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Este primer libro pretende hacer de la palabra un hilo que pueda conectar la vida del poeta, con las vidas y las fibras del alma de los lectores. Desde la mirada del poeta-narrador que va desnudando sus emociones más íntimas y sus miedos para así recorrer la cosmovisión metafísica, que muestra y roza aquello incomprensible y que llevará al lector a la reflexión. El autor muestra, de manera sencilla y directa, la esperanza, la fe, donde todos pueden transitar este viaje sentimental, vehemente, a veces irónico, que registra los mundos de introspección del poeta con plasticidad metafórica y un amor incondicional a las letras. Es nada más, ni nada menos, que una invitación a conocer un alma.
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Seitenzahl: 107
JOHAN H. KEATING
Johan H. Keating Bohemia poemante / Johan H. Keating. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-4796-5
1. Poesía. I. Título. CDD A861
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Escribo
El reflejo
Un lunes más
Renacer
El Cristo
Seducción
Esperanza de mejoría
La cordura y mi locura
Retorno
Ser Relativo
Mi Imaginación
Mis Deudas
A lo mejor en un día
Poema al Sembrador
Silencios
Amigo
Hazlo de una vez
Aquella historia
Aún llueve
Cuando a veces existo
Curioso
El tiempo
En el vuelo Absoluto
Momentos desiertos
Creación
Notas de un Loco
Amor, ritmo y contraste
El mundo que somos
Desvelo
Futuro
Lágrimas
Regresar
Antiguos cansancios
Nadie como yo
Viejo Árbol
El orden
Traumas
Así me gusta
Esa muerte
La Vida
Sueños
Cómo me gusta la poesía
Cuando callo lo que pienso
Quiebre Final
Lluvia
Mañana
Vivir
La Tormenta
Aquella vieja muerte
Solo Humano
La vida nos mata
Conceptos vacíos
Sonrisa
Busquen
Final de la vida
Invierno y niebla
Casi tango
Eternizar el momento
Luna
Déjà Vu
Nada
A tu manera
Con la vida a cuestas
Palabras
Sin nosotros
Lluvia II
El cambio
DeMentes
Sobrevivir en el tiempo
Amada soledad
Esas viejas preguntas
Madre si Muero
Mis versos
Conocerte
Simplemente así
La razón y el corazón
Renaceres
Pasajeros entre palabras fugaces
Cómo vivir
Caminos
De Amor
Huir de la vida
Un día como todos
Sueños y zapatos
Final
Dedicado a quien siempre me apoya y me sostiene, a todos aquellos que aún guardan lugar para la Fe, el amor, el asombro, la inocencia, a quienes sonríen internamente pensando en la paz y a los que velan por sus familias y seres amados.
Y dedico estos poemas a quienes no creen en nada, porque sin ellos sería imposible para nosotros soñar por nosotros, pero también por ellos y poder dar testimonio de que es posible vivir antes de morir
Mi necesidad de escribir
surgió de la nada,
de la banal necesidad
de expresar mis sentimientos
en letras combinadas.
Una forma de expresar emociones,
que puedes ver en mi mirada;
Porque los sentimientos
son los mismos de siempre,
los de aquella niñez tan infinita,
tan pacífica, tan disfrutada.
Mi necesidad de escribir
nace de mi simple deseo
de dar forma a las ideas
que pululan por mi cabeza,
es una necesidad
que me ayuda a explicarme
a reconocerme y conocer,
todo cuanto me rodea.
Mi necesidad de escribir mis letras
es para susurrar con mi voz
mi propio y anónimo presente
y retomar los gritos de mi gente
aquellos que, antes de mi paso
transitaron por este mundo
de manera silente.
No puedo definir mi estilo,
porque siento que,
de alguna extraña manera
mutilaría lo que escribo,
esto responde al capricho
de identidades heterónomas
y personalidades antagónicas,
que se manifiestan en mis escritos.
El reflejo en el espejo de mis ojos
es el espejo de mi alma,
mostrándome lo que llevo reprimido
lo que evado y autoengaño.
El reflejo de mis ojos en ese espejo
es quien avisa de aquello
con lo que me miento,
lo que me impongo sin quererlo,
lo que no acepto, lo que niego,
aunque no quiero negarlo,
lo que quiero sentir, pero no siento.
El reflejo de mis ojos en el espejo
es aquel maestro que me enseña
no lo que yo quiero ni deseo,
sino lo que hoy y siempre necesito,
para ser tan solo yo mismo.
El reflejo de mis ojos en el espejo
es mi Universo personal amplificado
los rincones entre sombras, los vacíos,
profundidades más ocultas,
y los recovecos más aislados,
que me retan a aceptarme y amarme
tal cual soy y sin condiciones ni exigencias
de un patético y burdo existencialismo práctico.
Me gusta el reflejo de mis ojos en el espejo,
síntesis exacta de mis pensamientos íntimos,
que me enseña a entender qué me sucede
qué es lo que no quiero aceptar
qué es lo que tanto reprimo,
qué es lo que me engaña
desde el fondo abismal del inconsciente,
donde yacen los secretos y miedos reprimidos,
no puedo escapar nunca, siempre habrá un reflejo,
de mis ojos esperándome a mí mismo,
tenaz, perseverante y amoroso
curándome de los auto sabotajes
sanándome el alma magullada,
llenando cada rincón de mi interior vacío.
Lunes, me levanté temprano
mis perros se desperezan,
sin ánimo para el día empezar,
me da vueltas ese poema que no terminé,
quizás porque no supe cómo arrancar.
Pensé que frecuentemente lloro,
es que no estoy bien
igual no necesito un psicólogo,
es que a veces la vida aplasta y pesa,
creo que todos lo sienten,
pero niegan la verdad,
de sentir que solo te hundes
y que existen días en que no puedes más.
En mi caso asumo que la culpa es mía,
conservo el monopolio de mi dolor,
nadie más que yo, mi cruz debe cargar.
Todo lo que me rodea es gente, ruidos
y al mismo tiempo, todo es soledad.
No tengo todo lo que deseaba de niño
y he perdido amigos que la muerte me arrebató
como también me arrebató parte de la familia,
en mi mente me tortura aquello que no hice
pero que aún podría hacer y no hago
por no animarme a ir más allá.
Tengo miedo a las alturas, varias obsesiones
y otros traumas que no se curan,
una mirada que puede ser fuerte y valiente
pero también en igual medida insegura
tengo miedos y demonios que nunca se van.
Quiero salir de esta realidad que me rodea
quiero respirar, quiero caminar descalzo
y sintiendo los médanos empezar a andar,
caminar, solo caminar hacia ningún lugar
hasta que mi angustia, mi ansiedad,
mis fracasos me lleven de regreso
a todo lo que amo de verdad:
la música, mis libros,
sentarme en medio de los caldenes,
jugar con mis perros y mis caballos,
hacer un huerto con mis seres queridos,
libre de vanidades, feliz en esta existencia.
Pero si lo hago, sé que ya no tendré motivos
para ser lo que he construido de mí.
¿Por qué tendría que abandonar todo esto
y seguir deseando regresar donde no puedo?
Dejé vicios, abandoné malos pensamientos,
y al fin, bajo una luna de primavera.
luego de ese atardecer mágico,
con el paisaje diáfano y delicado,
sé que sonreí feliz, mate en mano.
Al pensar en el viaje que emprendí
hace ya toda una existencia
buscando sueños e ilusiones
en otros lugares que no sentía,
cuando el sueño estuvo aquí
siempre en mi propia vida.
Mi corazón a veces añora la soledad del campo
pero ¿cómo negarme a la cálida sonrisa
de aquellos seres que amo y hoy viven a mi lado?
Por eso solo continúo adelante, avanzando,
porque sé que el campo me ama
que la vida siempre da revancha
que las posibilidades son siempre cara o cruz
y persistiré hasta el triunfo
aun sabiendo que en el arte de la vida
yo solo soy un dibujo mal hecho
que se resiste a solo estar de paso
para existir solo porque sí.
Cada día renacemos,
y con nosotros esa voluntad,
la que nos permite,
a pesar de todo,
sacar fuerzas para afrontar la vida.
Y viajamos juntos cada mañana,
con la Fe y la esperanza,
a veces perdidas, a veces dormidas,
aplastados por esta realidad que asfixia,
y que inocentemente llamamos vida.
Por eso, si ya estás harto,
de esperanzas vanas,
de fe no respondida,
te dejo el grito silencioso,
al dios en el que yo creo,
al que pregunto mis porqués
cada noche a veces en silencio,
a veces con lágrimas impotentes.
A ese solo Dios que tengo,
del cual no me importa su nombre,
sus misterios, o sus secretos,
ante el cual me presentaré
y Él sabrá que como siempre,
que soy solo yo, un simple hombre,
que en aquellas noches de silencios,
en aquellos momentos de oscuridad,
de miedo, de inseguridad
nunca perdió su Fe.
De modo que supongo que mi Fe
morirá con mi último suspiro,
junto con mis plegarias por un mundo
mejor, justo, de amor.
Pero sé, sé que antes de ello,
en medio del silencio,
cuando todo indique
que nadie tendrá capacidad,
para disolver esas circunstancias,
alzaré en esa noche mi vista al cielo,
y tras sus estrellas desparramadas,
alguna transitará por la oscuridad
como un haz fugaz,
como triste lágrima de hadas,
como referencia subyacente
en el fenoménico universo;
y entenderé el mensaje,
y podré ser, pensar, hacer,
ver, sentir y gracias a dios,
podré nuevamente sonreír.
Hay un Cristo entre nosotros,
que todo mira, vive como todos,
entre los simples mortales
que corremos en estampida
hacia la nada de cada día.
Puede ser el hombre que sube,
en soledad a un tranvía
o el que lleva corbatas con móvil
que corre jadeante,
pensando que llega tarde a la oficina.
Puede ser un hombre como todos,
con taquicardias, alcohol en sangre
un adicto al alplax o las benzodiacepinas.
Pero no lo veo un hombre como todos,
con pensamientos hechos con pedazos
de ideas troqueladas y travestidas,
con el éxito como forma de culto,
persiguiendo la moda, en vulgar idolatría.
No lo concibo como un fariseo de mercado,
golpeándose el pecho ante la propia cruz,
su propia cruz, intentando redimir
la culpa de nuestros pecados
por eso no creo en la naturaleza humana,
sino en la naturaleza divina,
seguro de que dentro nuestro
existe un Cristo, que todo mira.
Déjame seducir tu instinto,
invade y embriaga con tu perfume
mi sangre que te aclama,
en el consciente de mi esperanza.
déjame brindarte mi plegaria,
para eternizarla en tu mirada,
de donde brota en manantial,
el perfume de tu alma.
Quiero quererte como te quiero,
con esa ingenuidad de niño despreocupado,
en esa forma arcaica, primitiva, sincera,
de la manera que ya no quiere nadie.
Permíteme aceptarte como eres
y sin beneficio de inventario.
Hagamos de esto una simple matemática,
pienso dejar que me sustraigas el corazón,
si a la sumatoria de besos,
le restas los desencuentros,
me multiplicas la alegría,
pero sin dividirme el alma,
para que cada momento,
sea único y eterno,
lleno de fe y esperanza.
Somos vos, yo,
y lo que hacemos en silencio,
cuando nadie nos ve,
entonces amor mío,
existamos más despacio,
seamos culpables
del delito de amarnos
hasta que probemos lo contrario.
Así, simple, con la premisa
de sentirnos un amor nuevo
en dos seres reencarnados,
vos sos hoy el mañana
que toda la vida,
he estado esperando.
Bueno, ojalá esté mejor
cuando me vuelva a ver mañana,
mañana otro día será,
hoy solo voy a cerrar bien fuerte los ojos
para ignorar que el tiempo,
está arrancándome horas de vida a su paso
y mi existencia es solo un “nada más”.
Siento esa sensación extraña,
pero en mi estómago no hay mariposas,
solo tengo una docena de cucarachas
causándome náuseas y un enorme martillo,
golpeando mis neuronas;
y mi sistema nervioso colapsa,
mi interior se desarma,
pensando: no va más...
corro la cortina, y miro,
miro nadas que caminan,
y medito un toque, por rutina,
y veo que somos una sombra,
solo nombres, en simples corazones,
un cuerpo, la conciencia y la memoria.
Somos poco tiempo y el tiempo es oro.
No, el tiempo es arena,
y va cayendo poco a poco.
A fin de cuentas somos ese instante
que se perdió en una vieja foto,
y en el espejo vemos la ruina de lo que fuimos,
en medio del hoy que nos dejaron los escombros.
Y escribo, nada más escribo,
con la desazón aconsejando a un lado mío,
y cada letra va a una página
que luego borro por hastío.
Me quiebro por dentro y me da rabia.
retumba el alma disconforme,
me tocó rebelarme como siempre
en este andar errático e incomprensivo,
no es así, no es mi camino,
ser igual, ser como los otros, como todos.
Mi camino está repleto de adyacentes,
puedo tomar por cualquiera
para cobijarme del sueño de los vivos,
que existen para él somos todos
y cada uno es lo mismo.
Me atrevo a decir no a todo,
a pagar el precio de quedarme solo,
en la más completa oscuridad
mi luz es una tierra no creada,
un futuro no nacido,
elijo el vivir, viviendo vivo,
antes que un vivir en sepelio,
llorando por la arena del tiempo perdido.