Deudas

A lo mejor en un día

Poema al Sembrador

Silencios

Amigo

Hazlo de una vez

Aquella historia

Aún llueve

Cuando a veces existo

Curioso

El tiempo

En el vuelo Absoluto

Momentos desiertos

Creación

Notas de un Loco

Amor, ritmo y contraste

El mundo que somos

Desvelo

Futuro

Lágrimas

Regresar

Antiguos cansancios

Nadie como yo

Viejo Árbol

El orden

Traumas

Así me gusta

Esa muerte

La Vida

Sueños

Cómo me gusta la poesía

Cuando callo lo que pienso

Quiebre Final

Lluvia

Mañana

Vivir

La Tormenta

Aquella vieja muerte

Solo Humano

La vida nos mata

Conceptos vacíos

Sonrisa

Busquen

Final de la vida

Invierno y niebla

Casi tango

Eternizar el momento

Luna

Déjà Vu

Nada

A tu manera

Con la vida a cuestas

Palabras

Sin nosotros

Lluvia II

El cambio

DeMentes

Sobrevivir en el tiempo

Amada soledad

Esas viejas preguntas

Madre si Muero

Mis versos

Conocerte

Simplemente así

La razón y el corazón

Renaceres

Pasajeros entre palabras fugaces

Cómo vivir

Caminos

De Amor

Huir de la vida

Un día como todos

Sueños y zapatos

Final

Dedicado a quien siempre me apoya y me sostiene, a todos aquellos que aún guardan lugar para la Fe, el amor, el asombro, la inocencia, a quienes sonríen internamente pensando en la paz y a los que velan por sus familias y seres amados.

Y dedico estos poemas a quienes no creen en nada, porque sin ellos sería imposible para nosotros soñar por nosotros, pero también por ellos y poder dar testimonio de que es posible vivir antes de morir

Escribo

Mi necesidad de escribir

surgió de la nada,

de la banal necesidad

de expresar mis sentimientos

en letras combinadas.

Una forma de expresar emociones,

que puedes ver en mi mirada;

Porque los sentimientos

son los mismos de siempre,

los de aquella niñez tan infinita,

tan pacífica, tan disfrutada.

Mi necesidad de escribir

nace de mi simple deseo

de dar forma a las ideas

que pululan por mi cabeza,

es una necesidad

que me ayuda a explicarme

a reconocerme y conocer,

todo cuanto me rodea.

Mi necesidad de escribir mis letras

es para susurrar con mi voz

mi propio y anónimo presente

y retomar los gritos de mi gente

aquellos que, antes de mi paso

transitaron por este mundo

de manera silente.

No puedo definir mi estilo,

porque siento que,

de alguna extraña manera

mutilaría lo que escribo,

esto responde al capricho

de identidades heterónomas

y personalidades antagónicas,

que se manifiestan en mis escritos.

El reflejo

El reflejo en el espejo de mis ojos

es el espejo de mi alma,

mostrándome lo que llevo reprimido

lo que evado y autoengaño.

El reflejo de mis ojos en ese espejo

es quien avisa de aquello

con lo que me miento,

lo que me impongo sin quererlo,

lo que no acepto, lo que niego,

aunque no quiero negarlo,

lo que quiero sentir, pero no siento.

El reflejo de mis ojos en el espejo

es aquel maestro que me enseña

no lo que yo quiero ni deseo,

sino lo que hoy y siempre necesito,

para ser tan solo yo mismo.

El reflejo de mis ojos en el espejo

es mi Universo personal amplificado

los rincones entre sombras, los vacíos,

profundidades más ocultas,

y los recovecos más aislados,

que me retan a aceptarme y amarme

tal cual soy y sin condiciones ni exigencias

de un patético y burdo existencialismo práctico.

Me gusta el reflejo de mis ojos en el espejo,

síntesis exacta de mis pensamientos íntimos,

que me enseña a entender qué me sucede

qué es lo que no quiero aceptar

qué es lo que tanto reprimo,

qué es lo que me engaña

desde el fondo abismal del inconsciente,

donde yacen los secretos y miedos reprimidos,

no puedo escapar nunca, siempre habrá un reflejo,

de mis ojos esperándome a mí mismo,

tenaz, perseverante y amoroso

curándome de los auto sabotajes

sanándome el alma magullada,

llenando cada rincón de mi interior vacío.

Un lunes más

Lunes, me levanté temprano

mis perros se desperezan,

sin ánimo para el día empezar,

me da vueltas ese poema que no terminé,

quizás porque no supe cómo arrancar.

Pensé que frecuentemente lloro,

es que no estoy bien

igual no necesito un psicólogo,

es que a veces la vida aplasta y pesa,

creo que todos lo sienten,

pero niegan la verdad,

de sentir que solo te hundes

y que existen días en que no puedes más.

En mi caso asumo que la culpa es mía,

conservo el monopolio de mi dolor,

nadie más que yo, mi cruz debe cargar.

Todo lo que me rodea es gente, ruidos

y al mismo tiempo, todo es soledad.

No tengo todo lo que deseaba de niño

y he perdido amigos que la muerte me arrebató

como también me arrebató parte de la familia,

en mi mente me tortura aquello que no hice

pero que aún podría hacer y no hago

por no animarme a ir más allá.

Tengo miedo a las alturas, varias obsesiones

y otros traumas que no se curan,

una mirada que puede ser fuerte y valiente

pero también en igual medida insegura

tengo miedos y demonios que nunca se van.

Quiero salir de esta realidad que me rodea

quiero respirar, quiero caminar descalzo

y sintiendo los médanos empezar a andar,

caminar, solo caminar hacia ningún lugar

hasta que mi angustia, mi ansiedad,

mis fracasos me lleven de regreso

a todo lo que amo de verdad:

la música, mis libros,

sentarme en medio de los caldenes,

jugar con mis perros y mis caballos,

hacer un huerto con mis seres queridos,

libre de vanidades, feliz en esta existencia.

Pero si lo hago, sé que ya no tendré motivos

para ser lo que he construido de mí.

¿Por qué tendría que abandonar todo esto

y seguir deseando regresar donde no puedo?

Dejé vicios, abandoné malos pensamientos,

y al fin, bajo una luna de primavera.

luego de ese atardecer mágico,

con el paisaje diáfano y delicado,

sé que sonreí feliz, mate en mano.

Al pensar en el viaje que emprendí

hace ya toda una existencia

buscando sueños e ilusiones

en otros lugares que no sentía,

cuando el sueño estuvo aquí

siempre en mi propia vida.

Mi corazón a veces añora la soledad del campo

pero ¿cómo negarme a la cálida sonrisa

de aquellos seres que amo y hoy viven a mi lado?

Por eso solo continúo adelante, avanzando,

porque sé que el campo me ama

que la vida siempre da revancha

que las posibilidades son siempre cara o cruz

y persistiré hasta el triunfo

aun sabiendo que en el arte de la vida

yo solo soy un dibujo mal hecho

que se resiste a solo estar de paso

para existir solo porque sí.

Renacer

Cada día renacemos,

y con nosotros esa voluntad,

la que nos permite,

a pesar de todo,

sacar fuerzas para afrontar la vida.

Y viajamos juntos cada mañana,

con la Fe y la esperanza,

a veces perdidas, a veces dormidas,

aplastados por esta realidad que asfixia,

y que inocentemente llamamos vida.

Por eso, si ya estás harto,

de esperanzas vanas,

de fe no respondida,

te dejo el grito silencioso,

al dios en el que yo creo,

al que pregunto mis porqués

cada noche a veces en silencio,

a veces con lágrimas impotentes.

A ese solo Dios que tengo,

del cual no me importa su nombre,

sus misterios, o sus secretos,

ante el cual me presentaré

y Él sabrá que como siempre,

que soy solo yo, un simple hombre,

que en aquellas noches de silencios,

en aquellos momentos de oscuridad,

de miedo, de inseguridad

nunca perdió su Fe.

De modo que supongo que mi Fe

morirá con mi último suspiro,

junto con mis plegarias por un mundo

mejor, justo, de amor.

Pero sé, sé que antes de ello,

en medio del silencio,

cuando todo indique

que nadie tendrá capacidad,

para disolver esas circunstancias,

alzaré en esa noche mi vista al cielo,

y tras sus estrellas desparramadas,

alguna transitará por la oscuridad

como un haz fugaz,

como triste lágrima de hadas,

como referencia subyacente

en el fenoménico universo;

y entenderé el mensaje,

y podré ser, pensar, hacer,

ver, sentir y gracias a dios,

podré nuevamente sonreír.

El Cristo

Hay un Cristo entre nosotros,

que todo mira, vive como todos,

entre los simples mortales

que corremos en estampida

hacia la nada de cada día.

Puede ser el hombre que sube,

en soledad a un tranvía

o el que lleva corbatas con móvil

que corre jadeante,

pensando que llega tarde a la oficina.

Puede ser un hombre como todos,

con taquicardias, alcohol en sangre

un adicto al alplax o las benzodiacepinas.

Pero no lo veo un hombre como todos,

con pensamientos hechos con pedazos

de ideas troqueladas y travestidas,

con el éxito como forma de culto,

persiguiendo la moda, en vulgar idolatría.

No lo concibo como un fariseo de mercado,

golpeándose el pecho ante la propia cruz,

su propia cruz, intentando redimir

la culpa de nuestros pecados

por eso no creo en la naturaleza humana,

sino en la naturaleza divina,

seguro de que dentro nuestro

existe un Cristo, que todo mira.

Seducción

Déjame seducir tu instinto,

invade y embriaga con tu perfume

mi sangre que te aclama,

en el consciente de mi esperanza.

déjame brindarte mi plegaria,

para eternizarla en tu mirada,

de donde brota en manantial,

el perfume de tu alma.

Quiero quererte como te quiero,

con esa ingenuidad de niño despreocupado,

en esa forma arcaica, primitiva, sincera,

de la manera que ya no quiere nadie.

Permíteme aceptarte como eres

y sin beneficio de inventario.

Hagamos de esto una simple matemática,

pienso dejar que me sustraigas el corazón,

si a la sumatoria de besos,

le restas los desencuentros,

me multiplicas la alegría,

pero sin dividirme el alma,

para que cada momento,

sea único y eterno,

lleno de fe y esperanza.

Somos vos, yo,

y lo que hacemos en silencio,

cuando nadie nos ve,

entonces amor mío,

existamos más despacio,

seamos culpables

del delito de amarnos

hasta que probemos lo contrario.

Así, simple, con la premisa

de sentirnos un amor nuevo

en dos seres reencarnados,

vos sos hoy el mañana

que toda la vida,

he estado esperando.

Esperanza de mejoría

Bueno, ojalá esté mejor

cuando me vuelva a ver mañana,

mañana otro día será,

hoy solo voy a cerrar bien fuerte los ojos

para ignorar que el tiempo,

está arrancándome horas de vida a su paso

y mi existencia es solo un “nada más”.

Siento esa sensación extraña,

pero en mi estómago no hay mariposas,

solo tengo una docena de cucarachas

causándome náuseas y un enorme martillo,

golpeando mis neuronas;

y mi sistema nervioso colapsa,

mi interior se desarma,

pensando: no va más...

corro la cortina, y miro,

miro nadas que caminan,

y medito un toque, por rutina,

y veo que somos una sombra,

solo nombres, en simples corazones,

un cuerpo, la conciencia y la memoria.

Somos poco tiempo y el tiempo es oro.

No, el tiempo es arena,

y va cayendo poco a poco.

A fin de cuentas somos ese instante

que se perdió en una vieja foto,

y en el espejo vemos la ruina de lo que fuimos,

en medio del hoy que nos dejaron los escombros.

Y escribo, nada más escribo,

con la desazón aconsejando a un lado mío,

y cada letra va a una página

que luego borro por hastío.

Me quiebro por dentro y me da rabia.

retumba el alma disconforme,

me tocó rebelarme como siempre

en este andar errático e incomprensivo,

no es así, no es mi camino,

ser igual, ser como los otros, como todos.

Mi camino está repleto de adyacentes,

puedo tomar por cualquiera

para cobijarme del sueño de los vivos,

que existen para él somos todos

y cada uno es lo mismo.

Me atrevo a decir no a todo,

a pagar el precio de quedarme solo,

en la más completa oscuridad

mi luz es una tierra no creada,

un futuro no nacido,

elijo el vivir, viviendo vivo,

antes que un vivir en sepelio,

llorando por la arena del tiempo perdido.